Esoterismo en el Tercer Reich

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

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Francis Currey
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La lanza de longinos

Mensaje por Francis Currey » Lun Ago 15, 2005 7:19 pm

La lanza de longinos

Cuenta la leyenda que esa lanza fue la que perforó el costado de Cristo cuando estaba en al cruz. Hitler descubrió que había por lo menos otras tres lanzas santas en Europa en esa época: una estaba en el Vaticano, otra había sido llevada a París en tiempos de las Cruzadas, y una más estaba en una iglesia de Cracovia, Polonia. Pero la lanza Longinos, llamada así por el centurión romano que la usaba, había atraído más la atención porque tenía en su asta un clavo supuestamente usado en la Crucifixion.

Se dice que esta lanza fue un talismán poderoso para Constantino el Grande, el primer emperador cristiano de Roma; para el rey franco Carlos Martel, que expulsó de Francia a los árabes en el siglo VIII; para Carlomagno y también para el sacro emperador romano Federico Barbarroja. Según la tradición todos los que la habían poseído resultaron victoriosos. Estas cualidades místicas de la lanza de Longinos fascinaron a Hitler.

El hombre que reveló la obsesión que tenía Adolfo Hitler por la lanza que supuestamente había pertenecido a Longinos era un sabio austriaco, el doctor Walter Stein, amigo de Hitler desde antes de 1914. Según el doctor Stein, la creencia de Hitler en los poderes sobrenaturales de la lanza de Longinos lo llevaron a la magia y el ocultismo. Se consideraba a sí mismo como una reencarnación de Landulfo II de Capua, el terrible tirano siciliano del siglo IX que, se supone, también estuvo en posesión de la lanza. Stein creía que el ascenso de Hitler al poder había sido por la magia negra y la lanza de Longinos.

Cuando en 1938 Hitler anexó Austria al Tercer Reich, una de sus primeras disposiciones fue visitar el Museo Hofburg para reclamar su lanza. Hizo todos los arreglos necesarios para que la transladaran a Nuremberg, donde fue colocada en una iglesia que ordenó convertir en santuario nazi.

Cuando más adelante las fuerzas aliadas bombardearon la ciudad, Hitler ordenó esconder la lanza en una bóveda que había mandado construir dentro de los cimientos del Castillo de Nuremberg.

Finalmente, el 30 de abril de 1945, las tropas estadounidenses entraron en Nuremberg, sacaron la lanza. En la actualidad, la lanza de Longinos está de nuevo en el Museo Hofburg.

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Al tratarse de una reliquia sagrada, la hoja de hierro fue reparada varias veces con plata y oro durante su larga historia. Ahora la mantienen unida un alambre y una funda con inscripciones

Fuente: Mundoparanormal

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ignasi
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Mensaje por ignasi » Jue Oct 06, 2005 12:14 am

Como todos hemos oído, el Santo Grial, según la tradición y la leyenda, es el cáliz que usó Jesucristo en la Última Cena al instaurar la Eucaristía y en la que, posteriormente, José de Arimatea recogió la sangre de las heridas de Jesús en la cruz. Después, la versión más difundida afirma que ese cáliz llegó a Francia y a Inglaterra y, finalmente, los cátaros lo custodiaron en el castillo de Montsegur. A partir de ahí son diversas las ciudades que afirman poseer el Grial: Valencia, Génova, Lucca, Botionda, Lión y Reims. Otras teorías afirman que, tras la caída de los cátaros en Montsegur, el Grial siguió su camino por la Occitania y por las tierras catalanas, primero en el monasterio de San Pere de Rodes y finalmente en el monasterio de Montserrat.
EN la literatura, el Grial aparece por vez primera en el poema “Perveval ou li contes del Graal”, un poema trovadoresco del siglo XI; y hacia 1210 Wolfram von Eschenbach introduce la figura de los caballeros del Grial y el castillo de Montsalvat en el poema Parzifal, que inspiraría a Wagner para su ópera Parsifal.
Pues bien, siguiendo la historia la segunda tradición, y aprovechando que se encontraba en España para preparar la entrevista de Hendaya, el Jefe de las SS, el Reichsführer Heinrich Himmler visitó el monasterio de Montserrat el 23 de octubre de 1940.
La revista “Sàpiens”, en su ejemplar nº.3 de enero’03 publicó un reportaje al respecto, redactado por Jordi Finestres y Queralt Solé, con la asesoría del historiador y monje de Montserrat, Padre Hilari Raguer:

HIMMLER EN MONTSERRAT
“El abad del monasterio de Montserrat Antoni M. Marcel y su coadjutor, Aureli M. Escarré, tenían que aceptar la visita de Heinrich Himmler. No tenían otro remedio: hacía 18 meses que la dictadura del general Franco se había impuesto, en septiembre de 1939 había estallado la Segunda Guerra Mundial y, en poco tiempo, el ejército alemán havia conseguido tener bajo su dominio la mitad de Europa. Además, hacía 8 días que el Presidente de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys, había sido fusilado en el castillo de Montjuïc (Barcelona). Uno de los personajes que había organizado la detención en Francia era el conde de Mayalde, José Finat y Escrivà de Romaní, entonces el Director General de Seguridad español. Fue él mismo quien organizó la visita de Heinrich Himmler en España para cerrar algunos temas, entre ellos el encuentro que tendría lugar el 23 de octubre entre Hitler y Franco en Hendaya, la colaboración mutua en la extradición de ciertos personajes conflictivos para ambos gobiernos y la solución para la gran cantidad de republicanos españoles que estaban en campos de concentración franceses.
Aquel 23 de octubre, la comunidad benedictina recibiría a Himmler, ciertamente, pero no sus máximos representantes. Estos no estaban dispuestos a dar la mano al hombre más representativo de la persecución que en aquellos momentos sufría la Iglesia Católica en Alemania.
Heinrich Himmler, Reichsführer de las SS, subía con todo su séquito por la carretera que envuelve la singular montaña y que lleva hasta la plaza, ante los arcos que dan la entrada al monasterio. La comitiva, formada por diversos automóviles, venia desde Barcelona, a donde aquella mañana había llegado el jefe supremo de la policía del III Reich proveniente de Madrid, dispuesta a satisfacer el curioso interés que este tenía por la montaña de Montserrat. Le acompañaban, entre otras autoridades españolas y alemanas, el general Wolf, jefe de su Estado Mayor; el coronel Gebbardt, jefe de Sanidad de las SS; el teniente coronel Hartmann y el entonces capitán general de Cataluña, Luis Orgaz.
Mientras, el padre Andreu Ripol, designado por orden expresa del abad para hacer de cicerón a los visitantes, esperaba pacientemente. Su dominio de la lengua alemana lo convertía en la persona idónea para guiar a Himmler en representación de la comunidad benedictina del monasterio, una visita que aún hoy, con 94 años, recuerda: “¡Por lo menos eran 70 personas. Ocupaban toda la plaza!”. Lo primero que observó el padre Ripol fue la gran parcialidad de los acompañantes alemanes: todos ellos de uniforme, de la misma altura y aspecto impenetrable, marcando el paso y siempre saludando con un seco taconazo. También recuerda muy nítidamente al general Wolf, acompañante del Reichsfürer, que bruscamente le preguntó si hablaba alemán. Una vez se había asegurado, permitió que el benedictino se acercara a Himmler y se saludasen dándose la mano, no alzando el brazo, para a continuación iniciar la visita a la basílica, la biblioteca, el museo y finalmente subir hasta la cima de la montaña en el teleférico de San Jerónimo.
El padre Gregori Estrada también asistió al encuentro. Hablaba alemán porqué durante la Guerra Civil se había refugiado junto a otros monjes en la abadía benedictina de Maria Laach. Musicólogo, compositor y durante muchos años director del coro, explica que le encargaron que acompañase un militar del séquito para ver la basílica, pero este, taxativo, le contestó: “¡Eso no le interesa al ministro!. ¡Lo que él quiere ver es el exterior”!.
Eso mismo habían informado al padre Ripol: a Himmler lo que le interesaba era la montaña, no el monasterio, y justamente por ese motivo el que ejercía de cicerón paseó al visitante por todas las estancias y rincones del edificio. El padre Ripol aún hoy no puede entender como habían llegado aquellos visitantes con aquellas exigencias, y aun los entendió menos cuando, en la biblioteca, Himmler le pidió la documentación por la que, según el jerarca nazi, forzosamente debía tener Montserrat referente a Parsifal y al Santo Grial. El padre Ripol le respondió que no tenían ningún tipo de documentación. “¿Cómo que no? Ustedes deben tener forzosamente documentación; en Alemania todo el mundo sabe que Santo Grial está en Montserrat” Por mucho que el padre le explicara que toda la documentación del archivo se había quemado durante la destrucción del monasterio en la Guerra del Francés (1808-1814) y que, además, nunca habían habido pruebas documentales de que el Santo Grial se escondiera en Montserrat, Himmler no se dejó convencer. Estaba encabezonado con la idea de que Montserrat era la montaña sagrada de Montsalvat a la que hace referencia la leyenda de Parsifal. Y que, por tanto, los monjes debían saber alguna cosa sobre el Santo Grial.
No fue el único episodio tenso de la jornada. Después de la biblioteca, el itinerario seguía por la visita al museo, donde hay un sepulcro ibérico, pueblo prerrománico que se estableció en la Cataluña actual sobre el 650 AC. El ilustre visitante se lo miró y, al ver que el esqueleto tenía unas medidas considerables, verbalizó sus pensamientos y dijo que el cadáver era de un nórdico. Ante la corrección del padre Ripol, que puntualizó que era un ibérico, Himmler respondió, muy seguro de sí mismo: “Sí, pero eran descendientes de los nórdicos, que bajaron hasta estas tierras.”
El padre Ripol, según explica el mismo, se molestó ante aquellas palabras, y aún se sintió más indignado cuando, encontrándose ya en el museo bíblico, el Reichsführer de las SS pidió, con la mirada, la atención a todos los presentes. Señaló con el índice de la mano derecha la maqueta del Templo de Jerusalén que hay expuesto y exclamó: “Die erste Bank!” (“El primer banco”). El padre Ripol quedó sorprendido. Era un ataque sin duda alguna hacia los judíos, en consonancia con las ideas que los nazis tenían al respecto, pero a la vez se convertía en un ataque a Jesús, que también era judío. Al darse cuenta, Himmler quiso puntualizar que Cristo no era judío, sino que de raza aria, y que en la misma Biblia habían pruebas de este hecho. “Decidí callar, puesto que tanta incultura era increíble”, dice hoy Ripol.
Pero en el trayecto del aéreo de Sant Jeroni se vivió el momento más tenso. Fue cuando Himmler se jactó en voz alta de ser el gran perseguidor de la Iglesia Católica en Alemania e insultó vilmente las comunidades benedictinas que havia en su país. El jefe de las SS y el monje catalán iniciaron una discusión en alemán que asustó a los acompañantes españoles que no entendían nada. El padre Ripol le rebatió todos y cada uno de los argumentos que el jefe de la Gestapo había usado para atacar a la Iglesia y a los benedictinos alemanes: “En los años que he pasado en Alemania nunca he oído ningún tipo de crítica hacia el Gobierno, ni que la Iglesia se implicase en temas políticos; y respecto a lo que decís de la exportación de capitales que esta y los monasterios han hecho, es falso: el único dinero que puede salir es el dirigido a las fundaciones misioneras de África, el Japón y en otros países, pero eso no es una exportación de capitales. Y sobre a lo que habéis aludido acerca de pederastia y sodomía... ausgeschlossen! (¡del todo imposible!). Después de esto, Heinrich Himmler bajó del teleférico. Ya estaban en la cima de Montserrat; finalmente habían llegado allí donde la leyenda alemana y los nazis especulaban que se escondía el Santo Grial.
La visita duró un rato más, hasta que Himmler asumió que no podría sacar lo que buscaba en Montserrat. A ojos de hoy, pero, la pregunta es: ¿cómo es posible que uno de los jerarcas más altos del nazismo, uno de los hombres clave del Estado alemán, hubiera dedicado unas horas de su corta visita a Barcelona para visitar una montaña en búsqueda de un objeto que, según todas las investigaciones serias, forma parte del mundo de las leyendas?
Última edición por ignasi el Jue Oct 06, 2005 12:20 am, editado 1 vez en total.

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Mensaje por ignasi » Jue Oct 06, 2005 12:15 am

La Obsesión esotérica nazi
La misteriosa visita de Himmler a Montserrat fue una etapa más de un viaje cargado de creencias ocultas bajo la bandera del nazismo. La infraestructura militar, social y política estructurada por Hitler a fin de convertir Alemania en un imperio de tenia que dominar el mundo durante mil años, descansaba en una ristra de teorías que giraban alrededor de antiguas leyendas germánicas absolutamente tergiversadas a favor del principio básico de la superioridad de la raza aria sobre las otras.
Fue el mismo Hitler quien enlazó el esoterismo y la política. Durante sus años de juventud en Viena leyó mucho sobre astrología, ocultismo, religiones orientales, la antigua Roma, hipnotismo, yoga y, sobre todo, literatura germánica. De un modo u otro, Hitler quería asociar sus conocimientos pseudo-históricos al misterio de la pureza de la sangre con el objetivo de demostrar que la raza aria había sido la encargada de marcar el destino de los humanos. El joven Hitler encontró respuesta a sus preguntas gracias a una ópera de Richard Wagner, Parsifal, inspirada en los misterios del Santo Grial. El compositor alemán, que havia musicado el poema del Grial cantado por Wolfram von Eschenbach, un trovador del siglo XIII, dramatizó la leyenda centrando la historia en una lucha entre los caballeros que custodiaban el Grial y sus adversarios, identificados como las fuerzas del Infierno. Según la ópera, el Grial era un símbolo sagrado de la sangre de Cristo en manos del caballero Parsifal, pero que se podía convertir en un poder de magia negra si acababa en manos del siniestro Klingsor, otro personaje de la leyenda griálica. Hitler revolvió a la historia del modo más simple: los caballeros del Grial habían traicionado su sangre aria y se habían rendido a la superstición del judío Jesús, basada en los votos cristianos y los ideales compasivos. El Grial debía pertenecer a Klingsor. Convencido de que la sangre de Cristo era aria, ordenó la búsqueda del Grial.

Thule, la secta esotérica del nazismo
Coincidiendo con el ascenso del partido nazi, una secta ocultista llamada Thule Gesellschaft, seguidora de la filosofía oriental y de la magia ritual, vaticinó la llegada de un Mesías alemán, que identificaron con Adolf Hitler. El maestro de la logia era Dietrich Eckart, considerado el inspirador del pensamiento nazi, sobre el cual se apoyan las teorías de Hitler en Mein Kampf. Está documentado que los miembros de la secta Thule practicaron centenares de asesinatos, torturas y violaciones siguiendo los rituales de la magia astrológica. Las victimas fueron, principalmente, judíos y comunistas que desaparecían en extrañas circunstancias. La secta Thule gozó de total impunidad, dado que el mismo Hitler, los altos comandantes de las SS o el ministro de justicia del Tercer Reich, Wilhem Frick, eran partícipes.
Hacia 1936, la secta Thule se incorporó a la Orden Negra de las SS, abrigada por la Ahnenerbe, la oficina del ocultismo nazi. Fue creada por Himmler a petición de Hitler, a fin de costear viajes a diversos puntos del globo para buscar elementos que ratificasen la supremacía de la raza aria. Una de las piezas que había de encontrarse era el Santo Grial.
Himmler confió a Otto Rahn, un arqueólogo alemán, una expedición al sur de Francia, concretamente a la zona de Arièja, donde Rahn supone que se encuentra el símbolo sagrado.
Cinco años antes, el joven aventurero ya había viajado a este lugar para visitar el castillo de Montsegur. Rahn estaba seguro que Montsegur había sido el último reducto cátaro, un fenómeno impulsado por occitanos del siglo XII que rehusaban la fe oficial de la Iglesia Católica. El papa Inocencio III los declaró herejes y fueron totalmente exterminados. Los cátaros, según la leyenda, eran los “hombres puros” que debían custodiar el Grial, escondido en la fortaleza de Montsegur. Según Otto Rahn, el caballero Parsifal en realidad era Raimund-Roger Trencavel, vizconde de Carcassone, y personaje más importante del catarismo y primo de Esclaramunda de Foix, por aquel entonces señora del castillo de Montsegur. Según esta particular interpretación nazi, con la entrada de las fuerzas papales, los cátaros debieron esconder la reliquia en alguna cueva de la comarca.

El mito romántico por encima de todo
Otto Rahn murió el 17 de marzo de 1939 en un accidente de montaña sin haber encontrado el tesoro cátaro. Circularon rumores que las SS habían asesinado a Rahn, ya que se mostraba muy crítico con las tesis nazis, y máximo cuando fue consciente que su abuela materna era judía. Rahn dejó escritas dos obras, “La corte de Lucifer” (1931) y “Cruzada contra el Grial” (1939). En este último libro, narra un viaje a Montserrat y deja escrito “El Grial no estuvo nunca en Montserrat, nunca”
Pero Himmler no hizo caso de la opinión de Rahn. Estaba convencido que el Santo Grial quizás se encontrase en Montserrat. Conocía la visión mágica que tenían de la montaña serrada muchos literatos alemanes del siglo XIX, como el filósofo Wilhelm von Humboldt, que había subido en el año 1800, y que la describió a su amigo Goethe. Este, a principios de 1816, incorporó la emoción que le había transmitido Humboldt en sus versos Geheimnisse: “El lector imaginará ser conducido hacia un Montserrat ideal”, y hacia el final de su vida, añadió: “En ningún lugar encontrará el hombre la felicidad y la paz sino en el propio Montserrat”.
El Reichsführer SS, Heinrich Himmler, influido por estas exaltaciones literarias, valoró seriamente la posibilidad que el Santo Grial se encontrara en nuestro país. Y no dudó en comprobarlo personalmente.”

PS: Como entre nosotros hay amigos sudamericanos, comentar que Montserrat es una montaña rocosa que se alza en mitad de la llanura de la Catalunya Central. Está considerada el centro geográfico de Catalunya, y es su centro espiritual. Desde el siglo X existe una comunidad monástica del orden benedictino, si bien desde antes ya hay documentada la existencia de ermitaños.
Se venera la imagen de la Virgen de Montserrat, popularmente llamada “la Moreneta” (la Morenita), debido al tono oscuro de su piel. Es patrona de Catalunya, y su festividad es el 27 de abril.
El nombre Montserrat significa en catalán, “Monte Serrado”. Según la leyenda, la montaña rocosa fue serrada por los ángeles para dotar de un trono a la Virgen. Así lo cantan los fieles y los peregrinos en el himno de Montserrat, compuesto en el siglo XIX por el poeta romántico Verdaguer.
Adjunto 2 links: el oficial de la abadía de Montserrat y otro que he encontrado de fotografías de la montaña.

http://www.abadiamontserrat.net/

http://www.montserratweb.com/

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Francis Currey
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Mensaje por Francis Currey » Dom Nov 27, 2005 4:45 pm

Los nazis y la Atlantida

"Tanto Himmler como Rosenberg se tomaron muy en serio El mito en cuanto testimonio de una patria primitiva Rosenberg apunta con cierta prudencia la posibilidad de que la Atlántida pudiera haber sido un centro cultural nórdico, patria de una raza creadora de gran cultura, ubicada en lugares “en los que hoy se agitan las olas del océano Atlántico y que son atravesados por gigantescas montañas de hielo” […] También el investigador de las SS Hermann Wirth especulaba con esta misma ubicación: Wirth buscaba la tierra nórdica de Adland –la Atlántida de los griegos- al sudoeste de Islandia, a pesar de que Alfred Wwgwner hubiera demostrado ya la inviabilidad de una suposición semejante al haber formulado diez años antes su teoría de la derviva continental. […] Himmler trató de llevar la leyenda de la Atlántida al territorio científico al someterla a la investigación de una grupo de estudiosos de las SS. […] Tanto el antroposofista Rudolf Steiner como Lanz von Liebenfels estaban convencidos de que el relato bíblico del pecado original y de la expulsión del edén hacían referencia al fin de la Atlántida.

El mito tergiversado de la Atlántida presentaba numerosos atractivos para la asimilación ideológica nazi. Por una parte, ofrecía la posibilidad de ubicar histórica y geográficamente el origen de la raza aria en un universo legendario y ennoblecido por la tradición, lo que constituía en cierto modo su mito fundacional. Por otro, permitía elevar a una dimensión cuasi religiosa el peligro de la mezcla de razas, otro de los dogmas fundamentales del nazismo. La idea de una raza superior de atlantes de la que los arios serían descendientes degenerados alentaba la idea de regresar a la perfección perdida por medio de la eugenesia y depuración racial, compensando así el pecado original que habría ocasionado la pérdida del paraíso biológico de la superioridad física que encontraría en Atlantida su manifestación más perfecta.”

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Los nazis y el Tibet

Mensaje por Francis Currey » Dom Nov 27, 2005 4:50 pm

Los nazis y el Tibet

“El propósito original de la expedición fue muy similar al que motivó la de Tiahuanaco y se basaba en la creencia, compartida por los principales asesores ideológicos de Himmler, según la cual las montañas más altas del mundo podrían haber sido el refugio de una raza aria primigenia proveniente de la Atlántida tras el hundimiento de este continente. En un peculiar sincretismo con el mito budista de la ciudad sagrada de Shambala, se suponía que esos arios primigenios habían creado reinos subterráneos en los que seguirían conservando los secretos más antiguos de su raza. Esta idea se vio avalada por el ingeniero Ferdynand Ossendowski, quien, en un libro muy admirado por Himmler, Bestias, hombres dioses (1920-1921), describe como, en su huida de los bolcheviques a través de Asia central, tuvo noticia del reino subterráneo de Agarthi, lugar en el que se habrían refugiado los supervivientes de grandes continentes hundidos y que sería la sede de un señor del mundo cuya existencia no tardaría en manifestarse en la política mundial.

[…]Aunque, aun siendo miembro de las SS desde 1933 el expedicionario Schäfer era reacio a aceptar esta clase de teorías, su expedición al Tibet de 1938 recibió una financiación de treinta mil marcos del departamento Herencia Ancestral (Ahnenerbe) de las SS, y no dejó de recalcar en público que se trataba de una empresa de las SS […]

Basándose en el célebre experto en cuestiones raciales H. F. K. Günther, Berger (antropólogo de la expedición) partía de la hipótesis de una migración original de la raza nórdica desde Europa septentrional hacia China y Japón, pasando por Asia central. A fin de demostrar esta tesis, efectuó numerosas mediciones craneales a los habitantes del Tibet, actividad que fue cuidadosamente registrada en el documental.

[…] En una entrevista para la revista de las SS Das schwarze Corp. Realizada para la ocasión, Schäfer define a los tibetanos como los más puros representantes de la raza principal amarilla y los califica de “valientes, de gran resistencia y muy capacitados”, aunque esclavizados por el yugo de la religión” […]

La expedición de Schäfer logró crear una actitud positiva respecto a Alemania por parte de los tibetanos, cuyo factor racial europeo en principio los hacía digno de ello. Bajo el lema “Encuentro de la esvástica occidental con la oriental lograron establecerse contactos políticos de alto nivel con el gobierno tibetano que se manifestaron, entre otros, en la declaración oficial de amistad que Qutuqtu de Rva-sgren, el regente tibetano, puso por escrito a la atención del “notable señor Hitler, rey de los alemanes, que ha conseguido hacerse con el poder sobre el ancho mundo”

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http://www.mdr.de/doku/archiv/geschichte/1700640.html

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¿Fue Hitler Un Nigromante?

Mensaje por Francis Currey » Mar Ene 03, 2006 12:39 am


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Mensaje por Eckart » Mar Ene 03, 2006 7:58 pm

¿Fue Hitler un nigromante?
La verdad es que yo nunca he creído mucho en estas cosas. Y a veces hay testimonios que me llevan a dejar de creer totalmente en todo ello.
Un pequeño extracto del texto que nos apunta Francis Currey:
El relato de su confidente, Hermann Rauschning, en su libro "Habla Hitler" es aún más impresionante:
Despierta por la noche, gritando y sufriendo convulsiones. Pide ayuda y parece semiparalizado. Es presa de un pánico que le hace temblar hasta el punto que la propia cama se agita. Emite sonidos confusos a ininteligibles, jadeando como si estuviera al borde de la sofocación...
Esto me parece ya el colmo. Y no porque Ian Kershaw apunte que el relato de Rauschning actualmente esté desacreditado por completo y no sea fiable, sino porque me parece un verdadero exceso una afirmación como la anterior. Como afirma Joachim Fest, todo este tipo de hipótesis y teorías no hacen más que confirmar la impotencia de la razón para explicar el fenómeno Hitler.

Saludos.
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Mensaje por Blitzkrieg » Jue Mar 02, 2006 6:42 am

Hola a todos:

En cuanto a este tema del ocultismo nazi, no se que pensar, creo que es exaltar el personaje de hitler hasta limites insospechados, intentar dar respuesta a su "infinita maldad" que no pongo en duda que se le fue la cabeza, pero entre tanto jerarca a alguno se le fue mas la oya que a el seguro.

Simplemente o era malo o estaba loco o estaba absorbido mentalmente por otros, pero no creo que se desatara todo tanto hasta el limite de todo lo que se cuenta en relacion del esoterismo nazi.

Me quedo con la idea de que si creian en el reich de mil años y que creian que ganarian la guerra, pero de ahi a todo lo demas, tengo mis reservas.

Se sale demasiado del tema de la guerra, y no me refiero a que en ningun momento lo relacione con este foro, pero es un tema que me suena a estratosferico, como si estuvieras hablando en una misma pagina de panzers y de armas de la prehistoria, deja muy atrás el tema historico es como hablar de dos universos que se tocan pero no tienen nada que ver uno con otro.
Underneath the lantern by the barrack gate
darling i remember the way you used to wait
was there that you whispered tenderly
that you loved me you'd always be
my lili of the lamplight my own lili marlene.

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Mensaje por Eckart » Jue Mar 02, 2006 8:55 pm

Hola amigos!

Hitler no estaba muy preocupado por todas estas cosas. Todo esto era, más bien, manía de Himmler y sus SS. Hitler creía en un dios creador, pero no creía ni en profetas (bueno, en él mismo sí creía) ni en fuerzas ocultas. Al menos no le preocupaba en demasía. Muchos trestimonios nos cuentan que se entusiasmaba como un niño ante los juegos de magia y similares, pero no creo que fuera más allá de eso.

Los ritos, creencias, experimentos y propuestas de las SS -de sus cabecillas y sus elementos menos escépticos- ya es un caso aparte, pero ciñéndonos a lo que respecta a Hitler, se puede afirmar que todo este asunto no le preocupaba. Que en momentos puntuales, en conversaciones, hiciera referencias o se planterara la posibilidad de la existencia de fuerzas ocultas superiores o algo así, es lógico, todos lo hemos hecho alguna vez y hemos tenido conversaciones sobre ello, pero no pueden esos casos ser tomados como testimonios indudables de que Hitler creía y se preocupaba por ello.

Un saludo.
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Mensaje por Pezqueñin » Vie Ago 18, 2006 8:31 am

Hola a todos.

Creo que Hitler tuvo varias etapas. Antes y durante de la I Guerra Mundial leia las revistas esotericas y en las trincheras hablaba de estas cosas. Tambien durante los primeros años del partido, era apoyado por los circulos esotericos, que financiaban al partido. Estos circulos vendian a Hitler como un mistico, una especie de mesias para el pueblo aleman.

Despues, cuando el partido crecio mas y mas, la importancia de los esotericos fue cayendo, y creo que Hitler tenia mas cosas en las que pensar que en esas ideas.

Pero la guerra, sobre todo al principio le hizo recordar que algunas de esas ideas podrian llevarse a cabo. El exterminio de los judios es una idea esoterica, la busqueda de simbolos religiosos o misticos (el grial, la lanza de longinos, las espediciones al Tibet ...), la pureza racial, las medidas eugenesicas, demuestran que si creian en eso. En plena guerra los nazis dedicaron dinero, energias, soldados y esfuerzos en estos temas tan raros.

:) Ciao
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Mensaje por Eckart » Sab Ago 19, 2006 6:11 am

Pezqueñin escribió:El exterminio de los judios es una idea esoterica, la busqueda de simbolos religiosos o misticos (el grial, la lanza de longinos, las espediciones al Tibet ...), la pureza racial, las medidas eugenesicas, demuestran que si creian en eso. En plena guerra los nazis dedicaron dinero, energias, soldados y esfuerzos en estos temas tan raros.
¡Hola, Pezqueñin!

La verdad es que, de todas las cosas que citas, sólo podríamos considerar dentro del campo de lo esotérico el asunto de la lanza, y más que nada por el sentido y poder que le otorgaban algunos de los jerifaltes nazis. El exterminio, la eugenesia y la "puerza racial" no eran cuestiones esotéricas. El exterminio fue consecuencia del racismo extremo, del odio, de una incesante y descerebrada política de deportación y, al final, del estancamiento del avance en el frente este (lugar de destino de los deportados). La eugenesia era algo que no tiene su origen en el más allá ni en lo místico, sino que basa su razón de ser en una teoría supuestamente "científica" y biológica. La puerza racial tal vez tenga mucho que ver con mitos y leyendas, pero pretendía basarse también en estudios biológicos y antrapológicos científicos. En todo caso, si estas tres cuestiones hubieran sido asuntos esotéricos alguna vez, tendríamos que decir en este caso que lo esotérico se hizo, al menos por una vez, lamentablemente tangible y visible para todos.

Por otra parte, bien cierto es que Hitler, en edades tempranas, leía sobre temas místicos y se relacionó con gentes enroladas en sociedades un tanto ocultistas y, como tú bien dices, con el tiempo todo ello pasó a un segundo plano (si en algún momento estuvo en un primero, lo cual yo dudo mucho).

Recibe un saludo, Pezqueñin.
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Mensaje por Pezqueñin » Sab Ago 19, 2006 10:21 am

Hola de nuevo

Creo que para todos el racismo y la religion son cosas distintas, pero para los nazis practicamente eran lo mismo, lo enseñaban en las escuelas y estaba presente en toda la vida alemana de la época, era una creencia casi religiosa. Pienso que toda la politica sobre pureza racial tiene un punto mistico (desde el punto de vista nazi), la religion de la raza y de la sangre. Para nosotros es racismo, para ellos era algo mas.

Un saludo :D :D
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friedrich
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Mensaje por friedrich » Mié Ene 31, 2007 2:44 am

Saben mas sobre Tibet y la cultura andina?
Esto me interesa mucho.

Hans von Witzland
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Mensaje por Hans von Witzland » Sab Feb 17, 2007 11:57 am

Hola a todos:

Al hilo de lo comentado os recomiendo la lectura de libro "La cruzada de Himmler". En el se describen las misiones nazis al Himalaya y muchas cosas relacionadas directamente: teosofía, Ahnenerbe, el mito de la Atlántida, el Rey del Mundo, Karl Maria Willigut, ideas sobre la experimentación con seres humanos... Es muy interesante.

Por otro lado, existe un interesantísimo documental que hace algunos años emitió Documento TV y que afortunadamente tengo grabado. No sé si se podrá conseguir por internet (no domino para nada ese tema, me temo :? ). El título en castellano era "Nazis: la conspiración del ocultismo". En el se habla sobre todo de las raíces esotéricas del nazismo: Sociedad Thule, superioridad racial, Otto Rahn, Karl María Willigut, el Santo Grial, el castillo de Wewelsburg y otras muchas cosas. Lo he visto un montón de veces, y cada vez me sigue pareciendo igualmente interesante.

Un saludo a todos.

Alcazar
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EL GRIAL DE HIMMLER

Mensaje por Alcazar » Sab Nov 03, 2007 12:56 am

EL GRIAL DE HIMMLER
La extraña visita del fundador de la SS a Montserrat
El 23 de octubre de 1940 el monasterio de Montserrat, en Barcelona, recibía la inquietante visita del fundador de las SS, Heinrich Himmler. Curiosamente, en ese mismo viaje a Barcelona alguien había robado una cartera perteneciente al célebre nazi. Ambos episodios, aparentemente inconexos, podrían estar relacionados con una de las misiones más "sagradas" del régimen nazi: la búsqueda del Grial.

Cuando Heinrich Himmler visitó España en octubre de 1940, su destino principal fue el monasterio de Montserrat, emplazado en la montaña del mismo nombre, en un seductor macizo rocoso ubicado a pocos kilómetros de Barcelona. El fundador de las temibles SS, conocidas también como la "Orden Negra", creía que en el cenobio benedictino de este recinto podría encontrar las claves para hacerse con el Grial (MÁS ALLÁ, 25), uno de los objetos que los nazis buscaron con más ahínco. Y es que Adolf Hitler estaba persuadido de que el Santo Cáliz de Cristo le permitiría acceder a un poder
que le garantizase el dominio del mundo. De hecho, pese al evidente fracaso de su reichführer Himmler para hacerse con el Santo Cáliz durante la II Guerra Mundial, la obsesión nazi por Montserrat no se esfumó. Sabemos, por ejemplo, que en enero de 1942, mientras hojeaba un libro ilustrado sobre España, Hitler exclamó: "¡Montserrat! La mera palabra hace que reviva la leyenda. Tiene su origen en el encuentro hostil entre los moros y los elementos romano-germánicos. Un país encantador. Uno bien se puede imaginar allí el castillo del Santo Grial".
Imaginación fue, de hecho, cuanto los nazis se llevaron de su visita a la montaña catalana en 1940, El paseo de Himmler por Montserrat se presentó más problemático de lo esperado. Los responsables del monasterio se negaron a recibirlo y encomendaron esta tarea a un joven monje, el padre Andreu Ripol. Poco pudo responder aquel religioso a los ocultos intereses de Himmler, pero, cuando se ofreció cortésmente a enseñarle el monasterio, el general Karl Wolf, uno de los integrantes del séquito de reichführer, lo detuvo en seco de un empellón: "Perdone ?le dijo- A su excelencia no le interesa el monasterio, sino la Naturaleza". ¿A qué fue exactamente Himmler a Montserrat?

La guerra mágica

Hoy son pocos los que albergan dudas sobre la existencia de una lucha de poderes ocultos en el transcurso de la II Guerra Mundial. No sólo se combatió en los campos de batalla, se sostuvo una contienda encarnizada en la retaguardia y se desencadenó una confrontación económica como hasta entonces no había contemplado la humanidad.

También hubo una guerra subterránea en la que los bandos enfrentados trataron de volcar a su favor las fuerzas del poder oculto que escapa a los planteamientos puramente racionales.
Para los iniciados, el reiterado gesto del primer ministro británico de marcar con sus dedos una supuesta "V" de victoria era mucho más que eso: se trataba de un signo con el que hacer frente a los poderes invocados por el enemigo. Se afirma que Winston Churchill llegó a reunir al poderoso círculo de magos de Coventry para contrarrestar los movimientos que los nazis realizaban en el campo de la lucha de los poderes ocultos. De hecho, muchos de los más cualificados dirigentes nazis fueron gente iniciada en los secretos del ocultismo o formaron parte de algunas sociedades esotéricas.
Tal fue el caso, por ejemplo, de Alfred Rosenberg, uno de los principales ideólogos del nazismo y cualificado miembro de la Sociedad Thule, que, aunque definida como una asociación para promover el estudio de las tradiciones germánicas, Era en realidad un centro de reunión de importantes ocultistas.
El propio Adolf Hitler, cuyo interés por el ocultismo es bien conocido, se sintió atraído por la presunta fuerza de determinados objetos. Se cuenta que durante su juventud pasaba horas extasiado ante una vitrina del museo del palacio Hofburg (Viena) donde se guardaba la llamada Lanza de Longinos (MÁS ALLÁ, 107), la misma que, según la tradición, habría utilizado el centurión romano para lancear el costado de Jesucristo en la cruz.
También es sabido que la infancia y la adolescencia de Rudol Hess transcurrieron en Egipto donde entró en contacto con algunas de las escuelas esotéricas allí existentes y llegó a recibir grados de iniciación. Una vez en la Alemania que contempló el ascenso del nazismo, alcanzó fama de ser un solvente ocultista.
Por su parte. Heinrich Himmler vivió obsesionado con hacerse con determinados objetos considerados eficaces talismanes con el fin de alcanzar el poder que se les atribuía. Himmler fue, además, un ferviente defensor de la metempsicosis y se consideraba la reencarnación del emperador Enrique II Hohenstaufen, apodado "el Pajarero".

Himmler, ¿caballero del Grial?
Centrémonos en este personaje, fundador de las SS, la policía política del régimen nazi.
Himmler estaba convencido del papel de dominadora que la raza aria habría de ejercer sobre los demás pueblos del planeta y de que esa supremacía se convertiría en algo indestructible si los nazis conseguían apoderarse de algunos objetos dotados, presuntamente, de un poder legendario. Se afirma que su obsesión por el ocultismo alcanzaba límites insospechados y que siempre viajaba con libros relacionados con el esoterismo, entre ellos el famoso Parcival, de Wolfram von Eschenbach. De hecho, durante su visita a Montserrat en busca del Grial, Himmler mostró su interés en saber si la biblioteca de los benedictinos atesoraba algún documento en torno a la obra de Von Eschenbach. Los monjes lo negaron.
Pues bien, convertido en uno de los hombres más poderosos de la Alemania nazi, Himmler creó en 1935 la Ahnenerbe, denominación con la que se bautizó a la Sociedad de los Estudios para la Historia Antigua del Espíritu, a la que se conocería también con el nombre de "Herencia de los Ancestros". En su seno se constituyeron diversos departamentos especializados en investigar los antecedentes históricos de la raza alemana, rescatar sus tradiciones y difundir entre la población la cultura tradicional del pueblo germánico. Otro de sus departamentos, probablemente el más famoso, fue el de arqueología germánica, al que se encomendó la realización de extrañas expediciones con el propósito de buscar reliquias o talismanes a los que se atribuía un extraordinario poder, como el Arca de la Alianza (MÁS ALLÁ, 127) o el Grial.
La obsesión de Himmler por poseer el Grial llevó a los nazis a una sistemática búsqueda por todo el Languedoc francés, siguiendo las tesis formuladas por el investigador Otto Rahn. Éste recogió las leyendas que se conservaban en la tradición oral de los pastores de aquella comarca y consultó las obras de los eruditos locales, entre ellas las de Antoine Gadal, que le sirvieron de gran ayuda.
Tras establecer importantes conexiones entre los cátaros, los templarios y los trovadores, Rahn llegó a la conclusión de que las alusiones al Grial contenidas en el Parcival de Von Eschenbach tenían un trasfondo histórico que iba mucho más allá de los valores puramente literarios del poema. Así, interpretó que el castillo de Montsalvatsche al que se alude en el famoso poema podría ser la fortaleza de Montségur, porque, según el poeta medieval, solamente la condesa Esclaramunda de Foix, cátara y propietaria del castillo, era digna de portar el Grial.
Montségur fue precisamente el último bastión de los cátaros, contra los que el papa Inocencio III había decretado una Cruzada en 1209. La fortaleza cayó en 1244. Pero, según la tradición, antes de la rendición algunos cátaros consiguieron descolgarse por la ladera más inaccesible de la montaña, llevándose el Grial con la misión de ponerlo a salvo. Poco después, los huidos hicieron señas desde un monte próximo, indicando que habían culminado con éxito su empresa. Entonces los defensores de Montségur se rindieron a los sitiadores, quienes los quemaron en una gran hoguera que habían levantado en un lugar que desde entonces es conocido con el nombre de Camps des Cremats.
Rahn buscó la preciada reliquia en las cuevas de los alrededores porque, según creía, si los defensores de Montségur habían visto las señales de sus compañeros, éstas habrían tenido que ser efectuadas desde un lugar cercano, en el que habían depositado el Grial.
Sin embargo, al igual que algunos de los más cualificados esoteristas del círculo interior de la Sociedad Thule. Otto Rahn nunca descartó la posibilidad de que el Montsalvatsche citado por Von Eschenbach fuese también la forma de designar a la montaña de Montserrat, en las proximidades de Barcelona. A esta idea con tribuyó sin duda la condesa Miryanne de Pujol-Murat, una aristócrata catalana que se creía descendiente de la última noble cátara, Esclaramunda de Foix, y que con frecuencia acusó a la Iglesia católica cristianizar el símbolo del Grial y a San Ignacio de Loyola de sustituir interesada mente Monségur por Montserrat, identificándola como el verdadero escondite del Grial.
Aunque ninguna de sus afirmaciones contó nunca con respaldo histórico, Otto Rahn siguió los dictados de su mentora. No en vano, ya en la Cataluña de la década de 1930 varios escritores habían alimentado la idea de Montserrat como refugio del Grial. Autores como Manuel Muntadas Rovira o Marius André subrayaron esa idea en sus textos. Y de ahí a interesar al mismísimo Himmler quedaba ya sólo un paso...

El Grial en Montserrat

Su obsesivo deseo de hacerse con el Grial llevó al responsable de las SS a la montaña más emblemática de Cataluña el 23 de octubre de 1940, precisamente el mismo día en que Hitler y Franco se entrevistaban en la ciudad francesa de Hendaya.
En su visita a Montserrat Himmler estuvo acompañado por diferentes autoridades franquistas, como el alcalde de Barcelona, Miguel Mateu, o el capitán general de Cataluña, el general Orgaz, además de un numeroso séquito, del que formaba parte el general de las SS Karl Wolf -otro individuo obsesionado con el Grial y muy relacionado con los círculos ocultistas del nazismo-. La visita no estuvo exenta de incidentes. A su llegada al monasterio, el poderoso reichführer se encontró con la negativa a recibirle de los máximos responsables de la comunidad, los padres Marcet y Escarré, que no quisieron ejercer de anfitriones del jerarca nazi alegando que no hablaban alemán.
La actitud de los benedictinos, que encomendaron la tarea a un joven monje, produjo un momento de fuerte tensión y la irritación de las autoridades locales.
No acabaron aquí los incidentes, ya que al todopoderoso jefe de las SS le fue robada una cartera de la suite del hotel Ritz, donde se alojó durante su estancia en Barcelona. El escándalo fue monumental, aunque la policía franquista procuró que no se difundiese la noticia de un robo que la dejaba en muy mal lugar, dadas las connotaciones que concurrían.
Sin embargo, pese a que las autoridades pusieron un particular empeño ya que se movilizó a toda la policía de Barcelona, la cartera nunca se encontró. Corrió el rumor de que contenía importantes documentos relacionados con el Grial e incluso se afirmó que en ella se guardaban unos antiguos planos de Montserrat en los que podrían estar señalados los puntos clave para hacerse con el Grial. Se barajaron varias posibilidades respecto al robo, entre ellas la de que éste hubiera sido perpetrado por el servicio secreto británico, que por aquellas fechas tenía algunos destacados agentes en Barcelona. Ésta era una versión que convenía a la desconcertada policía franquista, ya que señalaba a uno de los mejores servicios secretos del mundo, lo que hacía menos penoso el oprobio que había caído sobre ellos a los ojos de sus alarmados jefes.
Lo cierto es que la cartera del führer nunca apareció y, en consecuencia, tampoco se supo cual era su contenido. Un suceso que ha permitido alimentar todo tipo de especulaciones.

Espero que os haya gustado. un corial saludo. :-D


Fuente: http://perso.wanadoo.es/ricardo.cob/nov41.htm
podcast de casi 40 min Cronovisor | Otto Rahn, el buscador de reliquias
https://www.ivoox.com/cronovisor-otto-r ... 770_1.html

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