Cuando pensamos en los grandes procesos por los crimenes del nazismo nos viene a la cabeza Nuremberg o el proceso contra Eichman. Hoy presentamos el que ha sido considerado como el de más envergadura en la historia de la posguerra alemana y que tuvo en su momento una gran cobertura mediática internacional, se trata del proceso de Auschwitz en Franfurt.
El 29 de noviembre de 1963 en la sala del consejo municipal en la ciudad de Frankfurt del Main se abrió el proceso contra 22 miembros de las SS, responsables entre 1940 y 1945 de los diversos servicios del complejo exterminador de Auscwitz---Birkenau la más grande fábrica de la muerte del III Reich.
El impulsore instructor del sumario fue el fiscal general del lander de Hesse Fritzbauer y el presidente del tribunal era el juez Hoffmayer. Según este magistrado, el objetivo de este proceso era establecer la culpabilidad criminal de los acusados, no analizar el contexto político o histórico . De acuerdo con la legislación alemana, las acusaciones eran por asesinato o complejidad en asesinato, no por genocidio o crímenes contra la humanidad.
El primer comandante de Auschwitz, Rudolf Hoess, después de testificar en Nuremberg, fue ejecutado en Polonia en 1947. Ahora, en Franfurt, se sentaban en el banco de los acusados el comandante adjunto Robert Mulka y dos docenas de jerarcas medianos y técnicos --- médicos, químicos...---- del campo de exterminio. Veinte años después de la guerra, envejecidos y sin uniforme parecían hombres corrientes, pequeños burgueses inofensivos, pero no lo eran, tal como lo demuestran los estremecedores relatos de los testigos. Sin mostrar ningún remordimiento, los inculpados alegaron a lo largo de todo el proceso ignorancia, negaron cualquier motivación criminal y dijeron que habían servido en Auschwitz como consecuencia de un accidente burocrático.
El veredicto hecho público el 19 de agosto de 1965 impuso seis cadenas perpetuas por asesinato, once cadenas entre 9 y 14 años por complejidad y también dictó también tres absoluciones. Más allá de su valor judicial, el proceso de Auschwitz en Franfurt también tenía un contenido político. Se trataba de mostrar el carácter democrático de la República Federal Alemana y, sobre todo, de educar, de aleccionar al pueblo alemán de los efectos devastadores del régimen de Hitler.
continuara