La economía de guerra italiana 1940-43
Publicado: Jue Oct 07, 2010 2:03 am
Muchos se han preguntado que desempeño y posibilidades hubieran tenido las fuerzas armadas italianas si hubieran estado respaldadas por un armamento moderno y en cierta abundancia. Gran parte de las derrotas italianas se explican ante la tesitura de unas fuerzas armadas en general poco motivadas y que tuvieron que vérselas con unos adversarios dotados de armamento mas potente y moderno. Por supuesto no es esta la única explicación a la derrota de Italia en el lado del Eje pero si proporciona una primera aproximación al estudio de porqué se llegó a esta situación.
Veremos como el pobre y escaso desempeño de la economía de guerra italiana durante el período 1940-43 tuvo como consecuencia que sus fuerzas armadas no pudieran luchar en condiciones decentes en una guerra que por otra parte era muy difícil que ganaran.
¿Por qué Italia que era una de las potencias mayores del momento tuvo una producción bélica tan escasa, tan pobre, de poca calidad y baja tecnología respecto a las posibilidades que daba ser en teoría la séptima potencia industrial del mundo ?
Ya veremos que las explicaciones a tan pobre resultado son variadas y algunas de ellas están interconectadas.
Para comenzar comprendiendo la situación de partida habría que echar un vistazo a la situación de la economía italiana de preguerra.
Italia había adquirido una cierta base industrial en el curso de la I Guerra Mundial que le posibilitó fabricar gran parte del armamento con el que luchó en la misma. La industria italiana de la época fue capaz de fabricar aeroplanos, artillería y vehículos en grandes cantidades. Junto a los suministros británicos y franceses pudo pues luchar en condiciones de paridad tecnológica contra sus contrarios austrohúngaros y alemanes.
Ese gran desarrollo industrial durante la guerra ocultaba una serie de carencias que se iban a revelar en toda su crudeza nada mas terminar el conflicto. En primer lugar el desarrollo industrial había sido fundamentalmente en industrias de armamento e ingeniería de las cuales no había una gran necesidad una vez se declaró la paz. En segundo lugar muchas de las empresas eran de pequeño tamaño y con dificultades para sobrevivir en un entorno económico que empezaba a demandar una cierta competitividad en los años veinte. Como contraejemplo, Alemania a pesar de todos sus problemas políticos y económicos era una economía que exportaba muchos de los productos industriales que fabricaba, cosa que no ocurría con la economía italiana. La crisis de 1929 sólo añadió problemas a unas industrias que ya arrastraban dificultades.
Durante los años veinte y treinta, el régimen fascista tuvo que involucrarse en una serie de operaciones de rescate de muchas de estas empresas en dificultades. Mediante la nacionalización, inyección de capital y entrada en los consejos de administración hasta la dependencia mediante contratos de suministro exclusivos con el estado, muchas de las empresas incluyendo varios bancos pasaron a estar en la órbita estatal.
Las aventuras bélicas de Mussolini durante los años treinta, en particular en Abisinia y en España dieron una impresión falsa del poder bélico italiano. En el primer país invadido con “nocturnidad y alevosía” las fuerzas italianas lucharon contra un adversario sin prácticamente armamento, medios ni industria. Así por ejemplo los abisinios contaban con doce aviones de los cuales sólo tres eran operativos (1) Unicamente el terreno, las limitaciones logísticas y la valiente defensa que libraron los abisinios hizo que el conflicto se alargara desde octubre de 1935 hasta mayo de 1936.
Por el contrario en España, los italianos libraron una guerra donde su adversario sufría de graves problemas de organización y cohesión interna así como intermitentes problemas de suministro. El bando de Franco necesitaba desesperadamente suministros y material bélico con lo que todo lo que fue suministrado en un generoso esquema de crédito fue muy bien recibido. Así y todo las fuerzas italianas sufrieron algún que otro susto como la Batalla de Guadalajara donde se puso de manifiesto que el material italiano y su entrenamiento táctico no eran tan brillantes como parecía.
En realidad lo que ponía de manifiesto estos dos conflictos es que Italia se las arreglaba bien en una guerra colonial como la de Abisinia mientras que su supuesta superioridad no era tan grande como parecía contra un contrincante dotado de armas modernas. Parte de esa falsa ilusión provenía del hecho de haberse enfrentado sólo a países de tercera fila. Pero la guerra que se avecinaba se iba a librar contra unos contrincantes colosales.
¿Cuál era el tamaño de la economía italiana respecto a sus futuros oponentes y aliados?
Veamos en esta tabla cuales eran las poblaciones y PIB de cada uno de los países que iban a entrar en la contienda:
Notas:
1) Todos los datos hacen referencia a las fronteras internacionales de 1938.
2) El PIB (Producto Interior Bruto) está calculado en Dólares ($) a precios de 1990.
3) El PIB por habitante es el cociente de la población total y el PIB
4) Se han desagregado los territorios coloniales para no sesgar las cifras.
5) Por error se han desagregado los datos correspondientes a Austria que están incluídos en los del epígrafe "Alemania y Austria"
Fuente: Tabla de elaboración propia a partir de las tablas del libro: Mark Harrison “The Economics of World War II: An Overview” (Pág. 3 y 7) Cambridge University Press 1998.
Aquí están las cifras y ellas hablan por sí solas de la debilidad estructural de la Italia fascista…
La Italia fascista era la potencia más débil de las siete listadas con cierta diferencia. No sólo su PIB era mucho menor que el de sus enemigos en 1940 como el Reino Unido, Francia y de sus futuros enemigos en 1941 como la URSS y EEUU sino que la contribución realizada por sus territorios coloniales conseguidos con tanto esfuerzo con tanto esfuerzo era despreciable. No sólo los territorios coloniales suponían una carga para el erario italiano sino que además no producían prácticamente ninguna materia prima de interés. El petróleo libio aunque descubierto en los años treinta no se comenzó a explotar hasta finales de los años cincuenta y principio de los sesenta. En general las poblaciones nativas eran o bien hostiles a los italianos como los abisinios o mas bien refractarios como los libios.
Desde un punto de vista económico la adquisición de los territorios coloniales había sido netamente ruinoso. No sólo no se obtenía ningún fruto económico de importancia en su explotación sino que los gastos militares derivados de su ocupación así como los proyectos de colonización eran claramente ruinosos. Las aventuras militares en España y en Abisinia se tradujeron paradójicamente en unas partidas de gasto tremendas que drenaban los recursos financieros que podían modernizar las fuerzas armadas.
Italia lo quisieran sus líderes o no y pese a su población comparable a la Francia o Reino Unido era un país retrasado en términos de renta. Era pues una nación relativamente "pobre" y que no podía acudir al tamaño absoluto de su economía como la URSS para paliar este desequilibrio.
Italia era además una nación tremendamente pobre en materias primas. Aunque en general todas las naciones del Eje sufrían de este talón de Aquiles de una manera u otra, Italia la padecía en forma aguda. El territorio metropolitano no producía cantidades apreciables de mineral de hierro, petróleo, carbón, minerales ferrosos y no ferrosos. Veamos la siguiente tabla con las producciones en 1937.
Notas:
1) Todas las cifras son miles de t métricas. Las cantidades de mineral indican la cantidad equivalente en metal.
2) Las cifras son las producciones en territorios metropolitanos sin incluir producción en mandatos, protectorados, dominios o colonias .
3) Las cifras del carbón corresponden a la hulla sin incluir el lignito.
4) Las cifras correspondientes a la Gran Alemania incluyen las cifras de producción de Alemania, Austria y Checoslovaquia así como del territorio del Sarre, teóricamente dasagregado en las estadísticas de la Sociedad de las Naciones de la época.
Fuente: Tabla de elaboración propia a partir de las estadísticas de la Sociedad de las Naciones 1929-1938.
Podemos ver que Italia carecía de prácticamente todas las materias primas de importancia a excepción de zinc y una cierta cantidad –en cualquier caso pequeña- de cobre y plomo. Por no cargar demasiado la tabla no hemos incluido otros metales empleados en aleaciones como el níquel, molibdeno, manganeso, wolframio, cromo, estaño en los cuales la carencia de Italia era total.
Además no contaba con producción de fosfatos, vitales para la agricultura, ni prácticamente con sales potásicas. Los únicos minerales disponibles en una abundancia relativa eran el antimonio, mercurio, piritas y azufre. Tenía yacimientos apreciables de bauxita, indispensable para la producción de aluminio, aunque como veremos mas tarde, no supuso casi ninguna ventaja. Los territorios coloniales como Libia y Abisinia no producían ni una sóla materia de importancia. La tardía ocupación de Albania tan sólo reportó unos microscópicos yacimientos petrolíferos que ninguna diferencia podían hacer en el cuadro general de la economía.
Para mas inri, los territorios coloniales de sus oponentes, en particular Reino Unido y Francia eran tremendamente vastos y poseían una enorme riqueza de materias primas variadas lo que posibilitaba un conflicto prolongado.
Continuará…
(1) David Nicolle: The Italian Invasion of Abyssinia 1935-36 (Pág. 24) Osprey Publishing.
Veremos como el pobre y escaso desempeño de la economía de guerra italiana durante el período 1940-43 tuvo como consecuencia que sus fuerzas armadas no pudieran luchar en condiciones decentes en una guerra que por otra parte era muy difícil que ganaran.
¿Por qué Italia que era una de las potencias mayores del momento tuvo una producción bélica tan escasa, tan pobre, de poca calidad y baja tecnología respecto a las posibilidades que daba ser en teoría la séptima potencia industrial del mundo ?
Ya veremos que las explicaciones a tan pobre resultado son variadas y algunas de ellas están interconectadas.
Para comenzar comprendiendo la situación de partida habría que echar un vistazo a la situación de la economía italiana de preguerra.
Italia había adquirido una cierta base industrial en el curso de la I Guerra Mundial que le posibilitó fabricar gran parte del armamento con el que luchó en la misma. La industria italiana de la época fue capaz de fabricar aeroplanos, artillería y vehículos en grandes cantidades. Junto a los suministros británicos y franceses pudo pues luchar en condiciones de paridad tecnológica contra sus contrarios austrohúngaros y alemanes.
Ese gran desarrollo industrial durante la guerra ocultaba una serie de carencias que se iban a revelar en toda su crudeza nada mas terminar el conflicto. En primer lugar el desarrollo industrial había sido fundamentalmente en industrias de armamento e ingeniería de las cuales no había una gran necesidad una vez se declaró la paz. En segundo lugar muchas de las empresas eran de pequeño tamaño y con dificultades para sobrevivir en un entorno económico que empezaba a demandar una cierta competitividad en los años veinte. Como contraejemplo, Alemania a pesar de todos sus problemas políticos y económicos era una economía que exportaba muchos de los productos industriales que fabricaba, cosa que no ocurría con la economía italiana. La crisis de 1929 sólo añadió problemas a unas industrias que ya arrastraban dificultades.
Durante los años veinte y treinta, el régimen fascista tuvo que involucrarse en una serie de operaciones de rescate de muchas de estas empresas en dificultades. Mediante la nacionalización, inyección de capital y entrada en los consejos de administración hasta la dependencia mediante contratos de suministro exclusivos con el estado, muchas de las empresas incluyendo varios bancos pasaron a estar en la órbita estatal.
Las aventuras bélicas de Mussolini durante los años treinta, en particular en Abisinia y en España dieron una impresión falsa del poder bélico italiano. En el primer país invadido con “nocturnidad y alevosía” las fuerzas italianas lucharon contra un adversario sin prácticamente armamento, medios ni industria. Así por ejemplo los abisinios contaban con doce aviones de los cuales sólo tres eran operativos (1) Unicamente el terreno, las limitaciones logísticas y la valiente defensa que libraron los abisinios hizo que el conflicto se alargara desde octubre de 1935 hasta mayo de 1936.
Por el contrario en España, los italianos libraron una guerra donde su adversario sufría de graves problemas de organización y cohesión interna así como intermitentes problemas de suministro. El bando de Franco necesitaba desesperadamente suministros y material bélico con lo que todo lo que fue suministrado en un generoso esquema de crédito fue muy bien recibido. Así y todo las fuerzas italianas sufrieron algún que otro susto como la Batalla de Guadalajara donde se puso de manifiesto que el material italiano y su entrenamiento táctico no eran tan brillantes como parecía.
En realidad lo que ponía de manifiesto estos dos conflictos es que Italia se las arreglaba bien en una guerra colonial como la de Abisinia mientras que su supuesta superioridad no era tan grande como parecía contra un contrincante dotado de armas modernas. Parte de esa falsa ilusión provenía del hecho de haberse enfrentado sólo a países de tercera fila. Pero la guerra que se avecinaba se iba a librar contra unos contrincantes colosales.
¿Cuál era el tamaño de la economía italiana respecto a sus futuros oponentes y aliados?
Veamos en esta tabla cuales eran las poblaciones y PIB de cada uno de los países que iban a entrar en la contienda:
Notas:
1) Todos los datos hacen referencia a las fronteras internacionales de 1938.
2) El PIB (Producto Interior Bruto) está calculado en Dólares ($) a precios de 1990.
3) El PIB por habitante es el cociente de la población total y el PIB
4) Se han desagregado los territorios coloniales para no sesgar las cifras.
5) Por error se han desagregado los datos correspondientes a Austria que están incluídos en los del epígrafe "Alemania y Austria"
Fuente: Tabla de elaboración propia a partir de las tablas del libro: Mark Harrison “The Economics of World War II: An Overview” (Pág. 3 y 7) Cambridge University Press 1998.
Aquí están las cifras y ellas hablan por sí solas de la debilidad estructural de la Italia fascista…
La Italia fascista era la potencia más débil de las siete listadas con cierta diferencia. No sólo su PIB era mucho menor que el de sus enemigos en 1940 como el Reino Unido, Francia y de sus futuros enemigos en 1941 como la URSS y EEUU sino que la contribución realizada por sus territorios coloniales conseguidos con tanto esfuerzo con tanto esfuerzo era despreciable. No sólo los territorios coloniales suponían una carga para el erario italiano sino que además no producían prácticamente ninguna materia prima de interés. El petróleo libio aunque descubierto en los años treinta no se comenzó a explotar hasta finales de los años cincuenta y principio de los sesenta. En general las poblaciones nativas eran o bien hostiles a los italianos como los abisinios o mas bien refractarios como los libios.
Desde un punto de vista económico la adquisición de los territorios coloniales había sido netamente ruinoso. No sólo no se obtenía ningún fruto económico de importancia en su explotación sino que los gastos militares derivados de su ocupación así como los proyectos de colonización eran claramente ruinosos. Las aventuras militares en España y en Abisinia se tradujeron paradójicamente en unas partidas de gasto tremendas que drenaban los recursos financieros que podían modernizar las fuerzas armadas.
Italia lo quisieran sus líderes o no y pese a su población comparable a la Francia o Reino Unido era un país retrasado en términos de renta. Era pues una nación relativamente "pobre" y que no podía acudir al tamaño absoluto de su economía como la URSS para paliar este desequilibrio.
Italia era además una nación tremendamente pobre en materias primas. Aunque en general todas las naciones del Eje sufrían de este talón de Aquiles de una manera u otra, Italia la padecía en forma aguda. El territorio metropolitano no producía cantidades apreciables de mineral de hierro, petróleo, carbón, minerales ferrosos y no ferrosos. Veamos la siguiente tabla con las producciones en 1937.
Notas:
1) Todas las cifras son miles de t métricas. Las cantidades de mineral indican la cantidad equivalente en metal.
2) Las cifras son las producciones en territorios metropolitanos sin incluir producción en mandatos, protectorados, dominios o colonias .
3) Las cifras del carbón corresponden a la hulla sin incluir el lignito.
4) Las cifras correspondientes a la Gran Alemania incluyen las cifras de producción de Alemania, Austria y Checoslovaquia así como del territorio del Sarre, teóricamente dasagregado en las estadísticas de la Sociedad de las Naciones de la época.
Fuente: Tabla de elaboración propia a partir de las estadísticas de la Sociedad de las Naciones 1929-1938.
Podemos ver que Italia carecía de prácticamente todas las materias primas de importancia a excepción de zinc y una cierta cantidad –en cualquier caso pequeña- de cobre y plomo. Por no cargar demasiado la tabla no hemos incluido otros metales empleados en aleaciones como el níquel, molibdeno, manganeso, wolframio, cromo, estaño en los cuales la carencia de Italia era total.
Además no contaba con producción de fosfatos, vitales para la agricultura, ni prácticamente con sales potásicas. Los únicos minerales disponibles en una abundancia relativa eran el antimonio, mercurio, piritas y azufre. Tenía yacimientos apreciables de bauxita, indispensable para la producción de aluminio, aunque como veremos mas tarde, no supuso casi ninguna ventaja. Los territorios coloniales como Libia y Abisinia no producían ni una sóla materia de importancia. La tardía ocupación de Albania tan sólo reportó unos microscópicos yacimientos petrolíferos que ninguna diferencia podían hacer en el cuadro general de la economía.
Para mas inri, los territorios coloniales de sus oponentes, en particular Reino Unido y Francia eran tremendamente vastos y poseían una enorme riqueza de materias primas variadas lo que posibilitaba un conflicto prolongado.
Continuará…
(1) David Nicolle: The Italian Invasion of Abyssinia 1935-36 (Pág. 24) Osprey Publishing.