Guderian, Rommel, la desobediencia y el éxito

La guerra en el oeste de Europa

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Mensaje por jesus2 » Mié Ene 30, 2008 12:29 am

Gracias por el mensaje, José.

Por cierto, este detalle es importante:
José Luis escribió:2. Como se desprenden de varios radiomensajes de Rommel a su cuartel general de la división, ordenó una segunda línea de contención a base de piezas de artillería y cañones antiaéreos que debía formarse en la profundidad de la retaguardia.
Lo es el uso de los cañones de campaña de un regimiento de artillería en mísión anticarro. Un recurso bastante usado antes y sobre todo después, en la URSS, ante los KV-1 y especialmente los KV-2.

Ahora no puedo escribir más sobre este ataque. Mañana escribiré algo más... oficial.

Saludos al foro.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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Mensaje por jesus2 » Sab Feb 02, 2008 1:35 am

Tenía intención de traducir otro fragmento del libro de Scheibert, pero no tiene sentido traducir lo ya resumido por José Luis.

Sin embargo, algunos detalles. Como las bajas:

Muertos: 7 oficiales ( Capitán Heuser, Capitán Schleifer, Oberleutnant Schröder, Oblt. Most, Leutnant Täumer, Lt. Lauterbach, Lt. Haselwander ), 17 suboficiales y 65 soldados.

Heridos: 4 oficiales, 26 suboficiales y 86 soldados.

Desaparecidos: 1 oficial, 24 suboficiales, 148 soldados.

Saludos.
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Mensaje por José Luis » Sab Feb 02, 2008 2:09 pm

¡Hola a todos!

Los extraordinarios éxitos de Guderian y Rommel durante la campaña de Francia de mayo-junio de 1940 dejaron a su paso un poso de amargor en el corazón de algunas almas mediocres, carentes de generosidad. Espoleado por el egotismo de Guderian y la rudeza de Rommel, y en ambos casos por su legítima pero abierta ambición, ese amargor creció, en algunos casos, hasta el resentimiento.

Para quienes no estén al tanto de estas "intrigas cortesanas" en los pasillos del poder militar de la Wehrmacht del Tercer Reich, he de decir que el asombroso éxito militar alemán en Francia sirvió, más allá de lo obvio, para que Hitler descargase sus sarcasmos contra el liderazgo del Estado Mayor General alemán, especialmente cotra su jefe, Halder, y el comandante del ejército, Brauchitsch. No olvidaba ese engendro del odio que era Hitler la callada pero eficaz oposición que esas dos máximas autoridades del OKH habían levantado contra sus deseos y órdenes desenfrenadas de atacar a Francia ya en el otoño de 1939. Ahora se tomaba la revancha, ignorándolos. Y si convirtió a Brauchitsch en mariscal de campo, algo inevitable en esa fiebre veraniega de nombramientos desmedidos de mariscales de campo (pues el Generaloberst Brauchitsch era el Oberbefehlshaber des Heeres) ya se había tomado su ración de venganza semanas antes, cuando, humillando la dignidad propia de la jerarquía militar en la cadena de mando, dejó que el Generaloberst Rundstedt decidiera sobre una cuestión -el empleo estratégico-operacional de las Schnelle Truppen ante Dunkerque- que era competencia exclusiva del Generaloberst Brauchitsch. Fue una ofensa en toda regla, propia de la gentuza del hampa.

Guderian, a pesar de las envidias que despertó, era oficial de Estado Mayor General, y eso evitó que saliese a relucir el amargor en el círculo de Halder, pues "el rápido" era uno de los suyos. No fue así con Rommel, que era una advenedizo oportunista para la "claque" del EMG.

Posiblemente el mejor ejemplo de esas negativas pasiones del alma en el caso de Rommel viene dado por el que yo llamo "caso Streich". Intentaré ilustrarlo.

Johannes Streich había nacido el 16 de abril de 1891 en Augustenburg, distrito de Sonderburg, Prusia del Este. A los veinte años de edad entró como Fahnenjunker en el 2º Regimiento de Ferrocarril de Berlin-Schoeneberg. Completado su entrenamiento como oficial fue comisionado Leutnant (teniente segunda) en 1913. Durante la IGM sirvió en Bélgica, Francia, el frente ruso, Serbia y Rumania. Acabó la guerra como teniente primera y comandante de compañía, con la Cruz de Hierro en sus dos clases.

Seleccionado para el Reichswehr, fue uno de los primeros en ver la potencialidad del tanque y defendió el concepto de la guerra motorizada. En 1921 mandaba una compañía de transporte a motor estacionada en Hanover, y en 1923 asumió el mando de una compañía en el 2º Batallón de Transporte a Motor de Stettin. Fue promocionado a capitán ese mismo año.

Se convirtió en instructor técnico en el Departamento de Entrenamiento de Transporte a Motor en 1928, y en 1930 fue nombrado asesor técnico del Heereswaffenamt, donde desempeñó un importante papel en el desarrollo de los panzers I-II-III y IV. Fue promocionado a mayor en 1933, al poco de la llegada de Hitler al poder; teniente coronel en 1935, coronel en 1938. El 1 de octubre de 1935 se le dio el mando del 15º Regimiento Panzer de Sagan.

Un breve inciso. No creo necesario detallar la carrera de Rommel antes de la guerra, pues será de todos conocida. Pero subrayo, nuevamente, el hecho de que Streich era, como Guderian (al margen, por supuesto, de las insalvables diferencias entre las capacidades de ambos), un hombre panzer, mientras que Rommel era de la cabeza a los pies un hombre de infantería. Esto a los ojos de Halder et al no era una bagatela, por ello cuando Rommel solicitó el mando de una división, tras la campaña de Polonia, en el OKH le asignaron inicialmente una formación de montaña. La intervención personal de Hitler, a petición del suabo, anuló la disposición del OKH, asignándosele finalmente el mando de una división panzer. Era algo irregular para los burócratas y elitistas oficiales del EMG, y puede decirse que fue la primera semilla del mal que se abonó en la senda futura de Rommel.

Bien, ¿cómo era el carácter de Streich? A pesar de llevarse muy bien con Halder y la gente del OKH, el trabajo de Streich no fue nada edificante en Sagan. Cuenta Samuel W. Mitcham (Rommel's Desert Commanders) que Friedrich Stauffenberg (un primo carnal del malogrado Claus) comentó que "en el mejor de los casos era una persona con la que era muy difícil trabajar". Lo cierto es que ninguno de los comandantes de batallón de su regimiento podían tragarlo: ni el mayor Rudolf Sieckenius ni el mayor Paul Goerbig. Según Friedrich Stauffenberg: “en consecuencia, el Panzer Regiment 15 carecía mucho de esprit de corps”. Aunque este clima de tensión entre Streich y sus comandantes se mantuvo más o menos controlado durante más de un año, al final, en enero de 1939, estalló la bomba. Mitcham dice que no se conocen los detalles, pero tuvo que intervenir el mismísimo comandante de la división, general Heinrich von Vietinghoff, para transferir a los dos comandantes de batallón a otros puestos. Ambos alcanzarían el generalato en la guerra.

En la campaña de Francia, Streich era el comandante del Panzer Regiment 15 de la 5. Panzer Division del Generalleutnant Max von Hartlieb, formación que, junto con la de Rommel, formaba el XV Cuerpo Motorizado de Hoth dentro del 4º Ejército de von Kluge.

Cuenta David Irving (The Trail of the Fox) que al acabar la campaña de Francia, Hoth alabó en público a Rommel, pero que en privado expresó algunas reservas sobre él, y que en un informe confidencial sobre Rommel, fechado en julio, advirtió que este comandante era muy impulsivo y que sólo sería idóneo para mandar un cuerpo si conseguía "mayor experiencia y un mejor sentido de juicio". También, según Irving, acusó a Rommel de ser poco generoso a la hora de nombrar las contribuciones de sus subordinados al éxito de su división.

Siguiendo con Irving, también Kluge, al que Rommel había pedido un prólogo al manuscrito que había preparado de la campaña, señaló que los diagramas y las referencias del manuscrito habían sido falsificadas en beneficio de la 7. Panzer Division. El papel de la Luftwaffe y, particularmente, el de los bombarderos en picado estaban virtualmente ausentes en el manuscrito, y se exageraba el lento avance de la 32. Infanterie Division. Kluge tampoco aceptó las críticas de Rommel sobre el liderazgo de Hartlieb al mando de la 5. Panzer Division, algo que, por otra parte, Hartlieb se apuró en dar quejas a Berlín.

Y finalmente el coronel Streich, quien, según la cuenta de Irving, afirmó: "Cuando mi general, Hartlieb, protestó, se le dijo que el general Hoth lo había sancionado; yo mismo no creo ni por un instante que Rommel pidiera su permiso. Nuestra infantería sufrió grandes pérdidas como consecuencia". Streich se refiere a la "toma" de sus tanques pesados por parte de Rommel. Finalmente, para no hacer este mensaje más extenso de lo que ya va siendo, un último comentario de Streich hecho en un manuscrito suyo: "Durante la guerra se publicó un libro titulado La División Fantasma. En él, varias operaciones exitosamente ejecutadas por nuestra Quinta División Panzer fueron cínicamente reclamadas por la Séptima Panzer. Que la Séptima Panzer sufrió bajas más grandes que cualquier otra división en el oeste, incluyendo aun las divisiones de infantería, muestra cuán despiadadamente la trató Rommel".

¿Qué había de cierto en el fondo de todas esas críticas a Rommel? Había muchas cosas ciertas, efectivamente. Lo malo, lo perverso y lo que viene a demostrar ese amargor del que hablé al principio de este mensaje es cómo se plantearon esas críticas. Es cierto que Rommel utilizó el blindaje y equipamiento ingeniero de la 5. Panzer Division, pero es completamente falso que lo hiciera sin el consentimiento de su comandante en jefe, el general Hoth. El mismo Hoth tuvo que reconocer en el momento de los hechos, y eso a pesar de que Rommel no era de sus simpatías, que la situación y el desarrollo de las operaciones hacía inobjetable la solicitud de Rommel. También es cierto que algunas operaciones conducidas exitosamente por la 5. Panzer Division fueron cargadas al haber de la 7. Panzer Division, pero no es menos cierto que fue Rommel, que precisamente se hizo cargo del blindaje de Hartlieb, quien ordenó que esas operaciones se llevasen a cabo. Sin las decisiones de Rommel, la 5. Panzer Division simplemente seguiría el pésimo liderzgo de su comandante Hartlieb. ¿Tenía razón Rommel al quejarse de ese liderazgo? La respuesta está en el propio Hoth, que relevó a Hartlieb como comandante de la división a finales de mayo, en plena campaña, siendo reemplazado por el general Joachim Lemelsen. ¿Era Rommel rudo? Por supuesto, y a veces en extremo. Pero también sabía excusarse cuando se había pasado.

El destino, que aquí se vistió de OKH, quiso que no terminara en Francia el desencuentro entre Rommel y Streich. Este último fue promocionado a principios de 1941 como comandante de la 5, Panzer Brigade; luego, el 1 de febrero, siguió una acelerada promoción a Generalmajor, y seis días más tarde se le asignó el mando de la recién creada 5. Leichte Division, la primera formación con que Rommel comenzó sus andaduras en Trípoli. La bronca estaba servida. Streich se negó en varias ocasiones a seguir las órdenes directas de Rommel, quien en una ocasión se pasó llamándole directamente "cobarde". Streich, con toda razón, le tiró su Cruz de Caballero a los pies de Rommel y le pidió que retirara la frase inmediatamente. El "zorro" lo hizo malhumorado.

Todo eso se habría evitado si el OKH no se hubiera esforzado previamente en llenar el DAK con oficiales de EMG que eran más leales a Halder y Brauchitsch que a Rommel, quien puso fin a toda esta situación cuando en mayo de 1941 destituyó a Streich y a buena parte de los oficiales de su estado mayor. Rommel debió haber escogido a sus propios hombres, recurriendo a Hitler si hacía falta. Pero todavía tenía mucho que aprender en el terreno de la diplomacia y las intrigas cortesanas.

¿Qué fue de Streich? Se topó con Guderian, que no era manco.

Streich fue destinado por sus amigos del OKH al mando de un kampfgruppe en Rusia, y cuando en octubre de 1941 cayó herido el comandante de la 16ª División de Infantería Motorizada, teniente general Sigfrid Henrici, Streich ocupó temporalmente su puesto. Y fue en este cometido donde se ganó la censura de Guderian, que le recriminó su falta de liderazgo. Tan pronto regresó recuperado Henrici, en noviembre de ese mismo año, Streich fue enviado a Berlín y allí permaneció siete meses sin empleo. Sus amigos del OKH, sin embargo, lo nombraron Inspector de las tropas móviles en el OKH el 1 de junio de 1942, pero cuando Guderian fue nombrado Inspector de las Panzertruppen en 1943, Streich tuvo que abandonar su puesto. Guderian no lo quería con él.

En junio de 1943 fue nombrado inspector del Área de Reclutamiento de Breslau, y cuatro meses más tarde sus amigos del OKH lo promocionaron a Generalleutnant (1 de octubre de 1943). En 1945 pasó a la inspección del Área de Reclutamiento de Berlín, tomando las de villadiego antes de que llegasen los rusos, lo que no está mal.

En fin, estaba hablando de Streich, el hombre-panzer, y Rommel, el outsider.....y de esa pasión del alma que tantas desgracias acarrea en la vida: el resentimiento.

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Mensaje por beltzo » Sab Feb 02, 2008 4:15 pm

Hola de Nuevo:

Al hilo de lo comentado por José Luís de las desavenencias de Rommel con Streich me ha venido a la memoria una anécdota que cuenta David Fraser en su libro “Rommel, el zorro del desierto”, al parecer relatada posteriormente por el propio Streich.

Tras el fallido asalto a Tobruk en la primavera de 1941, Rommel enfadado con algunos de sus subordinados se dirigió a Streich diciéndole que estaba demasiado preocupado por la vida de sus soldados, a lo que este replicó, que no le podía haber hecho mayor elogio, Rommel quedó mudo, tal vez humillado, ya que él mismo era muy cuidadoso con la vida de sus soldados.

Saludos
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Mensaje por José Luis » Dom Feb 03, 2008 12:27 pm

José Luis escribió: Streich se negó en varias ocasiones a seguir las órdenes directas de Rommel, quien en una ocasión se pasó llamándole directamente "cobarde". Streich, con toda razón, le tiró su Cruz de Caballero a los pies de Rommel y le pidió que retirara la frase inmediatamente. El "zorro" lo hizo malhumorado.
Quiero subsaner este desliz de mi memoria. Streich no llegó a tirar su CdC, sólo amenazó con hacerlo si Rommel no retiraba sus palabras.

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Mensaje por José Luis » Mar Feb 05, 2008 10:59 am

¡Hola a todos!

Quiero ilustrar, sirviéndome como guía del libro de Frieser, los episodios de combate en que se vieron envueltas las divisiones de Rommel y Hartlieb, al hilo de lo comentando en mi penúltimo mensaje.

El cruce de Hoth por Las Ardenas discurría paralelo al de Kleist, pero a unos 35 kilómetros al norte. El sector del Mosa que tenía que cruzar Hoth, situado en territorio belga, estaba asignado a la defensa del Noveno Ejército francés, que, como parte de la maniobra Dyle, tenía que avanzar desde la frontera nacional hacia el nordeste unos 90 kilómetros más para ocupar las posiciones en la orilla oeste del río.

En esta especie de carrera hacia el Mosa, Hoth apostó por cruzar el río explotando el elemento de la sorpresa antes de que los franceses pudieran levantar unas posiciones defensivas de consideración. Para conseguir esto, sus dos divisiones panzer (7ª y 5ª) tenían que cubrir una distancia de unos 115 kilómetros, trayecto durante el cual debían superar no sólo las barreras levantadas por la Infantería Ligera Ardenas belga, sino también la resistencia de las fuerzas francesas dilatorias que habían cruzado el Mosa, la 1ª y 4ª divisiones de caballería que bloqueaban su camino.

En esa carrera de obstáculos hacia el Mosa, Rommel empujó con tal brío que se puso muy por delante de Hartlieb, el comandante de la 5. Panzer Division. En esta situación, en la mañana del 12 de mayo Hoth decidió poner al Destacamento de Avance Werner (bajo el mando del coronel Paul Hermann Werner, comandante del Panzer Regiment 31) de la 5. Panzer Division bajo el mando de Rommel.

Este ataque probatorio de Hoth (los anglosajones lo llaman “probing attack”, y consiste en realidad en un ataque de reconocimiento en el que, si no se encuentra una fuerte resistencia, se prepara el terreno clave –eliminando los focos de resistencia, capturando cruces de puentes, recogiendo información del terreno- para el verdadero ataque de las fuerzas que vienen detrás) fracasó finalmente en su objetivo de cruzar el Mosa mediante la sorpresa, pues aunque una compañía panzer de avanzada cruzó el Mosa cerca de Dinant a las 1645 horas, los puentes en esa zona acababan de ser explosionados.

Por la tarde, Werner recibió un mensaje de la aviación de reconocimiento comunicando que había un puente intacto en Yvoir, unos siete kilómetros al norte de Dinant. En consecuencia, ordenó a un equipo de asalto blindado (dos coches de exploración blindados y una sección panzer) que se lanzaran a toda velocidad hacia el puente.

En ese puente de Yvoir, ingenieros belgas bajo el mando del teniente primera de Wispelaere lo habían preparado para su demolición mientras una sección de la Infantería Ligera Ardenas y elementos de un batallón de infantería francés les daban cobertura. A lo largo del 12 de mayo las formaciones de la 4ª División de Caballería Ligera, retornando de sus acciones dilatorias en Las Ardenas, se retiraron por este puente. Cuando ya habían cruzado todos los soldados, de Wispelaere retrasó la demolición del puente para dar tiempo a que lo cruzaran refugiados civiles que se estaban aproximando. Se creía, por otra parte, que los alemanes todavía estaban muy lejos de Yvoir, pero repentinamente, sobre las 1725 horas, se oyó un grito de alarma: “Ils sont là!” (“¡Están aquí!”). En esos momentos se divisaron los primeros vehículos alemanes procedentes de Yvoir a lo largo de la carretera paralela a la orilla este del Mosa. Los dos coches de exploración blindados enviados por Werner cargaron hacia el puente mientras abrían fuego los tres panzers que les seguían detrás. De Wispelaere accionó la ignición eléctrica, pero no hubo explosión alguna. Con seguridad, el sistema había sido dañado por algún fragmento de proyectil del fuego alemán.

Cuando el primer coche de exploración blindado alemán entró en el puente se produjo un episodio dramático. El coche fue frenado por un impacto de un cañón antitanque belga; uno de sus ocupantes saltó del coche con una cizalla para cortar el cable de ignición que había divisado, pero fue inmovilizado por fuego de ametralladoras. Sin embargo, seguían aproximándose más soldados alemanes bajo la cobertura del fuego de los panzers, por lo que de Wispelaere salió de su refugio y accionó manualmente el mecanismo de ignición; cuando regresaba de nuevo a su búnker cayó mortalmente herido por fuego de ametralladora alemán, casi al mismo tiempo en que estallaba la carga explosiva. Tras la explosión sólo se podían ver los pilares: el puente y el coche de exploración blindado que había sobre él se hundieron en el río.

Ya seguiremos.
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Mensaje por José Luis » Mar Feb 05, 2008 1:13 pm

A unos tres kilómetros al sur del puente dinamitado en Yvoir había un punto donde una presa y un sistema de esclusas conectaban la Isla de Houx con ambas orillas del Mosa. Belgas y franceses, a pesar de su enorme preocupación, se habían abstenido de volar la esclusa 5 ante su temor de que el nivel del agua descendiera demasiado. Esa esclusa era precisamente la divisoria entre los cuerpos franceses II y XI. Además, nadie quería asumir, por no sentirse competente, esa responsabilidad.

Al fracasar en Yvoir, Werner envió varias patrullas de reconocimiento (motociclistas) para buscar sitios de cruce a lo largo del Mosa. Una de esas patrullas avanzó por Evrehailles y pasó por Houx; los motociclistas divisaron la isla del Mosa y quedaron asombrados al comprobar que la presa no estaba ni destruida ni bloqueada. Esta patrulla esperó a que cayera la noche y luego unos cuantos voluntarios avanzaron cautelosamente por la resbaladiza presa hacia la isla. Se detuvieron durante un tiempo al abrigo de los árboles y luego pasaron a hurtadillas a la otra orilla a través de la pasarela de una esclusa. Fueron los primeros hombres del Heeresgruppe Sur que, poco antes de las 2300 horas, alcanzaron la orilla oeste del Mosa. Cuando intentaron avanzar más hacia el oeste fueron detenidos por el fuego francés. Mientras tenía lugar este episodio, Werner ya había enviado refuerzos que, al principio, consistían en unos cuantos fusileros a motocicleta que pudieron formar una cabeza de puente de infantería en la orilla opuesta.

Una serie de errores cometidos en el bando aliado fue de gran ayuda para los alemanes. Por esos extraños caprichos del destino, los alemanes ya habían cruzado el Mosa por la Isla de Houx en agosto de 1914, y ahora, en mayo de 1940, volvía a ser este lugar el punto débil crucial de la defensa aliada. La ruptura fatal en el sector septentrional del Mosa en Dinant se debió a los errores de los franceses en su estimación del elemento tiempo. Imaginaron que los alemanes, incluso si desplegaban un ataque decidido, tardarían de 10 a 14 días antes de que pudieran cruzar el río, por lo que creían tendrían tiempo suficiente para levantar sus posiciones previamente reconocidas a lo largo del Mosa, y que los belgas habían preparado en algunos lugares. La 5ª División de Infantería Motorizada del II Cuerpo estaba posicionada al norte de la Isla de Houx, después de haber llegado en plena fuerza a sus posiciones defensivas el 12 de mayo. Al sur de la 5ª DIM, la 18ª División de Infantería del XI Cuerpo estaba tomando posiciones, pero tenía pocos vehículos. Al anochecer del 12 de mayo, solamente cinco de sus nueve batallones de infantería habían marchado hacia el Mosa mientras que, de acuerdo al programa confeccionado mucho tiempo antes, las otras formaciones junto con la artillería pesada tenían que llegar a plena fuerza sólo al atardecer del 14 de mayo.

Esto significaba que durante la “carrera hacia el Mosa” las dos divisiones panzer alemanas emplearon mucho menos tiempo para cubrir los 115 kilómetros de su ataque a través de Las Ardenas que el que empleó la 18ª DI francesa para cubrir sus 80 kilómetros de marcha libre de resistencia enemiga. Las unidades de la 1ª División de Caballería Ligera que acababan de regresar de Las Ardenas se posicionaron en la línea, pero al hacerlo sólo consiguieron aumentar la confusión reinante. Pero lo más importante fue que el mando de la 18ª DI pasó por alto el hecho de que había un pequeño agujero en el ala extrema izquierda a lo largo de la divisoria entre los dos cuerpos. Cuando la vecina 5ª DIM reportó esta circunstancia, se despachó desde la reserva del ejército (Noveno Ejército francés) al 2º Batallón del 39º Regimiento de Infantería, siendo puesto bajo el mando de la 18ª DI. Y a pesar de que el ejército había ordenado que la primera línea defensiva estuviera manejada directamente a lo largo de la orilla del río, el comandante del batallón desoyó esa orden y colocó inicialmente a sus hombres en la meseta rocosa de atrás. Y así resultó que éste fue el sector por donde, en la noche del 12 al 13 de mayo, se colaron los hombres de la patrulla alemana hacia la otra orilla sin ser detectados. Cuando los franceses de la 6ª Compañía se posicionaron allí percatándose de la infiltración alemana poco antes de medianoche, abrieron fuego. Por lo demás, actuaron de forma pasiva y no montaron un contraataque para eliminar la débil cabeza de puente alemana.

Ahora bien, este cruce espectacular de la presa de Houx, que se menciona en casi todas las historias de la campaña, se atribuye erróneamente a los hombres del 7º Batallón de Fusiles Motociclistas de la 7. Panzer Division, y el origen de este mito está en el propio Rommel, que no lo rectificó. Los fusileros motociclistas protagonistas de esta hazaña fueron los hombres de la 3ª Compañía del 8º Batallón de Reconocimiento de la 5. Panzer Division, y también hombres del 1º Batallón del 13º Regimiento de Fusiles. Aunque el destacamento Werner había sido puesto formalmente bajo el mando de Rommel el 12 de mayo, esta asignación revertió a la 5. Panzer Division después de que la última parte de sus unidades hubiera cerrado a lo largo del Mosa. Por otra parte, la isla del Mosa en Houx todavía estaba en el sector de combate de la 5. Panzer Division.

Veremos cómo se produjo el cruce del Mosa en un mensaje posterior.
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Mensaje por José Luis » Mar Feb 05, 2008 4:49 pm

Rematando este asunto.

Los batallones de fusiles I/14, II/14, y I/13 de la 5. Panzer Division comenzaron a cruzar la presa de Houx en una simple hilera a las 0530 horas del 13 de mayo, con la compañía panzer dándoles algo de cobertura, pero incapaz de neutralizar el continuado fuego de flanco de las ametralladoras francesas desde la meseta rocosa. Esto unido al fuego de la artillería francesa concentrado en el sitio de cruce tiñó de sangre alemana las aguas del Mosa. Tan sólo después de eliminar a las fuerzas francesas de las rocas pudo realizarse el cruce con brío.

Por su parte, la 7. Panzer Division lo tenía mucho más difícil para cruzar el Mosa. Sin embargo, sus operaciones fueron mucho más exitosas que las de la 5. Panza Division, y esta circunstancia se debió fundamentalmente a la propia persona de Rommel, que galvanizó la moral de sus hombres. Designó dos sitios para el cruce del Mosa, el primero inmediatamente al sur de la Isla de Houx para el 6º Regimiento de Fusiles y el 7º Batallón de Fusiles Motociclistas; el segundo en Leffe en la punta septentrional de Dinant para el reforzado 7º Regimiento de Fusiles.

El principal esfuerzo recayó en este cruce al sur, cerca de Dinant, en el destacamento bajo el mando del coronel Georg von Bismarck. Bajo la protección de la neblina matinal, parte de la primera ola consiguió realmente cruzar el río en torno a las 0430 horas, atrincherándose en la otra orilla y sin dejar sus posiciones por culpa del fuego francés. Pero después, ante el fuego de ametralladora francés, parecía casi imposible llevar los botes de goma a la orilla oeste del Mosa, que en esa zona tenía unos 100 metros de anchura. Además, los franceses de vanguardia tenían una excelente visión (desde las ruinas del castillo de Bouvignes) del sitio de cruce para dirigir el fuego demoledor de su artillería. Y la Luftwaffe era casi inexistente en este lugar, pues estaba empleándose a fondo con Guderian en Sedán.

La situación parecía desesperada para los hombres de la 7. Panzer Division e incluso para Rommel. Y en esta terrible situación se impuso la asombrosa tenacidad del suabo; ordenó a sus panzers y artillería que adelantaran posiciones para neutralizar el fuego de los búnkeres franceses y tomó personalmente el mando del 2º Batallón del 7º Regimiento de Fusiles, dirigiendo las operaciones. Cruzó el Mosa en uno de los primeros botes, regresó y, en el otro cruce, ordenó a sus ingenieros la construcción de un ferry, colaborando él mismo metiéndose en el río hasta la cintura. Sus hombres estaban maravillados y siguieron su ejemplo. Cuando el ferry estuvo listo, fue Rommel el primero que cruzó en su tanque de mando. Al atardecer estaban formadas dos cabezas de puente, una grande en el norte por el 6º Regimiento de Fusiles junto con la 5. Panzer Division, y la otra más pequeña en Dinant.

Para acabar, una anécdota sobre el tema clausewitziano de la "fricción de la guerra", de esas cosas imponderables que nadie puede predecir. Hoth ordenó que para el día siguiente se fusionaran las dos cabezas de puente para extenderlas los suficientemente lejos al oeste para que los sitios de cruce dejaran de estar bajo el fuego de la artillería enemiga. Rommel no esperó a reunir hombres y equipo, sino que durante la noche ordenó a elementos del 7º Regimiento de Fusiles de von Bismarck montar un ataque probatorio contra Onhaye. Y entonces se produjo la "fricción" (por cierto, la campaña estuvo repleta de casos de “fricción”). Resulta que cuando von Bismarck llegó a Onhaye (movimiento que ya se había estudiado en los ejercicios de mapa de Bad Godesberg poco antes del comienzo de la campaña), se recibió a las 0800 horas un radiomensaje alarmante que llevó una atmósfera de crisis hasta el cuartel general del ejército (Kluge). El mensaje decía: “Bismarck bei Onhaye eingeschlossen” (“Bismarck cercado en Onhaye”). A partir de ahí se perdió contacto por radio. Rommel lanzó a sus panzers hacia Onhaye, Hoth no tenía más reservas y Kluge envió a elementos del II Cuerpo para resolver las “crisis de Onhaye”. Pero poco después se recuperó el contacto por radio y se descubrió que la crisis se había debido realmente a un malentendido en el texto del mensaje, que decía originalmente: “Bismarck bei Onhaye eingetroffen” (“Bismarck llegó a Onhaye”), pero el que recibió el mensaje simplemente oyó mal el término “eingetroffen” (“llegó”) interpretándolo como “eingeschlossen" (“cercado”).

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Mensaje por José Luis » Mié Feb 13, 2008 6:22 pm

¡Hola a todos!

Una cuestión que se me olvidó mencionar al comentar el uso de los cañones antiaéreos de 8.8 cm por Rommel reseñado por mi amigo Jesús.

El padre doctrinal de esta idea fue probablemente el general austriaco Ludwig Ritter von Eimannsberger, quien escribió en 1938 Der Kampfwagenkrieg, donde ya avanzaba la idea de utilizar los cañones antiaéreos con proyectiles perforantes para la defensa antitanque. Eimannsberger fue un autor muy leído entre sus camaradas de armas, por lo que es muy probable, aventuro, que Rommel hubiera leído su obra.

A quien leyó Guderian con toda seguridad fue al entonces (década de los treinta) teniente coronel Walther Nehring, que puede considerarse uno de los padres de la doctrina antitanque alemana. Me imagino que Rommel también pudo leerlo.

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Bir-Hakeim42
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Mensaje por Bir-Hakeim42 » Sab Mar 01, 2008 6:33 pm

Creo que hay que ver a estos dos grandes personajes como un partido de futbol (permitidme la analogia): : Uno arriesga ( el entrenador) y el otro se acoj...( el presidente). Si sale bien los dos son unos genios ( puede que el primero mas) pero ambos se apuntan los meritos.
Luego esta la discusion de los "aficionados"( lo pongo entre comillas por que despues de leer este foro creo que muchos de los participantes, sino todos, de "aficionados" no tienen nada ) comparten su opinion en muchos casos dispares y contrarias... aunque de esto se trata de opinar y opinar...
Yo particularmente me declaro mas a favor de Rommel pues tambien creo la prensa me ha influido a su favor, pero tambien creo que este pese a todo lo que se escriba hizo lo mismo que Napoleon: escabullirse de los problemas cuando estos venian... Pero como decia aquel (reconozco que no se quien es aquel) esto es motivo de otra historia.
"Con frecuencia tomé personalmente el mando de las fuerzas atacantes y he de reconocer que rara vez tuvimos en Africa unas jornadas tan interesantes"(Mariscal E.Rommel)

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Mensaje por jesus2 » Sab Mar 01, 2008 11:36 pm

José Luis escribió:
A quien leyó Guderian con toda seguridad fue al entonces (década de los treinta) teniente coronel Walther Nehring, que puede considerarse uno de los padres de la doctrina antitanque alemana. Me imagino que Rommel también pudo leerlo.

Saludos cordiales
José Luis
Y como sin duda ya sabrás, Guderian hizo algo más que leerse los escritos de Nehring. Precisamente en esta época, Nehring era el jefe de estado mayor del propio Guderian.

Nehring ( magnífico general y muy poco conocido ) más adelante se quejó amargamente de que Guderian ( como ocurrió con muchos más ) se había apropiado de algo suyo.

Personalmente siempre he dado gran importancia a los hombres que en la creación de la Panzerwaffe ostentaban cargos menores con rangos de coronel, mayor, e incluso capitán. Hombres como el propio Guderian, Nehring o Harpe, por ejemplo, y no sólo a Guderian. Pues fueron estos hombres los que, cada uno en su cargo y con su responsabilidad en el período de entreguerras, crearon el mito de la guerra blindada, la guerra de movimientos, la división blindada...

Saludos al foro.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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Mensaje por jesus2 » Mié Abr 16, 2008 2:24 am

A este tema le hacen falta dos mapas.

El primero reproduce el raid sobre Landrecies:

Imagen

El segundo, aunque el post no trata sobre, al final ha salido a colación la batalla de Arras. Merece la pena un mapa explicativo... para el que entienda los signos:

Imagen

Saludos al foro.
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Mensaje por José Luis » Mié Abr 16, 2008 12:58 pm

¡Hola a todos!
jesus2 escribió:
Nehring ( magnífico general y muy poco conocido ) más adelante se quejó amargamente de que Guderian ( como ocurrió con muchos más ) se había apropiado de algo suyo.
¡Benditos ojos te lean! Tienes el expediente lleno de ausencias :wink:

Nehring publicó un libro en 1974: Walther Nehring, Die Geschichte der deutschen Panzerwaffe 1916 bis 1945 (Berlin: Propyläen Verlag, 1974). No conozco traducción al inglés y sospecho que será difícil conseguir en el original. ¿No lo tendrás perdido en tu biblioteca?

Por otra parte, ¿has tenido nuevas del "misterioso libro" en español de Kurt von Tippelskirch?

Saludos cordiales
José Luis
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Mensaje por jesus2 » Jue Abr 17, 2008 1:03 am

Saludos, José.

Conocía la existencia del libro de Nehring. Alguna vez lo había visto pululando por librerías online, pero nunca lo quise comprar, por su alto precio.

Y sobre el libro de von Tippelskirch, no sé nada. Supongo que efectivamente existe en español, traducido en Argentina. A ver si la Editorial Níseos se anima a republicarlo...

Saludos al foro.
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