Testimonios sobre el atentado del 20 de Julio de 1944

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Testimonios sobre el atentado del 20 de Julio de 1944

Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 7:59 pm

Los textos están tomados del libro: "Con el coraje del corazón". Las mujeres del 20 de julio", que contiene las entrevistas realizadas por Dorothee von Meding a diez de las viudas y a una secretaria de los conjurados.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:00 pm

1. 1 EMMI BONNHOEFER, SEÑORA DE KLAUS BONHOEFFER

- ¿Cómo pasó Ud. el día 20 de julio?

- Escuché lo del atentado en la radio de Schleswig-Holstein y partí rápidamente a Berlín para ver qué sucedería. Encontré a mi marido y a mi hermano recogiendo los escombros de una casa vecina bombardeada; en ese momento traían algo del subterráneo. Se detuvieron; nos sentamos sobre los escombros del patio y le pregunté a mi hermano: -"Puedes tú encontrarle algún sentido al hecho de que el atentado haya fracasado?"- Él se quedó mirándome largamente y respondió: -"Creo que es bueno que se haya intentado, y creo que tal vez también es bueno que haya fracasado."-

- ¿Qué quiso decir con esto?

- En el fondo, a esta altura, el atentado ya no tenía ningún valor político, solamente tenía un valor moral. El mundo debía ver que no todos los alemanes estaban de acuerdo con lo que sucedía. Mi hermano y mi marido se daban cuenta también de las dificultades que surgirían al configurarse un nuevo gobierno. Además temían que todo acabara demasiado sencillamente después de todas las horrendas injusticias con que nos habían abrumado, como pueblo, los nazis.

- Seis de sus más cercanos parientes -Klaus Bonhoeffer, su marido y su cuñado Dietrich Bonhoeffer, Hans von Dohnanyi, Rüdiger Schleicher, su primo Ernst von Harnack y su hermano Justus Delbrück murieron en el contexto del 20 de julio-. ¿Usted. no se arrepintió de no haberse cuidado más de participar en política?

- No, No había dónde elegir. ¿Y qué habría pasado si el atentado hubiera tenido éxito? Si hubieran tenido que asumir la responsabilidad, qué habría sucedido? El país entero habría estado lleno de nazis frustrados. Habría surgido una leyenda y no se habría podido esperar nada de los Aliados, porque ellos no apoyaron bajo ningún aspecto a la Resistencia en Alemania. Por entonces, la culpa de los otros países nos parecía bastante grande. Cuando asumió Hitler, uno tenía la impresión de que el mundo no lo toleraría. Y, qué pasó? en 1936 aterrizó aquí en Alemania todo el mundo con ocasión de las Olimpíadas, y así consecuti-vamente hasta 1939, todos le hacían reverencias.

- ¿Jugó el cristianismo un papel importante en la Resistencia?

- Naturalmente el cristianismo jugó un gran papel, fue el fundamento ético a partir del cual se dio la batalla. Piense sólo en el papel que jugó la Iglesia Confesional (protestante). A pesar de que Dietrich no estaba contento con ella, encontraba que eran demasiado blandos y débiles [...]

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:01 pm

1.2 ELISABETH, BARONESA FREYTAG VON LORINGHOVEN,
SEÑORA DE WESSEL FREYTAG VON LORINGHOVEN


- ¿Con cuáles de las señoras del 20 de julio se encontró usted. en la prisión de Moabit?

- En realidad, casi con todas: Marion Yorck, Mika Stauffenberg, Bärbel Haeften, todas ellas estaban ahí. Si uno pedía poder bañarse, era posible conversar en relativa libertad con ellas, por eso pedíamos bañarnos con frecuencia. Caíamos la una sobre la otra hirviendo de preguntas, si alguna tenía noticias, si alguna había escuchado algo sobre los niños, y así. Hubo una pregunta que no olvidaré el resto de mi vida: -"Crees tú", me dijo Mika Stauffenberg, "que van a utilizar a nuestros niños para experimentos científicos?" Yo traté de distraerla de este miedo, pero al regresar a la celda, yo misma continué preocupada con la pregunta. Marion Yorck me dijo que probablemente nos matarían también a nosotros. A mí esto no se me había ocurrido. Luego de haberlo escuchado, me surgió un deseo fuerte de morir decentemente, intentaba imaginarme cómo sería tener que meter el cuello en la horca y qué era lo que podía llamarse morir decentemente. Me propuse seguir adelante, tercamente, y rezar intensamente. Pero luego preferí pensar en mi familia y concentrarme en el próximo interrogatorio.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:03 pm

1.3 BRIGITTE GERSTENMAIER, SEÑORA DE EUGEN GERSTENMAIER

- ¿Cómo definiría usted. el papel de su marido en la Resistencia?

- Oh, él tenía el don de formular y era un estratega reflexivo. Era capaz de imaginarse siempre una situación. Este talento para formular y transformar planes y metas en directivas concretas era muy útil al interior del Círculo de Kreisau (Kr.Kr.) Claro que lo que planificaban se refería naturalmente a la época posterior a la muerte de Hitler. Yo a veces pensaba que los del Círculo de Kreisau hablaban muchas cosas demasiado alejadas de la realidad. Y esto me llegaba a parecer raro.

- ¿Cuál era su postura personal respecto del atentado?

- A mí no me cabía duda si el cristianismo prohibía o no matar a un semejante malhechor; el problema era que no se podía requerir de nadie que lo hiciera. No todos están dispuestos a sacrificarse. A pesar de ello, fueron varios los que quisieron intentarlo. Pero el tipo siempre lograba escapar. El demonio lo protegía. Finalmente ocurrió que mi marido no logró impedir que yo me enterara de los horrores de la persecución contra los judíos. Él no me había contado nada de lo que sucedía en Auschwitz; lo supe primero por otros y luego él mismo me contó.

- ¿En qué otras acciones participó Ud.?

- La primavera de 1943 nuestro círculo de amigos tuvo ocasión de llevar a Suiza información acerca de los hermanos Scholl y del movimiento de "La rosa blanca". Puesto que en la frontera controlaban todo acuciosamente, esto no dejaba de ser riesgoso. Hans Schönfeld se encargó de esta tarea.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:04 pm

1.4 CONDESA MARGRETHE VON HARDENBERG,
SECRETARIA DE HENNING VON TRESCKOW


- ¿Sabía Usted qué esperaba de Ud. el conde von Tresckow?

- Me lo podía imaginar. Me habló de von Stauffenberg y me instruyó en los planes que tenían. Interiormente me resistí, porque tenía miedo, un miedo tremendo. Le pedí al cielo quebrarme una mano para salir airosamente del asunto. Así fue mi reacción, y no me interesa presentarlo como si hubiera sido más bonito.

- ¿De qué tenía miedo?

- ¿De la horca, simplemente tenía miedo de que me ahorcaran, porque tenía muchos planes para mi vida. Tengo que decirlo tal como fue, yo era una persona tremendamente abierta a la vida [...] Von Tresckow me obligaba a escribir con guantes, de manera que si nos pillaban, los documentos no pudieran ser identificados [...]

- ¿Qué sabía Ud. de otros grupos de la Resistencia?

- Sabía que existían, pero estábamos muy aislados. Henning lo explicaba por la necesidad de cautelar el secreto diciendo: "Jamás hay que pronunciar un nombre, sobre todo, nunca hay que pronunciar el nombre de Stauffenberg. El círculo debe permanecer lo más pequeño posible, sino seremos descubiertos." Yo consideré que era preciso que así fuera, pero hoy me preocupa la interrogante acerca de si no hubiera sido mejor haber tenido algún contacto unos con otros. Si se compara, por ejemplo, el Círculo de Kreisau con el Círculo en torno a Henning, se ve que la raíz es la misma. Ambos estaban profundamente anclados en lo religioso, pero mientras Henning impelía a la acción, los de Kreisau esperaban la caída.

- Puede Ud. describir brevemente su rol en la Resistencia?

- Yo era una especie de auxiliar de redacción, auxiliar de un rango un poquito más alto, pero en un rol diferente al de las demás mujeres del 20 de julio. Claro que también expuse mis espaldas, pero en otra medida. Yo administraba el correo, establecía las comuni-caciones. Cómo me llamaba Henning? "Almacén de la pequeña suerte. Tú eres un almacén de la pequeña suerte." Si alguien necesitaba un plumón o una crema contra la alergia, o quería saber de su señora, entonces yo me dirigía al teléfono. Eran pequeños servicios. En todo caso, uno mismo nunca sabe cómo lo ven los demás. En la casa de la calle Kaiserallee había, por ejemplo, un mayordomo llamado Schmadke. Él estaba a cargo de todas las líneas telefónicas entre Berlín y los sitios en que estaban apostadas las tropas; era, pues, un tipo importante, un típico berlinés, muy feo, y poco fino, refrescantemente poco fino, un comunista con el corazón izquierdo latiendo a la derecha. Resulta increíble, pero a algunos de nosotros nos salvó la vida. Era muy listo y captaba más de lo que nosotros pensábamos; era capaz de oír toser a las pulgas y combinaba rápidamente. El 21, el día después del atentado me recibió por la mañana diciéndome en dialecto: "Yo que Ud. no me aparecería hoy por la calle Bendel." A partir de ese momento, su voz comenzó a resonar llena de advertencias: "Hoy yo no utilizaría el teléfono", "hoy yo saldría por tal o cual puerta". Es que él sabía perfectamente qué aparatos estaban intervenidos y qué salidas estaban controladas. Era una ventaja tenerlo ahí. Sin embargo, era un "tallarín venenoso". Henning me lo había advertido: -"El mayordomo se agarra con todos; tampoco tú podrás superarlo." Tanto es posible engañarse respecto de una persona. Y lo sorprendente es que durante todos los meses durante los cuales Schmadke colaboró, jamás insinuó siquiera estar al tanto. Después, cuando quedé en libertad luego de haber estado presa y volví por primera vez a la oficina, me encontré con un gigantesco ramo de flores sobre mi escritorio. Era de Schmadke, un tipo de ángel algo diferente... Me ayudó mucho este pequeño enano venenoso.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:05 pm

1.5 FREYA, CONDESA VON MOLTKE,
SEÑORA DE HELMUTH JAMES VON MOLTKE


- ¿Cuáles fueron para su marido las razones determinantes por las cuales se resistió a un atentado contra Hitler?

- Para él era una cuestión de conciencia. Podía la nueva era comenzar con un crimen, dado que el crimen había sido la principal actividad del Nacionalsocialismo? De esto se hablaba una y otra vez. Recuerdo a Mierendorff, a quien Helmuth se sentía muy cercano y que en una ocasión le dijo: "Primero necesitamos un poco de tiempo para poner en orden a todos estos tipos espantosos." Al decir "nosotros" se refería a los socialdemócratas y a los obreros. Mi marido siempre sostuvo que era improbable un derrumbe del régimen desde el interior del mismo, que esto era algo que había que dejar en poder de los Aliados. Lo que sucede es que él previó demasiado prematuramente el final de la guerra. En realidad, la guerra se perdió definitivamente con Stalingrado, aunque a diario continuara cobrando víctimas. La espera del triunfo de los Aliados se tornaba día a día más deprimente, y por eso los del Círculo de Kreisau discutían diariamente sobre lo que había que hacer para acortarla. Claro que un atentado exitoso -y esto era la principal objeción- no habría logrado convencer a Alemania de que Hitler era un criminal que la estaba arruinando. Se temía que volviera a surgir entre el pueblo la leyenda de la "puñalada por la espalda".

- ¿Cómo era la Resistencia en la vida diaria?

- Uno hacía simplemente lo que había que hacer, se preocupaba de la oficina, escribía cartas, y cosas semejantes. Nuestra postura era de oposición y no había más que pensar. Esto era la vida diaria, la vida diaria era resistencia. Esa es, tal vez, la mejor definición. Por lo demás, no siempre estábamos en inminente peligro, como parece visto desde el presente. Las actividades de mi marido en el Comando Superior del ejército eran perfectamente legítimas. Claro que como jurista internacional combatía contra los nazis desde su lugar de trabajo, pero ahí lo hacía desde una posición segura y frente a los nazis estaba colosalmente protegido gracias a su nombre. Esto hay que saberlo. Los nazis veían en él al heredero legítimo del Mariscal von Moltke, lo cual era correcto. Y puesto que los nazis eran gente de guerra, veneraban al Mariscal von Moltke. De modo que no se dio el caso de que toda la época de la Resistencia haya sido para nosotros una época de miedos. No fue así, era una época en la que la vida tenía un profundo sentido, así la vivimos.

- ¿Cuáles eran en su opinión las ideas centrales del Círculo de Kreisau?

- Mucho de aquello que los miembros del Círculo de Kreisau trataron y escribieron parece hoy extraño. Ellos estaban demasiado influenciados por la realidad política de entonces y lo que los definía, lo que pensaban y planificaban era producto del hecho de que se encontraban en una horrenda dictadura, cosa que hoy nos cuesta realizar. Los miembros del Círculo de Kreisau partían del hecho de que a los alemanes les faltaba absolutamente la experiencia de la democracia y el ejercicio de la democracia. Esto quedó sobradamente demostrado con la caída de la República de Weimar. Por eso una de las cuestiones que lo definía era cómo hacer de los alemanes unos demócratas en el futuro. De esta manera se pusieron como prioridad algo que hoy nos parece tan esencial, es decir, el ejercicio de la democracia en pequeñas comunidades, en los colegios, en los hospitales, en las regiones, o sea, en unidades determinadas y controlables. Hoy todo esto no es actual, pero entonces sí lo era. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados occidentales contribuyeron a establecer la democracia en la República Federal de Alemania (RFA); hoy es posible que, por los medios de comunicación, la vida pública entre en las casas y eso le exige a la gente tomar posiciones y comportarse activamente. Hay que aprender a participar, a reaccionar incluso en círculos reducidos, y con eso se obtiene un sentimiento de responsabilidad frente al total; todo esto ha sido siempre más importante en otros países occidentales que en Alemania que es un Estado burocrático de funcionarios públicos. Yo pondría hoy otra cosa al centro de las ideas, a saber, la aspiración a sintetizar socialismo y capitalismo, a unificar lo mejor de ambas tendencias. Este intento de una simbiosis de socialismo y capitalismo era lo que tal vez tenía más perspectivas de futuro. Aparte, naturalmente, de la unificación europea: los de Kreisau propiciaban que los países de Europa renunciaran a una parte de su soberanía en pos de una unidad mayor. Pero lo más importante era el intento de integrar a los sindicatos en el proceso de producción y de configurar nuevos gremios que les permitieran a los trabajadores compartir las responsabilidades.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:07 pm

1.6 ROSEMARIE REICHWEIN, SEÑORA DE ADOLF REICHWEIN

- ¿Cuáles fueron sus actividades en la Resistencia?

- Había una diferencia entre nosotros, las mujeres cuyos maridos trabajaban activamente y las mujeres comunistas de la ciudad. Entre ellas la actividad era mucho más fuerte, puesto que repartían volantes y panfletos y establecían los contactos con la clandestinidad. Seguramente ellas hicieron mucho más que nosotros que estábamos en segundo plano y que, aunque aprobábamos y apoyábamos las acciones de nuestros maridos no realizamos acciones concretas como tales.

- ¿Por qué llegó Usted a Kreisau?

- A fines de agosto de 1943 nuestra casa en Berlin-Südende fue totalmente destruida por los bombardeos. Los von Moltke nos ofrecieron inmediatamente una mansarda en el castillo y nos ayudaron a instalarnos, porque nosotros habíamos perdido todo. Una razón poderosa para aceptar fue que entre Kreisau y Berlín había buenas conexiones ferroviarias. Esto le facilitaba a mi marido poder venir los fines de semana a vernos. Luego, cuando lo encarcelaron dos semanas antes del atentado yo podía ir a mitad de la semana a Berlín a visitarlo. Desde enero de 1944 Freya von Moltke viajaba semanalmente el mismo tramo para visitar a su marido en la prisión.

- ¿Su marido era quien establecía los contactos del grupo del atentado con los comunistas?

- Sí, y eso se le convirtió en fatalidad. En realidad era Julius Leber, socialdemócrata convencido, quien se había encargado de hablar con los comunistas; mi marido hacía de intermediario a través de Fritz Bernt, un viejo amigo de los tiempos de Jena, quien conocía a los dirigentes del Partido Comunista. Todo era muy complicado; realizaron el primer encuentro con Saefkow y Jacob, representantes del comité central del PC que funcionaba ilegalmente, en casa de un médico amigo. Contra lo estipulado, Saefkow y Jacob llegaron con un tercer hombre el cual, aseguraron, era también comunista, había estado en un campo de concentración y era absolutamente confiable. Camino de un segundo encuentro los tres, mi marido, Saefkow y Jacob fueron capturados. Quedó claro que aquel tercer hombre había obtenido su liberación del campo de concentración a cambio de convertirse en espía al servicio de la Gestapo.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:07 pm

1.7 CLARITA, CONDESA VON TROTT ZU SOLZ,
SEÑORA DE ADAM VON TROTT ZU SOLZ


- ¿Cuál fue su papel dentro del grupo de la Resistencia en torno a su marido?

- ¿Ud. piensa que cada uno de nosotros tenía una tarea determinada? Si nos hubiéramos organizado más, seguramente habríamos sido descubierto mucho antes. La idea de que la Resistencia fue algo organizado corresponde más bien a la realidad de los militares y al Partido Comunista. La Resistencia civil llegó hasta donde llegó gracias a que era flexible y no estaba organizada. De lo que yo podía observar, se autocomprendía y se comportaba como una especie de asociación de amigos cuyas bases eran el crédito personal y la confianza mutua. A fin de que nuestros maridos pudieran dedicarse con todas sus fuerzas a la Resistencia, nosotros, las señoras, tuvimos que asumir enteramente lo que se refería al hogar. Parte de la colaboración que teníamos que comunicarles consistía en no saber más nombres de lo que era necesario. Incluso dentro del círculo de amigos usaban sobrenombres, como por ejemplo, "el tío" para Leuschner. En una de mis últimas visitas a Berlín, Adam, mi marido, lamentó que por otros compromisos yo no llegara a conocer a Julius Leber, con cuya señora según él me habría entendido muy bien. Cuando me lo nombró, yo pensé que estaba utilizando el nombre de Leber por "labour" para camuflar a algún socialista prominente. Todavía descubro en las cartas apelativos como "lobo de mar", "tío arveja", "hermana de Eva", "los hijos", "el otro Peter", y otros semejantes. Desde Imshausen le sugerí a mi marido una clave según la cual nombrábamos a nuestros amigos con diferentes partes del cuerpo: "cabeza", "corazón", "hombro"... Adam inventó entonces un cuento acerca de su salud para darme a conocer los episodios políticos dentro del círculo de sus amigos. Por un tiempo el sistema funcionó muy bien. A esto quiero agregar otra historia: Bárbara Haeften me escribió por esos días: "Ojalá pudiéramos tutearnos!" Yo reaccioné inmediatamente: "Por qué no? ¡Ahora mismo!" Todo muy bien, solo que después supe que era una clave secreta: cuando Hitler hubiera muerto nos tutearíamos. Nuestro papel pues, consistía especialmente en ser cautelosas y en evitar todo lo que pudiera llamar la atención. Esto incluía en gran parte también lo que entendíamos como "poder tener vida privada."

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:08 pm

1.8 MARION, CONDESA YORCK VON WARTENBURG,
SEÑORA DE PETER YORCK VON WARTENBURG


- ¿Qué papel jugaba su marido en el Círculo de Kreisau?

- Sin exagerar creo poder decir que Peter era el corazón de este círculo. Todos lo querían, él se interesaba en igual medida por cada uno y se empeñaba en comprenderlos a todos. Era él quien los unía a unos con otros.

- ¿Cómo define Ud. el Círculo de Kreisau?

- Como un grupo de amigos que se habían convocado sobre la base de la confianza mutua y del respeto recíproco. Eso era lo lindo: algo muy personal y que a la vez los unía a todos. Cada uno tenía su tarea específica sobre la cual ya había trabajado y en la que se sentía seguro. Lo que yo consideraba más hermoso era que todos participaban en todo, que buscaban intereses comunes, que el círculo se había configurado a partir de la conversación y de la discusión.

- ¿Cuál fue su papel en el Círculo de Kreisau?

- Yo desempeñé un activo papel de auditora. Escuchaba todo, de vez en cuando planteaba alguna pregunta y por las tardes conversaba con mi marido sobre uno u otro punto. Es posible que también haya contribuido con estímulos y mediante el planteamiento de algunas dudas. Por lo demás había que cuidarse de considerar el atentado como una empresa completamente organizada. Nuestra casa de la calle Hortensias era una casa abierta; bastaba tocar a la puerta o, durante el verano entrar por el jardín posterior, y todos eran bien recibidos. Los temas surgían dependiendo de quien estuviera presente; la conversación adquiría intensidad y así se iba construyendo una cosa sobre la anterior. Jamás faltó tema; más bien había que frenar a fin de que la discusión permaneciera en su rumbo. No era algo organizado, sino que en todo sentido los temas surgían de la comunidad. Se habían acordado solamente algunas pocas reuniones generales en las que se debatirían algunas preguntas concretas; a estas discusiones se invitaba a gente cuidadosa-mente seleccionada.

- ¿Por qué se produjo tan tarde el atentado, recién en julio de 1944?

- Los amigos del Círculo de Kreisau sentían un fuerte repudio respecto del atentado, porque veían en Hitler un poder demoníaco que no podía ser eliminado tan fácilmente. Decían que para destruirlo debían entrar en acción otro tipo de fuerzas. Esta postura era la que determinaba su pensamiento, al menos en el subconsciente. Claus Stauffenberg se había declarado dispuesto a intentar el atentado y con él estaban en contacto junto con mi marido algunos otros amigos del Círculo de Kreisau. Cómo lo iba a realizar, esa era su propia decisión; nosotros, los del Círculo, estábamos comprometidos en segunda instancia. En todo caso, mi marido le había dado su palabra a Claus de participar activamente en el golpe aquí en Berlín.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:09 pm

1.9 CHARLOTTE, CONDESA VON DER SCHULENBURG,
SEÑORA DE FRITZ-D. VON DER SCHULENBURG


- ¿Cómo ve Ud. su papel en la Resistencia?

- Yo estuve siempre absolutamente en segundo plano, pero aprobaba todo lo que mi marido hacía y lo criticaba sólo cuando las cosas se extremaban demasiado. Acepté desde un comienzo que él no era el tipo de marido que pasa las tardes y los fines de semana en la casa; yo sabía que solamente a veces iba a llegar y eso era maravilloso. Estuvimos mucho separados y por eso es que existen tantas cartas. Cuando él estaba en casa era muy hermoso. Pero cuando me decía: "Desgraciadamente debo irme, no sé cuándo volveré", yo sabía aceptarlo. [...]

- Su marido operó como mediador en la Resistencia. A partir de 1934 fue él quien más propugnó el atentado y su amistad con Stauffenberg seguramente intensificó la decisión.

- El que ambos se hubieran unido fue algo muy decisivo. Se necesitaban mutuamente, se complementaban. Ambos querían acción sobre todo, y no más discusiones. Y lo que los unía a ambos era su respectiva admiración por Julius Leber.

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:10 pm

1.10 BARBARA, CONDESA VON HAEFTEN, SEÑORA DE HANS VON HAEFTEN

- ¿Qué sabía Ud. acerca de los grupos de la Resistencia?

- Yo sabía naturalmente de la Resistencia en las Iglesias, porque mi marido estaba en contacto con Dietrich Bonhoeffer. Ambos se conocían desde la época de la preparación a la Confirmación (protestante) [...]

- Se sabe que su marido desaconsejó a principios de 1944 a su cuñado Werner von Haeften de acometer el atentado. ¿Qué puede añadir Usted?

- Werner nos visitó un día en Dahlem (Berlín) y quería llevarse una pistola del maletín de mi marido. Eso fue en enero de 1944, luego de que Werner fuera nombrado oficial ayudante de von Stauffenberg. En los días siguientes tendría acceso a Hitler y quería utilizar la ocasión. Mi marido le preguntó si realmente lo veía como su tarea: -"Estás seguro de que esa es tu misión ante Dios y ante nuestros padres? Puedes realmente asumir esa responsabilidad?"-. Entonces Werner se desistió. Esto le continuó preocupando seriamente a mi marido durante los meses siguientes, porque se reprochaba de haber disuadido a Werner de su propósito. Quién sabe qué habría sucedido si Werner hubiera tenido éxito en su acometido. Desde el comienzo él había sido un tenaz opositor de la hitlería. Ya en 1933 o 1934 había expresado en una reunión social que de mil amores eliminaría a "ese tipo" si se le presentaba la ocasión.

- ¿Y cuál fue su propio papel en el atentado?

- Yo sólo era un apoyo para mi marido. Debido a mi carácter animoso, con seguridad le resultaba una ayuda. Él reflexionaba todo mucho más a fondo y desde el principio yo supe que su dirección era la correcta. Mi modo inocente de pensar le resultaba una ayuda. Una vez me escribió: -"Necesito que te vengas a mi lado con tu alegre carácter al que nada puede abatir." Hans era particularmente sensible frente a los horrores de los cuales oía y lo afligía el hecho de que la situación se prolongara. [...]

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Mensaje por Francis Currey » Dom Feb 26, 2006 8:12 pm

1.11 NINA, CONDESA SCHENK VON STAUFFENBERG,
SEÑORA DE CLAUS SCHENK VON STAUFFENBERG


- ¿Qué le contó su marido acerca del atentado?

- Él creía que la chance era de 50 y 50. Yo no sabía que él mismo iba a acometerlo. Sí sabía que iban a poner una bomba y que ya había habido varios intentos. Mi marido no mencionaba nombres. Si el atentado llegaba a fracasar, me había prohibido permanecerle leal. Lo más importante era que uno de nosotros dos viviera para encargarse de los niños. Esto era una orden suya y yo me atuve a ella. Me presenté ante la Gestapo como la dueña de casa simplona, llena de niños y de pañales y de ropa para lavar. Mi marido venía de Berlín a Bamberg con regularidad cada tres semanas. Traía su ropa para el lavado y de vez en cuando también papeles para quemar. En octubre de 1943 regresé yo misma de la celebración de un matrimonio con la mochila llena de apuntes para quemarlos aquí en Bamberg. Es que en el departamento de mi cuñado en Wannsee, Berlín, había calefacción central y por eso no se podía quemar nada a fin de no llamar la atención del mayordomo.

- ¿Cómo ve Ud. su propio papel en todo este acometido?

- Prácticamente como un apoyo para mi marido, cumpliendo con mis tareas sin estorbarlo a él. Nunca sentí que yo jugara un papel. Yo sólo hice lo que en cada momento se me pedía.

- ¿Usted estuvo presa hasta el final de la guerra?

- En realidad nunca fui puesta en libertad. Sencillamente iba despachando a los policías que tenían el encargo de trasladarme. En eso acabó la guerra.

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