Seran olvidados(Cuento)

Trivialidades, curiosidades, concursos

Moderador: Francis Currey

Responder
Avatar de Usuario
Eisenhower
Miembro distinguido
Miembro distinguido
Mensajes: 732
Registrado: Mar Jul 07, 2009 4:56 am
Ubicación: Republica Argentina
Contactar:

Seran olvidados(Cuento)

Mensaje por Eisenhower » Vie May 28, 2010 12:13 am

Un cuento que escribi de la Segunda Guerra Mundial.Los posteo para compartirlo.Si no puedo.Eliminen ,o cierrenlo no hay problema.Espero que les guste :-D


Seremos olvidados


"LO QUE MÁS TEMÍ DURANTE LA GUERRA CON ALEMANIA FUERON LOS SUBMARINOS",
WINSTON CHURCHILL.


Mientras se abría la puerta de aquella majestuosa habitación, entraba un capitán con su uniforme de gala. Erwin Clërr. Era alemán, un hombre serio de una altura promedio, de unos 41 años y veterano de la Gran Guerra.
Saludo al general Dönitz y se sentó. Dönitz era el comandante de la marina Alemana. Un hombre de pocas palabras. Con mandíbula grande y ojos característicos.
El capitán Clërr, era a un hombre respetado en la comunidad marina, todos sabían que por su edad no era apto, pero él decía lo contrario; y Dönitz lo defendía, así que él le entrego un U-Boot . Con toda la tripulación y con la misión de patrullar el océano Atlántico.
Aunque era una misión sencilla, corrían tiempos de guerra en esa época, 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, esa misión consistía en ir hasta aquel océano y hundir cualquier mercante aliado. Clërr acepto sin dudarlo un momento.
Ese mismo día, ya a la tarde, conoció a su tripulación eran en total treinta (Tripulantes), eran todos jóvenes, con paca experiencia pero con ansias de ir a luchar. Ya a la noche, todos fueron a un bar cercano para festejar su último día en tierra. A la mañana siguiente zarparían.
Clërr se despidió de su esposa e hijos, lo mismo hicieron los treinta tripulantes, aquella fría mañana de 1942.
Zarparon, en su submarino, todos con caras felices, todos hablaban de cuantos mercantes iban a hundir, y cuantos se salvarían de ellos. Clërr serio como era habitual, pero no podía esconder emoción en su rostro.
Así que cuando se dieron cuenta, a no estaban más en el puerto, el primer mensaje fue recibido. Las caras contentas se fueron esfumando y Clërr se, puso a buscar un blanco.
Pasaron ya diez horas del último mensaje y el primer objetivo estaba cerca.
Un pequeño buque pesquero, solo en pleno océano, solitario, en la noche.
Clërr dio la orden de inmersión , todos a sus posiciones, la emoción empezó a florecer en los rostros de los tripulantes. El buque estaba fijado, las medidas listas. Clërr grito, fuera torpedos. Así dos torpedos cruzaron las frías aguas del Atlántico para dirigirse al buque.
Dentro del submarino un cronometro contaba los dos minutos que faltaban para que haga impacto. Clërr estaba confiado. Así pues pasaron dos minutos de pleno silencio, cuando un estallido lejano invadió el submarino de alegría, su primer objetivo estaba cumplido. A lo lejos se veía, el buque en llamas con las personas dentó, en ese momento Clërr, se sintió apenado por aquellas que desafortunadas personas, ese sentimiento, duro poco.
Pocas horas más tarde, toda la tripulación cantaba canciones sin sentido causados por la ebriedad. Felices estaban los jóvenes, por su logro. Pero esto no duraría para siempre.
Pasaron dos meses navegando sin ningún acontecimiento importante, pocos mercantes hundidos sin importancia. Pero dentro del oscuro y húmedo U-Boot, todos los días eran una fiesta.
Llego el segundo mensaje con un importante objetivo un convoy medio mercante.
A todo esto, el año 1943 era bienvenido, los “tiempos felices” empezaron a terminar.
Así, se dirigieron al convoy, cuando se acercaron bajaron la velocidad a media. El silencio reino en ese momento.
Poco a poco se acercaba, cuando de pronto, cuatro destructores , cambiaron de posición y se dirigieron hacia el submarino. Fueron encontrados por los potentes y revolucionarios radares ingleses.
Clërr con un poco de preocupación bajo la velocidad aun más, era tarde, los cuatro escoltas abrieron fuego contra su posición, a la vez arrojando cargas de profundidad .
Dentro del U-Boot era un caos, varios tripulantes resultaron heridos por los movimiento de el submarino, el agua comenzó a entrar a cantaros, y Clërr dio como finalizada la misión. Se sumergió a 100 metros y coloco velocidad máxima, por poco y con un sesenta y siete por ciento de daños en el casco se salvaron.
Ya en aguas calmas, la tristeza y la desesperación era un hecho; los habían descubierto, fracasaron en su primera gran misión.
No solo esa noticia afecto la moral el 12 de mayo los África Korps se rindieron en Túnez. Estaban en el final de la buena fortuna.
Luego de interminables cuatro meses, haciendo varias misiones, les llego una nueva misión. Hundir el buque de guerra ingles.
Para Clërr parecía fácil pero aquel buque estaba protegido y bien custodiado por destructores. Esta falla de comunicación, lo llevaría a un hecho desastroso.
Clërr y su tripulación en el fondo sabían que no sería fácil, pero ya patrullar en el océano atlántico no era lo mismo que en 1943; aunque les gustaba navegar y “ayudar” a su país, este servicio era muy difícil y riesgoso. Por ese motivo esta era su última misión.
De ese modo, todos estaban entusiasmados por terminar ya e irse con sus seres queridos luego de dos largos años.
Antes de ir a la misión Clërr les hablo y los animo luego, dejo las coordenadas a la tripulación y se echo a dormir. Soñó que nadaba ay que luego se ahogaba, un sueño rápido y sencillo. A levantarse, se sintió desorientado por la noticia que estaba cerca del convoy, esto le hizo olvidar su significativo sueño.
Clërr pidió inmersión, velocidad media, así se dirigió al convoy. Al principio, paso desapercibido, hasta que rozo el destructor. Saco el periscopio, se dio cuenta que no era un convoy pequeño sino uno de más de cincuenta buques de guerra.
El destructor Británico lo vio (por periscopio), y entre cuarenta buques de guerra abrieron una fugaz ráfaga de fuego, con un ruido impresionante.
Clërr, con miedo por primera vez, pudo observar su objetivo principal, el buque grande británico. Mientras los treinta y cinco tripulantes (cinco estaban muertos a causa de los disparos), ordeno lanzar los cinco torpedos a aquella dirección.
En el momento que los cinco torpedos tocaron el agua un impacto directo en el casco del U-Boot hizo que la zona de maquinas se inundara, las compuertas fueron cerradas, lo que hizo que los quince tripulantes de esa área murieran ahogados.
Clërr, miro a los diez hombres que quedaban vio en caras, un gesto inhumano, un gesto que de decía que estaban rendido. El silencio irrumpió el ambiente, cuando las quince cargas de profundidad estallaron, el submarino, dio un giro completo y lentamente comenzó a abismarse en el océano.
Dentro, cada hombre, rezaba o pensaba en lo que hizo o iba a hacer. Clërr pensó que sin oxigeno mucho tiempo no les quedaría. Hasta que un gruñido de metal, les aviso que tocaron fondo. Estaban en lo más profundo del océano. Sin oxigeno, ni ayuda.
En este estado pasaron dos horas, Clërr que era el más anciano, empezó a toser, sus diez tripulantes, sabían que era el primero que iba a morir. Clërr pensó en que aquella guerra le quito tiempo precioso de su vida, se acordó de su sueño y su familia. En el instante en que pensó en los momentos felices que paso con su familia, con su ultimo respiro, largó una carcajada que le dejo una sonrisa marcada en el rostro.
Los diez tripulantes se miraban extrañados, de la sonrisa de Clërr, su rostro sin vida y pálido, con la sonrisa, hizo pensar a los tripulantes que poco a poco fueron falleciendo. Hasta que murió el último. Invadió el silencio, en el U-Boot y en aquel lugar. El convoy se había ido.

Debajo quedo pereciendo los rastros de la chatarra del submarino, en algún lugar de aquel inmenso océano Atlántico, el tiempo hizo olvidar aquellos hombres, haciéndolos inexistentes.
Con el solo hecho de pensar que hubo gente que vivió en aquella chatarra submarina, hace pensar lo que el hombre es capaz de hacer. Faltaban dos años para que la guerra terminara. Y así, si se olvidaran completamente de los treinta y un tripulantes del U-Boot.
Con esta división cruzó el río y reconquistó con una fuerza de 10.000 fusileros el Mamaev Kurgan, la cota principal de Stalingrado desde donde se dominaba toda la ciudad, los pocos supervivientes juraron que su determinación "fluía de Rodimtsev", hicieron también la promesa: "No hay tierra para nosotros más allá del Volga", "

Elías AM
Miembro
Miembro
Mensajes: 246
Registrado: Vie Ene 22, 2010 5:30 am

Seran olvidados(Cuento)

Mensaje por Elías AM » Jue Jun 03, 2010 11:44 pm

Muy lindo el cuento! :sgm120:
Quisiera agregar una breve opinión personal: ten cuidado con la escritura (el lugar de las "comas", por ejemplo: yo cambiaría algunas de lugar), no creo que sea un gran detalle, pero noté dos (o más, ya no recuerdo :sgm117: ) palabras que no estaban completas.
Igualmente, mis felicitaciones por el cuento. Haber si en algún momento escribes otro... 8)
Un saludo!
Imagen
Imagen+4

Responder

Volver a “Miscelánea”

TEST