La cita de Eriol procede de una pequeña deriva que iniciamos en las últimas intervenciones en el hilo “Debate histórico sobre Normandía”: http://forosegundaguerra.com/viewtopic.php?f=4&t=18834Eriol escribió: Hola Jose Luis!
No quiero desviar el debate pero me he quedado un poco desconcertado con la definición de "eficacia militar" que das. Sólo haré una pregunta ¿dentro del termino del que hablamos se tienen que meter los recursos humanos e industriales de una nación? Es que yo ,por eficacia militar, entiendo lo bien que lo hace un ejército contra otro no cuantos recursos estrátegicos tiene detrás ese ejército. Vamos, que me parece un poco raro meter dentro de eficacia militar cuantos tanques pueden producir una nación, por que eso tiene poco que ver con el ejército en si ¿no?
Creo que , para no desviar el tema original, podríamos crear un tema aparte por que me parece algo debatible.
Saludos
He decidido recoger la sugerencia del compañero y abrir un hilo sobre “efectividad militar”. Creo que es un tema importante, por no decir crucial, para aproximarse al estudio de la historia de la IIGM, en nuestro caso, con un conocimiento más amplio y riguroso de lo que puede entenderse por efectividad militar. Ahora bien, hay tantas definiciones de efectividad militar como las aproximaciones desde las que se parta. Para una introducción y definición de la efectividad militar, voy a escoger un texto que considero acertado y que es obra de los profesores eméritos Williamson Murray (Universidad Estatal de Ohio), Allan Millett (Universidad de Nueva Orleáns y Universidad Estatal de Ohui), y Kenneth H. Watman (Agencia de la Dirección de Emergencia Federal). El texto pertenece al primer capítulo (The Effectiveness of Military Organizations) del libro editado por Millet y Murray, Military Effectiveness. Volume 1: The First World War (Cambridge Universiy Press, 2010). El libro es una nueva edición del publicado originalmente en 1988 por Unwin Hyman. Lo que voy a traducir está en las páginas 1-3 del capítulo señalado.
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(...) A pesar de una considerable literatura sobre eficiencia organizativa, la efectividad militar sigue siendo un concepto mal definido. Para algunos analistas civiles y militares, la efectividad está ligada a la estructura social de las organizaciones militares. La aproximación sociológica se centra en factores tales como la cohesión de unidad, solidaridad de grupo, liderazgo de pequeñas unidades, y Kameradschaft. Una investigación similar pretende vincular la efectividad con factores no materiales como espíritu, resistencia y voluntad de luchar. Fuera del foco de las pequeñas unidades, el foco sociológico -independientemente de si la metodología es cuantitativa o descriptiva- puede proporcionar perspectivas especiales dentro del desempeño probable de organizaciones militares a gran escala, toda vez que se centra en tales problemas, como los aspectos normativos de oficialidad, reclutamiento, socialización militar, actitudes morales y políticas, y capacidad de entrenamiento de las tropas.
La aproximación operacional subraya la importancia de doctrinas y sistemas tácticos y su utilización adecuada en el campo de batalla. Por implicación, este concepto es sensible también a temas como entrenamiento y liderazgo, pero presta especial atención a la utilización de armas. El análisis puede derivar de varios tipos de juegos de guerra, un puntal de la educación militar durante casi doscientos años, o de ejercicios de campaña. También puede desarrollarse desde la experiencia de combate, extraída de entrevistas post-combate, o analizadas en la reconstrucción cuantitativa de una serie de combates. El análisis operacional presta atención especial al entorno físico en que ocurren los sucesos militares, y puede intentar incluso introducir tal rigor matemático que permita la predicción o al menos el establecimientos de resultados probables. La mayoría de las comparaciones de las fuerzas armadas modernas utilizan tales aproximaciones. Aunque el análisis operacional emplea técnicas cuantitativas para predecir los resultados de combates entre varias fuerzas, ha sido transformado también en otra variante, análisis de sistemas, que produce comparaciones de coste-beneficio de fuerzas funcionalmente similares con el objetivo de ayudar en la construcción de la teoría estratégica, el aclaramiento de la adquisición de armas, y la valoración de la eficiencia logística.
Aunque válidos, estos modelos de análisis sólo proporcionan respuestas parciales a la efectividad organizativa. La actividad militar es extraordinariamente heterogénea, y las medidas existentes de efectividad no logran capturar las plenas complejidades de las organizaciones militares y sus misiones. La actividad militar tiene dimensiones tanto verticales como horizontales. La dimensión vertical implica la preparación para la guerra y la conducción de la guerra en los niveles político, estratégico, operacional y táctico. Tomadas en su conjunto, estas categorías forman una jerarquía de acciones que las organizaciones militares deben coordinar desde los niveles políticos más altos hasta su ejecución táctica. La dimensión horizontal consiste en las numerosas, simultáneas e interdependientes tareas que las organizaciones militares deben ejecutar en cada nivel jerárquico con diferentes grados de intensidad para desempeñarse con competencia. Estas tareas incluyen la adquisición de personal, planificación, entrenamiento, logística, inteligencia, y adaptación técnica así como combate. Una definición adecuada de efectividad militar debe incluir todos estos aspectos de la actividad militar. De forma similar, la determinación de la efectividad militar general requiere valoraciones de alcance horizontal y vertical de las actividades militares. Además, una auténtica valoración de la efectividad debiera examinar los obstáculos probables ante la determinación de un cambio, así como las oportunidades de reforma. Sumar la efectividad estimada de cientos de pequeñas unidades no es lo mismo que evaluar el desempeño organizativo en su conjunto.
Definiciones y puntos generales
La efectividad militar es el proceso por el cual las fuerzas armadas convierten recursos en fuerza de combate. Una efectividad militar plena es la que extrae la máxima fuerza de combate de los recursos disponibles física y políticamente. La efectividad incorpora así cierta noción de eficiencia. La potencia de combate es la capacidad de destruir al enemigo al tiempo de limitar el daño que puede infligir como respuesta. La cantidad precisa de daño necesario depende de los objetivos de la guerra y de las características físicas de las fuerzas armadas comprometidas en su persecución. Los recursos representan la gama de activos importantes para las organizaciones militares: recursos humanos y naturales, dinero, destreza técnica, base industrial, estructura gubernamental, características sociológicas, capital político, las cualidades intelectuales de los líderes militares, y la moral. Las restricciones bajo las que trabajan las organizaciones militares son naturales y políticas. Las restricciones naturales incluyen cosas tales como la geografía, los recursos naturales, el sistema económico, población, tiempo y clima. Las restricciones políticas se refieren a los objetivos políticos y diplomáticos nacionales, las actitudes populares hacia el ejército, las condiciones de combate, y la moral civil.
Obviamente, no es posible conseguir cálculos precisos de los efectos militares agregados de elementos tan dispares. Pero es esencial alcanzar un juicio sobre las posibilidades abiertas a una organización militar particular en una situación dada. Sólo entonces se puede comparar las fuerzas armadas nacionales, poseyendo características enormemente diferentes, problemas y enemigos, de una manera que pueda explicar su relativa efectividad.
Existe cierta relación entre la efectividad militar y la victoria. Sin embargo, si la “victoria” fuera el único criterio de la efectividad se podría concluir que los rusos fueron más eficaces que los finlandeses en la “Guerra de Invierno” de 1939-40 y que los alemanes en la guerra de 1941-45. No obstante, un examen detallado de esas luchas sugiere que esto simplemente no fue así. Más bien los finlandeses y alemanes funcionaron más efectivamente en el nivel operacional con limitados recursos que el que lo hicieron sus oponentes. La victoria es un resultado de la batalla; no es lo que una organización militar hace en la batalla. La victoria no es una característica de una organización, sino el resultado de la actividad organizativa. Los juicios sobre efectividad deberían conservar cierto sentido de coste proporcional y proceso organizativo.
La actividad militar tiene lugar en cuatro niveles diferentes: político, estratégico, operacional y táctico. Cada categoría traslapa a las otras, pero cada una viene caracterizada por diferentes acciones, procedimientos y objetivos. Por tanto, se debe valorar la efectividad militar separadamente a cada nivel de actividad. Es dudoso que cualquier organización militar sea completamente eficaz en los cuatros niveles simultáneamente. No cabe duda que esto deriva de las limitaciones humanas, pero también refleja el hecho de que los requisitos para la efectividad en un nivel pueden entrar en conflicto con los de otro. Por ejemplo, las fuerzas militares americanas en Vietnam del Sur podrían haber incrementado su efectividad en el nivel táctico con una mayor voluntad de enfrentarse al enemigo en vez de confiar tanto en la potencia de fuego indirecto. Sin embargo, el precio habría sido probablemente bajas más altas y por tanto una efectividad política reducida. Cuando ocurren tales conflictos, la organización puede tener que hacer elecciones deliberadas para disminuir la efectividad en un nivel para mejorar la efectividad en otros.
Las características básicas de la efectividad militar no se pueden medir con precisión. En cambio, cualquier examen debe descansar en indicadores concretos de efectividad en los niveles político, estratégico, operacional y táctico.
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Bien, creo que esto es suficiente para una exposición del tema. Para quien esté interesado en esta obra, diré que los autores siguen dedicando las siguientes páginas del capítulo a describir los cuatro niveles de la efectividad militar que han referido. Luego, una serie de autores de reconocido prestigio dedican, cada uno, un capítulo a examinar la efectividad militar (siempre bajo el marco de referencia establecido en el capítulo 1, es decir, una introducción breve, y luego los cuatro niveles de la efectividad militar) de siete países que combatieron la IGM (Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos, Italia, Francia, Japón y la Rusia Imperial), que es el periodo comprendido en este primer volumen. Hay dos volúmenes más: el II dedicado al periodo de entreguerras, y el III dedicado a la IIGM. En todos ellos se sigue el mismo marco de referencia.
Hay otros autores que han escrito, mucho o poco, sobre la efectividad militar. Por ejemplo, Roger R. Reese (Why Stalin's Soldiers Fought...), Roger Beaumont y William P. Snyder, Sam Sarkesian, H. Wayne Moyer, etc. Yo sólo leí a Reese, cuyas referencias sobre el tema me llevaron a leer la obra citada editada por Millett y Murray, y a consultar las obras referidas de los otros tres autores que he citado. Quiero significar con ello, que la exposición que acabo de realizar sobre el tema, al traducir el texto de Millett-Murray-Watman, no agota la exposición que se puede hacer sobre efectividad militar ni implica que se tenga que estar necesariamente de acuerdo con todo lo expuesto por dichos autores. Cualquier otra exposición acreditada y/o crítica argumentada será bienvenida.
Saludos cordiales
JL