Relaciones económicas germano-argentinas

Historia económica

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27Pulqui
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Relaciones económicas germano-argentinas

Mensaje por 27Pulqui » Dom Jul 26, 2009 4:27 pm

PERSPECTIVAS DE FUTURO

Antes del crack de 1929, el modelo agroexportador argentino mostraba signos de una declinación y comenzaba a perfilarse una transformación estructural que se aceleraría desde 1933, para terminar de concretarse con el peronismo. Por eso, los sectores vinculados al comercio exterior de productos primarios empezaban a dar señales de pérdida de dinamismo en algunos casos y de estancamiento en otros. Frente a ello, los sectores más vinculados al desarrollo del mercado interno, como la construcción, el automotriz y algunas ramas de la química se perfilaban como más dinámicos de cara al futuro.

Estas transformaciones, que respondían a importantes cambios en la economía mundial, se correspondían con una reducción de las tasas de crecimiento de los capitales y las exportaciones británicas y con un crecimiento de las inversiones y las exportaciones provenientes de los Estados Unidos. No es curioso, entonces, que las inversiones norteamericanas tuvieran un rol especialmente importante en el desarrollo de los sectores más dinámicos. En este contexto, las inversiones alemanas mostraban una realidad contradictoria, al encontrarse situadas parcialmente en ambos grupos de sectores. Una parte de las empresas tenía una fuerte participación en algunos de los sectores con mayor tasa de crecimiento, como el de la construcción y el metalúrgico, que cobraron gran impulso con la mayor influencia del sector público en la renovación de la infraestructura de caminos y viviendas. Pero dado que gran parte de las firmas alemanas estaban ligadas a la actividad agroexportadora y a la importación de bienes de consumo que este “método indirecto” proponía, sintieron el impacto de las nuevas condiciones.

En este punto, la política exterior alemana y su estrategia en el ordenamiento de sus relaciones internacionales tuvo un papel relevante. Los alemanes apostaban a consolidar una relación de tipo tradicional, intercambiando materias primas por productos industrializados, proyecto en el que la industrialización de la Argentina obstaculizaba más de lo que estimulaba las relaciones bilaterales. De allí que, salvo algunos proyectos específicos, la expansión de los capitales alemanes durante esta época no parece tener gran envergadura y hasta podía ser considerada nociva, pues un desarrollo industrial de la Argentina limitaría la exportación de productos alemanes en el largo plazo, alejando la posibilidad de equilibrar la balanza comercial y reduciendo la importancia del mercado alemán para la Argentina, con lo cual disminuía la capacidad de presión por parte de Alemania para negociar en condiciones más favorables.

En el caso de la Argentina, la competencia directa de Alemania se planteaba frente a Gran Bretaña y no frente a los Estados Unidos. Sin embargo, el Reino Unido no parecía dispuesto a ceder territorio y dado que se enfrentaban en un juego casi de "suma cero" en el que los británicos tenían la ventaja de poseer vínculos mucho más sólidos con las clases dirigentes argentinas, la expansión de los capitales alemanes encontraba grandes dificultades. La competencia frente a los norteamericanos era de carácter indirecto, dado que la dinámica de la expansión de estos dependía de la aceleración de un cambio estructural que se contradecía con la estrategia germana. Sin embargo, el agotamiento del modelo agroexportador desequilibraba las condiciones bajo las cuales se desarrollaba la pugna. Por eso, el capital norteamericano se distanciaba del alemán tanto cuantitativamente como en el peso que cobraba en la economía argentina, mientras se aproximaba lenta pero firmemente a disputarle la hegemonía a las empresas británicas, como lo había hecho exitosamente a principios de siglo en el sector frigorífico.

Estos factores estructurales incidieron en la política de la diplomacia norteamericana hacia el final de la guerra, en ese entonces la “línea blanda”, es decir el grupo representado por el Secretario Asistente Nelson Rockefeller, facilita el acercamiento. Este grupo estaba directamente ligado a poderosos intereses financieros e industriales; se proponía modificar la clásica tesis de la división internacional del trabajo, lo cual en América Latina suponía que Estados Unidos se habría de consagrar a la producción de cierto tipo de bienes manufacturados y bienes de capital, mientras que los países latinoamericanos se especializarían, a su vez, en bienes de industria ligera y materias primas, aprovechando por un lado el desarrollo obtenido en la industria liviana en estos últimos países luego de la crisis de 1930 y, por otro, el fortalecimiento a causa de la guerra de la industria pesada norteamericana. El proceso de industrialización no constituía, en este nuevo esquema dependiente, un obstáculo para la penetración del capital norteamericano en América Latina sino más bien todo lo contrario, dentro de ciertos límites. La drástica alteración del vínculo germano-argentino producida por la guerra impide conocer si el capital alemán estaba en condiciones de adecuarse a una relación de tal naturaleza en la temprana posguerra.


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Editado el 1/8/09 para una corrección de forma en el último párrafo
Última edición por 27Pulqui el Sab Ago 01, 2009 3:20 pm, editado 1 vez en total.
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Mensaje por 27Pulqui » Mar Jul 28, 2009 3:21 pm

LAS EMPRESAS Y EL NAZISMO

De acuerdo con el informe de Rapoport y Musacchio (la fuente principal de los capítulos de esta sección), es probable que muchos empresarios alemanes hayan sido nazis convencidos. Pero también ha habido, sin dudas, casos de nazis por conveniencia y de quienes trataban de mantenerse al margen de los acontecimientos políticos, buscando lograr el delicado equilibrio necesario para manejarse entre una colectividad alemana con una fuerte influencia nazi, una sociedad local que navegaba entre la indiferencia y el rechazo frente al nazismo y un gobierno presionado por la disputa económica de las grandes potencias, apoyada en ocasiones en argumentos político-ideológicos.

El Landesgruppe Argentinien poseía sus oficinas en el edificio del Südamerikanische Bank, aunque sus agentes tenían roces irritantes y constantes con el jefe del banco, quien no tenía un papel destacado en las cuestiones partidarias. Las relaciones entre las empresas alemanas y el Landesgruppe tampoco transcurrían sin dificultades, a raíz de las exigencias del partido de respetar dos lineamientos centrales: despedir a los empleados o directivos judíos y no realizar campañas publicitarias por medio de periódicos enemigos del nazismo sino a través de los órganos del partido o afines. Estas exigencias tenían consecuencias económicas negativas para las empresas farmacéuticas debido a que los directivos judíos habían logrado una buena inserción y gran parte de la clientela eran judíos (tanto en droguerías como en farmacias) que, por razones obvias, no leían los periódicos filonazis. Las negativas a acatar las indicativas por parte de las firmas (en especial la IG Farben) generaron fuertes presiones en las que, además del partido, participaron la casa matriz y la Confederación de Cámaras de Comercio e Industria alemana, que hicieron retroceder parcialmente a la representación local de las empresas, sobre todo en lo concerniente al primer aspecto.

La primera participación en gran escala de donantes no partidarios llegó en 1935. Instadas por el comisario del NSDAP para Sudamérica, las grandes plantas sucursales de empresas alemanas en la Argentina crearon el "Firmen-Ring" para el suministro sistemático de fondos para la propaganda alemana en Argentina. Las contribuciones al exterior de las compañías eran compensadas por pagos o créditos a las empresas madres en Alemania. De allí en más sería éste el mecanismo básico para la provisión de fondos operativos para los proyectos del NSDAP en la Argentina. Ya en 1941, la división de política económica del Auswärtige Amt (AA, el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán) se negó a presionar a las empresas alemanas en la Argentina para que aportaran fondos para la “propaganda económica”.

La IG Farben tenía mejores relaciones tenía con el AA, algo que no resultaba sorprendente, habida cuenta de las desavenencias entre el AA y la Auslands Organisation (AO), la organización exterior del NSDAP con objetivos en el campo ideológico-político. No obstante, en su desarrollo, el AO comenzó a ejercer influencia en el campo del comercio exterior (actuando en la reorganización de diversas cámaras de comercio alemanas), de la política exterior y de la política militar, sin consultar sus iniciativas con el AA.

Con el transcurso del tiempo, las actividades de la AO generaron una creciente resistencia en el AA, sobre todo cuando las actividades del partido comenzaron a deteriorar las relaciones con los países latinoamericanos. La AO consideraba imprescindible mantener con firmeza una política de defensa del germanismo, de conservación de cada gota de sangre alemana. El AA, por su parte, acusaba a estas directivas como las responsables del deterioro de las relaciones con Latinoamérica, considerándolas un problema de gravedad en el marco del conflicto bélico en ciernes. En función de esto último, la defensa del germanismo debía subordinarse a la preservación de las relaciones con el citado subcontinente, ya que, en caso contrario, sus países estrecharían filas con los enemigos de Alemania. Por eso, la posición del AA era mucho más cercana a la de los embajadores, que solicitaban un poder de veto de las actividades de la AO y una clara delimitación de la política exterior alemana a cuestiones económicas y culturales.

Dadas las características del conflicto entre la AO y el AA, no resulta sorprendente que los empresarios de origen alemán tuvieran mejores relaciones con el último. En el caso de la IG Farben, sus vínculos con el AA se veían fortalecidos por el envío periódico de informes a dicho ministerio, los cuales eran estimados por su calidad. Con el estallido de la guerra, la actividad de las empresas alemanas y sus vínculos con la embajada, el partido y, fundamentalmente, con las autoridades argentinas, sufrirán importantes modificaciones.


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Mensaje por 27Pulqui » Jue Jul 30, 2009 3:54 pm

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

La conflagración mundial tuvo un efecto adverso sobre las empresas alemanas. El más obvio de ellos, que afectaba fundamentalmente a las que se vinculaban al comercio exterior, era la dificultad para desarrollar sus operaciones. En el caso de aquellas que operaban fundamentalmente con Alemania recibieron un impacto importante con la interrupción del comercio bilateral. Las que tenían un mercado más amplio, mientras tanto, fueron alcanzadas por las medidas de boicot y listas negras de los aliados. La guerra también provocó trastornos en el desarrollo de los programas de inversiones de varias empresas, incluso en algunos ya trazados, que comenzaron a ser postergados para un futuro indefinido. Sin embargo, las dificultades permitieron también la capitalización de muchas empresas, ya que, al no poder continuar con las remesas de capital a sus casas matrices, algunas filiales optaban por incrementar su propio patrimonio.

Otras dificultades derivadas de la guerra emanaban de la presión norteamericana para que Argentina abandonara su política de neutralidad, que incluyó un embargo económico. De allí que a medida que se generalizaba el conflicto bélico (y sobre todo luego de la Conferencia de Río de Janeiro en enero de 1942) se intensificaron los controles gubernamentales sobre las transacciones de las empresas alemanas con el exterior. Se les exigió, por ejemplo, que hicieran una declaración financiera incluyendo la propiedad de cada una, se limitó el derecho a trasladar capitales al exterior y se colocó interventores en varias firmas (Siemens, Roemmers, GEOPE, Mannesmann, Thyssen, Merck, Schering y Bayer).

En enero de 1944, la ruptura de relaciones diplomáticas y de relaciones financieras y comerciales, así como la interrupción de las comunicaciones radiotelefónicas y radiotelegráficas, complicaron aún más la posición de las firmas alemanas, que terminó con su intervención y posterior liquidación al sancionarse el decreto que creaba la Junta de Vigilancia y Disposición Final de la Propiedad Enemiga, en cumplimiento de las disposiciones del Acta de Chapultepec. Se ha sostenido que la demora del gobierno argentino para romper relaciones con el Eje y la connivencia de muchos funcionarios permitieron un vaciamiento de las empresas alemanas, de modo tal que, al decretarse la intervención, éstas habían logrado ya poner a salvo una buena parte de sus capitales. Si bien esto puede ser cierto en algunos casos, las cuentas bloqueadas por el Banco Central hacia donde confluyeron los fondos incautados a empresas y personas de origen alemán presentan un panorama más contradictorio. Si bien la cifra total es sustancialmente menor a las estimaciones sobre el monto de capitales que se han realizado antes, varias empresas tenían depósitos relativamente altos.

A fines de 1945, el Encargado de Negocios norteamericano hacía una larga evaluación de la situación argentina y la política norteamericana hacia dicho país, en el que, entre otras cuestiones evaluaba los avances contra las posiciones del nazismo. Allí se destacaba que “debemos tener en cuenta ciertos actos que, difícilmente, encajan dentro de la imagen de un gobierno controlado por los nazis. Argentina está en guerra; prácticamente toda la propaganda alemana ha sido detenida por el gobierno; se cerró la embajada y tenemos acceso a sus archivos; los círculos de espionaje alemán han sido destruidos de un modo bastante completo; hemos tenido acceso a los bancos alemanes; (...) las escuelas del eje se han cerrado; la mayoría de los integrantes notoriamente nazis del gobierno han sido alejados de sus cargos (desde luego hay importantes excepciones). Si uno contempla la imagen de la Argentina tal como fue descripta en 1941 y 1942 y la compara con el presente, creo que quedará convencido del gran progreso realizado en la eliminación de las actividades nazis”. El documento refleja que, independientemente de la importancia y magnitud que los capitales alemanes hubieran tenido en los años treinta, hacia el final de la guerra su capacidad de influir sobre las acciones del gobierno argentino y de servir como punto de apoyo de la política del nazismo en América Latina había sido reducida a la mínima expresión. Con la expropiación y la posterior incorporación al patrimonio estatal en enero de 1947, las empresas alemanas quedaron estatizadas y los grupos de capitales alemanes en la Argentina desarticulados por completo.

A finales de la década de 1950, con la política de estímulo a las inversiones extranjeras del presidente Frondizi, los capitalistas alemanes tuvieron la posibilidad de readquirir las empresas. Siete de ellas fueron recuperadas por sus ex-propietarios. En otros casos, el capital alemán no mostró interés en readquirir sus filiales. De hecho, varias empresas habían reingresado en los años cincuenta al mercado argentino a través de nuevas firmas. Además, a algunas de ellas, el Estado durante la administracion de Frondizi les había devuelto las patentes y marcas.


En el próximo mensaje, las conclusiones del tema.
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Mensaje por 27Pulqui » Sab Ago 01, 2009 3:28 pm

CONCLUSIONES

1- Desatada la crisis económica mundial, los grandes terratenientes hicieron pesar su influencia en la política exterior con el objeto de defender el vínculo con Gran Bretaña, el principal comprador de carne enfriada; en consecuencia, el comercio exterior se definió, en forma prioritaria, en los términos del bilateralismo británico.

2- La oposición de los intereses agrícolas y ganaderos norteamericanos al ingreso de los productos argentinos favoreció el ajuste de la conexión anglo-argentina y retrasó el desplazamiento de la nación platense a la esfera de influencia norteamericana, pese a que Estados Unidos se había convertido en la década de 1930 en el mayor proveedor de capitales y bienes de tecnología.

3- Alemania era un mercado secundario. La crisis política y económica padecida por el país europeo debilitó las relaciones comerciales con la Argentina. La misión germana de 1934 revitalizó el intercambio. No obstante el mayor interés de Alemania en el comercio de granos, el país europeo se transformó en el principal comprador de carnes congeladas argentinas. En algunos rubros, con las ventajas del convenio de compensación, las ventas alemanas ocuparon el primer lugar o se acercaron a las de los norteamericanos.

4- La neutralidad a ultranza mantenida por Castillo y sus sucesores militares hasta enero de 1944 debe ser estudiada a la luz de las motivaciones económicas (en especial las heredadas de los años treinta) y de la hostilidad de los Estados Unidos en sus relaciones internacionales con la Argentina; sin que ello implique ignorar a un sector pro-Eje pequeño, pero influyente, en el clima intelectual y político.

5- El comercio germano-argentino cayó casi completamente con el inicio de la guerra, y, aunque es probable un pequeño contrabando de algunos materiales estratégicos hacia Alemania, la Argentina, a diferencia de otros neutrales, no contribuyó a la base económica del esfuerzo de guerra alemán.

6- Antes de plantearse el problema de la neutralidad argentina, Estados Unidos daba prioridad al rearme brasileño en desmedro de las Fuerzas Armadas argentinas. Las administraciones platenses procuraron proveerse de equipamiento bélico estadounidense; el embargo norteamericano impulsó a las autoridades a la compra de armamento alemán a partir de 1942 y reforzó las tendencias nacionalistas.

7- Alemania había sido el país extranjero que más influyera en el ejército argentino. En la década de 1930 Alemania participaba en el desarrollo de la industria militar, la asistencia germana se interrumpió con la guerra. Pese al ascendiente alemán, a siete meses de instalada en el poder, la jerarquía militar rompió relaciones con el Eje; esto indica una actitud internacional suya más flexible que la de Castillo.

8- Existieron contactos abiertos y secretos con Alemania para la compra de armas; también fue explorada la triangulación por la vía española. El material bélico importado fue escaso, sobre todo en comparación con el armamento norteamericano que recibía Brasil por préstamo y arriendo. Significativamente, las dificultades para equiparse hicieron de una fuente no tradicional como España una alternativa. En concreto hubo muy poco interés hispano-alemán en el rearme argentino.

9- Los gobiernos argentinos durante la guerra abastecieron eficazmente de alimentos y materias primas a Gran Bretaña. Además, la resistencia argentina a la política panamericanista del gobierno estadounidense (es decir a la hegemonía norteamericana en el continente) detenía la declinación de la influencia británica. Estados Unidos no dependía de los suministros platenses, y, por el contrario de la diplomacia inglesa, el Departamento de Estado no tuvo un análisis objetivo de la situación, sobre todo la “línea dura” encabezada por Hull. En estas contradicciones residen las diferentes perspectivas de las potencias aliadas ante el problema argentino.

10- Las inversiones alemanas se ubicaban en tercer lugar, muy lejos de las británicas. Los capitales alemanes evolucionaban en sectores que por sus características tendían a la concentración, algunos de ellos dinámicos. Desde la década de 1920, los capitales estadounidenses avanzaban en ramas dinámicas. Las principales inversiones inglesas dominaban sectores de tendencia vegetativa, ligados a la agroexportación. No obstante la inserción norteamericana y la implantación alemana en el mercado argentino (incluyendo los vínculos con argentinos influyentes), al desatarse la guerra en la clase dirigente local predominaba el status quo probritánico.

11- En el conflicto las empresas alemanas quedaron aisladas de la casa matriz, sufrieron el boicot aliado y fueron intervenidas por las autoridades argentinas. Al finalizar la guerra, las firmas germanas fueron expropiadas por el Estado. La conflagración y sus consecuencias restan elementos para el análisis de la inmediata posguerra, en principio es válido suponer que los estadounidenses estaban en condiciones de adaptarse mejor (y de alinear al hemisferio) en la nueva división internacional del trabajo.

Fin
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Mensaje por José Luis » Dom Ago 02, 2009 11:23 am

Buen trabajo. Mis felicitaciones y gracias.

JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

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Mensaje por 27Pulqui » Dom Ago 02, 2009 9:21 pm

Gracias José Luis. Queda el tema listo, con un final tardío pero útil al fin como marco para ampliaciones o para la controversia. Saludos cordiales.
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