Teosofía, ariosofía, antroposofía

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

Moderador: José Luis

maximus

Teosofía, ariosofía, antroposofía

Mensaje por maximus » Mié May 20, 2009 11:52 am

Acabo de leerme el libro "Secret Germany", de los autores Baicent y Leich, que abunda en la cuestión de los orígenes "filosóficos y religiosos" del nazismo. Tema nunca suficientemente tratado.

Para los autores, el origen del nazismo está en el origen del germanismo o arianismo. Aunque algunos autores que yo había leído retrotraen el "problema alemán" a las espantosas guerras de religión de la "Guerra de los Treinta años", estos encuentran que el origen estaría en la belicosidad prusiana, derivada del fanatismo de los Caballeros Teutones, en la tierra fronteriza con el Este, Baja Edad Media. También recuerdo haber leído que, hasta la aparición del nacionalismo prusiano a mediados del siglo XIX, Alemania era en el mundo lo que Suiza es hoy: país de cuentos de hadas, de estupendos castillos, risueñas ciudades comerciales a orillas de los grandes ríos, con abundancia de poetas, músicos y filósofos, una especie de Paraíso centroeuropeo.

La victoria prusiana y alemana sobre Napoleón desataría el nacionalismo alemán, un fenómeno nuevo, y así lo juzgaba entonces Goethe,según los autores del libro:

Goethe se alarmó por el surgimiento del nacionalismo alemán durante la guerra de Liberación. Llegó a la conclusión de que al pueblo alemán no se le podían confiar responsabilidades políticas. Estaba convencido de que en parte se debía a que los alemanes estaban claustrofóbicamente cercados y rodeados de tierra. Se preguntó de qué manera el pueblo alemán encontraría un espacio en el que expandirse, extenderse y llegar más lejos. Dicho impulso debía adoptar, necesariamente, la forma de expansión territorial, lo que de manera inevitable conducía a la agresión militarista.
Sólo había una esfera en la que el pueblo alemán podía expandirse y extenderse de manera segura y válida: el ámbito de la cultura y el espíritu. Sostuvo que Alemania no era una nación en el sentido convencional, sino por su espíritu y cultura.
(...) La racionalidad y la irracionalidad debían luchar entre sí, cohabitar, oponerse y alcanzar el equilibrio en esa esfera.


Goethe, incluso, prevee que, en un siglo, el militarismo alemán podría llevar a la catástrofe por su incapacidad para desligarse de sus principios irracionales. El poeta Heinrich Heine, por la misma época, considera que "el demagogo germano es terrible porque se alía con los poderes primitivos de la naturaleza y evoca las fuerzas demoníacas del antiguo panteísmo germano"

Así pues, hay un sustrato irracional en la filosofía popular alemana que llega a la idea de "Das Volk" como entidad colectiva heroica y cósmica, divinamente ordenada para manifestar el poder del pueblo. Esta filosofía es imprescindible para desarrollar el necesario nacionalismo alemán, sin el cual sus logros económicos y políticos no tendrían salida. Parece ser que un fenómeno similar se da también en Rusia. La relación entre das Volk y el suelo retorna a una simbiosis arcaica, atávica y precristiana, la volcánica energía que acechaba bajo la frágil corteza de la sociedad alemana y que en cualquier momento podía entrar en erupción.

Yo entiendo que concurririan una serie de factores:

-nacionalismo demasiado joven, previo a la existencia de estados consolidados como Inglaterra, Francia o España.
-falta de referentes históricos precisos, de los que sí disponían italianos o griegos
-tradición militarista prusiana (tierra de frontera con el ignoto Este)
-cristianización relativamenre reciente y dispersión en diversas iglesias cristianas
-industrialización masiva, que exige crear estructuras políticas que la sustenten

"Fausto" sería, por tanto, el gran mito alemán.

El irracionalismo anticristiano se abre paso entonces, y el mismo Hegel antecede a Nietzsche.

Todas estas cuestiones tan intelectuales acaban calando en la cultura popular, ya que se alientan las tradiciones esotéricas que en Alemania están mucho más vivas que Francia o Inglaterra (ya se sabe que los ingleses no se toman nada en serio y el republicanismo francés es imparable). Con la llegada de la colosal figura de Richard Wagner, el delirio ario y germanista llega a todos los públicos.

En esta época, modas esotéricas procedentes de Francia e Inglaterra (estados donde la gente gusta de relatos sobre lugares exóticos) llegan a Alemania. El gran invento mundial es la "teosofía". Unos cuantos charlatanes ilustrados afirman haber descubierto una "síntesis suprema y definitiva de todas las religiones, la ultrarreligión universal y abarcadora del futuro". O sea, que lo que hoy llamamos "new age" no tiene nada de nuevo. En 1884 se crea en Alemania la primera sociedad teosófica que rápidamente conecta con el irracionalismo nacionalista: sectas de orientación volkische, panaria y antisemita que enseguida son llamadas "ariosofía".

En 1905, un tal Lanz von Liebenfels crea la "Orden de los nuevos templarios" en Viena, una secta ariósofa que ya utiliza la esvástica como símbolo. Tienen una revista llamada "Ostara", y un Hitler de 20 años ya se interesa personalmente por la chifladura. De otras sectas intermedias surgirá la "Sociedad Thule", sobre la cual se ha escrito en el foro

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Derivación benigna de la teosofía fue la "antroposofía" de Rudolf Steiner, una cosa sana... aunque inane.

Resultado es, pues, que una serie de condicionantes sociales exacerban unas tendencias culturales un tanto dudosas de un pueblo joven y brillante. El nazismo es fruto de un oportunismo político, pero se nutre de principios seudorreligiosos que en cualquier otro país (como Gran Bretaña) no habrían sido más que el hobby de cuatro chiflados (como Conan Doyle o Alistair Crowley).

El libro que he leído parte de la historia ejemplar del héroe Claus von Stauffenberg... y es que este hombre pertenecía a una especie de secta irracionalista creada alrededor del poeta Stefan George. Tanto Stefan George, como Nietzsche, como el novelista Ernst Júnger, fueron reivindicados por los nazis por su carácter irracionalista (y Richard Wagner, por supuesto). Todos estos sujetos, unos vivos y otros muertos ya, desmienten esta vinculación, pero el argumento para desmentir la vinculación nazismo-irracionalismo intelectual a mí me parece poco sólido. Se oponen porque los nazis eran demasiado feos y vulgares. Se oponen porque su mismo elitismo se opondría siempre a movimientos de masas, dando por sentado que sólo un intelectual puede elegir ser irracional. La excepción parece que fue el filósofo Martin Heidegger, quizá lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que desde el momento en que un intelectual elige lo irracional, ya no tiene derecho a sentirse elitista ni bello.

La guerra terminó con todo esto: Prusia fue barrida del mapa y la Unión Europea ha integrado en sus mercantiles fronteras a unos alemanes que ahora son racionales y felices.

Como imagino que he escrito alguna barbaridad que otra, animo a que me corrijan...

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