Les quisiera hacer partícipes del artículo de Pierre Grumber, redactor jefe adjunto de la revista “Guerres et Histoire” publicada por la editorial Mondadori, aparecido en la citada revista nº1 titulado “La Royale de Darlan: ¿Una marina desfasada?”
“Una hermosa marina” es así como Philippe Masson titula el primer capítulo de su historia de la marina francesa en la Segunda Guerra Mundial (“La Marine française et la guerre 1939-45” P. Masson, editions Tallandier, 2000). El sobrenombre ya existía ¿Cómo negarlo? Es cierto que la flota de 1939 era soberbia. Se distingue la silueta elegante de los acorazados ligeros, (conocidos en otras marinas como cruceros de batalla) Dunkerque y Strasbourg, su proa interminable, erizada con los ocho cañones y dominada por el torreón de su puente de mando, única chimenea … La Royal Navy, no tiene nada comparable, su andar supera los 30 nudos ( 55 kn/h.) y su artillería de 330 mm planeada para neutralizar al acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee y a los temibles Scharnhorst y Gneisenau que Hitler ha hecho botar en 1936.
Crucero pesado Algerie
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Estos gigantes no deben hacer olvidar a las soberbias unidades más ligeras. La multitud se apretuja para ver al crucero pesado Algerie un ultramoderno navío con su puente recto ( “flush deck”) a “la americana” y su alta superestructura “a la japonesa”, o el crucero ligero Emile Bertin que anda a 42 nudos (78 Km/h) en pruebas y está diseñado para sembrar de torpedos su ruta. La apariencia no lo es todo: es una marina resucitada en su espíritu, y está apoyada por una voluntad política que se prepara para el conflicto.”Obsoleta, heteróclita, gastada, menospreciada, la Marina salió traumatizada de la guerra 1914-18 “apunta la historiadora Michèle Battesti, especialista de la Marina nacional en el Instituto de Investigación de la Escuela militar (Irsem). Discutida en su existencia casi hasta el armisticio, renace, sin embargo, a partir de 1924: preocupada por el profesionalismo de la Reichwehr y a falta de quintos a causa de los reemplazos escasos (a causa de las bajas de la IGM), el gobierno francés también quiere contar con la tropas del imperio colonial, lo que implica poseer una marina fuerte”.
Crucero ligero Emile Bertin
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Apoyada por el parlamento la Marina se beneficia de una gran estabilidad: George Leygues lleva el timón del ministerio durante la mitad de la época de entre-guerras, sus sucesores Piétri y Campinchi mantienen el mismo rumbo. En el Estado Mayor se suceden solamente tres vicealmirantes, Salaun, Vioplette y Duran-Viel entre 1924 y 1937 “ Darlan llega en 1937 y la Marina de 1939 no es la suya, como a menudo se la presenta” subraya Michèle Battesti. “Tampoco es la de Leygues, pero, no es la de la III ª República”
Falta de este apoyo, la Royal va renovar su material y , gracias a una hábil campaña de propaganda, consigue elevar su moral decaída y mejorar el reclutamiento. En 1939 la flota totaliza 545.000 toneladas, de entre ellas 7 acorazados, 19 cruceros, 68 destructores, 8 submarinos oceánicos … Ocupa el 4º lugar mundial (ex aequo con la Regia Marina) como ha sido fijado por el tratado de control naval de Washington, en 1922. Y todo esto sin interferir en el desarrollo de las otras fuerzas armadas: la Armada solo ha gastado, desde 1922 a 1934 que el 27% de los gastos militares, y después menos del 15 por ciento.
Seguiré en otro momento. À suivre.
Fuente: Traducción y adaptación propias del artículo de Pierre Gromber “La Royale de Darlan: ¿una marina desfasada?” en la revista Guerres et histoire nº 1.
À bientôt.