24 de junio de 1941. Rossieni, Lituania.
Sobre este tema, José Luis y yo estuvimos debatiendo sobre el particular en otro foro:
http://www.elgrancapitan.com/phpbb2/vie ... php?t=3213
La 6 Panzer del general Landgraf, encuadrada en el XXXXI Armeekorps ( mot ) del general Reinhardt avanza en dirección al rio Dvina Occidental. La división avanza en tres grandes grupos: el kampfgruppe von Sekendorff, a la derecha, el kampfgruppe Raus a la izquierda y el cuerpo principal de la div., más retrasado respecto a los dos kampfgruppe de cabeza.
Al amanecer contraataca la 2ª div. de carros soviética, parte del III cuerpo mecanizado soviético. El grueso del ataque lo recibe el II batallón del 114 reg, de inf. motorizada del kampfgruppe von Seckendorff, al mando del capitán Quentin. Empieza la batalla. La infantería soviética está más o menos bajo control, pero los carros soviéticos avanzan dando la impresión de ser imparables e indestructibles. Especialmente los 29 KV 1 que ponen en liza los soviets producen un efecto moral ( y destructivo ) aterrador. Nada ni nadie parece poder destruirlos. Los cañones anticarro ( y de carro ) de 37 y 50 mm no consiguen ningún efecto ante ellos. Ni siquiera los impactos directos de los obuses de 150 mm. son capaces de destruir los carros pesados soviéticos. Los KV 1 van poniendo fuera de combate a todas las armas pesadas de infantería que se encuentran. Los carros alemanes ( la mayoría Pz 38 ), más móviles, tienen menos bajas, pero se ven impotentes para frenar el avance soviético. La infantería tiene un amago de pánico. El capitán Quentin en persona tiene que ponerse al mando de las ametralladoras de su unidad, alentando a sus hombres y actuando con gran energía para detener el pánico entre sus tropas. La infantería cede, pero no es desbordada. Por fin se vence la invulnerabilidad de los KV 1. Un cañón de 105 mm. destruye algunos a quemarropa. El teniente Eckhardt destruye uno usando una carga concentrada de 5 minas anticarro. Los carros soviéticos se vuelven más cautos. Pero sigue sin ser suficiente.
El general Reinhardt reconoce la gravedad del problema. Le promete a Landgraf el envío de una batería de cañones Flak de 88 mm. Éstos llegan a las 15:00. Se ponen manos a la obra nada más entrar en posición. Y se cambian las tornas. Ahora sí, los KV 1 van siendo silenciados uno a uno en cuestión de minutos. Los restantes carros, para evitar la destrucción, desaparecen del campo de batalla. La infantería, sin el apoyo blindado y agotada tras estar todo el día atacando tras realizar una marcha forzada de tres días, pierde ímpetu y cede. El ataque de la 2ª división de carros soviética ha sido contenido.
Mientras, el kampfgruppe Raus recibe la orden de no apoyar al kampfgruppe von Seckendorff. Los hombres de Raus tienen un día casi tranquilo. Sin embargo, sus retaguardias han sido aisladas por un solitario KV 1 que se encuentra en posición de espera en un cruce de carreteras. Un único carro enemigo se sobra ( y se basta ) para aislar al grueso principal de la 6 Panzer.
Se hacen esfuerzos para eliminarlo. Primero se llama a la batería anticarro del teniente Wengenroth ( 4 cañones de 50 mm ) para eliminar la amenaza. Los cañones toman posición poco a poco en distintos puntos. Decenas de soldados asisten literalmente como espectadores, desde la distancia, el inicio del combate. Éste comienza. Los cañones alemanes, disparando a distancias de 600 metros, consiguen una gran cantidad de impactos sobre el KV 1. Pero el carro soviético, aparentemente inmune a los impactos, devuelve los golpes, destruyendo dos cañones y dañando los otros dos. Los alemanes tienen muertos y heridos.
Segundo intento. Se llama a uno de los flak de 88 mm. que ha entrado en acción en Rossieni. Ante la utilidad demostrada de los mismos en los combates contra carro, se quiere obtener el mismo efecto. El KV 1 deja que el cañón se aproxime a 800 metros, y mientras los artilleros del cañón lo ponen en posición, ése es el momento en el que el KV 1 dispara. Hace blanco, dañando el cañón. Los artilleros lo abandonan.
Amanecer del 24 al 25 de junio. Tercer intento. Un equipo de asalto compuesto por 12 ingenieros recibe la misión de destruir el carro usando una fuerte concentración de cargas explosivas. Se coloca una en el cañón y una serie de ellas en un lateral del blindaje. Los hombres del teniente Gebhardt sólo consiguen producir un arañazo en el cañón y daños ligeros en el lateral del blindaje a la 1:00 de la madrugada del 25 de junio.
En un gran estado de ansiedad, el coronel Raus lo intenta de nuevo con otro flak de 88 mm. Aprendiendo del día anterior, se decide que los Pz 38 del mayor Schenk ( 65 Panzer Abteilung ) realicen un ataque de flanco para atraer la atención del carro enemigo, mientras el flak 88, por el otro lado, avanza y entra en posición.
Los carros alemanes se mueven a través de un bosque de poca densidad. El KV 1, el cual nunca se ha movido, no puede alcanzar a los Pz 38, los cuales disparan desde tres puntos sin producir efecto alguno en el carro enemigo. Mientras, tranquilamente, el Flak 88 avanza, colocándose en la retaguardia del carro enemigo. Por fin se acerca el momento cumbre. El cañón dispara. Impacto. Herido. La torreta trata de moverse en la dirección del fuego del cañón. En el entretiempo, el flak dispara dos veces. La torreta deja de moverse.
Pero el carro no ha sido destruído.Son necesarios cuatro impactos más para destruir al carro enemigo.
Se acerca una serie de curiosos. Se comprueba el efecto de los ataques: sólo dos de los obuses ha logrado penetrar totalmente el blindaje del carro. Los demás disparos de 88 mm han perforado parcialmente el blindaje. Los obuses de 50 mm han conseguido dibujar un círculo azul en el carro, sin más. No hay rastros visibles de los disparos de los cañones de 37 mm, bien de carro, bien de cañón anticarro. El efecto de las cargas de demolición ya ha sido descrito.
Y de repente, el cañón se empieza a mover. Los curiosos se dispersan. Todos excepto algunos ingenieros, los cuales rápidamente lanzan granadas por uno de los agujeros producido por los disparos del cañón de 88 mm. Los tripulantes que permanecían con vida en el interior del carro, ahora sí, mueren. Los alemanes, impresionados por el heroismo de los soldados soviéticos, les entierran con honores.
Saludos.