El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Historia económica

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José Luis
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El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por José Luis » Mié Jun 15, 2005 5:19 pm

¡Hola a todos!

En 1959, Burton Klein, economista que había trabajado en el equipo de Inspección de Bombardeo Estratégico de los Estados Unidos, publicó un libro sobre los preparativos alemanes de guerra que intentaba desarmar el mito del rearme masivo alemán. Klein declaraba que el esfuerzo de guerra alemán había sido modesto en la década de 1930, y que había continuado igual en los dos primeros años de la guerra. El trabajo de Klein sirvió de base a A.J.P. Taylor para desarrollar su idea de que Hitler deseaba lanzar sólo una pequeña guerra oportunista para revisar el Tratado de Versalles. Taylor creía que Hitler sólo estaba “pretendiendo prepararse para una gran guerra”.

Richard Overy, profesor de Historia Moderna en el King’s College de Londres, ha escrito un artículo “Una economía orientada a la guerra”, que sirde de réplica a las tesis de Klein y Taylor, y cuyo resumen expongo a continuación.

Afirma Overy que las tesis de Klein y Taylor son imposibles de reconciliar. La suposición es que las preparaciones alemanas de guerra fueron una farsa y que aquellos que describieron a la economía alemana como rehén de la preparación de la guerra fueron engañados por una fachada de propaganda. ¿Quién tenía razón?

A pesar de que Hitler deseaba convertir a Alemania en una potencia militar, los gastos militares fueron relativamente modestos entre 1932-33 y 1935-36, representando no más que un 1.3% del producto nacional alemán. Incluso en 1936, las fuerzas alemanas encontrarían difícil combatir con cualquiera de sus estados vecinos. Overy da una serie de razones para ese bajo nivel de re-militarización en 1933: la recuperación económica, que para el régimen nazi era llave de la estabilización política y paz social después del caos de la depresión, no se lograría con el rearme; el empobrecimiento rural, la caída del mercado, las dificultades de la balanza de pagos y el sistema crediticio al borde del colapso. Todos estos factores se verían exacerbados por un alto gasto militar.

El rearme se mantuvo en secreto hasta 1935, y las prioridades de ese rearme se basaron primeramente en la reconstrucción de la infraestructura militar –cuarteles, aeródromos y escuelas de entrenamiento- que había sido destruida durante el período de desarme forzoso. Los primeros programas de producción de la fuerza aérea se concentraron en la construcción de aviones de entrenamiento. Entre 1934 y 1938, el 58% de la producción aérea se dedicó a los aviones de entrenamiento y sólo el 18% a aviones de combate. La producción de tanques fue lenta y el programa naval de 1934 había avanzado poco antes de finales de los treinta. La re-militarización a cualquier escala llevó su tiempo en conseguirse porque había partido en 1933 de una base exigua.

El punto crucial en el desarrollo tanto de la economía como del rearme llegó de la mano del Segundo Plan Cuatrienal de octubre de 1936, que marcaba de forma completamente diferente la expansión militar basada en la reconstrucción de la economía para afrontar las probables necesidades de la guerra.

Hitler creía que el fracaso de la economía alemana en suministrar armas y víveres para el frente en la IGM había sido la raíz del descontento social y la causa de la “puñalada por la espalda” al ejército alemán en 1918. En la década de los veinte, los militares trabajaron bajo el presupuesto de que cualquier guerra futura entre grandes estados sería lo que Ludendorff llamó “guerra total”, movilizando todos los recursos económicos de la nación para asegurar la victoria. En esa década, el ejército desarrolló la idea de una economía orientada a las necesidades de la defensa, idea que se alimentaba de las experiencias de la guerra de 1914-1918. Esto requería unos planes de movilización económica detallados en tiempos de paz, y demandaba el desarrollo de los sectores de materias primas e industrial para hacer la guerra. Requería la producción de aquellos productos que podían peligrar por el bloqueo, y reclamaba el entrenamiento de fuerza de trabajo especializada que estuviera disponible para ser transferida a los trabajos de guerra cuando se necesitasen. El peligro del descontento social debía ser resuelto asegurando unas bases adecuadas de víveres y un efectivo racionamiento de guerra, objetivos que no se habían logrado en 1914-1918.

La economía-basada-en la defensa no podía asegurarse sin considerar la economía como un todo. “En tiempos de peligro”, escribió el general Georg Thomas (que era el director de asuntos económicos de la Wehrmacht), “el suministro de víveres, la industria, el comercio, el suministro de materias primas, comercio exterior, finanzas, transporte y las tareas del Ministerio de Trabajo debían formar una unidad”. Fue la preparación de la guerra en este amplio sentido lo que Hitler puso en juego en 1936 con el Plan Cuatrienal bajo dirección de Hermann Göring. La principal estrategia de este plan era la sustitución de las importaciones para liberar a Alemania del peligro del bloqueo, esto es, la autarquía. Así que había que asegurar la producción interna de los materiales vitales de guerra, y donde no fuera posible, asegurase el suministro de la Europa oriental o sur-oriental, libre de las interferencias de las otras potencias.

El Plan, además, contemplaba un programa agrario para aumentar el rendimiento interno y garantizar la llamada Existenzminimum para la población en caso de que estallara la guerra. Había otros programas para maquinaria y productos químicos, y se pusieron a más de 1.3 millones de alemanes bajo entrenamiento especial para desarrollo de habilidades laborales para las necesidades de la guerra. Para controlar las implicaciones financieras de la preparación de la guerra se designó un Comisario de Precios bajo los auspicios de la organización del Plan, cuyo trabajo principal consistía en congelar los precios allí donde fuera posible. El dinero para tan grandes y nuevos proyectos industriales se recaudó parcialmente de los impuestos, pero mayormente de los préstamos tomados más o menos forzosamente de los bancos de ahorros del país.

La fase Wehrwirtschaft después de 1936 consiguió una notable transformación de la economía en un tiempo relativamente corto. Entre 1936 y 1939 casi dos tercios de la inversión industrial en Alemania fueron patrocinados por el Plan Cuatrienal: suministros internos de mineral de hierro en Salzgitter, expansión de la capacidad interna de producción de aluminio de 172.000 toneladas en 1933 a 434.000 en 1939, establecimiento de industrias para el fuel y caucho sintéticos…

Overy señala el efecto de una desviación de recursos a esa escala de varias formas. En 1938, la economía alemana era casi un 40% mayor que en 1928, en la cúspide del boom previo, aunque el gasto per capita de consumo creció sólo un 4% durante el mismo período y las exportaciones cayeron un 57%. En otras palabras, casi todo el crecimiento adicional de la economía fue desviado al gasto estatal, y la mayor parte vino por los preparativos económicos y militares de la guerra. El nivel de gasto de defensa a finales de los treinta, que Klein consideraba una medida modesta contra la última ejecución de la economía de guerra, fue de hecho muy alto en relación al gasto convencional en tiempos de paz. En 1938-1939, el presupuesto militar representó el 52% del gasto estatal y el 17% del producto nacional (1.3% en 1933). En 1913 las cifras fueron del 24% y 3% respectivamente. Las cifras del gasto directo de defensa, en las cuales Klein y Taylor basan sus argumentos, no tienen en cuenta estas amplias preparaciones económicas de la guerra, el “rearme económico” del que Hitler habló en 1936.

En 1938, Hitler aprobó un plan para quintuplicar el tamaño de la fuerza aérea en relación con la IGM y en enero de 1939 aprobó el plan para una gran flota naval, casos excepcionales para tener lugar en tiempo de paz. Se supuso que los programas de producción de materias primas y maquinaria, y realmente casi todos los programas, ideados por el Plan Cuatrienal estarían acabados a mediados de 1940. Pero una cosa era decirlo y otra hacerlo. En 1939 la mayoría del programa iniciado en 1936 se estaba llevando a cabo, y sólo una parte acabada. Hitler había indicado cuatro años de duración, pero sólo era una estimación indicativa. La mayor parte de los proyectos principales no estaría finalizada antes de 1942. En 1939 la economía alemana no estaba preparada para una gran guerra.

Fue el nivel relativamente bajo de la producción de armamentos de 1939 lo que persuadió a Klein y a Taylor de que Hitler había pretendido prepararse para una gran guerra. Las cifras los engañaron. Alemania, por supuesto, estaba mucho más armada en 1939 que en 1936, y estaba en condiciones de derrotar a Polonia y a Francia, y de expulsar a Inglaterra de Europa en 1939 y 1940. Pero los grandes programas de producción de guerra todavía no estaban completos, algunos apenas comenzados. En 1939 la economía alemana estaba en plena fase de transformación.

La conclusión final de Overy es que en 1939 Alemania debería haber alcanzado ya mayores niveles en la producción de armamentos, y que la mala dirección y los conflictos entre las diferentes ramas del ejército, la industria y los responsables del Plan Cuatrienal frustraron que los resultados finales de 1939, aun con dotar entonces a Alemania con el ejército más poderoso, capacitaran a Alemania para aventurarse en una gran guerra. Pero el esfuerzo alemán de rearme fue innegable: “Para cualquiera que viviera en Alemania a finales de los treinta, la evidencia de una gran militarización era ineludible, pero, como Hitler reflejó arrepentido años más tarde, había sido mal dirigida”.

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El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Mié Ago 12, 2009 10:59 pm

José Luis escribió:La fase Wehrwirtschaft después de 1936 consiguió una notable transformación de la economía en un tiempo relativamente corto. Entre 1936 y 1939 casi dos tercios de la inversión industrial en Alemania fueron patrocinados por el Plan Cuatrienal: suministros internos de mineral de hierro en Salzgitter, expansión de la capacidad interna de producción de aluminio de 172.000 toneladas en 1933 a 434.000 en 1939, establecimiento de industrias para el fuel y caucho sintéticos…
El relativo fracaso de la economía alemana en la producción bélica así como los supuestos bajos niveles de producción son una cuestión, que todavía no ha sido resuelta del todo. Así se ha pasado de afirmar que la economía alemana no fue movilizada completamente al principio del conflicto hasta el nombramiento de Speer como afirmaba Arnold Toynbee. De igual manera se ha afirmado tradicionalmente que una de las razones fundamentales de este relativo fracaso fueron el caos burocrático y político del III Reich con múltiples reinos de taifas enfrentados entre sí y sin una coordinación entre sí o un arbitrio supremo -que en el caso de Hitler no se efectuó como debía haber sido- En fín, creo que el tema no está ni mucho menos agotado y aún dará mucho que hablar en la historiografía actual junto al enfoque más novedoso de Adam Tooze.

Aunque personalmente creo que las razones son una combinación de todos los factores mencionados en los últimos 60 años si que quiero señalar algo en lo que se ha hecho menos hincapié y que me parece ser en parte la explicación para entender porque se consiguieron unas producciones modestas en la industria bélica...

El programa de producción de combustibles, fibras y cauchos sintéticos así como los programas de extracción de minerales de ley baja (hierro, manganeso o incluso inversiones en extracción de lignito, petróleo en el Reich y otros materiales) eran inversiones de un coste intrínsecamente elevado. Desde un punto de vista económico eran netamente ruinosas y la única justificación era la voluntad política que las sustentaban. Desde un punto de vista económico representaban una gigantesca inversión de recursos que podrían haberse dedicado a otros menesteres. Además no olvidemos que el coste final de estos materiales “ersatz” eran mucho más elevados que los materiales que se podían conseguir en el mercado exterior a precios o costes de mercado. Un ejemplo era el coste industrial del combustible sintético que era al menos del doble del natural y eso sin contar con la amortización de la gigantesca planta industrial necesaria para procesarlo. Lo mismo era aplicable al acero producido con el mineral de hierro de baja ley de Salzgitter que desde un punto de vista económico era mucho más caro que el producido con mineral de alta ley sueco. Además el funcionamiento a esa escala de las industrias de hidrocarburos y derivados sintéticos implicaba consumos masivos de carbón y por tanto una demanda superior a la ya existente. Los procesos de altas temperaturas y presiones implicaba que la producción de una tonelada de hidrocarburos líquidos demandara alrededor de 4-5 t de carbón bituminoso o 8-10 t de lignito. Además las instalaciones industriales de refino, craqueo, catálisis, etc, eran de una complejidad y dimensión enormes lo que suponía unas demandas muy grandes de acero, personal, etc.

En suma, cuando vemos el proceso económico industrial alemán en su conjunto y en especial el relacionado con el rearme, observamos que estaba lastrado por tremendas inversiones para conseguir materias primas cuyo coste hubiera sido mucho menor en países con acceso a esas materias primas. Además como consecuencia era difícil de conseguir en multitud de sectores industriales productividades altas al haber procesos muy intensivos en capital y trabajo en la producción de subproductos industriales.

Sin entrar a discutir la cuestión de las productividades de la industria que es muy complicada y está lejos de ser una cuestión resuelta, querría también comentar que Alemania emprendió unos proyectos de construcción de fortificaciones que demandaban una tremenda cantidad de acero y hormigón –material muy intensivo en consumo de energía- así como mano de obra fuera la Westwall entre 1938-40 o bien la Atlantikwall entre 1941-44. Para darnos una idea de lo que suponían estas fortificaciones, tan sólo los refugios de submarinos de Lorient en Francia consumieron casi 500.000 t de hormigón armado. Sin extenderme más al particular, podemos ver que estos proyectos supusieron un tremendo drenaje de recursos de la economía civil y de la producción de armamentos.

Fuentes:
United States Strategic Bombing Survey: Strategic Air Attack on the Oil Industry.
Adam Tooze: The Wages of Destruction: The Making and Breaking of the Nazi Economy.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Eriol » Mar Ago 28, 2012 12:02 pm

Hola!

Muy interesante la comparacion entre los articulos de Klein/Taylor y Overy. A mi entender,despues de leeros por aqui y algun libro con partes economicas, como el de ¿por que ganaron los aliados? del mismo Overy , Hitler se estaba preparando para la guerra claramente y fue el mal aprovechamiento de los materiales ,junto a otros factores que indicais,lo que hizo que Alemania no produjese mas material militar.

Saludos
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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Jue Nov 14, 2013 9:53 pm

¡ Saludos a tod@s !
Eriol escribió:Muy interesante la comparacion entre los articulos de Klein/Taylor y Overy. A mi entender,despues de leeros por aqui y algun libro con partes economicas, como el de ¿por que ganaron los aliados? del mismo Overy , Hitler se estaba preparando para la guerra claramente y fue el mal aprovechamiento de los materiales ,junto a otros factores que indicais,lo que hizo que Alemania no produjese mas material militar.
Como de costumbre las explicaciones de esta aparente paradoja se encuentran en una multiplicidad de factores....

El bajo nivel de la producción bélica alemana a principios de la guerra fue el producto de muchos factores y circunstancias "ambientales" en los que se debatía la economía alemana. Veamos de una manera brevísima -y por tanto lógicamente muy simplificada- cuales fueron esas razones:

1) Los programas de autosuficiencia en materias primas: Estos programas (fundamentalmente combustibles líquidos, caucho, mineral de hierro) absorbieron una gran gran cantidad de recursos. No es baladí pues el consumo de acero para el programa de caucho y combustibles líquidos absorbió casi un 10% de la producción de acero alemana. Se tuvo que hacer una gigantesca inversión en plantas químicas e infraestructura aneja.

2) La Westwall: La popularmente Línea Sigfrido consumió enormes cantidades de acero y hormigón. Provocó además -debido a la premura con que se construyó- un gigantesco caos entre los transportes debido a los requerimientos de materiales a transportar a la frontera alemana. Por si sola se tragó el 5% de la producción anual de acero alemana y un porcentaje mayor de la de cemento.

3) La descoordinación: entre las diversas agencias estatales en la producción junto a las múltiples intromisiones de Hitler que provocaron innumerables problemas además de pérdidas de producción.

4) Baja productividad de amplios sectores de la economía: la agricultura alemana era poco productiva por emplear un gran número de trabajadores en las explotaciones agrarias. Sin embargo la necesidad imperiosa de asegurar el abastecimiento alimenticio impedía relocalizar a esa mano de obra en sectores mas productivos. Además hay que tener en cuenta que el programa de autarquía de materiales estratégicos (hidrocarburos, caucho, mineral de hierro, fibras artificiales) forzaba al empleo de un gran número de recursos y mano de obra para conseguir estos materiales indispensables y que en una situación normal hubiera sido mas barato y fácil de importar.

Espero poder explicar estos factores de manera mas completa en una próxima intervención...

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Eriol » Jue Nov 14, 2013 10:56 pm

Hola!

Comentar especialmente este punto camarada:
Schwerpunkt escribió: 4) Baja productividad de amplios sectores de la economía: la agricultura alemana era poco productiva por emplear un gran número de trabajadores en las explotaciones agrarias. Sin embargo la necesidad imperiosa de asegurar el abastecimiento alimenticio impedía relocalizar a esa mano de obra en sectores mas productivos. Además hay que tener en cuenta que el programa de autarquía de materiales estratégicos (hidrocarburos, caucho, mineral de hierro, fibras artificiales) forzaba al empleo de un gran número de recursos y mano de obra para conseguir estos materiales indispensables y que en una situación normal hubiera sido mas barato y fácil de importar.
O sea ¿era baja por que empleaba mucha gente verdad? Eso se podría solucionar con más tractores y se liberaria mano de obra. Pero claro construir tractores significa construir menos blindados ,semiorugas u otros vehiculos necesarios para el ejército. Y además los tractores consumen combustibles, tan precarios para Alemania...la pescadilla que se muerde la cola y que ,me parece a mi, es fruto de querer hacer en pocos años algo que se tendría que hacer en muchos más.

Saludos
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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Vie Nov 15, 2013 1:45 am

¡ Saludos a tod@s !

Lo primero es entender el concepto económico de productividad... Es la relación o cociente entre la producción obtenida y los recursos empleados para obtenerlos. La producción puede medirse en toneladas de cereales o acero producidos y los recursos o factores utilizados sean mano de obra y/o capital que pueden medirse en hombres-hora, salarios pagados y/o unidades monetarias del capital invertido.

Puesto como ejemplo, ¿por qué la agricultura estadounidense era muchísimo mas productiva que la alemana? Debido a las siguientes cifras (las cifras son de 1939-1940 y hay que tener en cuenta que no son estadísticas muy seguras pero al menos dan idea)
- La propiedad media del agricultor norteamericano era de unas 70-140 has.
- La propiedad media del agricultor alemán era de unas 6-7 has.
- La mecanización norteamericana era mucho mayor que la alemana con infinidad mas de tractores, cosechadoras, etc.

En otras palabras la agricultura norteamericana al ser mucho mas productiva podía con tan sólo un 18% de la fuerza laboral alimentar a toda la población de EE.UU. y producir bastantes excedentes para la exportación. Por contra el sector agrario alemán que empleaba casi el 30% a duras penas alimentaba a su propia población. O sea el agricultor norteamericano alimentaba a unas 10.7 personas (no sólo norteamericanas) mientras que el alemán apenas llegaba a 3.2 personas. De esto se desprende que la agricultura norteamericana era mucho mas productiva que la alemana.

El corolario está claro: la agricultura alemana tenía que tener unidades mayores de producción, menos mano de obra y mayor mecanización pero para ello necesitaba mas combustibles líquidos, mas inversión en bienes de capital, mayor superficie de explotación y transferir esa mano de obra excedente hacia otros sectores de la economía. La mayor superficie media de explotación significaba que había que expulsar a una gran cantidad de población laboral agrícola hacia otros sectores. Todos estos requisitos chocaban frontalmente con la política hitleriana de autarquía económica y su decisión de disminuir el paro aunque fuera a costa de mantener tasas de consumo muy bajas. Como bien dices era la pescadilla que se muerde la cola... Esta suma de decisiones no tenía porque ser inevitable sino hubiera sido por la decisión irrevocable de Hitler de provocar una nueva guerra europea y por tanto mundial, pero eso es harina de otro costal que escapa a este hilo concreto.

El otro punto que he enunciado ha sido la ineficiencia intrínseca de tener un estado disfuncional como el nacionalsocialista en donde los diversos reinos de taifas competían entre sí. Esa división en reinos de taifas (Luftwaffe, Heer, SS, etc) donde sus diversos reyezuelos (Göring, Himmler, etc) competían entre sí por los recursos y se permitían agencias de compra, abastecimiento y producción poco coordinadas entre sí y con frecuencia agendas políticas diferentes. Incluso emprendían proyectos vastos económicos como la explotación de las menas de baja ley de hierro en Salzgitter (un proyecto de Göring para afianzar su poder político y patrimonio económico) o los experimentos agrícolas de Himmler aunque en realidad no tuvieron casi importancia. La escasa estandarización de gran parte del inventario bélico germano es una de las consecuencias de la multiplicidad de departamentos militares y políticos. Y la escasa estandarización motivaba una producción menos eficiente y por tanto cifras menores de producción.

La diferencia con la Unión Soviética de Stalin es que el III Reich no había una agencia central encargada de asignar los recursos y fijar las prioridades. La había pero estaba despojada de algunas de las competencias en comparación con la soviética. La otra diferencia a recalcar era la concentración sin contemplaciones en maximizar la producción fijando unos pocos modelos básicos de armamento en la URSS. En el III Reich el arbitrio supremo a esa serie interminable de conflictos por asignar recursos y fijar prioridades era el propio Hitler, una persona poco preparada para la gestión económica e incapaz de afrontar la carga de trabajo burocrática.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por cathpeti42 » Vie Jul 12, 2019 7:16 am

Eriol escribió:
Mar Ago 28, 2012 12:02 pm
Hola!

Muy interesante la comparacion entre los articulos de Klein/Taylor y Overy. A mi entender,despues de leeros por aqui y algun libro con partes economicas, como el de ¿por que ganaron los aliados? del mismo Overy ....

Saludos
Es un buen estratega y conoce bien el arte de la guerra. Lideró una pelea inusual a este tipo.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Mié Sep 18, 2019 10:18 am

¡ Saludos a tod@s !

El otro día estuve leyendo un artículo de Adam Tooze y que supone una especie de compendio de su tesis central en el libro "The Wages of Destruction" que aporta un enfoque nuevo al que se comenta aquí.

El artículo se llama "Arming the Reich" y es de 2006. Bien, la tesis central es que al revés de lo que muchos piensan el Reich de Hitler estaba tremendamente movilizado para la guerra. De hecho las estadísticas hacen suponer que para 1943 el III Reich estaba más movilizado incluso que la URSS de Stalin.

Las bajas cifras de producción en algunos artículos bélicos básicos como carros de combate o aviones son explicadas mediante una serie de circunstancias tecnológicas, de concentración de producción en otros (en particular munición) más que en la posible ineficiencia política del régimen nazi.

En una próxima entrega explicaré en detalle la tesis de Tooze.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por José Luis » Jue Sep 19, 2019 8:41 am

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Jue Sep 19, 2019 4:43 pm

¡ Saludos a tod@s !

Bueno, doy las gracias a Jose Luis por adelantarse y proveer del enlace del artículo en cuestión... :) :) :)

Para quien no quiera leérselo entero o bien tenga dificultades con el inglés voy a realizar una serie de pequeño resumen. Como quiera que a pesar de todo es de cierta extensión, lo voy a enviar en varias entregas:


Parte I: Arming the Reich de Adam Tooze
Al margen de un análisis y crítica a las fuentes estadísticas disponibles, que sorprendentemente son las mismas para casi todos los autores, Adam Tooze comenta la falta de estadísticas en algunos períodos debido a la destrucción de documentos, en particular de la Luftwaffe.

La inversión y gastos en el esfuerzo armamentístico, algunos de los cuales fueron enmascarados, fueron muy considerables. En 1938 suponían nada menos que el 20% del PIB de la economía alemana.

El debate entre historiadores ha sido largo y todavía no se ha llegado a un consenso total sobre cual fue el esfuerzo y sobre todo la determinación política del régimen hitleriano en el rearme. Hay varias teorías que resumiré a continuación:

a) Milward: alrededor de 1965 Milward arguyó que el régimen nazi había realizado una movilización lenta e ineficiente de los recursos económicos. Esta teoría en general ha quedado superada por las teorías de:

b) Richard Overy y Rolf-Dieter Müller: la argumentación es que MIlward no supo ver las inconsistencias estadísticas y que el régimen había movilizado todos los recursos y que las relativas bajas cifras de producción eran el resultado de la ineficiencia del régimen y como eran tomadas las decisiones por Hitler y sus esbirros.

c) Mason: en paralelo a la anterior, Mason propuso que el régimen nazi navegaba hacia una crisis económica gigantesca debido al esfuerzo armamentístico y que escapó de la misma lanzándose a una guerra mundial en 1939. Overy por el contrario arguye que el régimen se estaba preparando para una guerra en 1941-42 y que el desencadenamiento de la guerra fue producto de una falta de cálculo político de Hitler pensando que Francia y Gran Bretaña no se lanzarían a la guerra por proteger Polonia.

El régimen nazi desplegó además una flexibilidad mayor de la que se pensaba adaptando su esfuerzo económico en el rearme a medida que se encontraba con cuellos de botella financieros, en particular de divisas extranjeras. Tanto en 1936 como en 1938 el régimen aflojó el ritmo insostenible que se seguía para que la economía pudiera exportar y generar las divisas imprescindibles para continuar el rearme. Además se consiguió mediante la introducción de una serie de controles financieros, bancarios y administrativos la práctica el control total de las divisas generadas y su racionamiento y asignación a los sectores considerados vitales. No obstante en esta fase faltan datos que permitan justificar tanto una teoría como otra.

Producción de munición
Por contra cuando se analizan las cifras de las que se dispone, emerge una realidad diferente. La literatura se concentra mucho en la producción de tanques, aviones, vehículos y buques pero apenas hay mención a la munición. Pese a que la imaginación popular centra el esfuerzo productivo de la Primera Gran Guerra en la munición, la realidad es que la munición en la II Guerra Mundial tenía una importancia incluso mayor. No sólo se había producido un avance tecnológico que hacía que la artillería fuera más mortífera que en la I Guerra Mundial si no que la generalización de armas automáticas forzaba a producir cantidades mucho mayores. La puesta en escena de la aviación con grandes consumos de bombas, etc, aumentaba aún más si cabe los requerimientos de munición.

De hecho durante toda la guerra, la munición de artillería supone el doble -y en algunos momentos- más del triple del esfuerzo productivo alemán en fabricación de tanques. ¿Y por qué ? Pues porque incluso la blitzkrieg germana necesitaba cantidades masivas de munición de artillería, de ametralladoras y de bombas de aviación.

Aquí, hago un inciso para un comentario personal mío. Durante la primera parte de la guerra germano-soviética, los alemanes a pesar de contar con menos piezas de artillería, contaban con mayor cantidad de munición. Los soviéticos eran capaces de producir una cantidad inimaginable de piezas de artillería y morteros, ahora bien, no disponían de la munición que disponían los alemanes. La solución soviética fue racionar la munición y priorizar los frentes en los que había una actividad ofensiva o defensiva importante. Los frentes estáticos eran dejados con cupos de munición que hubieran sido considerados por los alemanes u otros países occidentales como totalmente insuficientes.

El escenario se complicaría cuando la guerra en Rusia se estanca y se sigue necesitando una cantidad masiva de munición así como entra la guerra aérea estratégica lo que fuerza a los alemanes a fabricar gran cantidad de cañones antiaéreos y una cantidad prodigiosa de munición para servirlos.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Lun Sep 23, 2019 4:40 pm

Parte II: Arming the Reich de Adam Tooze

Producción aeronáutica
El segundo gran bloque de argumentación tiene que ver con la aviación. Dejo de lado un análisis del autor -con análisis de correlación estadística incluido- sobre la consistencia de los datos y la comparativa con los datos de la industria británica de la época por no venir muy a cuento del tema que nos ocupa.

La afirmación de que se produjo un aumento enorme de producción -y productividad- con el advenimiento de Speer como ministro de armamentos es desmontada por el autor. Afirma que fue básicamente un ejercicio de propaganda de Speer y sus tecnócratas. En particular que los contratos a la industria bélica se fijaban en base a al coste suministrado por la industria más un cierto margen. Esto hubiera sido una invitación a la ineficiencia más absoluta pues el estado estaría pagando los costes dictados por la industria que no hubiera estado incentivada a reducirlos -y por tanto aumentar la productividad- sino todo lo contrario. Aunque en la maraña de estadísticas y en la tremenda maraña burocrática nazi hubiera lugar para no pocas corruptelas, lo cierto es que los datos subrayan lo contrario, que la productividad fue aumentando y los costes efectivos fueron reducidos en general.

Cuando se realiza el análisis de producción teniendo en cuenta el peso del fuselaje se ve que la proporción de bombarderos ligeros, pesados, cazas y otros aparatos se mantuvo muy constante hasta abril de 1944 cuando la tremenda ofensiva aérea aliada forzó a la Luftwaffe a volcarse en la fabricación de cazas en detrimento de otros aparatos.

La evolución en asignación de recursos a la Luftwaffe no estuvo exenta de incidencias. Aunque en principio se asignaron recursos con abundancia en detrimento de la Marina o del Ejército la crisis de la balanza de pagos hizo que en 1937 se tuvieran que recortar los recursos que recibía la Luftwaffe incluyendo el acero. En 1939 la Luftwaffe se lanzó a un programa enorme de producción del Ju 88 como bombardero ligero y del Me 109 como caza que debían formar el esqueleto de la Luftwaffe en la nueva contienda mundial.

¿Cómo interpreta Tooze la baja cifra de producción en el aproximadamente año y medio entre la victoria en Francia y bien entrado 1942 ? Frente a la narrativa tradicional de Milward, Overy y Müller explicando este fracaso productivo debido a la desorganización, la interpretación de Tooze es que la Luftwaffe se vió forzada a un reestructuración tecnológica debido al fracaso de la Batalla de Inglaterra y sobre todo la preparación para la gigantesca invasión de Rusia. Se crearon literalmente docenas de fábricas y cientos de miles de operarios fueron incorporados a la industria aeronáutica. La batalla de Inglaterra había puesto de relieve que se necesitaban máquinas con mejores prestaciones. Ahora bien los largos plazos de desarrollo de nuevos aviones, su puesta en fabricación con todo el modelaje, máquinas herramienta que esto implicaba, es la explicación de que no fuera hasta 1942-43 cuando se vieron los frutos de esta gigantesca inversión y relocalización tecnológica. La industria además necesitaba el concurso de numerosos proveedores que no conocían las prioridades estratégicas del programa aeronáutico y que obviamente seguían sus propias prioridades e intenciones. En suma la incertidumbre tecnológica jugó según Tooze un papel más importante que la ineficiencia del régimen.

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José Luis
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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por José Luis » Mar Sep 24, 2019 8:19 am

¡Hola a todos!
Schwerpunkt escribió: En suma la incertidumbre tecnológica jugó según Tooze un papel más importante que la ineficiencia del régimen.
Yo no estoy de acuerdo con esta conclusión de Tooze. La "incertidumbre tecnológica" viene determinada en gran parte por la estrategia previamente adoptada, y en el Tercer Reich la estrategia fue fallida de raíz. Tomemos el caso de la Luftwaffe. Es sabido que cualquier proyecto aeronáutico requiere su tiempo y conlleva sus dificultades varias, desde su diseño hasta su producción en serie. Ahora bien, tiempo y dificultades varias pueden multiplicarse cuando están ausentes una estrategia acertada y un liderazgo capacitado, y esto fue lo que sucedió en la Luftwaffe ya años antes de comenzada la guerra.

Una estrategia irreal (guerra corta) y un liderazgo incapaz tras la muerte de Weber (Kesselring y Jeschonnek, al margen de Göring) desdeñaron el desarrollo de una fuerza aérea estratégica en favor de una fuerza aérea táctica. Y un liderazgo técnico a cargo de un incompetente como Ernst Udet, el mayor defensor de la prevalencia del bombardeo en picado, condujo a un colapso virtual en la producción de armamento nuevo. Es sintomático de este colapso que Udet se suicidara en el otoño de 1941 y Jeschonnek en el verano de 1943.

La "incertidumbre tecnológica" de 1940-1942 fue fruto principal de un liderazgo ineficiente por incapaz y desacertado. No habría existido, o existiría en un grado y alcance muchísimo menores, si el liderazgo de la Luftwaffe hubiera hecho sus deberes desde 1936.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Mié Sep 25, 2019 1:33 pm

Estimado Jose Luis:
José Luis escribió:
Mar Sep 24, 2019 8:19 am
La "incertidumbre tecnológica" de 1940-1942 fue fruto principal de un liderazgo ineficiente por incapaz y desacertado. No habría existido, o existiría en un grado y alcance muchísimo menores, si el liderazgo de la Luftwaffe hubiera hecho sus deberes desde 1936.
Aunque estoy de acuerdo contigo, déjame que termine la exposición -me quedan uno o dos bloques temáticos más- Al final haré una serie de comentarios y crítica sobre la argumentación de Tooze.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Mié Sep 25, 2019 3:56 pm

Parte III. Arming the Reich de Adam Tooze.

Producción naval

El comienzo de la guerra cogió a la Kriegsmarine mal preparada para el gigantesco conflicto que se le venía encima. Tenía pocos buques de línea y de ellos muchos se encontraban en construcción. Además había pocos submarinos aprestados y en cualquier modo muy pocos para poder interferir en el tráfico marítimo británico. A partir de 1938 se identifica claramente a Gran Bretaña como el adversario principal y con ello la necesidad imperiosa de contar con una marina capaz de una cierta capacidad de respuesta contra la Royal Navy; por estas fechas se redacta el ambicioso plan Z de la Kriegsmarine. Sin embargo en el año y medio entre principios de 1938 y el comienzo de la guerra la producción quedó estancada. Más que en ninguna otra arma, los resultados productivos navales estancados entre muestran la disparidad entre la retórica oficial y las posibilidades de la limitada capacidad de los astilleros alemanes. Sólo se consiguió un cierto aumento productivo tras septiembre de 1939 a base de restringir la producción de otros buques (sobre todo mercantes)

Además la marina sufría el problema de una producción de plazos muy largos además de una cuantiosa inversión. Un acorazado de la clase Bismark costaba 4 ó 5 años de producir y unos 200 mill. de RM. Con esa cifra se podrían fabricar 2.500 aviones de caza. Incluso buques mucho más pequeños como el submarino Mark VII estándar de la Kriegsmarine costaba 10 meses y la cifra de 2.5 mill. de RM.

A pesar del abandono del plan Z nada más comenzada la guerra, la limitada capacidad de los astilleros alemanes junto a los largos plazos de entrega determinó que a pesar de que se lanzara un plan muy ambicioso para producir submarinos, éste no empezara a dar frutos hasta bien avanzado 1941. E incluso esto se consiguió sólo a base de detener la fabricación de buques mercantes y buques de línea (cruceros en adelante) y la generosa asignación de acero y mano de obra. La ganancia de productividad fue también notable y del orden del 20-25% con el submarino estándar Mark VII del cual se fabricarían 1.100 buques entre 1942 y 1940.

La derrota de la Kriegsmarine llegó antes que al resto de las otras armas. En mayo de 1943 enfrentados a unas pérdidas insuperables, el almirante Dönitz retiró a los submarinos de los sectores principales de la batalla del Atlántico. Aunque se hundirían todavía cantidades considerables de buques mercantes aliados, la batalla del Atlántico había sido decisivamente ganada por los aliados. Lo que ocurrió después es que Speer cogió las riendas de la producción naval y la concentró en el revolucionario submarino Mark XXI. Se adoptó una estrategia de fabricación por módulos y secciones para acortar los plazos de entrega. A pesar de las altas cifras de producción la realidad es que este tipo de producción estuvo plagada por problemas de calidad al contratar a muchos proveedores sin experiencia en la fabricación naval. A pesar del gigantesco esfuerzo realizado tan sólo 2 de los 119 construidos se hicieron a la mar en patrullas de guerra. Otros 60 submarinos XXIII más pequeños fueron construidos igualmente pero apenas lograron hundir buques aliados. Por tanto la influencia en el conflicto de los nuevos submarinos fue nula. No se intentó el detener el programa de fabricación de submarinos para asignar recursos a otras armas.

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Re: El rearme alemán: Klein-Taylor y la respuesta de Overy

Mensaje por Schwerpunkt » Vie Sep 27, 2019 5:20 pm

Arming the Reich por Adam Tooze

Parte IV: Producción bélica terrestre

Según A. Tooze se produjo una gigantesca inversión en material bélico durante toda la historia del III Reich si bien con diversas fluctuaciones en especial con la crisis de divisas de 1938. La producción aumentó sin cesar hasta los meses finales de 1944 aunque se puede ver un período de estancamiento entre el verano de 1940 y principios de 1942. Es este período de algo más de año y medio en el climax de las victorias alemanas en Europa donde la historiografía no ha logrado una interpretación definitiva del porqué y que suscita muchas teorías e investigación a la par.

La tesis de Milward es que Hitler eligió deliberadamente una movilización incompleta de la economía, más adelante Overy y Müller concluyeron que la razón fue la incompetencia, ineficacia del régimen junto a una falta de dirección estratégica clara. Tooze por el contrario argumenta que cuando se desagregan las cifras mensuales de los principales indicadores, no hay una movilización parcial o un empleo ineficiente de los recursos, si no todo lo contrario. Para comprender el proceso hay que entender que gran parte de la producción bélica del ejército de tierra estuvo concentrada en la munición. Entre la campaña de Polonia y la campaña del Oeste en mayo-junio de 1940 se produjo una tremenda concentración de recursos en la producción de munición. De hecho y hasta que la casi increíble victoria germana en la Batalla de Francia cambió la percepción, se esperaba un gigantesco consumo de munición durante varios meses al modo de las gigantescas batallas de artillería de la Gran Guerra. Al producirse la gran -y en gran medida no esperada por rápida- victoria se produjo en el verano de 1940 una drástica relocalización de recursos. Hay según él un claro redireccionamiento estratégico, disminuyendo la producción de munición y redirigiendo esos recursos a la fabricación de vehículos, tanques, aviones y buques de guerra -sobre todo submarinos- Así pues el personal empleado en fábricas de munición pasó de 620.000 personas a 1 de abril de 1940 a 408.000 a 1 de agosto del mismo año. Pero ese personal no regresó a la economía civil sino que fue absorbido por otras empresas bélicas.

Tooze concede en que un cambio tan brusco en las prioridades hizo que la productividad industrial descendiera al no maximizar planta industrial y en general por la dislocación que producía una súbita reasignación de recursos (mano de obra, acero, etc) Además esta reorientación facilitaba el que la economía pudiera exportar a sus aliados y países neutrales próximos para conseguir las materias primas necesarias. Esto era necesario según su argumentación para luchar dos guerras a la vez, la campaña relámpago contra la URSS y la batalla aérea y naval de desgaste contra Gran Bretaña y EE.UU.

Vale la pena saber que Speer inicialmente sólo dirigió la producción de armamentos del ejército de tierra a partir de febrero de 1942 pero la naval quedó fuera de su jurisdicción hasta el verano de 1943, cuando la Batalla del Atlántico ya estaba completamente perdida. Speer lanzó una campaña de propaganda muy centrada en dos categorías muy susceptibles de levantar entusiasmo como los tanques y las locomotoras. Se había comenzado un gran programa de producción de locomotoras tras el desastroso primer invierno en Rusia y la debâcle que había sufrido el Reichsbahn. Posteriormente se creó un circo publicitario alrededor de los tanques, incluyendo como no a los famosos Panther y Tiger hacia el verano de 1943. La realidad es que en ese momento la producción de aviones era siete veces más importante que los tanques y la munición nada menos que cuatro. O sea que la munición seguía siendo el elemento más importante en la producción relegando a los tanques y cañones de asalto a un modesto tercer lugar.

¿Y cual fue según Tooze los factores que motivaron ese crecimiento ? Pues básicamente una generosa asignación de mano de obra, acero y otros insumos así como la gran cantidad de planta industrial que se había creado en silencio entre 1940 y 1942 quitándole importancia al esfuerzo organizador de Speer. La labor de Speer fue sin duda positiva pero en realidad las bases para ese crecimiento se habían puesto antes de su nombramiento y gran parte de sus méritos no pasan del puro ejercicio propagandístico. El crecimiento de la productividad y las economías de escala dependían en último término de la acumulación y concentración de factores productivos. De hecho según Tooze, el régimen demostró una considerable flexibilidad y capacidad organizativa en súbitos cambios estratégicos en la industria bélica en el verano de 1940 por efecto de la victoria en Francia y a su vez a principios de 1942 tras la catástrofe en Rusia.

En la próxima entrega haré unos comentarios sobre la tesis de Tooze en relación a los otros enfoques.

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