Finnmark (Noruega)

Colaboracionismo, resistencia, vida cotidiana

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Finnmark (Noruega)

Mensaje por TMV » Jue Ago 17, 2006 2:03 am

Finnmark (Noruega)
TIERRA ARRASADA


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El 28 de octubre de 1944, Hitler ordenó la devastación general de la región de Finnmark (Noruega), para ralentizar la persecución rusa de las fuerzas de la Wehrmacht en su repliegue de esa área.

Para los habitantes de Finnmarrk, región ubicada entre el Mar de Noruega y el Mar de Barents (constando, entre otros de los pueblos de Gamvik, Berlevag, Vadso y Kirkenes (estas dos en el Fiordo de Varenger)), la región más septentrional de Noruega, el edicto de Hitler no pudo haber llegado en peor momento.

Las temperaturas, bajo cero, anunciaban la violenta embestida del invierno y la tundra estaba cubierta de escarcha. Cualquier ciudadano que decidiese quedarse expondría, en palabras del Reichkommisar alemán Josef Terboven:

A él y a su familia a una muerte segura en el Ártico sin techo ni comida”.

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Josef Terboven
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Mensaje por TMV » Jue Ago 17, 2006 2:05 am

La tarea de purgar Finnmark recayó sobre el Vigésimo Ejército de Montaña Alemán. Desde septiembre, la fuerza de 200.000 hombres se había estado preparando para replegarse de los salientes que había formado en territorio soviético.

Una serie de asombrosos reveses para la Wehrmacht en otros lugares del este al fin había convencido a Hitler de replegar su ejército, extendido más allá de lo tolerable, en territorio noruego. Para evitar que sus perseguidores soviéticos ganasen pie en Finnmark, Hitler ordenó al comandante del ejército, general Lothar Rendulic, expulsar a la gente y quemar las tierras tras sus tropas en retirada.

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Lothar Rendulic

Bajo el mando de Rendulic, escuadrones especiales de demolición recorrieron los pueblos de Finnmark expulsando a los aterrados residentes de sus casas, prendiendo fuego a los edificios, sacrificando ganado para uso del ejército y esparciendo preciosas provisiones en el viento. Miles de habitantes de la región fueron deportados al sur a bordo de navíos pesqueros y camiones confiscados, o fueron obligados a marchar junto al ejército en su retirada.

Otros miles huyeron al campo: algunos buscaron refugio en minas y cuevas, mientras que otros volvieron a sus pueblos para buscar amparo entre las ruinas. En total, los soldados de Rendulic arrasaron 11.000 casas, 116 escuelas, 27 iglesias y 21 hospitales.

A finales de diciembre, el general se jactó de que en Finnmark no quedaban más de 200 noruegos. No descansaría, juró, hasta que esos cuantos también fuesen deportados.
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Mensaje por TMV » Jue Ago 17, 2006 2:08 am

La guadaña de la destrucción

Desde refugios improvisados en lo más profundo de las colinas, los noruegos escondidos vieron como el ejército de Rendulic transformaba los pueblos en islas de fuego. Con terrible eficacia, los alemanes en retirada se abrieron paso hacia el oeste, asolando a principios de noviembre un área de 160 kilómetros, de Kirkenes a Vadso, en el fiordo de Varenger.

Desde allí se dirigieron al norte hacia el pueblo de Berlevag. Un noruego recordaría más tarde la desolación absoluta de ese pueblo al paso del ejército:

“No quedaba una sola casa. Los que no habían sido llevados a la fuerza por los alemanes se habían ocultado en las montañas. Sólo quedaban 70 personas. Las encontramos buscando una lata de comida o un trozo de madera entre las ruinas”.

El terror continuó incluso después de que las nieves apagaran el último incendio del pueblo. Grupos más reducidos de alemanes regresaron para expulsar a los fugitivos, derribar paredes semiderruidas y matar a los animales que habían sobrevivido a la primera carnicería. Los noruegos se enfrentaron a la meticulosidad alemana con la conmovedora resolución de permanecer en las tierras arrasadas de Finnmark.

Aferrándose a la tierra.

Los alemanes encargados de evacuar los pueblos de Finnmark no contaron con la entereza de sus habitantes.

Sin dejarse desanimar por las extraordinarias pérdidas, y bajo la dureza del invierno, los supervivientes se aferraron a su tierra: miles se fundieron con las rocosas colinas para aguardar el paso de los alemanes, regresando días más tarde a sus pueblos arrasados para vivir en sótanos destruidos o en cabañas de barro. Allí, acosados por las enfermedades y el frío, subsistieron de pescado salado, grasa de ballena y de la escasa harina que había quedado.

Otros, temerosos de que regresaran los alemanes, decidieron permanecer en las cuevas y cavernas que tan bien les habían ocultado. Algunos se quedaron en sus refugios de montaña hasta que, por casualidad, fueron descubiertos al finalizar la guerra por equipos de rescate noruegos.

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Fin del terror.

Los primeros habitantes de Finnmark en ser liberados fueron los residentes en Kirkenes, un pueblo minero en la frontera oriental de la región. A mediados de octubre de 1944, cuando en pleno repliegue del ejército alemán entró en Finnmark, 4.000 habitantes buscaron refugio en los húmedos túneles de una mina cercana.

Desde su escondite subterráneo los aterrados habitantes de Kirkenes escucharon el fuego de la artillería. El estruendo se prolongó varios días, mientras la retaguardia alemana repelía el avance de los soviéticos.

Finalmente, la noticia se abrió paso hasta el refugio: los soviéticos habían entrado en Kirkenes. Para los refugiados amontonados en la mina, el reino del terror de los alemanes había finalizado.

Fuentes:

Bajo el talón del conquistador (Time, Life, Rombo).
http://uit.no
www.bibl.u-szeged.hu


Saludos
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Mateo F.E. Baleares
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Mensaje por Mateo F.E. Baleares » Mar Sep 11, 2007 8:30 pm

Muy interesante este tema, yo desconocía las intenciones soviéticas de penetrar en territorio noruego. Tendré que buscar bibliografía para saber más del tema.
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Nos llamarán visionarios. Aceptemos en la seguridad de que tenemos clara la visión de la España que queremos (José Antonio Primo de Rivera). Ojalá sea la mía la última sangre que se vierta en disputas civiles en España 20-11-1936 (José Antonio Primo de Rivera).

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