La capilla italiana
Publicado: Lun Oct 01, 2007 5:33 pm
Hola a todos.
Este verano, durante las vacaciones, compré un par de libros del compañero del foro Jesús Hernández. Cual fue
mi sorpresa al leer un capítulo de uno de los libros en el que aparecía "El Milagro del Campo 60".
Había encargado, durante mi ausencia, la traducción del librillo que conseguí en La Capilla Italiana para
transcribirlo en el foro, de hecho lo tengo en italiano y en inglés.
El milagro del Campo 60
La Capilla Italiana ayer y hoy
La pequeña iglesia de Lambholm, Las Orcadas, que se ha llegado a conocer como la Capilla Italiana, es la única
reliquia del Campo 60, aparte de la estatua de San Jorge, donde se alojaron varios cientos de prisioneros
italianos durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial. Estos hombres, capturados durante la
campaña en África del Norte, fueron enviados a las Islas Orcadas para trabajar en Las Barreras de Churchill, una
serie de calzadas elevadas de hormigón que cierran la entrada de Scapa Flow. Al principio el campo consistía en
13 o más tristes barracas pero los activos italianos hicieron caminos de hormigón y plantaron flores hasta la
completa transformación de todo el área. Un prisionero artista “Domenico Chiocchetti” hizo una figura de San
Jorge de alambre de púas y cemento para presidir en la “plaza” del campo. Nuevos edificios fueron construidos:
un teatro con un escenario y una barraca de ocio que incluía una mesa de billar de hormigón.
Una cosa que todavía faltaba en el campo era una capilla. Los prisioneros habían sentido mucho la falta de una
capilla y el inspector de los campos de prisioneros de guerra del viejo ministerio de guerra había instado la
provisión de una. Pasaron algunos meses hasta que se produjo una combinación de circunstancias afortunadas
y el Campo 60 tendría un nuevo comandante de campamento: Comandante (luego coronel) T.P. Buckland, un
sacerdote entusiasta: Sacerdote P. Gioachino Giacobazzi y el artista ya mencionado Chiocchetti. A quien atribuir
la idea ambiciosa de construir una capilla auténtica no está claro del todo, pero tampoco es importante.
Obviamente es un resultado natural de la buena voluntad del comandante, la preocupación del sacerdote y el
don de Chiocchetti y sus compañeros prisioneros. De todas formas, ninguno de ellos podría haber previsto que
su obra todavía hoy sigue siendo bella y fuente de inspiración de innumerables visitantes.
A últimos de 1943 dos barracas prefabricadas (Nissen) fueron puestas a la disposición a los prisioneros. Fueron
situadas a continuación y unidas. El plan original era usar una parte como escuela y la otra como iglesia. Con
el permiso del comandante, Chiocchetti empezó el trabajo en un santuario en la parte más lejana del campo.
Según progresaba, su imaginación empezó a trabajar. Muchas ideas inundaban su mente pero la forma de
expresar cada una de ellas tenía que ser con los materiales más simples, la mayoría de segunda mano y una
parte lo que parecía chatarra sin valor. Para ayudarle, Chiocchetti juntó un pequeño grupo de ayudantes, entre
ellos Bruttapasta, trabajador de la construcción, Palumbi, herrero, Primavera y Micheloni, electricistas,
Barcaglioni, Battato, Devitto, Fornasier, Pennisi, Sforza y otros.
Construyendo las barreras – Parte de un cuadro de Chiocchetti.
El coro, que fue la idea original, fue trabajado con mucho esmero. El acero oxigenado poco atractivo fue
ocultado por cartón yeso, plano por encima, revestido por debajo. El comulgatorio, la pileta para el agua
bendita, todo construido con bonitos diseños, fueron moldeados en hormigón. Detrás del altar estaba la obra
maestra de Chiocchetti, Virgen y niño. Llegaba hasta el techo y representaba los santos Francisco de Asís y
Catarina de Siena. Estaba sostenida por dos ventanas de cristal pintado. Chioccheti se inspiró en un dibujo que
había llevado consigo durante toda la guerra.
El interior de la capilla con el altar y la verja de hierro forjado
Para las entradas en cada lado de la capilla se adquirió unas cortinas de doradas de una empresa en Exeter y
fueron pagadas con el dinero ganado por los prisioneros. Dos candelabros de hierro fueron hechos por Palumbi
y cuatro de latón por Primavera. Se consiguió madera de un barco naufragado para el tabernáculo. Chiocchetti
hizo el fresco en la bóveda con los símbolos de cuatro evangelistas y más abajo en cada lado pintó dos
querubines y dos serafines. En el centro, suspendido en el aire, una paloma blanca, el símbolo del espíritu santo.
La diferencia entre el coro terminado y el resto de la barraca era tan grande que se le pidió a Palumbi, que había
sido trabajador de hierro forjado en EE.UU., que hiciera una reja ornamentada. Tardó cuatro meses en terminar.
La reja ornamentada sigue siendo una de las atracciones principales de la capilla.
Al haber creado un altar tan bonito, al artista y a sus ayudantes les parecía que el resto de la barraca era triste y
se decidió embellecer de alguna forma todo el interior. El comandante consiguió cartón yeso, suficiente para
cubrir todas las paredes de la capilla. Estaba fijado a una estructura de madera dejando un hueco entre el hierro
y el cartón yeso. La idea de Chiocchetti era pintar el interior para hacerlo parecer ladrillo, revistiendo la parte
inferior de las paredes curvadas con un friso y así imitar piedra tallada. Este enorme trabajo era demasiado
para Chiocchetti y fue enviado un pintor de otro campo para trabajar bajo su mando.
El coro había dejado el resto del interior vacío. Tambien el interior había dejado un exterior antiestético. Con la
ayuda de Bruttapasta una impresionante fachada fue erigida para esconder el frontal de las barracas. En el
centro se construyó un pasaje abovedado apoyado en pilares de cemento. El campanil fue colocado encima de la
fachada y ornamentado en ambos lados con pináculos góticos. Ventanas con cristal decorado añadió luz y color.
En la parte delantera del pasaje abovedado Pennisi esculpió la cabeza de Cristo coronado con espinas en arcilla
rojo. A lo largo de los años esta cabeza ha sido estropeada por el tiempo pero el efecto es aún más emocionante.
Finalmente una capa gruesa de cemento fue echada al exterior de las barracas.
Cuando los prisioneros dejaron la isla en la primavera de 1945, Chiocchetti se quedó para terminar la fachada.
Sr. P. N Sutherland Graeme, Lord Lieutenant de las Orcadas, propietario de la isla, que se había preocupado
mucho por el bienestar de los prisioneros, prometió a los prisioneros que los habitantes de las Orcadas
cuidarían de la capilla.
Solo se usó la capilla durante muy poco tiempo debido a la finalización de la guerra. Cuando todo estaba casi
terminado se celebró una misa especial con las campanas y el coro de san Pedro de Roma. (añadido con un
tocadiscos en la sacristía)
Como se restauró la capilla.
Despues de la guerra todo el campo aparte de los caminos y bases de las barracas desaparecieron. Pero la
capilla (y san Jorge con su dragon) se quedaron. Los habitantes de la isla, que habían oido hablar de su belleza,
empezaron a visitarla. Gradualmente se convertió en un destino de peregrinación para los que estaban de
vacaciones en las Orcadas y miles de personas fueron a verla todos los años. El asunto de la conservación
preocupó a Sr. Sutherland Graeme y en más de una ocasión era avisado que por la calidad de los materiales su
permanente conservación era imposible. El problema de mantenimiento y conservación empeoró conforme
crecia la fama. Su estado empeoró y en julio de 1958 por la iniciativa de padre J. Ryland Whitaker padre, un
comité de conservación fue establecido con Sr. Sutherland Graeme como su primer prisidente. Durante 1958 el
comité realizo varias reparaciónes financiadas por las contribuciones de los visitantes.
Trabajando de nuevo en su capilla. Chiocchetti repasa a mano el diseño original de un panel dañado.
A través de la prensa el departamento del sur de Europa de la BBC se interesó por la capilla y emitió un
programa sobre ella en toda Italia durante el verano de 1959. Este incluyó, ademas de contribuciones de las
Orcadas, una conversación con Chiocchetti, quien se había encontrado en Moena, un pueblo en las Dolomitas. Se
despertó más interes hacia el final de ese año a causa de unos largos articulos en The Orkney Herald escritos
por el sacerdote Giacobazzi y Signor Chicchetti describiendo la construcción de la capilla.
En marzo 1960 un sueño del comité local se convertió en realidad. Chiocchetti fue a visitar las Orcadas durante
tres semanas, los gastos generosamente pagados por la BBC. La vuelta a la capilla fue una experiencia
profundamente conmovedora para él y el contacto con los habitantes fue enteramente feliz y gratificante.
Durante su estancia Chiocchetti, con la asistencia de Sr. Stanley Hall de Kirkwall, restauraron la pintura del
interior de la capilla y hicieron otros excelentes arreglos. Durante la organización de la visita el comité de
preservación recibió la ayuda indispensable de los señores Ricono y Finoglio de la BBC.
Una misa para marcar la restauración de la capilla fue llevado a cabo por en Lambholm por el sacerdote
Whitaker. La gente de las Orcadas de todas las religiones asistió a la misa. Chiochetti fue el primero en recibir la
santa comunión. La misa fue emitida en parte en Italia el lunes de pascua 1960 difundido por quince cadenas
durante media hora.
En el pueblo de residencia de Chiocchetti, Moena, siguieron el trabajo con orgullo y buena voluntad. Desde
entonces dos miembros del comité de preservación han sido recibidos por Chiocchetti y el alcalde de Moena. De
este pueblo vino el regalo de una figura tallada de Cristo crucificado en 1961. La figura se erigió fuera al lado de
la capilla.
Obras recientes en la capila incluyeron la aplicación de un impermeabilizador en el tejado lo cual ha sido
posible por la generosidad de los visitantes. Es extraordinario que no ha hecho falta solicitar fondos. Sr. Tom
Sinclair, el actual popietario de Lambholm, ha concedido su maxima cooperación al comité.
Y asi continua la capilla, despues de casi sesenta años, como un recuerdo de la fé que floreció durante la
adversidad y como un monumento conmemorativo del don de sus constructores italianos. Además es un buen
ejemplo de la inspiración pura que prevaleció sobre las divisiones. Los miembros de diferente fe trabajan
juntos en el comité y los lugareños ven la capilla como un regalo para santificar y preservar.
Día de la entrega
En el último domingo de la visita de Sr. Chiocchetti, 10 de abril 1960, se celebró una misa de entrega donde
asistieron doscientos habitantes de las Orcadas.
El sacerdote Whitaker (en el altar) que daba la misa, eligió este texto:
“And his work shall be made manifest to all”
“De todos los edificios, dijo sacerdote Whitaker, en Lambholm durante la guerra solo quedan dos: esta capilla y
la estatua de san Jorge. Todo lo que satisfacía las necesidades materiales ha desaparecido pero las dos cosas
que satisfacian las necesidades espirituales siguen allí. En el corazon de los seres humanos lo más genuino y
duradero es Dios”.
Continua..
Este verano, durante las vacaciones, compré un par de libros del compañero del foro Jesús Hernández. Cual fue
mi sorpresa al leer un capítulo de uno de los libros en el que aparecía "El Milagro del Campo 60".
Había encargado, durante mi ausencia, la traducción del librillo que conseguí en La Capilla Italiana para
transcribirlo en el foro, de hecho lo tengo en italiano y en inglés.
El milagro del Campo 60
La Capilla Italiana ayer y hoy
La pequeña iglesia de Lambholm, Las Orcadas, que se ha llegado a conocer como la Capilla Italiana, es la única
reliquia del Campo 60, aparte de la estatua de San Jorge, donde se alojaron varios cientos de prisioneros
italianos durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial. Estos hombres, capturados durante la
campaña en África del Norte, fueron enviados a las Islas Orcadas para trabajar en Las Barreras de Churchill, una
serie de calzadas elevadas de hormigón que cierran la entrada de Scapa Flow. Al principio el campo consistía en
13 o más tristes barracas pero los activos italianos hicieron caminos de hormigón y plantaron flores hasta la
completa transformación de todo el área. Un prisionero artista “Domenico Chiocchetti” hizo una figura de San
Jorge de alambre de púas y cemento para presidir en la “plaza” del campo. Nuevos edificios fueron construidos:
un teatro con un escenario y una barraca de ocio que incluía una mesa de billar de hormigón.
Una cosa que todavía faltaba en el campo era una capilla. Los prisioneros habían sentido mucho la falta de una
capilla y el inspector de los campos de prisioneros de guerra del viejo ministerio de guerra había instado la
provisión de una. Pasaron algunos meses hasta que se produjo una combinación de circunstancias afortunadas
y el Campo 60 tendría un nuevo comandante de campamento: Comandante (luego coronel) T.P. Buckland, un
sacerdote entusiasta: Sacerdote P. Gioachino Giacobazzi y el artista ya mencionado Chiocchetti. A quien atribuir
la idea ambiciosa de construir una capilla auténtica no está claro del todo, pero tampoco es importante.
Obviamente es un resultado natural de la buena voluntad del comandante, la preocupación del sacerdote y el
don de Chiocchetti y sus compañeros prisioneros. De todas formas, ninguno de ellos podría haber previsto que
su obra todavía hoy sigue siendo bella y fuente de inspiración de innumerables visitantes.
A últimos de 1943 dos barracas prefabricadas (Nissen) fueron puestas a la disposición a los prisioneros. Fueron
situadas a continuación y unidas. El plan original era usar una parte como escuela y la otra como iglesia. Con
el permiso del comandante, Chiocchetti empezó el trabajo en un santuario en la parte más lejana del campo.
Según progresaba, su imaginación empezó a trabajar. Muchas ideas inundaban su mente pero la forma de
expresar cada una de ellas tenía que ser con los materiales más simples, la mayoría de segunda mano y una
parte lo que parecía chatarra sin valor. Para ayudarle, Chiocchetti juntó un pequeño grupo de ayudantes, entre
ellos Bruttapasta, trabajador de la construcción, Palumbi, herrero, Primavera y Micheloni, electricistas,
Barcaglioni, Battato, Devitto, Fornasier, Pennisi, Sforza y otros.
Construyendo las barreras – Parte de un cuadro de Chiocchetti.
El coro, que fue la idea original, fue trabajado con mucho esmero. El acero oxigenado poco atractivo fue
ocultado por cartón yeso, plano por encima, revestido por debajo. El comulgatorio, la pileta para el agua
bendita, todo construido con bonitos diseños, fueron moldeados en hormigón. Detrás del altar estaba la obra
maestra de Chiocchetti, Virgen y niño. Llegaba hasta el techo y representaba los santos Francisco de Asís y
Catarina de Siena. Estaba sostenida por dos ventanas de cristal pintado. Chioccheti se inspiró en un dibujo que
había llevado consigo durante toda la guerra.
El interior de la capilla con el altar y la verja de hierro forjado
Para las entradas en cada lado de la capilla se adquirió unas cortinas de doradas de una empresa en Exeter y
fueron pagadas con el dinero ganado por los prisioneros. Dos candelabros de hierro fueron hechos por Palumbi
y cuatro de latón por Primavera. Se consiguió madera de un barco naufragado para el tabernáculo. Chiocchetti
hizo el fresco en la bóveda con los símbolos de cuatro evangelistas y más abajo en cada lado pintó dos
querubines y dos serafines. En el centro, suspendido en el aire, una paloma blanca, el símbolo del espíritu santo.
La diferencia entre el coro terminado y el resto de la barraca era tan grande que se le pidió a Palumbi, que había
sido trabajador de hierro forjado en EE.UU., que hiciera una reja ornamentada. Tardó cuatro meses en terminar.
La reja ornamentada sigue siendo una de las atracciones principales de la capilla.
Al haber creado un altar tan bonito, al artista y a sus ayudantes les parecía que el resto de la barraca era triste y
se decidió embellecer de alguna forma todo el interior. El comandante consiguió cartón yeso, suficiente para
cubrir todas las paredes de la capilla. Estaba fijado a una estructura de madera dejando un hueco entre el hierro
y el cartón yeso. La idea de Chiocchetti era pintar el interior para hacerlo parecer ladrillo, revistiendo la parte
inferior de las paredes curvadas con un friso y así imitar piedra tallada. Este enorme trabajo era demasiado
para Chiocchetti y fue enviado un pintor de otro campo para trabajar bajo su mando.
El coro había dejado el resto del interior vacío. Tambien el interior había dejado un exterior antiestético. Con la
ayuda de Bruttapasta una impresionante fachada fue erigida para esconder el frontal de las barracas. En el
centro se construyó un pasaje abovedado apoyado en pilares de cemento. El campanil fue colocado encima de la
fachada y ornamentado en ambos lados con pináculos góticos. Ventanas con cristal decorado añadió luz y color.
En la parte delantera del pasaje abovedado Pennisi esculpió la cabeza de Cristo coronado con espinas en arcilla
rojo. A lo largo de los años esta cabeza ha sido estropeada por el tiempo pero el efecto es aún más emocionante.
Finalmente una capa gruesa de cemento fue echada al exterior de las barracas.
Cuando los prisioneros dejaron la isla en la primavera de 1945, Chiocchetti se quedó para terminar la fachada.
Sr. P. N Sutherland Graeme, Lord Lieutenant de las Orcadas, propietario de la isla, que se había preocupado
mucho por el bienestar de los prisioneros, prometió a los prisioneros que los habitantes de las Orcadas
cuidarían de la capilla.
Solo se usó la capilla durante muy poco tiempo debido a la finalización de la guerra. Cuando todo estaba casi
terminado se celebró una misa especial con las campanas y el coro de san Pedro de Roma. (añadido con un
tocadiscos en la sacristía)
Como se restauró la capilla.
Despues de la guerra todo el campo aparte de los caminos y bases de las barracas desaparecieron. Pero la
capilla (y san Jorge con su dragon) se quedaron. Los habitantes de la isla, que habían oido hablar de su belleza,
empezaron a visitarla. Gradualmente se convertió en un destino de peregrinación para los que estaban de
vacaciones en las Orcadas y miles de personas fueron a verla todos los años. El asunto de la conservación
preocupó a Sr. Sutherland Graeme y en más de una ocasión era avisado que por la calidad de los materiales su
permanente conservación era imposible. El problema de mantenimiento y conservación empeoró conforme
crecia la fama. Su estado empeoró y en julio de 1958 por la iniciativa de padre J. Ryland Whitaker padre, un
comité de conservación fue establecido con Sr. Sutherland Graeme como su primer prisidente. Durante 1958 el
comité realizo varias reparaciónes financiadas por las contribuciones de los visitantes.
Trabajando de nuevo en su capilla. Chiocchetti repasa a mano el diseño original de un panel dañado.
A través de la prensa el departamento del sur de Europa de la BBC se interesó por la capilla y emitió un
programa sobre ella en toda Italia durante el verano de 1959. Este incluyó, ademas de contribuciones de las
Orcadas, una conversación con Chiocchetti, quien se había encontrado en Moena, un pueblo en las Dolomitas. Se
despertó más interes hacia el final de ese año a causa de unos largos articulos en The Orkney Herald escritos
por el sacerdote Giacobazzi y Signor Chicchetti describiendo la construcción de la capilla.
En marzo 1960 un sueño del comité local se convertió en realidad. Chiocchetti fue a visitar las Orcadas durante
tres semanas, los gastos generosamente pagados por la BBC. La vuelta a la capilla fue una experiencia
profundamente conmovedora para él y el contacto con los habitantes fue enteramente feliz y gratificante.
Durante su estancia Chiocchetti, con la asistencia de Sr. Stanley Hall de Kirkwall, restauraron la pintura del
interior de la capilla y hicieron otros excelentes arreglos. Durante la organización de la visita el comité de
preservación recibió la ayuda indispensable de los señores Ricono y Finoglio de la BBC.
Una misa para marcar la restauración de la capilla fue llevado a cabo por en Lambholm por el sacerdote
Whitaker. La gente de las Orcadas de todas las religiones asistió a la misa. Chiochetti fue el primero en recibir la
santa comunión. La misa fue emitida en parte en Italia el lunes de pascua 1960 difundido por quince cadenas
durante media hora.
En el pueblo de residencia de Chiocchetti, Moena, siguieron el trabajo con orgullo y buena voluntad. Desde
entonces dos miembros del comité de preservación han sido recibidos por Chiocchetti y el alcalde de Moena. De
este pueblo vino el regalo de una figura tallada de Cristo crucificado en 1961. La figura se erigió fuera al lado de
la capilla.
Obras recientes en la capila incluyeron la aplicación de un impermeabilizador en el tejado lo cual ha sido
posible por la generosidad de los visitantes. Es extraordinario que no ha hecho falta solicitar fondos. Sr. Tom
Sinclair, el actual popietario de Lambholm, ha concedido su maxima cooperación al comité.
Y asi continua la capilla, despues de casi sesenta años, como un recuerdo de la fé que floreció durante la
adversidad y como un monumento conmemorativo del don de sus constructores italianos. Además es un buen
ejemplo de la inspiración pura que prevaleció sobre las divisiones. Los miembros de diferente fe trabajan
juntos en el comité y los lugareños ven la capilla como un regalo para santificar y preservar.
Día de la entrega
En el último domingo de la visita de Sr. Chiocchetti, 10 de abril 1960, se celebró una misa de entrega donde
asistieron doscientos habitantes de las Orcadas.
El sacerdote Whitaker (en el altar) que daba la misa, eligió este texto:
“And his work shall be made manifest to all”
“De todos los edificios, dijo sacerdote Whitaker, en Lambholm durante la guerra solo quedan dos: esta capilla y
la estatua de san Jorge. Todo lo que satisfacía las necesidades materiales ha desaparecido pero las dos cosas
que satisfacian las necesidades espirituales siguen allí. En el corazon de los seres humanos lo más genuino y
duradero es Dios”.
Continua..