La doctrina del bombardeo estratégico

Estrategia y tácticas de combate

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gerkamp
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Bombardeo estratégico de Europa

Mensaje por gerkamp » Lun Jun 06, 2011 2:48 am

En esta ocasión voy a compartir con ustedes otro gran libro. Se titula ''Bombardeo de Europa, su devastacion'', de Noble Frankland. Impreso por la editorial San Martin en España, año 1970. Fue traducido al castellano por Tomas Rodriguez Bachiller.

PRESENTACION
Por Vicente Talón

Aun no se ha establecido muy bien sobre cual de los beligerantes de la II Guerra Mundial recae la responsabilidad del bombardeo de ciudades y centros civiles. Hay quien dice que el primer paso lo dieron los aviones de la Royal Air Force, pero tambien hay quienes aseguran que la iniciativa ostentó el sello de la Luftwaffe. Sea como fuere, lo cierto es que a partir de finales de 1942 los raids de bombardeo aereo fueron una palanca importante en la manera aliada de hacer la guerra. Los polimotores ingleses y americanos intensificaron cada vez mas sus ataques masivos sobre las ciudades del viejo continente, esparciendo el terror y la desolación por doquier. La aviación estrategica aliada visualizó los centros de interes militar, pero tambien se ocupó, en gran medida, de ''hundir la moral'' del enemigo por medio de ataques alucinantes contra objetivos meramente civiles. El empleo del fosforo y campanazos tan brutales como el de Dresden (300.000 muertos en una sola noche) son buena prueba de la aplicacion con que llevaron a cabo este inconfesable programa, del que, por supuesto, no habría de oirse una sola palabra en los juicios de Nuremberg.

Los bombardeos, que durante los ultimos meses de la guerra se ejecutaban casi con plena impunidad, lesionaron gravemente la produccion de guerra alemana, pero no consiguieron abocarla al colapso. Las cifras demuestran que en marzo de 1945, de las fabricas del III Reich salían mas aviones, carros y armas que en el mismo mes de 1942. Y en cuanto a la mella en la moral, nadie ignora hoy que la muerte de tantos cientos de miles de inocentes no predispusieron al pueblo aleman a la claudicación. Por el contrario, aumentaron la resistencia.

La ofensiva de bombardeo fue, en consecuencia, una pagina poco honrosa y cuyos resultados no estuvieron ni a la altura del esfuerzo desplegado por quienes atacaban ni en proporcion a la sangre derramada por quienes recibieron, dia tras dia, la espantosa cascada que caía del cielo.
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gerkamp
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Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Lun Jun 06, 2011 4:17 am

INTRODUCCIÓN: COSECHAR TEMPESTADES
Por Barrie Pin

En pleno verano de 1940, poco mas de 3.000 intrepidos jovenes libraron a Gran Bretaña de una invasión y quizas al mundo entero de una perniciosa tiranía. Su ejemplo encendió la imaginación de toda una generación, y lo que con razon se llamara lo mejor de la juventud britanica, se unió para alistarse en la Royal Air Force, para encontrarse, la mayor parte de ellos, con que las necesidades de expansion del Mando de cazas que alcanzara puesto tan glorioso en la batalla de Inglaterra, no eran tantas como habían deseado.

Daba igual; en cualquier caso, ya era tiempo de pasar de la defensa al ataque.

Churchill había dicho: ''Bombardearemos Alemania de día y de noche en forma siempre creciente, dejando caer sobre ellos una carga de bombas mas pesada cada vez, haciendo degustar y tragar al pueblo aleman todos los meses, una fuerte dosis de las miserias que ellos han esparcido sobre la humanidad.''

El Mando de bombardeo, ciertamente, llevó la guerra a terreno enemigo, y durante largos meses ello constituyó la unica prueba que Gran Bretaña tenía para demostrar al resto del mundo, que no se había rendido ante Hitler como lo hiciera su aliada Francia. Las dotaciones que condujeron los Hampdens, Whitleys y Wellingtons primero, y despues los Stirlings, Halifaxes y Lancasters, de noche por los cielos de Europa, llevaban consigo, no solo la amenaza al agresor, sino tambien la dignidad y la creciente confianza de sus propios compatriotas.

El doctor Noble Frankland es uno de los mas distinguidos historiadores actuales y, lo que es mas, sirvió como navegante en el Mando de bombardeo. Es asimismo co-autor, junto con Sir Charles Webster, de la narracion oficial de ''The Strategic Air Offensive against Germany 1939-45'', escrita mientras servía como historiador oficial del gobierno britanico. Nadie sabe más que él sobre el desarrollo de la campaña que ha llegado a conocerse como la ''Ofensiva de bombardeo contra Alemania'', y muy pocos historiadores poseen su habilidad para presentar algo tan controversial e intrincando de forma tan lúcida y convincente como él lo hace en este libro.

En 1941 se llegó a la conclusion de que el nivel de precision tecnica en los procedimientos de bombardeo era solo suficiente para asegurar que las bombas cayeran dentro de un radio de 8 kilometros de sus objetivos, ello suponiendo que los metodos de navegacion usados, tan rudimentarios, situaran a los bombarderos sobre la ciudad elegida. Antes de que las metas propuestas por los que dirigían la ofensiva tuvieran alguna posibilidad de alcanzarse, habrían de realizarse importantes descubrimientos cientificos, tomarse decisiones valientes y librarse batallas de agudeza e ingenio.

Para cuando la Octava Fuerza Aerea de EEUU se unió al Mando de bombardeo en la batalla, ya se habían conseguido muchos adelantos, pero tambien los cientificos y los tecnicos aeronauticos alemanes habían, para entonces, avanzado mucho y perfeccionado sus sistemas de defensa aerea.

El doctor Frankland, relatando los vaivenes de la batalla, segun los adelantos tecnicos de ambos lados que iban proporcionando a uno y otro ventajas o respiros temporales, nos proporciona una de las mas valiosas lecciones que el libro contiene.

Con la llegada de los americanos, la batalla se desarrolló enormemente, no solo por su alcance, sino tambien por su precio en vidas humanas. El extraordinario sentido del deber de las dotaciones de los bombarderos, es justificado por el hecho de que ellos solos acumularon mas premios y condecoraciones que los componentes de cualquier otra arma; y que lo hicieron a mas alto precio, ya que de entre todos los aviadores que murieron mas de 25.000 no estan enterrados en tumba conocida. Dado que al comenzar la guerra no habia abundantes armas, muchos de los que entonces cayeron, lo hicieron sin haber podido inflingir grandes daños al enemigo, pero su experiencia y sus necesidades condujeron finalmente a la capacidad de aprovisionamiento de materiales proporcionales a su valentía.
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Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Dom Jun 12, 2011 5:11 am

ANTECEDENTES
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La conquista del aire indujo a los altos mandos militares y navales de las grandes potencias, que iban siendo arrastrados hacia el Armageddon, a considerar la influencia que pudiera tener la aplicacion de las nuevas maquinas voladoras (aeroplanos, hidroplanos y aerostatos) en las acciones de guerra terrestres y maritimas. La primera y mas evidente consecuencia era que los aviadores podían alcanzar con la vista mayores distancias que la caballería o los oficiales de Estado Mayor que vigilaban el campo, bien a caballo o desde la cima de alguna colina. Asi que el primer papel asignado a la aviacion fue el de reconocimiento. En este sentido se realizaron ensayos tanto en maniobras militares como en alguna de las acciones belicas que precedieron a la total rotura de hostilidades de 1914. A partir de aqui se produjeron rapidamente tres revelaciones como consecuencia de la idea original de reconocimiento aereo.

En primer lugar, si los aeroplanos podían observar las inmediaciones del campo de batalla o la posible accion naval, aquellos de mayor radio de acción podrían tambien observar lo que estaba sucediendo detras de las lineas enemigas o en sus bases navales. Esta actividad se conoció mas tarde como reconocimiento estrategico. En segundo lugar, si bien era interesante y ventajoso obtener la informacion antedicha, no era menos deseable el tratar de evitar que el enemigo obtuviera parecida informacion y de ahi surgió la idea del combate aereo en el cual los aparatos luchaban al principio con armas de mano, empleandose posteriormente ametralladoras. En tercer lugar, si los aviones podían cruzar las lineas enemigas y observar sus tropas, fortificaciones, trincheras y retaguardia, tambien podían dejar caer explosivos sobre ellos. Así surgió la practica del bombardeo.

Al igual que el reconocimiento, el bombardeo tuvo desde su comienzo dos aplicaciones distintas. Una, tactica, en el sentido de que los ataques se realizarían sobre las fuerzas inmediatas al campo de batalla. Otra, estrategica, ya que los ataques se realizarían sobre las bases de aprovisionamiento o zonas de apoyo de las que el enemigo obtenía su potencia militar. Otra forma de expresar la diferencia entre ambas, sería decir que asi como el bombardeo tactico se ocupa de las acciones de las fuerzas armadas enemigas, el bombardeo estrategico se ocupa de la fuente de esas acciones.

La idea de bombardeo estrategico , que implicaba la necesidada de efectuar vuelos mas largos que en otras formas de bombardeo, constituía la manera mas avanzada de emplear el poderío aereo y empezó a aplicarse casi desde el mismo comienzo de la Primera Guerra Mundial. A fines de 1914, la British Royal Naval Air Service realizó ataques dirigidos principalmente contra hangares de los Zeppelin, en lugares tan distantes como Colonia y Düseldorf. Igualmente los alemanes atacaron Dover y Erith. Estos modestos comienzos dieron paso a un desarrollo considerable de las tecnicas de bombardeo en ambos bandos, pero mas del lado aleman. Los alemanes consiguieron una notable ventaja en el desarrollo de aeronaves y, en enero de 1915, la emplearon para comenzar la primera ofensiva aerea estrategica sistematica y continuada de la historia. En el curso de la guerra, esos aviones dejaron caer cerca de 200 toneladas de bombas, que mataron alrededor de 550 personas. Empezaron sobre Yarmouth durante la noche del 19 al 20 de enero de 1915 y alcanzaron Londres por primera vez la noche del 31 de mayo al 1º de junio.

Por su gran novedad, estas operaciones, que apenas afectaban al curso de la guerra, producían considerable impresion. Pero tambien llevaban consigo el peligro de avivar el instinto defensivo que entrado ya 1916, reveló que los Zepelines eran blancos fáciles para los aviones de caza e, incluso, para las baterías antiaereas. Eran grandes, lentos y altamente inflamables. Las perdidas llegaron a ser muy considerables para los alemanes, por lo que se pusieron a pensar en nuevos metodos para proseguir con los ataques. Estos metodos tomaron forma a principios de 1917, cuando los alemanes crearon sus fuerzas de bombardeo de largo alcance equipadas con aparatos Gotha, que fueron los verdaderos primeros bombarderos pesados. De esta semilla que los alemanes sembraron, nació la cosecha de huracanes; pues fue precisamente en respuesta a los ataques de Gothas que se desarrollaron en Gran Bretaña tanto la Royal Air Force en 1918, como asi tambien el mando de Bombardeo en 1936.

Los ataques con Gothas, que a veces iban acompañados de Giants, empezaron en abril, extendiendose gradualmente hasta que el 13 de julio de 1917 sucedió un hecho de importancia historica. Un ataque diurno realizado por 14 Gothas sobre Londres dejó caer 118 bombas y mató a 160 personas. Cien cazas británicos trataron de rechazar el ataque, pero no pudieron derribar ni a uno solo. Todos los bombarderos alemanes volvieron a sus bases sanos y salvos. Se decía que Londres estaba ahí, a merced de los bombarderos alemanes. Si tan solo 14 aviones, en pleno día, sin perdidas, obtenían tales resultados, ¿Que depararía el futuro? Esta era la pregunta que se hacía tanto la poblacion ultrajada como el alarmado gobierno de Lloyd George. Para contestarla, se llamó a uno de los estadistas del Imperio, el general Smuts.

Smuts estimó que el arma aerea, con su capacidad para bombardear a largas distancias, había dado una dimension totalmente nueva al acto de la guerra. Creía incluso posible que esta forma de accion belica se afirmaría tan poderosamente que los viejos sistemas militares y navales pasarían a ser secundarios y subordinados. Con el fin de mejorar los sistemas de defensa aerea contra bombarderos hizo varias recomendaciones, pero, en resumen, su opinion era que la unica defensa realmente efectiva era el contraataque. Por eso pidió que, rapidamente, se desarrollara la fuerza britanica de bombardeo para atacar Alemania. Creia, asimismo, que este tipo de operaciones aereas requerían un estudio y direccion especiales, pues no eran una prolongacion de los metodos militares y navales, eran una nueva clase de guerra. Estas operaciones aereas habrían de ser planeadas por mandos especializados y llevadas a cabo por un cuerpo especial. Asi que Smuts no soló recomendó la creacion de fuerzas de bombardeo independientes, sino que tambien la creación del consiguiente Estado Mayor del Aire y su personal de combate, ambos separados de las otras armas tradicionales. Sus recomendaciones se aceptaron inmediatamente y se pusieron en practica sin perdida de tiempo. Para octubre de 1917 ya se había formado una escuadrilla de bombardeo de largo alcance para atacar objetivos alemanes. El 1º de abril de 1918 se constituyó la Royal Air Force, siendo la primera arma aerea independiente del mundo. En junio del mismo año, y tomando como base el Ala de Ochey, se creó la Fuerza Independiente que se haría cargo del montaje de la ofensiva estrategica contra Alemania. Esta nueva fuerza era independiente de las campañas terrestres y maritimas que, hasta entonces, habían absorbido casi todo el poderío aereo britanico.
Bombardero Gotha
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Por entonces ya se habían mejorado las defensas aereas y se habían logrado contener los ataques de Gothas y Giants, pues, aunque no tan vulnerables como los Zepelines, estos aparatos eran pesados y se les hacía demasiado dificil competir con los ligeros cazas que acudían a interceptarlos. Para evitar el combate contra los cazas, los ataques se realizaban de noche, aunque eso tambien tenía sus inconvenientes, pues de los 60 Gothas y Giants perdidos durante 1917 y 1918, unos 36 lo fueron al estrellarse en sus propias bases de Belgica cuando volvían de Inglaterra. Tampoco el numero de acciones realizadas por el Ala de Ochey, la VIII Brigada o la Fuerza Independiente, fue suficiente para corroborar o no las predicciones de Sumts. Cuando los procedimientos guerreros tradicionales precipitaron el fin de la guerra, en noviembre de 1918, el bombardero pesado cuatrimotor ''Handley Page'', con capacidad para llevar 1,5 toneladas de bombas y con alcance suficiente para llegar a Berlin desde bases inglesas, todavia no habia sido puesto en servicio. Parecía que tanto la RAF como la Fuerza Independiente habían perdido el autobus, y que la proclamacion de la revolucion estrategica hecha por el general Smuts iba a ser pronto olvidada. Sin embargo, no fue asi.

Surgió entonces en Gran Bretaña la colosal figura de Trenchard, que fue durante diez años jefe de Estado Mayor del Aire y despues el genio director de la RAF. Trenchard basó su doctrina en las afirmaciones de Sumts. Proclamó que en la guerra aerea la mayor defensa es el contraataque. Estableció que el efecto moral de los bombardeos demostraría ser superior al fisico y que, en el futuro, el camino hacia la victoria en la guerra no sería otro que el desarrollo de una ofensiva aerea contra los centros vitales enemigos. Segun Trenchard, no había defensa directa eficaz contra los bombardeos, asi que las fuerzas aereas debían dedicarse principalmente a la creacion de las secciones de bombardeo. Los cazas no servían mas que para impresionar a politicos y ciudadanos. La verdadera superioridad aerea consistía en la capacidad para transportar, con mayor facilidad que el enemigo, una mayor carga de bombas.

Trenchard no consiguió crear los cuerpos adecuados para realizar perfectamente tales ideas en la guerra, ni pudo imbuir en el ejercito del aire un espiritu inquisitivo o la aficion a experimentar. Los problemas operativos del bombardeo: busca de objetivos, puntería e incluso navegacion normal, quedaron practicamente ignorados y lo que es peor, casi ni admitidos. Consiguió, sin embargo, perpetuar la RAF y preservar la idea de la ofensiva estrategica aerea. Ello fue una hazaña considerable y quizas ningun otro hubiera podido realizarla.

La idea de bombardeo estrategico, que creció rapidamente en Alemania durante la I Guerra Mundial, se vino abajo en ese país durante el período de entreguerras. La experiencia adquirida por la Luftwaffe en la Guerra Civil Española, les hizo llegar a la conclusion de que el uso mas efectivo de la aviacion era como apoyo directo del ejercito en el campo de batalla; lo cual no es sorprendente si se considera que los alemanes apuntaban hacia una victoria basada en la fuerza militar de su ejercito de tierra. El general Wever, primer jefe de Estado Mayor de la nueva Luftwaffe, que abogaba por la construccion de bombarderos pesados de largo alcance, murió en Dresde en un accidente de aviacion en 1936. Su muerte quizas libró a Gran Bretaña de grandes destrozos y sufrimientos. Al estallar la guerra, en 1939, Alemania aun no tenía algun plan sistematico para el bombardeo estrategico de Gran Bretaña. Sus efectivos tampoco eran tan impresionantes, especialmente si se les comparaba con el grado de desarrollo adquirido por otras ramas de las fuerzas armadas.

Aunque Italia carecía de independencia economica para competir con las grandes potencias en la carrera del poderío aereo o militar, si tuvo, en cambio a Giulio Douhet, que con sus escritos ejerció considerable influencia sobre los destinos del poderío aereo. Creía que las guerras del futuro vendrían determinadas solamente por la potencia aerea. Llegó aun mas lejos que Smuts en sus predicciones, pues no solo creía que las operaciones terrestres y navales quedarían relegadas a segundo plano, sino que tambien pasarían a ser inadecuadas. Apuntó que la campaña decisiva sería la ofensiva aerea de largo alcance que, asestando golpes masivos en el mismo centro del territorio enemigo, reduciría en seguida sus ciudades a ruinas, su pueblo a la desesperacion, y su gobierno a la capitulacion. Como medio para llevar a cabo esta ofensiva, Douhet imaginaba un avion acorazado o un bombardero armado capaz de abrirse camino por la fuerza hasta el objetivo. Douhet, al igual que Trenchard, creía que el punto decisivo de la accion contra el enemigo debía ser dirigido contra la poblacion misma, y que el arma adecuada para explotar la desmoralizacion del enemigo en beneficio de la propia victoria, era el bombardero.

Es discutible que Douhet haya sido el unico inspirador de las doctrinas de las fuerzas aereas britanicas y estadounidenses, pero es indudable que sus ideas alcanzaron tal vigencia que contribuyeron a crear un estado de opinion. Hay quien cree que el modelo B-17, que llegó a ser el principal instrumento en la ofensiva aerea americana contra Alemania, fue un simple reflejo del avion imainado por Douhet. Ademas, los americanos planeaban enviar estos aviones en formaciones auto-defensivas, sin proteccion de cazas. Sin embargo, la idea de que el B-17 fue un reflejo de lo que Douhet argumentaba, entra en controversia cuando se piensa que tal vez el famoso bombardero fue diseñado de esa manera debido a que todavía no habían aparecido cazas de largo alcance para protegerle.
Fortaleza volante B-17 de la USAAF
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En todo caso, las influencias sobre las doctrinas americanas de bombardeo fueron ejercidas, en todo momento, bajo los cánones britanicos. Esta influencia fue favorable, por un lado, en el sentido de que se demostró una muy marcada confianza en las teorias ofensivas del bombardeo estrategico, que a la larga dieron lugar al desarrollo de los cuatrimotores B-17 ''Flying Fortress'' y B-24 ''Liberator''. Por otro lado, fue desfavorable pues los americanos no se mostraron muy de acuerdo con el concepto de bombardeo nocturno que tenían los ingleses. Los estadounidenses eran partidarios de los bombardeos a la luz del día, que eran mucho mas precisos y eficaces.

Los sistemas britanicos de bombardeo, que dieron forma al curso de la ofensiva lanzada por el mando de bombardeo y que influyeron en los americanos, no fueron exactamente los propuestos por Trenchard. En los ultimos años de paz, siendo Primer Ministro Neville Chamberlain y jefe del Estado Mayor del Aire Sir Cyril Newall, se introdujeron importantes modificaciones en los metodos de Trenchard. Tales cambios se debían, en cierto modo, a la necesidad de hacer frente a la realidad de una cada vez mas problematica situacion y tambien, en parte, a los adelantos cientificos y tecnicos. La filosofía de Douhet, un miedo exagerado a los efectos morales producidos por los bombardeos, tuvo tambien un papel importante en esas modificaciones.

La realidad de la situacion era que, en la guerra que se aproximaba, a pesar de los programas de rearme britanicos y del tamaño del ejercito frances, los alemanes serían los que escogerían el momento de comenzar las hostilidades y el teatro de sus operaciones, apoyados con una pronunciada superioridad militar. Se tenía la impresion de que esta superioridad se extendería tambien a la Fuerza Aerea. Como consecuencia surgió en Gran Bretaña, no solo en en la imaginacion popular o en los periodicos, sino tambien en el Estado Mayor del Aire, el temor fundado de que los bombarderos alemanes pudieran asestar a Inglaterra un golpe tal que, habiendo causado destruccion, muerte y sufrimiento brutales, hiciera imposible la continuacion de la guerra.

La solucion propuesta por las doctrinas de Smuts, Trenchard y Douhet era el construir una fuerza de bombardeo considerable con capacidad para contraatacar con mayor energía; y ella fue, al menos en teoría, la escogida por el gobierno. Solucion que se confirma en 1932, cuando el Primer Ministro Baldwin dijó en la Camara de los Comunes que como los aparatos de bombardeo era incontenibles, la unica posibilidad de defensa era el contraataque. Sin embargo, cuando en 1936 se formó el Mando de Bombardeo, se hizo evidente que a Gran Bretaña le sería sencillamente imposible equipar a las fuerzas de contraataque con el armamento que se requería. Un simulacro de movilizacion del Mando de Bombardeo, hecho durante la crisis de Munich, demostró concluyentemente que todavía no estaban preparados para entrar en acción. Incluso un año despues, los casi recientes Wellingtons, Whitleys y Hampdens aun no estaban adecuadamente perfeccionados o equipados, ni su numero era el suficiente para hacer frente a una ofensiva de bombardeo seria.

Asi que, aunque el Estado Mayor del Aire continuaba con su aparente devocion hacia las doctrinas de Trenchard, este se vió obligado a depender completamente de las defensas aereas mientras esperaban la aparicion de los bombarderos cuatrimotores, encargados en 1936. El gobierno persistió en la doctrina del contraataque hasta que Sir Thomas Inskip, ministro civil para la coordinacion de la Defensa insistió que se diera prioridad al Mando de caza en detrimento del de Bombardeo.

Asi que, en contra de lo que pudiera parecer aconsejable teoricamente, Gran Bretaña desarrolló, entre los años 1937 y 1940, el sistema de defensa antiaerea mas adelantado del mundo en lugar de crear la mas potente fuerza de bombardeo. El mando de caza fue provisto de aparatos Hawker Hurricanes y de los aun mas impresionantes Supermarine Spitfires. El problema de situar tan esplendidos aparatos en los correctos puntos de intercepcion para que pudieran ejercer su accion y su potencia de fuego sobre las fuerzas aereas enemigas atacantes se resolvió con la invencion y puesta a punto de la primera cadena preventiva de radar, desarrollada por Sir Robert Watson Watt.

La RAF se preparó para la que resultó ser la unica y mas decisiva acción aerea de la historia, la batalla de Inglaterra. Esta evitó la derrota y la ocupacion de Gran Bretaña, y el Estado Mayor del Aire nunca cometió el error de esperar de ella nada mas. Las esperanzas de contribuir a la derrota de Alemania estaban puestas en el Mando de Bombardeo y, aunque en 1937 el Mando del Aire se había visto obligado a aceptar el retraso en su revision de argumento y expansión, en compensacion se dedicó a desarrollar una serie de planes de bombardeo conocidos como ''Planes Aereos Occidentales'' con los que, en su momento, esperaban dar forma a una ofensiva aerea estrategica contra Alemania.

Estos planes consideraban la posibilidad de atacar la industria del petroleo sintetico, los sistemas de transporte, las fuentes de energía electrica como asi tambien de otros tipos. Pero lo mas importante; tenían la intencion de minar la moral del pueblo. Otros planes consideraban posibles métodos por los cual el Mando de Bombardeo pudiera contribuir a la guerra tanto en mar como en tierra, por medio de ataques dirigidos contra la flota alemana y contra los medios de comunicacion enemigos en los campos de batalla de Francia.

Los planes aereos occidentales representaban, por parte del estado mayor del Aire, actos de innecesaria fe ciega y gran sagacidad. Eran sagaces en el sentido de que proveían al mando de bombardeo algo que ninguna otra fuerza aerea del mundo tenía: una guía de considerable perspicacia para una ofensiva aerea de importancia. En las ultimas etapas de la guerra se descubrió que los ''Planes Occidentales'' eran, no solo en forma general sino tambien detalle, perfectamente aplicables a las fuerzas de bombardeo en acción. Demostraban poseer buen sentido en la forma en que las esperanzas de Trenchard (un poco exageradas) fueron sustituídas por los puntos de vista mas realistas que decían que el Mando de Bombardeo sería solo una pieza en la ofensiva, ya que esta lo sería tambien naval y militar; en otras palabras, que solo con bombarderos no se ganaría la guerra. En cualquier caso demostraron tener la valiente prevision de mantener la creencia, aun en la fase de mayor debilidad y en las horas mas oscuras, de que Gran Bretaña hallaría en el momento oportuno medios formidables que compensarían su desventaja inicial. Ciertamente asi fue, y esos medios fueron los bombarderos estrategicos.

Pero los ''Planes Aereos Occidentales'' contenían cierto elemento de fe ciega, y es verdaderamente notable el hecho de que la idea que tenía el Estado Mayor del Aire sobre el efecto de los bombardeos se basaba en la simple multiplicacion de factores, tomando como unidades los efectos de los bombardeos de los Gotha sobre Londres en 1917 y 1918, y los mas recientes de la Luftwaffe en la Guerra Civil Española. Todavía es mas extraña su incapacidad para enfocar los problemas de navegacion y de busca de objetivos que se plantearían en los bombardeos diurnos, por no hablar de los nocturnos. Tambien fue una lastima que el Estado Mayor del Aire fuera incapaz de comprender la importancia de los adelantos realizados en materia de defensa aerea, incluso tomando como modelos los introducidos por ellos mismos en el Mando de Caza (Cazas monoplanos de alto rendimiento totalmente metalicos, red defensiva de radar). La idea de que que el bombardeo era cuestion de formaciones autodefensivas si se realizaba de día, o de facilidad de huida si se hacía de noche, quedó como algo tecnicamente sagrado para el Mando de Bombardeo. Por ultimo, esta incapacidad acabó por ser el defecto mas serio de las doctrinas aereas britanicas, tan fielmente reproducidas en EEUU y que les causaron un verdadero desastre. Sin embargo, a Alemania las consecuencias de despreciar casi por completo las posibilidades que ofrecía el bombardeo estrategico, le trajeron al final muchos mas serios resultados. Es, en verdad, interesante el hecho de que, de todas las potencias beligerantes en la II Guerra Mundial, las dos unicas que se prepararon sistematicamente para el uso sostenido de los bombardeos estrategicos fueran Gran Bretaña y EEUU.

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Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Lun Jun 13, 2011 1:58 am

Ya que el siguiente captulo es un poco largo, voy a dividirlo en partes. Espero que no moleste.

EL COMIENZO DE LA OFENSIVA: SEPTIEMBRE DE 1939—DICIEMBRE DE 1942

PARTE I

Al principio de la guerra la estrategia anglo-francesa era defensiva. Los Aliados consideraron que el tiempo iba a su favor. Este les permitiría organizar y modernizar sus fuerzas armadas con el fin de neutralizar la ventaja adquirida por los alemanes, que se habían preparado con mayor efectividad para la guerra. A franceses e ingleses les parecía una locura el provocar la accion militar alemana en Occidente en ese momento de reorganizacion. Asi que se alegraron mucho al serles ofrecida la posibilidad de aceptar la relativa inactividad de la llamada ''pseudo-guerra''.

El mando de bombardeo encajaba perfectamente dentro de esta concepcion estrategica. En septiembre de 1939 pudieron ser movilizadas 33 escuadrillas, aunque 10 de ellas estaban equipadas con Battles monomotores y 6 con bombarderos bimotores ligeros Blenheim. Ninguno de ellos tenía el alcance ni la capacidad de carga suficientes como para hacer algo que valiera la pena en una ofensiva estrategica aerea contra Alemania. Ademas, los Battles habían sido especialmente elegidos para proteger a las tropas britanicas en los campos de Francia. Asi que, en sus principios, el mando de bombardeo solo podía contar con 17 escuadrillas en condiciones suficientes para actuar en una ofensiva estrategica. Estas escuadrillas estaban equipadas con bimotores Wellington, Whitley y Hampden, que eran los mejores bombarderos de la epoca pero que, segun el Estado Mayor del Aire, distaban de ser los aparatos adecuados para realizar con exito una ofensiva aerea a gran escala. Las esperanzas de lograrlo estaban puestas en nuevos aparatos, especialmente en los modelos de cuatro motores que todavía no estaban en condiciones de entrar en servicio. Ahora se ve claramente porque la decision de mantener las dotaciones del mando de bombardeo hasta que pudieran crecer en numero y ser dotados con mejores aviones fue una decision muy inteligente.

Se pensó que sería una locura provocar a los alemanes hasta obligarles a hacer uso de sus fuerzas aereas, mucho mayores en numero, para atacar Francia y Gran Bretaña. El miedo a recibir desde el aire un golpe decisivo, había sido una preocupacion fundamental de los gobiernos de Francia y Gran Bretaña en los ultimos años de paz y, ciertamente, fue esta una de las razones que aclararon el porque de las dificultades que ambos gobiernos tenían para hacer frente a Hitler. Cuando al fin se decidieron a hacerlo, no veían la necesidad de atraerse prematuramente las peores consecuencias. Esta fue otra de las razones por las que se restringió las operaciones del Mando de Bombardeo a objetivos limitados.

Este tipo de razonamientos se unió a aquellas consideraciones sobre la cuestion moral implicada en el bombardeo que, al igual que el bloqueo, comprometía a naciones enteras, no solo a sus fuerzas armadas. Inglaterra no deseaba ser quien diera el primer paso hacia cualquier acción de guerra, especialmente una como el bombardeo estrategico, que podía provocar la indignacion general. Deseaba ademas mantener su prestigio dentro de los EEUU ya que esperaba que, en el futuro, estos se aliaran a ella. En efecto, el 1 de septiembre de 1939, el presidente Roosevelt apeló a las posibles naciones beligerantes en el sentido de que se abstuvieran de llevar la guerra aerea hasta sus máximas consecuencias.

A pesar de estas limitaciones, aun quedaban abiertas al Mando de Bombardeo ciertas lineas de accion que no parecían sobrellevar riesgo ni producir excesivo numero de bajas como asi tambien su condenacion moral. En primer lugar estaban los ataques a escala limitada sobre la flota alemana, ya que nadie podría negar que era un objetivo militar legítimo y que ademas, en ocasiones, podía realizarse sin mucho riesgo de causar victimas civiles. En segundo lugar estaban los vuelos de largo alcance y profunda penetracion para dejar caer sobre el pueblo aleman no bombas sino panfletos de propaganda. Naturalmente los ataques sobre los buques alemanes, que no hacían necesaria la penetracion en territorio enemigo pero si precisaban de un alto grado de exactitud en los bombardeos, se hacían de día. En cambio, las incursiones de propaganda se hacían de noche, ya que imponían largas horas de vuelo, y su efectividad no dependía de la precision en el bombardeo.

Puede parecer que tales operaciones fueron poca cosa en comparacion con el alcance y sacrificio total del Mando de Bombardeo en la guerra, pero tal impresion no sería correcta. De esos primeros movimientos, aun sin tener nada que ver con el bombardeo estrategico, salieron decisiones operacionales que tuvieron gran influencia en el curso de la ofensiva estrategica aerea que seguiría.

Los aviones Wellington del Grupo Num. 3 no pudieron hacer frente a las defensas antiaereas alemanas en sus ataques a la flota germana durante los meses de septiembre y diciembre de 1939. En dos ocasiones llegó a perderse hasta el 50% de los efectivos enviados. La pérdida de 20 Wellingtons en sólo cuatro acciones fue más que suficiente para que el Estado Mayor del Aire britanico comprendiera que los bombarderos pesados no tenían posibilidad alguna frente a los cazas a plena luz del día.

Por el contrario, los Whitleys del Grupo Num. 4, que volaban de noche dejando caer sus panfletos de propaganda y adentrandose a lo largo y ancho de Alemania, sufrieron tan pocas bajas que por boca de su comandante llegaron a decir en su informe oficial que ''no tenían mas remedio que considerar a la oposicion enemiga mas debil de lo que esperaban''.

Como las penalidades soportadas por las tripulaciones de los Withleys (falta de oxigeno y frío intenso) eran facilmente remediables, y como los vuelos de propaganda no tenían problemas en la localizacion de los objetivos, la decision del Estado Mayor del Aire de reducir las operaciones de bombardeo a acciones nocturnas (en la mayoría de los casos) no solo parecía prudente, sino que segura. Como no pareció necesaria la revision de planes de bombardeo estrategico que preveían ataques sobre objetivos especificos tales como fábricas de petroleo y zonas de aprovisionamiento, tal proceso no se llevó a cabo.

Aunque el bombardeo de Polonia por los alemanes se tomó en Gran Bretaña en el sentido de que las restricciones morales que pudieran pesar sobre las acciones propias debían reducirse, el Mando de Bombardeo continuó todavía apartado de cualquier operacion que pudiera ser considerada provocativa para el enemigo y afrentiva por el amigo. Durante los primeros meses de 1940, las misiones que realizaron los grupos Num. 4 de Withleys, Num. 3 de Wellingtons y Num. 5 de Hampdens fueron vuelos de propaganda y de reconocimiento. Los alemanes tambien siguieron la politica de estar a la expectativa, a pesar de que en la noche del 16 de marzo la Luftwaffe atacó ligeramente la zona de Scapa Flow. Esta operacion no era de bombardeo estrategico ya que los objetivos eran barcos de guerra. Los daños producidos no fueron considerables. De todos modos, la RAF no estaba dispuesta a olvidarse de esta escalada en la guerra aerea por ligera que hubiera sido. Tres días despues, en la noche del 19 de marzo, 30 bombarderos Whitleys y 20 Hampdens fueron enviados a bombardear la base alemana de hidroaviones de Hörnum, ubicada en la isla de Sylt. Casi todas las tripulaciones informaron haber visto y bombardeado al objetivo con bombas altamente explosivas de 125 y 250 kilos. Solo se perdió un aparato.

Este fue el primer ataque que el Mando de Bombardeo dirigió sobre un objetivo en tierra. Era el principio de una vasta ofensiva, y se mostró como un comienzo muy prometedor. Sin embargo, el 8 de abril, un vuelo de reconocimiento fotografico sobre Sylt mostró la total ausencia de daños en la base de Hörnum y sus alrededores. Ello fue la primera señal de que el bombardeo nocturno iba a ser mas dificil de lo esperado. El Estado Mayor del Aire comenzó a preguntarse cual sería el grado de exito de sus aviadores cuando les llegase el momento de comenzar una ofensiva sistematica contra objetivos en el interior de Alemania y los ataques habrían de hacerse durante la noche. Para empeorar las cosas, no podían volver a la idea de los bombardeos diurnos hasta no tener en servicio aparatos mas modernos, pues esa idea había sido borrada por las defensas antiaereas de Alemania.

El ataque alemán a Dinamarca y Noruega, que empezó el día 9 de abril de 1940, fue un aviso a Occidente de la velocidad, severidad y habilidad de los métodos germanos que pronto pondrían a Francia fuera de combate y harían que Gran Bretaña se viera al borde de la catastrofe. El fracaso aliado en Noruega no fue suficiente para que se decidiera emplear a fondo en la guerra al Mando de Bombardeo. El Ministerio de Guerra ingles peraneció indeciso sobre la conveniencia de iniciar operaciones bombardeo estrategico. Por su parte, los franceses, que pensaban que en ese tipo de lucha tenían mucho que perder y poco que ganar, se opusieron firmemente a cualquier tipo de expansion de la guerra aerea a cargo del Mando de Bombardeo. El 13 de abril de 1940, el mariscal del aire Portal, que acababa de suceder a Sir Edgar Ludlow-Hewitt como comandante en jefe del Mando de Bombardeo, recibió, como directriz a seguir, la orden de mantener a sus fuerzas preparadas para cualquier contingencia, ni mas ni menos. Empezaba a verse claramente que los mejores objetivos para una ofensiva nocturna habrían de ser: las fábricas de petroleo, porque contenían un elemento autodestructivo; nudos ferroviarios importantes para el transporte de tropas, porque tenían que mantener una buena iluminacion; o tambien un hostigamiento general que haría cundir la alarma, la desesperacion y la perdida de sueño entre la poblacion activa.

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Mensaje por gerkamp » Lun Jun 13, 2011 3:36 am

PARTE II
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Al amanecer del día 10 de mayo de 1940, los ejercitos alemanes forzaron su camino a traves de las fronteras neutrales de Holanda y Bélgica, dando comienzo así a la batalla de Francia. Cinco días despues los holandeses habían sido superados, y las defensas francesas en Sedan penetradas. Rotterdam fue bombardeada por la Luftwaffe, y con ello se producía la primera crisis de importancia de la II Segunda Guerra Mundial. Ese día, el 15 de mayo, el Ministerio de Guerra británico autorizó al Mando de Bombardeo a extender sus operaciones desde los campos de batalla y las lineas de comunicaciones inmediatas hasta el corazon de Alemania. Esa misma noche se enviaron 99 aparatos del Mando de Bombardeo a atacar objetivos petrolíferos y ferroviarios en el Ruhr. La ofensiva aerea estrategica contra Alemania había comenzado.

El primer objetivo era frenar el avance alemán hacia Paris y los puertos del canal. Despues habría que intentar minar la fortaleza de la maquina de guerra germana, dirigiendo los golpes directamente contra las fuentes de aprovisionamiento tales como la producción de petroleo, los sistemas de transporte e incluso las fabricas bélicas. El primer objetivo se acometió principalmente de día, y a un alto precio en bajas de bombarderos ligeros Battles y Blenheims, que haciendo frente a circunstancias casi desesperadas, intentaron destruir puentes y otros objetivos inmediatos al campo de batalla. Sin embargo, no era mucho lo que se podía lograr con tales medios en vista de la enorme superioridad de los ejercitos alemanes; y pronto la inferioridad de franceses y britanicos quedó al descubierto. A Dunkerke siguió rapidamente la capitulacion de Francia el 17 de junio. Esto supuso que Gran Bretaña quedaba sola frente a Hitler; sola y con tan solo un arma capaz de asestar golpes ofensivos directos contra Alemania. Esta arma era el Mando de Bombardeo.

Se concedió prioridad al objetivo de minar la moral alemana desde su interior por medio de la ofensiva estrategica aerea contra sus puntos vitales. No es solo que ello aparentara ser una estrategia prometedora sino que, en realidad, se mostraba como la unica alternativa posible para no ceder la iniciativa al enemigo; lo cual implicaría actuar solo a la defensiva. La linea de accion mas prometedora se centraba sobre la industría petrolífera germana. El petroleo era una necesidad absoluta del esfuerzo belico, y los metodos modernos de guerra mecanizada, en la que tanto carros blindados como aviones tenían los papeles principales, exigían combustible en grandes cantidades. Como Alemania no poseía recursos naturales de petróleo, y su suministro desde el exterior se veía entorpecido por acción de la flota británica, se veía subordinada en alto grado a su producción de petróleo sintetico. Parecía logico suponer que el esfuerzo bélico aleman perdería considerable fuerza y no podría sobrevivir por largo tiempo si la destrucción de la mayor parte de estas fábricas se concretaba. Esta conclusion era perfectamente correcta a pesar de que, como se vió mas tarde, las fuentes naturales petrolíferas de Rumania jugaron un papel muy importante en el abastecimiento de la maquinaria de guerra nazi.

La orden recibida el 4 de junio decía que los primeros objetivos elegidos para los ataques del Mando de Bombardeo serían las zonas de produccion de petroleo. En caso de no poder ser aquellas localizadas, se escogerían como objetivos las fábricas de aviones. Y si tampoco estas pudieran localizarse, se bombardearían objetivos iluminados o facilmente identificables con el fin de producir la mayor dislocacion posible en la industria alemana. Las instrucciones ordenaban especificamente que los objetivos atacados fueran perfectamente identificados, y que se afinara la puntería sobre ellos. Se prohibieron los bombardeos hechos sin precision.

No se había conseguido todavía progreso alguno en la realizacion de estas consignas; ni siquiera se dieron cuenta de su imposibilidad ya que Gran Bretaña, como consecuencia del derrumbamiento frances, se vió totalmente sumergida en la que muy bien podria llamarse la mayor crisis de su historia. Esta surgió como consecuencia de la amenaza de invasion y ocupación militar alemana; y significó que el Mando de Bombardeo, ante la nueva e inminente necesidad, tuviera que dejar de lado la estrategia que ultimamente se le había ordenado seguir. En esta ocasion lo que había que hacer inmediatamente era tratar de reducir la intensidad de la posible ofensiva que iniciaría la Luftwaffe contra Gran Bretaña. Por eso, el 13 de julio de 1940, el Mando de Bombardeo recibió la orden de darle prioridad al bombardeo de la industria aeronautica germana. Los objetivos petrolíferos, aunque dejados en segundo lugar, seguían mencionados en la orden, ya que la Luftwaffe dependía directamente de los suministros de petroleo. Tambien habrían de continuar los ataques contra los ahora mas cercanos blancos ofrecidos por la concentracion de barcazas para la invasion.

En realidad el Mando de Bombardeo no podía contribuir en gran medida a la batalla de Inglaterra con su acción directa. Como en su momento Sir Charles Portal apuntó al Estado Mayor del Aire, la industria aeronautica alemana ofrecía unos blancos tan pequeños y tan distantes de las bases inglesas, que las esperanzas de que el Mando de Bombardeo pudiera producirles daños considerables eran casi nulos. Sin embargo, sin darse cuenta, el Mando de Bombardeo contribuyó en forma crítica a la victoria de Gran Bretaña en aquellas horas de mayor peligro. Los alemanes no creían poder llevar a cabo la invasion sino hasta haberse asegurado el dominio del aire en la zona del Canal de la Mancha y, al menos, del sur de Inglaterra tambien. El razonamiento en que se apoyaba esta creencia era que mientras los britanicos tuvieran la superioridad aerea en esas zonas, podrían aprovechar su enorme superioridad en cuanto a fuerzas navales de superficie para dedicar gran parte de estas a presionar sobre las lineas de comunicaciones alemanas al otro lado del canal; en estas circunstancias, el Mando de Bombardeo podría atacar a los ejercitos germanos cuando embarcaban, en el camino, o incluso durante el desembarco. Pero si los alemanes pudieran conseguir el dominio de los cielos, tambien podrían destruir los bombarderos y los buques de guerra británicos. Así que el Mando de Bombardeo junto con la flota británica fueron quienes forzaron a la Luftwaffe a entablar batalla con el Mando de Caza de la RAF. Ello fue un milagro para Gran Bretaña, pues el Mando de Caza era el unico elemento de la estructura de las fuerzas britanicas que, no solo estaba preparado para entrar en accion con completa efectividad, sino que era, en todos los aspectos, superior en cuanto a tactica, posicion y equipo a lo que los alemanes pudieran poner enfrente. El resultado fue una decisiva victoria británica comparable a Trafalgar.

Durante la batalla de Inglaterra, la Luftwaffe desarrolló una considerable ofensiva de bombardeo estrategico contra Inglaterra. Como las perdidas sufridas en las operaciones diurnas eran muy considerables, al igual que había pasado con los britanicos, los alemanes comenzaron a realizar sus ataques de noche. Esto hizo que, desde entonces, se empezaran a tomar a las ciudades como blancos, en detrimento de otros objetivos mas especificos como las fábricas. En la noche del 24 al 25 de agosto de 1940, el centro de Londres probó el sabor de las primeras bombas. Habían pasado mas de 20 años desde aquellas que habían sido lanzadas por los Zeppelines y los Gothas durante la I Guerra Mundial. A principios de septiembre, el peso de los ataques alemanes habían sido ya completamente reducidos a operaciones nocturnas cuyo principal objetivo era Londres. En la noche del 7 al 8 de septiembre cayeron bombas sobre Woolwich, East ham, Poplar, Battersea, Bermondsey, Paddington, Bethnal Green, el puente de Waterloo, Westminster y Dagenham. La tormenta había comenzado.

El sentimiento popular, representado en este caso por el del propio Primer Ministro, era que los alemanes tenían que recibir el mismo trato que daban. Y asi fue. En la noche del 25 al 26 de agosto fue enviada una escuadrilla de Wellingtons y Hampdens del Mando de Bombardeo a atacar objetivos industriales en Berlin. La presion ejercida por Churchill junto con las dudas del comandante en jefe Sir Charles Portal sobre la precision de los bombardeos nocturnos, tendían a llevar los ataques mas sobre las ciudades mismas que sobre determinados objetivos dentro de las mismas o en sus alrededores. Y cuantas mas bombas alemanas caían sobre el centro de las ciudades inglesas, menos escrupulos les quedaban a los britanicos sobre donde pudieran caer sus propias bombas.

Esto era, sin duda, un considerable error, pero ni britanicos ni alemanes se dieron cuenta de la escasa precision de los bombardeos nocturnos. No se percataron de que la mayoria de las veces las bombas no caían en los lugares que debían, ni siquiera en las ciudades elegidas. En ambos bandos, sin embargo, se pensaba que los lugares atacados eran los previamente elegidos, y ello producía mutuas recriminaciones e incluso represalias, ya que por ambas partes se pensaba que el enemigo estaba tratando de crear el terror.

Sin embargo, el Estado Mayor del Aire continuaba pensando que la mejor estrategia era el bombardeo selectivo de objetivos determinados y, hasta cierto punto, esto se opuso al clamor popular y a los intereses de Churchill. A pesar de las recomendaciones hechas por Sir Charles Portal de que debian de elegirse veinte ciudades a las que bombardear, el Estado Mayor del Aire decidió el 21 de septiembre que la prioridad de los bombardeos habría de darse primero a las fábricas de petroleo y segundo a los ferrocarriles.

Las tripulaciones del Mando de Bombardeo, a las que fue encargada la mision de llevar a cabo tan ideales ordenes, carecían incluso de los medios para detectar hasta que punto eran irrealizables. Sin ayuda alguna en los procedimientos de navegacion, se veían obligados a confiar en que la simple estima y la suerte les llevarían sobre sus objetivos. Al no tener focos ni bombas de iluminación, solo contaban con que la luz de la luna y su instinto les sirvieran para identificar el blanco. Como tampoco tenían camaras fotograficas, no pudieron llevar a la base mas que impresiones fugaces sobre lo conseguido.

De todos modos la ofensiva britanica, aunque mucho menos llamativa que el ataque aleman, ya estaba en marcha. En septiembre de 1940 el Mando de Bombardeo realizó un total de 3.141 incursiones nocturnas. 65 bombarderos no regresaron, y 21 mas se perdieron en accidentes posteriores al regreso. El arte del vuelo nocturno estaba todavía en pañales y, aunque a veces los aviones eran sorprendidos por los cazas alemanes, los principales riesgos seguían siendo la metralla, el deslumbramiento por los reflectores, y los factores atmosfericos como el hielo. Se corría tambien el riesgo de perderse y quedarse sin combustible.

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Mensaje por gerkamp » Vie Jun 17, 2011 4:33 am

PARTE III
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El 4 de octubre de 1940, a Sir Charles Portal, que era comandante en jefe del Mando de Bombardeo desde abril, le fue encomendada una tarea de maxima responsabilidad: la de jefe de Estado Mayor del Aire. Su sucesor en el Mando de Bombardeo fue el hasta entonces segundo en el Estado Mayor del Aire, Sir Richard Peirse. De esta forma se invertían las tendencias tácticas en el Mando de Bombardeo y en el Estado Mayor del Aire. Sir Charles Portal, mientras fue comandante en jefe, había dado mucha importancia a la dificultad que los vuelos nocturnos encerraban en cuanto a precisión en el bombardeo, y apremió al Estado Mayor en cuanto a la conveniencia de intensificar los ataques sobre ciudades alemanas. Sin embargo el Estado Mayor, sin llegar a descartar esa idea, continuó empeñado en creer que los ataques selectivos sobre objetivos particulares de la economía de guerra germana, como el petróleo y las comunicaciones, producirían mejores resultados. La posicion había cambiado. El 25 de octubre el nuevo comandante en jefe, Sir Richard Peirse, recibió de parte del Estado Mayor un borrador de los nuevos planes de bombardeo para que diera su opinion sobre él. En este se especificaban los dos objetivos perseguidos por el Estado Mayor. El primero era la destruccion de la moral alemana. El segundo, la destruccion de su industria petrolífera.

El primer objetivo se cubriría eligiendo veinte o treinta ciudades alemanas, escogidas cuidadosamente teniendo en cuenta su tamaño y la importancia de los objetivos que contenían; luego se la atacaría repetidamente cada pocas noches con una fuerza de 50 a 100 aviones en cada oleada. Cuando la visibilidad fuera aceptable, especialmente en los períodos de luna llena, los objetivos a atacar serían plantas de producción de petróleo. El Estado Mayor del Aire seguía considerando la importancia de continuar dedicando cierto esfuerzo contra las zonas de aprovisionamiento y distribucion de materiales; y sabían que el Mando de Bombardeo habría de contribuir a la guerra aeronaval bombardeando de vez en cuando bases de submarinos y aerodromos.

Aunque la orden final, dada el 30 de octubre, había sido algo modificada para hacerla aceptable a las objecciones de Sir Richard Peirse, que decía que al Mando de Bombardeo se le habían encomendado tareas muy superiores a su capacidad, especificaba claramente como sería la ofensiva. Se hizo patente que el Estado Mayor del Aire, apoyado por el Primer Ministro y todo el gobierno, se disponía a adoptar la politica del ataque directo sobre el pueblo aleman en sus ciudades y, sobre las instalaciones militares e industriales que hubiese en ellas o en sus alrededores. Sin embargo, todavia esos ataques para ''minar la moral alemana'' eran destinados principalmente a determinados objetivos dentro de las ciudades. Solo despues del bombardeo de Coventry por los alemanes, en noviembre de 1940, en el cual terminó destruido todo el centro de la ciudad con su catedral, se dieron instrucciones al Mando de Bombardeo que solamente decían: ''atacar el centro de las ciudades''. El primer ataque britanico de esa naturaleza tuvo lugar la noche del 16 al 17 de diciembre en la ciudad germana de Mannheim.

Esta progresion en los acontecimientos, que pronto sería de mucha mayor importancia debido a la ausencia de alternativas, no perjudicó al desarrollo de los proyectos. Es mas, el plan de destruccion de las plantas productoras de petróleo sintetico alemanas recibió un nuevo y fuerte impulso debido al descubrimiento que hizo el servicio de inteligencia ante el Ministerio de Guerra en diciembre de 1940. En él se ponía de manifiesto que las acciones del Mando de Bombardeo habían logrado que la producción nazi de petroleo disminuyera en un 15%. Tal hazaña parece haber sido conseguida con solo 539 toneladas de bombas, lo que representaba menos del 7% de la totalidad del esfuerzo dedicado por el Mando de Bombardeo en los ataques a objetivos industriales, de comunicacion, de puestos de invasion y demas. Esa era la autorizada opinion de un comité ministerial presidido por Geoffrey Lloyd para asesorar sobre la capacidad petrolífera de Alemania y la Europa ocupada. Aunque el comité Lloyd enfatizó la importancia de los suministros de pétroleo rumano, los cuales por su localizacion estaban fuera del alcance del Mando de Bombardeo, sus informes tambien señalaban el alto grado en que Alemania dependía de sus plantas de produccion de petroleo sintetico de alto octanaje.

Aunque mas tarde se demostró que la estimacion de los daños ocasionados hasta el momento en la produccion alemana de petroleo era ridiculamente optimista, en ese entonces esto no era evidente para el Estado Mayor; asi que no es de extrañar que el petroleo adquiriera inmediatamente caracteres de prioridad en los planes de bombardeo. El 15 de enero de 1941 el comandante en jefe recibió la orden del Estado Mayor de que ''la unica mira de su ofensiva aerea habría de ser, hasta nueva orden, la destruccion de las plantas de petroleo sintetico alemanas''.

Ello aparentaba ser un objetivo de lo mas atrayente. La destrucción de las 17 instalaciones produciria una situacion verdaderamente catastrofica en Alemania; y, de acuerdo con las apreciaciones del Estado Mayor, acertadas por cierto, esto se podría conseguir con un total de 3.400 vuelos. Otro atractivo mas era el hecho de que por aquel entonces se consideraba que 9 de esas plantas hacían el 80% de la produccion total del petroleo. Parecía ser la gran oportunidad; nada menos que poner fuera de combate a Alemania con una simple y bien realizada operacion de bombardeo.

Las estimaciones de lo conseguido hasta entonces por el Mando de Bombardeo, asi como sus posibilidades futuras contra los objetivos petrolíferos una vez redoblados los esfuerzos, se habían hecho sin tener en cuenta que, a no ser por un golpe de suerte, se carecía de los medios necesarios para dar con tales objetivos por la noche, con luna o sin ella. Entre tanto entusiasmo, despertado a principios de año por el plan de ataque a la produccion de petroleo, entre los miembros del Estado Mayor del Aire y de los servicios de informacion del gobierno, parece que el unico que se daba cuenta de la verdadera situacion era el primer ministro, quien se mostraba siempre ''esceptico'' ante tanta exactitud. Dudaba que el ''plan contra el petroleo'' produjera resultados significativamente importantes, y lamentaba que las petrolíferas estuvieran, en su mayoría, alejadas de las grandes ciudades. Todo lo anterior era muy evidente, pero en ese entonces, nadie parecía notarlo. El 24 de diciembre de 1940 se hicieron vuelos diurnos de reconocimiento fotografico sobre las plantas petrolíferas en Gelsenkirchen. De acuerdo con los datos, ambas fábricas habían sido atacadas en 196 vuelos de bombardeo con 262 toneladas de bombas altamente explosivas y un numero no especificado de bombas incendiarias. Las fotos mostraron que no se había producido daño alguno en ninguna de las dos fábricas. Como ya había ocurrido anteriormente en la base de hidroaviones de Hörnum, era evidente que las bombas habían caido en un lugar completamente distinto de los objetivos.

Las malas condiciones atmosfericas, sin embargo, libraron al Estado Mayor del Aire de que el ''plan del petroleo'' quedara puesto en evidencia. Durante los meses de enero, febrero y marzo de 1941, el mal tiempo redujo la ofensiva del petroleo a 221 vuelos, es decir, la mitad de los que se habían relizado el trimestre anterior, cuando aun el petroleo no era el objetivo prioritario. En total, se habían planeado hacer 3.400 vuelos.

Antes de que estas cuestiones pudieran adquirir la importancia que en otras circunstancias hubieran adquirido, la ofensiva de bombardeo quedó suspendida por tercera vez al surgir una gran crisi que afectaba no solo a la defensa nacional, sino hasta la supervivencia. Se trataba de la batalla del Atlantico. Si los alemanes, con sus submarinos, sus rápidos barcos de superficie y sus aparatos Focke-Wulf Condor de largo alcance, conseguían cortar las lineas de abastecimiento británicas a traves del Atlantico, Inglaterra moriría de hambre y Alemania vencería. Si, por el contrario, Gran Bretaña conseguía frustrar la ofensiva alemana en la mencionada batalla, podría sobrevivir, pero no por ello Alemania perecería. Por eso la batalla del Atlantico era, desde el punto de vista británico, un esfuerzo defensivo, una pugna que había que ganar para sobrevivir y poder realizar otras acciones, incluyendo la ofensiva de bombardeo; y no una lucha en la que Alemania pudiera ser vencida. Asi que, si se quería ganar la guerra, habría que cuidar la magnitud del esfuerzo a realizar en la batalla del Atlantico. En febrero de 1941, Churchill se dió cuenta de que esa magnitud no era suficiente. El 9 de marzo de 1941 se redactó una nueva directriz para el Mando de Bombardeo, en la que el Estado Mayor del Aire ordenaba a Sir Richard Peirse que en los próximos cuatro meses se diera prioridad a las misiones que tuvieran relacion con la batalla del Atlantico. Es decir que el Mando de Bombardeo: ''Habría de actuar contra los submarinos y los aviones de corto alcance siempre que las circunstancias lo permitiesen, hasta cesar la amenaza''.

Una vez mas el desarrollo de la ofensiva de bombardeo estrategico y, quizas, el reconocimiento de las limitaciones en la que estaba rodeado se vieron disminuidos por la necesidad de que el Mando de Bombardeo reforzara las defensas nacionales. Pero esto no significó de ninguna manera un cambio radical en la politica de bombardeos. Si los bombardeos eran incapaces de acertar en su cometido sobre pequeñas zonas industriales, probablemente tampoco lo harían sobre objetivos navales de reducido tamaño. Aunque, a veces, este argumento era olvidado por los partidarios de la participacion directa del Mando de Bombardeo en la batalla del Atlantico, el Estado Mayor del Aire lo recordaba con frecuencia hasta el punto de que el comandante en jefe Sir Richard Peirse pronto llegaría a quejarse amrgamente por verse obligado a arrojar sobre Brest 750 toneladas de bombas en la para él vana esperanza de destruir los buques germanos Hipper, Scharnhorst y Gneisenau. Decía que tal esfuerzo hubiera sido mejor empleado sobre Bremen o Mannhein. Asi que tal y como se plantearon las cosas, buena parte de la reaccion del Mando de Bombardeo ante la orientacion a seguir en la batalla del Atlantico consistió en atacar las ciudades alemanas que tuvieran conexiones navales.

El 9 de julio de 1941, exactamente cuatro meses despues de que se ordenara al Mando de Bombardeo intervenir en la batalla del Atlantico, este recibió nuevas instrucciones. El comisionado jefe del Estado Mayor del Aire escribió a Sir Richard Peirse: Me dirijo a usted para informarle que un analisis exhaustivo de la situacion politica, economica y militar del enemigo revela que los puntos mas débiles en sus fortalezas radican en la moral de la poblacion civil y en el sistema de transportes interiores''. El razonamiento en que se apoyaba esta afirmacion, era la conclusion tactica de que las plantas petroliferas eran demasiado pequeñas como para ser alcanzadas con buena puntería pero, en cambio, las zonas de aprovechamiento y distribucion de materiales serían blancos factibles en las noches de luna llena. Los días restantes de cada mes, en los que no hay luna llena, se dedicarían al bombardeo intensivo de los objetivos de gran tamaño que constituían las ciudades, lo que empezaba a ser conocido como bombardeo por zonas. Los objetivos ferroviarios, en su mayoría en el Ruhr y en sus inmediaciones, se escogieron pensando en desconectar Alemania y la Europa ocupada de esta zona de aprovisionamiento, y ademas porque en la mayoria de los casos, el objetivo estaba muy cerca de grandes centros de poblacion. Las ciudades elegidas como blanco de los ataques por zonas solían ser tambien importantes nudos ferroviarios. De esa forma ambos objetivos se justificaban el uno al otro. A las listas se añadieron los nombres de Hamburgo, Bremen, Hannover, Frankfurt, Mannhein y Stuttgart para quitar a los alemanes la oportunidad de concentrar sus defensas antiaereas en un solo lugar.

Mientras se redactaban las nuevas directrices, se llegaba tambien a la evidencia de que el elemento precision en que se apoyaban seguía siendo completamente irreal. El capitulo que se refería a la conveniencia de los ataques por zonas contra la moral industrial alemana exigiría, para ser llevada a cabo, una fuerza muy superior a la que tenía el Mando de Bombardeo. El crecimiento del Mando solo podría producirse si se adoptaban las necesarias prioridades en la produccion. La ofensiva por zonas solo podría emprenderse con posibilidades de exito si esta forma de ataque era adoptada con absoluta prioridad dentro de la politica general de bombardeo. Lo ironico del caso era que la inexactitud de los ataques nocturnos, que era cada vez mas evidente y que hacía que la alternativa de los bombardeos por zonas fuera practicamente inevitable, tambien hacía perder confianza en las posibilidades de la ofensiva aerea estrategica en general.

Todos estos factores aparentemente contrapuestos iban ahora a encontrar, al menos hasta cierto punto, su propio valor en la relacion entre una circunstancia estrategica que, para muchos, hacía inconcebible la idea de abandonar la ofensiva aerea estrategica; y una investigacion operativa que probaba, con una claridad sin precedentes, que el unico tipo de ataque a gran escala posible para el Mando, era el bombardeo por zonas.

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Mensaje por gerkamp » Sab Jun 18, 2011 1:25 am

PARTE IV

El 22 de junio de 1941 los alemanes dieron comienzo a la operacion Barbarroja. Si Rusia podría o no resistir la embestida, pronto se hizo tema candente. Gran Bretaña, que se había mantenido sola frente a Alemania durante un año, solo podía esperar que la URSS sobreviviera y contraatacara. Las nuevas perspectivas no redujeron la importancia del papel que el bombardeo estrategico tenía en el conjunto de los planes britanicos. Al contrario, lo aumentaron. Gran Bretaña no podía aportar suficiente ayuda militar y naval a Rusia, asi que era totalmente imposible, en tales circunstancias, abandonar el bombardeo de Alemania, unico medio a su alcance de presionar con fuerza sobre sus enemigos. Los jefes de Estado Mayor británicos estaban completamente de acuerdo en continuar la ofensiva estrategica y en el papel que creían, iba a desempeñar. En un memo radactado a fines de julio decían: ''Creemos en la necesidad de destruir la maquina de guerra alemana, la economía que la alimenta, la moral que la sostiene, los suministros que la nutren y las esperanzas de victoria que la inspiran''. Solo despues de esto sería posible volver al continente y, en su momento, contribuir militarmente a la derrota final de Alemania. Los jefes de Estado Mayor afirmaban: ''En el bombardeo realizado a una escala no soñada en la ultima gran guerra, esta la nueva arma en la cual debemos apoyarnos de manera principal para destruir la vida economica y la moral alemanas''.

Los que estiman (hoy en día y en ese entonces) que Gran Bretaña podría haber abandonado ventajosamente su ofensiva olvidan las tremendas condiciones estrategicas de la época. Sin los bombardeos no habría habido en Gran Bretaña esperanza alguna de victoria, ni siquiera vestigio alguno del agradecimiento ruso que estimulaba.

Una simplificacion mayor del asunto estaba ahora al alcance de la mano, y la creencia en la posibilidad de otra alternativa, que era lo poco que había quedado de las directrices dadas en julio, que no fuera la ofensiva por zonas, estaba a punto de ser totalmente aniquilada.

En agosto de 1941 Lord Cherwell, consejero cientifico del Primer Ministro, envió un investigador civil al Mando de Bombardeo para encontrar la respuesta a la cuestion de la imprecision de los bombardeos nocturnos. Aunque a veces el comandante en jefe había expresado sus dudas al respecto, la verdad es que no se le había dedicado a tal asunto razonamiento sistematico alguno. El enviado de Lord Cherwell examinó mas de 600 fotografías tomadas desde los aviones de bombardeo durante las operaciones de junio y julio de 1941. Tambien leyó los informes de estos ataques. Estas investigaciones probaron que de entre todos los aviones que creían haber bombardeado sus objetivos, solo un tercio, de acuerdo con la evidencia fotografica, se había aproximado a ellos en un radio de 8 kilometros. En resumen, esa fue la conclusion. La evidencia en que se basó variaba segun la posicion geografica de los objetivos, las condiciones atmosfericas y las fases de la luna. Los resultados sobre blancos franceses fueron mucho mejores que sobre el Ruhr, y se demostró que la luz de la luna mejoraba considerablemente la capacidad para hallar los objetivos. La consecuencia mas triste que salía del informe del Sr. Butt (enviado de Lord Cherwell) era que, sobre el Ruhr, de todos los bombarderos que habían recibido credito por haber conseguido tocar sus objetivos, solo una decima parte había logrado llegar a un radio de 8 kilometros de los mismos.

Aunque basandose en estadisticas, que en algunos casos podrían ser cortas de acuerdo con el informe, éste probaba que el area cubierta por los objetivos no era de un radio de 300 metros, no siquiera de 500 a 700 metros. El area cubierta por los objetivos era de 8 kilometros, o sea que dos bombas que cayeran a 16 kilometros una separada de la otra podrían considerarse como dentro del blanco propiamente dicho. Todavía peor, pues se averiguó que muy pocos ataques entre los de mas éxito, alcanzaban ese grado de precision.

Al principio, el comandante en jefe y otros altos mandos del Mando de Bombardeo optaron por buscarle los defectos al informe de Butt, pero no así Lord Cherwell. Una vez más, y no por ultima vez, rehusó retrasar su opinion mientras expertos y partidistas disputaban sobre el significado de las cifras. ''Por imprecisas que parezcan las cifras'', dijo el Primer Ministro, ''son lo suficientemente llamativas como para hacer resaltar la suprema importancia de mejorar los sistemas de navegación''. Winston Churchill tomó el informe con gran ecuanimidad. Esperó las propuestas de acción que vinieran del jefe de Estado Mayor.

El verdadero significado del cambiar los bombardeos diurnos por los nocturnos se hizo ahora evidente. Habrían de tomarse medidas drasticas para elevar el nivel de eficacia del Mando de Bombardeo, pues las perspectivas de precision de los ataques nocturnos eran evidentemente remotas e inciertas. Pero tampoco era posible volver a la idea de los bombardeos a la luz del día. Esto ya se demostró en el verano de 1941.

Cuando los alemanes invadieron Rusia, la necesidad de aligerar a los sovieticos de la presión que soportaban desde el aire, y el hecho de que los alemanes concentraban en el este una gran cantidad de fuerzas aereas, revivieron la idea de los bombardeos diurnos.

Se llevaron a cabo una serie de ataques diurnos sobre Francia, englobados en una operacion llamada ''Circus''. Tenían como objeto hacer actuar a la Luftwaffe. Se escogían objetivos que estuvieran que estuvieran dentro del radio de acción de los cazas británicos. Fueron usados bombarderos Blenheims y, en ocasiones, aparatos mas pesados, incluyendo a veces los nuevos cuatrimotores Stirling. Se trataba de forzar a los cazas alemanes a intervenir y asi dar una oportunidad a los Spitfires que, mas o menos ocultos, acompañaban a los pesados aviones. El plan produjo resultados desalentadores, principalmente porque los Spitfire no tenían alcance suficiente para alcanzar las fronteras alemanas y, por lo tanto, los bombardeos se tuvieron que hacer sobre territorios ocupados a los que los alemanes no daban tanta importancia como a los suyos. De modo que sus cazas solo intervenían cuando la situacion tactica les favorecía.

Empleando los viejos Hampdens y los nuevos cuatrimotores Stirling y Halifax, se puso a prueba tambien la tactica de los bombardeos diurnos autosuficientes (sin proteccion de cazas). Se hicieron ataques en pequeña escala sobre Kiel, La Pallice y Brest, que tuvieron cierto grado de éxito. Por ejemplo, en el ataque a La Pallice seconsiguieron al menos cinco impactos sobre el buque de guerra Scharnhorst que, como el capitan Roskill recoge en su libro ''The war at sea'', tuvo que navegar hacia Brest con 3.000 toneladas de agua a bordo. Sin embargo, las pocas bajas que se sufrieron continuaron siendo inaceptablemente altas. En la operacion de La Pallice, 14 Halifaxes alcanzaron el objetivo. De ellos, 5 fueron derribados y los restantes dañados por la metralla y los ataques de cazas. Esto había ocurrido en un objetivo situado casi en la frontera francesa. De nuevo se hizo patente que contra objetivos situados en el interior de Alemania, los bombarderos pesados no podían ser empleados en la forma de guerra usual.

Sir Charles Portal propusó al Primer Ministro que el Mando de Bombardeo debía ser empleado primordialmente en una ofensiva a fondo contra las ciudades alemanas. Si se pudiera conseguir que estos ataques fuesen tan efectivos como el bombardeo de Coventry por los alemanes, y se pudieran realizar contra un numero suficiente de ciudades alemanas, seguramente el objetivo de minar la moral alemana estaría al alcance de la mano. Para ello era indispensable ampliar considerablemente el Mando de Bombardeo. Sus métodos tacticos habrían de ser revisados cuidadosamente, y habría que proporcionarle ayuda cientifica para tratar de resolver sus problemas de navegacion y puntería.

Churchill aceptó, aunque no sin cierta desgana causada por anteriores excesos de optimismo del Estado Mayor del Aire. En noviembre de 1941 el Mando de Bombardeo tenía alrededor de 506 aparatos, y su ampliacion no podía hacerse repentinamente. No obstante, lo mas necesario era alguna fuente de exitos lo suficientemente llamativa para restablecer la confianza del Mando, pero esto tambien tendría que esperar. La noche del 7 al 8 de noviembre de 1941, 37 bombarderos de un total de 400 enviados sobre Berlín, Mannhein, el Ruhr y otros lugares, no regresaron a sus bases. Estas perdidas sustanciales, se consideraron como de relativa importancia, pues el Mando de Bombardeo debía sobrevivir para participar en las luchas que le esperaban y, especialmente en vista de los refuerzos y mejoras ya inminentes, planeadas para él. El 13 de noviembre, el comandante en jefe recibió una orden del gabinete en la que se le comunicaba que debía mantener la potencia del Mando ''para poder construir una gran fuerza aerea que estaría disponible para la primavera del año siguiente''.

Asi, el Mando de Bombardeo llegó al nadir de su destino. Darse cuenta de ello dió lugar a la ofensiva, tanto porque estimuló el desarrollo radical de tacticas de bombardeo como porque tambien marcó el tipo de ofensiva que podría emprenderse. Las alternativas habían sido puestas en evidencia, y la idea de los bombardeos por zonas fue casi la unica superviviente. Las unicas excepciones fueron algunos elementos especiales del Mando de Bombardeo y, como veremos despues, la doctrina aerea de EEUU.

Durante las ultimas tres semanas de 1941 y las primeras tres de 1942, el Mando de Bombardeo dedicó mas de un tercio de sus esfuerzos totales a atacar los barcos de guerra anclados en Brest. Las esperanzas de hundir tan formidable flota no eran muchas, y no se cumplieron. El 12 de febrero de 1942, el Scharnhorst y el Gneisenau realizaron su épica salida por el Canal de la Mancha con destino a puertos patrios. Este hecho resolvía la cuestion de Brest, al menos en lo que se refiere al Mando de Bombardeo, y abría el camino a la reanudacion de una ofensiva aerea estrategica mas vigorosa contra Alemania.

El 14 de febrero se expidieron nuevas directrices de bombardeo. Especificaban que las miras de la ofensiva irían dirigidas contra la moral de la poblacion civil, especialmente la de los obreros industriales. Los primeros objetivos escogidos fueron Essen, Duisburg, Dusseldorf y Colonia. Todas esas ciudades quedaban dentro del alcance del reciente sistema de radar para ayudar en la navegacion, conocido con el nombre de Gee, que estaba siendo instalado en un cierto numero de bombarderos. Otro objetivos, Berlin incluido, que quedaban fuera del alcance del Gee, fueron mencionados para ser atacados cuando fuera posible. Otros blancos como fabricas de goma sintetica y plantas de obtencion de petroleo y electricidad, que exigían alta precision por parte de los atacantes para ser destruidos, se incluyeron en las listas para el caso en que el Gee probara ser tan eficaz y preciso como sería necesario para esas misiones. Para evitar confusiones, el jefe de Estado Mayor del Aire puso una nota en las nuevas directrices señalando que en los ataques sobre ciudades ''los blancos habrían de ser las zonas edificadas y no las zonas portuarias o las fábricas de aviones...''

Estas eran las instrucciones que aguardaban al nuevo comandante en jefe, pues Sir Richard Peirse había cesado en el puesto el 8 de enero. Su sucesor, el mariscal del aire Arthur Travers Harris, tomó el mando el 22 de febrero. El nuevo comandante heredó una fuerza aerea que en dos años de guerra había fracasado en su intento de hacer mella en la fortaleza alemana y que, en cambio, se había visto machacada en muchas ocasiones y era, en ese momento, el centro de una controversia de cuyo resultado dependía su futuro.

Rusia había resistido, y ahora les llegaba a los alemanes el turno de sufrir mientras invernaban en las cercanías de Leningrado, Moscú y Stalingrado. En diciembre, el ataque japones a Pearl Harbor trajo a EEUU a la gran alianza combatiente. No solo ya había procedimientos potenciales futuros para atacar Alemania distinto de los bombardeos; había tambien crisis inminentes de todo tipo desde el Atlantico al Oriente Medio, y desde Europa al lejano Oriente, donde los japoneses arrasaban todo lo que encontraban a su paso. ¿Podría Gran Bretaña permitirse el seguir haciendo inversiones en el Mando de Bombardeo? ¿No podían emplearse sus aparatos en asuntos mas inmediatos?

La fe puesta por el Estado Mayor del Aire en el bombardeo estrategico era criticada por todos. La Marina pedía mas y mas escuadrones para sus comandos de costa, y deseaba que fueran creados mas de estos en otras areas. El gobierno parecía vacilar y uno de los ministros mas influyentes, Sir Stafford Cripps, quien algunos creian iba a suceder a Churchill, dijo el 25 de febrero en la Camara de los Comunes que se estaba considerando la posibilidad de hacer cambios en lo que se refería a la orientacion dada al Mando de Bombardeo.

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Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Dom Jun 19, 2011 1:44 am

PARTE V

El 30 de marzo de 1942, Lord Cherwell envió una nota al Primer Ministro en la que afirmaba que el analisis de los ataques alemanes sobre Birmingham, Hull y otras ciudades británicas probaba que por cada tonelada de bombas, quedaban sin hogar entre 100 y 200 personas. Estimaba que el promedio de vida operativa de los aparatos del Mando era de 14 ''raids'', en los cuales podían arrojar un total de 40 toneladas de bombas y dejar sin hogar de 4.000 a 8.000 personas. Había puesto al descubierto que en 1938, 22 millones de alemanes vivían en 58 ciudades de poblacion superior a los 100.000 habitantes. Creía que el Mando de Bombardeo era capaz de localizar y alcanzar esas 58 ciudades. Esperaba que para mediados de 1943 el Mando de Bombardeo recibiera un total de 10.000 bombarderos pesados nuevos. Con la mitad de la capacidad de bombardeo de estos aviones se podría dejar sin hogar a un tercio de la poblacion total de Alemania. Según Lord Cherwell, eso destruiría el espiritu del pueblo.

Como pronto fue puesto de manifiesto, los datos e incluso los fundamentos de ese razonamiento eran discutibles. Sin embargo, la nota de Lord Cherwell era tan simple, clara y decidida, que hizo resurgir los debates estrategicos en favor del Mando de Bombardeo, y proporcionó al mariscal del aire Harris una oportunidad de probar su capacidad.

La noche del 28 de marzo de 1942, unos 243 aviones del Mando de Bombardeo salieron hacia Lübeck, ciudad medieval situada a orillas del Báltico y construida parcialmente con madera. Por primera vez se emplearon al mismo tiempo: el Gee, nuevas tacticas de bombardeo, nueva cantidad de bombas y nuevos aviones. Aunque Lübeck estaba fuera del alcance del Gee, las tripulaciones que lo llevaban a bordo tenían mayores posibilidades de encontrar el objetivo porque les era factible seguir el trayecto adecuado durante gran parte del camino, reduciendo asi su dependencia en la suerte o la simple estima. Los aparatos equipados con Gee, tripulados por dotaciones especialmente elegidas, se colocaron en vanguardia con ordenes de iluminar el objetivo con bengalas y, si fuera posible, de prenderlo fuego con bombas incendiarias. Todo ello debía hacerse con la intencion de hacer resaltar el objetivo ante el grueso de las fuerzas que venían detras, en su mayoría tripulaciones con menos experiencia y sin aparatos Gee. Ademas, estos ultimos transportaban mayor carga de bombas incendiarias. Se puso en practica la idea de traspasar las ventajas de la experiencia de algunas tripulaciones y de los aparatos Gee al resto de las fuerzas. Tambien se puso a prueba la idea de explotar la capacidad autodestructiva de algunos objetivos, en este caso su inflamabilidad, en lugar de destruirlos fragmentariamente.

El resultado de estas pruebas fue un extraordinario exito. La mayoría de las tripulaciones que regresaron dijeron haber tenido exito en alcanzar el area del objetivo señalado; investigaciones posteriores, suministradas por la fotografía aerea, un arte enormemente afinado, confirmó plenamente tan alentadoras declaraciones. Ademas, el reconocimiento fotografico realizado sobre el area el 12 de abril, mostró que casi la mitad de la ciudad, unos 400.000 metros cuadrados, había sido devastada. La impresion era que habían sido destruidas unas 2.000 casas. Tambien fueron alcanzados la estacion de generadora de corriente electrica, la estacion de ferrocarril, varios almacenes y fabricas, el banco nacional, el mercado y la catedral. Por primera vez en la guerra, un ataque del Mando de Bombardeo sobre una ciudad alemana no solo inquietaba a esa ciudad, sino que tambien lograba producir cierta alarma en Berlín, donde los acontecimientos del frente ruso recibían normalmente mucha mayor atencion que cualquier actividad del Mando. Ellos fueron los portadores del aviso del castigo que habría de destruir a los alemanes, quienes empezaron entonces a recoger la cosecha producto de su siembra. Gran parte de la concepcion tactica del ataque a Lübeck estaba inspirada en los métodos empleados por los alemanes en sus ataques a Inglaterra durante el invierno anterior.

Pero Lübeck solo tenía una ligera importancia dentro de los planes estrategicos del Mando de Bombardeo. No era una ciudad de gran importancia industrial, y si fue escogida como objetivo, lo fue mas por lo adecuada para un experimento operativo que por su significado estrategico. Los objetivos mas importantes, como especificaban las directrices del mes de febrero, estaban en el Ruhr o sus alrededores, mas al oeste y dentro del alcance del Gee, pero tambien tierra adentro, fuertemente protegidas y, frecuentemente, ocultas por los humos residuales de las industrias. De todas ellas, era Essen el gran atractivo; alli, en su centro, estaban las fábricas Krupp. Por más que lo intento, el Mando de Bombardeo no pudo reproducir alli su exito sobre Lübeck.

Los objetivos situados tierra adentro eran mucho mas dificiles de localizar que los costeros, porque por la noche lo mas facil de reconocer, si es que había algo visible en la naturaleza, era la diferencia entre mar y tierra. Tambien había otro tipo de dificultades que protegían el Ruhr y los varios objetivos a los que los alemanes daban máxima importancia. Si se volaba a menos de 3.000 metros de altura, las tripulaciones corrían riesgo de cegarse con los reflectores; ademas eran altamente vulnerables al fuego antiaereo. Si se volaba sobre los 3.000 metros o, mejor aun, sobre los 4.500, se reducían los anteriores riesgos, pero en cambio desde esa altura no había manera de identificar con la vista las areas correctas escogidas como objetivo. Teniendo en cuenta que los bombardeos por zonas, para tener exito, dependían de la capacidad de concentracion de los ataques sobre un punto o serie de puntos elegidos como blancos, no podían realizarse bombardeando aquellos en forma imprecisa. El Gee no era todavía lo suficientemente exacto para permitir el bombardeo sin visibilidad, asi que para acertar en el blanco era aun necesario poder divisar el area donde se encontraban los objetivos: primero era necesario ver la zona, y luego era suficiente con distinguirla por los incendios producidos o tambien por las bengalas. Todo ello fue posible en el caso de Lübeck. Los ataques se hicieron volando a altitudes relativamente escasas, por lo que hubo gran numero de bajas, y la operacion se llevó a cabo en una noche de luna con la ayuda que significaba el poder distinguir perfectamente la linea de la costa. Pero el caso de Essen era de un orden totalmente distinto.

Otra dificultad era el efecto cada vez mas grave que producía sobre los bombarderos la aviacion alemana de caza nocturna. A principios de 1942, los cazas nocturnos producían, aproximadamente, el 1% de bajas en los efectivos atacantes del Mando de Bombardeo. Para el verano de ese mismo año, la proporcion había aumentado hasta el 3,5%. Durante el período de agosto a octubre de 1941, el 3,2% de los efectivos enviados sobre Alemania no regresaron, y de todas las tripulaciones que lo hicieron, el 1,4% informó haber sido atacado por cazas nocturnos. Durante el mismo período de 1942, la proporcion de perdidas aumentó al 5,3%, y la de supervivientes atacados por los cazas al 2,9%. Un 5% de pérdidas durante un período completo de tres meses era lo maximo que el Mando de Bombardeo podía permitirse si quería sobrevivir como arma bélica efectiva. Como el asunto no es en modo alguno evidente y como es, a su vez, de fundamental importancia para comprender la ofensiva estrategica de bombardeo, requiere una breve explicacion.

A las perdidas producidas en accion, es decir las tripulaciones que no regresaban a Inglaterra, había que añadir las bajas de aquellas tripulaciones que habían recibido heridas, y las de aquellas heridas o muertes en acciones posteriores al regreso o en simples vuelos de prueba no operativos e, incluso, las de los enfermos y las de aquellos que flaqueaban. Si por todas estas causas se perdía un 7% de las tripulaciones enviadas por el Mando de Bombardeo sobre territorio enemigo, y en el período de 3 meses antes mencionado cada tripulacion hacía alrededor de 30 incursiones, resultaba que, de 100 tripulaciones que empezaran un turno de 100 incursiones, 90 se perderían. Aparte del efecto moral, estaba la consideracion mas inmediata de lo que sería del Mando de Bombardeo cuando se llegara al punto en que practicamente todas las dotaciones de bombarderos fueran inexpertas. El verdadero significado de esto era que, cuando fuera que la proporcion de bajas del Mando se acercaran o superaran el 5% se imponía una cierta prudencia.

Las señales de radar, que empezaban a ser de gran ayuda para los bombarderos en la oscuridad, eran un arma de dos filos, pues tambien podían ser de gran ayuda para los cazas nocturnos y los cañones antiaereos alemanes. Por lo tanto, el Mando de Bombardeo se veía enfrentado no solo a mantener diseminadas las defensas germanas, sino tambien con el de confundirlas y destruirlas.

Un método para conseguir esto ultimo era aumentar el volumen y la intensidad de los ataques. Como los cazas nocturnos alemanes estaban organizados y dirigidos por zonas y cada caza operaba en un pasillo, era lógico suponer que, independientemente del numero de bombarderos que pasaran, serían derribados todos los aparatos que lo cruzaran, y ello servía de base a la esperanza de que al aumentar la intensidad de los ataques se reduciría el porcentaje de bajas. Por razones no muy diferentes, estas consideraciones eran aplicables tambien a los cañones antiaereos dirigidos por radar. Tambien había otra razon para aumentar la intensidad y frecuencia de los ataques. La posibilidad que se ofrecía era de que ante tales ataques, los servicios de rescate y los bomberos alemanes quedaran totalmente sobrepasados, dando con ello motivos para que el Mando de Bombardeo creyera que la magnitud de los destrozos producidos por toneladas de bombas arrojadas fuera aun mayor.

Por estas razones, el Mando de Bombardeo fijó sus miras en los siguientes puntos: utilizar un mayor numero de fuerzas, haciendolas atravesar Alemania en grupos mucho mas compactos; y hacer que los bombardeos se llevaran a cabo en espacios de tiempo mucho mas cortos que por ejemplo el de Lübeck, cuyo plan de ataque se hizo para una duracion de hora y media. Por la noche, los aviones de bombardeo, sin luces de navegacion, eran practicamente invisibles entre sí, salvo por destellos instantaneos; y si no fuera por alguna sacudida de vez en cuando, o por las corrientes de aire producidas por estos grandes aparatos, varios cientos de aviones podían perfectamente cruzar Alemania sin darse cuenta de la existencia de los otros, salvo cuando se incendiaban o se chacaban entre sí. Las tacticas de concentracion e intensificacion de los bombardeos dependían, por tanto, de la precision en los metodos de navegacion, cuestion tomada muy en serio por el Mando de Bombardeo. Venían en camino, como refuerzo del Gee, nuevos e ingeniosos sistemas de ayuda a la navegacion. El Mando de Bombardeo suprimió el puesto de segundo piloto. El lugar vacante fue ocupado por bombarderos especializados, y los especialistas en navegacion sustituyeron a los antiguos observadores. La tripulacion de los cuatrimotores pesados quedo compuesta así: un piloto, un ingeniero de vuelo, un bombardero, un navegante, un operador de radio, un ametrallador en la cabina superior y otro en la trasera.

Las tecnicas de concentracion de bombardeos dependían tambien de la muestra de objetivos. Un metodo podía consistir en que las tripulaciones de mas experiencia mostraran el blanco a las demas dejando caer bengalas sobre él, como se hizo en Lübeck. Otro era el crear un cuerpo especifico, entrenado solamente para ese proposito. Despues de mucho discutir sobre los pros y contras de crear un ''Corps d'elite'', se eligió finalmente este ultimo método, y en agosto de 1942 nació la ''Pathfinder Force''. Sería equipada con tripulaciones minuciosamente escogidas, y provistas de los mejores y más modernos materiales.

Pero, en realidad, lo esencial para la intensificacion de los bombardeos se reducía solamente a cifras, y, en este sentido, el Mando de Bombardeo continuó, durante todo 1942, siendo muy debil. En noviembre de 1941 habían estado disponibles, por noche, un promedio de 506 aparatos con sus respectivas tripulaciones. En mayo de 1942, el numero bajó a 417 aparatos; y en enero de 1943 subió a 515. En estas condiciones puede parecer verdaderamente notable que el 30 de mayo de 1942, cinco minutos despues del mediodía, Sir Arthur Harris ordenara el ''Plan Mil de Colonia'' (Thousand Plan Cologne). Esa misma noche, 1.046 bombarderos despegaron de Inglaterra para bombardear Colonia en la que fue, en su momento, la operacion aerea mas importante en la historia de la guerra. Para llevar a cabo esto, el comandante en jefe puso en juego todo el poderío ofensivo de que disponía e hizo reclutar todos los aparatos y tripulaciones dìsponibles; algunas de estas con muy poca experiencia y otras con más, pero equipadas con aparatos anticuados de las unidades de entrenamiento del Mando de Bombardeo. Fue como llevar una teoría a la practica sin que la primera tomara forma. Iba a ser un adelanto de lo que se podía hacer en adelante con un Mando de Bombardeo mucho mayor. Fue algo de un riesgo increíble, pero que acabó en un éxito memorable.

A las 5 de la mañana del día siguiente, el piloto de un Mosquito que sobrevolaba la zona en mision de reconocimiento, a 7.000 metros, vió un palio de humo que llegaba hasta una altura de 4.500 metros en forma de nube cúmulo-nimbada. Una extension de 2.400.000 metros cuadrados de Colonia había sido devastada. 40 bombarderos no regresaron a su base, y 116 lo hicieron averíados. Por fin, el Mando de Bombardeo se había apuntado un éxito en el ataque a un objetivo de máxima importancia. Pese al fracaso de dos posteriores ''Ataques Mil'' hechos sobre Essen y Bremen, y pese al otoño e invierno descoranozadores y a lo costosas que, con frecuencia, eran sus acciones, el Mando de Bombardeo estaba ya verdaderamente bien orientado y se había centrado dentro de la gran estrategia bélica aliada.

El Estado Mayor del Aire estadounidense, al mando del general Henry Harley Arnold, no quedó muy impresionado por estos logros tanto como sus colegas británicos hubieran deseado. Esto era de un interes puramente academico, ya que la Octava Fuerza Aerea de EEUU estuvo creandose y fortaleciendose, durante el año de 1942, en bases inglesas preparandose para intervenir en la ofensiva de bombardeo estrategico contra Alemania.

Los americanos estaban decididos a montar su ofensiva a la luz del día, y pretendían que consistiera en atacar con precision puntos clave de la economía bélica alemana. Su concepto de bombardeo estrategico se parecía mucho a aquel con el que los británicos habían entrado en la guerra. Lo sorprendente era que la experiencia britanica de bombardeo en acción, que les hizo a estos dejar de llevar a cabo operaciones a la luz del día y adoptar las tacticas de bombardeo por zonas, había, sin embargo, dejado indemnes las doctrinas de los norteamericanos. Para ello había diversas razones. No cabe duda de que los americanos estaban decididos a que su contribucion en la ofensiva tuviera su propio sello. A pesar de que EEUU había ayudado enormemente al Mando de Bombardeo, por ejemplo proporcionando motores Merlin para ser instalados en los aviones Lancaster, no hubo manera de agregar a la Octava Fuerza Aerea como refuerzo del Mando. Al igual que el ejercito del general Pershing en la I Guerra Mundial, hubo de ser un cuerpo de ejercito separado, formado y dirigido por americanos, dentro de la alianza militar. Ademas, los americanos habían desarrollado, y estaban a punto de introducir operativamente, un bombardero cuatrimotor de largo alcance; la ''Fortaleza Volante B-17''. Una version anterior, probada por el Mando de Bombardeo, no se encontró adecuada para el bombardeo nocturno, entre otras razones por las llamaradas que salían de sus tubos de escape. Los nuevos modelos enviados a Inglaterra, con armamento mucho mas potente que el de los bombarderos pesados británicos, eran aptos para volar a grandes alturas, por lo que parecían diseñados a proposito para vuelos diurnos. Ademas, al principio, las tripulaciones de los bombarderos estadounidenses iban muy bien entrenadas en lo referente a volar en formacion cerrada, pero muy poco en lo que se refiere a navegacion. Hay que mencionar tambien que gran parte de las doctrinas americanas sobre bombardeo se habían creado a raíz de algunas experiencias realizadas en Texas, donde la visibilidad a gran altitud era frecuentemente excelente. Por ultimo, los americanos no quedaron muy impresionados por los resultados de los bombardeos nocturnos hechos por los britanicos sobre Alemania en los años 1940-41, cuando, como nacion neutral, todavía tenían contactos diplomaticos y comerciales allí.
Bombardero y navegante de un B-17
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El jefe del Estado Mayor del Aire británico, Sir Charles Portal, estaba muy preocupado. Preveía, como amargos acontecimientos pronto demostrarían, que las teorías americanas que encomendaban a los bombarderos pesados la tarea de operar a plena luz del día, dependiendo para su supervivencia de sus propias defensas, iban a terminar en desastre. Hizo lo que pudo para convencerles de que debían dedicarse al bombardeo nocturno, pero pronto se dió cuenta de que los americanos estaban decididos a llevar a cabo la empresa de realizar sus bombardeos diurnos, y de que si continuaba oponiendose a tal plan, solo conseguiría la retirada americana de la ofensiva de bombardeo estrategico contra Alemania.

El punto de friccion entre el Mando de Bombardeo y la Octava Fuerza Aerea, entre Portal y Arnold e incluso, en ocasiones, entre Churchill y Roosevelt no era el de la precision o imprecision del bombardeo; todos deseaban que los bombardeos se hicieran con precision. Tampoco era si debían de hacerse bombardeos de tipo general o indiferenciado, o sea, atacar objetivos identificables cualesquiera que ellos fueran, o bombardear en forma selectiva, concentrandose sobre elementos particulares vitales de la organizacion enemiga hasta dislocarla. La divergencia era simplemente entre bombardeo nocturno o bombardeo diurno; entre lo que, desde el punto de vista británico, se veía como posible e imposible y lo que, desde la postura americana, parecía o no valer la pena. Lo irónico del caso es que, a pesar de la prudencia, prevision y valor mostrados por ambos bandos, ninguno de ellos vió, como los hechos pondrían de manifiesto mas tarde, cual era en verdad el punto mas importante. La mayor ironía del asunto es que, aun en el caso de que cualquiera de las dos teorías hubiera cedido ante la otra, ni la idea británica ni la estadounidense hubieran tenido completo exito por si solas.

Estas perspectivas, que habrían de irse aclarando al ir pasando de tristes experiencias a resultados triunfales, quedaban sin embargo y desgraciadamente para las fuerzas de bombardeo anglo-americanas, para un futuro aun lejano. En 1942, la unica incursion importante hecha sobre Alemania a la luz del día, fue efectuada por los británicos. El 17 de abril, el jefe de escuadrilla John Dering Nettleton condujo una formación de 12 bombarderos Lancaster, pertenecientes al 5º Grupo, en un ataque de baja altura contra las factorías ''MAN'' en Augsburg, donde eran construidos motores para submarinos. De los 12 aparatos que partieron, solo 5 regresaron, y al jefe de escuadrilla Nettleton se le concedió la Cruz Victoria, aun cuando estuvo lejos de crear nuevas tacticas de guerra. En 1942, los bombardeos diurnos estadounidenses eran de otra naturaleza. Los ataques se hacían desde grandes alturas y en formacion, de forma que los bombarderos podían apoyarse mutuamente co fuego defensivo. Estos ataques estaban, ademas, limitados a los territorios ocupados por Alemania, ya que las defensas antiaereas establecidas en los objetivos alli ubicados eran solo de relativa importancia. Los raids empezaron el 17 de agosto de 1942, cuando 12 bombarderos de la Octava Fuerza Aerea atacaron las zonas de aprovisionamiento y distribucion de materiales de Rouen sin una sola baja.

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Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Dom Jun 19, 2011 6:10 am

LA OFENSIVA DE BOMBARDEO COMBINADA: ENERO DE 1943-MARZO DE 1944

PARTE I
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En enero de 1943, Churchill y Roosevelt, junto con sus consejeros militares, se reunieron en Casablanca, al norte de Africa, para discutir sobre las futuras acciones de la guerra. Los alemanes e italianos habían sido barridos de Africa; Italia sería pronto invadida entrando por Sicilia y, en su momento, se emprendería la invasion de Europa a traves del Canal de la Mancha para desembocar en el norte de Francia. Había dos problemas en relacion con los bombardeos. Primero, estaba la cuestion de lo que se esperaba de ellos y por tanto que orden de prioridades debería establecerse. En segundo lugar, la cuestion de como britanicos y americanos habrían de ajustar sus mutuas contribuciones, de forma que se consiguiera una ofensiva de bombardeo combinada.

Mucho se ha escrito sobre la famosa conferencia de Casablanca, y aquellos que asistieron a ella debían creer, naturalmente, que eran participantes o, al menos, espectadores de grandes acontecimientos históricos. Es dudoso, sin embargo, que esto fuera cierto. Los grandes avances estrategicos de la guerra surgieron mas de la generacion y demostracion de capacidades operativas que de las discusiones entre Churchill y Roosevelt o de sus jefes de Estado Mayor. Ahora que la invasion del continente se veía como algo posible, parece evidente que el objeto de los bombardeos estrategicos debería ser la preparacion del camino a la invasion debilitando la moral del enemigo. Asi que, en realidad no había nada notable en la doctrina que surgió de la conferencia de Casablanca, que establecía que el objeto principal de los bombardeos ''habría de ser la progresiva destruccion y dislocacion de los sistemas militar, industrial y economico alemanes, y la debilitacion del pueblo germano, hasta el punto de que su capacidad de resistencia armada fuera fatalmente debilitada''.

En cualquier caso, ello indicaba cual iba a ser el papel a desempeñar por los bombardeos. Dejaba claro que no se esperaba que ellos ganaran la guerra por si mismos, pero que si se esperaba que produjeran una situacion tal que pudiera ser aprovechada por el Ejercito para obtener la victoria. Tal fue la solucion dada en Casablanca, en referencia con el problema de que relacion habrían de tener los bombardeos con el resto del esfuerzo bélico aliado. Por supuesto que la idea de Sir Arthur Harris de que los bombardeos por zona habrían de ser suficientes por si mismos para producir el colapso aleman, no quedaba afectada en lo mas minimo. Tampoco resolvía la cuestion de como habrían de combinarse las operaciones del Mando de Bombardeo y aquellas de la Octava Fuerza Aerea. En la practica, las directrices dadas en Casablanca, que incluían casi todos los fines de los bombardeos sin fijarse en si eran posibles o no, daban al Mando de Bombardeo y a la Octava Fuerza Aerea libertad para seguir sus propios metodos.

En 1942, el Mando de Bombardeo había demostrado la habilidad para desarrollar una ofensiva de bombardeo nocturna, pero tambien habia quedado claro que no sabía hacer otra cosa. Por esta razon, las lineas de conducta a seguir por el Mando de Bombardeo en su politica operativa para 1943, se decidieron virtualmente antes de las conversaciones de Casablanca. Las perspectivas para la ofensiva por zonas en 1943 habían sido radicalmente mejoradas por un cierto numero de adelantos de gran importancia para el Mando de Bombardeo. Tanto la cantidad como la calidad de las fuerzas de vanguardia estaban a punto de aumentar radicalmente. El numero de aviones, con sus respectivas tripulaciones, disponibles para las operaciones, había sido inferior a 500 durante mas de 15 meses. Empezaba ahora, al fin, a aumentar significativamente y hacia marzo de 1944, y a pesar de las enormes perdidas, alcanzó un promedio de 974. En 1942, los aviones mas anticuados y en peores condiciones del Mando de Bombardeo fueron retirados de las escuadrillas de operaciones. Asi que tanto los Blenheims, que jamas habían estado a la altura de lo que se esperaba de ellos, como los Hampdens y los Whitleys, que se habían quedado anticuados, y los Manchester, que habían fallado, fueron asignados a tareas mas ligeras, o en algunos casos, convertidos en chatarra. Esto dejó a los Lancaster, Halifax, Stirling, Mosquitos y Wellingtons a cargo de la situacion, junto con unos pocos Ventura, Boston y Mitchell que habían sido importados de EEUU para cubrir las plazas de los Blenheims. Aunque los Halifax y Stirlings no estaban dando buen resultado, el Lancaster era inigualable como bombardero pesado, y el Mosquito, un bombardero ligero capaz de llevar una carga de 1800 kilos de bombas hasta Berlin, era tambien unico en su clase.

Ademas, la tecnica estaba viniendo, rápida y efectivamente, en ayuda de estas máquinas. Durante casi todo el año 1942, la única ayuda de radar disponible había sido el Gee, pero el 20 de diciembre de ese mismo año entró en servicio un nuevo aparato conocido como Oboe. La noche del 16 de enero de 1943, la ''Pathfinder Force'' arrojó las primeras bombas usadas para señalar objetivos.

El Oboe hacía posible que los aviones pudieran ser guiados hasta sus objetivos por ondas de radar, y que a su vez, pudieran alcanzar considerable precision en la localizacion sin visibilidad, con un alcance aproximado que llegaba hasta el Ruhr.

El aparato solo podía ser usado por pocos aviones a la vez y su alcance era proporcional a la altitud de vuelo. Por lo tanto, el Oboe era una excelente ayuda para la señalizacion de objetivos, tarea a realizar por los Mosquitos de la ''Pathfinder Force'', que podían alcanzar altitudes mucho mayores que los pesados Lancaster. Pero, de no haber sido por las bombas indicadoras de objetivos, tan ingeniosas y visibles, el valor del Oboe no podría haber sido comunicado desde unos pocos Mosquitos al gran numero de bombarderos pesados. Estas bombas estaban siendo ya suministradas a la ''Pathfinder Force''. Otro invento, conocido como HºS, daba al navegante un mapa en radar de todo el terreno sobre el cual estaba volando y era, por consiguiente, una importantisima ayuda para la navegacion y la localizacion de objetivos. Sin embargo, si bien el contraste entre agua y tierra se destacaba con claridad, el mapa que se mostraba en otras circunstancias era, con frecuencia, muy dificil de leer.

En la otra cara de la moneda las defensas aereas alemanas y, especialmente, los cazas nocturnos dirigidos por radar habían hecho grandes progresos. Aun así, el Mando de Bombardeo tenía la esperanza de poder contener esta situacion con una combinacion que consistiría en la introduccion de contramedidas por ondas de radio, unidas a un incremento en el numero y la capacidad de los bombardeos, que se esperaba pudiera sobrepasar las defensas germanas.

Tanto los adelantos como los inconvenientes mencionados, serían pronto puestos a prueba en la batalla del Ruhr, que empezó en marzo. Entretanto, el Mando de Bombardeo fue llamado una vez mas por la Marina para ayudar en la batalla del Atlantico. A pesar de estar contra los deseos de Sir Arthur Harris, el Mando tuvo que realizar no menos de 3.170 vuelos contra Lorient y St. Nazaire, ciudades francesas en que estaban localizadas las bases principales de submarinos. Por desgracia practicamente todo quedó destruido excepto, como el Mando de Bombardeo había supuesto, los hangares de submarinos que tenían pesadas cubiertas de hormigon. Se lanzó tambien una pequeña ofensiva contra objetivos italianos para complacer al Primer Ministro, que creía que había llegado el momento de actuar allí con vigor. Ademas, Alemania tuvó ocasion de ver el primer acto de lo estaba por llegar, incluyendo un ataque sobre Berlín, el primero desde noviembre del '41. Los americanos, cuyas ideas sobre el bombardeo selectivo diurno habían recibido tanta atencion, no estaban todavía en disposicion de hacer gran cosa. En enero de 1943 aun no estaban capacitados para reunir siquiera 100 aviones en un solo ataque. Como en sus vuelos sobre Alemania iban a verse obligados a depender, para su defensa, del apoyo mutuo de sus formaciones tacticas, admitían que tal fuerza no era lo suficientemente grande para emprender nada que fuera ambicioso. Por esta razon, fue una suerte que las directrices en Casablanca dieran enfasis a la posibilidad que ofrecían los submarinos como blancos, ya que por lo menos sus bases estaban en la costa y su ataque no implicaba penetracion en territorio enemigo. A pesar de que el esfuerzo americano en la primera mitad de 1943 podría describirse, en forma muy optimista, como poco mas que tentativo y experimental, el 27 de enero de ese año fue una fecha historica. Fue la fecha del primer ataque realizado por la Octava Fuerza Aerea sobre Alemania. Su comandante, el general Ira Eaker, envió 91 bombarderos a atacar las bases de submarino de Wilhelmshaven. De ellos, 53 cumplieron las ordenes, 2 atacaron bases en Emden y 3 no regresaron a la base. Así fue como las Fortalezas Volantes B-17 y los Libertors B-24 recibieron su bautismo de fuego sobre Alemania, mas alla del alcance de los cazas de escolta. Asi fue tambien como los alemanes vieron el principio de otro acontecimiento de la guerra en el aire que, despues de muchas amargas y aparatosas crisis, iban a llevarles a la ruina.

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Mensaje por gerkamp » Lun Jun 20, 2011 1:23 am

PARTE II
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Prosiguiendo con la ofensiva de bombardeo contra el nucleo de la industria de guerra alemana y la moral de sus obreros, las directrices dadas en febrero de 1942 apuntaban hacia el Ruhr, mas especificamente a Essen, como principal objetivo para el Mando de Bombardeo. Durante todo 1942, el Ruhr en general y Essen en particular, protegidos por potentes reflectores, defensas antiaereas y una constante neblina producida por las fábricas, demostraron quedar mas alla de la capacidad destructiva del Mando de Bombardeo. Todo esto cambiaría con la batalla del Ruhr, que comenzó la noche del 5 de marzo de 1943 cuando Harris envió un contingente de 442 bombarderos contra Essen. Como de costumbre, los objetivos estaban envueltos en una espesa niebla de humo y es probable que si no hubiera sido por un nuevo factor en particular, hubieran escapado a lo mas fuerte del ataque. Ese nuevo factor consistió en 8 Mosquitos de la escuadrilla Num. 106 equipados con aparatos Oboe.

Operando completamente segun indicaciones de los sistemas Oboe, las tripulaciones de estos 8 Mosquitos tendrían que arrojar bombas indicadoras de color rojo sobre el objetivo, que era la fabrica Krupp, a intervalos, desde la hora cero (21:00 hs) hasta 33 minutos despues. Estas señales serían vistas por las tripulaciones de otros 22 bombarderos pesados de la ''Pathfinder Force'', a quienes previamente se les había ordenado reforzarlas arrojando sobre ellas bombas indicadoras de color verde. El grueso de las fuerzas de bombardeo atacaría entonces tomando como referencia las señales verdes y rojas, y reduciendo el golpe a los cuarenta minutos inmediatos siguientes a la hora cero. La carga de bombas habría de estar constituida por dos tercios de bombas incendiarias y por un tercio de bombas de fragmentacion de alta eficacia. El exito del ataque iba a depender de lo bien que señalaran los Mosquitos al objetivo, de la visibilidad que permitiera una observacion clara de las señales a traves de la niebla y de las nubes, y del grado necesario de precision en la navegacion que hiciera posible que el numero suficiente de indicadores y bombarderos llegara al lugar exacto en el momento justo. Así se planeo.

La batalla dió comienzo con dos minutos de adelanto, cuando el primer indicador rojo cayó sobre Essen, dirigido por el sistema Oboe. Inmediatamente atrajo una lluvia de bombas, lanzadas por el grueso de las fuerzas de bombardeo, que llegaron tambien un minuto antes de lo previsto. Cinco minutos despues, los señalizadores verdes de refuerzo empezaron a caer alrededor de la humareda roja. Como se hizo patente posteriormente, se escogió y se mantuvo un punto de referencia claro y preciso sobre el centro de Essen; hasta que a las 21:38 hs cayó la ultima bomba indicadora de refuerzo color verde. De los 8 Mosquitos, 3 no se presentaron a la batalla debido a problemas técnicos y solo uno arrojó sus bombas indicadoras a mas de 4 kilometros del objetivo debido a fallos en su sistema Oboe. Afortunadamente para el exito de la operacion, este error no sucedió al principio al principio, y la mayoría de las tripulaciones lo detectaron correctamente. Ademas, por suerte, algunos de los bombarderos aparecieron con un par de minutos de antelacion, dando al primer indicador rojo una efectividad increiblemente sorprendente para enfocar al objetivo.

Cuando al volver los aparatos entregaron sus fotografías, y a su vez estas fueron analizadas por la Seccion de Investigacion Operativa del Mando de Bombardeo, se hizo patente que 153 del total de bombarderos atacantes habían arrojado sus cargas en un radio de 5 kilometros alrededor de las fábricas Krupp. Teniendo en cuenta las dificultades que presentaba un objetivo como Essen, este fue un éxito sin precedentes. Los vuelos de reconocimiento diurno realizados los días 7 y 8 de marzo lo confirmaron rotundamente. Las fotografías mostraban los importantes daños que había causado el ataque. El centro de la ciudad había sido completamente devastado. Habían sido totalmente arrasados, alli, 320.000 metros cuadrados, y en otras zonas un total de 900.000 metros cuadrados; las 3/4 partes de sus edificios habían sido destruidos o dañados por el fuego y las explosiones. Las fabricas Krupp habían sido tambien enormemente dañadas. Este fue el primero de cinco grandes ataques contra Essen, ciudad sobre la que se lanzarían, en total, alrededor de 2.070 raids, en el marco de la batalla del Ruhr. Se dirigieron tambien fuertes ataques contra Duisburg, Dusseldorf, Dortmund y Bochum; todas ubicadas dentro de la region del Ruhr. En todas estas operaciones se empleó la tecnica de señalizacion de los sistemas Oboe, y en muchas de ellas se produjeron grandes estragos. Tanto Goebbels, cuya funcion era mantener a buen tono el espiritu del pueblo, como Speer, que era responsable de la produccion belica, empezaron a manifestar serios temores, en vista de los cuales, varios batallones de trabajadores fueron transferidos desde las obras de construccion en la Muralla del Atlantico hasta las de reparaciones en el Ruhr.

La batalla del Ruhr no se redujo, en absoluto, a las ciudades situadas alli. El Mando de Bombardeo tenía que mantener diseminadas las defensas alemanas, para lo que había gran numero de areas en toda Alemania con objetivos importantes a los que atacar. Asi que, aunque el Ruhr fue el eje de todas las operaciones durante la campaña que duró de marzo a julio del '43 y que se hizo famosa con el nombre de batalla del Ruhr, tambien se hicieron ataques contra objetivos tan separados entre si como Berlín, Pilsen, Munich, Stettin, Sttutgart y Nuremberg. El calibre de estas operaciones fue extremadamente variado, como se puede ver en el pequeño esfuerzo hecho por un solo Mosquito, enviado a bombardear Hamborn la novhe del 21 de junio, y en la reunion de una fuerza de 826 bombarderos, enviados a devastar Dortmund la noche del 23 de mayo. Los pequeños ataques con Mosquitos, llevados a cabo por fuerzas que iban de 1 a 13 aparatos, estaban destinados a molestar a los alemanes y a despistarles respecto a donde se realizarían los ataques principales. En toda la batalla del Ruhr hubo alrededor de 43 de esos grandes ataques, que requirieron unos 18.506 vuelos. De esos ataques, 872 aparatos no regresaron, y 2.126 fueron dañados o tuvieron problemas luego de regresar a la costa de Inglaterra. Asi que, en resumen, el 16% de los aviones enviados a efectuar las grandes operaciones en el Ruhr fueron bajas de uno u otro tipo, y el 4,7% desapareció.

El Mando de Bombardeo superó estas perdidas en dos aspectos. La moral de las fuerzas era alta y el promedio de aviones, junto con su tripulacion, disponibles al principio de la batalla, que era de 593, subió al terminar aquella a 787. Si bien los Mosquitos, que a veces volaban sobre los 9.000 metros, resultaban ser virtualmente inmunes a las defensas antiaereas, seguía latente el temor producido por los adelantos alemanes, en lo que se refiere a las tacticas de caza nocturna, pues las emisiones de radar del Mando de Bombardeo, de objetivos y de rutas, tambien eran de gran ayuda para ellos.

El éxito sobre el Ruhr jamas fue superado, ni siquiera cuando las ataques se hacieron dentro del alcance del Oboe. En ataques realizados sobre terrenos mas alejados, como por ejemplo en Nuremberg, la noche del 8 de marzo de 1943, hubo que emplear diferentes tacticas de señalizacion. En estas ocasiones, el HºS fue sometido a pruebas mas duras de las que podía aguantar. En la operacion de Nuremberg, en la que participaron 335 aviones, el plan era que 5 bombarderos de avanzadilla dejaran caer luminarias sobre el area elegida, tres minutos antes de la hora cero y valiendose unicamente de las indicaciones dadas por sus HºS. Las tripulaciones que siguieran identificarían y verían claramente los blancos iluminados, y arrojarían sobre ellos nuevos indicadores verdes. Dos minutos despues, el proceso anterior habría de ser repetido por otros 9 bombarderos equipados con HºS y, como todos, tambien pertenecientes a la ''Pathfinder Force''. De esa forma se esperaba producir un blanco bien claro como centro del ataque. Todas las tripulaciones de la ''Pathfinder Force'' recibieron ordenes de que si las luminarias no conseguían hacer visibles los blancos, los señalizadores de objetivos habrían de ser lanzados a ciegas, fiandose solamente de las indicaciones del HºS.

De los primeros 14 aviones destinados a señalar las marcas, 6 llegaron a los objetivos con el sistema HºS estropeado, algunos identificaron, o pensaron que lo hacían, los objetivos elegidos; otros apuntaron a los objetivos para lanzar sus señalizadores con la ayuda del HºS; y 2 fueron derribados. El resultado de todo esto fue la diseminacion de las marcas, y por lo tanto, la ausencia de un punto centro claro como blanco. Aunque, a pesar de todo, Nuremberg sufrió grandes daños, el bombardeo careció de la intensidad y concentracion que se había logrado en Essen. Aunque el HºS tenía la ventaja de su alcance ilimitado, carecía de la precision del Oboe; y aunque es cierto que las tecnicas señalizadoras con ese sistema eran a veces muy eficaces, tambien es cierto que solo en ocasiones el uso del sistema Oboe era ineficaz.
Sistema Oboe
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La meta de estos ataques por zonas era conseguir la mayor concentracion de bombas posible, en un radio no mayor a 5 kilometros alrededor del centro del objetivo. De esta forma, se procuraba producir incendios incontrolables y daños irreparables en el centro de las ciudades. Mucho de ello dependía tanto de la precision horaria, como de la precision en el lanzamiento de las primeras señales luminosas. A pesar de las dificultades que siempre entrañaba, aun cuando se estuviera dentro del alcance del Oboe, podía realizarse, y con frecuencia se realizó en un grado suficientemente preciso para cumplir con sus propositos. De todas formas, el Mando de Bombardeo nunca renunció a la esperanza de poder obtener resultados mucho mas precisos que estos.

Al mismo tiempo que Sir Arthur Harris continuaba llevando a la practica la ofensiva general por zonas que se le había ordenado emprender, proliferaban toda clase de expertos en el Ministerio de Asuntos Economicos para la guerra, y en otros organismos burocraticos de los que surgen como hongos en tiempos de hostilidades. Ellos fueron los responsables de crear la sospecha tácita de que los bombardeos por zonas eran un metodo tosco e indiferente de llevar adelante la guerra, y que en algun lugar debía de haber un atajo inteligente que haría mas facil el problema de derrotar a Alemania. A veces, el Estado Mayor del Aire no solo se dejaba seducir por tales teorías sino que incluso caia en la falta de hacerles propaganda. Por ejemplo, había una escuela de pensamiento que sugería que la caída de Alemania se produciría cuando se destruyeran dos fábricas de rodamientos a bolas en Schweinfurt. Asi, había tambien quien creía que la destruccion de las presas del Ruhr produciría resultados decisivos.

De esta ultima teoría salió lo que habría de constituir la hazaña mas animosa y celebrada del Mando de Bombardeo en toda la II Guerra Mundial; la rotura de las presas de Möne y Eder, y otros resultados que, no por imprevistos, dejaban de tener mucha importancia. La rotura de las presas fue un desastre del que Alemania se recobró casi inmediatamente. Pero para el Mando de Bombardeo fue el origen de una nueva tecnica, que aplicada a la tecnica de señalizacion de objetivos, iba a revolucionar la capacidad de la fuerza.

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Mensaje por gerkamp » Jue Jun 23, 2011 7:55 pm

PARTE III
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Ya antes de la guerra se habían pensado procedimientos para la destruccion de las presas del Ruhr. Ahora, en 1943, la posibilidad de realizar tal hazaña parecía real. El doctor Barnes Wallis había diseñado una formidable bomba rotativa, que, si era arrojada correctamente, saltaría sobre el agua en una serie de rebotes en disminucion, al igual que lo haría una piedra plana arrojada oblicuamente sobre una superficie de agua en calma; y entonces, perdida su inercia, al llegar a la pared de la presa, se hundiría por su propio peso hasta el fondo, y alli explotaría batiendo de esa manera la estructura en su base. Este diseño, que podía ser empleado de la misma manera tanto contra una presa como contra un barco, el Tirpitz en este caso, había hecho surgir a mediados de 1943, lo que Harris describió como ''toda clase de entusiastas y pregoneros de utopías'', que iban y venían a los Ministerios con sistemas para modificar un numero conveniente de Lancasters, con el fin de hacerles capaces para llevar esa bomba.

Harris era totalmente opuesto a ello. No creía que la bomba pudiera funcionar, y pensaba que las operaciones baja altura, con bombarderos pesados incluidos en ellas, serían ''fracasos muy costosos''. Y ahi estaba la dificultad. La bomba de Wallis, una vez fabricada, mostró una obstinada tendencia, no a rebotar, sino a romperse en cuanto daba en el agua. Finalmente dio la impresion de que todo iría bien mientras pudiera ser arrojada desde una altura no mayor de 30 metros, contando con que esto fuera hecho con tanta precision, que la bomba botara el numero exacto de veces antes de tocar la pared de la presa. Si se soltaba demasiado pronto, se hundiría sin hacer contacto con la pared y se desperdiciaría; si se lanzaba demasiado tarde, golpearía la estructura con demasiada fuerza, explotaría en la superficie y volaría al avion en vez de a la presa. A pesar de perspectivas tan descorazonadoras, (por ejemplo, nadie sabía como había que hacer para pilotar un Lancaster a 30 metros, pues ciertamente no se podía hacer ni a ojo ni con altimetro) Portal opinó que se debía de llevar a cabo el experimento. Se escogieron 3 Lancaster para ser modificados. Se decidió entonces hacer el ataque contra las presas, especialmente contra las de Möhne, Eder y Sorpe. Se eligieron 21 tripulaciones, particularmente expertas, para formar la escuadrilla 617 en el grupo 5, y se pusieron bajo las ordenes de un jefe que ya era famoso en el Mando de Bombardeo y que llegaría a ser un heroe, el ''Wing Commander'' Guy Gibson. En condiciones de maximo secreto, este grupo de hombres valientes y esforzados practicaban intensamente las tacticas que habrían de emplearse para la demolicion de las presas, y que muy pronto iban a dar fama imperecedera a sus escuadrillas. Paso a paso se fueron superando los obstaculos, y el 15 de mayo Gibson aleccionó a sus hombres para la empresa. El camino hacia el Ruhr se emprendería en noche de luna y a poca altura, de ser posible nunca mayor a 450 metros, con la esperanza de evitar el radar aleman. Una primera oleada de 9 Lancaster, bajo el mando directo de Gibson, atacaría primero la presa de Möhne, luego la de Eder, y si aun le quedaban bombas, ayudaría a la siguiente oleada. La segunda oleada, de 5 aviones, atacaría la presa de Sorpe; y la tercera, tambien de 5 aparatos, actuaría como reserva movil y recibiría ordenes del Cuartel General del Grupo 5 durante la accion. La comunicacion entre los aparatos y el Cuartel General del Grupo 5 se haría por codigo morse, en telegrafía sin hilos. La comunicacion entre los aviones y, por supuesto, el medio para que Gibson mandara sus fuerzas, sería simplemente en ingles por medio de radios de alta frecuencia.

Poco antes de las 21:30 hs del día 26 de mayo de 1943, la escuadrilla 617 empezó a despegar de su base de Scampton. De los 9 aviones de la primera oleada, uno fue derribado en el camino. Gibson condujo con éxito a los otros 8 sobre el lago Möhne. Entonces colocó su Lancaster a 30 metros de altura, para lo cual tomo como referencia para medirla, la luz de dos de sus reflectores enfocados sobre el agua, y se dirigió en linea recta hacia la presa a traves del fuego antiaereo. Su bomba cayó y pareció botar correctamente, pero la presa no sufrió daños. El segundo Lancaster, pilotado por el teniente Hopgood, encaró a la presa, fue alcanzado por el fuego enemigo y se incendió; dejó caer la bomba demasiado tarde y estalló en pedazos. Entonces entró en acción el tercer Lancaster del teniente Martin, que fue alcanzado y seriamente dañado. Su bomba se quedó corta por unos 20 metros. Vino despues el cuarto Lancaster, pilotado por el jefe de escuadrilla Young, quien fue ayudado por Martin que, a pesar de los daños producidos en su avion, volvió para atraer la atencion del fuego antiaereo. El ataque de Young pareció haber sido perfecto, a pesar de lo cual, tampoco sufrió daños la presa. El quinto aparato, pilotado por el teniente Maltby, fue llamado al ataque y, una vez mas, este pareció perfecto. Pero cuando la espuma se deshizo, la presa seguía alli. Ya estaba Gibson llamando al sexto aparato cuando, de repente, la presa se hundió y empezó a desbordarse. Gibson condujo ahora los 3 ultimos Lancaster que todavía tenian bombas, y el de Young, ya que este era el segundo al mando, a la presa de Eder. Aquí no había problemas de metralla, pero en cambio, las colinas circundantes hacían muy dificil la maniobra. El teniente Shannon hizo varios intentos de colocarse a la altitud correcta y en la direccion adecuada para el ataque, pero sin exito. Asi que Gibson llamó al aparato del jefe de escuadrilla Maudsley. Sus bombas cayeron una fraccion de segundo mas tarde y volaron el aparato. Entonces Shannon probó otra vez, y realizó un ataque perfecto. Sin embargo, la presa no se derrumbó, por lo que llegó el oficial piloto Knight con la ultima bomba. Cayó, botó, golpeó contra el muro y se hundió. La presa se abrió y produjo el segundo desbordamiento. Las noticias fueron transmitidas en un abrir y cerrar de ojos al Cuartel General del Grupo 5, y de ahi a Washington, donde en aquel momento de celebraba una conferencia entre los aliados. Se había realizado una gloriosa y espectacular hazaña bélica. Quiza nada de tanta pericia ni de tanto atrevimiento como esta accion había sido realizada antes. Gibson sobrevivió lo suficiente para recibir la Cruz Victoria, volver a la lucha y morir posteriormente. Los ataques sobre la presa de Sorpe fallaron, y los daños producidos a las de Möhne y Eder fueron rapidamente reparados por los alemanes. El precio que pagó la escuadrilla 617 fue terrible. 8 Lancaster no regresaron, y otros 2 fueron tan seriamente dañados que tuvieron que abandonar la operacion. O sea que en una operacion se había perdido media escuadrilla.

El escepticismo de Harris demostró ser justificado por los hechos en todos sus aspectos, salvo en lo referente al funcionamiento de la bomba; y si en ese momento hubiera decidido deshacer la escuadrilla, su decision no hubiera causado sorpresa alguna, ni siquiera criticas. Pero, quiza por inspiracion, el comandante en jefe no tomó en cuenta las dificultades para reclutar tripulaciones de calibre suficiente para sustituir a las perdidas. Determinó conservar la escuadrilla 617, y lo hizo a pesar de las tremendas perdidas sufridas posteriormente en septiembre de 1943, cuando se realizó un ataque sin exito sobre los diques del canal Dortmund-Ems, y que terminó con el regreso de solo 3 de los 8 Lancaster enviados. Con el tiempo, la precision de sus metodos permitió, no solo destruir objetivos de especial importancia y dificultad, sino, todavía mas importante, colocar señales que sirvieran de guía para el poder destructivo en masa del Mando de Bombardeo.

Asi que, de las incursiones contra las presas, surgieron los medios que volvieron a hacer creer en la posibilidad de la precision en el bombardeo nocturno, y no solo para unas pocas tripulaciones especializadas, sino para todo el conjunto del Mando de Bombardeo. Esta perspectiva, sin embargo, quedaba todavía para un futuro aun lejano. Por el momento, el Mando de Bombardeo tendría que seguir luchando con las dificultades mas inmediatas; hacer del bombardeo por zonas algo de mayor precision.

Despues de los importantes y destructivos raids que caracterizaron la batalla del Ruhr y de la extraordinaria proeza realizada por la escuadrilla 617 al destruir las presas de Möhne y Eder, el prestigio del Mando de Bombardeo y el de su comandante en jefe subió a un alto nivel. Ahora, con fuerzas en aumento y con creciente versatilidad, la campaña de bombardeo por zonas iba a desarrollarse hasta su punto culminante. Despues de la tremenda destruccion causada en muchas de sus ciudades, Harris creía que Alemania vacilaría y se hundiría. Portal no compartía esta esperanza. Pensaba que la invasion anglo-americana de Europa no tendría mas remedio que llevarse a cabo y que, desde luego, no iba a ser una gira campestre sino una durisima lucha. Creía que los bombardeos harían un papel de vital importancia, minado el poderío aleman y haciendo que la invasion fuera posible, y quiza, con mayor garantía de exito. Si los dirigentes alemanes como Goebbels y Speer, que eran los que tenían mas interes en defender el frente nacional y su contribucion al esfuerzo bélico aleman, hubieran tenido que escoger entre esas dos perspectivas, se hubieran visto en un grave aprieto para decidir. Despues de comenzada la batalla de Hamburgo, se hubieran inclinado decididamente por la tesis de Harris.

A fines de julio y principios de agosto de 1943, especificamente las noches del 24, 27, 29 de julio y del 2 de agosto, Harris despachó 3.095 aviones, en cuatro grandes ataques, sobre Hamburgo. En estos ataques se arrojaron alrededor de 9.000 toneladas de bombas, la mitad de las cuales eran incendiarias; el resultado fue la mas extensa y catastrofica destruccion que jamas se haya impartido desde el aire. Hamburgo sufrió en cuatro noches lo que Gran Bretaña había sufrido durante toda la guerra hasta ese momento. Murieron aproximadamente 50.000 alemanes, y otros 40.000 resultaron heridos. Mas de un millon huyeron de la devastada ciudad. Mas de la mitad de sus casas, y menos de la mitad de sus fábricas fueron destruidas. Cuando Speer se dió cuenta de los que había sucedido, exclamó que seis ataques mas como aquellos harían acabar la guerra. Y, sin embargo, para conseguir estos colosales resultados, el Mando de Bombardeo había sufrido perdidas mucho mas ligeras de lo usual. De los 3.095 aparatos, las defensas aereas alemanas solamente reclamaron 86 victorias, es decir, el 2,8%. A pesar de que a las bajas anteriores había que añadir los daños producidos en otros 174 bombarderos, la proporcion total de bajas alcanzó solamente el 8,4%, en contraste con el 19,9% que habían tenido los 2.070 vuelos enviados a Essen, en los cinco ataques que se hicieron a aquella ciudad durante la batalla del Ruhr.

Pero esos seis ataques tan temidos por Speer no se hicieron, y en realidad, hasta que el Mando de Bombardeo atacó Dresden en febrero de 1945, Alemania no volvió a sufrir ningun desastre comparable. Hamburgo se recobró, aunque no completamente. Speer recuperó su confianza. El esfuerzo bélico aleman aguanto el temporal sin considerables bajas en su produccion o, por sorprendente que parezca, en su moral. Las razones del exito de los ataques del Mando de Bombardeo sobre Hamburgo fueron muy particulares, y no pudieron repetirse en la campaña contra Berlin que siguió.

La principal razon de tan alto grado de destruccion producido en Hamburgo fue la gran concentracion sin precedentes, tanto en tiempo como en espacio, de los bombardeos. Esto fue posible, a su vez, gracias a la precision en la señalizacion de los objetivos y en los procedimientos de navegacion del grueso de las fuerzas, lo que dió como resultado que la gran mayoría de los aviones llegaran a su destino en el tiempo previsto. Solo se produjo una excepcion en una noche de mal tiempo. Sin embargo, esa noche se tuvo exito debido a las indicaciones excepcionalmente claras dadas por las pantallas de radar del HºS que llevaban todos los aviones de vanguardia y muchos bombarderos, y tambien, en parte, a la ineficacia poco usual que tuvieron los cazas nocturnos, los reflectores y los antiaereos alemanes.

El rendimiento excepcionalmente bueno del HºS se debió s la especial posicion y caracteristicas de Hamburgo. Los contrastes entre mar y tierra y entre las zonas edificadas y las zonas abiertas, por las razones que fueran, se manifestaron con gran claridad. Probablemente ninguna otra ciudad de Alemania habría dado una imagen tan clara en unos aparatos HºS como los que poseía el Mando de Bombardeo, tan rudimentarios, especialmente si los midieramos con patrones posteriores. El que las defensas aereas alemanas no pudieran ni hostigar ni imponerse al enemigo se debió a la confusion que produjo en el sistema de radar enemigo la introduccion del método Window, a manos del Mando de Bombardeo.

El sistema Window consistía en unas tiras de papel metalizado, cuyo tamaño dependía de las distintas longitudes de onda empleadas, que se dejaban caer a intervalos y en grandes cantidades desde los bombarderos, produciendo enormes cantidades de señales de radar. Las señales en las pantallas de radar alemanas, que repreentaban a los bombarderos britanicos, y por las cuales los encargados de su control se guiaban para dirigir las operaciones de sus cazas nocturnos y para apuntar adecuadamente sus cañones antiaereos, se perdían entre el gran numero de respuestas producidas por las tiras metalicas. Esta medida tomó por sorpresa a los alemanes que, aunque adaptaron sus tacticas para superar al menos una parte de la proteccion que el sistema Window daba a los bombarderos, no lograron hacerlo a tiempo para impedir la destruccion de Hamburgo.
Imagen que muestra funcionamiento del sistema Window
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Última edición por gerkamp el Sab Jun 25, 2011 11:06 pm, editado 1 vez en total.
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Mensaje por gerkamp » Sab Jun 25, 2011 2:31 am

PARTE IV
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La fase de la campaña del Mando de Bombardeo, convenientemente descrita como batalla de Hamburgo y marcha hacia Berlin, que comenzó la noche del 24 de julio de 1943 con el primero de los cuatro grandes ataques sobre Hamburgo, no fue, ni mucho menos, tan brillante como lo fueron sus principios. En esta fase, que duró hasta el 18 de noviembre, dia que empezó la ''Batalla aerea de Berlín'', se hicieron 33 ataques importantes sobre ciudades alemanas incluyendo Bochum, Essen, Dusseldorf y Remscheid, todas en el Ruhr. Tambien se lanzaron raids sobre Hannover (mas de 3.000 salidas), Bremen, Kassel, Frankfurt, Mannheim, Stuttgart, Munich, Nuremberg, Leipzig y Berlín, todas ubicadas al este. Se hizo tambien un ataque especial contra Peenemünde, donde se había descubierto que los alemanes estaban fabricando y probando las armas V, los predecesores de la guerra de cohetes que habría de ensombrecer inquietantemente las victorias aliadas en el ultimo año de la guerra. Ademas de atacar las ciudades alemanas mencionadas, el Mando de Bombardeo operó tambien contra las ciudades italianas de Milán, Turín y Génova, asi como contra distintos objetivos especiales en Francia.

Mas aún, en operaciones llevadas a cabo independientemente de los bombarderos pesados, pequeñas fuerzas de Mosquitos salieron durante 75 noches para hostigar a los alemanes por todas partes, desde el Ruhr a Berlin y a la inversa, sin sufrir grandes perdidas. De los 819 vuelos hechos por los Mosquitos, solamente 13 de ellos no regresaron. En contraste, las grandes operaciones, que eran llevadas a cabo por Lancasters, Halifaxes, Stirlings y Wellingtons, eran mucho mas costosas. De hecho, de los 33 grandes ataques dirigidos contra objetivos alemanes, con efectivos que supusieron 17.021 vuelos, alrededor de 695 bombarderos no regresaron a sus bases y 1.123 sufrieron daños de consideracion, algunos hasta tal punto que podrían ser considerados como perdidas irrecuperables. Aun asi, la proporcion del 4,1% de perdidas y del 10,7% de bajas era favorable en comparacion con las cifras correspondientes que se produjeron en la batalla del Ruhr, que fueron del 4,7% de perdidas y del 16,2% de bajas.

Esta alentadora reduccion en la proprcion de bajas, que capacitó al Mando de Bombardeo para proseguir con su ofensiva y aumentar su grado de expansion, se debió en gran medida a la introduccion del sistema Window, y resaltó la imprudencia que había sido cometida al retrasar la utilizacion de esta contramedida por mas de un año desde que estuvo disponible, apoyandose en el razonamiento de que la posible utilizacion del mismo sistema por los alemanes dislocaría las defensas aereas británicas. Herbert Morrison, Ministro del Interior en aquel momento y obstinado defensor de la mencionada precaucion, no parecía muy convencido por el argumento de que los alemanes apenas tenía nfuerzas de bombardeo de las que hubiera que defenderse y que la dislocacion de las defensas aereas probablemente favorecería mas a los britanicos que a los alemanes. Pero Morrison solo estaba a cargo del frente interno, y no se podía esperar que viera el panorama mas que en forma limitada. Desgraciadamente, tampoco fue el unico culpable.

Sin embargo, había tambien otra razon, muy importante, para la reduccion de las bajas del Mando de Bombardeo. La concentracion geografica de sus ataques no fue tanta como en la batalla del Ruhr, particularmente como en la segunda parte de esta, lo cual ponía a los alemanes frente a un problema de defensa indudablemente mas complicado. Sin embargo, seguramente el aspecto mas desalentador para el Mando fue el no poder repetir, ni siquiera por aproximacion, los pavorosos exitos alcanzados sobre Hamburgo al principio de esta fase. Evidentemente, el Mando de Bombardeo no había encontrado el camino para asegurar un punto de mira claro y preciso, ni el grado necesario de exactitud en la navegacion que hiciera posible un maximo aprovechamiento en la mayoría de las ocasiones. Lo que es mas, la velocidad de recuperacion de que dieron muestra los cazas nocturnos alemanes ante los problemas que les presentaba el sistema Window fue motivo de serias preocupaciones. Los alemanes aun podían facilmente detectar la direccion de la oleada principal de bombarderos y, mediante un sistema de instrucciones sobre la marcha, hallaron los medios para dirigir a sus pilotos de caza nocturna hacia ella, con un grado de exito cada vez mayor. Una vez dentro de la formacion de bombarderos, tenían grandes oportunidades de elegir blancos que, en comparacion con los cazas, eran lentos, torpes y se ponían en evidencia por las llamas que expulsaban sus tubos de escape. A pesar de todo, Hamburgo no fue de ninguna manera el unico exito del Mando de Bombardeo. Muchas otras ciudades alemanas hubieron de sufrir un castigo menor pero, de todas formas, terrible y el Mando de Bombardeo realizó multitud de hazañas brillantes.

Entre las mas grandes hazañas se contaba el ataque a Peenemünde, en la noche del 17 de octubre de 1943. Ya que lo que se buscaba no era destruir edificaciones, comunicaciones, servicios municipales, ni producir confusion, sino destruir determinadas edificaciones dedicadas a las actividades de investigacion sobre cohetería, se asignaron tres blancos específicos para ser atacados por un grupo de 597 bombarderos pesados. Por primera vez en una operacion masiva, las fuerzas fueron controladas sobre el objetivo por un director de bombardeo, al igual que anteriormente el comandante Gibson había controlado la escuadrilla 617 sobre las presas. El oficial escogido para ello fue el capitán Searby, que mandaba la escuadrilla 83 de la ''Pathfinder Force''. Su persistencia en quedarse sobre el objetivo durante todo el ataque, aun en las condiciones mas dificiles, dirigiendo la operacion con su radio-telefono, fue una contribucion importantisima a su eficacia; tambien lo fue la nueva bomba de señales, consistente en un paquete cerrado de 125 kilos de algodon impregnado, diseñado para reventar e incendiarse a una altura de 900 metros y despues arder aparatosamente en tierra durante 10 minutos. Estas señales tan formidables y llamativas se hicieron pronto famosas en el Mando de Bombardeo con la denominacion de ''manchas rojas de fuego'': eran muy dificiles de apagar o de disimular por los alemanes, y con solo colocarlas en los lugares adecuados, daban gran facilidad a las zonas elegidas para ser enfocadas en los ataques por zonas.

Las condiciones de visibilidad, incluyendo la claridad de la luna, necesarias para alcanzar el orden de precision requerido en la operacion de Peenemünde, asi como la larga duracion del vuelo hasta la estacion de investigacion, hacían del objetivo algo particularmente peligroso. 40 bombarderos no regresaron del ataque, y 32 lo hicieron seriamente deteriorados. Los destrozos producidos fueron considerables, y dieron lugar a que los expertos de los servicios de inteligencia britanicos dieran informes optimistas sobre los efectos del ataque en el desarrollo de las armas V alemanas. En realidad, tales efectos fueron mucho menores de lo esperado, pero aun asi, parecía probable que se produciría un retraso de unos dos meses en la total puesta a punto del V-2, aunque parte de este resultado había que achacarlo al bombardeo de las otras plantas. Los trabajos del V-1 apenas se vieron afectados. Fueron destruidos completamente varios de los edificios donde se procedía a experimentar con los V-2, y alrededor de 700 personas que alli trabajaban, en cargos de diferentes niveles que llegaban incluso hasta el profesor Thiel, un experto en sistemas de propulsion, y el señor Walther, ingeniero en jefe del proyecto, murieron en el ataque. Peenemünde era otra prueba mas de la enorme fuerza contra la cual luchaba el Mando de Bombardeo, aunque ello no fue estimado en su verdadera valía por los britanicos en aquel momento. Los alemanes mostraron una asombrosa abundancia de recursos, en la forma en que restablecieron y continuaron, en otro sitio, el programa de desarrollo de Peenemünde. Por estas cosas era la razon por la cual Harris ponía en duda la cordura de la idea de los bombardeos selectivos. Pensaba que los alemanes encontrarían la forma de pasar el obstaculo que podía suponer la perdida de una fabrica de rodamientos, una estacion de investigacion, o una presa, y en verdad, la forma de reaccionar de aquellos casi siempre le dió la razon. Lo malo era que, aunque los alemanes no podían evitar la destruccion de ciudades enteras, mostraban una extraordinaria capacidad de recuperacion y estoico heroismo reparandolas y siguiendo adelamte, incluso cuando la destruccion alcanzaba proporciones enormes como en el caso de Hamburgo.

La alternativa entre la eleccion de objetivos generales o especificos, es decir, la alternativa entre escoger como blanco un elemento particular de la economía bélica alemana y concentrar los ataques sobre él, o bien causar la mayor y mas amplia dislocacion general posible, eral el tema en candelero, mas en la Octava Fuerza Aerea, ya que no contaba con la experiencia del Mando de Bombardeo. Para ver esto, debemos retroceder desde noviembre de 1943, cuando la batalla aerea de Berlin estaba a punto de empezar, hasta marzo del mismo año, cuando los americanos empezaron a intensificar sus ataques diurnos contra Alemania.

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Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Sab Jun 25, 2011 11:05 pm

PARTE V
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Hacia abril de 1943, el general Eaker consideró que sus fuerzas de bombardeo diurno habían probado tener suficiente habilidad como para penetrar las defensas antiaereas alemanas y llevar a cabo una campaña de bombardeos de precision contra elementos clave de la economía de guerra alemana, representados por las industrias de produccion de submarinos, aviones, rodamientos, pretroleo, goma sintetica y vehiculos militares. Declaró que el exito dependía solamente de la expansion de la fuerza aerea, y pidió que para julio de 1943 hubiera en el Reino Unido unas 944 Fortalezas y Liberators, para octubre de ese mismo año 1.192 unidades; para enero de 1944, 1.746 aviones; y para abril de 1944, cuando la fase final de la ofensiva debía dar comienzo, 2.072 aparatos.

La necesidad de aumentar el potencial de las fuerzas de bombardeo pesado americanas, con base en Inglaterra, era evidente y urgente si se quería que la Octava Fuerza Aerea tuviera una participacion efectiva en la ofensiva contra Alemania. Aunque en abril de 1943 el promedio de efectivos diarios en numero de bombarderos era de 337, de ellos solo 153 estaban en perfectas condiciones operativas, y por lo tanto, las incursiones de bombardeos americanas continuaron restringidas a un tono menor en comparacion con la contribucion britanica. La profundidad de la penetracion americana continuaba estando limitada a labores marginales, como los ataques a objetivos situados en Francia, a otros territorios ocupados e incluso, a zonas costeras de la misma Alemania como Emden, Wilhelmshaven, Vegesack, Bremen, Flensburgo y Kiel.

La pretension de Eaker de haber probado su habilidad para penetrar a plena luz del día, se apoyaba evidentemente en una escasa experiencia. De todas formas, Portal, que fue encargado de dirigir la ofensiva de bombardeo combinada en la conferencia de Casablanca, le apoyó, y los americanos empezaron a hacer fluir, a traves del Atlántico, los refuerzos solicitados de aviones, hombres y material. La dificultad y el peligro estribaban en que ni los estadounidenses ni los britanicos poseían aviones de caza de alto rendimiento, con alcance suficiente para llegar a las zonas en que los bombarderos americanos debían arrojar sus cargas. Los bombarderos no tenían niguna esperanza de eludir durante el día a los cazas alemanes, ni por supuesto, ganarles en rapidez. Su unica posibilidad parecía residir en permanecer unidos en formaciones cerradas y esperar a que sus ametralladoras mantuvieran alejados a los alemanes. Tambien podían dedicarse a bombardear zonas de produccion de aviones y sus componentes, y de esa forma, reducir la provision alemana de aviones de caza. Podían tambien tener la esperanza de que los britanicos del Mando de Bombardeo les ayudaran, realizando ataques sobre ciudades especialmente ligadas a la produccion aeronautica, como por ejemplo Schweinfurt, que era el centro de la industria alemana de fabricacion de rodamientos.

Estos fueron los factores que hicieron que en junio se dieran las nuevas directrices de la politica de bombardeo conocida como ''Pointblank'' o ''Quemarropa'', que daban especial énfasis a la necesidad de bombardear la industria alemana de aviacion y sus subsidiarias, especialmente las productoras de piezas necesarias para la construccion de aviones de caza. Decía asi: ''Se recalca que la reduccion de la potencia de caza alemana es de primordial importancia; cualquier retraso en conseguirlo hará nuestro trabajo cada vez mas dificil''.

Esta ultima consideracion tenía un gran peso. La potencia alemana en aviones de caza era cada vez mayor, y cuanto mas aumentaba, peores eran las perspectivas para los bombardeos aliados, especialmente los realizados a la luz del día. Ademas, la industria alemana de aviacion estaba siendo dispensada, y cuanto mas lo fuera, mas dificil sería encontrar en ella objetivos de bombardeo aprovechables. La industria aeronautica germana era ya de por si un objetivo especialmente dificl y peligroso. Muchas de sus mas importantes factorías estaban situadas extremadamente lejos, al este de Alemania, y ademas, estaban frecuentemente divididas en pequeñas unidades a las que era muy dificil alcanzar con los proyectiles.

En tales circunstancias, los bombarderos diurnos americanos, que ya sufrían bajas alrmantemente altas en su proposito de alcanzar objetivos situados a cortas distancias, tenían que hacer frente a una tarea poco envidiable. Para que su futuro cometido fuera mas seguro, ahora los norteamericanos tenían que emprender operaciones de mucho riesgo. El 17 de agosto de 1943, Eaker envió la mayor fuerza atacante americana enviada hasta el momento; unas 376 Fortalezas a las que ordenó intentar el vuelo mas penetrante realizado hasta entonces. Los objetivos eran las plantas de rodamientos a bolas de Schweinfurt, y la fábrica de aviones de caza de Regensburg. Los bombarderos americanos, de los cuales solo 315 pudieron realizar el ataque, arrojaron un total de 362 toneladas de bombas y se vieron muy atareados con las defensas antiaereas alemanas. Unas 25 Fortalezas que bombardearon Schweinfurt y 36 de las que atacaron Regensburg, fueron derribadas. Es decir que se perdió el 16% de la totalidad de las fuerzas enviadas. Esto suponía mas del triple de la proporcion de bajas que se podía permitir en una ofensiva sostenida. Y daba un adelanto realista de lo que se podía esperar de una ofensiva diurna con bombarderos pesados, sobre objetivos situados en el interior de Alemania. Lo unico que pudo hacer Eaker fue desistir, y ya no hubo mas penetraciones profundas en Alemania por parte de sus bombarderos hasta el mes de octubre.

Por aquel entonces, las defensas antiaereas alemanas se habían hecho mucho mas fuertes. Segun los calculos de los servicios inteligencia británicos, hacia el 1º de octubre de 1943, la Luftwaffe tenía unos 800 cazas monomotores y 600 bimotores destinados a la defensa contra los ataques aereos procedentes del oeste. Estos calculos no estaban lejos de la realidad. De hecho, en esa fecha, los alemanes tenían destinados para ese proposito 964 cazas monomotores y 682 bimotores. Este número era 400 unidades mayor al que lo era al emitirse las directrices Quemarropa, que ponían de manifiesto la importancia concedida a la reduccion de las defensas antiaereas alemanas. Todos los relacionados con el asunto empezabana darse cuenta de que las normas ''Quemarropa'' no estaban dando resultados en referente a la ofensiva diurna americana. A pesar de sus perdidas y de los destrozos causados en Schweinfurt, Regensburg y otros lugares, la Luftwaffe no perdía ni fuerza ni eficacia, al menos en el frente occidental.

En esta situacion tan desesperada, los americanos volvieron sus ojos otra vez hacia Schweinfurt, centro de produccion aleman de rodamientos. Creían que la destruccion de las fábricas sería un golpe que desmantelaría la produccion alemana de aviones, y decidieron intentarlo po segunda vez. El 14 de octubre de 1943, fueron enviadas 291 Fortalezas Volantes B-17 a bombardear Schweinfurt. La formacion se dividió en dos fuerzas de ataque de poderío similar, que se dirigiero a su objetivo con una distancia de 50 kilometros entre ambas. Se ordenó que varias escuadrillas de caza de la Octava Fuerza Aerea, compuestas de cazas Thunderbolt P-47, acompañaran a los bombarderos hasta el límite de su radio de accion, el cual, a pesar de que los cazas habían sido provistos de tanques de combustible adicionales, no pasó de la zona de Aquisgrán, que quedaba todavía muy lejos de Schweinfurt. Otros P-47 recibieron ordenes de ir al encuentro de los bombarderos a la vuelta, para darles escolta en los ultimos 100 kilometros de recorrido en su regreso a la base. Todos estos planes eran un indicativo de hasta que punto la idea de la formacion autodefensiva de bombarderos, tan considerada a principios de año, había caido totalmente. La ejecucion de los planes terminó de destruirla.

Los alemanes no utilizaron sus fuerzas hasta que los bombarderos americanos llegaron a Aquisgrán y se quedaron sin escolta. Entonces les rodearon, y las Fortalezas Volantes se vieron sometidas a repetidas oleadas de cazas germanos, que les atacaban con sus ametralladoras, cañones y cohetes. Aunque mermadas mucho antes de hacerlo, las formaciones americanas consiguieron llegar a Schweinfurt, donde parece ser que 228 Fortalezas consiguieron arrojar 200 toneladas de bombas de alto explosivo y 44 de bombas incendiarias sobre las fabricas de rodamientos o cerca de ellas, ocasionando considerables daños. Luego, los bombarderos regresaron a sus bases. 70 no regresaron y 138 mas lo hicieron con desperfectos, algunos sin reparacion posible. Lo aterrador de todo esto era que, de la fuerza compuesta de 291 aparatos, 198 estaban perdidos o inutilizados. Este fue el peor desastre acaecido a una formacion de bombardeo en toda la historia de la aviacion bélica, y los americanos sencillamente se vieron imposibilitados de proseguir su ofensiva. No creo que deba soprendernos que se exagerara enormemente el numero de cazas alemanes derribados ese 14 de octubre, aumentando una cantidad probable de entre 30 y 40 a 186 unidades. Obviamente tambien exageraron el efecto estrategico producido por el ataque. El general Arnold, comandante en jefe de las Fuerzas Aereas del Ejercito de EEUU, llegó a dar crédito oficial al punto de vista de que ya no volvería a ser necesario bombardear Schweinfurt de nuevo, de tan completa que había sido la destruccion de sus fábricas. Esto, en el mejor de los casos, eran simples anhelos, y a pesar de los graves problemas que supuso para ellos el ataque, los alemanes encontraron la forma de resolver la crisis de sus rodamientos. En realidad, ya con mucha anticipacion, habían dedicado muchas horas a pensar en el problema. Speer nombró a Philip Kessler como comisionado especial de la industria de rodamientos. Las investigaciones probaron que los stocks eran mayores de lo que se esperaba, pero por suerte, el ingenio encontró medios adecuados para reducir el numero de rodamientos necesarios y el numero de los diferentes tipos que habrían de fabricarse. Se hicieron acuerdos con Suecia que hacían posible el aumento de la importacion de aquellos tipos de rodamientos necesitados urgentemente. La futura producción se planeó y se realizó en forma considerablemente dispersa. Por estos y otros procedimientos el equipo de Speer y el de Kessler lograron neutralizar los efectos del 14 de octubre.
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Re: Bombardeo de Europa

Mensaje por pby5 » Dom Jun 26, 2011 1:44 am

lo he dicho en más de una ocasión. Poner una foto y usar como fuente "Wikipedia" es como decir que la fuente es "Google".

Si la foto procede de una web, sea un foro o sea wikipedia, por favor, enlazad el artículo en el que aparece la foto, no la página principal
¡¡¡CITEN LAS FUENTES!!!
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Re: Bombardeo de Europa

Mensaje por gerkamp » Dom Jun 26, 2011 2:14 am

Pero no entiendo, no se puso una regla nueva?
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