¿Fragilidad de las democracias?
Publicado: Jue Sep 04, 2014 9:44 am
Hola, a todos.
Aunque no soy habitual de este foro, creo que sería de interés incluir un tema sobre lo que yo llamo la "fragilidad de las democracias".
El tema consiste en lo siguiente: durante la segunda guerra mundial se enfrentaron de forma terrible dos estados autoritarios (el III Reich y la Unión Soviética) que tenían intereses encontrados. Todos sabemos que, en un principio, la guerra estalló porque ambos estados convinieron cínicamente en compartir sus propios intereses depredadores, lo que dejaba a Hitler las manos libres para atacar a las democracias occidentales (Francia y Gran Bretaña). Derrotada Francia y apartada Gran Bretaña en su refugio isleño, los dos regímenes autoritarios pasaron del pacto al enfrentamiento, siendo finalmente derrotados los nazis por una serie de causas de tipo militar (que han sido sobradamente analizadas en este foro).
Sin embargo, para quienes no somos rusos, se nos ha explicado la segunda guerra mundial como un enfrentamiento entre autoritarismo y democracia (por la participación de Gran Bretaña y Estados Unidos en la guerra ruso-germana).
¿Es eso acertado?, ¿estaban las democracias, por sus características propias, en condiciones de ganar la guerra a regímenes autoritarios del tipo Alemania nazi o Unión Soviética?
Leyendo en algunos libros sobre la segunda guerra mundial, a mí no me queda claro que hubiese sido así. Veamos, por ejemplo, cómo la opinión pública en una democracia podía afectar a la participación en la guerra:
Del libro “Se desataron todos los infiernos”, de Max Hastings.
Un sondeo realizado a mediados de 1942 por la Oficina de Información de Guerra constató que la tercera parte de los norteamericanos se mostraba partidaria de firmar una paz individual con Alemania.(Capítulo 16)
En Canadá, el servicio militar fuera del país siguió siendo voluntario. (…) la mayoría del Canadá francés no quiso saber nada de la contienda. (…) en agosto de 1942 un sondeo reveló que el 59 % de los francocanadienses estaba molesto con la participación de Canadá en la guerra.
La forma de combatir de los Aliados occidentales, obstaculizada por la sensibilidad burguesa al tema de las bajas, fue un impedimento crónico en el intento de vencer a la Wehrmacht.
Del libro “El lado oscuro del hombre”, de Michael Ghiglieri
Un estudio realizado durante la segunda guerra mundial por S. A. Stouffer puso de manifiesto que el 44% de los soldados americanos afirmó que les gustaría mucho matar a un soldado japonés. Solo el 6 % se expresó de la misma manera con respecto a un soldado alemán.
Del libro “Némesis”, de Max Hastings
El influyente columnista del New York Times, Arthur Krock, escribió en abril de 1944: «Se piensa... que el general MacArthur no está satisfecho con la estrategia militar aprobada por el presidente y el primer ministro Churchill». Y, en efecto, así era. Hasta que no resultó evidente que MacArthur no podría derrotar a Thomas Dewey para asegurarse la nominación a la presidencia por el partido republicano, el general no retiró su candidatura.
(Interés político de Mc Arthur y conocimiento de la prensa de ello)
Los estadounidenses llegaron a esperar que en el Pacífico se produciría una relación de bajas de tan solo una propia por cada seis o siete de los japoneses. Por eso se consternaron al comprobar que, en Iwo Jima y Okinawa, el enemigo salió mejor parado, con una relación de bajas de tan solo 1,25:1 y 1,3:1, respectivamente, aunque con la diferencia de que en el bando japonés casi todas fueron letales, mientras que en el norteamericano solo murieron un tercio de los heridos.
(Antes de Iwo Jima, tuvo lugar la batalla de Tarawa, en Noviembre de 1943 http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Tarawa , según el artículo de wiki, y otras lecturas, parece que los datos relativos a las bajas espantaron también a la opinión pública. Murieron -pero las bajas fueron muchas más aparte de los muertos- más de mil seiscientos norteamericanos, incluyendo la dotación del portaaviones perdido, mientras que los japoneses muertos fueron poco más de tres mil -los otros eran trabajadores coreanos
The heavy casualties suffered at Tarawa[28] sparked public protest in the United States, where headline reports of the high losses could not be understood for such a small and seemingly unimportant island.The public reaction was aggravated by the unguardedly frank comments of some of the Marine Corps command.http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Tarawa )
Del libro “La segunda guerra mundial” de Antony Beevor
el precio que hubo que pagar por conquistar una sola de aquellas diminutas islas —más de mil muertos y unos dos mil heridos— conmocionó a los comandantes americanos y a la opinión pública en los Estados Unidos, horrorizada por las fotografías en las que aparecían tantos cadáveres de marines.
Como el uso intensivo de la artillería, los bombardeos ponían de manifiesto una paradoja de las democracias sumamente desconcertante. Debido a la fortísima presión de la prensa y de la opinión pública en sus propios países, los mandos militares se veían obligados a minimizar sus pérdidas. Y por lo tanto recurrieron a la utilización máxima de explosivos de alta potencia
DEL LIBRO “Desertores” de Charles Glass
Peor aún para los británicos fue que 20.000 soldados desertaran de filas. Muchos se refugiaron en el delta del Nilo, algunos viviendo del pillaje y otros sobreviviendo gracias a la caridad de los campesinos egipcios, los fellahin. Muchos se escondieron con novias en El Cairo (…)El 19 de julio, Auchinleck envió una segunda súplica de ayuda desde El Cairo al Gabinete para contrarrestar las deserciones en masa tras [la pérdida de] Tobruk: «las recientes deserciones demuestran un alarmante incremento, incluso entre las tropas de máxima categoría
La revista Time informó que cada semana 300 reclutas sucumbían a crisis nerviosas
«Medicine: in Uniform and Their Right Minds» («Medicina: de uniforme y con la cabeza sana»), Time, 1 de junio de 1942. (Información desmoralizadora en la prensa)
En abril de 1944, el New York Times citaba al jefe de la Policía Militar del Gran Londres, coronel Ernest Buhrmaster, quien decía que la principal preocupación de su oficina era dar con los desertores
(Información desmoralizadora en la prensa norteamericana) Otra información aún más desmoralizadora parece que fue censurada pues tiene fechas de después de las elecciones de 1944, y cuando la guerra ya estaba ganada
DE “El pasado de una ilusión”, de François Furet
sondeos de opinión hechos en el otoño de 1941, que colocan, hombro con hombro, igualándolas en un descrédito común, a la Alemania nazi y a la Rusia soviética, por entonces en guerra desde junio (opinión pública norteamericana)
De “La otra historia de la segunda guerra mundial” de Gluckstein
242 batallas raciales en 47 ciudades sólo durante 1943 (conflictividad racial en USA)
Leyendo este tipo de informaciones nos hacemos una idea diferente de la que suele darnos el cine bélico, y tiene explicación la lentitud con que se desplegó el ejército anglo norteamericano frente a los nazis.
La primera intervención, la "operación Torch", según la relata Atkinson en "Un ejército al amanecer", no fue especialmente brillante... y se eligió atacar a la Francia neutral petainista a fin de evitar el enfrentamiento directo con los alemanes. Se desembarcó en Marruecos y Argelia (siempre confiando en que Hitler no forzara el paso a través de la España de Franco), pero no se atrevieron a hacerlo en Túnez por estar demasiado cerca de las bases de la Luftwaffe en Sicilia. Cuando intentaron avanzar por tierra desde Argelia, los alemanes llegaron primero y los detuvieron durante seis meses. Solo lograron vencer a los alemanes, pese a la gran superioridad numérica, gracias a la ayuda británica, a los franceses que se pasaron a su bando y, sobre todo, gracias al bloqueo aeronaval que dejó a los alemanes en África sin suministros.
A finales de 1943, los angloamericanos mantenían veinte divisiones estancadas a mitad de camino entre Nápoles y Roma. De hecho, Max Hastings opina que el mismo desembarco en Sicilia en julio de 1943 hubiera fracasado si los italianos hubieran querido luchar al lado de los alemanes.
Afortunadamente, para entonces los soviéticos ya tenían ganada la guerra...
Echo de menos en este foro más información acerca de cómo el pueblo de las democracias anglosajonas juzgaba esta situación a medida que iba dándose. ¿Eran conscientes de lo escasa de su aportación a la guerra en los momentos decisivos y eran también conscientes del precio que habría que pagar para que esta aportación fuese mayor?
En la Conferencia de Casablanca (Enero 1943) parece que los norteamericanos abogaban por un desembarco de cincuenta o sesenta divisiones en Francia en el verano de 1943. ¿Eran conscientes del riesgo que corrían y de cómo reaccionaría la opinión pública ante un fracaso de esa magnitud? Los británicos, prudentemente, los disuadieron de ese propósito.
Aunque no soy habitual de este foro, creo que sería de interés incluir un tema sobre lo que yo llamo la "fragilidad de las democracias".
El tema consiste en lo siguiente: durante la segunda guerra mundial se enfrentaron de forma terrible dos estados autoritarios (el III Reich y la Unión Soviética) que tenían intereses encontrados. Todos sabemos que, en un principio, la guerra estalló porque ambos estados convinieron cínicamente en compartir sus propios intereses depredadores, lo que dejaba a Hitler las manos libres para atacar a las democracias occidentales (Francia y Gran Bretaña). Derrotada Francia y apartada Gran Bretaña en su refugio isleño, los dos regímenes autoritarios pasaron del pacto al enfrentamiento, siendo finalmente derrotados los nazis por una serie de causas de tipo militar (que han sido sobradamente analizadas en este foro).
Sin embargo, para quienes no somos rusos, se nos ha explicado la segunda guerra mundial como un enfrentamiento entre autoritarismo y democracia (por la participación de Gran Bretaña y Estados Unidos en la guerra ruso-germana).
¿Es eso acertado?, ¿estaban las democracias, por sus características propias, en condiciones de ganar la guerra a regímenes autoritarios del tipo Alemania nazi o Unión Soviética?
Leyendo en algunos libros sobre la segunda guerra mundial, a mí no me queda claro que hubiese sido así. Veamos, por ejemplo, cómo la opinión pública en una democracia podía afectar a la participación en la guerra:
Del libro “Se desataron todos los infiernos”, de Max Hastings.
Un sondeo realizado a mediados de 1942 por la Oficina de Información de Guerra constató que la tercera parte de los norteamericanos se mostraba partidaria de firmar una paz individual con Alemania.(Capítulo 16)
En Canadá, el servicio militar fuera del país siguió siendo voluntario. (…) la mayoría del Canadá francés no quiso saber nada de la contienda. (…) en agosto de 1942 un sondeo reveló que el 59 % de los francocanadienses estaba molesto con la participación de Canadá en la guerra.
La forma de combatir de los Aliados occidentales, obstaculizada por la sensibilidad burguesa al tema de las bajas, fue un impedimento crónico en el intento de vencer a la Wehrmacht.
Del libro “El lado oscuro del hombre”, de Michael Ghiglieri
Un estudio realizado durante la segunda guerra mundial por S. A. Stouffer puso de manifiesto que el 44% de los soldados americanos afirmó que les gustaría mucho matar a un soldado japonés. Solo el 6 % se expresó de la misma manera con respecto a un soldado alemán.
Del libro “Némesis”, de Max Hastings
El influyente columnista del New York Times, Arthur Krock, escribió en abril de 1944: «Se piensa... que el general MacArthur no está satisfecho con la estrategia militar aprobada por el presidente y el primer ministro Churchill». Y, en efecto, así era. Hasta que no resultó evidente que MacArthur no podría derrotar a Thomas Dewey para asegurarse la nominación a la presidencia por el partido republicano, el general no retiró su candidatura.
(Interés político de Mc Arthur y conocimiento de la prensa de ello)
Los estadounidenses llegaron a esperar que en el Pacífico se produciría una relación de bajas de tan solo una propia por cada seis o siete de los japoneses. Por eso se consternaron al comprobar que, en Iwo Jima y Okinawa, el enemigo salió mejor parado, con una relación de bajas de tan solo 1,25:1 y 1,3:1, respectivamente, aunque con la diferencia de que en el bando japonés casi todas fueron letales, mientras que en el norteamericano solo murieron un tercio de los heridos.
(Antes de Iwo Jima, tuvo lugar la batalla de Tarawa, en Noviembre de 1943 http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Tarawa , según el artículo de wiki, y otras lecturas, parece que los datos relativos a las bajas espantaron también a la opinión pública. Murieron -pero las bajas fueron muchas más aparte de los muertos- más de mil seiscientos norteamericanos, incluyendo la dotación del portaaviones perdido, mientras que los japoneses muertos fueron poco más de tres mil -los otros eran trabajadores coreanos
The heavy casualties suffered at Tarawa[28] sparked public protest in the United States, where headline reports of the high losses could not be understood for such a small and seemingly unimportant island.The public reaction was aggravated by the unguardedly frank comments of some of the Marine Corps command.http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Tarawa )
Del libro “La segunda guerra mundial” de Antony Beevor
el precio que hubo que pagar por conquistar una sola de aquellas diminutas islas —más de mil muertos y unos dos mil heridos— conmocionó a los comandantes americanos y a la opinión pública en los Estados Unidos, horrorizada por las fotografías en las que aparecían tantos cadáveres de marines.
Como el uso intensivo de la artillería, los bombardeos ponían de manifiesto una paradoja de las democracias sumamente desconcertante. Debido a la fortísima presión de la prensa y de la opinión pública en sus propios países, los mandos militares se veían obligados a minimizar sus pérdidas. Y por lo tanto recurrieron a la utilización máxima de explosivos de alta potencia
DEL LIBRO “Desertores” de Charles Glass
Peor aún para los británicos fue que 20.000 soldados desertaran de filas. Muchos se refugiaron en el delta del Nilo, algunos viviendo del pillaje y otros sobreviviendo gracias a la caridad de los campesinos egipcios, los fellahin. Muchos se escondieron con novias en El Cairo (…)El 19 de julio, Auchinleck envió una segunda súplica de ayuda desde El Cairo al Gabinete para contrarrestar las deserciones en masa tras [la pérdida de] Tobruk: «las recientes deserciones demuestran un alarmante incremento, incluso entre las tropas de máxima categoría
La revista Time informó que cada semana 300 reclutas sucumbían a crisis nerviosas
«Medicine: in Uniform and Their Right Minds» («Medicina: de uniforme y con la cabeza sana»), Time, 1 de junio de 1942. (Información desmoralizadora en la prensa)
En abril de 1944, el New York Times citaba al jefe de la Policía Militar del Gran Londres, coronel Ernest Buhrmaster, quien decía que la principal preocupación de su oficina era dar con los desertores
(Información desmoralizadora en la prensa norteamericana) Otra información aún más desmoralizadora parece que fue censurada pues tiene fechas de después de las elecciones de 1944, y cuando la guerra ya estaba ganada
DE “El pasado de una ilusión”, de François Furet
sondeos de opinión hechos en el otoño de 1941, que colocan, hombro con hombro, igualándolas en un descrédito común, a la Alemania nazi y a la Rusia soviética, por entonces en guerra desde junio (opinión pública norteamericana)
De “La otra historia de la segunda guerra mundial” de Gluckstein
242 batallas raciales en 47 ciudades sólo durante 1943 (conflictividad racial en USA)
Leyendo este tipo de informaciones nos hacemos una idea diferente de la que suele darnos el cine bélico, y tiene explicación la lentitud con que se desplegó el ejército anglo norteamericano frente a los nazis.
La primera intervención, la "operación Torch", según la relata Atkinson en "Un ejército al amanecer", no fue especialmente brillante... y se eligió atacar a la Francia neutral petainista a fin de evitar el enfrentamiento directo con los alemanes. Se desembarcó en Marruecos y Argelia (siempre confiando en que Hitler no forzara el paso a través de la España de Franco), pero no se atrevieron a hacerlo en Túnez por estar demasiado cerca de las bases de la Luftwaffe en Sicilia. Cuando intentaron avanzar por tierra desde Argelia, los alemanes llegaron primero y los detuvieron durante seis meses. Solo lograron vencer a los alemanes, pese a la gran superioridad numérica, gracias a la ayuda británica, a los franceses que se pasaron a su bando y, sobre todo, gracias al bloqueo aeronaval que dejó a los alemanes en África sin suministros.
A finales de 1943, los angloamericanos mantenían veinte divisiones estancadas a mitad de camino entre Nápoles y Roma. De hecho, Max Hastings opina que el mismo desembarco en Sicilia en julio de 1943 hubiera fracasado si los italianos hubieran querido luchar al lado de los alemanes.
Afortunadamente, para entonces los soviéticos ya tenían ganada la guerra...
Echo de menos en este foro más información acerca de cómo el pueblo de las democracias anglosajonas juzgaba esta situación a medida que iba dándose. ¿Eran conscientes de lo escasa de su aportación a la guerra en los momentos decisivos y eran también conscientes del precio que habría que pagar para que esta aportación fuese mayor?
En la Conferencia de Casablanca (Enero 1943) parece que los norteamericanos abogaban por un desembarco de cincuenta o sesenta divisiones en Francia en el verano de 1943. ¿Eran conscientes del riesgo que corrían y de cómo reaccionaría la opinión pública ante un fracaso de esa magnitud? Los británicos, prudentemente, los disuadieron de ese propósito.