La mayor batalla aeronaval de la historia

La guerra en el mar. Estrategias.

Moderadores: José Luis, Francis Currey

Responder
Avatar de Usuario
gerkamp
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 3791
Registrado: Mar Ene 25, 2011 6:57 am
Ubicación: Argentina

La mayor batalla aeronaval de la historia

Mensaje por gerkamp » Mar Abr 05, 2011 4:04 am

Un relato escrito por Hanson W. Baldwin, redactor militar del ''The New York Times'', que esta incluido en el libro ''Historias secretas de la segunda guerra mundial'' (impreso por T.G.Arte, S.A. Balboa y publicado por la revista selecciones del reader's digest en España, año 1960) Este tema se incluye entre las paginas 64 y 73.

La mayor batalla aeronaval de la historia

El domingo de Pascua, 1º de abril de 1945, dia de rogativas y de esperanzas para un mundo en guerra, espejean bajo un cielo sin nubes las aguas del Mar de la China oriental. El oceano esta en calma; resplandeciente el sol. Imprecisas y oscuras asoman en el horizonte las escarpadas costas de Okinawa, la isla que en breve ocupará puesto señalado en la historia.
Para la toma de Okinawa reunieron los EEUU la armada mas poderosa que han visto los mares. Mas de 40 portaaviones, 18 acorazados, 200 cazatorpederos, centenares de transportes, dragaminas, lanchas de desembarco: en total, 1321 embarcaciones, que llevan tropas de asalto compuestas de 183.000 hombres, navegan internandose en aguas del Japon. Frente a la isla, y a regular distancia de sus costas, cruza la famosa Escuadra de operaciones numero 58, al mando del almirante ''Pete'' Mitscher, en tanto que transportes y lanchas de desembarco van dejando en orillas de Okinawa, con increible facilidad, las tropas de asalto. A distancia surgen los fogonazos, seguidos del prologado retumbar de la artilleria de los acorazados. Los aviones bajan en picado, bombardean y tornan a remontarse.

Mapa de Okinawa con los puntos de desembarco
Imagen
http://historiaguerrasyarmas.blogspot.com" onclick="window.open(this.href);return false;

Las posiciones japonesas guardan desconcertante silencio. Un soldado de infanteria estadounidense que acaba de coronar la abombada cima de uno de los cerros de Okinawa se enjuga la frente y murmura: ''He durado mas de lo que creia''
La isla de Okinawa, de unos cien kilometros de largo por un ancho que varia entre tres y treinta kilometros, y de configuracion semejante a la de un lagarto, es una masa de tierra circuida de arrecifes de coral. Un estrecho istmo une las ásperas y selvosas montañas de la region septentrional, que ocupa las 3/4 partes de la isla, con la region meridional, formada por ondulantes lomas. En esta region del sur de Okinawa, llena de escarpaduras y barrancos, y en la cual abundan las cuevas calizas, han establecido los nipones sus principales lineas defensivas.
El ataque a Okinawa es lógica consecuencia de la estrategia aliada en el pacifico. La isla será base para aviones medianos de bombardeo que intensifiquen las incursiones que desde la base de las Marianas hacen los B-29 contra el Japon. Apoderarse de Okinawa permitirá cortar virtualmente todas las lineas de comunicacion maritima de los japoneses. Por ultimo, Okinawa presta el punto de apoyo necesario para la invasion de Kyushu, señalada para el 1º de noviembre.
Conforme a los planes, la toma de Okinawa ha de ser operacion ''rápida, para efectuarse en un mes o menos''. El servicio de informacion calcula que el enemigo tiene en la isla 60.000 hombres y 198 piezas de artilleria de grueso calibre. Pero Okinawa reserva a los atacantes ruda sorpresa, que no tardara en desvanecer las esperanzas de una pronta victoria. Mas de 110.000 hombres de las fuerzas enemigas quedaran en el campo y 7.400 habran de rendirse; las perdidas estadounidenses pasaran de 49.000 hombres muertos, heridos o desaparecidos antes que termine ''la ultima batalla''. Porque el alto mando japones ha resuelto defender a Okinawa y emplear el grueso de las fuerzas aereas y navales que aun restan al Imperio en aniquilar la escuadra de los EEUU. Para eso ultimo cuenta principalmente el enemigo con los kamikazes, aviones que sus pilotos precipitan en vuelo suicida a fin de que estallen al chocar con el objetivo.
No habia empezado el desembarco cuando la aterradora amenaza que encierra Okinawa llega hasta la escuadra. Un kamikaze hace blanco en el buque insignia, el ''Indianapolis''; otro da en el ''Adame''; un torpedo pone al ''Murray'' fuera de combate; el ''Skylark'' vuela al chocar con un torpedo fijo. Para el 3 de abril, los resguardados fondeaderos de Kerama Retto estan llenos de barcos averiados.

El portaaviones USS Bunker Hill sufre las consecuencias de 2 ataques kamikaze, 11 de mayo de 1945
Imagen
http://www.wikipedia.org" onclick="window.open(this.href);return false;

El 6 de abril es dia de gran actividad. En tierra, cerca del cerro llamado ''El pinaculo'', se ha empeñado duro combate, el primero de la terrible lucha para forzar la linea fortificada de Shuri. En el mar, acorazados y cruceros bombardean las posiciones japonesas, pasando y repasando a lo largo de la costa; aeroplanos de 17 portaaviones ''jeep'' prestan apoyo a las tropas de tierra y a los buques de superficie. De transportes con tropas y abastecimientos agrupados frente a la isla salen en continua sucesión hombres y pertrechos que, salvando los arrecifes de coral ganan la orilla. 80 kilometrros mar adentro, en vasto circulo que ciñe a Okinawa, estan los cazatorpederos; los anfibios destinados al salvamento de tripulantes de embarcaciones hundidas por los kamikazes y la linea de vigilancia del radar.
Raya apenas el alba cuando el radar da cuenta de ''furiosos ataques de la aviacion enemiga''. Nueve aeroplanos japoneses caen en el sector de los transportes, derribados por el fuego antiaereo. En la tarde de ese mismo dia, aviones nipones llegados de los cuatro puntos del horizonte atruenan el aire con el estrepito de sus motores; son 182 aeroplanos y efectuan 22 ataques entre la una y las seis de la tarde. Muchos lanzan bombas o torpedos; pero mas de una veintena se estrellan en ataques suicidas contra los buques estadounidenses. La mayoria de las unidades-blanco de estas embestidas pertenecen a la linea de vigilancia del radar. Un cazatorpedero-dragaminas y dos cazatorpederos se van a pique; nueve buques de escolta quedan seriamente averiados, uno de ellos por bombas de profundidad sujetas a tablas flotantes; un lanchon de desembarco arde ''de extremo a extremo''; alcanzados por sendos aviones suicidas, zozobran dos transportes repletos de municion, uno de los cuales revienta antes de hundirse, en aparatoso y espantable alarde pirotecnico.
Pero las perdidas inflingidas a los japoneses el 6 de abril y en las proximas horas de la mañana del 7 son considerables: casi 400 aviones. De ellos, 300 fueron interceptados en la linea de vigilancia, sin mas costo para los estadounidenses que 2 aviones. El 7 de abril, entre convulsivos sacudimentos y piramides de humo que suben en espiral, se hunde el mayor acorazado del mundo, orgullo de la armada japonesa, el ''Yamato'', que monta cañones de 457 mm. Navegaba en demanda de Okinawa cuando los aeroplanos de la escuadra de operaciones Nº 58 acabaron con el.

Cuadro que representa el final del acorazado japones Yamato
Imagen
http://www.elgrancapitan.org" onclick="window.open(this.href);return false;

El dia 11 aparecen entre las nubes los Hijos del cielo, que vuelven a la carga en gran numero. El portaaviones ''Enterprise'', uno de los mas batalladores que hay en la guerra del Pacifico, sale con averías de consideracion a consecuencia de los aviones suicidas, que solo por una linea dejan de herirlo de lleno. El ''Essex'' queda tambien dañado; ademas, cazatorpederos y torpederos de escolta escapan mal librados de su encuentro con los japoneses.
El 12 de abril fallece el presidente Roosevelt. En Okinawa la noticia corre velozmente de nido a nido de tiradores, de cubierta de vuelo a torre de combate. Mas no hay tiempo de conceder al sentimiento. Ese mismo dia, muchos estadounidenses acompañaran a su presidente en el viaje a la eternidad. Porque en el claro cielo de la tarde vuelan sobre Okinawa, en 17 ataques sucesivos, 175 aviones japoneses. El destructor ''Cassin Young'' derriba cuatro, pero un avion suicida lo alcanza a proa, en el cuarto de maquinas. Hay un muerto y 54 heridos. En la noche estalla a pocas brazas del ''Jeffers'' una granada, que ocasiona un incendio. Simultaneamente, el recien construido cazatorpederos ''M.L.Abele'' zozobra al rompersele la quilla. Hay 6 muertos, 34 heridos y 74 desaparecidos. El enemigo ha hecho blanco en el acorazado ''Tenessee''; los compartimientos antitorpedos del ''Idaho'' estan inundados y el proyectil de una bateria de costa perfora la coraza del ''New Mexico''.
En tierra, la infanteria de marina, venciendo la escasa resistencia que hace el enemigo, ha despejado el norte de la isla; pero la infanteria de linea, que ataca por el sur, se ve atajada por la ''defensa de hierro'' de los japoneses. La propaganda enemiga arroja a las zanjas de tiradores tendidas frente a la inexpugnable linea de Shuri octavillas que dicen: ''Debemos expresar nuestro profundo sentimiento por la muerte del presidente Roosevelt. Esta perdida agrava la tragedia estadounidense de Okinawa. Como ustedes habran visto, 70 por 100 de sus portaaviones y 73 por 100 de sus acorazados se han ido a pique o han sufrido averias, de lo cual resultan 150.000 bajas. Una poderosa armada estadounidense del fondo del mar compuesta de 500 barcos esta concentrandose alrededor de la isla''.
El momento, con o sin la ironia nipona, es relamente critico.
El 17 de abril es otro dia adverso. El enemigo hace blanco en el portaaviones ''Intrepid'', hunde un cazatorpederos y causa averias a muchos de los anfibios. El mando estadounidense atiende a la defensa de los puntos mas amenazados de la linea de vigilancia del radar, destinando a ellos patrullas de dos cazas; y aumentando la potencia de fuego antiaereo de los apostaderos, asignandoles un par de torpederos a cada uno. A pesar de esto, el almirante Spruance, al mando de una escuadra, informa al almirante Nimitz, capitan general de la armada del pacifico: ''La pericia y eficacia de los ataques de la aviacion suicida enemiga y la proporcion de barcos perdidos o averiados son tales, que han de emplearse todos los medios posibles para impedir que continuen. Recomiendo ataques a aerodromos de Kyushu y Formosacono todos los aviones disponibles''.
La aviacion estadounidense ataca conforme a lo indicado. Llueven con implacable frecuencia bombas y torpedos sobre los aerodromos japoneses. Pero los kamikazes se hallan convenientemente dispersos y camuflados, y continuan los ataques. El fondeadero de Kerama Retto esta atestado de barcos averiados; larga linea de invalidos de la guerra maritima cruza penosamente el Pacifico. Pero tambien lo surcan, en direccion contraria, rumbo al oeste, los reemplazos que llevan hombres y acero.
Desvanecidas las esperanzas de una pronta victoria, las fuerzas estadounidenses se aprestan a sostener la prueba de sangre y fuego. Por mas de cuarenta dias consecutivos (hasta que las malas condiciones atmosfericas dan un breve respiro) no hay dia ni noche en que no ataque la aviacion enemiga. Dormir es ahora algo con lo que solo cabe soñar. Cabecean los artilleros ante el alza; la gente anda nerviosa y malhumorada; los comandantes, macilentos y con ojos enrojecidos por el insomnio. ''Magic'', el sistema empleado por la armada para descifrar los codigos de señales del enemigo, le ha permitido a la escuadra anunciar cuandro habra ataques aereos en gran escala. A veces los altavoces previenen a las dotaciones la noche vispera del ataque. La tension de la espera, la aterradora perspectiva del ataque, avivada por el recuerdo de lo ocurrido en anteriores incursiones, destroza los nervios y enloquece a muchos hombres.
Frente a la linea de Shuri, las fuerzas de tierra avanzan palmo a palmo. Pero las defensas japonesas siguen intactas. El 22 de mayo, el general comandante del tercer cuerpo anfibio estadounidense informa que la infanteria de marina esta enfrentada al fuego de artilleria mas eficaz hallado hasta ahora en la guerra del Pacifico. Las torrenciales lluvias de primavera convierten en pantanos los campos de Okinawa. Se atascan los tanques. Domina el fango por doquier. Municion y combustible se deben transportar hasta el frente en vehiculos anfibios. Submarinos de bolsillo y botes suicidas colaboran con los kamikazes para hostigar la escuadra.
Seguidamente viene el bombardeo de las pistas de vuelo estadounidenses, y tras ello, desembarcos de tropas aerotransportadas. Cinco bombarderos enemigos tratan de llevarlos a cabo. Cuatro caen derribados; del quinto, que hace un aterrizaje sin ruedas, saltan 10 japoneses que abren fuego contra cuanto los rodea. Antes de quedar tendidos en la pista, acribillados a balazos, han inutilizado 7 aviones, averido otros 26 e incendiado 265.000 litros de gasolina.
Enjambres de aviones suicidas atacan nuevamente el 27 de mayo. Los estadounidenses derriban 115 ese dia. Pero el cazatorpederos ''Drexler'' va a ser hundido, y muchos otros barcos sufren averías.
Para fines de mayo, 50.000 hombres quedan sin vida en las brechas de las destrozadas fortificaciones defensivas, y el teniente general Mitsuru Ushijima se retira con el resto de sus tropas hacia el sur, donde intentara la ultima resistencia, de ''espaldas al mar''. La bandera de EEUU ondea ahora sobre las ruinas del castillo Shuri, la fortaleza principal de la linea conquistada. De los muros del castillo, que median seis metros de espesor, queda solo una masa de escombros. En derredor de los crateres abiertos por el bombardeo, sube el inconfundible hedor de los cadaveres en putrefaccion.
Pero aun no ha terminado la lucha en Okinawa. El 3 de junio, 75 kamikazes efectuan 18 ataques. El 4, los elementos naturales alían su furia a la del enemigo: un tifon hace bailar los buques de la armada norteamericana como cascaras de nuez en un rabión, destroza la proa del crucero ''Pittsburgh'', causa averias al portaaviones ''Hornet'' y a otros ocho barcos. El dia 5, los aviones suicidas hacen blanco en el ''Mississipi'' y en el ''Louisville''.
De todos modos, se empieza ya a cobrar esperanzas fundadas.
Aunque la victoria sonríe ya cercana, muchos moriran antes que se consume, entre ellos los comandantes de las dos fuerzas contendientes. El teniente general Simón Bolivar Buckner, al mando del 10º cuerpo de ejercito estadounidense, cae el 18 de junio mortalmente herido por una granada nipona. Y el 21 de junio, el teniente general Ushijima y su jefe de estado mayor, el teniente general Isamu Cho, practican la mortal ceremonia del hara-kiri.
Esa misma noche oye el mundo la noticia de que la resistencia de conjunto ha cesado en Okinawa. A la mañana siguiente, al son del himno nacional, la compañia de banderas iza el pabellon de los EEUU en la ensangrentada isla. ''Una subita rafaga de brisa hizo flamear la bandera sobre el fondo azul del cielo''.
Batallas ha habido en las que combatieron ejercitos mas numerosos, campañas aereas mas prolongadas. Pero en Okinawa se desarrollo una lucha de fuerzas combinadas que no tiene igual, ni por su alcance, ni por la ferocidad con que se peleaba en el mar, en la tierra y en el aire, sin dar cuartel ni pedirlo. Nunca hasta entonces se vió combatir con tal encono aviones contra aviones, buques contra aeroplanos. Nunca hasta entonces sufrio la armada estadounidense, en tan corto espacio, numero tal de perdidas; y raras veces habra vertido el ejercito estadounidense en tan corto tiempo y en tan reducido campo.
Okinawa costó al Japon mas de 110.000 muertos, 16 navios de linea, entre ellos el ''Yamato''; miles de toneladas de barcos mercantes hundidos por las patrullas aereas; 7830 aviones destruidos y 2655 perdidos en accidentes.
Los EEUU perdieron 768 aviones, contando los grandes bombarderos de la fuerza aerea que se estrellaron en los aerodromos nipones. De los 12.281 americanos muertos en Okinawa, 5000 pertenecian a las fuerzas de mar. Los daños sufridos por la armada fueron 36 barcos perdidos y 368 averiados; la parte que en esto correspondió a los kamikazes fue 26 de los primeros y 164 de los segundos. Ninguno de los buques hundidos por el enemigo era de clase superior a la de torpedero; de las unidades mayores, todas las que sufrieron averias, salvo un portaaviones de escolta, las repararon, por lo general en breve plazo. Los japoneses no lograron hundir ni un solo portaaviones, acorazado, crucero o transporte.
''La armada que llego a quedarse'' y que hizó posible la toma de Okinawa inflingió al enemigo perdidas mucho mayores que las que este logro ocasionarle. El terso elogio tributado a los bravos marinos que tripulaban las pequeñas unidades,''...resistieron con valor probado'', es igualmente aplicable a muertos y sobrevivientes de Okinawa.
Pero a los valientes barquitos de la linea de vigilancia del radar cabe parte especial en esa gloria. Cayó sobre ellos en proporcion abrumadora la destruccion y la muerte; formaron ellos la tenue, heroica y sangrienta barrera que impidio a los ''hijos del cielo'' dominar el mar de la China oriental.
FIN

Saludos cordiales
ImagenImagenImagen
''Si vis pacem, para bellum''

Schwerpunkt
Moderador
Moderador
Mensajes: 1700
Registrado: Mar Oct 21, 2008 9:08 pm

Re: La mayor batalla aeronaval de la historia

Mensaje por Schwerpunkt » Sab Feb 06, 2016 1:05 am

¡ Saludos a tod@s !

Como anécdota queda el último mensaje del Teniente General Isamu Cho antes de suicidarse:

"Edad de partida: 51 años.
Muero sin pena, sin vergüenza y sin deudas."

Responder

Volver a “Temas generales”

TEST