El mito del "milagro del armamento" alemán

Historia económica

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José Luis
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por José Luis » Dom Jun 12, 2005 6:11 am

¡Hola a todos!

Pensando en cómo corresponder a la amable invitación que me ha hecho Francis Currey para participar y disfrutar de este nuevo Foro, he estado discurriendo qué novedad podía introducir como mi primera participación, si las novedades todavía son posibles. Después de considerar el asunto me he decidido por compartir con la comunidad de este Foro las impresiones que me produjo la lectura de un ensayo de varios profesores alemanes sobre lo que ellos llaman el mito del “milagro del armamento” alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Como podéis imaginaros es casi una convicción institucionalizada el pensamiento de que Albert Speer, el flamante arquitecto de Hitler que sucedió a Fritz Todt como ministro de Armamentos, consiguió bajo su dirección un verdadero milagro de expansión de la producción alemana de armamentos. Para desmitificarlo Jochen Streb, profesor de la Universidad de Hohenheim (Stuttgart, Alemania), escribió la primera versión del ensayo que quiero comentar en el otoño de 2004 en el Economic Growth Center de la Universidad de Yale, New Haven, Estados Unidos. Al ensayo definitivo se sumaron posteriormente los también profesores alemanes Lutz Budraß, de la Universidad de Bochum, y Jonas Scherner, de la Universidad de Mannheim.

El ensayo lleva por título [Demystifying the German “Armament Miracle” during World War II. New Insights from the Annual Audits of German Aircraft Producers] Intentaré resumir aquello que considero de mayor interés y, dada su extensión, lo haré por partes. No obstante, será bienvenida cualquier intervención en el proceso.

PRIMERA PARTE

Los autores abren su ensayo con el clásico resumen (Abstract), donde subrayan que para su estudio han utilizado los informes de auditoria anuales del Deutsche Revisions- und Treuhand AG sobre siete firmas que juntas representaban cerca del 50% de los fabricantes alemanes de aviones. Tras exponer que Albert Speer está considerado normalmente como el causante del boom en la producción alemana de armamentos después de 1941, los profesores pasan a cuestionar esta perspectiva, mostrando que en la industria de aviones alemana los cambios cruciales que desencadenaron el alza en la producción de aviones ya habían ocurrido antes de la IIGM. El gobierno había decidido en 1938 que los productores de aviones tenían que concentrarse en unos cuantos modelos diferentes, y en 1937 que los contratos de coste más margen (cost-plus) fueran reemplazados por los contratos a tanto alzado (fixed price). Lo que siguió no fue un milagro de producción repentino sino un desarrollo continuo que fue avivado primero por “aprender haciéndolo” (learning-by-doing) y luego por el consiguiente crecimiento de la inversión de trabajo y capital.

En el primer capítulo titulado “El milagro del armamento alemán”, Streb y compañía indican que tras el estancamiento del avance alemán en Moscú a principios de diciembre de 1941 y la entrada de los Estados Unidos en la guerra, la estrategia de la Blitzkrieg alemana llegó a su fin. Confrontados con la perspectiva de una guerra prolongada contra Rusia y Estados Unidos, los planificadores militares alemanes se percataron de que tenían que incrementar considerablemente la producción de armamentos.

Aparentemente, la economía de guerra alemana era capaz de afrontar esta demanda. Se muestra un cuadro, preparado en defensa del departamento de armamentos de Albert Speer, donde el índice de la producción de armamentos alemán se multiplicó por más de tres entre principios de 1942 y julio de 1944. Y los autores consideran que este resultado, conseguido en un período donde los ataques aéreos aliados sobre fábricas y redes de comunicaciones fueron in crescendo, llevó a muchos observadores a bautizar este desarrollo como un milagro. Sin embargo, el índice de producción de armamentos alemán tiene sus defectos. Primeramente, la administración Speer escogió intencionadamente los dos primeros meses de 1942, en los cuales la producción de armamentos fue comparativamente baja, como la base del índice para exagerar sus propios logros durante los años siguientes. La decisión de calcular el índice sólo para el período en el que Albert Speer fue ministro de Armamentos también ocultaba el importante detalle de que la producción de armamentos alemana ya había crecido sustancialmente entre 1938 y 1940.

Otro defecto está en el hecho de que el índice también incluía armamentos que fueron producidos en otros países. Por ejemplo, en Polonia (Gobierno General) la producción de armamento para la Wehrmacht casi se cuadruplicó entre febrero de 1942 y mayo de 1944. Sería por tanto un error interpretar el índice de armamento como una medida consistente del crecimiento de la producción de armas alemanas dentro de las fronteras de 1937. Otro defecto más se origina en el hecho de que el índice también contaba el creciente número de equipo militar viejo como los aviones que sólo fueron reparados por daños menores, lo que se podía hacer, obviamente, con mucho menos esfuerzo que la producción de aviones nuevos. En consecuencia, el índice de la producción de armamentos realizado por Speer exagera considerablemente el volumen de nuevas armas producidas dentro de las fronteras tradicionales de Alemania después de 1941.

Luego los autores detallan las decisiones políticas que se le acreditan a Speer. Primero, que el número de tipos de armas fue reducido, lo que debería haber permitido a muchas fábricas cambiar a una producción masiva y explotar sus economías. Segundo, la frecuencia de cambios de diseño menores de un modelo especial se redujo, de tal manera que las fábricas salvarían al menos parte de los costes resultantes de adaptar su equipo de producción. Tercero, contra el deseo declarado de la Wehrmacht, se eliminaron los procesos de acabado como abrillantado o lacado que no añadían nada al poder destructivo de las armas, lo que redujo las horas de trabajo necesarias para producir una parte del armamento. Cuarto, las fábricas fueron obligadas a compartir los conocimientos tecnológicos en los recién establecidos comités inter-fábricas para dar a las fábricas menos eficientes la información considerada necesaria para imitar la tecnología de las fábricas superiores. Esto podría haber acelerado especialmente las técnicas de producción flotante en la industria alemana.

Todas estas medidas de racionalización tenían en común que posibilitaban que las fábricas redujeran sus costes de producción. Pero los autores (citando a Overy, quien pone en duda que las fábricas se apuntaran a la labor bajo el régimen de contrato a tanto alzado) pasan a explicar que las fábricas que entregaban armas sobre la base de un contrato a tanto alzado (régimen de contrato dominante hasta 1942), conseguían generalmente un pago que no sólo cubría todos sus costes reales tras la producción final, sino también un plus que estaba calculado como un porcentaje dado de esos costes. Esta es la razón, bajo un contrato a tanto alzado, por la cual un productor de armamentos no tenía incentivos reduciendo sus costes; todo lo contrario, estaba inclinado a aumentarlos para conseguir un mayor plus. Para conseguir que las medidas de racionalización descritas funcionaran, era necesario, por tanto, cambiar a otro tipo de contrato de adquisición. En mayo de 1942, el gobierno ordenó que los contratos a tanto alzado debían sustituirse, en general, por los contratos de coste más margen. Bajo este nuevo régimen de adquisición, la agencia de pedidos y el fabricante de armamentos preacordaban un precio fijo de un armamento sobre la base de sus cálculos acerca de los futuros costes de producción. Si el fabricante de armamento era capaz de fabricar el producto a unos costes de producción más bajos de los estimados, se le concedía el derecho a mantener al menos parte de la diferencia como beneficio adicional. En consecuencia, las fábricas tenían ahora el incentivo de aprovechar las oportunidades ofrecidas por el programa de racionalización de Speer para aminorar sus costes.

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Mensaje por José Luis » Dom Jun 12, 2005 6:08 pm

SEGUNDA PARTE

El hecho de que todas las reformas referenciadas y el despegue en la producción de armamentos se llevasen a cabo aparentemente bajo el mandato de Speer, llevó a muchos observadores a considerar al ministro de Armamentos como uno de los pocos directores políticos competentes de las clases dirigentes del Nacionalsocialismo. Kaldor declaró inmediatamente después de la guerra que “la administración de Speer en el curso de los dos años y medio siguientes fue el único gran éxito que la economía de guerra alemana puede registrar, y el único que retendrá un interés más que histórico”. Hasta hoy, dicen los autores, las más que positiva evaluación de la capacidad de Speer está basada principalmente en el análisis de documentos de diferentes autoridades estatales, en datos macroeconómicos, y, por último pero no por eso menos importante, en la autobiografía de Speer, en la cual él construye exitosamente su propio mito. Pero se sabe muy poco de las actividades económicas dentro de las fábricas individuales. De tal manera que preguntas empíricas cruciales permanecen sin respuesta. ¿Fueron las reformas de la administración Speer algo más que anuncios ineficaces? ¿Realmente causaron un incremento considerable de la productividad de los fabricantes después de un período de tiempo sorprendentemente corto? ¿Pueden ser interpretadas (las reformas) como la principal razón del así llamado milagro del armamento?

Para responder a esas preguntas los profesores alemanes están examinando las auditorias anuales de los fabricantes de armamento alemán que se guardan en los Archivos Federales de Berlín, y que hasta el momento han permanecido ampliamente ignoradas. Los autores ponen el énfasis en dos resultados que detallan en su ensayo. El primero establece que el factor de inversiones de la mayor parte de los productores de aviones no fue constante, pero se expandió considerablemente durante la guerra. Esto se mantiene tanto para el capital como para el trabajo. El segundo, los incrementos de la productividad laboral se dieron especialmente antes de 1942, y fueron causados más por los efectos de “aprender haciéndolo” (learning-by-doing) que por las medidas de racionalización. En particular, no hubo ninguna ruptura estructural con respecto al régimen de adquisición durante la guerra porque en la industria aérea los contratos a tanto alzado ya se usaron desde 1937. Estas observaciones llevan a los autores a concluir que las reformas de la administración Speer como mucho tuvieron una influencia menor en el milagro del armamento de la industria de la aviación alemana.

Para responder a la pregunta de si este resultado es una excepción de una industria específica o la realidad de la mayoría de los productores de armamento alemán, los autores pasan a analizar otras industrias de guerra.

Desde un punto de vista organizacional, los administradores gubernamentales de la industria de la aviación alemana fueron capaces de mantener un comparativamente alto grado de independencia de Speer hasta el año 1944. El departamento de aviación (Reichsluftfahrtministerium) bajo Hermann Göring había planificado y ejecutado el armamento aéreo desde 1933. Compitiendo con las oficinas de armamento y material de la marina y el ejército por materias primas y trabajadores, la autonomía del departamento de aviación fue confirmada cuando Speer se hizo cargo del departamento de armamento en febrero de 1942. Especialmente el mariscal Erhard Milch, que dirigió la oficina de armamento y material del departamento de aviación después de noviembre de 1941 y que había sido también un prometedor candidato para la posición de ministro de Armamentos, rechazó con éxito cualquier intento de reducir su responsabilidad sobre armamento aéreo. Sin embargo, el marco más amplio de las estrategias de armamento de Milch lo jugó Speer. Además, en marzo de 1944, la producción de aviones cayó finalmente bajo control directo del departamento de armamento de Speer.

Pasan a continuación los autores a su segundo capítulo: La Información. Reiteran su principal fuente de investigación en los informes de auditoria anuales de firmas específicas del Deutsche Revisions und Treuhand AG. Fundada en 1922 como una compañía limitada estatal, fue encargada de auditar todas las firmas en las que el Reich alemán tenía participación o financiaba. En 1924 la compañía auditora se transformó en una sociedad por acciones y se convirtió en subsidiaria de la sociedad estatal Vereinigte Industrieunternehmungen AG (VIAG). Después de la IIGM, la Deutsche Revisions- und Treuhand AG quedó como la compañía auditora preferida del estado de Alemania Occidental. Fue privatizada paso a paso y finalmente fusionada con la Price Waterhouse Germany en 1998.

El Archivo Federal de Berlín Lichterfelde posee una colección de informes de auditoria del Deutsche Revisions- und Treuhand AG de firmas que estuvieron involucradas en la producción de armamentos durante la IIGM. Dicen los autores que estos informes son muy completos. Tanto la cantidad como la calidad de la información mostrada se incrementó entre 1939 y 1942, indicativo del deseo Nacionalsocialista de superar los principales problemas de la producción de armamentos mejorando su conocimiento sobre la producción tecnológica y los costes reales de las fábricas privadas.

La mayoría de estas firmas (las siete que estudian los autores) produjeron el bombardero Ju 88, diseñado originalmente por la compañía Junkers Flugzeugund Motorenwerke AG.

El así llamado programa Ju 88, que fue establecido por Göring a mediados de 1938 y destinado a la explotación de economías de escala y a levantar los estándares tecnológicos de la producción de aviones, presentó una innovación mayor en la organización alemana de adquisiciones. La firma más grande, Junkers, produjo en sus distintas plantas todos los componentes del avión Ju 88, incluyendo los motores, mientras que ATG, Arado, Heinkel-Oranienburg, Henschel y Siebel, entre otras, se concentraron en algunos componentes y trabajos como alas, fuselaje, suspensión de motores, unidades de cola y ensamblaje final. Para dar a Junkers la oportunidad de incrementar su producción de Ju 88, Weser asumió la producción del bombardero Ju 87 que había sido el principal producto de la Junkers hasta entonces. Se invistió a Junkers del derecho a actuar como una agencia estatal. Organizó el flujo de materias primas y trabajo para las firmas de las diferentes divisiones, y también tenía el derecho de dirigir sus decisiones específicas de producción. Para capacitar a otras firmas a imitar su diseño y métodos de producción, Junkers compartió la información y también les dio apoyo tecnológico cuando se necesitaba. Se subraya como interesante el hecho de que la firma tomada como muestra por los autores ya intercambiaba información tecnológica antes de que Speer ordenara a los comités inter-firmas recién creados hacer exactamente lo eso. Realmente, hay evidencias de que la reforma de Speer se basó en las experiencias positivas del programa Ju 88.

El programa Ju 88 constituyó uno de los más grandes proyectos de armamento alemanes. Las firmas que tomaron parte en el plan original de 1938 emplearon más de la mitad del personal involucrado en la producción aérea alemana. Incluso en 1943, cuando el foco de atención del armamento aéreo comenzó a cambiar hacia los cazas, los participantes en el programa del Ju 88 todavía empleaban un tercio de su personal. Entre septiembre de 1938, cuando comenzó la producción en serie en Junkers, y septiembre de 1944, se construyeron unos 14.000 bombarderos Ju 88.

En la tercera parte veremos el tercer capítulo titulado “Crecimiento Extenso”.

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Mensaje por José Luis » Dom Jun 12, 2005 8:06 pm

TERCERA PARTE

Los autores explican la metodología (que es un rollo de complejo) que emplean para estimar la cantidad de capital que fue verdaderamente empleada por los fabricantes de aviones alemanes, ya que tuvieron que ajustar las cifras publicadas oficialmente por las siguientes razones: por una parte, el estado garantizaba unos generosos complementos de depreciación especial que por ningún medio justificaba el desgaste natural, sino que estaban dirigidos para capacitar a las firmas a transformar beneficios en reservas ocultas. Por otra parte, las firmas a menudo incrementaban sus capacidades de producción no invirtiendo en nuevas plantas, sino alquilando las plantas ya existentes de otras firmas o del estado, cuyo valor luego no se puso de manifiesto en sus balances. Así que los autores tienen que seguir un procedimiento cuya explicación es demasiado técnica para trasladarla aquí. Lo que interesa es que de su resultado sobresale que los ratios de crecimiento más altos se dieron en el período anterior a 1941, cuando la media ajustada de activos se incrementó un 18.3% y de trabajadores (obreros) un 24.5% anuales. Sin embargo, incluso después de 1941, el crecimiento extensivo de los fabricantes de aviones fue notablemente grande.

Sólo dos firmas se desviaron de la tendencia general. ATG por alguna razón no fue capaz de usar las favorables condiciones de la economía de guerra alemana para aumentar su propia inversión en el mismo grado que otras firmas del programa Ju 88. Heinkel, que tenía la más alta ratio de capital-trabajo en 1939, sólo incrementó su personal en los siguientes años. En contraste con Heinkel, la ratio de capital-trabajo de las otras firmas fue o bien creciente (Arado, Henschel, Junkers) o sólo ligeramente cayendo (Siebel, Weser) durante la guerra.

La desproporción del crecimiento entre activo y obreros parece que fue causada por la escasez de mano de obra como resultado del creciente número de trabajadores que fue reclutado por el ejército. El hecho de que la mano de obra fue probablemente el cuello de botella más importante de la industria de guerra alemana, explica el porqué de que los fabricantes no fueran con frecuencia capaces de utilizar su plena capacidad de producción realizando dos o tres cambios. A corto plazo, las firmas aumentaron en su lugar el número de horas laborales por trabajador. En Junkers, por ejemplo, la jornada laboral semanal efectiva de los trabajadores pasó de 53 horas en 1938/39, a 56 horas en 1939/40, y a 58 horas en 1940/41. Es bien conocido que el Nacionalsocialismo intentó superar la escasez de la industria de guerra alemana, primero, al promover el empleo de mujeres y recolocando al personal alemán, y, después, obligando a trabajar a los civiles extranjeros, prisioneros de guerra y prisioneros de campos de concentración.

Los informes de auditoria del Deutsche Revisions- und Treuhand AG también arrojan luz sobre si estas medidas funcionaron a nivel de empresa. El ejemplo de Arado demuestra que, al menos, algunos de los fabricantes de aviones no fueron capaces de usar a las mujeres alemanas para reemplazar a los trabajadores perdidos por el ejército. En 1940, por ejemplo, el 74% de todas las obreras empleadas en la planta de Arado de Brandenburg-Neuendorf dejó su trabajo. El informe de auditoria no menciona desafortunadamente ninguna razón para este dramático descenso. Los autores tienen que especular si las mujeres fueron motivadas a abandonar por las malas condiciones de trabajo o por el apoyo financiero dado por el gobierno a las cónyuges de los soldados. En conjunto, la participación de obreras en el personal total de Arado decreció del 19.9% en 1939 al 15.6% en 1940 y 15.1% en 1941.

Los informes de auditoria también contienen algunas notas que implican que los fabricantes de aviones no estaban muy satisfechos con el papel de aquellos trabajadores alemanes que fueron obligados por el estado a dejar sus ocupaciones tradicionales y pueblos natales para trabajar en la producción de armamentos. ATG, por ejemplo, comentó al auditor que este tipo de trabajador necesitaba un extensivo entrenamiento antes de que pudiera ser empleado provechosamente. El hecho de que, por ejemplo, Arado declarara que en 1942 mil cien trabajadores tuvieron que ser despedidos por falta de actitud, lleva a conjeturar que los trabajadores “forzados” alemanes intentaron descaradamente demostrar su incompetencia para ser liberados. En consecuencia, los fabricantes de aviones confiaron cada vez más en los trabajadores extranjeros cuya productividad, a pesar de sus deficientes condiciones de vida, era aparentemente mucho más alta que lo que la propaganda hizo creer al pueblo alemán. Incluso un documento del departamento de aviación del Reich encontrado en el Archivo militar de Freiburg declaraba que la productividad de las mujeres rusas y los trabajadores especializados checos representaba hasta entre el 90 y 100 por ciento de la productividad de sus homólogos alemanes.

Entre enero de 1940 y marzo de 1941, Heinkel todavía pudo incrementar su personal aproximadamente un 30% contratando principalmente trabajadoras alemanas. Tras este período, sin embargo, el número de trabajadores y trabajadoras alemanas decreció constantemente. Entre los veranos de 1941 y 1942 el empleo de trabajadores civiles extranjeros, en el que las mujeres rusas jugaron un papel prominente, fue el que posibilitó a Heinkel no sólo a reemplazar su pérdida de trabajadores alemanes, sino también a expandir su personal nuevamente hasta un 40%. En el verano de 1942 la firma decidió hacer algunos cambios para mejorar su capacidad de utilización. Los trabajadores adicionales para esta planta se tomaron de los campos de concentración cercanos. Cada vez más en los siguientes meses Heinkel dependió de la mano de obra de los prisioneros de los campos de concentración cuya participación en la suma total de obreros creció rápidamente del 11% en 1942 al 35% en marzo de 1943 y al 53% en marzo de 1944. El desarrollo del personal de Heinkel hasta el verano de 1942 podría ser representativo de la situación general de la industria de aviones alemana. La transformación de Heinkel en una firma que explotó principalmente a los prisioneros de los campos de concentración fue más bien excepcional. Los otros fabricantes de aviones confiaban más en los trabajadores civiles extranjeros. En Junkers, por ejemplo, la participación de prisioneros de campos de concentración y prisioneros de guerra en la suma total de empleados era solamente del 2% en septiembre de 1943, mientras que sus trabajadores civiles extranjeros representaban más de un tercio de todos los empleados.

La información presentada en este capítulo revela que el boom en la producción de aviones alemana durante la IIGM no tiene porqué ser explicado exclusivamente por los incrementos de productividad, sino que obviamente también fue causado por el crecimiento de los factores de capital y trabajo (factor endowment: cantidad de un factor primordial presente en un país, o su parte original de las aportaciones –terreno, capital, mano de obra y empresariado- necesarias para producir otros productos).

En el próximo post veremos el capítulo dedicado al crecimiento de la productividad.

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Mensaje por José Luis » Lun Jun 13, 2005 12:57 am

CUARTA PARTE

En 1940, Heinkel fue la firma con la productividad laboral más alta, seguida de Henschel, Junkers, Arado, Siebel, Weser y finalmente ATG. Esta jerarquía cambió en los dos años siguientes. En 1942, Junkers tomó la delantera, mientras que Heinkel cayó por detrás de Henschel, Arado, Weser y Siebel.

ATG, que tenía la ratio más bajo y sólo ligeramente creciente de capital-trabajo, fue capaz de mejorar su productividad laboral regularmente, y adelantar a Heinkel y Siebel en 1943, mientras que Arado, por otra parte, no consiguió incrementar su eficiencia a pesar del rápido crecimiento de la ratio capital-trabajo.

La pregunta que permanece es ¿por qué Heinkel perdía continuamente eficiencia? En opinión de los autores, fue el desarrollo comparativamente discontinuo de su programa de producción lo que evitó que Heinkel mantuviera su alto nivel de productividad alcanzado en 1940. Originalmente, Heinkel había producido el bombardero He 111 en Oranienburg. En 1940 se instruyó a la firma a concentrarse, por contra, en la producción de alas para el Ju 88. Este cambio en el programa de producción entrañó una reorganización sustancial del proceso de producción. Los trabajadores que estaban acostumbrados a ensamblar un avión completo, ahora tenían que aprender cómo fabricar un componente especial de otro diseño. Las antiguas máquinas se volvieron inútiles y tuvieron que ser reemplazadas por otras nuevas con las que el trabajador no estaba familiarizado. Heinkel no fue capaz de adaptarse a esos cambios sin un descenso en la productividad laboral. Nuevamente, en 1942 Heinkel tuvo que dejar su producción de alas del Ju 88 y comenzar a fabricar el nuevo tipo de bombardero He 177. Como resultado de este cambio, la ratio de depreciación “regular” de stock de capital de Heinkel subió al 28% en 1942/43. Esta vez el proceso de adaptación necesario fue incluso más difícil por el hecho de que simultáneamente llegó a la firma un gran número de prisioneros de campos de concentración que tenían que ser adiestrados a la vez que se debían realizar ajustes en la producción. Pasaron otros dos años hasta que repentinamente se le ordenó a Heinkel el abandono de la producción del bombardero He 177 a favor del ensamblaje final del caza Fw 190, caza necesario para rechazar a los bombarderos aliados.

A los otros productores de aviones de la muestra estudiada por los autores se les dio mucho más tiempo para aprender cómo producir eficazmente un componente especial o un avión. De los informes de auditoria se sabe que estuvieron involucrados en la producción del bombardero Ju 88 por al menos los siguientes períodos de tiempo: Arado desde octubre de 1939 hasta la segunda mitad de 1942; Junkers desde febrero de 1939 hasta septiembre de 1943; ATG desde enero de 1940 hasta junio de 1943; Henschel desde septiembre de 1939 hasta septiembre de 1944, y Siebel desde enero de 1940 hasta diciembre de 1943. Weser produjo el bombardero Ju 87 desde 1938 hasta al menos diciembre de 1942.

Ponderando la productividad laboral individual de las firmas por su participación en el personal total del muestreo, los autores calcularon la ratio de crecimiento anual medio del valor añadido por obrero. El crecimiento de productividad fue especialmente alto en los primeros años de la producción de bombarderos Ju 88 y Ju 87. Del 17.3% conjunto en 1938 y 1939 se pasó al 9.2% en 1940, 6% en 1941, y solamente el 3.5% y 3.7% en 1942 y 1943 respectivamente. Sorprendentemente la productividad laboral creció más rápido en el período de 1937-1941 que durante el reinado de Speer. Los autores pasan a explicar estos hallazgos en el capítulo titulado “Curvas de Aprendizaje (Learning curves).

La idea de las “curvas de aprendizaje” fue introducida en la economía por Alchian en 1963. Abalizando los datos de 22 diferentes tipos de aviones producidos por la industria americana durante la IIGM, Alchian halló que la cantidad directa de mano de obra para producir una unidad de un tipo de avión especial, regularmente decaía cuando la producción total de este tipo se expandía. La relación se expresa gráficamente por la llamada “curva de aprendizaje”. La explicación básica de la pendiente negativa de esta función es que los trabajadores aprenden mientras trabajan. A este respecto, aprender haciéndolo (learning-by-doing) significa que cuantas más veces un trabajador repita un trabajo especial más eficiente (él o ella) se convertirá. Este ejemplo se puede aplicar a todo tipo de industrias, pero el deseado incremento en la productividad laboral es especialmente alto cuando se les da a los trabajadores tareas más complejas, como en el caso de la industria de aviones de la IIGM. Otra característica general de la “curva de aprendizaje” es que la disminución en el tiempo de trabajo requerido para producir una mercancía especial será menor en cada unidad sucesiva de producción. Esto implica que los fabricantes de aviones obtienen ganancias sustanciales de eficiencia en la primera fase de una cadena de producción mientras que los efectos de aprendizaje podrían cesar cuando el número de unidades acumuladas alcanza un cierto umbral.

Antes de la IIGM, el departamento de aviación alemana ya estaba bien enterado de la existencia de las curvas de aprendizaje en la industria de aviación. En 1929, Wolfram von Richthofen, que más tarde se convirtió en el jefe de departamento del desarrollo de aviones en la oficina técnica del departamento de aviación, presentó su tesis doctoral en la Universidad Técnica de Berlín. En esa tesis Richthofen recapitulaba sus experiencias en la producción de aviones que había adquirido como experto de la oficina de armamento y material del Reichswehr desde 1925. Analizando el sistema de producción de los principales fabricantes de aviones alemanes encontró en cada caso una correlación negativa entre las horas de trabajo por tonelada de avión y la producción acumulada. Sus hallazgos sobre la “curva de aprendizaje” se convirtieron en la base de la planificación de armamento alemán desde 1933.

El programa del Ju 88 fue explícitamente designado para explotar las “economías de aprendizaje”. Junkers había necesitado un mínimo de 30.000 horas de trabajo para producir el bombardero que precedió al Ju 88. Se predijo que por causa de los efectos de aprendizaje que ocurrían durante una gran cadena de producción, Junkers sólo necesitaría 25.000 horas de trabajo para completar el Ju 88 número 1.000. Posteriormente se asumió que los efectos de aprendizaje podían ser suscitados en firmas más pequeñas como Siebel y ATG, que fueron por tanto instruidas para especializarse en la producción de ciertas partes del Ju 88.

Los muestreos (ATG, Junkers y Siebel) hechos por los autores enseñan que la media de horas de trabajo descendió espectacularmente de 100.000 en octubre de 1939 a 15.317 en agosto de 1941. En el caso de Henschel las preparaciones para la producción comenzaron en enero de 1938 y el ensamblaje final en noviembre de 1938. Mientras que Henschel necesitaba más de 700 horas de trabajo para producir 1.000 RM (marcos del Reich) de valor de producción (ensamblaje final, fuselajes y suspensiones de motor) en noviembre de 1938, esta ratio descendió finalmente a una ratio mínima de 29 horas de trabajo en diciembre de 1943. Como en el caso de los otros participantes en el programa del Ju 88, el mayor incremento en la productividad laboral se dio en el primer año de la cadena de producción.

El aprendizaje en Henschel fue interrumpido por un desastre de planificación gubernamental. A mediados de 1943, el departamento de aviación instruyó a Henschel a prepararse para la producción de un caza pesado de Messerschmitt (el Me 410), que se suponía reemplazaría al Ju 88. Cuando el proceso de adaptación estaba casi completo, se retiró la orden gubernamental, y Henschel tuvo que regresar a la producción del Ju 88. En consecuencia, en un momento en que Alemania necesitaba desesperadamente nuevos aviones para combatir a los aliados, uno de los más exitosos fabricantes alemanes gastó gran cantidad de tiempo con el reestablecimiento de la producción del Ju 88 que, sin embargo, fue cancelada más tarde en 1944. Como en el caso de Heinkel Oranienburg, el descenso de la productividad laboral de Henschel fue causado principalmente por los cambios repentinos en el programa de producción.

Un ejemplo de los efectos de aprendizaje traducidos en caída de costes de producción lo tenemos en Junkers. En el período de dos años comprendido entre 1940/41 y 1942/43 los costes totales para producir una unidad del Ju 88 cayeron el 33%, los costes directos de material el 29%, y los costes de mano de obra el 60%. En 1942/43 Junkers sólo necesitaba unas 7.000 horas de trabajo para construir un avión, cuando cuatro años antes necesitaba 100.000 horas.

El programa del Ju 88 puede dar una idea de por qué la concurrencia del milagro del armamento alemán y el reinado de Speer podrían haber sido justamente coincidentes. Fue en mayo de 1938 cuando el departamento de aviación decidió finalmente que el bombardero Ju 88 se convertiría en una de las mayores armas de la fuerza aérea alemana. Las firmas que se escogieron para participar en este programa fueron instruidas para acabar su producción establecida y adaptar sus plantas al nuevo diseño. La producción del bombardero Ju 88 comenzó en 1939. Las firmas utilizaron los dos años siguientes para bajar sus curvas de aprendizaje y para realizar incrementos sustanciales en la productividad laboral que tenía lugar en la primera fase de una cadena de producción. En febrero de 1942 Speer se convirtió en ministro de armamentos. Esta fue exactamente la fecha correcta para ser acreditada con el considerable incremento en la producción del Ju 88 en los dos años y medio siguientes. Este crecimiento no fue un milagro repentino hecho posible por Speer, sino la continuación de un desarrollo que había comenzado en 1938 y que fue avivado por los consiguientes efectos de aprendizaje y el crecimiento de la inversión de trabajo y capital de las firmas, tal como se ha visto anteriormente.

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Eckart
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Muy interesante

Mensaje por Eckart » Lun Jun 13, 2005 7:39 am

Interesantísima aportación, Jose Luís, muchas gracias. Tiene mucho sentido todo lo que el ensayo pretende demostrar, y, tras leer la tesis expuesta, parece lógico que el "milagro" de Speer tuviera muchísimo que ver con la dinámica productora y de desarrollo iniciada años antes.

Saludos.
Paco.

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Mensaje por José Luis » Lun Jun 13, 2005 4:15 pm

QUINTA PARTE

En el capítulo titulado “¿Quién aprendió?”, los autores asumen que el incremento en la productividad laboral representado por la curva de aprendizaje generalmente resulta de la capacidad de los obreros para mejorar su eficiencia cuando repiten regularmente un trabajo dado. Una precondición implícita de la asunción es que es el trabajador individual quien aprende si permanece el tiempo suficiente en la empresa para hacerlo. Los informes disponibles implican que esta precondición no se dio en la industria de aviones alemana. En Junkers y Arado la fluctuación de personal durante la IIGM fue extremadamente alta. Junkers, por ejemplo, perdió cada año contable entre un quinto y un tercio de los empleados reclutados con anterioridad. Dado que esta firma, sin embargo, intentó incrementar su personal, el número de los recién reclutados y mayoritariamente inexpertos empleados supuso aproximadamente el 40% en cada año contable de los que los autores tienen datos. Esta observación sugiere que muchos empleados sólo trabajaron unos cuantos meses en las plantas de aviones alemanas, y no tenían, en consecuencia, tiempo para aprender suficientemente cómo incrementar su productividad. Esto levanta una importante cuestión: si la facturación del trabajador individual era tan alta que no podemos atribuir el “aprender haciéndolo” al aprendizaje del trabajador, como usualmente afirma la literatura, entonces ¿quién era responsable de las curvas de aprendizaje en la industria de aviones alemana arriba documentada?

Revisando la producción del B-17 en la planta nº. 2 de Boeing en Seattle, Washington, durante la IIGM, Mishina observó que esta planta “obtuvo su producción más alta así como su mayor eficiencia predominantemente con los "green hands" (dejo el término en su original, señalando que su significado se refiere a los trabajadores novatos) y no con los hombres que llegaron a la planta por el programa masivo de contratación de 1941. Las heroicas trabajadoras –simbolizadas en el nombre de Rosie the Riveter- llevaban trabajando uno o dos años cuando la planta nº. 2 documentó su mejor rendimiento. A menos que la habilidad laboral sea fácilmente transferible, estos hechos debilitan la hipótesis de “aprender haciéndolo” en relación directa a los trabajadores como la encarnación principal del aprendizaje experimental”. Mishina afirma que era primero, y más importante, la dirección de la firma quién aprendía durante la producción cómo mejorar la productividad de los trabajadores mejorando el sistema de producción. Estas mejoras incluían la implementación de la producción justa y oportuna para eliminar los trabajadores que no eran necesarios para la producción actual, la ruptura del proceso de ensamblaje en mejores sub-ensamblajes que incrementaban la división del trabajo, y la reducción de la adaptación gracias a un mayor intercambio de componentes.

Los autores encuentran evidencias en los informes de auditoria de que en la industria de aviones alemana fue también primordialmente el sistema de producción el que encarnó los efectos de aprendizaje y no los mismos trabajadores individuales. El auditor de Junkers, por ejemplo, subraya que en el año contable 1941/42 los ahorros de la firma en costes laborales fueron causados sobre todo por las medidas de racionalización técnica, por el refinamiento de los métodos de producción y la introducción de líneas de ensamblaje. En las plantas de Siebel el número promedio de trabajadores que se requerían para realizar el ensamblaje final de una unidad del Ju 88 descendió de 9 a 2.2 entre 1941 y 1943. Este incremento de la productividad laboral fue nuevamente explicado por la introducción de líneas de ensamblaje. El informe auditor también mencionaba el mayor uso frecuente de componentes intercambiables también podría haber mejorado la eficiencia.

Esos ejemplos apoyan la conjetura de los autores de que en la industria de aviones alemana fue el director y no el trabajador quien aprendió.

En el capítulo “Incentivos para aprender”, los autores nos dicen que en un régimen de contrato de coste más margen, los directores de las fábricas alemanas de aviones no estarían muy entusiasmados con la idea de reducir los costes, pues esto conllevaría a unos beneficios menores (véase más arriba contrato coste más margen). El problema ya había sido señalado explícitamente por las agencias de adquisiciones alemanas en 1936. Esas agencias explicaron que los fabricantes de aviones que tenían un contrato de coste más margen no hacían nada por incrementar la productividad laboral, sino que más bien intentaban incrementar sus costes laborales para aumentar sus beneficios, que hasta entonces estaban calculados sobre la base de sus auténticos costes de producción. Dado que parecía imposible para un observador exterior distinguir los costes necesarios de los superfluos, el único camino para usar la conducta de maximizar beneficios de los fabricantes de aviones para la propuesta del estado era pagarles precios que eran independientes de los costes reales. Estas consideraciones llevaron al departamento de aviación alemán a la decisión de cambiar a los contratos de tanto alzado en la primavera de 1937.

De esta fecha en adelante, el precio unitario de los bombarderos o cazas de cierta cantidad fue fijado en el momento en que la agencia de adquisición ordenaba a una firma la producción. El cálculo del volumen de este precio estaba basado principalmente en los costes reales de las antiguas producciones, pero también tenían en cuenta las expectativas sobre el futuro desarrollo de las curvas de aprendizaje de la firma. Cuando el fabricante era capaz de fabricar un avión a costes de producción más bajos de los estimados en el preacuerdo de precio, se le permitía mantener esta diferencia como un premio adicional siempre y cuando su beneficio por ventas no excediera una ratio que originalmente fue establecida en el 10%. En contrapartida se le permitió a la agencia de adquisición examinar la contabilidad de la empresa para calcular el precio de una futura cantidad sobre la base de datos actualizados sobre la productividad de la firma.

Es de interés señalar que en la industria de aviones alemana los contratos a tanto alzado se utilizaron solamente en las producciones en serie de los fabricantes de aviones. El desarrollo de prototipos o trabajos de reparación se pagaban todavía sobre la base del contrato de coste más margen. Esta dualidad en el régimen de adquisiciones posibilitó a los fabricantes de aviones la oportunidad de incrementar sus beneficios mediante el engaño. El ardid consistía en asignar los costes elevados que realmente se daban durante la producción en serie a, por ejemplo, el desarrollo de un nuevo prototipo, donde el pago no sólo cubría todos los costes, sino también un premio calculado como un porcentaje dado de esos costes. Por desgracia, los informes auditores no revelaron una trampa tan obvia de las firmas. En abril de 1943, Milch invitó a los fabricantes a pagar los beneficios excesivos voluntariamente. Esto podría indicar que el departamento de aviación sólo vio una pequeña oportunidad para descubrir la estafa examinando la contabilidad de las firmas.

El próximo post dará fin a este resumen con las conclusiones de los autores.

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Mensaje por José Luis » Lun Jun 13, 2005 5:15 pm

CONCLUSIONES

Se cree mayoritariamente que fue la administración Speer la que causó la repentina subida en la producción de armamento alemán después de 1941 al introducir varias medidas de racionalización y, probablemente más importante, al reemplazar los contratos de coste más margen por contratos a tanto alzado. El ejemplo de siete empresas que estuvieron involucradas en la producción de los bombarderos Ju 87 y Ju 88, y que representan casi la mitad de los fabricantes de aviones alemanes, sugiere, en cambio, que en la industria aérea, que representa casi el 40% de la industria de armamento alemana, los cambios políticos decisivos no ocurrieron en 1942, sino ya antes de que hubiera comenzado la IIGM”. Con esta frase de los autores se podría resumir la tesis principal que se desarrolla en el ensayo y que demuestra, en mi opinión, convincentemente su plausibilidad.

En la primavera de 1937 el departamento de aviación optó por los contratos a tanto alzado para incentivar a los fabricantes a reducir sus costes de producción. En el verano de 1938 se decidió que los fabricantes tenían que concentrarse en unos pocos tipos diferentes de aviones o componentes para que pudieran llevar a cabo grandes producciones en serie. Lo que siguió no fue un milagro de producción repentina sino más bien un desarrollo continuo. Bajando la curva de aprendizaje, los directores de las fábricas de aviones aprendieron cómo desplegar a lo trabajadores más eficientemente. Como resultado de ello, en período anterior a 1942 la ratio de crecimiento de la productividad laboral creció mucho más que bajo Speer. Pasó del 17.3% en 1938 y 1939 al 9.2% en 1940, al 6% en 1941 y al 3.5% y 3.7% en 1942 y 1943 respectivamente. Después de 1941, fue principalmente el crecimiento del “factor endowment” combinado con una mayor capacidad de utilización lo que posibilitó a los fabricantes de aviones a levantar su producción mensual continuamente hasta el verano de 1944.

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Mensaje por V.Manstein » Mié Jun 15, 2005 1:54 am

Querido José Luis.............es el nudo corredizo de la historia que va girando sobre el cuello virtual del afortunado Albert Speer en todos los sentidos. Esto ya empezó con su primera desmitificación ( Albert Speer: El final de un mito" de Matthias Schmidt ), que respondía del algún modo a la preguntas de ¿ Qué supo..? y ¿ Cuando lo supo...?. Sereny indagó en el ¿ Cómo...? y el ¿ porqué.....? dando una nueva vuelta al lazo. Ahora le llega al hora quizás al mito más ferreo, el de la reproducción Speariana de los panes y los peces Nazis en los negros años del 43- 45. Creo que el nudo se cerrará, haciendo quizás justicia definitivamente, cuando los papeles de Koblenz salgan a la luz, para lo que falta que desaparezca la tercera generación de los Speer.
En todo caso, el tema económico es verdaderamente complejo; le diré que en el mundo de los historiadores militares de la IIGMse han hecho muy populares los " Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg ", que son numerosos volúmenes de información profunda; para los que lean alemán por aquí ( creo que hay alguno ): http://books.stonebooks.com/cgi-bin/fox ... ries?10013. Para lo que no lean alemán no hay problema por que varios están traducidos al inglés :) ; en particular el volumen que nos atañe es el quinto, que por ejemplo señala:
The absolute climax of German armaments output was reached in July 1944. The overall index of finished armaments had risen from 100 in January- February 1942 to 322. After a big leap from February to March 1944, followed by a much smaller monthly increase until June, there was once more a major increase from June to July. Perhaps deliveries of pre-produced war materiel had been accelerated at the beginning of the battle; perhaps output of basic materials and non-vital products had been heavily cut back in favour of finished armaments. August already showed a decline back to the June level. After that the graph, despite a brief recovery in September, steadily declined to the end of the year, down to the level of March 1944.
Was the German war industry in mid-1944 really 'at the peak of its strength and performance'? Such a positive assessment, propagated by Speer too in his speeches, suggests optimum management and a performance capacity that could have been maintained at this level for quite some time had it not been for the extraneous effects of the war going badly. Speer subsequently estimated that if the bombing raids had ceased in September 1944, the point when the jet fighters were supposed to bring about a turning point in the air war, the performance of the armaments industry might have been sustained until the beginning of 1946.
Speer did not, however, disclose that with his armaments figures for July 1944 he had performed a daring sleight of hand. He had presented the total output from 1 July to 5 August to the Fuhrer as the result for 'July'; in other words, he had falsified the monthly performance by an additional week. The ordnance office was obliged to use that figure too in its 'survey of the state of armaments' of 1 August 1944. Thus the minister's figure and the Wehrmacht's figure were identical, a manipulation regarded by the reception agencies as 'a one-off measure' in the context of 'German industry's declaration of loyalty to the Fuhrer'. An internal comparison with the preceding months' results shows that manufacturing levels were generally no more than being maintained, even though a number of the most important weapons did record increases, which were further enlarged by Speer's falsifications.
This was evidently just the final spurt of a marathon runner at the end of his strength, a last upsurge of the German war industry that could only be followed by a decline.
A glance at the course of the war reveals that at the peak of the armaments output, the Wehrmacht was also suffering its highest losses and, defeated, having to start its retreat in both the west and east. Speer's factories 'nourished' the battle without being able to decide it. There was no way of compensating for the material superiority of the enemy.
The position in air armaments, on which Speer's and Hitler's hopes were riding, was of particular interest. July 1944 saw the largest monthly output figure for aircraft manufactured in Germany in the Second World War— 4,075 machines. Over the same month, however, a total of 4,243 aircraft were lost, either damaged or totally, 2,083 of them not through enemy action (see Diagram II. IV. 7). Just over half of the aircraft newly delivered by Speer's factories were flown straight into the scrapheap by Goring's Luftwaffe— a result for which inadequate training due to meagre fuel allocations was largely responsible. The psychological stress on pilots at the climax of the air battles over Germany was probably also a major factor.
The armaments output in July 1944 was nevertheless an astonishing achievement, as was perhaps even more so the only slight decline over the next few months. Work was proceeding then under difficulties unprecedented during the five years of the war, such as none of the other powers had to suffer. The most significant aspect of the performance capacity of the German war economy was its race against the Allied air forces' growing capacity for destruction which, in 1944, made the principal contribution to the victory of the anti-Hitler coalition.

http://stonebooks.com/archives/030810.shtml
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Mensaje por Gaetano La Spina » Mié May 16, 2007 3:31 am

Muy valiosa información de Jose Luis. La estoy viendo después de haber pedido ayuda en otra sección de este bloque dedicado a la ECONOMÍA.
La estare leyendo muy cuidadosamente en estos días.
saludos y gracias.
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por Guillermo C. » Dom Nov 09, 2008 5:17 pm

Este ensayo lo conseguí gratis en Internet. Me parece muy interesante ya que en varios libros se menciona este mito que yo nunca me lo creí del todo. Gracias por resumirlo y traducirlo al español.

Saludos.
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por José Luis » Dom Nov 09, 2008 7:49 pm

¡Hola a todos!

También podéis leer el Capítulo 1 ("The German War Economy in Upheaval: 1942"), escrito por Rolf-Dieter Müller, pp. 295-350, de la Parte II ("Albert Speer and Armament Policy in Total War") del Volumen V/II (Organization and Mobilization in the German Sphere of Power. War Administration, Economy, and Manpower Resources 1942-1944/5) de la serie oficial Germany and the Second World War. Müller explica igualmente lo del mito del “milagro del armamento” de Speer. Lo tenéis aquí:

http://fds.oup.com/www.oup.co.uk/pdf/0-19-820873-1.pdf

Saludos cordiales
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por José Luis » Dom Nov 09, 2008 8:23 pm

Mucho lamento tener que editar ese enlace, pero en este foro no permitimos (tal como recoge la NdF) enlaces directos a descargas de material protegido por copyright. Cuestión diferente es lo que hagan los compañeros foristas de forma privada, asunto en el que la administración del foro no tiene competencia (salvo denuncias por mal uso de los MPs).

El enlace que he puesto anteriormente es cortesía de la editorial (por si alguien se extraña de que lo haya puesto).

Saludos cordiales
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por Guillermo C. » Lun Nov 10, 2008 1:08 am

Muchas gracias por el enlace. Lo empezaré a leer. Esos volúmenes de Germany and the Second World War se ven muy útiles para el estudio de la Segunda Guerra Mundial. Creo que es la obra mas autorizada en el tema. El único obstáculo es que cuesta 150 libras. En google books encontré el volumen VI "The Global War" http://books.google.com.mx/books?id=8J2 ... #PPA580,M1

Los libros de Google Books no violan la Normativa del Foro o ¿si?. Si es esto no hay problema en borrar el enlace.

Saludos Cordiales.
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por José Luis » Lun Nov 10, 2008 8:40 am

¡Hola a todos!
Guillermo C. escribió:
Los libros de Google Books no violan la Normativa del Foro o ¿si?.
Por supuesto que no. Las páginas que Google Books permite leer en su sección de libros están legalmente autorizadas por las editoriales respectivas. Por ello y en este sentido, no hay ningún problema relacionado con la NdF para colgar esos enlaces en el foro.

Saludos cordiales
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El mito del "milagro del armamento" alemán

Mensaje por Guillermo C. » Dom Nov 16, 2008 3:27 am

Bueno, encontré otro volumen de la serie en Google Books.

http://books.google.com.mx/books?id=OUb ... ar#PPP1,M1

Es el volumen V/II. No sé si sea el libro completo, pero con lo que cuestan con estos dos enlaces (el otro esta en mi otro mensaje) ya es ganancia.

Saludos.
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