Se iba a utilizar la capacidad ofensiva de la Lufwaffe para conseguir dos objetivos. El primero era la neutralización de la fuerza aérea polaca en tierra y en el aire. Una vez conseguido ese objetivo, la segunda misión debía ser el apoyo directo y cercano al ejército. Se empleó en la campaña una fuerza de unos 1.580 aviones de primera línea, reteniendo una considerable reserva estratégica en Alemania, en previsión de una eventual intervención de Francia y de Gran Bretaña por el Oeste.
A) En el norte, la Luftflotte I del general Albert Kesselring, a la que estaban subordinadas la Fliegerdivision (mayor general Ulrich Grauert), la Lehr-Division (mayor general Foerster) y el Luftwaffenkommando Ost-Preussen (teniente general Wilhelm Wimmer), apoyó al Grupo de Ejércitos del Norte del capitán general Fedor von Bock (que con el 3º y 4ª Ejército atacó desde Pomerania y Prusia Oriental a los ejércitos polacos de la Pomerania Polaca y de Modlin, a través del Vístula).
B) En el sur, la Luftflotte IV de Lörh operó desde Silesia, al mando de la 2 Fliegerdivision y del Fliegerfürer zur besonderen Verwndung (teniente general Bruno Loerzer y teniente general Wolfram, Freiherr von Richthofen, respectivamente). Su labor era apoyar el avance de general Gerd von Rundstedt, al mando del Grupo de Ejércitos del Sur, compuesto por el 8º, 10º y 14º Ejércitos, que desde la frontera del río Warthe. Silesia y Eslovaquia, atacó a los ejércitos polacos de Lodz, Cracovia y los Cárpatos.
Contra estas tropas concienzudamente entrenadas lucharon las Fuerzas Aéreas Polacas, equipadas con 15 escuadrones de cazas P.Z.L. P.17 Y P.11c, 12 unidades de bombardeo y reconocimiento equipadas con P.Z.L. P.37, y un número similar de unidades especialmente dedicadas a misiones de cooperación con el ejército. En total existían unos 150 cazas monomotores y unos 210 bombarderos ligeros listos para operar. Las tripulaciones polacas estaban bien entrenadas y en el combate dieron pruebas de coraje y de gran capacidad de recuperación, pero nada pudo compensar la situación de obsolescencia de sus aparatos. En el término de 48 horas a partir del asalto inicial de la mañana del 1º de septiembre, apoyado por 1.250 salidas de las Luftflotte I y IV, las Fuerzas Aéreas polacas dejaron de existir, tanto en tierra como en el aire, en una acción eficiente y devastadora.
Más información sobre la Fuerza Aérea Polaca
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DESARROLLO DE LOS ACONTECIMIENTOS
Los ataques de la Luftwaffe comenzaron el 1 de Septiembre de 1939 a las 4.26, cuando la Kette (sección) del teniente Bruno Dilley, integrada por tres bombarderos en picado Junkers Ju 87B-1 de 3.er Staffel (escuadrón) de la Stukageschwader 1 (3./StG1) fue aerotransportada para un ataque al puente sobre el Dirschau, un eslabón importantísimo en el Corredor polaco. Este Staffel formaba parte de nueve Gruppen (alas) de bombarderos en picado que participaban en la campaña, que el primer día sumaba una fuerza de 336 Ju 87 (288 listos para el combate). Las unidades comprendían el 1er. Gruppe de la StG1 (I/StG1), IV (Stuka)/LG I, II y II/StG2 y el 4º (Stuka)/Trägergruppe 186 de la Luftflotte I de Kesselring; el III/StG151, afectado a la Luftflotte III; y el I/SrG76, I y II/StG77, más I/StG2 en el sur, bajo la Luftflotte IV. Los objetivos elegidos para la sección de los Stukagruppen era aeródromos, puentes, vías férreas y concentraciones de tropas. Fue en Polonia donde los Stuka conquistaron su legendaria y terrorífica reputación. Las maniobras requeridas para el picado tenían que comenzar entre los 3.600 y los 4.250 m, y el ángulo oscilaba entre los 65º y la vertical, con los frenos de picado extendidos. La precisión del ataque en picado era extraordinaria, ya que un piloto medio podía lanzar con relativa facilidad una SC250 de 250 kg y cuatro SC50 de 50 kg dentro de un radio de 55 m. Los ataques de bombardeo en picado sobre tropas provocaron una desmoralización sin precedentes. La oposición que los Stukagruppen encontraron en Polonia fue mínima. En el curso de la campaña los alemanes tan sólo perdieron 31 Ju 87.
Un papel importante correspondió a una unidad especializada en ataque a tierra, el II (Schlacht)/LG2, equipado con biplanos Henschel Hs 123A-1, afectados a la Luftflotte IV. Unos 37 Hs 123 fueron enviados desde Alt-Rosenber para atacar las concentraciones de tropas polacas. La movilidad de esta unidad se refleja en la cantidad de aeródromos que utilizó durante la breve campaña: primero, Alt-Rosenberg; luego, Witkowice; de allí a Wolborz. y más tarde a otras cuatro bases, entre ellas Piastow y Zalesie-Uleniec. El personal de tierra, los repuestos, el combustible, el petróleo y las municiones eran transportados por Ju 52/3m hasta cada nueva base inmediatamente después del avance alemán. Además de los ya citados Stukagruppen y del II (Schlacht)/LG2, se utilizaron contra objetivos tácticos y estratégicos los elementos de bombardeo medio de la Lufrwaffe. En estos cometidos intervinieron nueve Kampfgruppen (alas de bombardeo) equipados con Dornier Do 17 (principalmente los Do 17Z-1 y Z-2, más cierta cantidad de tipos Do 17M-1), a los que se sumaron 15 Gruppen de Heinkel He 111 encuadrados en las KG 1, KG 26, KG 27 y Lehrgeschwader 1, de la Luftflotte I, y en la Lampfgeschwader 4 "General Wever" de la Luftflotte IV.
Un Staffel de Do 17Z-2 del III/KG 3 fue aerotransportado desde Heiligenbeil, en Prusia Oriental, a las 5.30 del 1º de septiembre para el ataque en las proximidades del puente de Dirschau. En otros sitios, las KG 2, KG 3. KG 75 y KG 77 atacaron aeródromos y otros objetivos militares. La capital política, Varsovia, fue atacada la primera mañana; aviones de la LG de Prusia y He 111 de la KG 27, tras una jornada de 750 km desde su base en el este de Alemania, realizaron intensos raids sobre la ciudad. Al mismo tiempo, las I y III/KG 4 atacaban instalaciones militares en Lwow. La "Hindenburg" Geschwader (KG 1) realizó misiones con sus bombarderos He 111 H-1 contra instalaciones navales, puertos y baterías costeras situadas en el Báltico. Como en el caso de los Stukagruppen, la oposición a los raids fue mínima y durante la campaña sólo se perdieron 78 bombarderos medios, la mayoría de ellos abatidos por el fuego antiaéreo.
Además de su función de bombardero y escolta, las Geschwader de cazas tenían la misión de interceptar y dar respuesta a la reacción de las Fuerzas Aéreas Polacas durante los dos primeros días del asalto. En Polonia, el Messerschmitt BF110C-1 de gran alcance, el Zerstörer (Destructor), logró considerables éxitos en combate. Este gran caza bimotor contaba con dos motores Daimler-Benz DB 601A-1, con una potencia de 1.050 hp al nivel del mar cada uno, y de 1.200 hp en combate a 3.600 m; la velocidad máxima ascendía a 540 km/h a 6.000 m, superior a la de cualquier caza polaco e incluso de los Morane-Saulnier M.S.406 de la Armée de l'Air francesa y del Hurricane Mk I (hélice Watts) de la RAF. El Bf 110 tenía una gran capacidad de ataque, con dos cañones Rheinmetall MG-FF de 20 mm de calibre y cuatro ametralladoras MG 17 de 7,92 mm apuntadas por una mira de reflexión Zeiss Revi C.12/C. El depósito interno de combustible permitía una autonomía de 910 km con un techo económico de crucero de 6.700 m. Era una sólida plataforma de tiro, tenía buena aceleración en picado, una excelente trepada y facilidad de manejo; pero la carga alar (156,6 kg/m2) era excesiva. y cuando el BF 110 tuvo que enfrentarse con los cazas P.Z.L. P.11, más lentos pero más ágiles, su lento alabeo y pobres características de giro demostraron ser grandes inconvenientes. Las unidades que utilizaron Bf 110C-1 en la campaña polaca fueron el I/ZG 1 y el I (Zerstörer)/LG 1, de la Luftlotte I, y el I/ZG 76 de la 2. Fliegerdivision, Luftflotte IV. Durante la primera mañana, los I(Z)/LG 1 acompañaron a los He 111 y los Do 17 sobre Varsovia, mientras que los I/ZG 76 escoltaban a la KG 4 en el ataque a Cracovia. Se enviaron otras misiones a Poznan, Gniezno, Lwow y otros escenarios. Los combates con los cazas de las Fuerzas Aéreas Polacas tuvieron lugar en la tarde del 1º de septiembre, cuando las brigadas de cazas polacos con base en Zielonka y en Poniatow despegaron para combatir a los bombarderos de la KG 27 escoltados por los Bf 110 del I(Z)LG 1. Los pilotos de los Zerstörer cometieron el error inicial de pretender seguir las evoluciones de los pequeños P.Z.L. P.11, pero más tarde corrigieron la situación y utilizaron las tácticas de picado y trepada. Fueron abatidos cinco cazas polacos sin bajas para el Gruppe. Sobe Lodz, en la tarde del día siguiente, el 1. y el 2./ZG 76 perdieron dos Bf 110, a cambio de tres cazas P.Z.L. que se informó haber destruido. El 3 de septiembre, en una segunda batalla sobre Varsovia, el I(Z)LG 1 volvió a destruir cinco cazas polacos, por un solo Bf 110 perdido. A partir de ese momento, la capacidad de combate de los cazas polacos decayó de tal modo que los Zerstörergruppen y los Jagdgruppen (alas de cazas) fueron retirado de sus misiones de patrulla aérea de combate y de escolta, y se destinaron al ataque a tierra. Los Zerstörergruppen informaron haber destruido 68 aviones polacos, con la pérdida de 12 Bf 110, durante el periodo comprendido entre el 1 y 28 de septiembre.
El éxito logrado por las unidades de Bf 110 no fue igualado por los Gruppen que utilizaban los formidables aviones de caza Messerschmitt Bf 109, pues los combates, durante el corto periodo en que la Fuerza Aérea Polaca logró pelear, se libraron muy por detrás del frente, y, en consecuencia, fuera del alcance de los Bf 109. Debido a la necesidad de mantener una reserva estratégica en Alemania, se limitó la asignación de las unidades de Bf 109 al I (Jagd)/LG 2 y al Jgr. 101 en la 1. Fliegerdivision, I/JG 1 y I/JG 21 en el Luftwaffenkommando Ost-Preussen y Jgr. 102 controlado por el Fliegerführer zbV. El I/JG 1 y el I/JG 21 fueron llevado nuevamente a Alemania durante las dos primeras semanas de operaciones en Polonia. Muchas unidades continuaron operando con el BF 109D-1 que, equipado con un motor Junkers Jumo 210D de 680 hp, era marcadamente inferior a los últimos tipos de los Aliados. Sin embargo, se produjo un reequipamiento en gran escala con Bf 109E1 (Daimler-Benz DB 601 A) potenciados, de modo que se mantuvo la capacidad de combate del arma de cazas de la Luftwaffe. En Polonia, los Jagdgruppen adquirieron una riquísima experiencia al operar bajo tiendas y a partir de pistas de barro que los ingenieros habían convertido a toda prisa en algo parecido a un aeródromo. La vulnerabilidad al fuego de tierra produjo la pérdida de 67 Bf 109, durante el periodo ya mencionado.
Hacia el 3 de septiembre, aunque la industria de la aviación y las Fuerzas Aéreas Polacas seguían siendo los objetivos prioritarios, fue posible una cierta diversificación del esfuerzo, que se dirigió entonces de manera predominante a reducir las bolsas de resistencia polaca que la marea del ejército alemán había dejado tras de sí. A partir de ese momento, el esfuerzo de la Luftwaffe se concentró de lleno en el apoyo a los ejércitos. En el periodo comprendido entre el 6 y el 10 de septiembre, los ejércitos alemanes avanzaron hacia Varsovia. El 3º y 4º Ejércitos lo hicieron desde el noroeste. y el 8º y 9º Ejércitos vía Radom y Lodz. El único contraataque vigoroso y coherente que realizaron las fuerzas polacas ocurrió el 9 de septiembre, cuando los Ejércitos de Poznan y de Pomerania frenaron el avance alemán en el río Bzura (a 80 km. al oeste de Varsovia), diezmaron la 30ª División de Infantería y oligaron a retroceder a tres divisiones del 8º Ejército alemán antes de que llegaran los refuerzos del 10. Ejército. Al mismo tiempo que comenzaba la batalla de Bzura, a las 7.00 del 9 de septiembre, la 4ª División Panzer lanzaba su primer asalto sobre Varsovia: el ataque fue rechazado con grandes pérdidas para las tropas del general de división Czuma. Pero la llegada de grandes refuerzos rectificó la situación en el Bzura a favor de los alemanes hacia el día 15, mientras las divisiones Panzer se reagrupaban a las puertas de Varsovia. Entonces la resistencia comenzó a desmoronarse, y el 17 de septiembre de 1939, cuando las fuerzas soviéticas atacaron desde el este, la situación militar polaca se hizo irreversible. Las tropas soviéticas ocuparon Lwow el día 22. Después de una valiente resistencia a un ataque de excepcional intensidad, con 1.150 salidas de la Luftwaffe durante el dia 24, la ciudad de Varsovia se rindió el 27 de septiembre. En el sudeste, los restos del ejército polaco, que sumaban unos 90.000 hombres, consiguieron retirarse a Rumania y Hungría para continuar eventualmente la lucha con la alianza franco-británica. Pero Polonia se perdió: el 6 de octubre de 1939, los últimos bastiones de la resistencia polaca abandonaban la lucha.
Para los alemanes, el éxito de la campaña fue abrumador, y superó sus esperanzas más desbocadas. Para la Luftwaffe, el triunfo se había debido al uso eficaz del bombardero en picado Ju 87 y a la gran autonomía del caza Messerschmitt Bf 110. "Más allá de todas estas armas militares -escribió el capitán general Albert Kesselring- la Luftwaffe, en virtud de su movilidad en el espacio, cumplió misiones que habían sido inconcebibles en las guerras anteriores... La campaña polaca constituyó la piedra de toque de las potencialidades de la Luftwaffe y un aprendizaje de singular significación.".
Fuente: Historia de la Aviación, Blitzkrieg en Europa, Ed. Delta
Más información sobre la situación de lass Fuerzas Aéreas alemana y polaca en septiembre de 1939 en
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