Introducción
Angoulême (en español Angulema) es una ciudad y comuna del sudoeste de Francia situada a orillas del río Charente.
En 1939, en el marco del éxodo a Francia de los Republicanos españoles al final de la guerra civil, las autoridades francesas concentraron a los exiliados en diversos campos.
Uno de esos campos era Ruelle ubicado ar 7 km de Angulema.
Cuando estalló la guerra entre Francia y Alemania, los moradores de Ruelle fueron transferidos al centro de internación Alliers en Angulema.
La población concentrada estaba formada por civiles (hombres, mujeres, niños), reagrupándose las familias.
El 20 de agosto de 1940, muy poco después de la firma por Francia del armisticio del 22 de junio de 1940 con la Alemania nazi, partió desde Angulema un convoy de deportados republicanos españoles que llegó cuatro días después al Campo de concentración de Mauthausen. Es el llamado Convoy de los 927, por el número de personas que lo compusieron. Se trató del primer envío de deportados, de cualquier etnia o nacionalidad, procedentes de la Europa occidental, con destino a los campos nazis.
“El convoy de los 927”
DERRIBADOR. Tello, pasajero de aquel tren, sobrevivió. Agachado en lo alto de la muralla, ayuda a abatir el águila de Mauthausen
TODOS LOS PASAJEROS eran republicanos españoles, no judíos. Fue el primer tren de civiles enviado a los campos nazis. Montse Armengou, autora del documental «El convoy de los 927», desvela la desconocida historia.
El largo camino que llevó a Jesús Tello a derribar la estatua del águila que presidía amenazadora la entrada del campo de concentración de Mauthausen empieza en la ciudad francesa de Angulema. De allí partió, vía Munich, un convoy con 927 españoles.
Eran familias enteras, civiles refugiados en Francia que habían huido de Franco. Ellos inauguraron, el 20 de agosto de 1940, los trenes de la muerte con destino a un campo de concentración nazi.
Para los franceses eran indeseables; para los alemanes, enemigos del Reich; para los españoles, luchadores rojos. ¿A quién le importaba su destino?
Casi automáticamente asociamos esos trenes al holocausto judío. Pero en Europa occidental, los republicanos españoles tienen el triste honor de haber sido los primeros viajeros.
Ni un solo monumento honra su memoria en España, ni la más mínima conciencia de haber tenido ese macabro privilegio histórico. Ésta es su historia cuando ya se ha cumplido el 60 aniversario del final de la II Guerra Mundial y de la liberación de los campos de exterminio.
Jesús Tello y su familia, como muchos otros que huían de la caída de la República, pasó la frontera francesa y llegó a Angulema.
A la decepción por el mal recibimiento que encontraron en Francia (los españoles eran rojos indeseables), se unió el temor por la invasión nazi.
Angulema quedó en zona ocupada, bajo la autoridad del gobierno colaboracionista de Vichy.
“Un buen día, los alemanes cercaron el campo de Les Alliers, donde estábamos refugiados, y nos metieron en un tren”, recuerda Tello.
927 españoles, familias enteras, mujeres, niños, ancianos, población civil refugiada en estado puro, son metidos en ese tren. Ninguna explicación, solo rumores. Unos dicen que van a la zona libre de Francia, otros que a Rusia.
Pero todos tienen miedo: ¿les llevan a España, donde les espera la justicia de Franco en forma de cárcel o fusilamiento?
Por las estrechas rendijas del tren donde han sido tirados como animales, casi sin agua ni comida, se dan cuenta por el paisaje que se dirigen hacia el norte.
“Desde el mismo momento en que te encerraban en el vagón del tren, ya pedías tu personalidad, ya no eras libre. Ya hacían de ti lo que les daba la gana, ya no tenías nombre, ya eras un número”.