El incidente dejó dos días a los alemanes para preparar la defensa de Narvik. Con la seguridad de que los ingleses volverían, se parchearon agujeros, achicaron compartimentos, repararon averías y desembarcaron municiones, armas, víveres y equipos que pudieran ser de utilidad en tierra pero que de nada servían ya en los buques que habían quedado inutilizados o medio hundidos. Gracias al incansable trabajo, día y noche, se salvó el cargamento de los vapores que todavía estaban a flote en puerto que más parecía un cementerio debido a los mástiles de los buques hundidos que asomaban en la superficie del agua. Se estableció enlace con Elvegaard, mediante transbordador, para distribuir entre las dotaciones de los destructores hundidos las armas portátiles noruegas allí capturadas.
Se tomaron otras disposiciones, por ejemplo, el Koellner, que tenía las máquinas inutilizadas, fue remolcado a la ensenada de Djupvik, en la orilla meridional del fiordo de Ofot, unas 13 millas al oeste de Narvik. La entrada de esta ensenada queda oculta para los buques procedentes de la mar, de forma que, aunque fondeado, el Koellner podría disparar por sorpresa y lanzar sus torpedos contra cualquier buque enemigo que tratase de acercarse a Narvik.
El Roeder quedó amarrado al muelle del Correo, pues debido a daños en el servomotor no podía navegar, y al que se le desembarcó la estación radiotelegráfica. Sólo quedaron a bordo los sirvientes de las dos piezas de 127 mm de proa y el personal de la dirección de tiro, incorporándose el resto de la tripulación al batallón de Marina que ya mandaba el comandante del hundido Heidkamp. Un destructor alemán patrullaba constantemente en el estrecho de Hamnesholm, y en tierra se organizaron el oscurecimiento y la defensa antiaérea.
Finalmente se presentó el enemigo, en la forma de nueve aviones procedentes del portaviones Furious, que llegaron a Narvik en la tarde del día 12, en un momento muy delicado para los alemanes, pues todos los destructores estaban agrupados, tomando combustible y efectuando reparaciones, aunque ninguno fue alcanzado por las bombas, que sólo hundieron tres lanchas patrulleras noruegas que habían sido requisadas por los alemanes. Se produjeron ocho muertos y veinte heridos. Los ingleses, por su parte, perdieron dos aparatos, aunque sus tripulantes pudieron ser salvados. Un segundo escuadrón de ataque, que partió del portaaviones cuarenta minutos después del primero, no pudo alcanzar su objetivo debido a una fuerte tormenta de nieve, de forma que tuvo que regresar al Furious, logrando anavear al anochecer.
El Almirantazgo, que suponía que aquel ataque no sería decisivo, ordenó al almirante Forbes que utilizará uno se sus acorazados y varios destructores para acabar con los buques alemanes. Como no quiso arriesgar al Renown, un buque muy apreciado por los ingleses por su alta velocidad, el vicealmirante Withworth cambió su insignia al Warspite, atravesando en un bota a motor, durante la noche y con marejada, la distancia entre las dos bamboleantes y totalmente oscurecidas moles de acero.
Los marinos supersticiosos temen el día 13. Muchos sucesos dramáticos han tenido lugar en la mar, en todos los tiempos, en esa fatídica fecha. Aquel día 13 de Abril de 1940 iba ser una fecha aciaga para los marinos alemanes.
Al mediodía la formación inglesa surcaba silenciosamente las aguas del fiordo de Ofot. La componían el Warspite (30600 tons, ocho cañones de 381 mm, ocho de 152 mm, cuatro de 47 mm, treinta y dos de 40 mm, dieciséis de 20 mm y cuatro aviones, con coraza de hasta 356 mm) y nueve destructores: Foxhound, Forrester, Hero, Icarus (de varias series y unas 1375 tons), Cossack, Eskimo, Punjab, Bedouin (1870 tons) y Kimberey (1690 tons), armados con cuatro, ocho y seis cañones de 120 mm, respectivamente."