Persecuciones en Bélgica

[Francis Currey]

Rachel G. nació en Brusselas, Bélgica en 1934 y disfrutó de una infancia feliz hasta la invasión alemana. A los judíos los forzaban a usar una estrella amarilla para identificarlos. Rachel se rebeló contra esa ley porque los niños no judíos no querían jugar con ella. Su madre le advirtió que por ley tenía que portar la estrella. Por su rebeldía recibió una notificación oficial de que ya no podía asistir a la escuela por lo que sus padres tuvieron que esconderla. Conocían a un sacerdote católico y éste llevó a Rachel a un convento. Ella vivió en varios conventos durante la guerra.

"Un día vino la Gestapo mientras yo estaba con las monjas carmelitas. Una de sus reglas es que no pueden ver a los hombres. Tocaron en la puerta y dijeron: ¡Queremos a la niña judía, sabemos que tienen una niña judía ahí! Las monjas dijeron que no. La Gestapo rompió la puerta. Lo que nunca voy a olvidar es que las monjas tenían una canasta muy grande con la ropa sucia, me metieron en la canasta con la ropa encima. Eso sucedió como en un segundo. Así fue como me salvé."

Su padre murió y su madre sobrevivió a Auschwitz. Rachel espera vivir su vida como un buen ser humano ayudando a otros, sin importar su origen étnico, racial o su religión.

Fuente: http://redescolar.ilce.edu.mx/redescola ... monios.htm

[David L]

La posición de Bélgica ante el Holocausto judío no fue de las peores de Europa, pero también tuvo sus claros y oscuros. En Bélgica la población mayoritariamente judía era población inmigrante, de ahí que en cierta manera el ciudadano autóctono belga actuara a veces con cierta indiferencia. Los alemanes eran conscientes de que los belgas los odiaban soberanamente desde su ultraje en la IGM, de ahí que aquéllos planteran el tema judío con cierto recelo. Una vez comprobado que el 94% de los judíos en Bélgiva eran, como he mencionado anteriormente, inmigrantes, decidieron pasar a la acción contra estos últimos, respetando al judío de nacionalidad belga. La estategia estaba muy bien pensada. De un tirón podían acabar con la mayoría de los judíos sin molestar a los ciudadanos de este país.

El gran problema vino cuando se obligó a portar la estrella amarilla a los judíos y comenzaron las deportaciones. Parece ser que los belgas reaccinaron con cierta solidaridad hacia los maltratados judíos. De todas formas volvemos a lo de siempre: sin ayuda autóctona hubiera sido muy dificil para los alemanes haber podido realizar las redadas. Ahí la policía belga se significó claramente, para desgracia de muchos judíos.

Un saludo.