¡Saludos a todos!
Tal como comenta Mannerheim a la hora de hacer comparaciones tenemos que escoger una magnitud de medida. Esta no es que sea perfecta pero sirve como herramienta para efectuar estudios y comparaciones. El hecho de que el PIB de una economía conste de muchos carros de combate o submarinos y pocos frigoríficos o joyas es en principio a efectos macroeconómicos irrelevante, lo que cuenta es si esa economía es capaz de hacer esa transición de producir bienes de consumo o de capital a artefactos bélicos con la menor distorsión posible.
En la II Guerra Mundial economías como la del Japón o la del III Reich estaban fuertemente orientadas a la producción de material bélico a pesar de que sus tamaños absolutos –en especial el del Japón- fueran economías de segundo orden e incluso con graves problemas de materias primas e incluso tecnología. Sin embargo eran economías ya fuertemente movilizadas donde casi toda la planta industrial y recursos estaban en funcionamiento y que estaban ya fuertemente "sobrecalentadas" con una proporción importante del PIB dedicado a fines bélicos.
Aunque creo que nos desviemos de la cuestión a tratar que es la economía de EE.UU. y no la de Alemania, lo que subyace en el fondo es por un lado el tamaño absoluto de una economía y sus posibilidades de crecimiento y por otra la fracción que de todos los recursos económicos, bienes y servicios son dedicados a la economía de guerra.
El primer apartado es relativamente fácil de medir y los resultados mensurables en unidades monetarias con todas las reservas que tengamos para resultados que muchas veces son estimaciones -por ejemplo cuando se hacen estimaciones del PIB a factores coste porque no se dispone de estadísticas válidas- si permiten una visión mas o menos cercana a la real.
El tercer apartado de la fracción de la economía bélica respecto a la total es también relativamente fácil de medir y analizar por cuanto de lo que se trata es de clasificar y cuantificar el porcentaje de recursos invertidos de manera directa o indirecta en la guerra.
El segundo apartado como habréis adivinado es el mas peliagudo. La pregunta es ¿qué es lo que hace que una economía como la norteamericana o alemana crezca? Puede ser desde la simple adición de factores o de movilización de factores que en un momento dado estaban ociosos y el segundo es el crecimiento de la productividad en determinados sectores. De todos ellos el primero y mas simple es en tiempos de una guerra el mas complicado: por un lado millones de hombres que desempeñaban una actividad productiva no están ya insertos en la economía. Además deben de ser mantenidos y suministrados con bienes que en general no tienen nada que ver con la economía productiva. Esta masa de fuerza laboral puede ser reemplazada hasta cierto punto mediante la introducción de mujeres en el mundo laboral, mujeres que no desempeñaban una actividad remunerada. Por tanto y a efectos de una productividad igual la mano de obra va a ser el primer factor limitativo en una economía en guerra. El segundo efecto limitativo puede ser la falta o escasez de materias primas. El hecho de que se logre un mínimo suministro mediante algunos materiales substitutivos, sean gasolinas sintéticas o la explotación de menas minerales de muy baja ley, no oculta el hecho de que muchos procesos sean mucho menos productivos al tener que invertir mas recursos para conseguir lo mismo que en una situación de paz y normalidad.
El ejemplo no sólo es válido en el caso de las materias primas sino en el capital humano: si los mineros de un país han sido movilizados es posible que se puedan reemplazar por voluntarios o prisioneros, sin embargo es evidente que la producción minera sufrirá al ser menos productivos que los trabajadores experimentados que han sido movilizados. De hecho en casi todos los países europeos se produjo una caída acusada de productividad en la minería de carbón y está especialmente documentada en el caso británico y alemán. En el caso soviético no cabe la menor duda que fue así también. El hecho de acudir a expedientes desesperados como la extracción de lignito o la combustión de madera para “liberar” carbón para el uso siderúrgico no oculta el hecho de que esos procesos son intrínsecamente menos productivos.
Es imposible resumir las razones del relativo fracaso de la economía bélica alemana frente a la soviética en un folio pero se pueden adelantar algunos que pueden servir para explicar el éxito de la economía estadounidense. Si me permitís voy a seguir con el símil de la comparación Alemania-URSS:
1) La URSS dedicó desde el principio una fracción mayor de su menguada economía a la producción bélica. Y frente a lo que se pueda pensar la limitación de materias primas si jugó un cierto papel en el primer período de guerra de la desesperada lucha de la Unión Soviética. No porque no se tuvieran materias primas sino porque gran parte de las existentes y disponibles no en forma de reservas sino en explotación se perdieron con la invasión alemana. Se perdieron los mayores yacimientos de carbón y algunos importantes de hierro y manganeso. Y como consecuencia de la pérdida de estos hubo una gran escasez de aluminio que sólo poco a poco y con ayuda angloamericana fue paliada en parte.
2) Alemania dedicó una parte considerable de sus recursos a proyectos que no aportaron al menos inicialmente un mejor suministro de bienes bélicos. Tal como Mannerheim ha apuntado la construcción de la Muralla del Atlántico. Y podemos seguir con otros proyectos faraónicos de valor militar casi nulo como fue el programa de cohetes teledirigidos V1 y V2. Todavía está por ver su coste económico -yo todavía no lo he visto en ninguna obra que haya leído- pero fue quizás el mas costoso después del proyecto de la bomba atómica en EE.UU. como proyecto individual. Incluso proyectos mas "racionales" desde el punto de vista militar como el de los submarinos de turbina Walter -un arma revolucionaria- no tuvieron ningún resultado militar o estratégico al entrar demasiado tarde en servicio operativo. Sin embargo la inversión en recursos fue gigantesca sin contrapartida militar alguna como no fuera el desviar a algunas escuadrones de aviones aliados a bombardear esos objetivos.
3) La Unión Soviética dedicó sus recursos a la producción de un escaso número de armas. Frente a la miríada de modelos de vehículos, aviones, carros de combate y otros equipos militares, los soviéticos se concentraron de manera despiadada en la producción de unos pocos modelos consiguiendo elevadas ganancias de productividad.
Un hecho conocido en la industria es la ganancia de productividad en procesos mediante la curva de aprendizaje, cuanto mas grandes son los lotes o partidas que se fabrican y durante un tiempo mayor se puede mejorar en términos productivos de tiempo y/o materiales. Los ejemplos mas conocidos son los del T-34 o los del Sherman y el Liberty Ship en el caso norteamericano y en el caso alemán el del Me-109. En todos estos casos se logró reducir considerablemente la productividad acortando el tiempo de producción:
Veamoslo en este gráfico por ejemplo donde se computa el número de horas/hombre necesarias para fabricar un Me-109 en una de las mayores fábricas aeronáuticas de Alemania. Pido disculpas por la baja calidad de la imagen…
En el eje horizontal tenemos el número de aparatos producidos y en el eje vertical el número de horas/hombre necesarias para fabricar cada avión. Hay diversos grafos calculando la ganancia de productividad según cálculos alemanes y americanos que prácticamente coinciden. En marzo de 1939 cuando la fábrica comenzó la producción en serie se necesitaban del orden de 12.000 horas/hombre por avión mientras que en abril de 1944 unos 5 años después era de tan sólo unas 2.000 horas/hombre. Hay diversas desviaciones de las curvas anticipadas por las fórmulas y son la introducción de nuevos modelos o mas estrictamente variantes. Es un hecho conocido que los gestores de fábricas que se guían por criterios de producción son muy reacios a destinar recursos, personal y planta industrial a la realización de variantes o modificaciones. La gráfica nos indica como la introducción de variantes como el Me-109 F o el Me-109 G se pagó con pérdidas de producción hasta que se superaron los inconvenientes iniciales y se logró llegar a la productividad deseada.
Bien, esto ilustra de manera clara como la concentración en unos determinados modelos de armamento con el mínimo de variaciones consigue casi en todos los casos ganancias muy importantes de productividad.
El problema es que hay muy pocos estudios de productividad industrial sistemáticos en la economía bélica de la II Guerra Mundial fuera de algún modelo conocido y lo que es peor hay aún menos estudios de productividad sectorial. En este sentido hay que realizar mucha mas investigación y creo que hay bastante campo por delante. Sin embargo y aunque sea una mera aproximación probablemente podemos afirmar que la productividad germana fue en general baja en muchos sectores durante la guerra. Se produjeron mejoras en algunos sectores bajo el mando de Albert Speer pero es difícil desligar lo que es aumento de producción por simple adición de factores o recursos –fundamentalmente detrayéndolos del consumo privado- con el aumento de producción por mejora de productividad.
La productividad además hay que estudiarla en su conjunto y no tan sólo en la industria de ingeniería pesada o aeronáutica bélica. Creo que con toda probabilidad la productividad de la agricultura alemana y soviética descendió así como la minería mientras que está demostrado que la productividad en sectores como la agricultura, manufacturera ligera aumentó en EE.UU. durante la guerra. Se produjo una emigración de la población agrícola con una productividad relativamente baja de los estados del Sur hacia California o el Medio Oeste a industrias u ocupaciones mas productivas. Desde este punto de vista no sólo la economía estadounidense no sufrió las limitaciones de factor trabajo casi insuperables que sufrían sus oponentes germanos y británicos en menor medida sino que además se benefició de mejoras de productividad en casi todos los niveles.
Fuente de la tabla:
Adam Tooze: The Wages of Destruction: The Making & Breaking of the Nazi Economy (Pág. 583) Penguin Books 2007.
Tal como comenta Mannerheim a la hora de hacer comparaciones tenemos que escoger una magnitud de medida. Esta no es que sea perfecta pero sirve como herramienta para efectuar estudios y comparaciones. El hecho de que el PIB de una economía conste de muchos carros de combate o submarinos y pocos frigoríficos o joyas es en principio a efectos macroeconómicos irrelevante, lo que cuenta es si esa economía es capaz de hacer esa transición de producir bienes de consumo o de capital a artefactos bélicos con la menor distorsión posible.
En la II Guerra Mundial economías como la del Japón o la del III Reich estaban fuertemente orientadas a la producción de material bélico a pesar de que sus tamaños absolutos –en especial el del Japón- fueran economías de segundo orden e incluso con graves problemas de materias primas e incluso tecnología. Sin embargo eran economías ya fuertemente movilizadas donde casi toda la planta industrial y recursos estaban en funcionamiento y que estaban ya fuertemente "sobrecalentadas" con una proporción importante del PIB dedicado a fines bélicos.
Aunque creo que nos desviemos de la cuestión a tratar que es la economía de EE.UU. y no la de Alemania, lo que subyace en el fondo es por un lado el tamaño absoluto de una economía y sus posibilidades de crecimiento y por otra la fracción que de todos los recursos económicos, bienes y servicios son dedicados a la economía de guerra.
El primer apartado es relativamente fácil de medir y los resultados mensurables en unidades monetarias con todas las reservas que tengamos para resultados que muchas veces son estimaciones -por ejemplo cuando se hacen estimaciones del PIB a factores coste porque no se dispone de estadísticas válidas- si permiten una visión mas o menos cercana a la real.
El tercer apartado de la fracción de la economía bélica respecto a la total es también relativamente fácil de medir y analizar por cuanto de lo que se trata es de clasificar y cuantificar el porcentaje de recursos invertidos de manera directa o indirecta en la guerra.
El segundo apartado como habréis adivinado es el mas peliagudo. La pregunta es ¿qué es lo que hace que una economía como la norteamericana o alemana crezca? Puede ser desde la simple adición de factores o de movilización de factores que en un momento dado estaban ociosos y el segundo es el crecimiento de la productividad en determinados sectores. De todos ellos el primero y mas simple es en tiempos de una guerra el mas complicado: por un lado millones de hombres que desempeñaban una actividad productiva no están ya insertos en la economía. Además deben de ser mantenidos y suministrados con bienes que en general no tienen nada que ver con la economía productiva. Esta masa de fuerza laboral puede ser reemplazada hasta cierto punto mediante la introducción de mujeres en el mundo laboral, mujeres que no desempeñaban una actividad remunerada. Por tanto y a efectos de una productividad igual la mano de obra va a ser el primer factor limitativo en una economía en guerra. El segundo efecto limitativo puede ser la falta o escasez de materias primas. El hecho de que se logre un mínimo suministro mediante algunos materiales substitutivos, sean gasolinas sintéticas o la explotación de menas minerales de muy baja ley, no oculta el hecho de que muchos procesos sean mucho menos productivos al tener que invertir mas recursos para conseguir lo mismo que en una situación de paz y normalidad.
El ejemplo no sólo es válido en el caso de las materias primas sino en el capital humano: si los mineros de un país han sido movilizados es posible que se puedan reemplazar por voluntarios o prisioneros, sin embargo es evidente que la producción minera sufrirá al ser menos productivos que los trabajadores experimentados que han sido movilizados. De hecho en casi todos los países europeos se produjo una caída acusada de productividad en la minería de carbón y está especialmente documentada en el caso británico y alemán. En el caso soviético no cabe la menor duda que fue así también. El hecho de acudir a expedientes desesperados como la extracción de lignito o la combustión de madera para “liberar” carbón para el uso siderúrgico no oculta el hecho de que esos procesos son intrínsecamente menos productivos.
Es imposible resumir las razones del relativo fracaso de la economía bélica alemana frente a la soviética en un folio pero se pueden adelantar algunos que pueden servir para explicar el éxito de la economía estadounidense. Si me permitís voy a seguir con el símil de la comparación Alemania-URSS:
1) La URSS dedicó desde el principio una fracción mayor de su menguada economía a la producción bélica. Y frente a lo que se pueda pensar la limitación de materias primas si jugó un cierto papel en el primer período de guerra de la desesperada lucha de la Unión Soviética. No porque no se tuvieran materias primas sino porque gran parte de las existentes y disponibles no en forma de reservas sino en explotación se perdieron con la invasión alemana. Se perdieron los mayores yacimientos de carbón y algunos importantes de hierro y manganeso. Y como consecuencia de la pérdida de estos hubo una gran escasez de aluminio que sólo poco a poco y con ayuda angloamericana fue paliada en parte.
2) Alemania dedicó una parte considerable de sus recursos a proyectos que no aportaron al menos inicialmente un mejor suministro de bienes bélicos. Tal como Mannerheim ha apuntado la construcción de la Muralla del Atlántico. Y podemos seguir con otros proyectos faraónicos de valor militar casi nulo como fue el programa de cohetes teledirigidos V1 y V2. Todavía está por ver su coste económico -yo todavía no lo he visto en ninguna obra que haya leído- pero fue quizás el mas costoso después del proyecto de la bomba atómica en EE.UU. como proyecto individual. Incluso proyectos mas "racionales" desde el punto de vista militar como el de los submarinos de turbina Walter -un arma revolucionaria- no tuvieron ningún resultado militar o estratégico al entrar demasiado tarde en servicio operativo. Sin embargo la inversión en recursos fue gigantesca sin contrapartida militar alguna como no fuera el desviar a algunas escuadrones de aviones aliados a bombardear esos objetivos.
3) La Unión Soviética dedicó sus recursos a la producción de un escaso número de armas. Frente a la miríada de modelos de vehículos, aviones, carros de combate y otros equipos militares, los soviéticos se concentraron de manera despiadada en la producción de unos pocos modelos consiguiendo elevadas ganancias de productividad.
Un hecho conocido en la industria es la ganancia de productividad en procesos mediante la curva de aprendizaje, cuanto mas grandes son los lotes o partidas que se fabrican y durante un tiempo mayor se puede mejorar en términos productivos de tiempo y/o materiales. Los ejemplos mas conocidos son los del T-34 o los del Sherman y el Liberty Ship en el caso norteamericano y en el caso alemán el del Me-109. En todos estos casos se logró reducir considerablemente la productividad acortando el tiempo de producción:
Veamoslo en este gráfico por ejemplo donde se computa el número de horas/hombre necesarias para fabricar un Me-109 en una de las mayores fábricas aeronáuticas de Alemania. Pido disculpas por la baja calidad de la imagen…
En el eje horizontal tenemos el número de aparatos producidos y en el eje vertical el número de horas/hombre necesarias para fabricar cada avión. Hay diversos grafos calculando la ganancia de productividad según cálculos alemanes y americanos que prácticamente coinciden. En marzo de 1939 cuando la fábrica comenzó la producción en serie se necesitaban del orden de 12.000 horas/hombre por avión mientras que en abril de 1944 unos 5 años después era de tan sólo unas 2.000 horas/hombre. Hay diversas desviaciones de las curvas anticipadas por las fórmulas y son la introducción de nuevos modelos o mas estrictamente variantes. Es un hecho conocido que los gestores de fábricas que se guían por criterios de producción son muy reacios a destinar recursos, personal y planta industrial a la realización de variantes o modificaciones. La gráfica nos indica como la introducción de variantes como el Me-109 F o el Me-109 G se pagó con pérdidas de producción hasta que se superaron los inconvenientes iniciales y se logró llegar a la productividad deseada.
Bien, esto ilustra de manera clara como la concentración en unos determinados modelos de armamento con el mínimo de variaciones consigue casi en todos los casos ganancias muy importantes de productividad.
El problema es que hay muy pocos estudios de productividad industrial sistemáticos en la economía bélica de la II Guerra Mundial fuera de algún modelo conocido y lo que es peor hay aún menos estudios de productividad sectorial. En este sentido hay que realizar mucha mas investigación y creo que hay bastante campo por delante. Sin embargo y aunque sea una mera aproximación probablemente podemos afirmar que la productividad germana fue en general baja en muchos sectores durante la guerra. Se produjeron mejoras en algunos sectores bajo el mando de Albert Speer pero es difícil desligar lo que es aumento de producción por simple adición de factores o recursos –fundamentalmente detrayéndolos del consumo privado- con el aumento de producción por mejora de productividad.
La productividad además hay que estudiarla en su conjunto y no tan sólo en la industria de ingeniería pesada o aeronáutica bélica. Creo que con toda probabilidad la productividad de la agricultura alemana y soviética descendió así como la minería mientras que está demostrado que la productividad en sectores como la agricultura, manufacturera ligera aumentó en EE.UU. durante la guerra. Se produjo una emigración de la población agrícola con una productividad relativamente baja de los estados del Sur hacia California o el Medio Oeste a industrias u ocupaciones mas productivas. Desde este punto de vista no sólo la economía estadounidense no sufrió las limitaciones de factor trabajo casi insuperables que sufrían sus oponentes germanos y británicos en menor medida sino que además se benefició de mejoras de productividad en casi todos los niveles.
Fuente de la tabla:
Adam Tooze: The Wages of Destruction: The Making & Breaking of the Nazi Economy (Pág. 583) Penguin Books 2007.