La Gran Batalla

La guerra en el oeste de Europa

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quetzacoal
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La Gran Batalla

Mensaje por quetzacoal » Lun Nov 27, 2006 10:46 am

Artículo inglés de 8 pags en la revista WWII History, volumen diciembre 2016
https://www.docdroid.net/DyaHERV/breakt ... 6.pdf.html

A continuación resumen de http://html.rincondelvago.com/segunda-g ... uerra.html[/u]

Los Planes de los beligerantes

Luego de la campaña de Polonia, y ante la negativa de las potencias occidentales a iniciar negociaciones de paz, Hitler da órdenes a su Estado Mayor de planear un ataque a Francia, Bélgica y Holanda, con el fin de capturar el terreno suficiente para hacer la guerra a Gran Bretaña.
El plan fue trazado por el coronel-general Halder, uno de los colaboradores de Keitel, Jodl y Brauchitsch. El proyecto carecía de originalidad: era el mismo plan Schlieffen de 1914, y consistía en un movimiento envolvente a través de Bélgica y Holanda hasta París. La única diferencia con el plan empleado en 1914 consistía en que se ocuparía Holanda, además de Bélgica.
Al Führer no le gustó mucho este plan, pero, en vista de que no había otro, decidió emplearlo. Durante el invierno 1939-1940 debió aplazar la ofensiva varias veces, por las desfavorables condiciones meteorológicas, a veces exageradas por algunos de sus generales más temerosos, que no querían correr el riesgo de una guerra prolongada.
Casualmente, esto favoreció a los alemanes. Durante la espera, el jefe del Estado Mayor del general von Rundstedt, el general Erich von Manstein, el mejor estratega de la Wehrmacht, objetando que un avance por Bélgica y Holanda corría el riesgo de terminar en una guerra de trincheras, igual que en 1914, concibió un plan osado, temerario y sorpresivo. Consistía en lanzar una avalancha de tanques, empleando el grueso de las fuerzas blindadas, hacia Sedan, por medio del bosque de las Ardenas, considerado impracticable para los carros de combate, y luego dirigirse hacia el mar para envolver al grueso de las tropas francesas.
Von Rundstedt se adhirió inmediatamente a este proyecto, igual que Guderian. El Estado Mayor de Hitler destinó a Manstein, por haber osado presentar un proyecto deferente al suyo, a mandar un grupo de reservistas. Sin embargo, Guderian y Rundstedt defendieron obstinadamente la idea de Manstein ante el Führer, y lograron su objetivo. Hitler modificó ligeramente el plan, sólo para mejorarlo: dos días antes de lanzar la ofensiva contra las Ardenas, los alemanes habrían atacado Bélgica y Holanda, simulando repetir el plan Schlieffen, haciendo creer a los aliados que ésta era la estrategia adoptada.
En efecto, el general Gamelin, Generalísimo de los ejércitos aliados, estaba totalmente convencido de que los alemanes adoptarían el plan de 1914. Consideraba poco probable un ataque frontal a la Línea Maginot y totalmente imposible un avance por las Ardenas. Con el propósito de defender a los belgas y holandeses luego del ataque alemán, los franco-británicos habían decidido adoptar la maniobra “Dyle”, que consistía en formar una línea defensiva sobre el río Dyle, para detener a los alemanes. A tal fin, los belgas debían resistir varios días en el Canal Alberto, para permitir a los sus aliados tomar posiciones. A tal fin, el G.E. N°1, encargado de ejecutar “Dyle”, recibió las mejores tropas en activo. Fue imposible convencer a los belgas de que era más conveniente permitir que los franco-británicos entraran en el país antes del ataque, pues los belgas se empeñaban en permanecer neutrales.

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Los ejercitos


Las fuerzas francesas


El 10 de mayo de 1940, cuando se desencadenó el ataque alemán, los franco-británicos disponían de 110 divisiones entre el Canal y la frontera con Suiza, totalizando 3.000.000 combatientes. Estas tropas estaban distribuidas como sigue:

Grupo de Ejércitos N°1 (Gral. Billotte): Estaba entre el mar y el extremo de la frontera con Bélgica. Comprendía:

VII Ejército (Giraud).
B.E.F. (Lord Gort).
I Ejército (Blanchard).
IX Ejército (Corap).
II Ejército (Huntziger).

Grupo de Ejércitos N°2 (Gral. Prételat): Defendía la Línea aginot. Estaba compuesto por:

III Ejército (Condé).
IV Ejército (Réquin).
V Ejército (Bourre).

Grupo de Ejércitos N°3 (Gral. Besson): Se extendía entre el G.E. N°2 y la frontera suiza. Esta distribuido en dos ejércitos:

VIII Ejército (Garchery).
VI Ejército (Touchon).

Las divisiones aliadas estaban distribuidas entre infantería (95), de las cuales muchas eran de reserva de clase “B”, muy malas, y carentes de oficiales, armas anticarro y D.C.A., caballería (3), blindadas (3), y de infantería motorizada (4). Sin lugar a dudas, las mejores eran 3 de éstas últimas, francesas (La cuarta era británica). Los tanques franceses eran pesados, como el B1 bis, con un cañón de 75mm. y un excelente blindaje. También tenían excelente carros medios, como el S.O.M.U.A., el mejor carro del momento, con un cañón de 47mm., que le daba una gran potencia de fuego. Poseía, además, una excelente movilidad y un buen blindaje, los tres atributos básicos de un tanque. Los ingleses, a su vez, tenían el pesado Mark II “Matilda”.
Sin embargo, los tanques franceses y británicos carecían del apoyo de una aviación entrenada para combatir con ellos, y lo mismo sucedía con la infantería, que no sabía actuar en conjunto con los blindados. La mayor parte de los 2.285 tanques modernos franceses estaba distribuida entre as unidades de infantería, para apoyarlas, y las únicas tres divisiones blindadas existentes (Se estaba constituyendo una cuarta) estaban demasiado lejos del frente y adolecían de los defectos expresados anteriormente.
En cuanto a la aviación, la situación era más desalentadora aún. Había 360 bombarderos, 1.300 cazas y 485 unidades de reconocimiento, incluidos los británicos situados en territorio francés (Había 800 en las Islas Británicas). Esto supone, como máximo, 2.900 aparatos, muchos de ellos anticuados, y demuestra una enorme escasez de bombarderos. Los pilotos franceses eran excelentes, pero la superioridad numérica y cualitativa estaba de parte de la Luftwaffe.
Entre las divisiones de infantería escaseaban las piezas contracarro y de D.C.A., además de sus municiones, en forma alarmante, y la situación era más patética aún entre las unidades de reserva del tipo “B”. Los cañones antitanque de 47 y 25mm. eran excelentes, pero brillaban por su ausencia. Los altos mandos del Ejército Francés eran conservadores incompetentes y carentes de imaginación. Los mejores jefes (De Gaulle, Leclerc, De Lattre, Juin) eran ignorados, al contrario que en Alemania. Esto sería fatal en la batalla que se desarrollaría.

Las fuerzas alemanas

La Wehrmacht disponía de 117 divisiones (2.750.000 hombres) para atacar a Francia el 10 de mayo. También estaban distribuidas en 3 G.E. su situación era ésta:

Grupo de Ejércitos “B” (Von Bock): Era el encargado de atacar Holanda y Bélgica. Comprendía 2 ejércitos:

XVIII Ejército (Von Küchler).
V Ejército (Von Reichenau).

Grupo de Ejércitos “A” (Von Rundstedt): Debía dirigirse por las Ardenas hasta el Mosa, franquearlo y dirigirse hacia el mar. Estaba dividido en 3 ejércitos y un Grupo Blindado:

IV Ejército (Von Kluge).
XII Ejército (List).
XVI Ejército (Busch).
“Panzergruppe (Grupo Blindado) Kleist” (Von Kleist).

Grupo de Ejércitos “C” (Von Leeb). Permanecía a la defensiva a lo largo del Rhin y la Línea Maginot hasta Suiza:

I Ejército (Von Witzleben).
VII Ejército (Dollmann).

De las divisiones alemanas, 10 eran Panzer, y 7 de ellas pertenecían al “Panzergruppe Kleist”, sobre el que descansaba todo el peso de la ofensiva. Las otras 3 estaban en el G.E. “A”. Las 4 divisiones motorizadas disponibles estaban distribuidas entre estos 2 G.E.
La mayoría de los 2.600 tanques alemanes eran modelos Panzer I y II, con ametralladoras y pequeños cañones como armamento, y un blindaje muy pequeño. Sólo había unos 500 Panzer III y IV, con cañones de 37 y 75mm., respectivamente. Sin embargo, todos los modelos alemanes tenían 40 kms/h de velocidad, y los franceses eran lento algunos y rápidos otros. La gran ventaja de los alemanes estaba en su modo de uso: una gran masa de tanques moviéndose a gran velocidad y seguida por la infantería, mientras la aviación bombardea las tropas enemigas. Por cierto, todos los aviones alemanes eran modernos, y comprendían 1.260 cazas, 1.120 bombarderos, 340 “Stuka” y 500 aeroplanos de reconocimiento (3.220 aparatos en total). Los aviones estaban distribuidos en Flotas Aéreas, y no subordinados a los ejércitos, como en Francia.
Además, la D.C.A. alemana era excelente, aunque pocas veces debió intervenir, pues los germanos eran dueños absolutos de los cielos. Sus mandos eran mucho más competentes y ofensivos que los franceses. Por ejemplo, Erwin Rommel, jefe de la 7ª Panzerdivision, era un hombre que tomaba decisiones relámpago, y combatía sin dar tregua al enemigo, lo que le proporcionó numerosos éxitos. Igual que Manstein, era un joven oficial que llegaría a ser el Mariscal alemán más joven, y haría legendario su nombre en las batallas del Norte de África. Guderian, otro gran jefe de tanques, estaba al mando del 19° C.E. Panzer, subordinado al “Panzergruppe” que mandaba von Kleist, quien era bastante conservador y no comprendía que el éxito de los tanques residía en un rápido avance, lo que le granjearía críticas de su impetuoso subordinado. La moral de los alemanes era elevadísima; estaban seguros de su victoria, al contrario de lo que ocurría en el otro bando. Esto es suficiente para explicar la catástrofe de mayo-junio de 1940.
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quetzacoal
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Publicado: Vie Nov 10, 2006 1:08 pm Asunto: El 10 de Mayo

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Al amanecer el 10 de mayo de 1940, luego de numerosos aplazamientos, comenzó el “Plan Amarillo” (Fall Gelb): 16.000 paracaidistas se lanzaron sobre Holanda. Su objetivo era apoderarse de los aeródromos y puentes de Rotterdam, Dordrecht y Moerdijk antes de que la defensa los volara, para así favorecer la penetración de las panzerdivisionen. La resistencia fue encarnizada, y las tropas alemanas no siempre consiguieron su objetivo, pero contaban con la Luftwaffe y lograron abrir el camino a las tropas alemanas que avanzaban rápidamente por tierra. En Bélgica la resistencia también fue valerosa, pero los alemanes eran muy superiores, y los belgas no lograron detenerlos mucho tiempo. El fuerte Eben-Emael, que se consideraba inexpugnable, fue conquistado por 500 hombres que aterrizaron en planeadores.
Los aliados iniciaron “Dyle” el mismo día 10, sin demasiados problemas. Necesitaban 5 días para ejecutar la operación, y los belgas debían resistir en el Canal Alberto. Las tropas que se dirigían hacia su objetivo no sufrieron más que pequeños bombardeos, pese a que eran vulnerables. Los alemanes los dejaron hacer: sabían que cuanto más se alejaran de sus bases más fácil sería coparlos luego.
El día 11, los franceses veían que su plan se realizaba en completo éxito. Ocuparon sus posiciones y se hicieron fuertes sin ser molestados. El 14 la resistencia holandesa cesó, y los alemanes realizaron pequeñas escaramuzas contra las tropas enemigas, pero fueron rechazados. Los franceses creían que la guerra sería, al igual que en 1914-1918, una guerra de posiciones, donde sus superiores recursos les darían la victoria.
Estaban lejos de imaginar lo que iba a suceder. Más al sur, el G.E. “A” se ponía en movimiento, y con 1.400 carros ocupó Luxemburgo. Luego se dirigió, a través de las Ardenas, hacia el Mosa, que cruzaría el 13. Con los faros encendidos, los panzer avanzaban de noche, y al despuntar el alba del día siguiente apareció el río ante ellos. Cerca de Dinant, los infantes franquearon el gran río con botes neumáticos y establecieron una cabeza de puente al mediodía. Las tropas francesas encargadas de defender esta zona eran los IX y II Ejércitos franceses, constituidos en su mayor parte por reservistas. Muchos de ellos huyeron ante los primeros bombardeos, y abandonaron sus piezas de artillería intactas. Para la noche, los alemanes ya tenían una cabeza de puente de 5 x 6 km.
El 14 se dio a la 3ª división acorazada, en reserva en Champagne, la orden de contraatacar. Pero esta unidad estaba incompleta, y carecía de suficiente combustible. Cuando al fin se apareció la oportunidad de atacar, se decidió utilizar los tanques como “tapones”, dándoles un uso para el que no habían sido diseñados. En tanto, los alemanes habían construido puentes y eran reforzados. Cuando cayó la noche, se decidió destruir uno de esos puentes. 170 aparatos de bombardeo lo atacaron. Los alemanes reaccionaron, y la mitad de los aviones agresores fueron destruidos. El puente, empero, no pudo destruirse.
Los alemanes cruzaron el Mosa sin problemas, capturaron Sedan y atacaron al IX Ejército. Corap le había dado la orden de replegarse a Rocroi, pero los panzer lo sorprendieron y prácticamente lo aniquilaron. La brecha, pues, se acrecentaba Los franceses carecían de fueras suficientes para librar una batalla, y los panzer se precipitaban por la brecha que había sido abierta.
Entre tanto, en París la situación era crítica. Gamelin se entrevistó con Churchill y le informó que carecía de reservas, y declinó toda responsabilidad sobre París. La batalla estaba perdida, pero igual el gobierno mandó a llamar al Mariscal Pétain, el vencedor de Verdún, para levantar la moral del pueblo francés. Asimismo, se llamó a Weygand, general francés que se encontraba en Siria, para que reemplazara a Gamelin. Weygand llegó a París el 17 y se dispuso, con energía pese a su edad, a organizar un contraataque.
Mientras tanto, las panzerdivisionen avanzaban temerariamente hacia el mar, dejando sus flancos descubiertos y expuestos a un contraataque. Éste fue realizado por el general Charles de Gaulle, impulsor del arma blindada francesa, con la 4ª división acorazada. De Gaulle logró algunos éxitos iniciales, pero carecía del apoyo de la aviación y la infantería, y fue derrotado. Hitler se alarmó por esta situación, y pidió que se detuviera el avance hasta la llegada de tropas de infantería. Temía que el Panzergruppe quedara aislado del resto del ejército. Guderian consideraba que los franceses no estaban en condiciones de realizar un intento serio de contraataque, y dimitió. Von Rundstedt se negó a aceptarlo, y le permitió seguir avanzando. Al caer la noche los alemanes avanzaban a San Quintín y Peronne.
Los franceses no ofrecían ninguna resistencia organizada, y los alemanes continuaban avanzando. En la noche del 18 de mayo el general Giraud, que había reemplazado a Corap, fue capturado. El 19 los alemanes hicieron una breve pausa, recargaron combustible y continuaron el avance. El segundo intento serio de detenerlos fue realizado por los ingleses, en Arrás, instados por Weygand. Teóricamente, los franceses debían ayudarlos con 8 divisiones, pero éstas no estaban disponibles. Así pues, Lord Gort sólo disponía de 2 divisiones de infantería y 74 blindados para detener a los alemanes.
El ataque fue el 21 de mayo. Los carros pesados “Matilda” se lanzaron sobre la 7ª Panzer, mandada por Erwin Rommel. Inicialmente lograron capturar 400 prisioneros y siguieron su avance. Los alemanes veían como los proyectiles de sus carros rebotaban en los blindajes ingleses, hasta que éstos se toparon con cañones antiaéreos de 88mm., que fueron empleados como antitanques, y destrozaron a los británicos. El ataque fue un fracaso.
Sin embargo, bastó para que Hitler se convenciera de que los franceses planeaban algo más grande. Asustado de sus propios éxitos, ordenó detener el avance hacia Dunkerque el 25, con la excusa de que los terrenos pantanosos de Flandes podían favorecer a la defensa, ya que los carros combatirían en un terreno poco propicio. Sin embargo, si no se hubiera dado esa orden, Guderian hubiera llegado a Dunkerque antes que los ingleses, y los ejércitos aliados hubieran sufrido una derrota decisiva.
Pero no fue así. Los ingleses llegaron a Dunkerque el 27, evitando el cerco, y comenzó la evacuación ese día. Hasta el 5 de junio, cuando los alemanes se apoderaron del puerto, los ingleses habían evacuado 338.226 hombres, incluidos más de 100.000 franceses, empleando 800 embarcaciones de todos los tipos y bajo el bombardeo incesante de los “Stuka”.
Entretanto, el 28 los belgas habían capitulado, para evitar una matanza inútil. El mismo día, en Lille, 7 divisiones francesas fueron copadas y ofrecieron una encarnizada resistencia. Los prisioneros que sobrevivieron a esta batalla recibieron honores de sus vencedores. Así las cosas, con su flanco izquierdo en el Somme, en el que habían establecido una cabeza de puente, los alemanes se prestaban a librar la batalla decisiva, ocupar el suelo de Francia.
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La verdad, se corrompe tanto con la mentira, como con el silencio. Ciceron
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