Causas sociológicas del auge del nacionalsocialismo.

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

Moderador: José Luis

Avatar de Usuario
Stormbringer
Miembro
Miembro
Mensajes: 206
Registrado: Dom Dic 10, 2006 12:32 pm
Contactar:

Causas sociológicas del auge del nacionalsocialismo.

Mensaje por Stormbringer » Mar Feb 06, 2007 10:15 pm

Noviembre,1918. Tras cuatro años de guerra y sufrimientos, Alemania se rinde ante los Aliados. En 1919, los dirigentes de Alemania firman el Tratado de versalles, dando lugar a un rendición incondicional. Dicha firma obligaba a Alemania a no poseer fuerza aérea, a tener una armada minúscula, un ejército de no más de 100.000 soldados, desmilitrizar la región del Rhin y a pagar unas desorbitadas sumas de dinero en concepto de daños de guerra durante varias decadas. Todo esto era muy humillante y más aún cuando hablamos de un pueblo orgulloso y amante de la grandeza como es el pueblo alemán. Por esa razón los alemanes se sentían traicionados, hundidos y sin rumbo, dirigiendo toda esa fustración al fortalecimiento y auge meteórico del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes.
Todo esto llevó a la victoria por las urnas en 1933 a Adolf Hitler, un hombre que en su propaganda usaba frases como: "odio a los judios" y "orgullosos de que nos llamen bárbaros".
¿Como un pueblo cultuvado intelectualmente como el germano dio la presidencia a aquel que afirmaba que el judio era la imagen del demonio?
Anomia
En ciencias sociales, la anomia, es la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo que les sería necesario para lograr las metas de la sociedad. Se trata de un concepto que ha ejercido gran influencia en la teoría sociológica contemporánea. También ha ofrecido una de las explicaciones más importantes de la conducta desviada. El término (etimológicamente sin norma) se emplea en sociología para referirse a una desviación o ruptura de las normas sociales, no de las leyes (esto último es "delito"). En el mismo sentido ha sido retomado por la antropología, aunque en esta disciplina ha ido perdiendo vigencia tras la crítica de las corrientes opuestas al funcionalismo jerarquico.
La mayor presión conducente al desvío se da entre los grupos socioeconómicos más bajos y las conductas desviadas son: el crimen, el suicidio, los desórdenes mentales, el alcoholismo etc. Se supone que la anomia es un colapso de gobernabilidad por no poder controlar esta emergente situación de alienación experimentada por un individuo o una subcultura, hecho que provoca una situación desorganizada que resulta en un comportamiento no social.
El ser humano necesita una organización social que le preserve de su inclinación natural al caos y la destrucción. De hecho, cuando la sociedad no puede controlar las ambiciones individuales, se produce una ambiguedad que rompe esa estabilidad individual.Todas las normas anteriores desaparecen y faltan otras que las sustituyan. Esto sucedió literalmente en Alemania, encontrandose el ciudadano de a pie sin nuevos códigos y en un país en el los antiguos ideales estaban aparentemente destinados a desaparecer. Este fenómeno es corriente en ambientes de desastre económico, como el que sucedió en la Alemania de entre guerras, y genera en la sociedad una busqueda de seguridad, en Alemania la sociedad se arropo en los ideales ofrecidos por el partido de la esvástica o en el suicidio, hecho que ocurrió con asiduidad durante la crisis social, política y económica que vivió Alemania antes de la llegada al poder por parte de los nazis.
La norma comunitaria
Los grandes dirigentes y pensadores del partido nazi como Goebels,Hess,Rosenberg y el propio Hitler, eran conocedores de las necesidades sociales tanto materiales como psicológicas, por lo tanto eran conscienes del poder que tenían para convencer al pueblo.
El proceso establecido de normas grupales era: primero denunciar hasta la saciedad los problemas a los que se enfrentaba la nación,segundo ,la solución a estos problemas; unificación del pueblo, rechazo de las normas y valores que llevaron a Alemania a la derrota de 1918, la denuncia del Tratado de Versalles, la expulsión del territorio alemán a los individuos de ideas peligrosas así como las "razas peligrosas" para la pureza germana, dar prioridad a los intereses comunitarios sobre los intereses individuales y crear una patria en la que cada alemán se sintiera indispensable para el fortalecimiento de la misma.
Tal como establecieron los dirigentes nazis, las medidas tomadas no tardarían en cosechar sus frutos, de manera que el alemán medio volvió a tener trabajo, comida y estabilidad, así todas estas conductas cuyo carácter regulador era al principio poco marcado, se fueron estableciendo como normativas nacionales al identificarse con un notable bienestar social, fortaleciendose las leyes e instituciones que velaban por el "bien" del pueblo.
En definitiva, la necesidad de supervivencia ligada a toda sociedad requiere del establecimiento de leyes y normas, de tal manera que si estas normas y leyes aseguran la vida y la estabilidad del individuo perteneciente a la comunidad,éste y otros ciudadanos estarán dispuestos a luchar para defender estas normas, por muy intolerantes que parezcan.
La cultura del odio
La ideologia nazi se fundamentaba en la violencia y el odio. Muchos fueron los que participaron en esta violencia bien como actores o como espectadores pasivos. Hay que destacar que la mayoria de la población alemana contribuyeron pasivamente a la materialización de los fines nacionalsocialistas para evitar el castigo por el incumplimiento de las normas. Llevarian a cabo esta actitud llevados por la verguenza y el miedo al rechazo social, hay que hacer lo que los demás hacen, acercándose a los nuevos valores y protegiéndose de los sentimientos de indefensión, interiorizando las normas nazis como propias. El individuo, como ser social, puede llegar ha realizar una serie de conductas que no las ve como propias pero que las observa en la mayoria de la sociedad y por tanto por miedo a no hacer el ridículo, él también las hace. Esto conlleva a que dicho sujeto,al haber traicionado sus valores morales, se convenza de que la actitud que ha apoyado por verguenza es la correcta, de este modo no se sentirá como un traidor a sus valores, ya que ha adoptado una actitud que va dentro de su moralidad interna.
Pocos hombres defendieron los ideales del nacionalsocialismo como la juventud alemana, tanto en los años de paz como en los años de guerra.Esto se debe sin duda debido a los factores culturales de Alemania en los años 30, la formación que recibieron estos jovenes iba dirigida hacia la conducta agresiva, conducta que aprendieron de la gente que les rodeaba, de la cultura a la que se pertenecía y como esta civilización trataba y canalizaba esa agresividad, judios, comunistas, gitanos, rusos etc,etc.Toda actitud agresiva tiene un comportamiento biológico e instintivo y otro que es aprendido, de este modo los jovenes aprendían cuándo y cómo actuar agresivamente por medio de la observación de los modelos sociales y de la experiencia, siendo este aprendizaje de especial importancia durante la infancia. Donde fueres haz lo que vieres.
Todo esto incluía una especie de cultura del honor, muy arraigado en la Alemania de los años 30, además esta cultura del honor y del odio se fortalece cuando el estado es débil y las leyes se incumplen facilmente, hecho que ocurría en Alemania antes de que Hitler llegara al poder.La crisis económica y social vivida en Alemania , allanó el camino hacia el poder a los nazis, sabedores de que cuando peor fueran las cosas, antes alcanzarian el poder.Ya que la seguridad y supervivencia de la patria eran de las principales bazas con las que contaba el partido nazi y se habían convertido en los intereses primarios del ciudadano, viendo a Hitler y por ende al partido, como la única esperanza de empezar de nuevo, aunque este camino fuera a través del totalitarismo y las armas.
En Alemania hubo una socialización de la violencia, en la que se fomentaba en el individuo como medio legítimo para alcanzar un fin, aunque dicho fin era global ya que aspiraba a alcanzar el bienestar social.
Las sociedades se caracterizan por la necesidad que tienen todas las personas integradas en ellas de satisfacer una serie de aspiraciones básicas ligadas a mantener la valoración de uno mismo o de la nación a la que pertenece. La situación fue que las ideas nazis eran compartidas por buena parte del pueblo alemán, al menos en sus líneas generales, el hambre, la penuria económica y el declive del bienestar social y de la supervivencia, favorecieron la aceptación de soluciones simples, en las cuales había unos culpables de esa situación, judios, comunistas etc etc, y a los cuales había que odiar y destruir para evitar la destrucción y prosperar. Toda sociedad que busca un autoconcepto elevado, en los nazis fué la superioridad racial y de la que ,según las tesis nazis, los alemanes eran poseedores,en un contexto de inseguridad (económica, movimientos comunistas,guerras, potencias mundiales contra la politica de Hitler...)ve como su concepto elevado de pertenencia a una nación es amenazado, entonces se fomentan ideas más agresivas para defender ese concepto, el odio se convierte en una droga que mantiene el ánimo y la moral elevada, pero que para cumplir su función revitalizadora , necesita más agresividad y por lo tanto más enemigos.
La consecuencia final de esa cultura del odio se podría trazar en una serie de pasos: primero, cambios sociales pequeños, las burlas a los judios socialmente aceptadas por la población, segundo, acciones vandálicas que serían apoyadas por la población , bien actuando directamente o mediante una actitud inhibitoria, tercero, las agresiones físicas directas y finalmente el genocidio. Esté es el camino del odio de Estado, siendo el principal problema que la mayoría de la sociedad se convierte en cómplice activo o pasivo, dejando patente que la pasividad ante la destrucción , también mata.
Imagen
Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé. Sus nombres son cómo, cúando, dónde, qué, quién y por qué.

Hans von Witzland
Usuario
Usuario
Mensajes: 46
Registrado: Lun Abr 17, 2006 4:27 am

Mensaje por Hans von Witzland » Sab Feb 17, 2007 11:43 am

Interesante post, Stormbringer. No obstante, para mí, los primeros responsables del ascenso del poder nazi son los propios alemanes. Los nazis jamás engañaron a nadie acerca de sus pretensiones, ni siquiera en la década de los veinte, cuando eran un partido insignificante. Su discurso siempre fue igual de temible y amenazador, con los lugares comunes de siempre: odio a los judíos, falta de espacio vital, expansionismo, remilitarización del país, odio a las instituciones democráticas, etc.

Siempre he pensado que hay una factor que demasiada gente prefiere olvidar cuando hace algo que sabe es un error: la responsabilidad personal. El hecho de estar englobado en un grupo social no convierte en moralmente bueno algo que es una barbaridad. Por que un grupo se dedique a machacarle la cabeza a unos socialistas o a unos judíos no significa que esté bien. Cada individuo es particularmente responsable de sus propios actos.

No hay excusa para el comportamiento de los alemanes con respecto a los nazis antes de convertirse en el partido en el poder. Les votaron, les apoyaron y les sostuvieron.

Un saludo a todos.

Avatar de Usuario
Badoglio
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 515
Registrado: Dom Dic 03, 2006 7:11 pm
Ubicación: Zaragoza, España

Mensaje por Badoglio » Sab Feb 17, 2007 12:15 pm

Yo pienso que lo que veian en los nacionalsocialitas y Hitler en concreto, era un nuevo auge en alemania, es decir, que despues de la ciada del II Reich, lo que veian que Alemania volveria ser lo que era, un gran Imperio.

SALU2
Imagen

Imagen
Imagen

Avatar de Usuario
Eckart
Miembro fundador
Miembro fundador
Mensajes: 4624
Registrado: Sab Jun 11, 2005 9:07 pm
Ubicación: Valencia (España)
Contactar:

Mensaje por Eckart » Sab Feb 17, 2007 2:26 pm

¡Hola a todos!

Me gustaría comentar algunas cosas al hilo de lo expuesto anteriormente:
Hans von Witzland escribió:Su discurso siempre fue igual de temible y amenazador, con los lugares comunes de siempre: odio a los judíos, falta de espacio vital, expansionismo, remilitarización del país, odio a las instituciones democráticas, etc.
A lo largo de los años 20 y primeros años 30, el discurso de Hitler puede dividirse en tres períodos diferenciados en los que los temas centrales de su retórica cambiaron según las circunstancias del momento y oportunidad politítica. A partir del primer gran avance electoral, en 1930, el discurso hitleriano modera muchísimo sus ataques a los judíos, que de hecho casi desaparecen durante el periodo 1931-33. Hitler era consciente de su ya destacado papel en la política alemana y adecua su discurso para acercarlo definitivamente un publico más amplio, aparte antisemitas y antibolcheviques. Ahora no dispongo de tiempo para entrar en detalles, espero poder hacerlo más tarde.

Hans von Witzland escribió:No hay excusa para el comportamiento de los alemanes con respecto a los nazis antes de convertirse en el partido en el poder. Les votaron, les apoyaron y les sostuvieron.
El mejor resultado electoral del NSDAP en cuanto a porcentaje de votos conseguidos, fue de un 37% (hablo de memoria, ojo). Ni siquiera en las elecciones de 1933, con Hitler ya en la cancillería y con miles de izquierdistas detenidos tras el incendio del Reichstag, el NSDAP consiguió la mayoría absoluta. Hace poco ya debatimos en otro post sobre lo peligroso e injusto de generalizar, alrededor de un tema que ahora no viene al caso. Una vez más, generalizar se convierte en un injusto acto. No se puede decir que a Hitler lo eligieron "los alemanes" y que "los alemanes" fueron los responsables. Lo eligieron alemanes, sí, pero no todos los alemanes; ni tan siquiera una mayoría absoluta hablando en términos electorales. Y se hace evidente que muchos de los que le votaron ni imaginaban ni deseaban que las cosas llegaran hasta donde llegaron.

Un saludo.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9910
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Re: Causas sociológicas del auge del nacionalsocialismo.

Mensaje por José Luis » Sab Feb 17, 2007 4:31 pm

¡Hola a todos!
Stormbringer escribió:Noviembre,1918. Tras cuatro años de guerra y sufrimientos, Alemania se rinde ante los Aliados. En 1919, los dirigentes de Alemania firman el Tratado de versalles, dando lugar a un rendición incondicional. Dicha firma obligaba a Alemania a no poseer fuerza aérea, a tener una armada minúscula, un ejército de no más de 100.000 soldados, desmilitrizar la región del Rhin y a pagar unas desorbitadas sumas de dinero en concepto de daños de guerra durante varias decadas. Todo esto era muy humillante y más aún cuando hablamos de un pueblo orgulloso y amante de la grandeza como es el pueblo alemán. Por esa razón los alemanes se sentían traicionados, hundidos y sin rumbo, dirigiendo toda esa fustración al fortalecimiento y auge meteórico del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes.
Con permiso de mi apreciado Stormbringer, el texto referenciado parece, por momentos, un panfleto propagandístico, a saber con qué ocultas intenciones. Es decir, primero se expone el manido e “injustísimo” Tratado de Paz de Versalles que los aliados vencedores impusieron a los “pobrecitos” alemanes como consecuencia de su derrota, formalmente aceptada por la firma del armisticio de noviembre de 1918. Y en efecto, las condiciones del tratado de paz fueron muy duras para Alemania y poco inteligentes, a medio plazo, por parte de los aliados, especialmente Francia. Sin embargo, ¿por qué se olvidará tan fácilmente en la mayor parte de la literatura publicada al respecto, y por una enorme mayoría de participantes en los foros de debate de Internet, las mucho peores condiciones que Alemania impuso a principios de 1918 a la Rusia revolucionaria de Lenin?

El famoso pero olvidado Tratado de Brest-Litovsk que, firmado el 3 de marzo de 1918, Alemania impuso a Rusia, fue mucho más riguroso que el que poco más tarde habrían de imponer los aliados a Alemania. En Brest-Litovsk, Rusia vio su población reducida en no menos de un tercio; en términos económicos, la pérdida representaba el 32% de la tierra cultivable de Rusia, el 27% de sus ferrocarriles, el 54% de su industria, y el 89% de sus minas de carbón (1). ¡Qué ironía del destino! No se queja quien no quiere, pero aplíquese el mismo rasero.

Pero además, el texto nos habla de un “pueblo alemán orgulloso”, lo que es cierto. No sólo eso, sino que se trataba de la nación puntera en industria pesada, y país que había dado grandes lumbreras en el terreno de las artes y letras, además del militar. Pero Rusia, con ser un país eminentemente agrario, ¿no tenía acaso derecho al orgullo? ¿Qué nación de las naciones de Europa no se sentiría profundamente humillada por llevar semejante vergüenza a sus espaldas? ¿Por qué iban a tener más derecho al orgullo los alemanes de 1919 que los rusos de 1918?

En cuanto al “auge meteórico” del Partido Nacionalsocialista, ¿estamos de francachela? El Partido Nacionalsocialista, que ni siquiera existía en 1918-19, fue un movimiento político que no tuvo incidencia alguna a nivel estatal hasta 1930. Y no la hubiera tenido jamás de no venir a enturbiar la vida político-social alemana la grave crisis económica mundial provocada por el famoso “crack” bursátil de 1929. Véase un ejemplo: en los “años dorados” de Weimar, la época que vio a Stresemann dirigir la política exterior alemana (1924-1928), el NSDAP era, si se me permite el símil, un librito desfasado, oculto y apenas visible en una grandiosa biblioteca. Porque el alemán de a pie (como cualquier otro ciudadano de a pie de cualquier otro país, antes y ahora) no tenía mayor interés en las peroratas de cuatro iluminados, sino a modo de pasatiempos, en tanto en cuanto tuviera las lentejas y el lecho asegurados. Nada hay tan seguro como esto que digo. Comprobémoslo en término electorales:

• En los resultados de las elecciones de la Asamblea Nacional de 19 de enero de 1919 -votaron 30.430.300 alemanes (de un total de 36.766.500 capacitados para hacerlo)- el SPD (socialistas mayoritarios) consiguió el 37.9% de los votos; el USPD (socialistas independientes), el 7.6%; el Zentrum (católicos), el 19.7%; el DDP (demócratas), el 18.6%; el DVP (partido popular), el 4.4%; el DNVP (nacionalistas), el 10.3%; completando los porcentajes otros partidos minoritarios.

• En los resultados de las elecciones de 6 de junio de 1920 -votaron 28.196.300 (de un total capacitado de 35.949.800)-, el SPD obtuvo el 21.6%; el USPD el 17.9%; el KPD (comunistas) el 2.1%; el Zentrum el 13.6%; el BVP (partido bávaro), el 4.4%; el DDP el 8.3%; el DVP el 13.9%; el DNVP el 14.9%.

• Elecciones de 4 de mayo de 1924 –votaron 29.281.800 de un total de 38.375.000-. El SDP obtuvo el 20.5% de los votos; el KPD el 12.6%; el Zentrum el 13.4%; el BVP el 3.2%; el DDP el 5.7%; el Wirtschaftspartei (partido económico) el 2.4%; el DNVP el 19.5%; y el NSDAP el 6.5%.

• Elecciones de 7 de diciembre de 1924 –votaron 30.290.100 de un total de 38.978.300-. El SPD obtuvo el 26.0%; el KPD el 9.0%; el Zentrum el 13.6%; el BVP el 3.7%; el DDP el 6.3%; el DVP el 10.1%; el partido económico el 3.3%; el DNVP el 20.5%; el NSDAP el 3.0%.

• Elecciones de 20 de mayo de 1928 –votaron 30.753.300 de un total de 41.224.700. El SPD obtuvo el 29.8%; el KPD el 10.6%; el Zentrum el 12.1%; el BVP el 3.0%; el DDP el 4.9%; el DVP el 8.7%; el partido económico el 4.5%; el DNVP el 14.2%; el NSDAP el 2.6%. (2)

Creo que sobran las palabras en cuanto a la importancia del NSDAP. Pero los mitos son así. Y el texto, todo el texto, aportado por nuestro estimado Stormbringer está lleno de mitos.

(1) Allan Bullock, Hitler and Stalin, Parallel Lives (Alfred A. Knopf, New York, 1992), p. 62
(2) Ibid., p. 982

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
Stormbringer
Miembro
Miembro
Mensajes: 206
Registrado: Dom Dic 10, 2006 12:32 pm
Contactar:

Mensaje por Stormbringer » Sab Feb 17, 2007 9:28 pm

Se me olvidó poneros mas apartados.
El concepto de grupo
Hitler sabía muy bien lo que el pueblo quería y cómo hacer que gran parte del pueblo alemán vieran en él no a un lider político, sino al Mesias salvador de la Gran Alemania, y al nacionalsocialismo no como una ideología de partido, sino como el dogma que iluminaba el camino de la estirpe aria, siendo premiado el individuo con el orgullo de ser nazi y superior al resto de sus congéneres humanos, básicamente en la actualidad las sectas utilizan estas premisas pero sin utilizar ideas de superioridad racial sino religiosa.
El alemán de los años 20 y 30 estaba especialmente necesitado de encontrar algo que le diera seguridad, elevase su autoconcepto y le brindase la oportunidad de formar parte de algo grandioso. El partido nazi parecía el lugar adecuado para la consecución de esos ideales.
El partido ofrecía a cada individuo todo aquello que éste necesitaba como ser social;la capacidad de satisfacer la necesidad de pertenencia, la ayuda para alcanzar los objetivos que no podría alcanzar de forma individual, el privilegio de conocer informaciones y decisiones que de otra manera quedarían reducidas a la fantasía, la protección ante enemigos comunes y por ultimo tener un buen autoconcepto individual guiado por el establecimiento de una entidad social positiva (eres un ser supeior al resto de razas y perteneces a la nación destinada a gobernar el mundo) entendiendo que ser nazi era lo socialmente correcto, ofrecía el honor de participar en la revolución que llevaría a Alemania a recuperar la gloria que merecía y daba mucho importancia a todo aquel que fuese miembro activo del movimiento, de forma que cada individuo, independientemente de su estatus social, era considerado indispensable para alcanzar los objetivos y planes del partido y de su lider, Adolf Hitler.
La organización del partido nazi era casi perfecta, a cada individuo se le asignaba una serie de funciones dependientes de sus cualidades y capacidades, esto aseguraba que los individuos interiorizasen los comportamientos que se esperaban de ellos en las posiciones asignadas al grupo, estando todo ellos bajo una organización jerarquica en la que existía el estatus pero en el que se hacía entender que un soldado de la Wermacht miembro del partido era igual de importante que un general de la Wermacht miembro también éste del partido, aunque claro está que esto no se cumplía literalmente, todo miembro se sentía importante en mayor o menor grado siendo Hitler la excepción que confirma la regla, el estar por encima de todo y de todos. Este endiosamiento de Hitler tenía una finalidad, impedía que los alemanes no se vieran entre ellos como obstáculos que debían quitarse de enmedio para alcanzar un mayor estatus, sino más como hermanos que como empleados de una empresa.
El lider
Hitler era el personaje perfecto para embaucar al pueblo alemán en el momento histórico que éste vivía. Excelente orador, mirada penetrante y de una expresividad emocional que atraía a las masas, estas caracteristicas se dan en los lideres de sectas mesiánicas, apocalípticas y otras tantas de dudosa fé religiosa.
Hitler era capaz de arrastrar consigo tanto a los individuos de elevada autovigilancia como a los de baja autovigilancia, siendo los de alta autovigilancia los que se comportan conforme a las reacciones de los demás y mucho más faciles de manipular. Lo curios es que los individuos de baja autovigilancia, individuos con alta formación intelectual y seguros de sí mismos, Hitler les resultaba agradable en lo que a hombre político se refiere, parecía que se preocupaba por el pueblo alemán y que parecía capacitado , como así fue, para acabar con la crisis germana. Es decir, muchos de los hombres más racionales e instruidos de Alemania veían a Hitler como el único que podía salvar a Alemania, aunque este apoyo no fue tan iracional y fanático y muchas de las actitudes de Hitler no les gustaban pero eran aceptadas como un mal necesario para levantar la bandera alemana sobre lo más alto de Europa.
Hitler poseía ciertos rasgos que le diferenciaban de la masa, el impulso, la energia orientada hacia el triunfo, confianza en sí mismo, creatividad, motivación de liderazgo y la capacidad de tomar decisiones en cada momento, teniendo el valor de actuar en consecuencia.
Las conductas de liderazgo de Hitler, estan identificadas como las empleadas por los llamados "lideres transformadores", Hitler empleó tácticas parecidas por este tipo de dirigentes populares, y las principales son:
-Proponer al pueblo una visión, la cual será expresada de forma gráfica y viva, dando lugar a una explosión de emociones en el receptor, indicando con todo ello lo que su nación és y lo que debe y puede llegar a ser.
-Explicar a sus fieles seguidores de forma aparentemente sencilla,sincera y cercana, como alcanzar los objetivos que comparte con ellos, de manera que parezca que los objetivos no son quimeras y que adopten la forma de algo posible.
-Dotar de un claro propósito a su movimiento para dar validez y sentido a aquellas acciones que le sean requeridas a los seguidores. Hacer comprender a todo aquel que pertenece al movimiento cuál es la función de aquello que se le exije que haga, haciendole entender que realizando esas actividades, por muy contrarias que sean a sus valores morales, contribuyen a alcanzar ese "gran objetivo" o "visión nacional".

Yo creo que no se trata de propaganda del NSDAP, sino de las causas sociológicas que llevaron a los nazis al poder y de como un pueblo permitió que se hicieran atrocidades a sus propios convecinos, de como funciona la mente humana ante determinadas circunstancias,.Existen varios psicólogos y estudiosos de la sociología que sabrían explicar y dar más causas sobre los aspectos psicosociológicos de la Alemania de entre-guerras, esta la teoría del aprendizaje social de Bandura, la teoría de la continua destrucción y los factores sociales de Staub, hay trabajos muy buenos sobre psicología del fhurer de Zinder, Gangestad y Simpson (1983), Kirkpatrick y Locke (1991), Zaccaro, Foti y Kenny (1991), un estudio de los "lideres transformadores" de Howell y Frost (1989) y uno que sin tener que ver con el tema político o bélico considero de especial importancia y obligada lectura por las similitudes del NSDAP con otro tipo de organizaciones, "El poder de las sectas" de Pepe Rodriguez.No creo que este tipo de trabajos esten llenos de mitos
Imagen
Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé. Sus nombres son cómo, cúando, dónde, qué, quién y por qué.

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9910
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Dom Feb 18, 2007 9:27 am

¡Hola a todos!
Stormbringer escribió:No creo que este tipo de trabajos esten llenos de mitos
Estimado Stormbringer,

¿Dices que no crees que este tipo de trabajos esté lleno de mitos? Bien, en mi anterior intervención creo haber demostrado que el texto referenciado como cita estaba lleno de mitos, esto es, falsedades o medias verdades.

A los sociólogos, por regla general, se les supone que sabrán de su disciplina lo mismo que se les supone a los historiadores de la suya. Pero un sociólogo, por regla general, no es un historiador, aunque se supone que si estudia una época del pasado debería, al menos, tener un buen conocimiento histórico de la misma.

Por ejemplo, dice el texto en tu primer post: [Todo esto llevó a la victoria por las urnas en 1933 a Adolf Hitler, un hombre que en su propaganda usaba frases como: "odio a los judios" y "orgullosos de que nos llamen bárbaros".]

Esta frase me causa cierta incomodidad, la misma que me causan las afirmaciones generales sostenidas sobre premisas falsas. En primer lugar, Hitler fue nombrado Canciller del Reich el 30 de enero de 1933, como todo aficionado de la historia de la República de Weimar debería saber, como consecuencia de la crisis política y pérdida de la confianza presidencial del gabinete Schleicher. No es pertinente explicar aquí las complejas razones políticas que llevaron al presidente Hindenburg a aceptar y nombrar finalmente a Hitler como canciller.

Claro, obviar este acontecimiento en una, digamos, introducción como la que presenta ese texto, es hurtar al lector profano en la materia la posibilidad de un entendimiento razonable de lo que sucedió a continuación en la Alemania de Weimar. El lector profano debe saber que las elecciones de 5 de marzo de 1933, a las que se refiere el texto, fueron convocadas por el Canciller del Reich Adolf Hitler, circunstancia que no escapará a la agudeza del lector profano que, sin embargo, esté familiarizado con este tipo de juego democrático. Pues sabe muy bien ese lector que no es lo mismo que un partido político acuda a unas elecciones que su líder en el poder ha convocado previamente, que lo haga ese mismo partido político desde la oposición, lejos del poder. Pero además, ha de informarse a nuestro lector que el señor Hitler impuso una campaña electoral, aplicando los resortes de su poder político, privada de libertad de prensa y expresión, y gobernada por las amenazas y golpizas que las fuerzas paramilitares, SA, del NSDAP impartieron por doquier. En otras palabras, esas elecciones de 5 de marzo, en su previa campaña electoral, no hubieran superado el control de unos observadores internacionales, tan de moda hoy en día en ciertos países, y serían recusadas. Pero con todo y eso, el NSDAP logró el 43.9% de los votos, que se tradujo en 288 escaños (de un total de 647 escaños en el Reichstag), es decir, un poco lejos o un poco cerca (36 escaños) de la mayoría absoluta.

También interesa subrayar que el partido comunista, KPD, cuyos líderes sufrieron las peores consecuencias del estado de emergencia de Hitler, virtualmente imposibilitado así de presentar una campaña electoral, obtuvo el 12.3% de los votos (81 escaños), lo que es una prueba irrefutable (junto con el 18.3% de los votos del SPD, 120 escaños) de que las izquierdas (permítaseme utilizar este concepto para no entrar en detalle) votaron, en condiciones de absoluta inferioridad y privadas de las libertades cívicas normales en una campaña electoral, por una política diferente de la que ofrecía el NSDAP.

También sería conveniente reseñar que en las dos elecciones anteriores a la de 5 de marzo de 1933, el NSDAP pasó de un éxito electoral indudable (37.4% de los votos, 230 escaños el 31 de julio de 1932) a un resultado no tan exitoso (33.1% de los votos, 196 escaños el 6 de noviembre de 1932) que presagiaba un futuro sombrío y funesto para el propio partido. Por ello el nombramiento de Hitler como Canciller del Reich el 30 de enero de 1933 tiene tanta importancia, porque evitó lo que, de otra forma, sería muy probablemente el final del NSDAP como partido político que tenía algo que decir a nivel estatal.

Por último, obsérvese que por 1933, cuando Hitler se aupó a la Cancillería del Reich, empezaban a surtir efecto las medidas políticas que en materia económica había impuesto el Canciller Brüning en 1930; es decir, Weimar empezaba a recuperar su economía. Hitler aprovechó este tirón y lo explotó con éxito (relativo, por no decir dramático al medio plazo).

En cuanto a lo de las peroratas propagandísticas de “odio a los judíos” y “orgullosos de que nos llamen bárbaros”, no voy a añadir nada más a lo ya expresado por mi amigo Eckart.

Si continuamos directamente con el texto, nos encontramos la siguiente frase: [¿Como un pueblo cultuvado intelectualmente como el germano dio la presidencia a aquel que afirmaba que el judio era la imagen del demonio?]

Dime, estimado Stormbringer, si una persona honesta (y conocedora del asunto) puede aceptar semejante formulación. El autor del texto presenta una pregunta retórica cuyo significado crucial es extemporáneo. ¿Por qué? Porque acentúa la carga de su reproche en una frase que en el momento histórico en que sitúa la acción (marzo de 1933) carecía del significado que, por acontecimientos posteriores en el tiempo, cobró años más tarde. En primer lugar, Hitler (o la propaganda fundamental del NSDAP en febrero-marzo de 1933) no cargó contra los judíos, sino contra los comunistas, para agitar el temor a un gobierno comunista en las mentes de la derecha tradicional, las grandes finanzas y la industria pesada. Lo que pudiera decir contra los judíos no era, ni mucho menos, comparable a los improperios y amenazas vociferadas en años anteriores, verborrea que una mayoría de la ciudadanía alemana jamás se había tomado al pie de la letra. Sólo los acontecimientos futuros –a corto, medio y largo plazo- en el trato institucional a los ciudadanos alemanes judíos dieron significado real (y trágico) a aquellas verborreas. Pero eso no lo podían saber los ciudadanos alemanes de marzo de 1933.

Por ello, preguntar o preguntarse cómo un “pueblo cultivado intelectualmente como el germano dio la presidencia [del gobierno] a aquél que afirmaba que el judío era la imagen del demonio” es un atentado contra la lógica (y la historia), que antepone o sitúa al mismo nivel un efecto futuro (los crímenes contra los judíos) a o con una causa (votaciones en las elecciones de marzo de 1933) que todavía no ha producido ese efecto.

Puedo continuar analizando todo el texto y desvelando sus mitos (o generalidades que su autor pretende especificar para la sociedad alemana bajo el régimen nazi, y que, sin embargo, sirven para explicar cualquier comportamiento social en un momento determinado), pero no creo que sea provechoso (y sí oneroso para mí).

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
Stormbringer
Miembro
Miembro
Mensajes: 206
Registrado: Dom Dic 10, 2006 12:32 pm
Contactar:

Mensaje por Stormbringer » Dom Feb 18, 2007 10:23 am

Lo que me causa incomodidad a mí es la acusación velada de apología del nazismo de la cual he sido acusado y a la cual no he decidido contestar por educación y respeto pero que además de ser insultado se me diga que contestar al post resulta oneroso o de demasiado trabajo para el que encima me ofende, pues... solicito se me borre del foro, aparte de que es la segunda vez que algo similar me ocurre en el foro.
Gracias.
Imagen
Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé. Sus nombres son cómo, cúando, dónde, qué, quién y por qué.

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9910
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Dom Feb 18, 2007 11:13 am

Estimado Stormbringer,

Vayamos por partes, por favor:

1) Si deseas que se te borre del foro, lo haremos, pero antes, si no es mucho pedir, me gustaría saber:

2) ¿Dónde te he acusado, ni velada ni tácitamente, de apología del nazismo :shock: ?

3) ¿Eres tú el autor del texto que has colgado en este topic?

4) ¿Dónde te he insultado?

5) ¿No tengo derecho a decir que analizar todo el texto (que son varias páginas) me resulta un trabajo demasiado oneroso (gravoso, trabajoso o como quiera llamarse)?

Estoy absolutamente sorprendido por tu interpretación a mis intervenciones, y me gustaría que te explicaras.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Hans von Witzland
Usuario
Usuario
Mensajes: 46
Registrado: Lun Abr 17, 2006 4:27 am

Mensaje por Hans von Witzland » Lun Feb 19, 2007 3:46 pm

¡¡¡Muy buenas!!!

Con respecto a lo comentado por Eckart algunos post anteriores, quiero hacer una pequeña reflexión.

Con respecto a la responsabilidad del pueblo alemán en la elección de Hitler y sus adláteres en las urnas hay un hecho que me llama poderosamente la atención: independientemente que Adolf moderase (o no) su discurso en función de sus intereses, no debemos olvidar el detalle que Adolf era un ex-convicto que había sido encarcelado a raíz de un golpe de estado. No son precisamente los mejores antecedentes para un demócrata, sin duda.

Que Adolf moderara el discurso entre el 31 y el 33 no le convierte en un demócrata de la noche a la mañana. Todo el odio que llevaba una década vomitando no se borra de la noche a la mañana. No es una explicación plausible decir que no lo sabían.

Por otro lado, es importante señalar que el partido nazi tenía tropas paramilitares cuya función era aterrorizar a todos aquellos que consideraba enemigo o rivales de su ponzoñosa ideología (las SA). Lease: demócratas de los de verdad, comunistas, judíos... No creo que ver a unos salvajes con camisas pardas dando una paliza a alguien en la calle por ser "enemigo" del partido sea lo mejor para animar a nadie a votarles y apoyarles... y sin embargo lo hicieron. No se puede decir que no sabían nada al respecto, porque estaban allí: haciendo pintadas, haciendo el salvaje...

Me resulta totalmente increíble (por no decir que me resulta una explicación facilona que suena a excusa) que los alemanes digan de si mismos que "no sabían", o que "no imaginaban" la clase de pájaro con el que se jugaban los cuartos (perdonadme la frase hecha, pero creo que viene perfecta para esta situación).

Un saludo a todos.

Werto
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 807
Registrado: Mié Ago 17, 2005 5:19 am
Ubicación: Donde la consejería de eduación estime oportuno, Asturias, España

Mensaje por Werto » Lun Feb 19, 2007 7:11 pm

Hola a todos.

Podemos recordar que habián sido, por ejemplo, Adolfo Suarez; Manuel Fraga, Santiago Carrillo o Hugo Chavez, la legitimidad democrática la dan la urnas; y el respeto a la legalidad.

El NSDAP hizo caso omiso a la legalidad desde el mismo momento que se ocupo el poder.

Particularmente me resulta complicado imaginbar como podemos responsabilizar a los votantes del KPD o del SPD de lo que despúes hizo Hitler. Al SPD -el aparato del partido- se le puede achacar haber acabado con el proyecto espartaquista, pero dificilmente se le puede hacer responsable de lo que hizo Hitler, y desde luego los miembros del KPD fueron los que sufrieron, desde mucho antes y con igual intensidad, la represión nazi.

Por otra parte resulta evidente que en el contexto que vivia Alemania despúes de 1929 detras de Hitler y del NSDAP había poderosos intereses, sobre todo económicos.

Si bien no se puede responsabilizar al pueblo aleman de los hicieron Hitler y el NSPAD es posible que no se pueda hacer lo mismo con el grupo de intereses económicos que lo llevaron la cancilleria y los sostuvieron, empezando por algunos sectores de las fuerzas armadas, allí.

Suele decirse que en una democracia cada pueblo tiene los gobernates que se merece. El problema rádica en que el Tercer Reich no era una democracia.

Saludos.
Jonny coge el Bombardero,
y lo eleva por el cielo,
no hay cañón que alcance a Jonny,
ni rival que lo derribe...

Jonny no mata a la gente.
elimina el objetivo,
Jonny no es un asesino;
Jonny es frio..., y profesional.

Tal vez no veamaos en el ESTAIR, Supendereis.

Avatar de Usuario
Eckart
Miembro fundador
Miembro fundador
Mensajes: 4624
Registrado: Sab Jun 11, 2005 9:07 pm
Ubicación: Valencia (España)
Contactar:

Mensaje por Eckart » Lun Feb 19, 2007 8:07 pm

¡Hola, a todos!

Hans, permíteme:
Hans von Witzland escribió:Que Adolf moderara el discurso entre el 31 y el 33 no le convierte en un demócrata de la noche a la mañana.
No, claro que no. Y menos cuando precisamente por esas fechas, su discurso desvía la atención de los judíos, el bolchevismo y el espacio vital y toma como objetivo el pleno ataque al "sistema Weimar", al parlamento y a la democracia en sí, supuestas responsables de la ruina alemana (la que deriva del crack del 29).
Hans von Witzland escribió:Todo el odio que llevaba una década vomitando no se borra de la noche a la mañana. No es una explicación plausible decir que no lo sabían.
Como bien ha demostrado mi admirado José Luis con los datos de las elecciones habidas entre 1919 y 1928, queda claro que el NSDAP durante esos 9 años de existencia era un partido marginal, y por lo tanto, no es posible que recibiera mucha atención ni del grueso de la población ni de los medios de comunicación. O mejor todavía: no es posible que esa población tuviera fácil saber qué era Hitler, ya que hemos de tener en cuenta que estamos hablando de los años 20 y no del año 2000; en aquellos tiempos, las
comunicaciones no eran ni la centésima parte de lo que son ahora. En quella época, y más en las regiones rurales, no existía la posibilidad de informarse de todo en seguida ni con gran detalle. La información llegaba como llegaba y ya era suficiente. Tengamos esto muy en cuenta y dejemos aparte la perspectiva de amplitud y facilidad de recursos para todo que nos da el vivir conectados a internet, a la televisión vía satélite y a la radio digital. Muchos votaron a Hitler sin haberle visto en persona nunca y sin haber oído jamás un discurso suyo, simplemente porque no tuvieron posibilidad. Tal vez hubieran leído algún extracto en la prensa a partir de 1930, cuando recibieron las primeras noticias sobre Hitler, antes, ni lo habían oído nombrar. Ahora le votaban porque habían comenzado a oír cosas positivas de él y sus ideas de unidad nacional, o porque el vecino se había unido al NSDAP, y, como aquel era tan buena persona, si estaba en el NSDAP les resultaba inevitable que el partido fuera algo bueno*. También es conocido el ejemplo de un pequeño pueblo de la Prusia oriental que vio como los votos en favor del NSDAP crecían en un alto porcentaje (creo recordar que en torno al 20 % entre dos elecciones consecutivas) y se daba la circunstancia de que allí nunca había dado Hitler un discurso y ni siquiera existía oficina local del partido. También hay que contar con que en muchísimas localidades pequeñas, principalmente en las rurales, los SA no suponían un problema –no actuaban como gamberros- y hacían su trabajo de propaganda correctamente, mientras que los oradores habituales para esas localidades eran propagandistas regionales y no Hitler.

Hans von Witzland escribió:Por otro lado, es importante señalar que el partido nazi tenía tropas paramilitares cuya función era aterrorizar a todos aquellos que consideraba enemigo o rivales de su ponzoñosa ideología (las SA).
Sí, esta es una realidad llamativa si la observamos desde nuestra perspectiva actual, donde la experiencia del Holocausto y Hitler ya nos ha sensibilizado y puesto en alerta ante ciertas formas de hacer política y ciertas “visiones del mundo”. Hoy, por esa experiencia y otras también dramáticas, es lógico sentir que el que un partido político tenga adjunta una fuerza defensiva/ofensiva y armada es una insensatez muy peligrosa, pero insisto en que aquellos eran otros tiempos: el partido comunista contaba con otra especie de milicia, la Rote Frontkämpferbund; también existía una "Liga de los Soldados del Frente", la Stahlhelm, milicia paramilitar nacionalista. La Reichsbanner, liga defensora de la república, también contaba con sus activistas violentos. No era algo inusual (por raro que nos parezca hoy, con nuestra educación) que existieran grupos paramilitares ni grupos de activistas políticos agresivos circulando por las calles.
Hans von Witzland escribió:Me resulta totalmente increíble (por no decir que me resulta una explicación facilona que suena a excusa) que los alemanes digan de si mismos que "no sabían", o que "no imaginaban" la clase de pájaro con el que se jugaban los cuartos (perdonadme la frase hecha, pero creo que viene perfecta para esta situación).
Hans, insistes en generalizar, cuando no debieras. Ya que el argumento del mejor porcentaje de votos que alcanzó Hitler antes de ser canciller y comenzar a negar la libertad (37%) parece no servir de nada, usaré el del porcentaje de votantes –de alemanes- que no votaron a Hitler en las elecciones que tomo como referencia: un 63%. Visto así, parece más claro que la mayoría de los alemanes en edad electoral nunca dio su apoyo al NSDAP en el último año de elecciones realmente libres.

La clave no debiera estar en saber por qué el pueblo alemán votó a Hitler. Si acaso, en por qué la parte del pueblo alemán que votó a Hitler, lo hizo. Es la gran pregunta. ¿Qué vieron? ¿Qué les resultó interesante de Hitler y el NSDAP? Si votar a un partido político te convierte en responsable de sus crímenes (¡qué majadería!), entonces más de 30 millones de alemanes se libraron de tal carga de conciencia. Y cuento solo a la población mayor de edad.


Los datos de las elecciones de julio de 1932 pueden verse aquí: www.gonschior.de/weimar/Deutschland/RT6.html

*En este sentido, Ian Kershaw ofrece en su obra Hitler un ejemplo que transcribo literalmente: [Fue también importante el ejemplo que dieron personajes respetados de la población. Que el popular y bien considerado librero de Nordheim, un dignatario local, columna de la Iglesia Protestante de la localidad, fuese miembro del partido, hizo tomar nota a otros. “Si él está ahí, debe de ser una cosa buena”, fue lo que dijeron.] Kershaw toma esta información de Willliam Sheridan Allen, The Nazi Seizure of Power, ed. revisada, Nueva York, 1984. Ian Kershaw, Hitler 1889-1936, Ed. Península, octubre de 1999.


Un saludo.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9910
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Mar Feb 20, 2007 12:48 am

¡Hola a todos!

Estoy, en general, de acuerdo con lo apuntado por el compañero Werto (especialmente en lo que el expresa como carencia de democracia en Weimar, aunque aquí hay mucho que matizar, pero no viene al caso ahora), y suscribo todo lo dicho por mi amigo Eckart, con excepción (o con matices) sobre lo de Hitler y la destrucción de Weimar, pero tampoco viene al caso.

Conociendo como conocemos hoy la historia criminal del Tercer Reich, es comprensiblemente muy fácil acusar al pueblo alemán de la llegada de Hitler al poder, pero esta idea es engañosa y, sobre todo, falsa. Como ya he dicho anteriormente, Hitler llegó a la Cancillería del Reich por potestad presidencial y apoyo de parte del liderazgo de algunos partidos políticos del Reichstag. Y he subrayado en negrita la palabra liderazgo (por ejemplo, Papen, Hugenberg), porque desde la primavera de 1930 los principales líderes políticos de la derecha (y la desunión en las izquierdas, SPD y KPD), con la anuencia del presidente de Weimar, privaron al Reichstag (esto es, al parlamento alemán), y por extensión a la ciudadanía alemana, de participar en la política de Weimar. No fue Hitler quien acabó con Weimar (él sólo la remató, y después destruyó el Estado de Derecho), sino quienes acabaron previamente con el sistema parlamentario. A estas circunstancias y a los fatales cálculos políticos de quienes apoyaron (políticos, financieros, industriales y militares) a Hitler para la Cancillería, es adonde deben dirigirse las pesquisas en busca de la responsabilidad de hacer a Hitler Canciller del Reich. Sin Hitler en la Cancillería, muy probablemente el NSDAP jamás llegaría al poder por la vía de las urnas.

Este topic pretende tratar (o señalar) las causas sociológicas del auge del nacionalsocialismo. Yo voy a señalar, a través de la membresía del NSDAP, las causas por las que este partido jamás llegaría al poder si Hitler no fuera catapultado previamente a la Cancillería de Weimar el 30 de enero de 1933.

Voy a dividir, para efectos de mi argumento, la historia del DAP-NSDAP en dos grandes etapas: la primera, desde su fundación hasta la Verbotzeit; y la segunda, desde su refundación en 1925 hasta que Hitler es aupado a la Cancillería.

Ya he dicho que el NSDAP cuando todavía no existía como tal (esto es, cuando sólo existía el Deutsche Arbeiterpartei –DAP-, que el 20 de febrero de 1920 se re-denominó NSDAP) era un grupúsculo insignificante cuando Hitler ingresó en él en septiembre de 1919. En el censo realizado a finales de noviembre o principios de diciembre de ese año, sus miembros totalizaban 168 personas, con 21 miembros más que ingresaron en enero de 1920. Entre 1920 y 1922 creció relativamente bastante, aunque no dejó de seguir siendo un partido marginal, no teniendo importancia alguna fuera de Bavaria. Tenía 2.000 miembros a finales de 1920, y 18.000 más se afiliaron a lo largo de 1921 y 1922.

En enero de 1923, hablando del desarrollo e historia del NSDAP, Hitler afirmó que el partido tenía más miembros en Munich que en el resto de Alemania al conjunto. Cuando lo del putsch abortado del 9 de noviembre de 1923, el partido había alcanzado un total de 55.287 afiliados desde su creación en enero de 1919. La extracción social de estos afiliados fue estimada así:

-Proletariado: 21.7%
-Clase media: 68.5%
-Elite: 1.8%
-Otros: 8.0% (1)

Luego llegó la Verbotzeit (ahora no tengo tiempo (2) para explayarme sobre este asunto, pero explico que se llamó así al periodo en que el NSDAP estuvo prohibido, comenzando el 9 de noviembre de 1923 y finalizando el 16 de febrero de 1925), y la refundación del partido en 1925 (donde alcanzó 25.000 afiliados). A finales de 1928, el NSDAP había emitido 100.000 carnés de miembros, cifra que a finales de 1930 había subido a 400.000. Cuando Hitler fue nombrado Canciller del Reich, el NSDAP había emitido un total de 1.435.530 carnés de afiliados.

Ahora bien, yo he dicho que si Hitler no llega a la Cancillería, el NSDAP jamás llegaría al poder por las urnas. Y sostengo esta afirmación, entre otros argumentos, porque en el siguiente censo que realizó el NSDAP a lo largo de 1934, la cifra total de afiliados había descendido a 850.000 del millón cuatrocientos mil que tenía antes del 30 de enero de 1933. ¿Qué indica esto? Como es obvio, las bajas no se produjeron después de que Hitler consiguiera la Cancillería, sino antes, es decir, entre el bajón electoral de noviembre de 1932 y el 30 de enero de 1933, periodo en el que el NSDAP tuvo una caída de casi 600.000 afiliados.

Esta caída en la afiliación es otro indicativo más (además de la crisis de diciembre de 1932 y la bancarrota o quiebra técnica del partido), del futuro inmediato funesto que le esperaba a Hitler y los suyos. Y una prueba más, basada en hechos, que demuestra que la mayoría de la ciudadanía alemana de 1933 estaba muy alejada del nacionalsocialismo, que no de la derecha nacionalista.

(1) Detlef Mühlberger, The Social Bases of Nazism, 1919-1933 (Cambridge University Press, 2003), p. 40. Los demás datos de membresía también proceden de esta obra.

(2) La Verbotzeit está inmejorablemente explicada en un libro que lo único malo que tiene es su precio. Se trata de David Jablonsky, The Nazi Party in Dissolution: Hitler and the Verbotzeit 1923-25. Si algún día encuentro ganas, escribiré algo sobre esta obra.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9910
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Mar Feb 20, 2007 12:38 pm

¡Buenos días a todos!

Ahora quisiera desarrollar una cuestión clave para comprender por qué cayó Weimar y quién o quiénes acabaron con la República, a raíz de dos comentarios hechos por Werto y Eckart. Werto, no sin ironía, ha dicho que el Tercer Reich no era una democracia, y Eckart ha escrito que Hitler, en su última etapa pre-canciller, enfatizó su discurso en la eliminación de Weimar.

Lo primero que hay que dejar sentado es que Alemania no tenía antecedentes de regímenes políticos democráticos antes de Weimar y, por tanto, su historia política se desarrolló bajo regímenes autoritarios. El II Reich bismarckiano-guillermino era una monarquía constitucional en la que, en teoría, el Reichstag tenía un gran poder (podía promulgar legislación, aprobar presupuestos y financiación del ejército), pero, en la práctica, sus decisiones podían ser vetadas por el Bundesrat (Consejo Federal), que estaba dominado por Prusia. Además, el Kaiser podía disolver el Reichstag a recomendación del Canciller, y ni éste ni aquél estaban sujetos a responder de sus acciones ante el Reichstag. Los poderes del Káiser incluían la dirección de la política exterior, el mando de las fuerzas armadas, el derecho a declarar la guerra, imponer la ley marcial, etc. Antes del II Reich, desde el Congreso de Viena y el establecimiento de la Confederación Germánica en 1815 hasta el establecimiento de la Confederación Germana del Norte en 1867, Alemania fue, en el mejor de los casos, una monarquía semi-absolutista y seudo-constitucionalista.

Cuando estalló la Revolución de Noviembre de 1918 (que fue una revolución espontánea en sus inicios, no lo olvidemos, al igual que lo habían sido en sus inicios las revoluciones rusas de 1905 y 1917), Alemania sólo tenía dos salidas viables a la revolución: su consolidación, esto es, que la revolución se consumase con la socialización del Estado, o su reconducción hacia un sistema democrático parlamentario. No cabía la posibilidad de seguir manteniendo la monarquía guillermina, ni la posibilidad de establecer un régimen dictatorial para abortar la revolución. Sólo cabía, a más de lo dicho, una guerra de guerras civiles y el caos y desmembración del Estado alemán.

En esa complejísima tesitura, los prohombres de la derecha tradicional alemana y el liderazgo de las fuerzas armadas prestaron su apoyo a los líderes del SPD, fundamentalmente, para contrarrestar la amenaza de la consumación revolucionaria del socialismo radical mediante el establecimiento de un sistema democrático parlamentario. Así nació la República de Weimar, no como el ideal político de una mayoría de la ciudadanía alemana para resolver una larga historia de conflictos, además del conflicto extraordinario que significó la derrota en la guerra, sino como un expediente para neutralizar y, de ser posible, reorientar el movimiento revolucionario radical del otoño-invierno de 1918-19.

Pero muy pronto, cuando finalmente se puso fin a la amenaza revolucionaria, la derecha alemana y el liderazgo militar dejaron de prestar su apoyo al gobierno republicano (SPD, fundamentalmente) para pasar a oponérsele (y derrocarlo). La Gran Coalición que hizo posible la Weimar dorada de la época Stresemann no vio un solo gobierno de izquierdas (SPD), sino de derechas, moderadas éstas por la extraordinaria personalidad política de Stresemann. Pero ya entonces, Weimar (como nuestra II República en 1931) estuvo amenazada de muerte tanto desde la izquierda (KPD, que creció extraordinariamente gracias a la extinción de los socialistas independientes, USPD, y a su ingreso mayoritario en las filas comunistas), como desde la derecha (ala radical del DVP, y DVNP). Esta amenaza se radicalizó con la crisis política que ella misma provocó durante las negociaciones del Plan Young en 1929, año que vio la muerte de Stresemann (largo tiempo enfermo) y la desaparición del único hombre que podía haber moderado los impulsos radicales derechistas de su partido (DVP) y del resto de la derecha nacionalista (DVNP). A partir de 1929 asiste Weimar a la eliminación de su sistema parlamentario y a la radicalización creciente de la derecha nacionalista y su progresivo acercamiento al radicalismo völkisch del NSDAP (que utiliza al DVNP como plataforma propagandística).

Bajo esta representación del teatro político, lo que se escondía era una lucha encarnizada de intereses económicos opuestos y de consecución del poder. En esa lucha, la ciudadanía alemana no tenía ni voz ni voto, carecía, por supuesto, de información y sólo estaba expuesta a la manipulación política de los principales actores de la susodicha representación. Weimar ya estaba herida de muerte y, salvo contadas excepciones, no había ya quien quisiera sanarla y restaurarla. Todo el espectro de derechas, nazis incluidos, buscaba su destrucción, como también la buscaba el KPD (sólo que con otros fines). La derecha tradicional, esto es, todas las fuerzas a excepción del NSDAP, perseguía un retorno a la monarquía, una monarquía de corte guillermino, donde el objetivo real consistía en que las clases privilegiadas pudieran retornar a su status quo ante bellum, mientras que la justificación política ante el electorado era la restauración de la soberanía nacional (que ya tenían; de hecho, el Plan Young se acercaba enormemente a los objetivos económicos del DVP) y la eliminación de los dictados de Versalles (que un gobierno Stresemann hubiera conseguido a corto o medio plazo).

Como por medios legales no reunía la fuerza suficiente para abolir Weimar, el liderazgo político derechista, el liderazgo financiero e industrial y una parte del liderazgo militar, en general, buscaron y lograron obtener una coalición con el NSDAP para conseguir esos fines espurios y ocultos. Pero su cálculo político, la idea de que Hitler sería una especie de juguete en sus manos que caería a la primera crisis política (provocada por ellos mismos, claro), se demostró fatalmente errado. Hitler no sólo remató a la agónica Weimar, sino que frustró para siempre las esperanzas políticas (aunque no las esperanzas económicas) de los prohombres que lo habían aupado al poder. Y en toda esa trama política, la ciudadanía alemana fue ignorante e ignorada.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
beltzo
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 1342
Registrado: Jue Sep 29, 2005 8:49 am

Mensaje por beltzo » Mar Feb 20, 2007 3:10 pm

Hola a Todos:

Dos citas de Joachim Fest en “Hitler, una biografía” que ilustran perfectamente lo expuesto en este hilo.

A finales de 1932 en muchos círculos nacionales e internacionales se consideraba al NSDAP como un cadáver político, el propio Goebbels escribió: [“El año 1932 ha constituido una sarta de desgracias. Debemos romperlo en pedazos… Han desaparecido, completamente, todas las posibilidades y esperanzas”.]

[El encumbramiento y la ganancia del poder del NSDAP no constituían la gran conspiración de los alemanes contra todo el mundo bajo el signo de unos objetivos imperialistas y antisemitas, como se ha pretendido afirmar con frecuencia en juicios retrospectivos. Los discursos de Hitler durante los años de la gran afluencia de masas sólo contienen, y a escala reducida, muy pocas declaraciones concretas de objetivos, descuidando, incluso, sus puntos fijos ideológicos, el antisemitismo y el espacio vital. Su característica principal era la temática más bien vaga y generalizada, así como el frecuente recurso a metáforas ideológicas que a nada comprometían; siempre quedaron estas muy por debajo, en su descripción de objetivos comprensibles, de la franqueza que ofrecía “Mi lucha”. Algunos meses antes de desencadenarse la segunda guerra mundial, inmerso en una de aquella crisis que él desataba, el mismo Hitler reconoció y aseguró haber utilizado durante muchos años una táctica de mansedumbre y de candidez, porque las situaciones le habían obligado a unas mascaradas de docilidad pacífica.]

De todas formas que Hitler fuese capaz de engañar en general al pueblo alemán, tanto es así que hubo judíos votando por el NSDAP, a nadie debería sorprenderle, durante muchos años fue capaz de hacerlo con todo aquel que se le cruzó por el camino, incluidos aquellos que podían tener mucha más información que el pueblo alemán como para poder ver a través de su máscara, como por ejemplo la iglesia y las democracias occidentales. Si Hitler poseía alguna cualidad extraordinaria esta era sin duda el engaño.

Saludos
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein

Responder

Volver a “La Alemania nazi”

TEST