Debate estratégico en el mando alemán (Continuación)
Tal como afirmó tras la guerra Blumentritt, jefe de estado mayor de von Rundstedt: “El concepto de von Rundstedt era estratégico, mientras que el de Rommel era táctico. Rundstedt tenía que tener en cuenta siempre que… era el responsable de todos los frentes, mientras que Rommel estaba limitado a la parte del frente subordinada a su mando…” Del análisis de las diferentes responsabilidades delegadas a Rommel y von Rundstedt es fácil colegir las diferencias en la estrategia defensiva. Si von Rundstedt aprobaba las tácticas de Rommel corría el riesgo de no calcular bien donde tendría lugar la invasión, lo que haría imposible debido al dominio total aéreo aliado el mover las fuerzas necesarias con rapidez a otro punto distante. No olvidemos que los alemanes aceptaban como algo factible la posibilidad de desembarcos en puntos distantes donde quizás uno de ellos fuera el señuelo y otro el verdadero ataque. En cierto sentido von Rundstedt seguía la experiencia alemana del Frente Oriental de permitir al enemigo comenzar el ataque indentificando su eje de ataque y puntos débiles para desencadenar una poderosa contraofensiva mientras que Rommel contaba con su experiencia contra los angloamericanos en el norte de Africa a sabiendas de su superioridad aérea, material e incluso tecnológica. Rommel era de la opinión de que la cabeza de puente aliada debía de ser destruída inmediatamente o de lo contrario la batalla estaría irremediablemente perdida por los alemanes. Sus oponentes por el contrario pensaban que era mejor permitir el desembarco para destruir el grueso de las fuerzas enemigas.
Rommel por otra parte no era un general de Estado Mayor donde no cuenta con muchos aliados a pesar de que apela al mismo Hitler que es el que deberá arbitrar el conflicto. Este, de forma característica, arbitra una solución de compromiso que no es ni una cosa ni otra. Peor aún, no tiene ninguna de las ventajas inherentes a los dos planteamientos y las formaciones blindadas se diluyen en un confuso organigrama. Por un lado Hitler simpatiza con la idea de Rommel de rechazar la invasión en las mismas playas por su repugnancia a ceder terreno y por otra parte quiere tener control sobre la reserva móvil y limitar el poder de sus oficiales dada su desconfianza.
Las 10 divisiones panzer o de granaderos panzer con las que lentamente se va formando esta reserva blindada quedarán organizadas de la siguiente manera. La 2 Div. Pz, 21 Div. Pz y 116 Div. Pz se asignan al Grupo de Ejércitos B, la 9 Div. Pz, 11 Div. Pz y 2 Div. Pz SS son asignadas al Grupo de Ejércitos G que defiende el sur de Francia incluyendo la costa mediterránea. Y la reserva blindada cuyo nombre oficial es el Grupo Panzer del Oeste retendrá la 1 Div. Pz SS, 12 Div. Pz SS, Panzer Lehr y 17 Div. PzGr SS.(14)
El problema es que Alemania no tiene ya efectivos ni recursos para afrontar las dos opciones a la vez, defender las playas en fuerza y tener una masa de maniobra acorazada. La reserva blindada queda finalmente esparcida por toda Francia y sin un mando claro, lo que tendrá consecuencias funestas para la defensa alemana como se puede apreciar en el mapa de abajo:
Fuente del mapa: http://www.eisenhower.archives.gov
Llegado a este punto de la narración es indispensable realizar un comentario fundamental: tanto en el paradigma estrátegico de Rommel como en el de sus oponentes doctrinarios von Rundstedt y von Schweppenburg el papel de la reserva blindada era clave para arrojar a los aliados al mar. Ninguno de ellos esperaba que por sí sóla la Muralla Atlántica pudiera derrotar por completo el desembarco aliado. En lo que se difería era en el papel de la Muralla Atlántica en todo el esquema defensivo alemán junto al momento de empleo y situación de la reserva blindada. Para Rommel era fundamental en la tarea de fijar, debilitar y causar el máximo número de bajas a los aliados para que el inmediato –el subrayado es mío- contraataque blindado destruyera al resto de fuerzas aliadas. Por tanto las fuerzas blindadas tenían que estar lo más cerca del mar posible y el horizonte temporal de la acción alemana no podía ser más de dos días.
Los oponentes de Rommel por el contrario tenían una pobre valoración de las posibilidades de estas fortificaciones a las que concedían todo lo más un valor secundario centrado en negar la posesión de un puerto importante a los aliados. Una vez identificado el esfuerzo principal aliado se realizaría un masivo contragolpe blindado cuyas tropas se concentrarían en el curso de varios días.
Notas:
(14) Homer Hodge: The Panzer Controversy: The Employment of the Panzer Divisions in the Defense of Normandy, June 1944. http://www.armchairgeneral.com