Los Saboya: El ocaso de la monarquía en Italia

[Erich Hartmann]

Los Saboya pueden volver

La decisión de los italianos dispersó a los Saboya. Víctor Manuel III y su esposa, Elena, se exilaron en Alejandría, donde el Rey fallecería en 1947. Humberto II eligió Cascais, la residencia portuguesa próxima a Lisboa donde vivió durante tres décadas, falleciendo en Ginebra, Suiza, a los 79 años, en 1983.

Su esposa, María José, llamada la reina de mayo, no siguió a su marido al exilio portugués; sus relaciones eran tan distantes que prefirió residir en Suiza. Dicen que las diferencias dentro del matrimonio eran tan grandes que la Reina votó por la república en las elecciones de junio de 1946. Indro Montanelli, que gozaba de su amistad, lo desmintió: "Tenía un altísimo concepto de su profesionalidad como reina. Y lo puso en práctica incluso cuando perdió toda esperanza de serlo". María José de Saboya falleció el 27 de enero de 2001, a los 94 años.

La tragedia envolvió, también, a las hijas de Víctor Manuel. Mafalda, murió en un campo de concentración nazi; dos de sus hermanas optaron por el exilio: Juana, madre de Simeón de Bulgaria, falleció en 2000 en España, donde residía con su hijo; María Francisca, tras sobrevivir a un campo de concentración nazi, fijó su residencia en Mandelieu, en la Costa Azul, donde falleció a los 87 años de edad, en diciembre de 2001. Sólo permaneció en Italia la primogénita, Yolanda de Saboya, casada con el conde Caivi, que falleció en 1986, a los 85 años.

Ninguno de los descendientes masculinos de la casa de Saboya pudo volver a Italia, porque lo prohibía el artículo XIII de la Constitución de 1947, más dura con su casa real que con el propio Mussolini, cuyos descendientes siguieron viviendo en Italia e, incluso, interviniendo en política. El artículo XIII estuvo en vigor hasta septiembre de 2002, cuando ya era sólo un tozudo anacronismo. A partir de entonces, los nietos o bisnietos de Víctor Manuel III han podido regresar.

El actual jefe de la casa de Saboya es Víctor Manuel, que abandonó Italia cuando contaba 10 años y hoy, a sus 70, es un jubilado del mundo de los negocios. El último Saboya de esta rama dinástica, es su hijo Manuel Filiberto, de 34 años, que trabaja como economista en un banco suizo y nunca había estado en Italia hasta la supresión del artículo XIII.

El obligado acatamiento de la Constitución republicana ha provocado un cisma entre los monárquicos: el Consejo del Reino ha deslegitimado a Víctor Manuel, eligiendo como aspirante a Amadeo de Saboya, duque de Aosta, la rama segundona de la familia. Un conflicto de opereta entre nostálgicos, porque el sentimiento monárquico prácticamente no existe hoy en Italia. Según el sociólogo Pier Massimo Forni, "la mayoría de los italianos sólo les ve como a famosos. Lo mismo que curiosean en la vida de los rockeros o de la realeza inglesa, lo hacen en la de los Saboya".

Pero ellos se lo toman en serio. En mayo de 2004, invitados a la boda del príncipe Felipe de Borbón, coincidieron en el Palacio de la Zarzuela Víctor Manuel de Saboya y Amadeo de Aosta. Tras una cena para invitados de la realeza europea, ambos parientes se encontraron a la salida y el príncipe de Saboya le proporcionó un puñetazo al duque de Aosta. Esto es lo que queda del trono de los Saboya.


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