Weber, Habermas y el nazismo

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

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Juan Negrín
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Weber, Habermas y el nazismo

Mensaje por Juan Negrín » Mar Abr 08, 2008 4:29 pm

Después de haber aprendido infinidad de aspectos sobre la IIGM, el nazismo, etc. en este foro, me decido a hacer una pequeña contribución para devolver aunque sólo sea una pequeña fracción de lo que he recibido.

Parece increíble que en la Alemania de los años 20 y 30 coexistieran luminarias intelectuales como gran parte de los científicos que desarrollaron la mecánica cuántica (Planck, Heisenberg, etc.), filósofos como los miembros de la Escuela de Francfort y fanáticos lunáticos como Hitler, Himmler o Goebbels, entre otros.

En cuanto a la Escuela de Francfort, era un grupo de filósofos, sociólogos, economistas, etc. de izquierdas que buscaban desarrollar un análisis social desde una óptica marxista superando las limitaciones que para ellos tenían las interpretaciones más ortodoxas del marxismo. Se agruparon en torno al Instituto de Investigaciones Sociales, dirigido por Max Horkheimer. Debido a su ideología y al hecho de que algunos eran judíos, con la llegada al poder de los nazis, tuvieron que exiliarse, volviendo a Alemania después de la IIGM. Sin embargo, esta contribución no la centraremos en la Escuela de Francfort en sí, sino en una de sus fuentes, Max Weber, que asistió al nacimiento de la República de Weimar muriendo prematuramente, y en el que se considera el último de sus miembros, Jürgen Habermas.

Como hemos dicho, una de las fuentes de la Escuela de Francfort fue Max Weber (1864-1920). Este pensador es uno de los padres de la sociología moderna y realizó un análisis de las sociedades modernas que en muchos aspectos conserva vigencia. Para Weber lo racional no se encuentra en un saber universal y necesario, sino en los procedimientos que nos permiten situar y revisar críticamente nuestro saber. Weber señala que la racionalidad propia de Occidente es una modalidad entre otras de racionalizar la vida, y no comparte que el progreso técnico se convierta directamente en progreso práctico-moral. Para Weber, la acción social racional puede ser:
a) Con arreglo a fines: usando expectativas sobre objetos y personas para el logro de fines sopesados.
b) Con arreglo a valores: determinada por la creencia en los méritos del valor (ético, religioso, estético, etc).
c) Afectiva: debida a afectos y estados sentimentales.
d) Tradicional: dirigida por una costumbre arraigada.
Weber considera que la racionalización exige la sustitución de la sumisión a la costumbre y los afectos por la elaboración consciente de los valores, fines y medios que intervienen en la acción. Es decir, establece un contraste entre los dos primeros tipos de acción social y los dos últimos.

Weber, además, denomina racionalidad técnica a aquella en la que el empleo de medios se hace de forma consciente y planificada, utilizando las experiencias y la reflexión. Para este autor, en la cultura occidental, la racionalidad con respecto a fines predomina en comparación con la racionalidad con respecto a valores, lo cual trae un inmenso progreso técnico, pero que puede ser catastrófico para la libertad individual, pues propicia un tradicionalismo tecnocrático en el que el individuo pierde la capacidad crítica y la posibilidad de elección de valores. Hay distintos criterios de racionalización de la visión del mundo, según considera Weber. El primer criterio con que se puede valorar la racionalización de una imagen del mundo es el de la superación del pensamiento mágico. Un segundo criterio es el surgimiento de un punto de vista ético. Otro criterio es el grado de sistematización de la visión del mundo. Un cuarto criterio es la diferenciación de las esferas de valor, que implica la capacidad de distinguir entre diferentes tipos de discurso según el valor sobre el que descansan. Este último criterio permite distinguir entre el discurso científico (basado según Weber en el valor “verdad”) y el normativo (que apela a la “corrección” o rectitud”) y posibilita la independencia de la ciencia respecto de la religión, el desarrollo de una esfera autónoma del arte y la secularización de la cultura.

Weber, además, jugó un papel muy importante en el nacimiento de la República de Weimar. Fue miembro de consejos de obreros y soldados y fue nombrado consultor por parte alemana para el Tratado de Versalles. Además, participó en la redacción de la Constitución de Weimar, siendo partidario del famoso Artículo 48, que permitía en casos excepcionales al Canciller gobernar sin el apoyo del Parlamento. Este artículo buscaba prevenir una Revolución Bolchevique en Alemania, pero posteriormente fue usado por Hindenburg para apartar a los socialdemocratas del poder en favor de políticos sin apoyo popular como Brüning o Papen y por Hitler para hacer su poder total. Resulta paradójico que un intelectual de izquierda, que sufrió protestas de estudiantes de derechas ante su casa, ayudara a preparar los instrumentos que los nazis y los conservadores utilizaron para liquidar la República de Weimar.

En cuanto a Habermas, nació en 1929 y aún vive. Sufrió, por tanto, la IIGM en primera persona. Su obra es muy amplia y aquí no la podemos abarcar toda. Por ejemplo, son de relevancia sus cuatro conceptos sociológicos de acción:
-En la acción teleológica (orientada a fines), un actor realiza un fin o hace que se produzca un estado de cosas deseado eligiendo en una situación dada buscando los medios más congruentes y aplicándolos de manera adecuada. La acción teleológica se amplia y se convierte en acción estratégica cuando en el cálculo que un agente hace de su éxito interviene la expectativa de decisiones de al menos otro agente que también actúa con vistas a la realización de sus propios propósitos.
-La acción regulada por normas se refiere a los miembros de un grupo social que orientan su acción por valores comunes. Las normas expresan un acuerdo existente en un grupo social.
-La acción dramatúrgica se refiere a participantes en una interacción que constituyen los unos para los otros un público ante el que se ponen a sí mismos en escena.
-La acción comunicativa se refiere a la interacción de al menos dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que, con medios verbales o extraverbales, establecen una relación interpersonal.

Se puede diferenciar entre acciones orientadas al éxito y acciones orientadas al entendimiento, en las cuales los sujetos coordinan sus acciones unos con otros a través de un proceso comunicativo que tiene por objetivo acceder a un consenso. Habermas considera que el modo original del lenguaje es la orientación al entendimiento.
Ya hemos dicho que Weber no considera que la racionalidad propia de Occidente sea más que una modalidad entre otras de racionalizar la vida. Desde este punto de vista, podemos comparar las distintas racionalidades sociales, pero no llegar a criterios normativos. Frente a esto, Habermas trata de dar una definición normativa de racionalidad, ligándola a un proceso de comunicación, de forma que la fuerza legítima sólo la poseen reglas y premisas comunicativas, que permiten distinguir un acuerdo o pacto obtenido entre personas libres e iguales, frente a un consenso forzado. Para Habermas, el núcleo normativo de la racionalidad se encuentra en las condiciones pragmáticas que permiten la comunicación de los individuos, y presupone la idea normativa de una argumentación libre de toda coacción externa. Así, Habermas introduce una dimensión normativa aplicable a juzgar las acciones, a diferencia de Weber, que plantea un esquema sólo descriptivo.

Habermas realizó sus estudios y su doctorado y colaboró con Theodor Adorno, un destacado miembro de la Escuela de Francfort. Ha sido profesor universitario y ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias. Con respecto a este filósofo, uno de los más importantes de la actualidad, que además enraiza su obra en la marxista Escuela de Francfort hay otra paradoja: parece ser que fue nazi durante su adolescencia (lo cual es normal, dado el alto grado de adoctrinamiento que sufrían los niños durante el nazismo). El historiador Joachim Fest insinúa en su autobiografía que cuando tenía 14 años Habermas mandó una carta con el membrete de las Juventudes Hitlerianas a un amigo suyo, ensalzaldo el curso de la guerra y expresando su admiración por Hitler. Ese amigo, décadas después, le habría mostrado la carta a Habermas, quien se la arrebató y se la comió. De todas formas, Habermas denunció la publicación del libro y su venta fue detenida.

Un saludo a todos.

Fuentes:

-HABERMAS, J. (1984). Ciencia y técnica como ideología. Tecnos. Madrid.
-HABERMAS, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa. Taurus. Madrid.
-HABERMAS, J. (1989). Teoría de la acción comunicativa. Complementos y estudios previos. Cátedra. Madrid.
-HABERMAS, J. (1992). Conocimiento e interés. Taurus. Madrid.
-SERRANO, E.C. (1994). Legitimización y racionalización. Anthropos. Barcelona.
-WEBER, M. (1981). Economía y sociedad. FCE. Méjico.
-WEBER, M. (1984). La acción social: ensayos metodológicos. Península. Barcelona.
-http://www.elmundo.es/papel/2006/11/05/ ... esora.html
-http://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Francfort

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Francis Currey
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Mensaje por Francis Currey » Mar Abr 08, 2008 5:30 pm

Muchas gracias por tan buena aportación

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Re: Weber, Habermas y el nazismo

Mensaje por Juan M. Parada C. » Mié Ago 31, 2016 11:00 pm

Con respecto a la contradicción que expresa el amigo Juan Negrín de la obra de Weber,por allanar el fin de la República de Weimar,me parece oportuno citar a este intelectual germano en su libro "El político y el científico" de 1919,por decir lo siguiente:

"Es una tremenda verdad y un hecho básico de la historia el de que frecuentemente,o,mejor,generalmente,el resultado final de la acción política guarda una relación totalmente inadecuada,y frecuentemente incluso paradójica,con su sentido originario"(Weber,1919,página-124)

Con respecto a Habermas vale resaltar que la teoría crítica, que tanto pregonaba, consiste en mostrarnos el camino sobre el cual debemos avanzar.Dado que nuestros verdaderos intereses son los que emergerían ante nuestras conciencias dentro de esa situación de libertad y conocimiento.Dado que no se puede hablar de una verdadera libertad sin un conocimiento previo de tal condición.

Saludos y bendiciones a granel.
"¡Ay,señor! Tú sabes lo ocupado que tendré que estar hoy.Si acaso te olvido por un instante,tu no te olvides de mi". Sir Jacob Astley antes de la batalla de Edge Hill el 23 de octubre del año de nuestro señor de 1642

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