La esterilización de los "bastardos de Renania"

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

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Eckart
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La esterilización de los "bastardos de Renania"

Mensaje por Eckart » Dom May 03, 2009 3:45 am

Tras la Primera Guerra Mundial, entre las tropas de ocupación aliadas que quedaron en la región alemana de Renania, se contaba un buen número de soldados negros. Muchos de estos hombres mantuvieron relaciones con mujeres alemanas que devinieron en alumbramientos de niños mestizos o negros. Ya durante los años de Weimar, más concretamente en 1927, se trató por parte del Ministerio del Reich para los Territorios Ocupados y de la Agencia del Reich para la Salud la conveniencia de controlar la continuidad de esa descendencia no blanca. La posibilidad de esterilizar a esos niños, el mayor de los cuales contaba en ese momento con 8 años de edad, llegaría a ponerse sobre la mesa, aunque la ley impedía una acción de tales características y nunca se llegaría más allá de la mera propuesta. Sería con la llegada de los nacionalsocialistas al poder que el asunto volvería a ser tratado con interés, y aquí el Instituto Kaiser Guillermo de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia de Berlín, tendría un papel destacado.

El 13 de abril de 1933, Hermann Göring, como Ministro de Interior de Prusia, pidió a los gobernantes de Düsseldorf, Aquisgrán, Coblenza, Colonia y Wiesbaden que reunieran estadísticas sobre el número y edades de estos niños “bastardos”. El 28 de febrero de 1934, el mismo Göring informó del resultado de este trabajo: en Prusia había 145 niños descendientes de negros, de edades comprendidas entre los 4 y los 15 años. En el distrito de Dusseldorf se registraron 4, en Aquisgrán 6, en Trier 16, en Colonia 6, en Coblenza 24 y en Wiesbaden 89 “niños mulatos”. El ministerio estimó el número total entre 500 y 600 niños. En abril de 1934 el Ministerio de Interior del Reich solicitó listados semejantes a los gobiernos de Baviera, Baden, Hesse, Oldenburg y Prusia (en estos listados acabarían por ser registrados otros ciudadanos alemanes no blancos, como los provenientes de las antiguas colonias alemanas, e incluso músicos y artistas de circo).

Al mismo tiempo que se recopilaban esas estadísticas, el 19 de abril de 1933 se puso en marcha un estudio antropológico. Ese día, Arthur Ostermann, subsecretario en el Ministerio de Interior de Prusia y vicepresidente de la Sociedad Alemana de Higiene Racial en su sección de Berlín, informó al jefe de gobierno de Wiesbaden de que un antropólogo sería enviado a la ciudad con el propósito de hacer el estudio. Puesto que Ostermann tenía vínculos directos con Eugen Fischer, director fundador del Instituto Kaiser Guillermo, este centro fue el encargado de desarrollar el estudio. Fischer encomendó directamente a su ayudante Wolfgang Abel la tarea. Los resultados se publicarían en 1937 en la Revista de Morfología y Antropología (Zeitschrift für Morphologie und Anthropologie).

Puesto que cuando comenzó a realizarse el estudio en 1933 los censos de niños “bastardos” no se habían completado, Abel limitó su estudio al distrito de Wiesbaden, donde se conocía el mayor número de casos hasta ese momento. Examinó 39 niños de Wiesbaden y Biebrich, de los cuales 27 fueron catalogados como “bastardos marroquíes” y 6 como “bastardos de Annam” (antigua colonia francesa en Vietman). Abel fotografió a todos los niños, les tomó medidas antropométricas y evaluó los historiales de salud conservados por los médicos de los colegios. Encontró “muy pobre” el estado de salud de todos ellos. En más de la mitad de los casos, diagnosticó cambios raquíticos en la caja torácica o rodillas; además, en varios casos, paladar óseo alto y dientes malos, inflamación ganglionar, postura flácida, tortícolis congénita y pies planos o en aducción. Abel destacó la elevada incidencia de tuberculosis, sobre todo entre los “bastardos marroquíes”, lo que propuso que podía ser debido a que los marroquíes estaban raramente sometidos a infecciones en su país y que, por ello, no habían creado anticuerpos, o a que bajo esas condiciones no se daba la “selección de los individuos resistentes y la eliminación de los menos resistentes”.

En cuanto al intelecto, estudió los expedientes académicos de 993 niños, concluyendo que los “bastardos de Renania” eran intelectualmente inferiores. A partir de los testimonios de profesores y educadores sociales, y de acuerdo con sus “propias impresiones”, Abel decidió que los “bastardos marroquíes” se distinguían por su testarudez, por su predilección por la vida callejera y por ser difíciles de educar. Sobre los “bastardos de Annam”, afirmaba que eran más manejables. En definitiva, Abel concluyó que “la cusa principal de las condiciones adversas de los bastardos entre nuestra población en Renania, se debe a la mezcla de la raza caucásica con la negra y mongoloide”. A pesar de todo, Abel no pudo descartar por completo que las condiciones sociales en las que vivían esos niños fueran influyentes: algunos de los niños eran mantenidos sólo por sus madres, quienes debían de trabajar duro fuera de casa y tenían poco tiempo para educar a sus hijos. En otros casos, el último marido de la madre había renunciado al niño y este tenía que haber sido enviado a vivir con otra familia.

Las conclusiones de Abel fueron decisivas para las subsiguientes decisiones que acabaron por tomarse. Abel publicó en febrero de 1934, sin mencionar el estudio que estaba por aquel entonces realizando, un agresivo artículo en la revista Neues Volk (1) titulado Bastarde am Rhein (Bastardos en el Rin), en el que invitaba a los políticos a tomar decisiones para “prevenir la propagación del sufrimiento”. No muy veladamente recomendaba la esterilización de los “mestizos”, a pesar de que la legislación existente no cubría una medida tal. El asunto ya estaba tomándose muy en serio por parte de las autoridades y se sucedían los pasos hacia una solución definitiva.

En esos momentos no se contemplaba la creación de una ley especial que permitiera la esterilización de los “bastardos de Renania” por razones de política exterior. El Ministerio de Exteriores se resistía e insistió en aplicar leyes raciales sólo a la minoría judía dentro de Alemania para no empañar las relaciones con Japón, China, India, Turquía y los países de América del Sur. Del mismo modo, esa posibilidad de esterilización quedaba fuera de la Gesetz zur Verhütung erbkranken Nachwuchses (GzVeN), la ley para la prevención de descendencia hereditariamente enferma que entró en vigor el 1 de enero de 1934. No obstante, la propia redacción de la ley dejaba una laguna legal al indicar como una de las enfermedades motivo de esterilización la “debilidad mental congénita” (angeborenem Schwachsinn). Este punto fue referenciado por Göring en una carta a los gobiernos regionales afectados, carta que indicaba que se podría esterilizar a aquellas personas a las que se les aplicara el diagnóstico de “debilidad mental moral” debido a sus modos de vida. Puesto que los hallazgos de Abel (Göring incluyó su artículo del Neues Volk en la carta) mostraban evidencias de “inferior disposición mental y espiritual”, en muchos casos fue posible, posteriormente, conseguir la esterilización de acuerdo con la GzVeN. Las oficinas gubernamentales correspondientes recibieron instrucciones “para dedicar especial atención a estos mestizos” en observancia de la GzVeN.

El 11 de marzo de 1935 tuvo lugar una reunión del Grupo de Trabajo II “Higiene Racial y Política Racial” del Consejo de Expertos para Población y Política Racial, consejo este constituido por los nacionalsocialistas en 1933. Uno de los puntos de la sesión fue una charla del director de la Oficina de Política Racial del NSDAP, Walther Groß, sobre “caminos para resolver el problema de los bastardos”. Groß afirmó que un total de 385 “bastardos negros” había sido registrado y que estimaba que había un total de entre 500 y 800 (2). La reproducción de estos bastardos no era deseable y tenía que ser prevenida. Existían dos formas de hacerlo: sacarlos fuera del “Lebensraum alemán” o la esterilización. Groß destacó que la actual ley no ofrecía ningún punto de apoyo claro a la esterilización de los “bastardos de Renania”; como mucho, se podía hacer tres cosas:

- En tácito acuerdo con los oficiales médicos públicos y las cortes de salud hereditaria, estirar las provisiones de la GzVeN del tal modo que el caso de los bastardos quedara cubierto.
- Crear una nueva ley.
- Esterilizar ilegalmente mediante organismos especialmente formados para tal propósito, independientemente de los procedimientos habituales de la Corte de Salud Hereditaria.

Groß excluyó la primera posibilidad basándose en que en ese momento Alemania no tenía a su disposición todavía un aparato lo suficientemente discreto y fiable para cometer violaciones de la ley en casos tan especiales sin que fueran advertidas. La segunda opción sería la más deseable, pero quedaba totalmente fuera de consideración por razones de política exterior. Así, Groß abogó por la tercera posibilidad: esterilización ilegal conforme al modelo de aborto por indicaciones eugenésicas, el cual Gerhard Wagner, Reichsärzteführer (Jefe Médico del Reich) había puesto en marcha recientemente con el apoyo de Hitler. De todos modos, tales esterilizaciones sólo podrían ejecutarse con el consentimiento escrito de las madres. Antes de proceder con la esterilización, se tenía que obtener la opinión de un médico experimentado en antropología y confirmar sin dudas la paternidad de un soldado de ocupación no blanco. Groß puso el énfasis en la obligación de la oficina correspondiente de buscar opinión experta, puesto que un caso que encontrara oposición y se hiciera público podría arruinar todo el plan.

En la puesta en común posterior a la charla de Groß se escucharon propuestas de todo tipo: Fritz Lenz, director del departamento de eugenesia del Instituto Kaiser Guillermo de Berlín, indicó que las dificultades que se planteaban no le habían quedado claras hasta la charla de Groß y que no veía una solución factible; en todo caso la “exportación” de los niños bajo consentimiento de sus familiares. Ernst Rüdin, psiquiatra y veterano del movimiento eugenésico, quería ofrecer a los “bastardos” la posibilidad de elegir entre la esterilización voluntaria o la emigración. Herbet Linden, médico con responsabilidades en diferentes oficinas del Ministerio de Interior del Reich, argumentó, con referencias al estudio de Abel, en favor de la esterilización de los “bastardos marroquíes” en base a la GzVeN; otra solución debería encontrarse para los “bastardos de Annam” y otros “mestizos” en el Reich. Al final, la asamblea llegó a un consenso para proponer la esterilización tanto voluntaria como obligatoria de acuerdo con la GzVeN, o la esterilización ilegal sobre la base de la voluntariedad. Se acordó no intentar un plan de emigración, por motivos meramente financieros. La decisión final se dejó para Hitler.

Desde este punto, el curso de la toma de decisiones ya no puede seguirse por el material de archivo. Lo que queda claro es que la “cuestión de los bastardos” se resolvió finalmente de la manera propuesta por Groß: mediante esterilización ilegal desoyendo los “principios de voluntariedad”. Muy probablemente, al igual que en el caso de los abortos eugenésicos, Hitler emitió una orden verbal, aunque esto no puede confirmarse. Su ejecución fue confiada a la Gestapo. Pera ello, en la primavera de 1937 se formó una “Comisión Especial 3” en Berlín. El Ministerio de Interior del Reich facilitó la documentación recopilada y la comisión recabó otros nuevos informes; por ejemplo, sobre tutela legal. Tres comisiones se crearon en Alemania, las cuales incluían especialistas en antropología facilitados por el Instituto Kaiser Guillermo: Wolfgang Abel, Engelhard Bühler (hematólogo, miembro del NSDAP y la SS), Herbert Göllner e, incluso en una ocasión, el propio director Eugen Fisch. Finalmente, a partir de la opinión de expertos en antropología racial, se esterilizó a un total de 385 niños en 1937.


Notas:
(1) Publicación de la Oficina del Reich de Política Racial.
(2) Estos niños no estaban bajo protección de la Liga de Naciones. Como hijos ilegítimos tendrían la nacionalidad de la madre de acuerdo con la Ley alemana, pero en caso de reconocimiento de paternidad por parte de un soldado de ocupación francés, conforme a la Ley francesa, tendría también la nacionalidad francesa junto con la alemana.

Fuente:
SCHMUHL, Hans-Walther. The Kaiser Wilhelm Institute for Anthropology, Human Heredity, and Eugenics, 1927-1945. Springer Science + Business Media B.V., 2008.
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La esterilización de los "bastardos de Renania"

Mensaje por homer5275 » Dom May 03, 2009 11:07 am

Hola Eckart

No solo fueron esterilizados los "bastardos de Renania" sino tambien los hijos de los colonos alemanes que volvieron despues de la I Guerra Mundial. Recordemos que el matrimonio mixtos estaban prohibidos en la Alemania Nazi.

Alemania tenía algunas pequeñas colonias en África. Por la época en que Hitler fue nombrado canciller, vivían en el Reich unos 25.000 afroalemanes. Algunos eran inmigrantes venidos de las colonias, otros descendientes de los matrimonios entre éstos y mujeres alemanas, y otros, la mayoría, fruto de las relaciones entre alemanas y soldados franceses de las colonias, durante la ocupación de Renania en la I Guerra Mundial. A estos afroalemanes los nazis los llamaban Schawrzesmach, “vergüenza negra”, o Rheinlandbastarde, “bastardos renanos”.

Según Hitler, estos afroalemanes eran el resultado de una alianza entre negros y judíos que conspiraba para infectar la raza aria. Y, como los judíos alemanes, los negros alemanes fueron despojados de su ciudadanía, esterilizados, expropiados de sus bienes y, finalmente, deportados a los campos.

Un saludo

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La esterilización de los "bastardos de Renania"

Mensaje por Eckart » Dom May 03, 2009 2:22 pm

Hola, Hommer.

Se hacen necesarias unas puntualizaciones sobre lo que me comentas, puesto que tus afirmaciones puede mover involuntariamente a engaño. La comunidad negra en Alemania nunca estuvo sometida oficialmente a persecución; nunca se aprobaron leyes o acciones globales oficiales contra ella, salvo en el caso ya comentado de los "bastardos de Renania". Antes de 1937, por cuestiones de política exterior, el Auswärtiges Amt anunció no en pocas ocasiones la conveniencia de no ofrecer al exterior ninguna muestra de persecución contra la comunidad negra. Un ejemplo dado en 1934:
  • El ánimo general de la población con la cuestión racial ha expuesto con frecuencia a los negros a ofensas personales y desaires. Que esta situación alimenta rencor entre los negros es obvio. Este rencor es especialmente desagradable para nosotros, puesto que no se limita a los negros que viven aquí. Por las relaciones que, naturalmente, tienen con África, también tiene efecto allí. Si la cuestión de un mandato alemán en África se tornara de pronto urgente, estas circunstancias pueden tener repercusiones extremadamente desagradables para Alemania. Así, en lo posible, deberíamos tratar de eliminar los motivos de rencor de entre los negros que viven aquí.*
Después de 1937 y durante la guerra, contrariamente al caso de los judíos o los gitanos, los negros nunca fueron objetivo de exterminio, principalmente por los mismos motivos de política exterior y también porque la negra suponía una comunidad muy pequeña y dispersa, sin cohesión, formada en muchos casos por individuos aislados venidos de África a trabajar o estudiar: los negros no suponían una amenaza política, cultural o económica para el régimen.

No obstante, que no existieran leyes discriminatorias concretas contra ellos, que no fueran objeto de exterminio y que muchos de ellos conservaran sus puestos de trabajo cuando los judíos ya habían sido expulsados de ciertas profesiones y puestos (volvemos a que su presencia no era tan alta como para decretar prohibiciones concretas), no significa que los negros no fueran objeto de discriminación efectiva o que tuvieran una vida fácil. Como ya comenté en el texto anterior, las leyes raciales de Núremberg eran susceptibles de ser interpretadas de diferentes formas en algunos de sus puntos, de modo que los negros también podían quedar incluidos en ellas, pero esto ya era cosa de los administradores locales y regionales que decidieran tomar medidas contra los negros; de ninguna manera existían referencias explícitas a ellos en las leyes.

Respecto a los campos de concentración y la emigración forzosa, muchos negros pasaron por ello, pero no en mayor medida que cualquier otra persona podía ser internada o perseguida por motivos políticos o “delictivos”, con toda la elasticidad que este último término adquirió en la Alemania nazi. No existe documentación suficiente que indique un número de aproximado de negros internados en los campos, los motivos de arresto, su estatus o su destino final. Sólo se conocen informaciones fragmentadas y el testimonio de algunos supervivientes, internados en su momento por sus actividades políticas o por ser “problemáticos”. Algunos de ellos no eran alemanes, sino belgas o franceses detenidos durante los años de ocupación.

En conclusión, nunca existió un plan de persecución sistemática contra los negros. Las acciones represivas que pudieran darse (retirada de pasaportes, despidos laborales, encarcelamientos, etc.) quedan totalmente sometidas a variables temporales y locales, de acuerdo con la aplicación e interpretación concreta de los diferentes decretos y leyes raciales en un momento u otro. Hasta donde yo sé, el infame plan de esterilización de los “bastardos” renanos fue la única acción oficial “global” (y entrecomillo por haberse limitado a una región muy concreta) desarrollada contra la población negra.


* LUSANE, Clarence. Hitler's Black Victims. The Historical Experiences of Afro-Germans, European Blacks,
Africans, and African Americans in the Nazi Era.
Routledge, 2003. p. 90. Los demás datos provienen también de este trabajo.

Un saludo.
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La esterilización de los "bastardos de Renania"

Mensaje por Claus von Stauffenberg » Jue Jun 25, 2009 5:47 pm

Un mensaje genial :sgm120:
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Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.

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