Al poco de ser nombrado Gauleiter de Berlín a finales de 1926, J. Goebbels fundó en 1927 en esa misma ciudad la publicación semanal Der Angriff, donde daba rienda suelta a sus artes propagandísticas en favor de los objetivos del NSDAP.
El siguiente es un artículo publicado el 25 de Julio de 1927, un ataque típico al gobierno de la república:
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Pedimos
por Joseph Goebbels
El pueblo alemán es un pueblo esclavizado. Bajo la Ley internacional, está más bajo que la última colonia negra en el Congo. Alguien ha tomado todos nuestros derechos soberanos. Somos suficientemente buenos como para que el capital internacional nos deje llenar sus sacas con pagos de intereses. Eso y sólo eso es el resultado de siglos de historia de heroísmo. ¿Lo hemos merecido? ¡No, y no otra vez!
Por lo tanto pedimos que empiece una lucha contra esta condición de vergüenza y miseria, y que los hombres en cuyas manos hemos puesto nuestra fe tengan que usar todos los medios para romper las cadenas de la esclavitud.
Tres millones de personas carecen de trabajo y sustento. Los funcionarios, es verdad, trabajan para encubrir la miseria. Hablan de medidas y líneas de plata. Las cosas están yendo constantemente mejor para ellos y constantemente peor para nosotros. La ilusión de la libertad, de la paz y de la prosperidad que nos prometieron cuando deseamos tomar nuestro sino en nuestras propias manos está desapareciendo. Solamente el derrumbamiento completo de nuestra gente puede seguir de estas políticas irresponsables.
Así, pedimos el derecho a trabajar y a una vida decente para cada alemán trabajador
Mientras el soldado del frente estaba luchando en las trincheras para defender su patria, algún judío del Este aprovechado le robó el hogar y la casa. Los judíos viven en palacios y el proletario, el soldado del frente, vive en agujeros que no merecen ser llamados “hogares”. Esto no es necesario ni inevitable, más bien es una injusticia que clama al cielo. Un gobierno que espera y no hace nada es inútil y debe desaparecer, cuanto más pronto mejor.
Por lo tanto, pedimos viviendas para los soldados alemanes y trabajadores. Si no hay suficiente dinero para construirlas, llevad fuera a los extranjeros para que los alemanes puedan vivir en suelo alemán.
Nuestro pueblo está creciendo, otros disminuyendo. Ello significa el final de nuestra historia si una política perezosa y cobarde nos arrebata la posteridad que un día estará llamada ejecutar nuestra histórica misión.
Por lo tanto, pedimos tierra en la cual cultivar el grano que alimentará a nuestros niños.
Mientras que soñábamos y perseguíamos fantasías extrañas e inalcanzables, otros robaron nuestra propiedad. Hoy algo dice que es un acto de Dios. No. El dinero fue transferido de los bolsillos de los pobres a los bolsillos de los ricos. Esto es engaño, desvergüenza, vil engaño.
Un gobierno preside sobre esta miseria que, en los intereses de la paz y el orden, uno no puede discutir. Dejamos a otros el juzgar si ello representa los intereses de Alemania o los de nuestros atormentadores capitalistas.
Nosotros, sin embargo, pedimos un gobierno de trabajo nacional, estadistas que son hombres y cuyo objetivo es la creación de un Estado Alemán.
Estos días cualquiera tiene el derecho de hablar en Alemania – el judío, el francés, el inglés, la Liga de Naciones, la conciencia del mundo y el diablo saben quién más. Todos salvo el trabajador alemán. Ha de callarse y trabajar. Cada cuatro años elige un nuevo conjunto de torturas, y todo sigue igual. Eso es injusto y traicionero. No necesitamos tolerarlo más. Tenemos el derecho de pedir que solo los alemanes que construyen este Estado deben hablar, aquellos cuya fe esta ligada a la fe de su patria.
Por lo tanto, ¡pedimos la aniquilación del sistema de explotación! ¡Arriba con el estado de los trabajadores Alemanes!
¡Alemania para los alemanes!
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Saludos.
Artículos del periódico de Goebbels: Der Angriff
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Artículo aparecido el día 21 de Enero de 1929. Se trata de un ataque característico a los judíos:
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El judío
Por Joseph Goebbels
Todo es discutido abiertamente en Alemania, y cada alemán reclama el derecho a tener una opinión en todas y cada una de las cuestiones. Uno es católico, el otro protestante; uno un empleado, el otro un patrón; un capitalista, un socialista, un demócrata, un aristócrata. No hay nada deshonroso en elegir un lado u otro de un asunto. Las discusiones tienen lugar en público, y donde los problemas no están claros o son confusos, uno los resuelve con argumentos y contraargumentos. Pero hay un problema que no es discutido públicamente, uno que es delicado incluso de mencionar: la cuestión judía. Es un tabú en nuestra república.
El judío está inmunizado contra todos los peligros: uno puede llamarle sinvergüenza, parásito, aprovechado, todo ello le resbala como agua sobre impermeable. Pero llámale judío y quedarás atónito de cómo retrocede, cómo se hiere, cómo repentinamente se encoge: “Me han descubierto”.
Uno no puede defenderse contra el judío. Ataca con la velocidad del rayo desde su posición de seguridad y usa sus habilidades para aplastar cualquier tentativa en defensa.
Rápidamente devuelve las cargas del atacante, y el atacante se convierte en el mentiroso, el problemático, el terrorista. Nada podría ser más equivocado que defenderse. Esto es justo lo que el judío quiere. Puede inventar una nueva mentira cada día para responder al enemigo, y el resultado es que el enemigo pierde tanto tiempo defendiéndose que no tiene tiempo de hacer lo que el judío realmente teme: atacar. El acusado se ha convertido en el acusador, y vociferando pone al acusador contra la pared. Así fue en el pasado cuando una persona o un movimiento combatió al judío. Esto es lo que nos sucedería a nosotros si no estuviéramos totalmente enterados de su naturaleza, y si nos faltara el coraje de extraer las siguientes conclusiones radicales:
1. Uno no puede combatir al judío con medios positivos. Él es negativo, y este negativo ha de ser borrado del sistema alemán, o lo corromperá para siempre.
2. Uno no puede discutir la cuestión judía con los judíos. Apenas puede demostrarse a una persona que uno tiene la obligación de someterlo sin dañarle.
3. Uno no puede permitir al judío los mismos medios que uno daría a un oponente honrado. Él usará la generosidad y la nobleza solo para atrapar a su enemigo.
4. El judío no tiene nada que decir sobre problemas alemanes. Es un forastero, un extranjero, que sólo disfruta los derechos de un invitado, derechos de los que siempre abusa.
5. La supuesta “moralidad religiosa” de los judíos no es moralidad en absoluto, más bien es un estímulo para la traición. Por lo tanto, no tienen demanda de protección por parte del Estado.
6. El judío no es más elegante que nosotros, más bien solo más listo y mañoso. Su sistema no puede ser derrotado económicamente – él sigue principios morales totalmente diferentes a los nuestros. Sólo puede ser roto con medios políticos.
7. Un judío no puede insultar a un alemán. Las calumnias judías no son si no medallas de honor para un alemán opositor de los judíos.
8. Cuanto una persona alemana un movimiento alemán más se opone a los judíos, más valioso es. Si alguien es atacado por los judíos, eso es un signo seguro de su virtud. Aquel que no es perseguido por los judíos, o quien es elogiado por ellos, es inútil y peligroso.
9. Los judíos evalúan los problemas alemanes desde el punto de vista judío. Como resultado, lo contrario de lo que dicen ha de ser verdad.
10. Uno debe o afirmar o rechazar el antisemitismo. One must either affirm or reject anti-Semitism. Aquel que defiende a los judíos daña a su propia gente. Uno sólo puede ser seguidor de los judíos u oponente de los judíos. Oponerse a los judíos es un problema de higiene personal.
Estos principios dan al movimiento anti-judío una oportunidad de tener éxito. Sólo semejante movimiento será tomado en serio por los judíos, sólo semejante movimiento será temido por ellos.
El hecho de que grite y se queje por tal movimiento es, por lo tanto, solamente una muestra que es correcto. Estamos, por lo tanto, encantados de que somos constantemente atacados en las gacetas judías. Deben gritar de terror. Nosotros respondemos con las familiares palabras de Mussolini: “¿Terror? ¡Nunca! Es higiene social”. Dejamos a esos individuos fuera de circulación como un doctor hace con las bacterias.
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Saludos
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El judío
Por Joseph Goebbels
Todo es discutido abiertamente en Alemania, y cada alemán reclama el derecho a tener una opinión en todas y cada una de las cuestiones. Uno es católico, el otro protestante; uno un empleado, el otro un patrón; un capitalista, un socialista, un demócrata, un aristócrata. No hay nada deshonroso en elegir un lado u otro de un asunto. Las discusiones tienen lugar en público, y donde los problemas no están claros o son confusos, uno los resuelve con argumentos y contraargumentos. Pero hay un problema que no es discutido públicamente, uno que es delicado incluso de mencionar: la cuestión judía. Es un tabú en nuestra república.
El judío está inmunizado contra todos los peligros: uno puede llamarle sinvergüenza, parásito, aprovechado, todo ello le resbala como agua sobre impermeable. Pero llámale judío y quedarás atónito de cómo retrocede, cómo se hiere, cómo repentinamente se encoge: “Me han descubierto”.
Uno no puede defenderse contra el judío. Ataca con la velocidad del rayo desde su posición de seguridad y usa sus habilidades para aplastar cualquier tentativa en defensa.
Rápidamente devuelve las cargas del atacante, y el atacante se convierte en el mentiroso, el problemático, el terrorista. Nada podría ser más equivocado que defenderse. Esto es justo lo que el judío quiere. Puede inventar una nueva mentira cada día para responder al enemigo, y el resultado es que el enemigo pierde tanto tiempo defendiéndose que no tiene tiempo de hacer lo que el judío realmente teme: atacar. El acusado se ha convertido en el acusador, y vociferando pone al acusador contra la pared. Así fue en el pasado cuando una persona o un movimiento combatió al judío. Esto es lo que nos sucedería a nosotros si no estuviéramos totalmente enterados de su naturaleza, y si nos faltara el coraje de extraer las siguientes conclusiones radicales:
1. Uno no puede combatir al judío con medios positivos. Él es negativo, y este negativo ha de ser borrado del sistema alemán, o lo corromperá para siempre.
2. Uno no puede discutir la cuestión judía con los judíos. Apenas puede demostrarse a una persona que uno tiene la obligación de someterlo sin dañarle.
3. Uno no puede permitir al judío los mismos medios que uno daría a un oponente honrado. Él usará la generosidad y la nobleza solo para atrapar a su enemigo.
4. El judío no tiene nada que decir sobre problemas alemanes. Es un forastero, un extranjero, que sólo disfruta los derechos de un invitado, derechos de los que siempre abusa.
5. La supuesta “moralidad religiosa” de los judíos no es moralidad en absoluto, más bien es un estímulo para la traición. Por lo tanto, no tienen demanda de protección por parte del Estado.
6. El judío no es más elegante que nosotros, más bien solo más listo y mañoso. Su sistema no puede ser derrotado económicamente – él sigue principios morales totalmente diferentes a los nuestros. Sólo puede ser roto con medios políticos.
7. Un judío no puede insultar a un alemán. Las calumnias judías no son si no medallas de honor para un alemán opositor de los judíos.
8. Cuanto una persona alemana un movimiento alemán más se opone a los judíos, más valioso es. Si alguien es atacado por los judíos, eso es un signo seguro de su virtud. Aquel que no es perseguido por los judíos, o quien es elogiado por ellos, es inútil y peligroso.
9. Los judíos evalúan los problemas alemanes desde el punto de vista judío. Como resultado, lo contrario de lo que dicen ha de ser verdad.
10. Uno debe o afirmar o rechazar el antisemitismo. One must either affirm or reject anti-Semitism. Aquel que defiende a los judíos daña a su propia gente. Uno sólo puede ser seguidor de los judíos u oponente de los judíos. Oponerse a los judíos es un problema de higiene personal.
Estos principios dan al movimiento anti-judío una oportunidad de tener éxito. Sólo semejante movimiento será tomado en serio por los judíos, sólo semejante movimiento será temido por ellos.
El hecho de que grite y se queje por tal movimiento es, por lo tanto, solamente una muestra que es correcto. Estamos, por lo tanto, encantados de que somos constantemente atacados en las gacetas judías. Deben gritar de terror. Nosotros respondemos con las familiares palabras de Mussolini: “¿Terror? ¡Nunca! Es higiene social”. Dejamos a esos individuos fuera de circulación como un doctor hace con las bacterias.
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Artículo aparecido el día 22 de Abril de 1929, con ocasión del cumpleaños del A. Hitler.
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El Líder
Por Joseph Goebbels
Un líder debe poseer carácter, voluntad, habilidad y suerte. Si estas cuatro características forman una unidad armónica en una persona brillante, estamos ante un hombre llamado para la Historia.
El carácter es el factor más significativo. Conocimiento, cultura, experiencia y práctica hacen más daño que beneficio si no están basadas en un carácter fuerte. El carácter le da a estas características su mejor expresión. Se requiere coraje, aguante, energía y constancia. El carácter le da a una persona no sólo la habilidad para saber lo que es correcto, sino también para decirlo y hacerlo. El aguante le da la habilidad de mantenerse en la meta escogida, indistintamente de que los obstáculos más difíciles estén en el camino aunque sea impopular o esto lo convierta en impopular. La energía activa la fuerza para arriesgar cualquier cosa por la meta y la persistencia para alcanzarla. La constancia le da su apreciación y agudeza para el conocimiento y la lógica en pensamiento y acción, esto es lo que necesita para darle la verdadera grandeza al pueblo y que deje de ser una masa vacilante. Estas importantes virtudes juntas comprimen lo que es el carácter. El carácter, podemos resumir, es el estilo y comportamiento de las formas superiores.
La voluntad levanta al carácter desde lo individual hasta lo Universal. La voluntad puede convertir a un Hombre de carácter en un Político. Cualquier hombre significante quiere algo, y debe usar cualquier medio para hacer esto. La voluntad distingue entre el hombre que actúa del que simplemente piensa hacerlo. Esta es el intermedio entre el pensamiento y la acción. Es mucho más importante para nosotros saber que ese es el hombre correcto para tener la voluntad de hacerlo. Esto es particularmente cierto en la política. ¡Que bueno es para mi saber quien es el enemigo si no tengo la voluntad de destruirlo! Muchos saben porque Alemania ha colapsado, pero pocos tienen la voluntad para acabar con estas desgracias. Esto es lo que distingue al que es llamado al Liderazgo del resto de los demás: Él no sólo tiene la voluntad para querer, sino que también quiere tener más voluntad para hacerlo.
Pero en política es también importante no solo lo que uno quiere sino lo que uno logra. Esto nos lleva a la tercera característica del político capaz: la habilidad. El progreso requiere logros. El liderazgo significa querer lograr algo, y ser capaz de mostrar el camino para realizar lo que uno quiere. La Historia nos juzga por lo que hemos realizado. Nosotros los alemanes necesitamos hacer esto. La política es un asunto público, y uno no puede aplicar las leyes de un asunto privado a un asunto público. Nosotros los alemanes tendemos generalmente a confundir el deseo de algo con la habilidad para hacerlo, y perdonamos al incompetente que dice que quiso cosas buenas y apropiadas. "Nosotros no hemos creado el socialismo" dicen los Marxistas de Noviembre, "pero al menos quisimos hacerlo." Esto es irrelevante, tal como si no nos preocupamos de que alguien quiere tocar el violín. Él, de echo, ha de ser capaz de hacerlo. Él, quien quiere rescatar a un pueblo, debe, por encima de todo, tener la habilidad necesaria.
El carácter, la voluntad y la habilidad, los tres pre-requisitos para el liderazgo, se muestran en las personas capaces. No son relativos, o se tienen o no se tienen. La cuarta característica une a las otras tres: la suerte. El líder debe tener suerte. Él debe tener una "mano bendita", es decir, uno debe darse cuenta que todas sus acciones se encuentran bajo la protección del Poder Divino. Un líder puede carecer de cualquier cosa, menos de suerte. Esto es irremplazable.
Las masas no se oponen al líder. Ellas se oponen instintivamente a los usurpadores que claman poder sin tener la necesaria voluntad y habilidad para ello. El líder no es enemigo de las masas. Él evita las triquiñuelas baratas de adular a las masas para alimentarlas con palabras en vez de darles pan.
El Líder debe ser capaz de cualquier cosa. Esto no quiere decir que debe saber todo al detalle, pero sí debe conocer lo básico. Hay otros auxiliares que pueden ayudarle a seguir haciendo girar la rueda de la política.
El arte de la organización es uno de los factores más importantes en las capacidades de los líderes políticos. La organización significa exactamente asignar trabajo y responsabilidades. El líder es el Maestro en el mecanismo de la intrincada máquina política.
*
Hoy celebramos el 40º cumpleaños de Adolf Hitler. Nosotros creemos que el destino lo ha llamado a mostrarnos el camino al pueblo Alemán. Nosotros lo saludamos con honor y devoción, y le deseamos únicamente que se preserve para nosotros hasta que su trabajo haya finalizado.
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Saludos.
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El Líder
Por Joseph Goebbels
Un líder debe poseer carácter, voluntad, habilidad y suerte. Si estas cuatro características forman una unidad armónica en una persona brillante, estamos ante un hombre llamado para la Historia.
El carácter es el factor más significativo. Conocimiento, cultura, experiencia y práctica hacen más daño que beneficio si no están basadas en un carácter fuerte. El carácter le da a estas características su mejor expresión. Se requiere coraje, aguante, energía y constancia. El carácter le da a una persona no sólo la habilidad para saber lo que es correcto, sino también para decirlo y hacerlo. El aguante le da la habilidad de mantenerse en la meta escogida, indistintamente de que los obstáculos más difíciles estén en el camino aunque sea impopular o esto lo convierta en impopular. La energía activa la fuerza para arriesgar cualquier cosa por la meta y la persistencia para alcanzarla. La constancia le da su apreciación y agudeza para el conocimiento y la lógica en pensamiento y acción, esto es lo que necesita para darle la verdadera grandeza al pueblo y que deje de ser una masa vacilante. Estas importantes virtudes juntas comprimen lo que es el carácter. El carácter, podemos resumir, es el estilo y comportamiento de las formas superiores.
La voluntad levanta al carácter desde lo individual hasta lo Universal. La voluntad puede convertir a un Hombre de carácter en un Político. Cualquier hombre significante quiere algo, y debe usar cualquier medio para hacer esto. La voluntad distingue entre el hombre que actúa del que simplemente piensa hacerlo. Esta es el intermedio entre el pensamiento y la acción. Es mucho más importante para nosotros saber que ese es el hombre correcto para tener la voluntad de hacerlo. Esto es particularmente cierto en la política. ¡Que bueno es para mi saber quien es el enemigo si no tengo la voluntad de destruirlo! Muchos saben porque Alemania ha colapsado, pero pocos tienen la voluntad para acabar con estas desgracias. Esto es lo que distingue al que es llamado al Liderazgo del resto de los demás: Él no sólo tiene la voluntad para querer, sino que también quiere tener más voluntad para hacerlo.
Pero en política es también importante no solo lo que uno quiere sino lo que uno logra. Esto nos lleva a la tercera característica del político capaz: la habilidad. El progreso requiere logros. El liderazgo significa querer lograr algo, y ser capaz de mostrar el camino para realizar lo que uno quiere. La Historia nos juzga por lo que hemos realizado. Nosotros los alemanes necesitamos hacer esto. La política es un asunto público, y uno no puede aplicar las leyes de un asunto privado a un asunto público. Nosotros los alemanes tendemos generalmente a confundir el deseo de algo con la habilidad para hacerlo, y perdonamos al incompetente que dice que quiso cosas buenas y apropiadas. "Nosotros no hemos creado el socialismo" dicen los Marxistas de Noviembre, "pero al menos quisimos hacerlo." Esto es irrelevante, tal como si no nos preocupamos de que alguien quiere tocar el violín. Él, de echo, ha de ser capaz de hacerlo. Él, quien quiere rescatar a un pueblo, debe, por encima de todo, tener la habilidad necesaria.
El carácter, la voluntad y la habilidad, los tres pre-requisitos para el liderazgo, se muestran en las personas capaces. No son relativos, o se tienen o no se tienen. La cuarta característica une a las otras tres: la suerte. El líder debe tener suerte. Él debe tener una "mano bendita", es decir, uno debe darse cuenta que todas sus acciones se encuentran bajo la protección del Poder Divino. Un líder puede carecer de cualquier cosa, menos de suerte. Esto es irremplazable.
Las masas no se oponen al líder. Ellas se oponen instintivamente a los usurpadores que claman poder sin tener la necesaria voluntad y habilidad para ello. El líder no es enemigo de las masas. Él evita las triquiñuelas baratas de adular a las masas para alimentarlas con palabras en vez de darles pan.
El Líder debe ser capaz de cualquier cosa. Esto no quiere decir que debe saber todo al detalle, pero sí debe conocer lo básico. Hay otros auxiliares que pueden ayudarle a seguir haciendo girar la rueda de la política.
El arte de la organización es uno de los factores más importantes en las capacidades de los líderes políticos. La organización significa exactamente asignar trabajo y responsabilidades. El líder es el Maestro en el mecanismo de la intrincada máquina política.
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Hoy celebramos el 40º cumpleaños de Adolf Hitler. Nosotros creemos que el destino lo ha llamado a mostrarnos el camino al pueblo Alemán. Nosotros lo saludamos con honor y devoción, y le deseamos únicamente que se preserve para nosotros hasta que su trabajo haya finalizado.
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Este artículo vio la luz el 21 de Noviembre de 1927.
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¡Heil Moscú!
por Joseph Goebbels
Tras la celebración del décimo aniversario de la Revolución Rusa, tres jóvenes berlineses comunistas del distrito de Köpernick se suicidaron después de que recibieran un adiós conmovedor de sus camaradas. Explicaron tranquilamente que habían perdido la fe en el futuro de la Internacional.
Se dice de Ernst Thälmann, el líder comunista, que durante la rebelión de Hamburgo yacía borracho sobre su propio vómito. En Berlín-Wedding, unas semanas atrás, Ruth Fischer habló en un mitin de la oposición del KPD, llamando a la lucha contra la Tercera Internacional. Cuando un representante del KPD empezó a hablar fue disparado por sus antiguos camaradas y lanzado por la puerta. El caso acabó en un tumulto general.
El décimo aniversario de la Revolución Rusa fue celebrado recientemente en Moscú. Como los honorados invitados del mundo entero, congregados para elogiar los principios de Moscú, vieron, la oposición al estado de los trabajadores y los campesinos alteró la congregación y tomaron la universidad. El final de la historia: doce líderes bolcheviques, casi todos judíos de la vieja guardia, fueron expulsados del Partido Comunista.
¿Qué significa todo esto?
Las cosas están aclarándose por encima de todo. El humo de la retórica se está dispersando, y todo lo que queda es un miserable poso de fantasías que absolutamente nadie confunde con la realidad. El proletariado alemán ha perdido otra esperanza, quizás la última. El juego de Marx se ha acabado. La naturaleza se ha hecho cargo otra vez, y ha hecho las leyes eternas despiadada e inequívocamente claras: las leyes de la personalidad, lucha y raza.
¿Tuvieron las cosas que resultar de esta manera?
Sí, mil veces sí.
No hay otro posible desenlace. Lo hemos profetizado cientos de veces. Si los judíos hablan, el pueblo ha de resguardarse. El judío no tiene raíces, un fermento de descomposición. Tanto si vive como un capitalista o un bolchevique, su naturaleza permanece igual: Ahasver, el destructor eterno. Su evangelio es caos, y donde tiene éxito fomentando revolución, alcanza la cima. Él llevó al movimiento obrero a su deplorable estado actual: una mezcla de frases, cobardía, terror y odio de clases. ¿Qué tiene que ver la causa del proletariado con el pacifismo, protección de la república, la eliminación de las personalidades y la destrucción de la dignidad y orgullo nacional? ¿Dónde está escrito que utopías, deseos, programas y libros rigen el mundo en lugar de fuerza y hechos? ¿Por qué hacéis demostraciones aquí para la libertad nacional de los pueblos coloniales oprimidos, además olvidando que Alemania es una provincia de la alta finanza? ¿Por qué gritáis "China para los Chinos", y permanecéis en cobardía mientras los judíos venden Alemania pieza a pieza y la vuelcan a la dictadura del mundo? Lloráis "reacción" cuando uno habla de una patria perdida. Oléis traición cuando uno nombra las cosas por su nombre. Os retiráis obstinados y silenciosamente a vuestros propios problemas, y encontráis que no queda nada salvo desesperación y suicidio.
¡No digáis que la Primera, segunda o Tercera Internacional es responsable! ¡Fundar una nueva, una Cuarta! Os traicionará como las tres precedentes.
La Internacional en sí misma es un error. Es pensada hacia afuera, no vivida. El judío os la predica porque es su última oportunidad de alcanzar el poder. Ha destruido naciones y pueblos. Pone a ciudadano contra ciudadano, destruye y envenena la comunidad, siembra desconcierto entre los pueblos. Por encima de todo ello está la triunfal risa falsa de vuestro enemigo, nuestro enemigo: ¡el judío eterno!
Estáis sobre hecatombes de cadáveres. El olor a sangre os sorprende. Niños suplican, madres lloran, naciones perecen. ¿Qué habéis ganado? nada salvo caos, desesperanza, dolor y desesperación.
¿Es este el modo en que queréis que sigan las cosas?
Permaneced firmes y pedir una Alemania que os pertenezca, una que sea libre de las cadenas del opresor. Esta es la misión histórica de la clase trabajadora alemana.
¡Libertad y prosperidad!
¡Este es el grito de guerra contra el putrefacto mundo del capitalismo!
¡Fuera con las retóricas vacías! Arriésgate mirando a la fría verdad a la cara.
¡Juntad vuestras manos, hombres trabajadores de Alemania! ¡El día de la libertad está llegando, si simplemente lo queréis!
¡Adolf Hitler os muestra el camino!
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Saludos
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¡Heil Moscú!
por Joseph Goebbels
Tras la celebración del décimo aniversario de la Revolución Rusa, tres jóvenes berlineses comunistas del distrito de Köpernick se suicidaron después de que recibieran un adiós conmovedor de sus camaradas. Explicaron tranquilamente que habían perdido la fe en el futuro de la Internacional.
Se dice de Ernst Thälmann, el líder comunista, que durante la rebelión de Hamburgo yacía borracho sobre su propio vómito. En Berlín-Wedding, unas semanas atrás, Ruth Fischer habló en un mitin de la oposición del KPD, llamando a la lucha contra la Tercera Internacional. Cuando un representante del KPD empezó a hablar fue disparado por sus antiguos camaradas y lanzado por la puerta. El caso acabó en un tumulto general.
El décimo aniversario de la Revolución Rusa fue celebrado recientemente en Moscú. Como los honorados invitados del mundo entero, congregados para elogiar los principios de Moscú, vieron, la oposición al estado de los trabajadores y los campesinos alteró la congregación y tomaron la universidad. El final de la historia: doce líderes bolcheviques, casi todos judíos de la vieja guardia, fueron expulsados del Partido Comunista.
¿Qué significa todo esto?
Las cosas están aclarándose por encima de todo. El humo de la retórica se está dispersando, y todo lo que queda es un miserable poso de fantasías que absolutamente nadie confunde con la realidad. El proletariado alemán ha perdido otra esperanza, quizás la última. El juego de Marx se ha acabado. La naturaleza se ha hecho cargo otra vez, y ha hecho las leyes eternas despiadada e inequívocamente claras: las leyes de la personalidad, lucha y raza.
¿Tuvieron las cosas que resultar de esta manera?
Sí, mil veces sí.
No hay otro posible desenlace. Lo hemos profetizado cientos de veces. Si los judíos hablan, el pueblo ha de resguardarse. El judío no tiene raíces, un fermento de descomposición. Tanto si vive como un capitalista o un bolchevique, su naturaleza permanece igual: Ahasver, el destructor eterno. Su evangelio es caos, y donde tiene éxito fomentando revolución, alcanza la cima. Él llevó al movimiento obrero a su deplorable estado actual: una mezcla de frases, cobardía, terror y odio de clases. ¿Qué tiene que ver la causa del proletariado con el pacifismo, protección de la república, la eliminación de las personalidades y la destrucción de la dignidad y orgullo nacional? ¿Dónde está escrito que utopías, deseos, programas y libros rigen el mundo en lugar de fuerza y hechos? ¿Por qué hacéis demostraciones aquí para la libertad nacional de los pueblos coloniales oprimidos, además olvidando que Alemania es una provincia de la alta finanza? ¿Por qué gritáis "China para los Chinos", y permanecéis en cobardía mientras los judíos venden Alemania pieza a pieza y la vuelcan a la dictadura del mundo? Lloráis "reacción" cuando uno habla de una patria perdida. Oléis traición cuando uno nombra las cosas por su nombre. Os retiráis obstinados y silenciosamente a vuestros propios problemas, y encontráis que no queda nada salvo desesperación y suicidio.
¡No digáis que la Primera, segunda o Tercera Internacional es responsable! ¡Fundar una nueva, una Cuarta! Os traicionará como las tres precedentes.
La Internacional en sí misma es un error. Es pensada hacia afuera, no vivida. El judío os la predica porque es su última oportunidad de alcanzar el poder. Ha destruido naciones y pueblos. Pone a ciudadano contra ciudadano, destruye y envenena la comunidad, siembra desconcierto entre los pueblos. Por encima de todo ello está la triunfal risa falsa de vuestro enemigo, nuestro enemigo: ¡el judío eterno!
Estáis sobre hecatombes de cadáveres. El olor a sangre os sorprende. Niños suplican, madres lloran, naciones perecen. ¿Qué habéis ganado? nada salvo caos, desesperanza, dolor y desesperación.
¿Es este el modo en que queréis que sigan las cosas?
Permaneced firmes y pedir una Alemania que os pertenezca, una que sea libre de las cadenas del opresor. Esta es la misión histórica de la clase trabajadora alemana.
¡Libertad y prosperidad!
¡Este es el grito de guerra contra el putrefacto mundo del capitalismo!
¡Fuera con las retóricas vacías! Arriésgate mirando a la fría verdad a la cara.
¡Juntad vuestras manos, hombres trabajadores de Alemania! ¡El día de la libertad está llegando, si simplemente lo queréis!
¡Adolf Hitler os muestra el camino!
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Artículo del 7 de Mayo de 1928. Fue escrito tras las elecciones al Reichstag, en las cuales Goebbels salió elegido como diputado.
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¿Y realmente quieres votarme?
por Joseph Goebbels
¿Un ciudadano de segunda clase, con cuatro convicciones y ocho casos pendientes? ¡Qué soñador
En un ensayo escribí que cada nacionalsocialista debía obedecer al abogado del estado "cuando no hay otro camino”, independientemente de si tenía razón o no. Por esto, un juzgado en Elberfeld me multó con cien marcos por incitar a la resistencia contra el abogado del estado
Cuando Hans Hustert, en prisión por intentar asesinar a Scheidemann, tuvo sus dientes arruinados por la malísima comida de la prisión, empezé una colecta para que a este amigo pudieran fijársele los dientes. Un juzgado de Munich me multó con 50 marcos por colecta ilegal.
Como uno de mis camaradas heridos iba a ser trepanado por el médico judío Levi, organicé una colecta para llevar a este pobre trabajador a un médico alemán. Un juzgado de Munich me multó con 150 marcos, otra vez por colecta ilegal.
En una reunión de masas del NSDAP, sugerí observar de cerca a un edito del Der Tag, ya que había llamado a un mitin de Hitler "casa de monos".Al inmundo informante Carlotto Graetz, quien difamó al soldado del frente Adolf Hitler con las peores maneras y trató de conectarle con chulos y prostitutas, yo lo llamé cerdo judío, para forzarle a demandarme. Él no me demandó, pero yo estuve seis semanas en prisión de todas formas, por "incitación a la violencia sin resultado".
Un caso contra mí está pendiente porque se supone que llamé al jefe de policía Dr. Weiss Isidor, a pesar de ser su nombre Bernhard.
Un segundo caso está pendiente porque caricaturicé al arriba nombrado Bernhard Weiss como Nero en Der Angriiff, con el comentario "Bernhard desempeña solamente papeles desagradecidos".
Luego hay un tercer caso, porque el Angriff pintó un dibujo de Bernhard Weiss tras la máscara de un asno, "claramente reconocible", con el texto "en el estado de emergencia cualquier burro puede gobernar"
Un cuarto caso está pendiente, para forzarme a decir quien es Orje (Orje era el pseudónimo que usaba un columnista satírico en Der Angriff).
Un quinto caso pendiente alega que yo conduje por encima de la pierna de un pobre trabajador. Ahora hace un año. Nunca he conducido un coche en mi vida, y en el día en cuestión no estuve si quiera en Berlín. Pero el abogado del estado piensa que el coche tenía el número I A 2637, y que yo soy el tipo adecuado para hacer eso. Mi respuesta de que no sé conducir y que nunca he tenido un permiso, sólo hizo el caso más serio.
Informé a un pipiolo rojo, quien mediante irrelevante interrupción estaba intentado romper un mitin, de que estaba en un mitin del NSDAP, y que si no se callaba, excusaríamos a la SA si, bajo la ley, lo echaban fuera. Esto me llevó a un sexto caso pendiente, por incitación a la violencia.
Luego, se supone que he dicho que la República de Weimar es sólo una chatarrería, en la cual los pujadores, subastadores y políticos expoliaban. Esto llevó al séptimo caso, "por poner en peligro la República"
El octavo caso resultó porque dije que el día llegaría cuando la consciente, decisiva minoría marchara contra este estado de mayorías cobardes, para poner a la fuerza un final a la usura y explotación. Este fue por "intento de traición" (!!)
Como sé por medios fiables, cuatro nuevos casos están en marcha. A qué conciernen todavía no lo sé. Pero esto no lo hace muy diferente. Sólo tengo que abrir la boca o usar mi pluma para dar al abogado del estado trabajo para un mes.
Nunca he tenido un cepillo de dientes de oro de Barmat. (Barmat fue un judío envuelto en un gran escándalo financiero)
No visto un albornoz de seda suyo.
Durante la gran inflación no recibí ningún florín o dólar de él.
Nunca he pisoteado al pueblo alemán o su honor. Pero siempre he combatido a esos cobardes que dejan nuestra patria común en la necesidad.
El sistema de metro no me dará una villa que cueste 120.000 marcos en un futuro previsible.
Nadie tiene mi fotografía firmada en su escritorio.
Bajo las condiciones existentes desde 1918, no tengo, por lo tanto, ninguna oportunidad de tener nada hecho.
¿Y realmente quieres votarme?
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Saludos.
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¿Y realmente quieres votarme?
por Joseph Goebbels
¿Un ciudadano de segunda clase, con cuatro convicciones y ocho casos pendientes? ¡Qué soñador
En un ensayo escribí que cada nacionalsocialista debía obedecer al abogado del estado "cuando no hay otro camino”, independientemente de si tenía razón o no. Por esto, un juzgado en Elberfeld me multó con cien marcos por incitar a la resistencia contra el abogado del estado
Cuando Hans Hustert, en prisión por intentar asesinar a Scheidemann, tuvo sus dientes arruinados por la malísima comida de la prisión, empezé una colecta para que a este amigo pudieran fijársele los dientes. Un juzgado de Munich me multó con 50 marcos por colecta ilegal.
Como uno de mis camaradas heridos iba a ser trepanado por el médico judío Levi, organicé una colecta para llevar a este pobre trabajador a un médico alemán. Un juzgado de Munich me multó con 150 marcos, otra vez por colecta ilegal.
En una reunión de masas del NSDAP, sugerí observar de cerca a un edito del Der Tag, ya que había llamado a un mitin de Hitler "casa de monos".Al inmundo informante Carlotto Graetz, quien difamó al soldado del frente Adolf Hitler con las peores maneras y trató de conectarle con chulos y prostitutas, yo lo llamé cerdo judío, para forzarle a demandarme. Él no me demandó, pero yo estuve seis semanas en prisión de todas formas, por "incitación a la violencia sin resultado".
Un caso contra mí está pendiente porque se supone que llamé al jefe de policía Dr. Weiss Isidor, a pesar de ser su nombre Bernhard.
Un segundo caso está pendiente porque caricaturicé al arriba nombrado Bernhard Weiss como Nero en Der Angriiff, con el comentario "Bernhard desempeña solamente papeles desagradecidos".
Luego hay un tercer caso, porque el Angriff pintó un dibujo de Bernhard Weiss tras la máscara de un asno, "claramente reconocible", con el texto "en el estado de emergencia cualquier burro puede gobernar"
Un cuarto caso está pendiente, para forzarme a decir quien es Orje (Orje era el pseudónimo que usaba un columnista satírico en Der Angriff).
Un quinto caso pendiente alega que yo conduje por encima de la pierna de un pobre trabajador. Ahora hace un año. Nunca he conducido un coche en mi vida, y en el día en cuestión no estuve si quiera en Berlín. Pero el abogado del estado piensa que el coche tenía el número I A 2637, y que yo soy el tipo adecuado para hacer eso. Mi respuesta de que no sé conducir y que nunca he tenido un permiso, sólo hizo el caso más serio.
Informé a un pipiolo rojo, quien mediante irrelevante interrupción estaba intentado romper un mitin, de que estaba en un mitin del NSDAP, y que si no se callaba, excusaríamos a la SA si, bajo la ley, lo echaban fuera. Esto me llevó a un sexto caso pendiente, por incitación a la violencia.
Luego, se supone que he dicho que la República de Weimar es sólo una chatarrería, en la cual los pujadores, subastadores y políticos expoliaban. Esto llevó al séptimo caso, "por poner en peligro la República"
El octavo caso resultó porque dije que el día llegaría cuando la consciente, decisiva minoría marchara contra este estado de mayorías cobardes, para poner a la fuerza un final a la usura y explotación. Este fue por "intento de traición" (!!)
Como sé por medios fiables, cuatro nuevos casos están en marcha. A qué conciernen todavía no lo sé. Pero esto no lo hace muy diferente. Sólo tengo que abrir la boca o usar mi pluma para dar al abogado del estado trabajo para un mes.
Nunca he tenido un cepillo de dientes de oro de Barmat. (Barmat fue un judío envuelto en un gran escándalo financiero)
No visto un albornoz de seda suyo.
Durante la gran inflación no recibí ningún florín o dólar de él.
Nunca he pisoteado al pueblo alemán o su honor. Pero siempre he combatido a esos cobardes que dejan nuestra patria común en la necesidad.
El sistema de metro no me dará una villa que cueste 120.000 marcos en un futuro previsible.
Nadie tiene mi fotografía firmada en su escritorio.
Bajo las condiciones existentes desde 1918, no tengo, por lo tanto, ninguna oportunidad de tener nada hecho.
¿Y realmente quieres votarme?
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Saludos.
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