Sobre la responsabilidad de la Kristallnacht y la participación de la Stoßtrupp-Adolf Hitler

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Eckart
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Sobre la responsabilidad de la Kristallnacht y la participación de la Stoßtrupp-Adolf Hitler

Mensaje por Eckart » Dom Jul 26, 2015 9:42 pm

Las declaraciones sobre los disturbios de la Kristallacht registradas durante el proceso de Núremberg entre 1945 y 1946, son una de las fuentes fundamentales sobre las que los historiadores han basado su reconstrucción e interpretación de los hechos acaecidos entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938 en todo el Reich alemán. Sin embargo, esas declaraciones son lo suficientemente contradictorias como para que los historiadores hayan discutido durante décadas la responsabilidad del gran pogromo (1). Entre los testigos abundó el objeto de exculpar a Hitler y su autoría difícilmente pudo ser demostrada por los investigadores. La tesis que prevaleció durante la mayor parte del tiempo fue la que responsabiliza a Joseph Goebbels del estallido de la violencia. Esta tesis se apoya básicamente en un incendiario discurso que este diera en el ayuntamiento viejo de Múnich la tarde del 9 de noviembre, durante los fastos anuales organizados para conmemorar el Putsch de 1923.

El motivo del pogromo fueron los disparos que Herschel Grynszpan, un inmigrante judío de 17 años de edad, de Hannover, había dado la mañana del 7 de noviembre 1938 al Secretario de Legación alemán Ernst vom Rath en París, dejándolo gravemente herido. Inmediatamente después de que se conociera el atentado y aparecieran los primeros informes de prensa, extremadamente antisemitas, se dieron ya el 7 y el 8 de noviembre los primeros disturbios en las regiones de Kurhessen y Magdeburgo-Anhalt. Estos primeros ataques contra comercios y sinagogas judíos fueron impulsados por directivas regionales del NSDAP, sin intervención de la jefatura nacional del partido (1). Sobre los incidentes, Goebbels escribió en su diario el día 9:
  • «En Hessen, grandes manifestaciones antisemitas. Incendian las sinagogas. ¡Si se pudiera desatar ahora la ira del pueblo!» (2).
En este comentario se advierte que la «ira popular», en forma articulada, no había sido utilizada hasta el momento, por tanto no pudo haberse puesto en marcha ninguna acción centralizada, al menos antes del día 9 de noviembre. No fue hasta después del discurso del ministro de propaganda que la violencia estalló en Múnich y se propagó por el resto del país. No existe documento oficial que demuestre que Hitler ordenara el desencadenamiento del pogromo, es por ello que su origen fue encontrado por muchos historiadores en el propio ministro y su discurso del 9 de noviembre, dejando a Hitler en un plano secundario, como agente pasivo.

Esta idea cambió del todo con la salida a la luz de los diarios completos de Goebbels en 1992. En ellos se encuentran anotaciones clave que demuestran la responsabilidad de Hitler en el pogromo. La anotación decisiva, destacada por Ian Kershaw en 1998 (3) o más recientemente por Peter Longerich en 2010 (4), es una del día 10 de noviembre. Goebbels solía escribir sus entradas de diario a día vencido, al día siguiente, por lo que lo escrito el día 10 corresponde a lo por él vivido el día 9. Este día, la noticia del fallecimiento del diplomático vom Rath llegó a Múnich después del mediodía. La posibilidad de que Goebbels y Hitler ya hablaran en la casa de este sobre el pogromo antes de la celebración en el ayuntamiento, no deja verse en las anotaciones de Goebbels. Tampoco parece sustentarse la afirmación de Kershaw de que ambos fueron juntos hasta el ayuntamiento viejo (1). Lo más probable es que Goebbels llegara alrededor de las 18 horas al lugar y allí se encontrara con Hitler por primera vez tras el deceso del diplomático. Esto también explicaría por qué el Führer tuvo «durante esa cena, una extraordinariamente intensa conversación con Goebbels» (5). Y hablaron sobre los disturbios de los días 7 y 8 en Kurhessen:
  • «Voy a la recepción del partido en el ayuntamiento viejo. Grandísima actividad. Expongo al Führer el asunto. Él decide: dejar que sigan las demostraciones. Retirar a la policía. Los judíos deben llegar a sentir por una vez la ira popular. Eso es correcto. De inmediato doy las instrucciones correspondientes a la policía y al partido» (6).
Aquí aparece Hitler como pieza imprescindible: Goebbels expone los sucesos y Hitler decide que las cosas sigan adelante, ordenando además que la policía no actúe. De haberlo querido, Hitler hubiera frenado cualquier iniciativa. Horas después Goebbels daría el encendido discurso que desencadenaría el pogromo generalizado en el Reich:
  • «Luego hablo brevemente sobre el asunto ante la dirección del partido. Aplausos atronadores. Todo vuela por los teléfonos. Ahora el pueblo actuará (6)».
Y el pueblo actuó, pero no un pueblo alemán espontáneo. Goebbels había instigado a los presentes a iniciar acciones contra los judíos en todo el Reich, empleando a las tropas de asalto de modo que parecieran revueltas espontaneas populares y no movimientos iniciados por el partido. Los hombres de la SS que participaran en las manifestaciones deberían hacerlo vestidos de paisano. Goebbels indicó durante la madrugada qué se debía hacer y que no.

La participación de la Stoßtrupp
En el diario de Goebbels existen unas anotaciones que aunque no han pasado desapercibidas del todo (7), hasta 2008 no habían sido interpretadas de la manera que Angela Hermann lo hizo (1). La historiadora alemana presenta las citas de Goebbels que, tras el debido análisis, reafirman la idea de la implicación directa de Hitler en la promoción del pogromo, en concreto de su comienzo y extensión por la ciudad de Múnich. Estas hacen referencia a la actuación de la antigua Stoßtrupp Adolf Hitler la noche del 9 al 10 de noviembre. La Stoßtrupp fue formada en la primavera de 1923 como guardia personal de Adolf Hitler. Durante el Putsch de 1923 fue una de las unidades más activas y dañinas de las fuerzas rebeldes. En abril de 1924, muchos de sus miembros fueron condenados a penas de cárcel y la propia tropa fue prohibida, dejando de existir desde ese momento. Sin embargo, aunque no existiera como fuerza activa, sus antiguos miembros, al menos desde 1933, conformaban un grupo tradicional que cada año volvía a reunirse en la conmemoración anual del Putsch. Se le asignaban tareas y funciones propias y sus miembros iban identificados con un brazalete "Stoßtrupp Adolf Hitler", siendo perfectamente visibles (8). En el diario del ministro de Propaganda, una de las más significativas anotaciones sobre los movimientos de esta tropa el 9 de noviembre afirma:
  • «La Stoßtrupp Hitler sale enseguida a arreglar Múnich. Por tanto también sucede enseguida esto. Se destroza una sinagoga. Intento salvarla del incendio. Pero esto falla» (6).
Goebbels intenta evitar que se prenda fuego a la sinagoga Ohel Jackob en la Herzog-Rudolf-Straße, mas no lo consigue. Tras anotar algunos nuevos detalles sobre la noche, indica que:
  • «Entretanto la Stoßtrupp hace su trabajo. Y en efecto hace un buen trabajo» (6).
Y sigue depués anotando unas interesantes observaciones sobre el incendio de la sinagoga, sus propios movimientos y los de los hombres de la Stoßtrupp:
  • «La sinagoga arde. Pronto hacia el Gau. Allí aún no sabe nadie nada. Apagamos sólo en cuanto sea necesario para los edificios contiguos. De lo contrario, dejar que se queme. La Stoßtrupp realiza un trabajo terrible» (6).
La implicación de la Stosstrupp en el incidente es evidente. Pero si Goebbels no deseaba su incendio y en el Gauleitung no sabía «nadie nada», bien tuvieron que quemarla por iniciativa propia o bien por una orden superior. Si se toma en consideración la posibilidad de la iniciativa propia, entonces hay de fijar la atención en una referencia a Julius Schaub en la misma entrada de diario:
  • «Schaub está totalmente volcado. Su viejo pasado de Stoßtrupp despierta» (6).
Julius Schaub como hombre muy activo aquella noche. La tarde del 9 de noviembre, Schaub y siete miembros más de la vieja Stoßtrupp se habían sentado a la misma mesa que Hitler en el ayuntamiento viejo. Allí se dio la posibilidad de que recibieran una orden verbal del Führer, o al menos su consentimiento, para actuar e iniciar así el pogromo en Múnich. Pensar que su salida a la calle para actuar contra los judíos fuera una acción espontánea, resulta difícil a la vista de un suceso acontecido seis meses antes, en mayo. Entonces, en una celebración del partido en Dessau, Schaub tomó una decisión relacionada con un desfile de la Hitlerjugend sin haber recibido órdenes ni consultar previamente, lo que provocó la ira de Hitler y que este le degradara de SS-Gruppenführer a SS-Brigadeführer. Este hecho, según anotó en su diario Goebbels, dejó «totalmente roto» a Schaub e incluso le hizo llorar (9). Es muy difícil pensar que tras semejante experiencia Schaub tomara la determinación de actuar esa noche con la Stoßtrupp -y mucho menos de quemar la sinagoga- sin el consentimiento del Führer. Si se acepta esta última posibilidad como hace Angela Hermann (y que a mí me resulta plausible), se hace todavía más evidente la responsabilidad de Hitler en la Kristallnacht. No sólo por «dejar hacer» a la población e inmovilizar a la policía a través de un Goebbels muy interesado desde tiempo atrás en desatar una gran acción contra los judíos, sino por haber impulsado, o al menos permitido personal y directamente, la participación del grupo de hombres que inició las grandes acciones en Múnich y que según Goebbels se mostró inclemente: la Stoßtrupp realiza un trabajo terrible.


Notas:
(1) Hermann, Angela. Hitler und sein Stoßtrupp in der “Reichskristallnacht“. Vierteljahrshefte für Zeitgeschichte. 2008;4:603-19.

(2) Longerich, Peter. Goebbles. RBA libros, SA. Barcelona: 2012. p. 433. Hermann, p. 608.

(3) Kershaw, Ian. Hitler 1936-1945. Editorial Península. Barcelona: 2000. p. 152.

(4) Longerich, p. 433.

(5) El testimonio es de Karl Friedrich von Eberstein. Hermann, p. 607.

(6) Joseph Goebbels, Tagebucheinträge über die Novemberpogrome 1938 ["Reichskristallnacht"], 10. und 11. November 1938. Bayerische Staats Bibliothek. http://www.1000dokumente.de/index.html? ... t&st=&l=de

(7) Kershaw, p. 152-154.

(8) El hecho de que la Stoßtrupp no existiera como unidad activa en 1938 ha sido usado por una autora revisionista para negar la autenticidad de los diarios de Goebbels. Su tesis es muy débil y vulnerable, queda completamente rebatida por Hermann (p.612-614). Para el texto conflictivo véase Weckert, Ingrid. Dr. Joseph Goebbels und die „Kristallnacht“. Vierteljahreshefte für freie Geschichtsforschung. 2001;2:196-203.

(9) Entrada de diario de 3 de junio de 1938, en Hermann, p. 617.
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Re: Sobre la responsabilidad de la Kristallnacht y la participación de la Stoßtrupp-Adolf Hitler

Mensaje por Mariscal Von Oli » Dom Jul 26, 2015 10:56 pm

¿Porque cree que Goebbels no quería que quemaran la sinagoga? Y, si es cierto que trató de detenerlo, ¿que le impidió hacerlo?
"Muy pronto llegará el momento de decirle toda la verdad al pueblo alemán. No creo que esto conmueva a nadie pues el pueblo alemán sabe más de lo que creemos" Goebbels 1943

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Re: Sobre la responsabilidad de la Kristallnacht y la participación de la Stoßtrupp-Adolf Hitler

Mensaje por Eckart » Dom Jul 26, 2015 11:36 pm

No tengo respuesta. Sobre ese detalle no sabemos más que lo que Goebbels anotó en su diario. Por lo que se ve en uno de los comentarios, a Goebbels le preocupaba que el fuego se extendiera a los edificios colindantes. La cita entera es: «Quiero ir al hotel, allá veo el cielo rojo sangre. La sinagoga arde. Pronto hacia el Gau. Allí aún no sabe nadie nada. Apagamos sólo en cuanto sea necesario para los edificios contiguos. De lo contrario, dejar que se queme». Goebbels se dirige «pronto» o enseguida al Geuleitung en cuanto ve el reflejo de las llamas en el cielo mientras se dirige a su hotel. Parece ser que le preocupó la magnitud del fuego y su posible extensión a los edificios colindantes. Pero todo esto con el fuego ya iniciado. No podemos saber qué pensamiento tenía en la mente antes de que le prendieran fuego, sólo podemos conjeturar.

Un saludo.
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