Antisemitismo: La vergüenza
Publicado: Sab Dic 20, 2008 8:36 pm
Antisemitismo: La verguenza
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Punto I - Introducción:
Hola a todos, trataré aqui un tema delicado que es tan antiguo como el concepto racista de "raza" y que además trataré en poco contenido concentrar la respuesta del ¿porque? del antisemitismo en nuestro mundo. Pero antes sería bueno debatir sobre la no justificación biológica para aplicar términos como "la raza aria", "la raza británica", "la raza judía", "la raza árabe" y otras tantas "razas".
"Ario" es un término linguístico para designar un supuesto idioma antiguo, "británico" es un término político para designar un grupo de naciones que comparten ciertas tradiciones históricas y estructuras constitucionales, "judío" es vocablo teológico-social aplicable a gentes de antigua tradición religiosa y determinadas costumbres, "arabe" es término ecológico referente a los que hacen o han hecho hasta relativamente poco, un tipo especial de vida seminómada en el Oriente Medio.
Ninguno es biológicamente una "raza" entonces entendamos que hablar por ejemplo de "raza aria" es tan impropio como decir "idioma negro".
La "raza judía" igualmente es un mito. hay personas a quienes se les llama judíos,a veces fáciles de reconocer como tales, pero no por eso constituyen una raza. Un inglés que viaje por Estados Unidos halla que, generalmente le reconocen como inglés y el americano en Europa es comunmente distinguible pero eso no significa que exista una "raza inglesa o americana".
La forma de vestirse, los gestos, los hábitos de higiene, los giros linguísticos son factores que dependen más de la circunstancia social que de la herencia biológica y se combinan para facilitar el reconocimiento de los individuos de un grupo cultural y sólo debido a esa "necesidad" del ser humano de "etiquetar" y o "separar" del estándar al que uno pertenece, una forma de diferenciar al resto de uno mismo, en ese afán de demostrar superioridad sea, intelectual, cultural, social, económica y hasta diferencias biológicas.
Asi con los judíos son un grupo cultural que comparte una común tradición religiosa, una lengua sacra también común y gran variedad de costumbres comunes. Hay gestos propios de los judios, una vida familiar típica de los juíos y ciertas ocupaciones e intereses culturales propios de los judíos, pero NO EXISTE una raza judía. Asi bien podemos sacar de contexto el erróneo marginador de "raza" para poder hablar si de religión judía o pueblo judío pero NUNCA de "raza judía". Esto claro es aplicable a las "otras tantas razas" que surgen por ahí.
El principal error que impide la situación es la idea fácil PERO FALSA de que la humanidad puede dividirse claramente según netas diferencias biológicas. Si se utiliza un atlas basado en el sistema de Blumenbach u otro parecido que clasifica las poblaciones en "razas" cualquier profesor tendrá que insistir naturalmente en su completa falsedad. En realidad la clasificación biológica de nuestra especie es asunto de gran complejidad. Si se toma como criterio el color de la piel, los indígenas de Africa y Australia pertenecen a un grupo y los de Europa a otro, pero si el criterio es la capilaridad del cuerpo, los europeos se hermanan con los australianos mientras los africanos quedan en un grupo aparte. Es imposible saber que criterio válido pueda diferenciar a la humanidad más que el de género.
Sabido lo anterior, cada vez que leamos o escuchemos "raza judía" es algo que no existe más que por aquellos interesados en "extirpar" de su sociedad o de su prototipo de "sociedad perfecta" una minoría que por algun motivo, razón o circunstancia molestaba a sus fines (por ejemplo Adolf Hitler).
Punto II - La verguenza
El antisemitismo es un fenómeno muy complejo y el término mismo que se ha escogido para designarlo entraña una doble ambiguedad, priemro porque la mayoría de lso judíos no pertenece a la "raza" así denominada (pocos son los autores que hablan aún de una "Raza semítica" y de existir, sus representantes por excelencia srían los árabes) y segundo porque reduce a un conflicto de "razas" un antagonismo de muy distinto origen.
Sin embargo, ese antagonismo existe y se ha caracterizado durante siglos por una intensidad y sobre todo por una constancia que jamás alcanzaron otros conflictos entre grupos confesionales, étnicos o nacionales, la época de las guerras de religión terminó en la de tolerancia y a las grandes "enemistades hereditarias" sucedieron cordiales alianzas; sólo el antisemitismo siguió fiel a sí mismo y parecería eterno, como parecía eterno el pueblo judío.
No es necesario leer a León Poliakov* para darse cuenta de que el antisemitismo es un fenómeno tan extraño y tan intenso que tenía que proceder de un sistema doctrinal, y apoyarse en una creencia fuerte, nutriéndose de enseñanzas de pensadores o directores espirituales. En efecto durante siglos el anisemitismo fue "teológico" es decir que se concebía como expresión de la voluntad divina, cuyas órdenes creían ejecutar de obra o de palabra, los perseguidores de los judíos.
En el siglo XIX se hizo "científico" es decir que sus adeptos lo justificaban mediante teorías antropológicas que tanto las masas como el público ilustrado consideraban infalibles.
Luego de la SGM las iglesias de las diferentes religiones condenaban casi unánimemente toda manifestación aun verbal del antisemitismo, y las teorías raciales, que prosperaron desde el conde ce Gobineau hasta los antropólogos nazis, fueron rechazadas universalmente por los hombres de ciencia, y pronto quedarían tan relegados al olvido como las teorías del étes intersideral o de la generación espontánea.
Veamos entonces antes de deducir concluciones el antisemitismo en sus variantes y ver cómo han caído en desuso.
Punto III - El Antisemitismo teológico
Data éste de los primeros tiempos del cristianismo, época en que las primeras iglesias cristianas sólo parecían una disidencia del judaísmo al cual se oponían. La forma en que los evangelios describen la Crucificción y el clamor atribuído a los judíos : "¡Que su sangre caiga sobre nuestras conciencias y sobre las de nuestros hijos!" inducían a pensar que los judíos al crucificar a Jesús se habían juzgado y condenado a sí mismos.
En efecto, los Padres de la Iglesia incapaces de convertir a los judíos elaboraron una doctrina según la cual éstos culpables de deicidio quedaban condenados a castigo eterno y, como Caín debían errar por la tierra y sufrir humillación y servidumbre en testimonio de la verdad y triunfo de los dogmas cristianos (pueblo-testigo).
De esta manera comienza lo que el profesor Jules Isaac ha llamado "la enseñanza del desprecio". La situación de los judíos que en la Europa romana y en la Europa de los bárbaros habia sido buena en general fue empeorando a medida que esa Europa era Cristianizada y aprendía lentamente a leer.
El momento crítico fué la época de las primeras cruzadas, cuando sobre un fondo de exaltación religiosa de las masas se produjeron las primeras matanzas de judíos. Comenzaron a propagarse las mentiras "propagandísticas" en contra del judío, sobre los asesinatos rituales cometidos por los judíos, sobre profanación de las hostias, envenenamiento de los pozos y otras leyendas análogas.
Desde entonces, en caso de epidemia, hambre o cualquier calamidad pública ¿quien era el culpable?, el judío claro está. De vez en cuando el pueblo se amotinaba para entregarse a la matanza de judíos, mientras que los monarcas los agobiaban de impuestos para llenar sus erarios, o les expulsaban por capricho. Los judíos terminaron por convertirse en los parias por excelencia de Europa.
En la época del Renacimiento lo que resume la situación es la paradoja de Erasmo; "Si ser buen cristiano consiste endetestar a lso judíos, todos somos muy buenos", frase que alterna con las feroces diatribas antisemitas de Lutero o los implacables decretos de los papas de la Contrarreforma.
Esta lamentable situación de los judios duró hasta el siglo XVIII y ha dejado expresivo vestigio en todas las lenguas europeas, en que el término judío, además de su propia acepción, posee otra derivada y siempre peyorativa. Fué necesaria toda la inteligencia de los filósofos del "Siglo de la Ilustración" para comprender que la situación no se debía a unamaldición divina, sino al trato que la sociedad cristiana había dado a los judíos. Las nuevas ideas se tradujeron en decisiones y actos en todos los países de Europa occidental, entre 1789 y 1848 aproximadamente los judíos lograron la emancipación y llegaron a ser ciudadanos "con plenos derechos".
No se hizo así sin luchas, claro que no, ni polémicas ni objeciones constantes por parte de los que añoraban el pasado medieval cristiano, ni escandalizar incluso a algunos judíos, pero en una sociedad ya secularizada no era posible restablecer los ghettos ni las discriminaciones inspiradas en el antiguo antisemitismo teológico.
Naturalmente el milenario perjuicio contra los judíos no desapareció por ensalmo. Incluso halló estímulo en la ascención social de los judíos, deseosos por otra parte de "compensar" sus humillaciones de antaño. Así vinieron a sumarse a los viejos perjuicios cristianos nuevas envidias y agravios. Sin embargo, era imposible justificar el antisemitismo como mandato divino en una sociedad en la que,los judíos no eran ya el humillado "pueblo testigo" y en que por otra parte,se tendía a explicar los fenómenos, no por las leyes divinas, sino por las naturales. La ciencia se había convertido en nueva diosa, cuyos misterios se procuraba desentrañar apresuradamente.
Punto IV - El Antisemitismo científico
Desde que Linneo había calsificado a los hombres en "Europeos; blancos y trabajadores - Asiáticos; amarillos y sufridos - Africanos; flojos y negros - Americanos; rojos y coléricos", eran innumerables los sistemas de calsificación en que junto a los carácteres físicos figuraban los mentales y a éstos se les agregaban vicios y virtudes. (Vengativo, colérico, humilde, bondadoseo, rencoroso, ladrón, trabajador, ventajero, mujeriego, pecador, orador, religioso, vago, explotador, ignorante, pésimo, escrupuloso, indiciplinado, y un muy largo etc,etc.)
Tales fueron los orígenes del antisemitismo científico, en la abundante literatura del siglo XIX se pueden ver éstas cuestiones, y se sobreentendía que los judíos constituían una "raza" y el debate versaba sobre si era "buena" o "mala". Esa era también la actitud de muchos autores judíos.
La explotación política del antisemitismo científico por los nazis, la predicación del odio, después de la enseñanza del desprecio y la matanza de 6 millones de seres inocentes son hechos que nadie olvidará. Recordemos el Mein Kampf, una obra política que una de sus principales metas era la de jústamente pasar de boca en boca el pensamiento de "que el judío no es Ario y por ende es una "raza" que no debe existir ni coexistir con el Ario", la propaganda de identificación de los judíos, panfletos con rostros de narices, orejas, bigotes, calvas, ojos y un sin fin de "identificadores" para reconocer fácilmente a un integrante de la "raza judía".
Hay que insistir en que la persecución de una minoría indefensa, sobre todo si se prolonga, no es una serie de acciones unilaterales. Suscita un conjunto de reacciones y actitudes que la transforman en un círculo vicioso, fomentado y envenenando el conflicto.
Por ello (por no citar más de un ejemplo) la adhesión muy natural de los judíos a ideologías y partidos que no fueran antisemitas, es decir en general a los de la izquierda, o del progreso, motivó además a acusarles de "judíos revolucionarios" o "el comunismo es una doctrina judía". Fueron asimismo denigrados como "elementos subersivos", ataques que a su vez afianzaron la solidaridad de los judíos con esas ideologías y partidos, y entre ellos mismos.
De ahí surgió la solución original del "problema judío" propuesta por los soñadores del siglo XIX y puesta en práctica por los realistas del siglo XX, dar la espalda a una Europa resueltamente inhóspita y crear un Estado judío en lo que fué patria legendaria de los judíos.
En nuestros días, ni el antisemitismo teológico ni el antisemitismo científico tienen ya rango de doctrinas coherentes, porque el pensamiento cristiano ha evolucionado profundamente sobre ese punto, y los progresos de la antropología impiden tomar en serio las tesis de lor racistas. además, una especie de grandioso experimento in vivo ha acelerado considerablemente esa evolución.
En efecto los crímenes hitlerianos han demostrado hasta que punto es anticristiano el antisemitismo, que lleva a la negación de todos los valores éticos. En cuanto a "cualidades raciales" el Estado de Isrrael, que desde el punto de vista étnico es una Torre de Babel en miniatura donde los judíos se han mostrado trabajadores incansables y buenos soldados, ha sido una excelente lección objetiva.
"La predicación del odio" hitleriana, que influyó a las masas alemanas durante 20 años y a toda Europa ocupada (de Francia al Cáucaso) durante cuatro, ha dejado huellas en numerosos individuos. La matanza de millones de mártires inocentes produjo una inmensa indignación y compasión; se convirtió en símbolo de la injusticia, pero al propio tiempo y precisamente por lo mismo causó sentimientos ambiguos en algunos.
Recordemos aquel ateniense qeu odiaba a Aristides, por ser para sus conciudadanos persona sin tacha. proceso análogo a otro bien conocido por los psiquiatras. la rebelión contra las leyes sociales tiende a dirigirse contra hombres o grupos que encarnan la justicia sin son inofensivos, pues así se les puede atacar impunemente.
En un sentido la mera existencia de los judíos estimula una agresividad de este tipo, agresividad potenciada por cientos de años de odio y de propaganda antisemita. También el que recuerden mejor que nadie los horrores der régimen hitleriano, los sufrimientos que hubieron de sobrellevar, los seres queridos desaparecidos y los hogares devastados. Por todo aello, hay a quien "le quitan el sueño", desempeñando así, aun involuntariamente un papel ingrato.
Punto V - Epitafio
Por tanto, el antisemitismo es una verguenza de tantas que devora las sociedades, disfrazado de "racismo" el antisemitismo es lo que es, rechazo al hombre, a la mujer, al niño y al anciano judío, pero no por sus costumbres, muchos judíos pueden tener la vida similar o hasta igual que cualquier otro humano sobre la tierra y que no tenga la etiqueta de "judío", pero el hecho es que las "malas propagandas" hicieron del judío el blanco a exterminar. ¿Que pasaría si el Judaísmo hiciera lo mismo que el cristianismo con él? ¿Hablaríamos hoy del anticristianismo?
* Recomiendo "Historie de L'antisemitisme" y "Bréviaire de la haine" de Léon Poliakov además de "La Iglesia católica y la cuestión racial" del Rvdo. P.Yves M.-J. Congar y La mezcla de las Razas de Harry L.Saphiro (publicaciones estas últimas de la UNESCO)
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Punto I - Introducción:
Hola a todos, trataré aqui un tema delicado que es tan antiguo como el concepto racista de "raza" y que además trataré en poco contenido concentrar la respuesta del ¿porque? del antisemitismo en nuestro mundo. Pero antes sería bueno debatir sobre la no justificación biológica para aplicar términos como "la raza aria", "la raza británica", "la raza judía", "la raza árabe" y otras tantas "razas".
"Ario" es un término linguístico para designar un supuesto idioma antiguo, "británico" es un término político para designar un grupo de naciones que comparten ciertas tradiciones históricas y estructuras constitucionales, "judío" es vocablo teológico-social aplicable a gentes de antigua tradición religiosa y determinadas costumbres, "arabe" es término ecológico referente a los que hacen o han hecho hasta relativamente poco, un tipo especial de vida seminómada en el Oriente Medio.
Ninguno es biológicamente una "raza" entonces entendamos que hablar por ejemplo de "raza aria" es tan impropio como decir "idioma negro".
La "raza judía" igualmente es un mito. hay personas a quienes se les llama judíos,a veces fáciles de reconocer como tales, pero no por eso constituyen una raza. Un inglés que viaje por Estados Unidos halla que, generalmente le reconocen como inglés y el americano en Europa es comunmente distinguible pero eso no significa que exista una "raza inglesa o americana".
La forma de vestirse, los gestos, los hábitos de higiene, los giros linguísticos son factores que dependen más de la circunstancia social que de la herencia biológica y se combinan para facilitar el reconocimiento de los individuos de un grupo cultural y sólo debido a esa "necesidad" del ser humano de "etiquetar" y o "separar" del estándar al que uno pertenece, una forma de diferenciar al resto de uno mismo, en ese afán de demostrar superioridad sea, intelectual, cultural, social, económica y hasta diferencias biológicas.
Asi con los judíos son un grupo cultural que comparte una común tradición religiosa, una lengua sacra también común y gran variedad de costumbres comunes. Hay gestos propios de los judios, una vida familiar típica de los juíos y ciertas ocupaciones e intereses culturales propios de los judíos, pero NO EXISTE una raza judía. Asi bien podemos sacar de contexto el erróneo marginador de "raza" para poder hablar si de religión judía o pueblo judío pero NUNCA de "raza judía". Esto claro es aplicable a las "otras tantas razas" que surgen por ahí.
El principal error que impide la situación es la idea fácil PERO FALSA de que la humanidad puede dividirse claramente según netas diferencias biológicas. Si se utiliza un atlas basado en el sistema de Blumenbach u otro parecido que clasifica las poblaciones en "razas" cualquier profesor tendrá que insistir naturalmente en su completa falsedad. En realidad la clasificación biológica de nuestra especie es asunto de gran complejidad. Si se toma como criterio el color de la piel, los indígenas de Africa y Australia pertenecen a un grupo y los de Europa a otro, pero si el criterio es la capilaridad del cuerpo, los europeos se hermanan con los australianos mientras los africanos quedan en un grupo aparte. Es imposible saber que criterio válido pueda diferenciar a la humanidad más que el de género.
Sabido lo anterior, cada vez que leamos o escuchemos "raza judía" es algo que no existe más que por aquellos interesados en "extirpar" de su sociedad o de su prototipo de "sociedad perfecta" una minoría que por algun motivo, razón o circunstancia molestaba a sus fines (por ejemplo Adolf Hitler).
Punto II - La verguenza
El antisemitismo es un fenómeno muy complejo y el término mismo que se ha escogido para designarlo entraña una doble ambiguedad, priemro porque la mayoría de lso judíos no pertenece a la "raza" así denominada (pocos son los autores que hablan aún de una "Raza semítica" y de existir, sus representantes por excelencia srían los árabes) y segundo porque reduce a un conflicto de "razas" un antagonismo de muy distinto origen.
Sin embargo, ese antagonismo existe y se ha caracterizado durante siglos por una intensidad y sobre todo por una constancia que jamás alcanzaron otros conflictos entre grupos confesionales, étnicos o nacionales, la época de las guerras de religión terminó en la de tolerancia y a las grandes "enemistades hereditarias" sucedieron cordiales alianzas; sólo el antisemitismo siguió fiel a sí mismo y parecería eterno, como parecía eterno el pueblo judío.
No es necesario leer a León Poliakov* para darse cuenta de que el antisemitismo es un fenómeno tan extraño y tan intenso que tenía que proceder de un sistema doctrinal, y apoyarse en una creencia fuerte, nutriéndose de enseñanzas de pensadores o directores espirituales. En efecto durante siglos el anisemitismo fue "teológico" es decir que se concebía como expresión de la voluntad divina, cuyas órdenes creían ejecutar de obra o de palabra, los perseguidores de los judíos.
En el siglo XIX se hizo "científico" es decir que sus adeptos lo justificaban mediante teorías antropológicas que tanto las masas como el público ilustrado consideraban infalibles.
Luego de la SGM las iglesias de las diferentes religiones condenaban casi unánimemente toda manifestación aun verbal del antisemitismo, y las teorías raciales, que prosperaron desde el conde ce Gobineau hasta los antropólogos nazis, fueron rechazadas universalmente por los hombres de ciencia, y pronto quedarían tan relegados al olvido como las teorías del étes intersideral o de la generación espontánea.
Veamos entonces antes de deducir concluciones el antisemitismo en sus variantes y ver cómo han caído en desuso.
Punto III - El Antisemitismo teológico
Data éste de los primeros tiempos del cristianismo, época en que las primeras iglesias cristianas sólo parecían una disidencia del judaísmo al cual se oponían. La forma en que los evangelios describen la Crucificción y el clamor atribuído a los judíos : "¡Que su sangre caiga sobre nuestras conciencias y sobre las de nuestros hijos!" inducían a pensar que los judíos al crucificar a Jesús se habían juzgado y condenado a sí mismos.
En efecto, los Padres de la Iglesia incapaces de convertir a los judíos elaboraron una doctrina según la cual éstos culpables de deicidio quedaban condenados a castigo eterno y, como Caín debían errar por la tierra y sufrir humillación y servidumbre en testimonio de la verdad y triunfo de los dogmas cristianos (pueblo-testigo).
De esta manera comienza lo que el profesor Jules Isaac ha llamado "la enseñanza del desprecio". La situación de los judíos que en la Europa romana y en la Europa de los bárbaros habia sido buena en general fue empeorando a medida que esa Europa era Cristianizada y aprendía lentamente a leer.
El momento crítico fué la época de las primeras cruzadas, cuando sobre un fondo de exaltación religiosa de las masas se produjeron las primeras matanzas de judíos. Comenzaron a propagarse las mentiras "propagandísticas" en contra del judío, sobre los asesinatos rituales cometidos por los judíos, sobre profanación de las hostias, envenenamiento de los pozos y otras leyendas análogas.
Desde entonces, en caso de epidemia, hambre o cualquier calamidad pública ¿quien era el culpable?, el judío claro está. De vez en cuando el pueblo se amotinaba para entregarse a la matanza de judíos, mientras que los monarcas los agobiaban de impuestos para llenar sus erarios, o les expulsaban por capricho. Los judíos terminaron por convertirse en los parias por excelencia de Europa.
En la época del Renacimiento lo que resume la situación es la paradoja de Erasmo; "Si ser buen cristiano consiste endetestar a lso judíos, todos somos muy buenos", frase que alterna con las feroces diatribas antisemitas de Lutero o los implacables decretos de los papas de la Contrarreforma.
Esta lamentable situación de los judios duró hasta el siglo XVIII y ha dejado expresivo vestigio en todas las lenguas europeas, en que el término judío, además de su propia acepción, posee otra derivada y siempre peyorativa. Fué necesaria toda la inteligencia de los filósofos del "Siglo de la Ilustración" para comprender que la situación no se debía a unamaldición divina, sino al trato que la sociedad cristiana había dado a los judíos. Las nuevas ideas se tradujeron en decisiones y actos en todos los países de Europa occidental, entre 1789 y 1848 aproximadamente los judíos lograron la emancipación y llegaron a ser ciudadanos "con plenos derechos".
No se hizo así sin luchas, claro que no, ni polémicas ni objeciones constantes por parte de los que añoraban el pasado medieval cristiano, ni escandalizar incluso a algunos judíos, pero en una sociedad ya secularizada no era posible restablecer los ghettos ni las discriminaciones inspiradas en el antiguo antisemitismo teológico.
Naturalmente el milenario perjuicio contra los judíos no desapareció por ensalmo. Incluso halló estímulo en la ascención social de los judíos, deseosos por otra parte de "compensar" sus humillaciones de antaño. Así vinieron a sumarse a los viejos perjuicios cristianos nuevas envidias y agravios. Sin embargo, era imposible justificar el antisemitismo como mandato divino en una sociedad en la que,los judíos no eran ya el humillado "pueblo testigo" y en que por otra parte,se tendía a explicar los fenómenos, no por las leyes divinas, sino por las naturales. La ciencia se había convertido en nueva diosa, cuyos misterios se procuraba desentrañar apresuradamente.
Punto IV - El Antisemitismo científico
Desde que Linneo había calsificado a los hombres en "Europeos; blancos y trabajadores - Asiáticos; amarillos y sufridos - Africanos; flojos y negros - Americanos; rojos y coléricos", eran innumerables los sistemas de calsificación en que junto a los carácteres físicos figuraban los mentales y a éstos se les agregaban vicios y virtudes. (Vengativo, colérico, humilde, bondadoseo, rencoroso, ladrón, trabajador, ventajero, mujeriego, pecador, orador, religioso, vago, explotador, ignorante, pésimo, escrupuloso, indiciplinado, y un muy largo etc,etc.)
Tales fueron los orígenes del antisemitismo científico, en la abundante literatura del siglo XIX se pueden ver éstas cuestiones, y se sobreentendía que los judíos constituían una "raza" y el debate versaba sobre si era "buena" o "mala". Esa era también la actitud de muchos autores judíos.
La explotación política del antisemitismo científico por los nazis, la predicación del odio, después de la enseñanza del desprecio y la matanza de 6 millones de seres inocentes son hechos que nadie olvidará. Recordemos el Mein Kampf, una obra política que una de sus principales metas era la de jústamente pasar de boca en boca el pensamiento de "que el judío no es Ario y por ende es una "raza" que no debe existir ni coexistir con el Ario", la propaganda de identificación de los judíos, panfletos con rostros de narices, orejas, bigotes, calvas, ojos y un sin fin de "identificadores" para reconocer fácilmente a un integrante de la "raza judía".
Hay que insistir en que la persecución de una minoría indefensa, sobre todo si se prolonga, no es una serie de acciones unilaterales. Suscita un conjunto de reacciones y actitudes que la transforman en un círculo vicioso, fomentado y envenenando el conflicto.
Por ello (por no citar más de un ejemplo) la adhesión muy natural de los judíos a ideologías y partidos que no fueran antisemitas, es decir en general a los de la izquierda, o del progreso, motivó además a acusarles de "judíos revolucionarios" o "el comunismo es una doctrina judía". Fueron asimismo denigrados como "elementos subersivos", ataques que a su vez afianzaron la solidaridad de los judíos con esas ideologías y partidos, y entre ellos mismos.
De ahí surgió la solución original del "problema judío" propuesta por los soñadores del siglo XIX y puesta en práctica por los realistas del siglo XX, dar la espalda a una Europa resueltamente inhóspita y crear un Estado judío en lo que fué patria legendaria de los judíos.
En nuestros días, ni el antisemitismo teológico ni el antisemitismo científico tienen ya rango de doctrinas coherentes, porque el pensamiento cristiano ha evolucionado profundamente sobre ese punto, y los progresos de la antropología impiden tomar en serio las tesis de lor racistas. además, una especie de grandioso experimento in vivo ha acelerado considerablemente esa evolución.
En efecto los crímenes hitlerianos han demostrado hasta que punto es anticristiano el antisemitismo, que lleva a la negación de todos los valores éticos. En cuanto a "cualidades raciales" el Estado de Isrrael, que desde el punto de vista étnico es una Torre de Babel en miniatura donde los judíos se han mostrado trabajadores incansables y buenos soldados, ha sido una excelente lección objetiva.
"La predicación del odio" hitleriana, que influyó a las masas alemanas durante 20 años y a toda Europa ocupada (de Francia al Cáucaso) durante cuatro, ha dejado huellas en numerosos individuos. La matanza de millones de mártires inocentes produjo una inmensa indignación y compasión; se convirtió en símbolo de la injusticia, pero al propio tiempo y precisamente por lo mismo causó sentimientos ambiguos en algunos.
Recordemos aquel ateniense qeu odiaba a Aristides, por ser para sus conciudadanos persona sin tacha. proceso análogo a otro bien conocido por los psiquiatras. la rebelión contra las leyes sociales tiende a dirigirse contra hombres o grupos que encarnan la justicia sin son inofensivos, pues así se les puede atacar impunemente.
En un sentido la mera existencia de los judíos estimula una agresividad de este tipo, agresividad potenciada por cientos de años de odio y de propaganda antisemita. También el que recuerden mejor que nadie los horrores der régimen hitleriano, los sufrimientos que hubieron de sobrellevar, los seres queridos desaparecidos y los hogares devastados. Por todo aello, hay a quien "le quitan el sueño", desempeñando así, aun involuntariamente un papel ingrato.
Punto V - Epitafio
Por tanto, el antisemitismo es una verguenza de tantas que devora las sociedades, disfrazado de "racismo" el antisemitismo es lo que es, rechazo al hombre, a la mujer, al niño y al anciano judío, pero no por sus costumbres, muchos judíos pueden tener la vida similar o hasta igual que cualquier otro humano sobre la tierra y que no tenga la etiqueta de "judío", pero el hecho es que las "malas propagandas" hicieron del judío el blanco a exterminar. ¿Que pasaría si el Judaísmo hiciera lo mismo que el cristianismo con él? ¿Hablaríamos hoy del anticristianismo?
* Recomiendo "Historie de L'antisemitisme" y "Bréviaire de la haine" de Léon Poliakov además de "La Iglesia católica y la cuestión racial" del Rvdo. P.Yves M.-J. Congar y La mezcla de las Razas de Harry L.Saphiro (publicaciones estas últimas de la UNESCO)