Es el 17 de diciembre de 1939. Y miles de uruguayos se agolpan en el muelle del puerto de Montevideo, ante la expectativa de ser testigos de una batalla naval sin parangón.
El capitán Hans Langsdorff, comandante del "acorazado de bolsillo" alemán "Graf Spee", ordena salir a mar abierto, sabiendo que lo esperan numerosos buques ingleses; está atrapado. Pero cuando estaban a cinco millas de la costa ordena detener las máquinas y evacuar a toda la tripulación.
Entonces, a las 19:55, una explosión estremece por completo el buque de guerra y gruesas columnas de humo brotan de su casco a medida que el navío se hunde. Es el epílogo de la Batalla del Río de la Plata, el único combate naval frente a costas de Sudamérica durante toda la Segunda Guerra Mundial.
La historia del "Graf Spee" comenzó a escribirse el 21 de agosto de 1939, a sólo 40 días del inicio del conflicto.
Sus órdenes eran claras: causar todo el daño posible al tráfico mercante aliado en el Atlántico. Así que puso rumbo a las costas de Brasil, luego incursionó en aguas sudafricanas, y tras una breve misión en el Índico, volvió al Atlántico Sur.
En sólo 68 días, el "Graf Spee" hundió nueve cargueros, ante lo cual los aliados destinaron 26 buques de guerra ingleses y franceses para su captura, pero no lograron darle caza.
"El 'Graf Spee' era uno de buques más importantes de la flota de Hitler, y la Armada alemana esperaba obtener muchas victorias y propaganda con el hundimiento de buques aliados", dice a "El Mercurio" el profesor Joseph Maiolo, analista del Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.
"Con el 'Graf Spee' en el Atlántico, los británicos se verían forzados a dispersar su flota para proteger a los cargueros", agrega Maiolo.
Fatal decisión
Entonces, el 13 de diciembre, este acorazado se topa frente a las costas uruguayas con la escuadra del comodoro Henry Harwood, al mando de los cruceros ingleses "Ajax" y "Exeter", y del neozelandés "Achilles".
La batalla dura casi una hora y media, tras lo cual el "Exeter" queda envuelto en llamas, prácticamente inoperante.
Los otros buques aliados también sufren daños y bajas, pero mantienen la persecusión del "Graf Spee", que con 20 impactos y 56 muertos, pone rumbo al puerto de Montevideo.
Las autoridades uruguayas le concedieron sólo 72 horas para la reparación del buque.
En este lapso, el embajador británico Eugen Millington Drake desplegó una efectiva "estrategia de desinformación", haciendo pensar a Langsdorff que una poderosa fuerza naval lo esperaba frente al Río de la Plata, aunque en realidad ninguna unidad aliada podía llegar antes de que expirara el plazo de 72 horas.
Con pocas municiones, creyendo que estaba en una abrumadora desventaja y enfrentando la destrucción o la captura, Langsdorff se comunicó con el Alto Mando Naval alemán, recibiendo una respuesta categórica de parte del almirante Erich Raeder: "Procure que la destrucción sea total, si se ve obligado a hundir su barco".
Y Langsdorff obedece.
Tras el hundimiento del "Graf Spee", su tripulación fue repartida entre Montevideo y Buenos Aires. Y sólo 200 hombres lograron volver a Alemania para reincorporarse a la Armada.
Pero el capitán Hans Langsdorff ya tenía decidido su futuro. Tres días después, luego de terminar una carta dirigida al embajador alemán en Buenos Aires -donde explicaba los motivos que lo habían llevado a hundir su buque-, se suicidó de un disparo en la cabeza, envuelto en la bandera alemana.
Y a pesar de los esfuerzos de Langsdorff, debido a la poca profundidad, los aliados sí lograron rescatar importantes piezas del "Graf Spee", como su moderno radar, sistemas de comunicación y antenas.
HIDROAVIONES
Dos Arado Ar 196 transportaba el "Graf Spee", los cuales despegaban usando catapultas.
Rescates submarinos
El "Graff Spee" todavía está en una sola pieza y a muy poca profundidad. Eso ha permitido rescatar diversos equipos y partes del buque, como uno de sus cañones de 150 mm en 1997, el telémetro de 27 toneladas en 2004, y dos años después el águila de bronce de 400 kilos que el buque tenía en su popa.
Fuente: http://diario.elmercurio.cl/2009/12/13/ ... beee45.htm
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