La Marina Japonesa en 1941

Flotas de superficie. Navíos de guerra.

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La Marina Japonesa en 1941

Mensaje por José Luis » Jue Dic 17, 2009 12:12 am

¡Hola a todos!

Investigando sobre las relaciones diplomáticas germano-japonesas y la influencia del Generalstab prusiano-alemán en el ejército japonés a finales del siglo XIX (y durante la República de Weimar tras la IGM), he estado leyendo un artículo que el capitán Atsushi Oi escribió en 1951 y que bajo el título "The Japanese Navy in 1941" forma parte del libro publicado por Donald M. Goldstein y Katherine V. Dillon (Eds.), The Pacific War Papers. Japanese Documents of World War II (Prange Enterprises, Inc., 2004), pp. 4-31. Oi fue miembro del Departamento de Personal del Ministerio de la Marina desde 1941 a 1943, y desde el 15 de noviembre de 1943 hasta el final de la guerra fue oficial de estado mayor (operaciones) del Gran Cuartel General de la Fuerza de Escolta Combinada. Su lectura me ha parecido tan interesante que voy a proceder a resumirla, comenzando con esta primera parte titulada:

HISTORIA Y TRADICIÓN

Los orígenes de las fuerzas marítimas del Japón se remontan a más de dos mil años de antigüedad, si bien, a pesar de ser una isla, los antepasados japoneses no legaron a su posteridad del siglo XX una tradición naval digna de mención. La filosofía oriental enseña al hombre a adaptarse a la naturaleza, en vez de superarla, por lo que parece natural que la ciencia de conquistar el mar, la navegación, no se desarrollara en Asia en forma similar a lo acontecido en las naciones occidentales. Los vecinos asiáticos de Japón apenas representaban una amenaza seria de invasión, y siendo Japón una sociedad agrícola dispersa, poca necesidad tenía de expandirse al exterior. Cualquiera que fuese la razón, la historia militar japonesa se basaba fundamentalmente en las fuerzas terrestres.

Los informes navales japoneses no habían sido nada favorables. A mediados del siglo VII, las fuerzas expedicionarias japonesas enviadas a Corea cosecharon un fracaso debido principalmente a la derrota naval en la desembocadura del río Kum. A finales del siglo XIII, un Japón sin marina de guerra fue invadido por los mongoles, y aunque la derrota final de los mongoles tuvo lugar en 1281 debido a la completa destrucción de su armada invasora, el factor clave para tal destrucción no fue la fuerza pirata japonesa rápidamente reunida, sino un devastador tifón que todos los japoneses conocen por el nombre de Kami-Kaze (viento divino), el nombre dado a la famosa unidad aérea suicida en la Guerra del Pacífico. A finales del siglo XVI, otra expedición japonesa contra Corea acabó en una derrota naval ignominiosa cerca de Masan, Corea del Sur.

Afortunadamente, o desgraciadamente, esas antiguas tradiciones navales llegaron a su fin debido al aislamiento internacional voluntario iniciado en la década de 1630, aislamiento que iba a durar más de 200 años. El Sogunato Tokugawa impuso una estricta prohibición sobre la construcción de todo tipo de barco transoceánico, prohibición extensiva al viaje al extranjero de los japoneses.

La introducción de la locomoción marina a vapor por las naciones occidentales ayudó a revolucionar la posición de Japón. Una plaza estratégica para el suministro de carbón y agua para los barcos a vapor, Japón ya no podía permanecer al margen de las actividades marítimas mundiales. La visita del comodoro Perry en 1853 despertó a Japón de su largo sueño, comenzando a estudiar profusamente la civilización occidental. El Sogunato Tokugawa estableció una escuela de entrenamiento naval en 1857 bajo la asesoría de los holandeses, la única nación cristiana a la que se le había permitido mantener un establecimiento comercial cerca de Nagasaki con la condición de que no se intentara la propagación del cristianismo. Poco a poco, los señores feudales más avispados comenzaron a adquirir barcos propios, si bien la era del dominio feudal pronto iba a llegar a su fin, comenzando en 1868 una nueva era, Meiji, abierta a las innovaciones nacionales.

Bajo el emperador Meiji, el nuevo gobierno unió todos los navíos independientes de los señores feudales, fundando la Marina de Su Majestad Imperial Japonesa, que cifraba unas 14.000 toneladas en total a finales de 1871. Bajo la preponderante influencia de la Marina británica, Japón heredó no sólo el sistema sino también la tradición de la Señora de los Siete Mares. En grado menor también se dejó notar la influencia de la Marina estadounidense. La guerra sino-japonesa de 1894-95 y la guerra ruso-japonesa de 1904-05 fueron combatidas por la Marina japonesa bajo la fuerte influencia de las tradiciones marinas angloamericanas.

Con la victoria japonesa contra los rusos, la Marina japonesa alcanzó su madurez, surgiendo los primeros símbolos heroicos en las personas de Torajiro Miura (un marinero abordo del Matsushima en la Batalla de Yalu el 17 de septiembre de 1895, quien, herido de muerte y en su último aliento, preguntó al oficial ejecutivo del barco si había sido hundido el navío enemigo, el Chen Yien), el comandante Takeo Hirosi (quien en su tercer intento de hundir un barco a la entrada de Port Arthur para bloquear a la flota rusa en su interior en la primavera de 1904, no dejó el barco que se hundía a pesar del fuego enemigo hasta recorrer cada esquina del barco en busca de un subordinado, el oficial Sugino), y el vicealmirante Hikonojo Kamimura (quien, en su victoriosa persecución de la flota rusa el 14 de agosto de 1904 al sureste de Corea, suspendió la caza, perdiendo su ventaja táctica, para rescatar las vidas de los supervivientes del crucero ruso Rulik [¿Rurik?], que se estaba hundiendo debido al daño causado por el fuego japonés).

Esas hazañas se contaron en cuentos y se cantaron en canciones. Pero la más extraordinaria personificación de la tradición naval japonesa desarrollada en esas dos guerras fue la del almirante Heihachiro Togo. Hijo de un samurai de la provincia de Satsuma (Prefectura Kagoshima), donde más florecía la enseñanza del Bushido, el teniente Togo fue educado durante muchos años en la Marina británica. El carácter de Togo era una mezcla de enseñanza Bushido y tradición naval británica. Este héroe de la Batalla de Tsushima podía haber ocupado cualquier posición política de relevancia, pero fue nombrado para un puesto no-político como tutor jefe del príncipe imperial a petición especial de la casa imperial.

Respetada como una de las mejores comunidades dentro de Japón, la Marina sobrepasó con creces en popularidad al Ejército a los ojos del público en general, a pesar de la debilidad de su influencia política, donde el Ejército se llevaba la palma. Además, la educación en la Marina era mucho más humanista que la del Ejército, que seguía la tradición prusiana del desdén por los derechos humanos. Tan reaccionario era el Ejército Imperial Japonés que en 1900 estableció la Oficina del Superintendente General de Educación del Ejército, independiente de la autoridad del Ministro de Guerra, sustrayendo de esta forma la educación del Ejército de la política general de la educación nacional. En cambio, la Marina siguió en lo posible los parámetros de educación nacional, al margen del entrenamiento profesional.

Pero a medida que se desarrolló la madurez naval en la Primera Guerra Mundial, la tradición naval japonesa comenzó a demostrar una decadencia interna. La “Marina Invencible” comenzó a ser una expresión común de orgullo nacional que degeneró en un sentimiento de superioridad moral. Se respetaba todo lo genuinamente japonés y se despreciaba todo lo occidental. Esta tendencia afectó seriamente a la Marina, que comenzó a ver a principios de la década de 1930 cómo se sustituían sus mejores cerebros, formados en Occidente, en posiciones de liderazgo naval de alta responsabilidad por hombres de visión limitada. ¡Y qué decir del Ejército reaccionario! Su posición era tan ultra-nacionalista que consideraba a la Marina demasiado pro-británica y pro-americana.

A pesar de que la Marina conservó su tradición naval incluso después del Incidente Chino-Japonés de 1937, poco después, cuando estaba a punto de estallar la Guerra del Pacífico y cuando estalló, la Marina tuvo que reclutar una cantidad gigantesca de personal poco cualificado en un muy corto período de tiempo. Incluso la oficialidad tuvo que ser rápidamente reclutada de entre los graduados de escuelas civiles. Debido a la urgencia de la situación de guerra no había tiempo suficiente ni un número adecuado de instructores para entrenar a esos reclutas de forma satisfactoria en las tradiciones y costumbres navales. El resultado fue una apreciable degradación de la eficiencia y habilidad en varios campos, si bien esta situación no constituyó un problema serio en el campo del orden y la disciplina.

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Mensaje por José Luis » Jue Dic 17, 2009 11:09 am

ESTRATEGIA Y TÁCTICA (I)

El Colegio de Guerra Naval (1888-1944), creador del estudio básico de la estrategia y táctica de la Marina Imperial Japonesa (MIJ en adelante), tuvo a sus dos máximos exponentes en las figuras de Shinshi Akiyama y Tetsutaro Sato, ambos promovidos a vicealmirantes. La estrategia y la táctica naval de Japón se basaron en las enseñanzas de estos dos oficiales, y el desarrollo posterior de las concepciones estratégica y táctica navales sólo modificó de forma muy ligera esas enseñanzas.

Akiyama se graduó en la academia naval japonesa en 1890 (Sato en 1887) y estudió táctica y estrategia en Estados Unidos desde desde 1897 a 1900. Estuvo abordo del U.S.S. New York durante la Guerra Américo-Española, y también disfrutó de la tutoría privada del almirante Alfred T. Mahan. Casi durante el mismo período, Sato fue enviado a Gran Bretaña (y por un corto período también a Estados Unidos) para estudiar la influencia de la potencia marítima en el auge y caída de las naciones.

A sus regresos a Japón, ambos fueron nombrados instructores en el Colegio de Guerra Naval, con Akiyama enseñando táctica y Sato estrategia (más bien historia naval). El manual que escribió Akiyama sobre táctica se convirtió en la biblia táctica de la MIJ. Titulado Kai-Sen Yomu-Hei (Instrucciones Esenciales sobre Batallas Navales) se usó, con ligeras modificaciones, hasta los últimos días de la Guerra del Pacífico.

Sato escribió un voluminoso libro titulado Teikoku Kokubo Shiron (Estudio Histórico de los Problemas de Defensa del Imperio Japonés), estudio cuya profundidad sobre la historia naval nunca fue superada antes o después en Japón. Sato explicó que la defensa nacional japonesa debía depender más de sus fuerzas marítimas que de sus fuerzas terrestres. Se reconoce en general que este libro ayudó al ministro de Marina Yamamoto a conseguir su propósito de obtener la sanción imperial de 28 de diciembre de 1903 para que el jefe del Estado Mayor General (EMG en adelante) Naval fuese independiente del jefe del EMG del Ejército, quien hasta entonces ejercía el control del mando naval en tiempos de guerra.

En términos generales, los japoneses gustaban de una aproximación deductiva, y de esta tendencia era el método de Akiyama, mientras que Sato seguía el camino occidental de la aproximación inductiva. Durante la guerra ruso-japonesa, Akiyama fue oficial clave de estado mayor (operaciones) en la Flota Combinada de Togo, mientras que Sato sirvió como oficial superior de estado mayor en el Cuartel General de la Segunda Flota. Tras esta guerra, ambos fueron nombrados nuevamente instructores del Colegio de Guerra Naval y fue durante esta etapa que sentaron las doctrinas estratégica y táctica para la MIJ mediante una combinación completa de la tradición oriental, enseñanza occidental y la propia experiencia de guerra.

Los japoneses también supieron innovar en la táctica. Antes de la guerra chino-japonesa, los profesores navales occidentales enseñaban a la MIJ las lecciones de la Batalla de Lissa, durante la cual, el 20 de julio de 1866, la flota italiana maniobrando adelante en línea fue derrotada por la flota austriaca que avanzaba en formación con forma de cuña para poder hacer uso de la embestida. Sin embargo, el que sería almirante de la flota, Hayao Shimamura, entonces instructor del Colegio de Guarra Naval (graduado de la academia naval en 1883), concluyó, tras sus propios experimentos, que la flota japonesa debía renovar las lecciones de Lissa en la venidera guerra con China. En la Batalla de Yalu el 17 de septiembre de 1894, la flota china (que contaba entre su armada con poderosos acorazados como el Ting-Yuen, con asesores británicos y alemanes abordo, y el Chen-yueni, al mando de un oficial naval estadounidense) siguió la táctica de Tegethoff de Lissa con una formación en forma de cuña. En cambio, la flota japonesa adoptó los consejos de Shimamura y maniobró adelante en línea, descartando el uso de la embestida en favor de un uso masivo de su superior potencia de fuego, que le dio la victoria.

Tras la guerra ruso-japonesa, la MIJ consideró a Estados Unidos como su enemigo más probable. La enorme disparidad de fuerzas entre ambas potencias dejaba sin utilidad decisiva la estrategia y táctica japonesas. Según el estudio de Sato, la MIJ no tenía esperanza alguna de enfrentarse exitosamente a la marina estadounidense bajo la ratio naval de la Conferencia de Washington, pero aun así la MIJ siguió considerando a Estados Unidos como un enemigo probable. En los tres grandes planes de defensa nacional de 1909, 1921 y 1930, Japón escogió a la marina estadounidense como el más probable invasor del Pacífico Occidental, dejando a China y Rusia-URSS como amenazas militares en Extremo Oriente.

Desde la Conferencia de Washington y hasta el estallido de la guerra no-declarada entre Japón y la República China, la estrategia y la táctica de la MIJ estuvieron dirigidas a combatir a la U.S. Navy en el Pacífico Occidental. Sabiendo de su inferioridad, la marina japonesa comenzó a trabajar el elemento de la “sorpresa”. Para conseguir la sorpresa tenía que tomar la “iniciativa”, y no pudiendo llevar sus fuerzas, por mor de su inferioridad, al Pacífico Oriental, la MIJ estaba obligada a tomar una posición defensiva geográficamente. Pero en lo demás, adoptó el concepto de la ofensiva para asegurarse la iniciativa.

El hecho de que el servicio de inteligencia japonés se enterara de que USA adelantaría su flota hacia el Pacífico Occidental para buscar una batalla decisiva lo más pronto posible, parecía facilitar la estrategia japonesa que buscaba precisamente eso, atraer la flota estadounidense al Pacífico Occidental. Por varias razones, parecía necesario para los japoneses el enviar una fuerza expedicionaria para reducir las Filipinas a la primera oportunidad posible. Había que eliminar las bases de submarinos u otros navíos americanos de ataque a mercantes para asegurar la salvaguardia de las comunicaciones marítimas japonesas. El uso de la Bahía de Manila como base avanzada debía ser negado a la flota americana. Pero los estrategas navales japoneses razonaron que el ataque sobre Filipinas ayudaría a atraer a la flota americana a una batalla decisiva en el Pacífico Occidental.

Sin embargo, esto no significaba que la MIJ confiara, ni mucho menos, en una batalla naval decisiva en el Pacífico Occidental. La disparidad entre ambas flotas era demasiado grande. Había que reducirla, para lo cual la MIJ decidió usar submarinos contra los barcos capitales americanos de todas las formas posibles. La flota submarina no debía ceñirse exclusivamente a tareas de exploración, sino también a hundir o dañar con torpedos a los acorazados y portaaviones americanos. De todas formas, se creía que esa disparidad inicial no podría ser suficientemente reducida sólo con el uso de submarinos. Antes de que tuviera lugar la batalla diurna decisiva, la MIJ planeó lanzar una acción nocturna a gran escala en la víspera de la batalla decisiva, haciendo uso del torpedo, donde los futuros almirantes Kantaro Suzuki y Keisuke Okada habían establecido desde los inicios del desarrollo naval japonés las tradiciones y desarrollos técnicos del torpedo. A principios de 1930, los torpedos propulsados con oxígeno debutaron con éxito (el vicealmirante Kaneji Kishimoto fue un promotor de la invención de esta arma). Para remediar la inferioridad en potencia de cañones de los grandes barcos de guerra, la MIJ armó poderosamente todos los cruceros y destructores con armamentos de torpedos, incluso a costa de los elementos de protección en la construcción de los barcos. La MIJ llegó al extremo de convertir algunos de sus viejos cruceros ligeros en torpederos, sacrificando cañones. Y como el ataque con torpedos requiere una aproximación cercana al objetivo, la necesidad de acciones nocturnas creció constantemente.

Absorbida con las preparaciones para una batalla decisiva con la flota principal de USA, la MIJ se olvidó inconscientemente de otra misión naval esencial: la protección de las comunicaciones marítimas.

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Mensaje por José Luis » Jue Dic 17, 2009 2:25 pm

ESTRATEGIA Y TÁCTICA (II)

Durante la época de las guerras chino-japonesa y ruso-japonesa, Japón era fundamentalmente un nación agrícola y auto-suficiente, por lo que la protección de su comercio no salió a la palestra. Pero con el rápido crecimiento de la población y la industrialización, así como la adquisición de territorios en el exterior en las últimas generaciones, Japón, al igual que Gran Bretaña, se volvió cada vez más dependiente del comercio marítimo. Sin embargo, los japoneses descuidaron este terreno no sólo en la construcción de barcos de escolta sino también en la planificación y entrenamiento de este tipo de misiones.

Durante la IGM, la MIJ hizo un gran trabajo como escolta de la navegación aliada, consiguiendo valiosas lecciones y experiencia. Pero en la posguerra se dedicó al estudio de las grandes batallas como Jutland, Coronel y las Falkands. En la década de 1930, la MIJ llegó a desafiar los acuerdos internacionales sobre desarme construyendo acorazados tan costosos como el Yamato y el Musashi. Sin embargo, despreciaron la construcción de barcos de escolta, un terreno en el que estaban en una situación crítica en caso de guerra. Quizás la insistencia estadounidense y británica sobre la abolición de los submarinos durante las distintas conferencias de desarme hizo creer al Japón que los submarinos americanos no representarían una grave amenaza, extendiéndose la falsa idea de que los americanos no tenían adaptabilidad ni gusto por la vida submarina.

Además, la MIJ prestó poca importancia a la guerra contra el tráfico mercante, quizás porque, inicialmente, el tonelaje submarino permitido al Japón era demasiado corto para permitirle destinar suficientes submarinos a tales misiones, teniendo en cuenta que la principal misión del submarino, para el pensamiento japonés, era atacar a los barcos capitales del enemigo.

Después de 1936, Japón rompió sus ataduras con los acuerdos internacionales sobre desarme, medida que no ayudó a mejorar su fuerza comparativa con la marina americana, pues ello dio lugar a una carrera de construcción naval en la que los japoneses no tenían posibilidad alguna de ganar. El único resultado positivo de esta ruptura con los acuerdos internacionales fue la construcción secreta del Yamato y del Musashi. Había cierta ironía en el hecho de que los japoneses consumiesen tantos recursos para la construcción de estos acorazados cuando, al mismo tiempo, estaban desarrollando torpedos aerotransportados que, usados en cantidad suficiente, podían hundir cualquier acorazado.

Tras el ataque a China en 1937, Japón comenzó a contender con Gran Bretaña amenazando su hegemonía en Extremo Oriente. Comenzaron a elevarse de tono los sentimientos anti-británicos guiados por algunos militares e industriales, al tiempo que las simpatías se desplazaban hacia el Eje. Así, la MIJ, tradicionalmente pro-británica, comenzó a considerar a la Royal Navy como un probable enemigo, en añadidura a la estadounidense. Sin embargo, los japoneses pensaban que la Marina británica estaría muy ocupada en el teatro europeo, por lo que su principal enemigo en el Pacífico seguiría siendo la U.S. Navy. Los únicos cambios realizados en su estrategia y táctica navales fueron la decisión de reducir Singapur y Hong-Kong, destruir las rutas marítimas de la Commonwealth británica en el Océano Índico y asegurarse los recursos petrolíferos de las Indias Orientales Holandesas. Este cambio de estrategia pedía una gigantesca operación conjunta con el Ejército, lo que ponía de mayor relieve la importancia de la protección de las comunicaciones marítimas, aunque los japoneses continuaron subestimando esta amenaza y la capacidad del enemigo para la guerra submarina. Por otra parte, tampoco había un plan de operaciones conjuntas con las marinas alemana e italiana a pesar de su alianza militar. Tan sólo había un vago entendimiento con la Kriegsmarine para que un cierto número de submarinos fuese destinado a operaciones de ataques a mercantes en el Océano Índico.

Continuaremos,
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Mensaje por José Luis » Vie Dic 18, 2009 8:04 am

MANIOBRAS Y JUEGOS DE GUERRA

El momento más importantes del entrenamiento de la flota japonesa tenía lugar durante una maniobra celebrada en el mes de octubre. Para esta ocasión la Flota Combinada se dividía en dos en la maniobra: amigos y enemigos. El enemigo, la flota teóricamente enemiga, se componía de unos pocos barcos, cada uno de los cuales se asumía representaba una gran fuerza. Los árbitros de las maniobras procedían de las facultades del Colegio de Guerra Naval y del Estado Mayor General Naval.

Una vez cada cuatro años, el emperador, ayudado por el Jefe del Estado Mayor General Naval, presidía las maniobras de otoño de la flota. En tal ocasión, se organizaba una flota diferente de la Flota Combinada para representar a una flota hostil. La MIJ entendía generalmente por el “enemigo” a la Flota del Pacífico estadounidense. Los problemas de la maniobra variaban dependiendo de los requerimientos en la planificación del EMG Naval. Sin embargo, en general, las maniobras seguían el siguiente patrón: la Flota Combinada busca a la flota enemiga, de la que se reporta (por medio de los submarinos, aeroplanos, etc.) está entrando en el Pacífico occidental; el principal cuerpo combatiente de la Flota Combinada sale entonces a buscar y destruir a la flota enemiga. Para ello, las fuerzas de combate japonesas se dividen en dos grupos, con la 2ª Flota (cuya columna vertebral son los cruceros pesados) actuando como elemento de avanzada, y la 1ª Flota (acorazados) siguiendo el rastro, manteniendo una distancia de unas 50/80 millas náuticas con la 2ª Flota. Esta última intenta entrar en contacto con la principal flota enemiga hacia el crepúsculo para lanzar un ataque nocturno con torpedos. La 1ª y 2ª Flotas intentan reagruparse en un único cuerpo como preparación para combatir una acción diurna decisiva con la flota enemiga mermada durante la acción nocturna. En el proceso de reagrupamiento, la 2ª Flota intenta atraer al enemigo al área donde los submarinos amigos están tendiendo una emboscada, o disparar torpedos aprovechándose de su curso de retirada.

No se pensaba jamás que hubiera posibilidad alguna de sorprender a la flota enemiga mientras permanecía en sus bases. La idea de atacar Pearl Harbor fue una idea exclusiva del almirante Isoroku Yamamoto en 1941.

Otra representación importante de las maniobras navales venía dada por una maniobra conjunta con el Ejército. Desde las etapas iniciales de la MIJ, la escolta de fuerzas expedicionarias del Ejército fue considerada una de las misiones más importantes de la Marina. En el plan de guerra japonés contra los Estados Unidos, un factor importante era la invasión de las Filipinas por el Ejército. Casi cada año se celebraba una maniobra conjunta del Ejército y la Marina de una u otra forma con el propósito de que sirviera de entrenamiento para la invasión de las Filipinas. Tanto el EMG Naval como el EMG del Ejército mantenían un estrecho contacto para el estudio táctico y estratégico de dicha misión. En cambio, a diferencia de la flota británica, la MIJ no mantuvo maniobras de protección de navegación (barcos mercantes) a gran escala.

Los primeros juegos de guerra anti-británicos tuvieron lugar sobre el mapa en 1938 entre el CG de la Flota Combinada y el Colegio de Guerra Naval bajo los auspicios del EMG Naval. El escenario era que Japón entraba en guerra contra la Commonwealth británica con Alemania e Italia manteniendo una neutralidad benevolente a favor de Japón, mientras que Estados Unidos y Holanda hacían lo mismo pero a favor de la Commonwealth. La mayor dificultad alrededor del entrenamiento y maniobras de la MIJ era la escasez de fuel-oil. El área de maniobras y la velocidad de los barcos estaban estrictamente limitadas, así que muchos problemas de las maniobras tenían que ser solucionados sólo mediante estudios teóricos, con lo que el verdadero valor de una u otra táctica era difícil de apreciar. Esto, junto con otras escaseces (como proyectiles), dificultaban a la MIJ para desarrollar de forma realista sus doctrinas tácticas.

Además de la poquísima inclinación de los planificadores japoneses por la estrategia defensiva, el hecho de que no se pudiera experimentar en profundidad el efecto de las bombas y proyectiles condujo a la MIJ a descuidar la importancia de las medidas protectoras y el control de daños. A diferencia de la U.S. Navy, la MIJ desdeñó varias lecciones sobre el control de daños de la IGM hasta la década de 1930, cuando, gracias a la información de inteligencia, comenzó a considerar con la importancia debida este terreno.

En la siguiente intervención veremos la composición naval de la MIJ.
Saludos cordiales
JL
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Mensaje por José Luis » Vie Dic 18, 2009 12:57 pm

COMPOSICIÓN DE LA FUERZA NAVAL

Los tipos de barcos de combate que tenía la MIJ en 1941 eran casi los mismo que tenía la U.S. Navy debido a los tratados de armamento naval en que ambos países estuvieron involucrados. Sin embargo, había algunas diferencias menores en el detalle de las características de cada tipo de barco. En general, los barcos de combate japoneses se caracterizaban por su armamento ofensivo y velocidad máxima, mientras que los estadounidenses sobresalían en elementos protectores y radio de acción. La debilidad protectora de los barcos de combate japoneses puede explicarse, por una parte, por su mentalidad puramente ofensiva, pero por otra parte era el resultado del intento de compensar una ratio naval inferior armando un barco individual de forma mucho más poderosa que el del enemigo. En cuanto al sacrificio de radio de acción de los barcos japoneses, la razón es obvia: el tratado naval de Washington limitó estrictamente a estadounidenses y británicos la construcción de bases navales en el Pacífico Occidental, donde estaban las bases navales japonesas; la estrategia naval japonesa era combatir una guerra defensiva en el Pacífico Occidental.

1) Acorazados. A pesar de que la MIJ fue la primera en demostrar que la aviación podía hundir acorazados como en el caso de Pearl Harbor y el del hundimiento del Prince of Wales y el Repulse, también fue la MIJ la que se aferró a la idea hasta el mismo final de la Guerra del Pacífico de que el acorazado era la columna vertebral de la fuerza naval. Desde el otoño de 1943 hasta el 31 de marzo de 1944, el almirante Koga, comandante en jefe de la Flota Combinada, estaba preparado aparentemente para combatir una guerra decisiva en el Pacífico central, a pesar de no tener a su disposición la fuerza de portaaviones. El 31 de marzo de 1944 pareció aprender que su política era errada porque, a pesar de haber ordenado a su flota de superficie estar preparada para una decisión fuera de Palau, retiró a tierra el pabellón de su buque insignia Musashi. Y aunque una fuerza de combate naval americana bombardeó la isla durante tres días consecutivos, causando grandes daños a los barcos e instalaciones japonesas, no se dio ninguna orden a la flota de superficie para contraatacar a la fuerza americana.

La batalla naval que tuvo lugar el 25 de octubre de 1944 cerca de Samar y la salida del Yamato hacia Okinawa el 17 de abril de 1945 ilustran claramente la doctrina naval táctica japonesa según la cual el acorazado podía hacer algo frente a una poderosa supremacía aérea enemiga. Por supuesto que sólo fueron intentos suicidas, pero la Flota Combinada aún recurría a tales tácticas a pesar del gran sacrificio en combustible y hombres que, por contra, podía ser favorablemente desviado a la guerra de escolta de convoyes y a la guerra aérea con base en tierra.

Se cree que el hecho de que la MIJ tuviera el Yamato y el Musashi explica en parte, o en todo, la obsesión de los almirantes japoneses con la idea de “acorazados primero”. Quizás fue en el otoño de 1934 (Oi recuerda las discusiones a favor y en contra sobre la construcción de acorazados en el EMG Naval en el verano de 1934) donde se gestó la tendencia hacia el acorazado. En la conferencia sobre armamento naval de Londres de 1935, Japón dejó claro que no seguiría comprometiéndose con los tratados existentes sobre armamento naval una vez expirasen. Comenzó a aumentar y ampliar notoriamente las instalaciones de los astilleros donde se construía la clase Yamato y se adquirió en Alemania la maquinaria necesaria para producir cañones de 18 pulgadas.

2) Fuerza aérea y portaaviones. El almirante Nobumasa Suetsugu, entonces el táctico naval más prominente y antiguo comandante en jefe de la Flota Combinada, habló en 1935 ante los estudiantes del Colegio de Guerra Naval recordándoles: “Actualmente la Marina japonesa está manifiestamente por detrás de la Marina americana en aviación y comunicaciones. Mientras fui comandante en jefe de la Flota Combinada y de la 2ª Flota, me referí repetidamente a este asunto. Aunque actualmente se están haciendo esfuerzos por las autoridades centrales de la Marina, nuestro atraso en estos puntos no se puede remediar con facilidad, independientemente de lo efectivos que sean. Estamos por detrás no sólo en equipo sino en muchos puntos de las artes relativas a la aviación y comunicación” (Estación Naval de Yokosuka, 12 de marzo de 1935).

Aunque los orígenes de la aviación embarcada japonesa se remontan a 1913, no fue hasta 1921, gracias a los británicos, que se pudo hablar de una aviación embarcada japonesa digna de mención. En Japón la MIJ tenía los hombres con mayor mentalidad aérea. En las décadas de 1920 y 1930 el Ejército dio tal importancia al factor espiritual (o moral) que descuidó mejorar sus fuerzas aéreas así como sus unidades mecanizadas. Tampoco la aviación civil se vio mejorada. En cambio, la Marina hizo lo que pudo para su fuerza aérea, construyendo portaaviones hasta el límite de lo que permitían los tratados. El entrenamiento de jóvenes oficiales navales como aviadores comenzó intensivamente debido al ímpetu dado por la misión británica (30 aviadores británicos que habían enseñado a los grupos de aviación de la MIJ en 1921-1923 en Kasumigaura y Yokosuka). El entrenamiento de los pilotos de la aviación naval japonesa fue probablemente el más intenso y peligroso de todas las marinas de guerra del mundo. Sin embargo, como ya se ha dicho, la MIJ no estaba a la altura de la U.S. Navy en aviación y comunicaciones debido principalmente al bajo nivel técnico de la industria japonesa en esos campos científicos en comparación con los casos estadounidense y británico.

Debido a la inferioridad japonesa respecto de Estados Unidos en flota de superficie, los japoneses decidieron compensarla concentrando sus esfuerzos en la aviación con base en tierra. El esfuerzo por desarrollar un bombardero de largo alcance con base en tierra se vio materializado en los programas de construcción naval, y hasta tal extremo que en 1936 había entusiastas que comenzaron a insistir en que la aviación embarcada debía dejar su paso a la aviación con base en tierra. El propio Oi recibió, en marzo de 1936, una carta a tal efecto de su compañero de clase (1923) Yasuna Kozono*, en la que éste pedía la abolición no sólo de los acorazados sino también de los portaaviones, para concentrar todo el presupuesto naval en aumentar y desarrollar las fuerzas aéreas con base en tierra.

La debilidad fundamental de la aviación naval japonesa era más un problema de cantidad que de calidad. La escasez de aviones era inevitable, no sólo debido a la escasez de recursos materiales, sino también al insuficiente desarrollo de la industria de aviación. Probablemente, en la primera mitad de la guerra el bajo suministro de aviones fue debido a la escasez de fábricas de aviación, pero en la segunda mitad de la guerra es indudable que el cuello de botella de la producción de aviones fue la escasez de materias primas.

En cuanto a fuerza de personal, la aviación japonesa tenía sus problemas a pesar de la gran población de Japón. Japón sufría, en general, una carencia en hombres entrenados en ciencias y en el manejo de máquinas. Entrenarlos como aviadores llevó mucho tiempo tras una difícil selección. Un reclutamiento y entrenamiento masivos a una escala tan grande como la ocurrida en Estados Unidos era imposible en Japón. Oi, que entre 1941 y 1943 compartió responsabilidad en el Departamento de Personal del Ministerio de la Marina para el entrenamiento de personal de aviación, dice que antes de 1940 había un instructor a cargo de cuatro estudiantes. En 1941 se mejoraron los métodos de enseñanza y un instructor fue capaz de enseñar a ocho estudiantes, y luego a doce en una clase, cifra que fue la máxima obtenida. Y el problema era que había muy pocos instructores para el entrenamiento de una cantidad tan ingente de aprendices.

En el siguiente resumen veremos los tipos de barcos de la MIJ.

*El teniente Kozono era el as de los aviadores de la MIJ; en 1942 sería condecorado por el ministro de Aviación por sus inventos de tácticas y estratagemas para derribar a los B-17, entonces la amenaza más grave para la aviación japonesa. En agosto de 1945, el capitán Kozono era el oficial comandante del Campo de Aviación de Atsugi, donde iba a llegar el general MacArthur como Comandante Supremo Aliado del Pacífico. Un acérrimo nacionalista, Kozono no admitiría la rendición del Japón, consiguiendo el apoyo de sus subordinados. Angustiado por su dilema entre seguir sus sentimientos o desobedecer al emperador, Kozono acabó loco y, más tarde, fue sometido a una corte marcial por su insubordinación y enviado a prisión.

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Mensaje por José Luis » Sab Dic 19, 2009 10:00 am

TIPOS DE BARCOS DE GUERRA

El crucero de batalla Kongo* fue el último barco de guerra de la MIJ de construcción británica, construyéndose todos los demás en astilleros japoneses. El artífice que dio a la MIJ su independencia en la construcción de barcos de guerra y una superioridad cualitativa insuperable fue el vicealmirante barón Motoki Kondo. Los acorazados Yamashiro, Fuso, Hyuga e Ise fueron sucesivamente botados en los astilleros japoneses poco después de que los cruceros de batalla Haruna, Kirishima y Hiei fuesen completados imitando al británico Kongo. Si esos cuatro acorazados no podían reclamar el aplauso del mundo, el Nagato y el Mutsu sí podían hacerlo.

El nacimiento del crucero ligero Yubari se debió al genio del barón Hiraga, que fue presidente de la Universidad Imperial de Tokio. El Yubari desplazaba solamente 2.890 toneladas en términos de tratado naval, pero podía competir fácilmente en fuerza de combate con un crucero ligero de 5.100 toneladas (Kinu, Yura, Kitakami, Tama, Oi, etc.), que abundaba en la MIJ. El Yubari fue el modelo sobre el que se construyeron más tarde los cruceros japoneses de 7.000 y 10.000 toneladas. Incluso los destructores y los torpederos siguieron en gran medida el modelo del Yubari.

Uno de los principales factores que permitieron a los diseñadores navales japoneses conseguir armar a barcos pequeños con una gran potencia de combate fue el sacrificio del radio de acción, que como hemos visto anteriormente no era tan importante para la estrategia defensiva de la MIJ.

Al margen del desdén en las medidas protectoras y construcción de navíos anti-submarinos, los japoneses pusieron gran empeño en la construcción de submarinos. El programa de construcción de 1941 era tan gigantesco que ponía en tela de juicio la capacidad para entrenar a los oficiales comandantes a un ritmo similar al del programa de construcción. Según las estimaciones del departamento de personal del Ministerio de Marina, en 1943 un joven oficial que hubiera completado sólo tres años más o menos de vida naval después de haberse graduado en la Academia Naval, recibiría el mando de un submarino de 1.000 toneladas o incluso más caso de que el programa de construcción se desarrollase según lo planeado. Se creía que tan poca experiencia era insuficiente para producir un comandante de submarino competente. En la planificación del departamento de personal, todos los graduados del Colegio Naval cuya capacidad física y mental reunía el perfil para aviador eran reservados para el servicio de aviación. El resto de los graduados se destinaba a las tareas de superficie o submarinas. Ahora bien, debido la rigurosa economía del presupuesto naval y a la aversión de la Marina al retiro prematuro de oficiales navales, el número de cadetes navales fue muy limitado desde 1923 a 1938, lo que causó una gran escasez de oficiales (especialmente tenientes) en la Guerra del Pacífico. Oi cree que esta circunstancia fue una de las debilidades fundamentales de la MIJ en dicha guerra.

En general, los tipos de barcos de la MIJ eran casi los mismos que los de la U.S. Navy. Aunque los japoneses construyeron colosos como el Yamato y Musashi, el tamaño de sus portaaviones era un poco menor que el de los americanos. La MIJ convirtió viejos cruceros en torpederos, pero no favoreció la construcción de cruceros antiaéreos como el caso americano. Después, la MIJ construyó unos pocos submarinos enormes y muchos más enanos, pero en general sus tipos de barcos de guerra eran análogos a los de la U.S. Navy.

*El Kongo se completó en 1913. Varios años después se construyó en Estados Unidos el transporte naval, elétricamente propulsado, Kamoi, que años más tarde fue convertido para recibir hidroaviones.

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Mensaje por José Luis » Lun Dic 21, 2009 10:50 am

EL MINISTERIO DE MARINA Y EL EMG NAVAL

El Ministerio de Marina se creó en febrero de 1872 cuando el Ministerio de Defensa fue dividido en dos nuevos ministerios: el de Guerra y el de la Marina con presupuestos totales mensuales de 8.000.000 yenes y 1.190.000 yenes, respectivamente. El primer ministro de Marina fue el almirante Awa Katsu, antiguo samurai del sogunato Tokugawa, y graduado del centro de entrenamiento naval de Nagasaki, cuyos instructores eran holandeses. Dicho año también marcó el cambio de la MIJ del patrón holandés por el británico.

En esa época, el EMG Naval como tal no existía sino como una división dentro del Ministerio de Marina. En noviembre de 1878 el EMG del Ejército se independizó del Ministerio de Guerra siguiendo el modelo prusiano, cambio que recomendó con urgencia Taro Katsura, que justamente regresaba de una estancia en la Alemania imperial. Aquí tenemos el origen de la llamada “independencia del mando militar”, que fue decisiva para el predominio del Ejército sobre el gobierno civil. La Marina, al copiar el modelo británico, no siguió el mismo camino. En 1886, el liderazgo del Ejército obligó al liderazgo de la Marina a transferir el poder del mando naval al EMG del Ejército con el argumento de que la estrategia de la defensa nacional debía ser integral y única. De esta forma, bajo el Jefe del EMG del Ejército (siempre un general del Ejército) servía un almirante como jefe suplente para la Marina.

En marzo de 1889, un mes después de la promulgación de la Constitución Meiji, la Marina recuperó el mando naval de las manos del EMG del Ejército. Entonces, era ministro de Marina Judo Saigo, originalmente un general del Ejército que más tarde se convirtió en un líder naval y uno de los líderes políticos representantes del clan Stasuma contra el general Aritomo Yamagata y Taro Katsura del clan Choshu. El Ministerio de Marina recuperaba así la oficina del EMG Naval.

El 19 de mayo de 1893 el EMG Naval se independizó del Ministerio de Marina, pero el dominio del Ejército era tan grande que sus líderes consiguieron someter el EMG Naval al EMG del Ejército en tiempo de guerra. Es decir, el mismo mes de la inauguración del EMG Naval, se promulgó la Regulación del Gran Cuartel General Imperial, cuyo Artículo 2 establecía que “el que planea una gran estrategia ejército/marina en el GCG Imperial será el Jefe del EMG del Ejército”.

La lucha de la Marina por sustraerse a ese artículo continuó bajo los auspicios del almirante Gombei Yamammoto, que envió al comandante Tetsutaro Sato a Inglaterra para estudiar la historia de la influencia del poder marítimo en el auge y caída de las naciones. El Ejército cedió finalmente ante la insistencia de Yamamoto y el 28 de diciembre de 1903, poco antes de la guerra ruso-japonesa, se revisó la Regulación del GCG Imperial para poner al mismo nivel a los dos jefes de los EMGs del Ejército y la Marina.

Sin embargo, el EMG del Ejército fue siempre independiente, sino preponderante sobre, del Ministerio de Guerra, mientras que el EMG Naval dependía en última instancia del ministro de Marina, el almirante Gombei Yamamoto. El Ministerio de Marina, salvo un pequeño periodo (16 meses) fue dirigido por Yamamoto y sus seguidores (o no anti-Yamamoto) hasta su abolición en 1945. Yamamoto había enseñado que el jefe del EMG Naval siempre debería ser fiel y obediente a la política establecida por el ministro de Marina, quien recomendaba al emperador quién debía ser el Jefe del EMG Naval, pero este último no tenía voz para seleccionar al ministro de Marina.

En 1930, indignada por la actitud del gobierno ante la Conferencia Naval de Londres, la Marina se levantó contra el gobierno y su ministro de Marina, el almirante Takeshi Takarabe, yerno de Yamamoto y uno de los delegados en la conferencia de Londres. Los militares, en su interpretación de la Constitución japonesa, creían que el gobierno no podía decidir (firmar un tratado) el tamaño del armamento sin el consentimiento del Jefe del EMG Naval (y en el caso del Ejército, de su jefe de EMG). El gobierno estaba entonces presidido por Yuko Hamaguchi, presidente del Partido Minseito; la oposición, el Partido Seiyukai, se aprovechó de la disputa entre el gobierno y los militares. La oposición de la Marina estaba encabezada por el almirante Kanji Kato, jefe del EMG Naval, y su segundo el almirante Nobumasa Suetsugu. Esta revuelta causó un daño tremendo al prestigio del Ministro de Marina, y, en el marco del Incidente de Manchuria de 1931, el nombramiento en 1932 del príncipe Fushimi como Jefe del EMG Naval suspendió temporalmente la práctica que había establecido Yamamoto en la Marina, la de que el EMG Naval siempre debería obedecer al ministro de Marina.

Bajo la jefatura de Fushimi se inició una especie de caza de brujas de oficiales pro-británicos y pro-americanos. Almirantes de gran capacidad y visión fueron obligados al retiro y, en realidad, se sembraron las semillas de la guerra que iba a estallar en 1941. El príncipe Fushimi dimitió en septiembre de 1940 por la invasión armada del Ejército, no-autorizada, en la Indochina Francesa. El almirante Nagano ocupó su puesto de Jefe del EMG Naval, y en octubre del año siguiente el almirante Shimada (un lacayo de Fushimi y yerno del general Kumashichi Tsukushi, el mayor asesor del emperador de Manchukuo) fue nombrado Ministro de Marina.

Seguiremos.
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Mensaje por José Luis » Lun Dic 21, 2009 9:33 pm

¡Hola a todos!

Pongo remate a estos resúmenes con la organización del EMG Naval, esta vez a cargo de Masataka Chihaya y su artículo "Organization of the Naval General Staff Headquarters in Tokyo" (1947) de la obra arriba citada.

ORGANIZACIÓN DEL CUARTEL GENERAL DEL EMG NAVAL

A grandes rasgos, el EMG Naval estaba dividido en cinco grupos: operaciones, preparaciones de guerra, inteligencia, comunicaciones y radio observación.

Cuando estalló la guerra, el EMG Naval estaba así organizado:

Primer Departamento -Dai Ichi Bu- (contraalmirante Shigeru Fukudome)
-Primera Sección (capitán Tomioka), responsable de las operaciones navales, el auténtico cerebro de la MIJ.
-Segunda Sección (capitán Taro Taguchi), responsable de complemento, guardia y educación.

Segundo Departamento -Dai Ni Bu- (contraalmirante Suzuki)
-Tercera Sección (capitán Kuro Sugiura), preparaciones de guerra.
-Cuarta Sección (capitán Etsuzo Kurihara), movilización.

Tercer Departamento -Dai San Bu- (conraalmirante Maeda)
-Quinta Sección (capitán Bunjiro Yamaguchi), inteligencia (América)
-Sexta Sección (capitán Shigeto Kuwabara), China
-Séptima Sección (capitán Tadashi Maeda), URRS
-Octava Sección (capitán Kanei Chudo), Gran Bretaña

Cuarto Departamento -Dai Yon Bu- (contraalmirante Kanebo)
-Novena Sección (capitán Ichiro Aitoku), comunicaciones
-Décima Sección (capitán Shinju Ogura), códigos y claves

Departamento Especial -Tokumu Han- (contraalmirante Gonichiro Kakimoto), radio observación. Capitán Sei Mizoguchi.

Felices fiestas,
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Mensaje por Eriol » Dom Ene 17, 2010 6:43 pm

Hola!

Jose Luis quiero felicitarte por el excelente articulo que has traido al foro.Acerca mucho la mentalidad naval japonesa para aquellos que no la conociamos tan a fondo.

Saludos
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Re: La Marina Japonesa en 1941

Mensaje por Eriol » Sab May 18, 2013 12:54 am

Hola!
José Luis escribió: Después de 1936, Japón rompió sus ataduras con los acuerdos internacionales sobre desarme, medida que no ayudó a mejorar su fuerza comparativa con la marina americana, pues ello dio lugar a una carrera de construcción naval en la que los japoneses no tenían posibilidad alguna de ganar. El único resultado positivo de esta ruptura con los acuerdos internacionales fue la construcción secreta del Yamato y del Musashi. Había cierta ironía en el hecho de que los japoneses consumiesen tantos recursos para la construcción de estos acorazados cuando, al mismo tiempo, estaban desarrollando torpedos aerotransportados que, usados en cantidad suficiente, podían hundir cualquier acorazado.
Respecto a esta carrera de construcción naval aqui van los datos de los planes que Japón lanzó a partir de 1937 y hasta el estallido de la guerra:

Circle 3 1937

-2 superacorazados (Yamato y Musashi)
-2 Portaaviones (Shokaku y Zuikaku)
-64 naves de guerra en otras categorias.
-Rearmar el desmilitarizado crucero de batalla Hiei.
-Reacondicionar los cruceros de batalla Kongo ,Haruna y Kirishima.
-Instalar en los cruceros pesados clase Mogami las piezas de 203 mm.
-Completar los cruceros pesados de la clase Tone con piezas de 203 mm.
-827 aeronaves para operar desde tierra.
-Aumentar hasta cerca de los 1000 los basadas en portaaviones.

Circle 4 aprobado en septiembre de 1939

-2 Superacorazados más clase Yamato para reemplazar al Haruna y Kirishima.
-1 portaaviones (Taiho)
-6 portaaviones de escolta.
-6 cruceros.
-22 destructores(para reemplazar a la clase Akizuki)
-25 submarinos(10 de ellos para reemplazar a la clase I)
-1.500 aviones basados en tierra.
-175 más para operar desde portaaviones.

Circle 5 1940 después de conocer los nuevos programas navales de la US Navy.

-3 superacorazados.
-3 portaaviones
-2 supercruceros.
-32 destructores.
-45 submarinos.
-1.320 aviones basados en tierra.
-2.138 aeronaves para entrenamiento.

Hay que decir que todos los aviones estaban destinados a la marina que tenía grupos basados en tierra y en portaaviones.

Puede parecer mucho pero es que la US Navy no se quedaba atras:

-En 1936 se puso en grada un portaaviones (Wasp)
-En 1937 se pusieron en grada 2 acorazados (North Carolina y Washington)
En noviembre de 1938 se anunció un plan para construir:
-4 acorazados (clase South Dakota)
-9 Cruceros ligeros.
-23 destructores.
-2 submarinos.
-1000 aviones.
-Modernización de varios buques antiguos.
Además en septiembre se había puesto en grada:
-1 portaaviones (Hornet)

En 1940 ante la caida de Europa bajo la Alemania de Hitler y el expansionismo nipón se autorizó un plan(two-ocean navy) destinado a crear una US Navy capaz de luchar eficazmente en ambos oceanos para lo que se estimaba se necesitaria:

-18 portaaviones rápidos
-200 naves en el resto de categorias desde acorazados a submarinos y otros buques de apoyo.
-3.000 aviones.


Basta decir que Japón no tenía capacidad industrial y de astilleros suficiente para competir con USA.

Saludos

Fuente datos: Evans ,David C y Peattie ,Mark R “Kaigun; Strategy Tactics and Technology in the IMPERIAL JAPANESE NAVY 1887-1941” Naval Institute Press Edición 2012 pags 355-360
Última edición por Eriol el Mar Oct 29, 2013 5:22 pm, editado 1 vez en total.
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Re: La Marina Japonesa en 1941

Mensaje por akenolibro » Mar May 21, 2013 4:36 pm

La idea de atacar Pearl Harbor fue una idea exclusiva del almirante Isoroku Yamamoto en 1941.
Me gustaría realizar una pequeña puntualización a lo comentado por Goldstein/Dillon en su trabajo, aprovechando que tengo entre mis manos el excelente estudio de Alan D. Zimm titulado The Attack on Pearl Harbor. Strategy, Combat, Myths, Deceptions publicado por Casemate en 2011.

Un ataque sobre Pearl Harbor como movimiento inicial en una guerra entre Japón y los Estados Unidos no era en 1941 un concepto nuevo o inusual en los círculos militares japoneses. Ya sabemos que la Armada japonesa tenía cierta tendencia de iniciar las guerras mediante ataques sorpresa previos a una declaración formal de guerra. Un claro ejemplo de esto es el ataque sobre la flota rusa del Pacífico en Port Arthur, llevado a cabo dos días después de la ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia y dos días antes de la formal declaración de guerra.

En 1927, Kaigun Daigakko, la Escuela de Estado Mayor Naval japonés, realizó unos juegos de guerra donde se simulaba un ataque sobre Pearl Harbor realizado por dos portaaviones, resultando en la pérdida de uno de ellos. Ese mismo año, el teniente comandante Ryunosuke Kusaka, el cual lograría alcanzar el grado de contraalmirante sirviendo como jefe de Estado Mayor de la fuerza que atacó Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, participó en varias conferencias que trataban un hipotético ataque aéreo sobre Pearl Harbor. Al año siguiente, Isoroku Yamamoto, por aquel entonces con el grado de capitán y que, como ya sabemos todos, alcanzó el mando de la Flota Combinada japonesa, en una conferencia realizada en la Escuela de Torpedos de la Armada, dijo “En las operaciones contra los Estados Unidos, debemos realizar acciones decididas como una invasión de las Hawaii.” Este asunto fue examinado en el “Estudio de la estrategia y táctica en las operaciones contra los Estados Unidos”, un análisis realizado en 1936 en la Escuela de Estado Mayor naval en el cual se sugería que Japón debía empezar la guerra con una taque sorpresa sobre Pearl Harbor.

En el ámbito civil, entre 1910 y 1920, los libros que versaban sobre guerras imaginarias estaban en boga. Tras un breve período de calma a finales de 1920, comenzó un boom editorial sin precedentes de este tipo de trabajos tras la Conferencia Naval de Londres y el Incidente de Manchuria de 1931, cuando Japón reemplazó a Rusia como potencia dominante en el sur de Manchuria. Sólo en 1934, un total de 18 libros se anunciaban en revistas y periódicos describiendo una futura guerra entre Japón y Rusia, los Estados Unidos, o contra ambos. Autores japoneses como Shinsakyu Hirata utilizaron un ataque preventivo contra Pearl Harbor como punto de inicio en una hipotética guerra entre Japón y los Estados Unidos.

Similar tipos de ataques ya eran tratados por autores norteamericanos y británicos a comienzos de 1909. Los novelistas Ernest Fitzpatrick en su The Conflict of Nations y Homer Lea en The Valor of Ignorance representaban a soldados del Ejército Imperial japonés llegando a las islas hawaianas camuflados como trabajadores inmigrantes , los cuales derrotaban mediante un ataque sorpresa a la guarnición norteamericana en las islas como paso previo a una invasión del territorio continental norteamericano. Hector Charles Bywater en su The Great Pacific War, escribió en 1925 que la US Asiatic Fleet era atacada por sorpresa en Pearl Harbor como movimiento inicial de una guerra. Hay que destacar que este libro fue publicado en los Estados Unidos mientras Yamamoto prestaba servicio como agregado naval en Washington

La especial relevancia de Hawaii era bien evidente. Pearl Harbor se había convertido en la posición central de los Estados Unidos en el Pacífico, situada a 2.074 millas náuticas de San Francisco, 2.200 millas náuticas de San Diego, 5.000 millas náuticas de las Filipinas y a 3.350 millas náuticas de Tokyo. Establecida como base naval de la US Navy en 1908, era desde 1940 el Cuartel General de la Pacific Fleet, convirtiéndose en un importante centro logístico y de reparaciones de buques y un enlace vital en las líneas de comunicaciones aéreas y marítimas entre los Estados Unidos y las Filipinas. Con el tiempo, Pearl Harbor llegó a convertirse en una gran base naval para la US Navy, aprovechando su excelente meteorología para realizar el entrenamiento de la flota (también se utilizaba por esta misma razón varias zonas del Caribe). La Pacific Fleet llevó a cabo varios simulacros de ataques aéreos sobre Pearl Harbor como parte de numerosos ejercicios de la flota desde 1928 en adelante.

Saludos cordiales

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