Seguimos la historia...
Los cañones del XVI Cuerpo iban a desempeñar un papel importante en la batalle que estaba a punto de estallar. Anteriormente los servicios de información habían localizado un gran número de objetivos enemigos, de los que se haría cargo el contingente americano. Entre dichos blancos se encontraban 54 baterías seguras y 68 probables, 52 puestos de mando, 36 almacenes de suministros, 42 puestos de observación, 24 posibles puntos de reunión, 454 localizaciones para fuego de intercepción y otros 258 blancos de oportunidad.
El plan contemplaba una serie de bombardeos previos, que debían empezar a la 01:00 horas y continuar hasta las 10:00 del mismo día del asalto. Después de aquello, el fuego estaría disponible cuando fuera solicitado o bien cuando se necesitara. Empezaría con una hora de bombardeo pesado anterior al asalto; después seguirían 3 horas de fuego pesado que apoyarían a las fuerzas asaltantes; finalmente, el fuego estaría disponible para las tropas tanto si estaba previsto como si no.
Se habían reservado cantidades prodigiosas de munición para el ataque, en buena parte estadounidense, la cual se usaría como se había planeado. Durante la primera fase de preparación, que se prolongo durante horas los aliados hicieron 65.261 disparos. Durante las siguientes cuatro horas, esta cifra se multiplico por dos hasta un total de 131.450.
El Teniente General Simpson decidió cubrir la línea del Rin con el XIII Cuerpo del General Alvan Gillem, mientras que el XVI Cuerpo se concentraba en el ataque. El XIX Cuerpo del General Raymond MacLain se reuniría en la retaguardia, listo para avanzar e incorporarse a la cabeza de puente en cuanto fuera posible para impulsar la ruptura. Entonces el XIII Cuerpo seguiría defendiendo la zona occidental del Rin hasta la llegada del recién formado Decimoquinto Ejército, con el Teniente General Leonard Gerow a la cabeza.
El plan de ataque del General Anderson era efectuar un salto sobre un frente de dos divisiones: la 30ª División de Infantería cruzaría aguas arriba de Wesel, y la 79ª los haría al este de Rheinberg. Los tres regimientos de la 30ª División y dos de la 79ª tomarían parte en el asalto. Las dos oleadas iniciales cruzarían en lanchas de asalto y les seguirían otras oleadas en lanchas más grandes. Las siguientes tendrían que emplear las lanchas que todavía estuvieran en funcionamiento, así como los LVT y los lanchones LCVP de la Marina estadounidense. Los suministros y las armas de apoyo llegarían después del asalto a bordo de lanchones de desembarco medios LMC y otras embarcaciones. Hasta que se hubiera completado la construcción de los puentes, los carros y cazacarros, a excepción de los anfibios, serian transportados en lanchas.
Fuente: Cruzando el Rin, Ken Ford
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