Ejército Francés

El impacto de la Gran Guerra en el pensamiento militar. Cambios y evolución en las doctrinas militares. Regulaciones de campaña.

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Ejército Francés

Mensaje por José Luis » Mar Ago 02, 2005 9:57 pm

¡Hola a todos!

El ejército francés de 1940, como la mayoría de los ejércitos de las grandes potencias, fue el resultado final de las circunstancias políticas, económicas, sociales y tecnológicas que habían surgido como consecuencia de la IGM, más de veinte años atrás. Si queremos comprender su doctrina militar y el estado de su armamento y fuerzas en vísperas de la guerra de mayo de 1940 es, pues, necesario examinar la evolución del pensamiento militar francés desde el final de la Gran Guerra, y su estrecha relación e influencia de las circunstancias señaladas.

Una de las circunstancias que más influencia tuvo en la evolución del pensamiento militar francés fue el enorme rechazo social general contra la guerra y los asuntos militares mostrado tras el final de la IGM. Muy pocas personas en Europa o América estaban ya interesadas en los gastos militares o en la experimentación de nuevas armas y tácticas militares. Los franceses consideraron la Gran Guerra como “la última de las últimas”, y tenían constantemente presentes sus muertos (1.400.000), sus mutilados (800.000), y la pérdida de 1/3 de la población masculina en edad de procrear [Institut de Stratégie Comparée (ISC), “La Pensée Militaire », 2001].

Por otra parte, la mayoría de los oficiales y soldados franceses creyeron que el éxito alcanzado en la guerra de 1914-18 contra el, entonces, mejor ejército del mundo, era la prueba más contundente de que sus tácticas y armamento no necesitaban mayores cambios, y en consecuencia se decantaron por una estrategia militar defensiva basada en su exitosa experiencia de una guerra posicional apoyada por la potencia de fuego de su armamento. A pesar de las escasas advertencias de unos cuantos militares que señalaban que una próxima guerra podía ser muy diferente a la experimentada en 1914-1918, los políticos, los militares y la sociedad francesa en general, rechazaron el riesgo de provocar otra guerra, y en este sentido el Pacto Kellogg-Briand de 1928 fue un compromiso firmado por quince naciones que limitaban el uso de la guerra a la autodefensa nacional. Durante las décadas de 1920 y 1930 hubo muchas conferencias internacionales que trataron de limitar el desarrollo de nuevas armas (aviones, barcos de guerra, tanques…) y tecnología (radar…), y los presupuestos militares se vieron naturalmente afectados. Y el crack de 1929 y la Gran Depresión que siguió fue un obstáculo más para frenar o marginar las políticas que reclamaban un mayor gasto del presupuesto militar.

Por último, otro factor más que influyó en la política militar francesa de la década de 1920 fue el Tratado de Versalles y las draconianas cláusulas con las que se castigaba la mentalidad militar expansionista alemana, limitando su ejército a un contingente de 100.000 hombres.

Sin embargo, el rápido desarrollo de nuevas tecnologías y armamento iba a dejar obsoleto gran parte del equipo francés: desde el cañón hipo-móvil de 75 mm hasta el tanque F. T., pasando por sus mejores aviones. Las voces que se levantaron contra este desfase armamentístico y que subrayaban la necesidad de aprovechar las nuevas tecnologías, desarrollar el armamento “nuevo” y adecuar la doctrina militar a estas nuevas circunstancias, fueron tratadas como “maníacos” o militares que sólo se preocupaban del “arte por el arte”.

Algunos aspectos que merecen consideración especial:

• Los “maníacos” franceses: Estiennes y de Gaulle
• Weygand y la división mecánica ligera (DLM)
• La “Joven Escuela Inglesa”
• La Línea Maginot
• El papel del tanque

El tema queda abierto para quien quiera exponer sus opiniones.

Saludos cordiales
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Lehons
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Mensaje por Lehons » Mar Ago 02, 2005 10:51 pm

Bueno, aunque no sé mucho de la Línea Maginot expondré lo que sé.

La Línea Maginot era una línea de trincheras que abarcaba nosecuántos kilómetros, tenía vagonetas bajo las trincheras que los soldados utilizaban para desplazarse a la cantina o a otras trincheras. Esta muralla la temían los alemanes, por tanto decidieron dar un "rodeo" en la ofensiva contra Francia atacando por un terreno que los franceses pensaron que era impracticable para grandes columnas mecanizadas y por tanto los alemanes no atacarían por ahí: Las Ardenas. Y hasta aquí lo que me acuerdo del documental, jeje, ahora tiraré de wikipedia.

COPIPASTE DE LA WIKIPEDIA
La Línea Maginot fue una línea de fortificacion y defensa contruida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia, después del fin de la Primera Guerra Mundial. (el termino línea Maginot se refiere al sistema entero o en ocaciones unicamente se usa para referirse a las defensas contra Alemania. Las defensas contra Italia suelen llamarse también Línea Alpina).

ORÍGENES DE LA CONSTRUCCIÓN
Este sistema debe su nombre a André Maginot, quien fue su promotor, un veterano mutilado durante la Primera Guerra Mundial y murió en 1932 sin ver terminada la obra.

La parte esencial de los trabajos se terminó en 1936, en momentos en que la amenaza Hitleriana parecía darle toda la justificación a este proyecto: es la mayor línea de defensa militar construida en el mundo, siendo de una gran complejidad tecnológica y militar. Su costo total fue 5 Millardos de francos (de la época). La línea Maginot comprende 108 fuertes principales a 15 km de distancia entre si, multitud de pequeños fuertes y mas de 100 km de galerías.

ERROR DE ESTRATEGIA
La línea no evitó la derrota de Francia al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1940, por el contrario, las divisiones alemanas la contornan y atacan en la región de Sedan, en su extremidad occidental, los ejércitos aliados fueron cortados en dos.

Añadidura mía: bueno a lo de que fueron cortados en dos todos sabrán que los alemanes conquistaron Francia rápidamente y acorralaron a las fuerzas supervivientes francesas y a un cuerpo expedicionario inglés en Dunkerque, como escaseaba la munición no ofrecieron apenas resistencia y muchos fueron embarcados rumbo a Inglaterra.

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Mensaje por hawat » Mar Ago 02, 2005 11:16 pm

Creo que una vez gue rodaeada, los alemanes la atacaron por la retaguardia; ¿Alguien tiene info del asunto?
"Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que le dimos a este mundo una guerra con la que jamás había soñado..."

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Mensaje por José Luis » Mar Ago 02, 2005 11:50 pm

¡Hola, Lehons y Hawat!

La idea de este subforo (Doctrina Militar) y la de este topic (Ejército Francés) es comentar cómo evolucionó la doctrina militar, en este caso en el ejército francés, desde el final de la IGM hasta y durante la IIGM. No se trata, pues, de comentar cómo fue construida una fortificación y sus características o cómo se desarrolló una operación militar determinada, salvo para casos de ilustrar alguna idea. Para lo demás, ya están los subforos que le son propios.

La Línea Maginot, en este caso, debe ser considerada como una de las consecuencias de la estrategia militar francesa, y en este sentido puede y debe discutirse. Por ejemplo, hay quien considera la Línea Maginot como la expresión práctica de una estrategia meramente defensiva, y yo tengo para mí que era mucho más que ese simple concepto.

Tened, pues, presente los que queráis participar en este topic la idea que lo originó para no desviarnos de la misma.

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Mensaje por José Luis » Mié Ago 03, 2005 5:42 am

Uno de los personajes clave en la historia del arma blindada francesa fue Jean-Baptiste Estienne. Este militar siempre llamó poderosamente mi atención, y cuanto más leí sobre él, más admirado me quedé.

Los grandes precursores del tanque como nueva arma decisiva eran militares relativamente jóvenes: los ingleses Fuller y Liddell Hart habían nacido en 1878 y 1895 respectivamente, de Gaulle en 1890 y Guderian, por poner los ejemplos más notorios, en 1888.

Pero el general Estienne nació en 1860, y ya en 1914, siendo coronel, pronunció una fase célebre: "La victoire appartiendra à celui qui parviendra le premier à monter un canon sur une voiture capable de se mouvoir en tout terrain" (La victoria pertenecerá a aquél que se convierta en el primero en montar un cañón sobre un vehículo capaz de moverse en cualquier terreno). Con razón los franceses le llaman le père des chars, el padre de los tanques.

Jean-Baptiste Estiennes mandó el cuerpo de tanques francés en la IGM, antes de que fuera disuelto, y fue Inspector de Tanques hasta su retiro en 1927. En 1919, esta mente preclara envió al cuartel general Petain su “Estudio de las Misiones de los Tanques en Campaña”. El documento de Estiennes es extraordinario, y bien se puede considerar a este genial teórico como el primero en llegar al concepto más completo de la operatividad y organización del blindaje. Estiennes no sólo quería proporcionar blindaje y orugas a los tanques, sino a la infantería de reconocimiento, la artillería, e incluso a los equipos de recuperación de campaña. Preveía una fuerza masificada apoyada por el bombardeo aéreo y el ataque en profundidad sobre un frente estrecho del enemigo. Como veis, Estiennes en 1919 ya había previsto la doctrina que los alemanes practicarían con éxito en las campañas de 1939-1940. En 1920 propuso un ejército blindado de 100.000 hombres, con 4.000 tanques y 8.000 vehículos de otros tipos. En vez de rechazar el uso de la infantería, quería que la infantería blindada fuera capaz de atacar utilizando sus armas orgánicas. Era una concepción militar tan radical que a los políticos franceses les pareció demasiado agresiva para ser aceptada.

Fue una lástima que Estienne no escribiera ninguna obra exponiendo sus ideas; se dedicó a ofrecer conferencias y a redactar artículos con sus ideas sobre el arma blindada hasta su muerte en 1936. Y fue una pena, para el destino del ejército francés, que el Estado Mayor y los políticos franceses no apreciaran correctamente las ideas de este genial teórico.

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Mensaje por José Luis » Mié Ago 03, 2005 5:21 pm

De todos los países que participaron en la IGM, Francia fue el que más retuvo el concepto de la guerra posicional en sus regulaciones de posguerra, cuya máxima expresión fue “Las Instrucciones Provisionales para el Empleo Táctico de Grandes Unidades” de 1921, bajo la inspiración del mariscal Petain. La infantería absorbía toda la importancia en la estrategia militar: ella tenía la principal misión del combate, precedida, protegida y acompañada por la artillería, ayudada por los tanques y la aviación, conquistaba, ocupaba, organizaba y mantenía el terreno. Los tanques eran considerados una “especie de infantería blindada”, subordinados al cuerpo de infantería.

Sin embargo, los franceses no redujeron el blindaje a los tanques. En la década de los veinte la caballería francesa se amplió en gran medida con vehículos blindados y semiorugas, siendo estos últimos probablemente los modelos de inspiración de los futuros vehículos de infantería americanos y alemanes.

Pero el problema fundamental del ejército francés con el tanque era su concepción de empleo subordinado a una infantería que, en general, todavía realizaba sus asaltos a pie, con lo que el tanque tenía que adaptarse a la velocidad de avance de esa infantería pedestre.

Weygand, jefe del Estado Mayor, fue quien llevó a cabo los primeros pasos a principio de los treinta para la motorización y mecanización del ejército francés. Motorizó hasta 7 divisiones de infantería, y en las cuatro divisiones ligeras de caballería equipó una brigada de cada con semiorugas y vehículos blindados. En 1934 formó la primera “división mecanizada ligera” (Division Légère Mécanique, “DLM”), que era extraordinariamente parecida a la división panzer alemana que estaba siendo desarrollada por esas fechas. La DLM combinaba unidades de reconocimiento, tanques ligeros, infantería en camión y artillería remolcada. Pero nuevamente la política se impuso a la estrategia militar, y las cuatro primeras DLMs fueron destinadas a las misiones de reconocimiento y seguridad de la caballería clásica en vez de ser dirigidas a tareas mecanizadas de combate.

En 1934, un brillante teórico, el teniente coronel Charles de Gaulle, publicó “Hacia el Ejército Profesional”, donde, recogiendo los antecedentes de Estiennes, solicitaba un ejército blindado de 100.000 hombres. De Gaulle modernizó la doctrina y la organización al prever el empleo de una verdadera brigada blindada operando en formación lineal, seguida por una fuerza de infantería motorizada para operaciones de limpieza. Pero, al igual que en las situaciones anteriores, las ideas del militar chocaron frontalmente con las ideas pacifistas de sus líderes políticos. De Gaulle había publicado con anterioridad Le fil de l’épée (1932), y poco antes de la guerra, La France et son Armée (1938).

Las tremendas diferencias de concepto y desarrollo del ejército entre estos militares y la Comisión de Defensa Nacional (CDN) tienen un buen ejemplo en el intento de Reynaud de formar un ejército mecanizado de calidad. El 15 de marzo de 1935, Paul Reynaud elaboró un proyecto de ley para la creación de un cuerpo especial de seis divisiones “de línea” y una “ligera”. La CDN rechazó el proyecto como “inútil, no deseable, y contra la Lógica y la Historia” (La Pensée Militaire). El único efecto que consiguió este proyecto fue la destitución de de Gaulle de su puesto en la Secretaría del Consejo Superior de Defensa Nacional.

Uno no puede dejar de especular qué habría sucedido en mayo-junio de 1940 si la CDN hubiese adoptado las recomendaciones y los proyectos de Estienne y de Gaulle. Baste recordar que el tanque B-1 bis, desarrollado por Estienne a principios de los veinte, tenía 60 mm de blindaje frontal y, aunque limitado por su pequeña torreta donde un solo hombre tenía que realizar las funciones de comandante y cañonero de un 47 mm, llevaba montado en el casco un cañón de 75 mm de baja velocidad. Este tanque de los veinte causó grandes dificultades a los alemanes en 1940, y debe tenerse en cuenta que sólo ya en guerra la producción de este blindado nunca superó las 50 unidades al mes, cifra, no obstante, muy superior a las producidas en preguerra. Con estas cifras no se podían organizar las divisiones blindadas que querían Estienne y de Gaulle. Por eso las dos primeras divisiones blindadas no se formaron hasta después del comienzo de la guerra, sin suficientes blindados para equiparlas y sin tiempo material para el entrenamiento de sus tropas. Las regulaciones francesas para la táctica de las grandes unidades blindadas no se emitieron hasta marzo de 1940, pocas semanas antes del golpe alemán.

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Mensaje por José Luis » Mié Ago 03, 2005 8:07 pm

El siguiente post está basado en mi lectura del ensayo de James S. Corum para el USAF Academy Symposium de Septiembre de 1994, titulado “A CLASH OF MILITARY CULTURES: GERMAN & FRENCH APPROACHES TO TECHNOLOGY BETWEEN THE WORLD WARS”.

Los militares franceses se habían adaptado muy bien a la tecnología durante la IGM, igualando en muchos aspectos a los alemanes, y superándoles en otros. Comenzaron la guerra con graves carencias en artillería pesada, pero a los tres años ya contaban con un arma extraordinaria. En 1917 desplegaron el cañón de 155 mm GPF como cañón pesado estándar, con un alcance de 19.500 metros y un proyectil de 43 Kgs de peso [Peter Chamberlain and Terry Gander, Heavy Artillery, N.Y.: ARC (1975), p. 17.]. La producción francesa de vehículos superaba a la alemana, y en 1918 el ejército francés con 100.000 vehículos de motor, sin contar tanques, estaba mucho más motorizado que el alemán, que no superó la cifra de 40.000 durante toda la guerra [Werner Oswald, Kraftfahrzeuge und Panzer der Reichswehr, Wehrmacht und Bundeswehr, Stuttgart: Motorbuch Verlag (1975) pp. 10-11] Pero la ventaja más notable entre los dos ejércitos se dio en el desarrollo de sus fuerzas blindadas. Durante la guerra, los franceses produjeron 4.300 tanques, más que cualquier otro país beligerant[Kenneth Macksey, ed., The Guinness Book of Tank Facts, Enfield: Guinness Publishing (1980), p. 45]. Los alemanes no pasaron de unas cuantas docenas de tanques, de los cuales sólo 20 eran de manufactura alemana [Werner Oswald, Ibid. Pp.36-39]. También lograron los franceses diseñar y producir aviones de alta calidad, siendo líder en la producción y calidad de motores de avión. Durante la IGM construyeron 52.000 aviones y 88.000 motores, contra los 48.000 aviones y 43.000 motores construidos por los alemanes [John Morrow, The Great War in the Air, Wash., D.C.: Smithsonian Institution Press (1993), pp. 369-371]. En 1918 habían diseñado y construido el primer motor sobrealimentado [Charles Christienne and Pierre Lissarrague, A History of French Military Aviation, Washington, D.C.: Smithsonian
Institute Press (1986), p. 117]. En diseño, los franceses igualaron a los alemanes con los cazas Spad VII y Spad XIII, y el bombardero Breguet 14 [Morrow, Ibid, pp. 363-371, y Charles Christienne and Pierre Lissarrague, History of French Military Aviation, pp. 117-122 and 155-157]. El liderazgo francés fue tan patente que gracias a él los aliados consiguieron la superioridad aérea durante la última parte de la guerra, y los escuadrones británicos volaron en Spads y Nieuports en el Frente Occidental, en concreto los escuadrones 1, 19, 23, 29 y 60 del Royal Flying Corps y la RAF volaron en Nieuport 17s, Spad VIIs y Spad XIIIs [Christopher Shore and Norman Franks, Above the Trenches, London: Grub Street Publishers (1990), pp. 30-36].

En el contraataque de Soissons, 18 y 26 de julio de 1918, los franceses, apoyados por 571 tanques y aviación masificada, abrieron una profunda cuña en el avance alemán hacia París [Macksey, Ibid, p. 37]. Nuevamente, sus tanques e infantería tomaron parte en el ataque de Amiens del 8 de agosto de 1918, la ofensiva aliada que rompió definitivamente el frente alemán. Y durante los dos últimos meses de la guerra en la ofensiva americana de St. Mihiel en septiembre de 1918, los franceses proporcionaron 185 tanques (los americanos, 174); y en la ofensiva de Mouse-Argonne de septiembre-octubre de ese mismo año, los franceses suministraron 750 tanques [Macksey, Ibid, p. 231].

Asombrosamente, en 1940 los franceses habían perdido el liderazgo tecnológico que habían conquistado en 1918.

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José Luis
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Mensaje por wilhelm heidkamp » Jue Ago 04, 2005 2:48 am

Enhorabuena J. Luis. Has conseguido condensar un buen montón de ideas sin extenderte en exceso y resumiendo muy bien los antecedentes, las figuras innovadoras y los resultados.

Si uno lo analiza con perspectiva, lo que le ocurrió a Francia es algo bastante predecible. Intentaré explicarme.

En mi humilde opinión, la estrategia militar francesa, siempre ha sido defensiva si la observamos desde un punto de vista global. El vecino temible, el país que siempre ha representado una amenaza, el "invasor", es Alemania. Nunca estuvo en la mentalidad francesa la idea de cruzar las fronteras y conquistar Alemania. Tampoco en la Primera Guerra Mundial.

En síntesis, la doctrina siempre fue la de detener al enemigo. Sí es cierto, que durante la Primera Guerra Mundial esto fue llevado a la práctica con mayor éxito. En cambio, la visión alemana de ambas guerras fue siempre ofensiva. Es Alemania la que cruza las fronteras y avanza hacia la capital francesa en ambas ocasiones. Esto es, a mi modo de ver, fundamental, condicionando la doctrina militar.

Al terminar la Gran Guerra, el prestigio del ejército francés era enorme en todo el mundo. Militares y cadetes de toda Europa viajaron a Francia, a sus academias militares para empaparse de la doctrina francesa y volver a sus países como profesores e instructores. Esto es absolutamente cierto para los ejércitos de tierra, tanto como lo es que todas las armadas del mundo mandaban oficiales y guardiamarinas a Gran Bretaña, pues su doctrina naval era considerada la mejor del mundo.

Lógicamente, en Francia, gran vencedor de la guerra cuyo ejército soportó la mayor parte del esfuerzo, con cifras impresionantes de muertos y heridos, se llegó a la conclusión de que su ejército y su doctrina era la mejor del mundo, capaz de poner de rodillas al ejército de los imperios centrales aunque no llegaran practicamente a pisar tierra germana.

Esta idea de victoria y de superioridad, no es un buen caldo de cultivo para la innovación, y esto se da en muchos otros aspectos de la vida. Lo que fomenta la innovación, el estudio de nuevas ideas y su implantación, es la necesidad.

Los alemanes, como hicieron en 1914, adoptaron inmediatamente una postura ofensiva de cara a los planteamientos y estudios sobre una nueva guerra mundial. Para ellos, el problema era totalmente opuesto al francés. Es decir, ellos sabían que la doctrina clásica de líneas y explotación del éxito tradicional no había funcionado, llevando a sus ejércitos a una guerra inmóvil de trincheras que favoreció a los aliados e impidió a Alemania ganar la guerra. Eran los alemanes, que sabían que sus enemigos futuros iban a ser los mismos, quienes debían innovar y estudiar cualquier cosa que se escribiera en cualquier rincón del mundo por cualquier autor, que facilitara un escenario de guerra futuro más favorable.

Además, en el caso alemán, convendrás conmigo José Luis que esto se unió a un hecho que se da pocas veces en un ejército: Alemania, tras rechazar seguir cumpliendo con el Tratado de Versalles, debía reconstruir completamente sus fuerzas armadas casi desde cero. En el ejército del Reichwehr reducido a 100.000 hombres, la oficialidad era muy escasa pero notable. Sólo los más destacados oficiales se quedaron, licenciándose al resto tras la Primera Guerra Mundial. Por tanto, con la creación de nuevas unidades en los años treinta y la expansión de todas las ramas del ejército, tuvieron que integrarse una enorme cantidad de oficiales jóvenes.

En opinión de muchos escritores, la juventud de la Wermacht permitió la introducción de nuevas doctrinas. Ya sé que me vas a replicar que ni Guderian, ni Brautisch, ni Manstein, ni Hoth ni otros muchos eran jóvenes en la década de los treinta. Sin embargo, eran mentes privilegiadas. Los mejores soldados del ejército imperial, los únicos que se quedaron en nómina tras la desmilitarización. Incluso estos "ancianos" en un nuevo ejército de jóvenes, sabían que había que adoptar un nuevo tipo de guerra si Alemania quería prevalecer en el futuro. Ellos sabían (igual que Hitler) que las viejas doctrinas no darían la victoria a su patria, y que Alemania, precisaba de una rápida campaña dada su dependencia de materias primas extranjeras.

Si tienes que adoptar una nueva doctrina, lo mejor es hacerlo partiendo de cero. Lo ideal (que nunca se da) es tener primero una doctrina y después construir el ejército que necesitas con arreglo a dicha doctrina. Por ejemplo, construir unidades panzer que permitan rápidos avances y dislocación de las líneas enemigas, que con avances profundos impidan la formación de nuevas líneas defensivas por parte de los franceses a retaguardia de las ya rebasadas. O, por ejmplo, una aviación de apoyo inminentemente táctica que se dedique practicamente en exclusiva a actuar como artillería aérea para facilitar las penetraciones de las divisiones panzer.

Y esta era una situación muy similar a la alemana. Sin aviones, sin carros, sin armas de apoyo... Empezando a construir todo en base a las necesidades de una nueva doctrina adoptada. (Otro ejemplo hablando de la Luftwaffe, sería cuán poco se invirtió en una fuerza de bombarderos estratégica, porque no era tan útil en el apoyo a tierra, y cómo sin embargo, la RAF invirtió prontamente en este tipo de aparatos para, desde la seguridad del Canal de la Mancha, mellar la industria alemana).

El ejército francés era un ejército enorme. Tenía una oficialidad vieja que como es lógico, a base de ascensos y glorias pasadas, ocupaba ya los puestos de máxima responsabilidad en la toma de decisiones, formación y elección de doctrina. Había inmensas masas de infantes, con divisiones de calidad variable (tipo A ó B, ya sabes a qué me refiero). Los carros se habían diseñado y elegido para la tarea de apoyar a esta masa. La distribución del material AT o acorazado se había hecho de forma homogénea en el ejército, con la idea de que en caso de ataque se formaran rápidamente líneas defensivas al estilo de la Primera Guerra Mundial con grandes números de infantes para cubrir cada trinchera, etc. etc.

Es mucho más difícil conseguir la aceptación de una nueva idea como la guerra mecanizada en un ejército en estas condiciones. Primero porque la vieja oficialidad, es más tradicional y resistente al cambio por definición. Son las mentes jóvenes las que abrazan rápidamente las nuevas ideas.

Segundo, porque su doctrina les había llevado a la victoria. Muchos de sus generales como Weygand, Petain o Gamelin eran héroes que habían salvado a Francia. Quién era De Gaulle a su lado? Un coronel chiflado?

Tercero, porque su doctrina era la doctrina predominante en el período de entreguerras, estudiada en la España republicana o en USA. Aprovecho para mencionar que ni Gran Bretaña ni Estados Unidos estaban mejor preparados para la guerra mecanizada que los franceses, pero este es otro tema y no quiero extenderme mucho más...

Cuarto, porque existen intereses creados (como los del arma de caballería que tenía todavía su peso) y tienes que amortizar adquisiciones y construcciones (como la polémica Línea Maginot o los carros de apoyo a la infantería). Tenían un ejército. Qué debían hacer? Lo desarticulaban de la noche a la mañana y creaban otro nuevo? Al borde de la guerra? Los alemanes lo hicieron casi desde cero, lo cual era una gran ventaja. (Y ojo, que también sé que la doctrina mecanizada en Alemania tuvo muchos detractores que si hubieran podido hubieran condenado a Guderian al ostracismo, pero este es un tema demasiado largo para escribir al respecto en este mismo post).


Por último, me gustaría que alguien considerara no sólo el aspecto militar, sino el político, a mi juicio importantísimo. La debilidad del gobierno francés, con una ultraderecha más próxima a Hitler de lo que ahora imaginamos, que estuvo encantada de la victoria nacional en España, y que presionó para el reconocimiento del Gobierno de Franco. O una ultraizquierda comunista que seguía órdenes directas de Stalin, que no respetaba su propio gobierno y que llevó a cabo gran cantidad de sabotajes sobre la industria militar gala...

Todo ello enfrentado a un estado nazi de férreo control centralizado sin disidencias y con una finalidad bien clara. (Y si quieres, ya hablaremos de la ineficacia del sistema centralizado alemán y de los amiguismos y luchas de poder entre Gauletiers etc etc.)

En fin, que esto es ya muy excesivo. Creo que no he sintetizado bien lo que quéría decir. Me temo José Luis, que esto que escribo, sólo tú, yo y algún otro chalado lo leeremos hasta el final.

Saludos de tu amigo, Willy.

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Mensaje por José Luis » Jue Ago 04, 2005 3:47 am

Estimado Heidkamp,

Primero, gracias por participar.

Segundo, yo leo todo lo que me interesa con respecto a la historia militar, y tus reflexiones me han parecido muy oportunas, ponderadas y, en general, acertadas. Así que te leí con doble gusto.

Es un hecho fundamental la ventaja del ejército alemán con respecto a otros ejércitos de partir de cero, a raíz del castigo de Versalles. Pero de poco valdría esta ventaja si el Alto Estado Mayor alemán no tuviera ya una tradición militar que apostaba fuerte por las antiguas (entonces innovadoras) ideas que venían de la época de von Moltke. Después de la IGM, von Seeckt se encargó de formar el cuerpo de oficiales en las ideas de la filosofía del Auftragstaktik y de la guerra de maniobras (movilidad). Este fue el verdadero armazón del Reichswehr y la futura Wehrmacht. Con estos precedentes, la ventaja de partir de cero se aprovechó muchísimo más. Alemania pudo adaptar su doctrina militar a la nueva tecnología o aprovechar correctamente las posibilidades de las nuevas armas a los principios básicos de su doctrina (rapidez y movilidad).

Por otra parte, y bajo mi punto de vista, haces una reflexión muy acertada de la mentalidad político-militar francesa del primer tercio del siglo XX. El punto central es que Francia estaba muy cansada, y tenía motivos para estarlo. Apostaron más por los dividendos de la paz que por los déficits de la guerra.

Pero el problema del ejército francés -el lento proceso de ser el ejército más prestigioso y de ocupar el liderazgo tecnolócico mundial en muchos aspectos tras la IGM hasta la pérdida definitiva de ese liderazgo- es mucho más peliagudo. Unos datos serán clarificadores.

En la década de 1920, Francia era líder en el campo de desarrollo del tanque y una de las mayores potencias en la industria del motor. En esos años, la Citroen producía los primeros vehículos semioruga más prácticos del mundo. En tal manera, que la Compañía Maffei, alemana, obtuvo la licencia del sistema semioruga francés en 1927, produciendo el modelo alemán en 1930 [Walter Spielberger, Die Motorisierung der deutschen Reichswehr 1920-1935, Stuttgart: Motorbuch Verlag (1979), pp. 145-151]. En el desarrollo del tanque los franceses estaban a la vanguardia del diseño, con su tanque pesado Char B que sería desplegado en los años treinta con un cañón de 75 mm y uno de 47 mm. En 1940 se habían construido 365 unidades de este modelo [Christopher Foss, ed., An Illustrated Guide to World War II Tanks and Fighting Vehicles, N.Y.: Arco Publishing (1981), pp. 16-19]. Los años de 1920 dieron a Francia la flota aérea más grande del mundo: en 1923 su Fuerza Aérea tenía 123 escuadrones con 1.050 aviones modernos [Aeronautical Chamber of Commerce of America, Aircraft Year Book 1924, N.Y. (1924), pp. 185-193]. Su industria de motor aéreo era puntera en el mundo, consiguiendo a mediados de la década un montón de records mundiales. En 1928 el Instituto de Aeronáutica Nacional, que había sido fundado en 1909, fue nacionalizado y puesto bajo la dirección del Ministerio del Aire. Entre 1920 y 1930 esta organización licenció una media de 100-150 ingenieros aeronáuticos al año.

Pero entre finales de 1920 y principios de 1930 los franceses habían perdido el liderazgo en motorización de fuerzas terrestres y en tecnología de aviación. Con los incentivos y ayudas del régimen nazi, la industria automotriz alemana, mucho más pequeña que la francesa en los años veinte, superó ampliamente a la francesa. Maurice Larkin en su France Since the Popular Front (Oxford: Clarendon Press, 1988, página 389) nos da la cifra de producción media anual de vehículos de motor de las industrias francesas y alemanas: entre 1925-1929 Francia produjo 207.000 vehículos motorizados por año, contra 90.000 alemanes-año; 1930-1934 arrojó una media anual de 193.000 franceses contra 101.000 alemanes; y de 1935 a 1939 los franceses produjeron 200.000 anuales contra los 304.000 anuales alemanes.

En el desarrollo de la tecnología de tanques los franceses mantuvieron, sin embargo, un alto nivel: a mediados de los treinta los tanques franceses estaban dotados con las primeras torretas fundidas del mundo, y tenían los sistemas de dirección más sofisticados de la época [R.M. Ogorkiewicz, Armoured Forces, N.Y.: Arco Publishing(1970), pp. 177-178 y 336]. Pero los alemanes ya estaban a la altura de los franceses; por ejemplo, en 1936 los Pzkw II y III tenían el primer sistema de suspensión de barras de torsión del mundo (Ogorkiewicz, Ibid, p. 343). Tanto franceses como alemanes estaban a la par en artillería media y pesada. Habiendo sido los líderes mundiales en producción de vehículos semioruga, los franceses dieron fin virtualmente al desarrollo de estos vehículos en 1933, dejando su lugar a los alemanes que, comenzando al principio con licencia francesa, desarrollaron sus propios diseños: en 1937 comenzaron su producción masiva de los excelentes semiorugas Sdkfz 250 y 251. También cogieron la delantera los alemanes en los coches blindados, vehículos de mando blindados y cañones de asalto sobre oruga.

Sin embargo, la mayor diferencia entre ambos ejércitos radicaba en el equipo de comunicaciones. Entre 1923 y 1939 los militares franceses tan sólo destinaron un 0.15% de su presupuesto militar al equipo de comunicaciones. Pero, en cambio, se le dio prioridad al equipo de comunicaciones con que debía estar dotado el complejo fortificado de la Línea Maginot. En el bando opuesto, los alemanes dieron máxima prioridad al desarrollo del equipo de comunicaciones, produciendo una amplia variedad de radios para las fuerzas terrestres, infantería, artillería, tanques y aviación. En 1940, los franceses sólo habían equipado con radio a sus tanques pesados, mientras que todos los tanques alemanes disponían de radio, así como sus coches y otros vehículos blindados.

En lo que a equipo se refiere, exceptuando el terreno de las comunicaciones, el ejército francés de 1940 no estaba mal equipado. Tenía buenos tanques y cañones, unas cuantas divisiones motorizadas y blindadas, y un nivel aceptable de motorización en su ejército, similar al de la Wehrmacht.

La dependencia del petróleo, ambos países eran importadores, hizo que Francia y Alemania fueran los únicos países de entreguerras en desarrollar motores aéreos diesel, que fueron poco eficaces en ambos bandos (en los treinta los alemanes habían desarrollado el Mercedes-Benz DB 602, motor diesel de 16 cilindros y 1.320 hp. Los franceses desarrollaron el Clerget 16H, de 16 cilindros y 2.000 hp [Paul Wilkinson, Aircraft Engines of the World: 1941; N.Y.: Paul Wilkinson (1941), pp. 104-105 and 168-169]. Los alemanes se convirtieron en los líderes mundiales de motores aéreos diesel.

Si en el ejército de tierra la disparidad tecnológica entre alemanes y franceses era seria, en la fuerza aérea la situación era catastrófica para los franceses. Pero esto lo podemos dejar para otro momento.

Así que si te fijas, estimado Heidkamp, los franceses lo tenían todo a su favor para, al menos, no estar por detrás de los alemanes en muchos aspectos de armamento y equipo militar en 1940.

El problema es forzosamente de pensamiento militar, de doctrina que no evolucionó a pesar de tener buenos teóricos para que esto no sucediera. ¡Y cómo no! La política y la economía.

Pero, estando Gran Bretaña enfrentada a estos mismos problemas políticos y económicos, y teniendo en cuenta la fundamental diferencia que por razones de su Imperio le obligaba a establecer y desarrollar una estrategia militar completamente diferente a la francesa, sin embargo, los políticos y militares británicos fueron menos inflexibles que sus homólogos franceses.

No quiero extenderme más sobre los casos alemán y británico, pues tengo en mente dedicarles a cada uno (junto con estadounidenses, rusos e italianos) un topic personalizado.

Por hoy basta.

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Mensaje por wilhelm heidkamp » Jue Ago 04, 2005 5:05 am

Así que si te fijas, estimado Heidkamp, los franceses lo tenían todo a su favor para, al menos, no estar por detrás de los alemanes en muchos aspectos de armamento y equipo militar en 1940.

El problema es forzosamente de pensamiento militar, de doctrina que no evolucionó a pesar de tener buenos teóricos para que esto no sucediera. ¡Y cómo no! La política y la economía.
Completamente de acuerdo. Nunca me leerás afirmar que el material francés no era en general adecuado y comparable en cantidad de deficiencias al empleado por Alemania. (Además del hecho de que empleado en cometidos defensivos suponía un importante plus para Francia). Siempre acordaré contigo que la clave era el empleo de esos medios y por tanto, su doctrina. Respecto de que tenían buenos teóricos... es cuestión de opiniones.

Me gustaría matizar que en mi opinión, quizá porque hemos leído a diferentes autores, la vanguardia francesa en materia doctrinal es casi inexistente. Escribo esto porque deduzco, leyéndote, que opinas, por ejemplo, que Weygand fue un pionero de la motorización. A pesar del hecho de que creara las primeras D.L.M. no deberíamos pasar por alto que este personaje de la vieja guardia permaneció firme contra posteriores progresos afirmando que la mecanización supondría un segundo ejército y que, "...dos ejércitos a ningún precio... ya tenemos una reserva motorizada, mecanizada. No se necesita crear nada, ya existe." (K.Macksey, Fuerzas Acorazadas Aliadas, 1970).

De hecho, Weygand tuvo una violenta reacción contra las nuevas ideas del Coronel De Gaulle. Criticó su "Vers l'Armée de Metier" de 1934 con tanto entusiasmo como el más reaccionario de los generales. No obstante, no vayas a pensar que considero a De Gaulle mucho mejor. Fue un innovador tardío, y desde luego, en mi opinión no fue un brillante teórico. Cuando escribe su primer "librito" ya han sido publicadas las obras de Fuller, como "Plan 1919" o "Memoirs of an unconventional soldier", o de Rockenbach. El único mérito que le concedo es el de haber tenido que soportar el aluvión de críticas por parte de la jerarquía militar (incluído aquí Monsieur Weygand).

Para desgracia de Francia, cuando Weygand, Gamelin y el Consejo del Ejército decidieron que hacía falta una nueva clase de doctrina para detener la amenaza panzer ya se encontraban en diciembre de 1938, que fue la primera vez que se planteó seriamente la creación de las D.C.R. (Division Cuirassée). Y se dieron cuenta, no porque fueran mentes clarividentes o abiertas a nuevas ideas y conceptos, sino a raíz del estudio del uso por los alemanes, sus eternos enemigos, del arma mecanizada para el rápido Anschluss de Austria. Ambos sabemos que ya era demasiado tarde.

Te reconozco como un pionero innovador sin discusión alguna al Coronel J.B. Estienne. Este señor sí tiene todo mi reconocimiento

De todas formas, la opinión que tengamos respecto de algunos personajes no cambia el hecho de que tengamos una visión semejante de la situación francesa y su doctrina antes de la guerra.

Pero, estando Gran Bretaña enfrentada a estos mismos problemas políticos y económicos, y teniendo en cuenta la fundamental diferencia que por razones de su Imperio le obligaba a establecer y desarrollar una estrategia militar completamente diferente a la francesa, sin embargo, los políticos y militares británicos fueron menos inflexibles que sus homólogos franceses.
Aquí me temo que no comparto tu punto de vista, como tampoco en el caso estadounidense. No obstante, esperaré al topic correspondiente y su debate.

La participación de más compañeros, seguramente enriquecería más el debate, sobre todo si hubieran discrepancias importantes, pero estos temas resultan algo densos para el visitante ocasional.

Tu amigo, Willy.

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Mensaje por José Luis » Jue Ago 04, 2005 5:48 am

Verás, Willy, al citar a Weygand y compañía, unos mensajes más arriba, no lo hice con la intención de señalarlos como vanguardia de la doctrina militar innovadora (en especial la que tendía hacia el empleo de un ejército de armas combinadas, que es la clave de toda la doctrina militar de entreguerras), sino sólamente como los militares franceses que descollaron por encima de sus colegas.

Por otra parte, los teóricos franceses estaban al tanto de las ideas y publicaciones de los teóricos ingleses como Fuller, Hart, Martell y Cía, así como también conocían los principios que defendía von Seeckt en Alemania. Por tanto, no era falta de información o falta de mentes brillantes de lo que carecía el ejército francés, sino de voluntad política y fe militar en las nuevas tácticas militares, a la vez que perseverancia en la carrera de desarrollo tecnológico que habían iniciado en 1917-1918.

Con respecto a ingleses y estadounidenses, ya hablaremos en su momento. Mientras tanto, encantado de conversar contigo sobre este apasionante tema.

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Mensaje por José Luis » Jue Ago 04, 2005 5:25 pm

Había hablado de la situación catastrófica de la aviación de guerra francesa comparada con la alemana.

En aviones de caza de 1940, los franceses Bloch 152, Morane Saulnier y Curtis Hawk P36 eran inferiores al Me 109. El Bloch 152 era el pilar de la aviación de caza francesa, pero no sobrepasaba las 316 Mph., con dos cañones de 20 mm y dos ametralladoras. Era más lento incluso que el caza pesado alemán Me 110 [Kenneth Munson, Fighters 1939-45, London: Blandford (1969), p. 39]. El único caza francés que podía hacer algo frente al Me 109 era el Dewoitane D 520, que entró en producción en 1940. Tenía una velocidad máxima de 326 Mph. (contra las 357 Mph del Me 109 E), un cañón de 20 mm y 4 ametralladoras (2 cañones de 20 mm y 2 ametralladoras el Me 109 E).

En aparatos de bombardeo ocurría algo similar; El Amiot 143, diseñado a finales de 1920, no sobrepasaba las 193 Mph., y una capacidad de carga de bombas de 1.300 Kg. El Bloch 210, diseñado en 1932, tenía una velocidad máxima de 200 Mph., y una carga de 1.600 Kg. Si miramos los principales bombarderos alemanes de 1940, Heinkel He 111 y Dornier Do 17, afloran claramente sus superiores características: He 111 llegaba a las 252 Mph., y carga de 2.500 Kg; el Do 17 era un pelín más rápido: 255 Mph [Enzo Angelucci y Paolo Matricardi, Combat Aircraft of World War II 1933-1937, N.Y.: Military Press (1987), pp. 22 y 30].

El único bombardero francés similar a sus homólogos alemanes era el Loire 45 (LO 45 ó Leo 451), casi equivalente a los alemanes He 111, Do 17 y Junkers Ju 88. Era un buen bombardero medio, con velocidad máxima de 250 Mph y capacidad de carga de bombas de 1.500 Kg. El único problema de este aparato era que sólo había 5 unidades operativas en 1939, y aproximadamente unas 110 en junio de 1940 (Angelucci, Ibid, pp. 281-282).

En cuanto a los bombarderos en picado, los franceses habían comprado un puñado de ellos que no se podían comparar a los más de 300 Ju 87 que la Luftwaffe empleó en la campaña de Francia. En mayo de 1940 los franceses tenían 5 escuadrones (60 aviones por escuadrón) con bombarderos en picado Loire LN 410 y Vought Vindicator. Eran muy inferiores al Ju 87 alemán [Peter Smith, Dive Bomber! An Illustrated History, Annapolis: Naval Institute Press (1982), pp. 92 y 101]

James Corum estima que la fuerza aérea francesa de 1940, en conjunto, estaba unos tres años por detrás de la alemana en desarrollo y despliegue. El Loire 45 sólo entró en producción en serie en 1940, cuando los He 111 y Do 17 alemanes lo habían hecho en 1937. El Dewoitane 520, proyecto que comenzó al mismo tiempo que el Me 109, empezó a producirse en 1940, cuando el Me 109 ya lo había hecho tres años antes. Como norma general, a los franceses les llevó entre dos y cuatro años más que a los alemanes desarrollar y desplegar los modelos de los años 1930.

Y en cuanto al establecimiento de una infraestructura básica de aviación, dice Corum que la Fuerza Aérea francesa estaba diez años por detrás de la Luftwaffe. En 1939 Francia sólo tenía una pista de aterrizaje pavimentada en todo el país; en 1933 sólo tenía dos radiofaros para navegación aérea. Cuando iniciaron un programa para mejorar la navegación aérea de la aviación civil y militar en 1936, era ya demasiado tarde. Y aun así, poco habían alcanzado en este sentido en 1940. Sin embargo, los alemanes ya desde la década de los años veinte habían desarrollado la infraestructura de aviación más sofisticada de Europa. En 1927, Lufthansa era de lejos la mayor compañía aérea de carga y pasajeros de Europa. En ese mismo año se introdujeron los sistemas de aterrizaje Lorenz para todas las operaciones aeroportuarias, y en 1931 ya había 17 aeropuertos con sistemas Lorenz. En el desarrollo de instrumentos de aviación, incluyendo instrumentos giroscópicos, los alemanes estaban a la par de los americanos en los años veinte y comienzos de los treinta. Y en 1940 Alemania tenía numerosas pistas de aterrizaje pavimentadas.

El único aspecto en que los franceses mantenían una similitud con los alemanes era en el desarrollo de motores de aviación. Por el contrario, las diferencias en el desarrollo y tecnología radar eran abismales. La Fuerza Aérea francesa carecía de un programa de radar, pero los alemanes en 1939 ya producían avanzados equipos de radar y estaban desplegando el radar para la defensa aérea. Y baste citar que los alemanes (Heinkel) desarrollaron el primer programa de motor a reacción a mediados de la década de los treinta, culminando sus esfuerzos en agosto de 1939, cuando el Heinkel 178 se convirtió en el primer jet en volar.

Una última diferencia entre las fuerzas aéreas francesa y alemanas es de carácter operacional. Los alemanes, siguiendo el ejemplo soviético, comenzaron a desarrollar una fuerza aerotransportada en 1935, y al estallar la guerra en 1939 la Luftwaffe había completado varias unidades aerotransportadas, con otras grandes unidades en proceso de formación. En contraste, los franceses sólo tenían un pequeño equipo en 1939 de 175 soldados paracaidistas.

En cuanto a la artillería antiaérea, los franceses tenían al comenzar la IIGM 4.000 cañones antiaéreos de todo tipo, frente a unos 13.000 alemanes (3.000 pesados y 10.000 ligeros).

Bueno, después de este baile de cifras y referencias, será bueno comenzar a entrar en detalle y ver cómo influenció la doctrina militar en la tecnología de entreguerras francesa.

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Mensaje por José Luis » Vie Ago 05, 2005 5:03 pm

La doctrina operacional francesa de entreguerras encuentra su expresión en la “Instruction Provisoire sûr l’Emploi Tactique des Grandes Unités” emitida por el Ministerio de la Guerra el 6 de octubre de 1921. En las Regulaciones de 1921, el Estado Mayor General francés determinó que, en vista de cómo la tecnología había cambiado el campo de batalla, la potencia de fuego se había convertido en el elemento principal de la guerra. El capítulo III, parágrafo 115 de las Instrucciones Provisionales de 1921 se establecía que “El fuego es el factor más importante de la batalla. Destruye o paraliza al enemigo. El ataque significa llevar el fuego hacia delante. La defensa es el fuego que detiene”. La potencia de fuego fue, pues, el eje sobre el cual se movió la doctrina militar francesa, tanto en su aspecto ofensivo como defensivo. Pero a pesar de que los franceses se inclinaron por una estrategia defensiva, no ignoraban que sólo la ofensiva podía concluir una campaña de forma exitosa y, en consecuencia, dar la victoria.

Por ello, la doctrina francesa de entreguerras fue, en esencia, de naturaleza ofensiva, pero sujeta a las líneas maestras de la batalla metódica que establecía las Instrucciones Provisionales. Y estas Instrucciones eran las consecuencias de las lecciones aprendidas entre 1916 y 1918. Sus principales características eran:

• Mando y control centralizado y estricto, dejando muy poco espacio a la iniciativa de los comandantes subordinados. Aquí ya podemos ver la enorme diferencia de la doctrina de mando y control francesa con la alemana, que abogaba justamente todo lo contrario. La Auftragstaktik alemana exigía del comandante subordinado la consecución de los objetivos que le eran señalados, pero no la manera de conseguirlos. Aquí debía ceñirse a su propia iniciativa. Esta filosofía permitía una cadena de mando y control mucho más flexible que la francesa, y proporcionaba a los comandantes subordinados el estímulo necesario (y su recompensa posterior) para desarrollar sus propias capacidades en la dirección de las operaciones militares que se le encomendaban.

• Ya que la potencia de fuego dominaba la batalla, el apoyo de la artillería tenía que ser masivo, centralizado y concentrado.

• La infantería debía avanzar a marchas cortas (en torno a los 5 kilómetros) bajo el apoyo artillero masivo, momento en el cual debía detenerse de acuerdo a las líneas de fases específicas para permitir el despliegue posterior de la artillería, y entonces la batalla sería reanudada.

También, de acuerdo con lo aprendido en la última etapa de la IGM, se llegó a la conclusión de que la infantería no podía avanzar exitosamente sin el concurso de los tanques. Y aquí es donde comienza el gran error doctrinal francés (inglés, estadounidense y ruso –aunque en estos últimos fue menor-) con respecto al arma blindada, pues se consideró al tanque como un arma auxiliar cuyo papel principal era prestar apoyo a la infantería.

Lo que los franceses no comprendieron (a diferencia de los alemanes) fue que la esencia del tanque es la masificación, y la división blindada su escenificación. No entendieron –o no quisieron comprender- que este tipo de formaciones (infantería mecanizada, artillería autopropulsada, ingeniería blindada y, por supuesto, regimientos de tanques) no estaba destinado a misiones de combates frontales contra posiciones fortificadas (tipo Línea Maginot), sino que su papel principal era la maniobra, explotación, persecución y destrucción de las propias fuerzas blindadas del enemigo. Los tanques eran idóneos para romper y combatir a través de las áreas defensivas (en los puntos débiles de la defensa enemiga) junto la infantería y los grupos de batalla ad hoc (Battlegroups, Kampfgruppen), apoyados por la ingeniería y la artillería.

En tiempos de paz, sin embargo, resulta difícil encontrar el marco ideal para el establecimiento de una doctrina fundamentada en las lecciones aprendidas. Aparte de las experiencias pasadas de la guerra - entonces desafiadas por el desarrollo tecnológico del momento- sólo había una solución para probar y practicar las nuevas ideas doctrinales y extraer las conclusiones pertinentes: los juegos de guerra. Aparte de esto, Barry Posen estableció tres grandes causas organizacionales para explicar la innovación militar: un fracaso anterior en la guerra, presión externa sobre la organización (intervención civil, competición de otros servicios, pérdida de recursos) y el deseo de expandirse en tamaño, riqueza o responsabilidad [Barry R. Posen, The Sources of Military Doctrine : France, Britain, and Germany between the world wars (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1984)]. De las fuentes externas de presión, la intervención civil en los asuntos militares es la más importante, y en el caso francés que nos ocupa fue en cierto sentido decisiva. Esto es fácilmente contrastable, por ejemplo, con la situación de la doctrina de la fuerza aérea francesa. El comandante del ejército, como supremo comandante militar, tenía la potestad de establecer una guía doctrinal y estratégica para todas las armas de las fuerzas armadas, pero mostró falta de interés en la doctrina de la aviación. Esta situación provocó que la doctrina aérea francesa de los años veinte y treinta, por defecto, fuera responsabilidad de los ministros aéreos civiles, y con los cambios de los ministros la doctrina cambiaba drásticamente. Gamelin, nombrado comandante supremo de las fuerzas armadas en 1938, no tenía nada claro los parámetros que debía aplicar en su autoridad para el mando de la fuerza aérea; solicitó una aclaración del gobierno en 1938-1939, pero no obtuvo respuesta alguna. Pero continuemos con el arma blindada.....en otro momento
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Mensaje por José Luis » Vie Ago 05, 2005 5:12 pm

En varias ocasiones me he referido a la Auftragstaktik. Quien desee saber un poco más sobre este tema puede consultar un topic que en su día creé en:

http://www.elgrancapitan.com/phpbb2/vie ... php?t=3634

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Mensaje por José Luis » Vie Ago 05, 2005 8:01 pm

Para tratar el tema de los juegos de guerra de entreguerras del ejército francés no se me ocurre nada mejor que extraer unos cuantos textos de la tesis (la influencia primordial de los juegos de guerra en el desarrollo doctrinal) de Daniel S. Carter, “Innovation, Wargaming and the Development of Armored Warfare” (Daniel S. Carter, 2005) en relación con su capítulo VI titulado: “The Cases: French and German Doctrinal Development and Wargaming, 1918-1940”.

[Al cierre de las hostilidades en 1918, Francia y Alemania ya tenían aproximaciones notablemente diferentes sobre la dirección del desarrollo doctrinal. Ningún sistema estaba tan desarrollado como los que emergieron tras la IIGM, pero Alemania ya tenía más ventaja que Francia.

Prusia fue el primer estado en adoptar maniobras-sobre-el-mapa como un instrumento de entrenamiento a principios del siglo XIX, y tras la victoria sobre Francia en 1870-71, se consideró a los juegos de guerra –tanto en Alemania como en el extranjero- como una de las razones del éxito militar alemán en las guerras de unificación. (…) Los textos de juegos de guerra alemanes se tradujeron y desarrollaron como instrumentos de entrenamiento de oficiales en Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia y Japón.

(…) En 1918 las fuerzas armadas alemanas tenían, por tanto, la capacidad técnica de crear simulaciones reales. Los juegos de guerra eran un instrumento familiar, y una parte integral del entrenamiento de oficiales, planificación de contingencias y desarrollo doctrinal. Las maniobras sobre mapa fueron utilizadas ampliamente durante la IGM para la preparación de planes e innovaciones tácticas como la defensa en profundidad, y las tácticas de infiltración se experimentaron en los ejercicios (juegos de guerra de campaña) antes de llevarlas a la práctica en el campo de batalla.

En Francia los juegos de guerra también se utilizaron con fines de entrenamiento y planificación, pero eran menos rigurosos y, en consecuencia, menos útiles para el desarrollo doctrinal. Como veremos, los intentos de entreguerras franceses para utilizar juegos de guerra para el desarrollo de la doctrina blindada mostraron una falta de conciencia de los requerimientos fundamentales de una buena simulación.

Los dos países comenzaron el proceso de desarrollar una nueva doctrina para la guerra blindada con diferentes capacidades de simulación, pero con el mismo tipo de preguntas: ¿Cómo usar los tanques a nivel táctico para lograr primero una ruptura y, luego, cómo explotarla?

La batalla de ruptura contra un enemigo atrincherado era el punto de partida lógico para cualquier innovador militar que hubiera vivido la guerra estática de la IGM. Los tanques habían sido usados durante las batallas de esa guerra, aunque sólo por parte aliada, y habían demostrado que podían romper realmente las líneas enemigas. Sin embargo, los atacantes usando tanques nunca habían conseguido explotar su éxito con la finalidad de conseguir algo más que ganancias locales. Los tanques disponibles en los años veinte y treinta eran mucho más fiables, más rápidos, y mejor armados y blindados que sus homólogos de la IGM. Por otra parte, la ahora amplia disponibilidad de armas antitanque había puesto su eficacia en cuestión. El primer obstáculo en el camino hacia una doctrina eficaz para las fuerzas blindadas era comprender cómo podía ser utilizado tácticamente el tanque para romper a través de las líneas enemigas, dada la presencia de armas antitanque, y luego cómo explotar esa ruptura para no quedarse simplemente con un éxito local.

A pesar de las limitaciones impuestas por el Tratado de Versalles, que les negaba el uso de tanques, el ejército alemán mantuvo una serie de juegos de guerra a finales de los veinte y principios de los treinta, destinados explícitamente a desarrollar la doctrina de las fuerzas armadas. En 1927, Oswald Lutz, superior de Guderian como Inspector de las Tropas de Transporte Motorizado, comenzó a utilizar los batallones de transporte de motor bajo su mando para conducir una serie de experimentos. Esos batallones estaban equipados con camiones, pero también incluían tanques de maqueta (recortes de cartón sobre chasis), artillería de madera y cañones antitanque. Siete batallones tomaron parte en “experimentos” desde 1927 en adelante, intensificándose después de 1930.

Durante 1931-1932 se realizó una serie de importantes ejercicios en los campos de entrenamiento de Jüterbog y Grafenwöhr, tras los cuales Lutz escribió un largo informe de las lecciones aprendidas (Anregungen und Lehren aus dem unter Leitung der Inspektion der Kraftfahrtruppen abgehaltenen Übungen der Kampfwagen-Nachbildungs-Bataillone zusammen mit Infantrie under Artillerie auf den Truppenübungsplätzen Grafenwöhr und Jüterbog. Disponible, por si alguien lo quiere, en microfilm en los U. S. National Archives, referencia OKH, H25/24, 300, 6250579-6250595.).

Lo envió al coronel Walter von Brauchitsch, jefe de la Oficina de Entrenamiento del Ejército del Truppenamt (el Estado Mayor General alemán encubierto, pues Versalles también había prohibido esta tradicional organización alemana), que por entonces estaba trabajando en la nueva versión de las regulaciones de campaña, “Liderazgo y Batalla”. En su informe Lutz argumentaba que los tanques deberían recibir misiones independientes. No deberían estar sujetos a la infantería, pues eso le privaría de sus ventajas en velocidad y alcance. Tenían que ser utilizados en el Schwerepunkt por su alto valor, y solamente en masa (en masse), en fuerza de batallón o por encima, para irrumpir rápidamente en las defensas antitanque. Lutz subrayó la importancia de la sorpresa, favoreciendo los ataques al amanecer, y recomendaba escalonar el ataque para que el foco de la acción pudiera cambiarse más fácilmente durante la fase de persecución, o dar cuenta de cualquier contraataque. El informe también consideraba ampliamente las armas combinadas y las formas en las que otras armas debían apoyar a los tanques. Las misiones independientes, tal como Lutz lo veía, no significaban que ninguna otra arma jugara un papel, sino más bien que los tanques fueran libres de usar su velocidad y masificación cuando fuera apropiado, incluso avanzar en territorio enemigo por delante de sus armas de apoyo. Robert Citino afirma que “no es exagerado decir que los ejercicios de 1931-1932, ejecutados por una potencia desarmada con tanques de cartón, marcaron el verdadero nacimiento de la Blitzkrieg. La liberación de los tanques de la velocidad de la infantería, la confianza en la masificación y sorpresa para abrir un agujero en la desconcertada defensa, la explotación por las reservas móviles de todas las armas; fue esta visión la que revolucionaría la faz de la guerra desde 1939 a 1941” (The Path to Blitzkrieg: Doctrine and Training in the German Army, 1920-1939 (Boulder: Lynne Reinner, 1999), pp. 203-204).

Hacia el final de los ejercicios de 1932, después de cinco años de experimentos, Lutz creía que el blindaje masificado, especialmente con el beneficio de la sorpresa, era capaz de romper la línea enemiga, superar las defensas antitanque, y penetrar profundamente en la posición enemiga, posiblemente trastornándola completamente. También argumentaba que sin una rápida explotación de la ruptura por una fuerza de armas combinadas motorizada, se podía perder gran parte de la ventaja inicial. Los tanques podían ser usados sólo en el ataque inicial pero confiaban en otras armas para completar la explotación y forzar al enemigo a retirarse. Estas conclusiones pudieran parecer obvias retrospectivamente, pero entonces no había habido nunca un ataque del tipo que los alemanes estaban simulando.

(…) La primera unidad francesa reunida específicamente con el propósito de experimentar con “métodos modernos de combate” fue formada bajo los auspicios de la Escuela de Aplicación para Infantería y Tanques en 1931. Incluía tres compañías de tanques ligeros D1 y tres de los prototipos pesados B1 entonces en existencia. Los primeros ejercicios fueron conducidos en septiembre de 1932 en Camp de Mailly bajo la dirección del coronel Touchon, el comandante de la escuela. Touchon había ganado su reputación enseñando en el Colegio de Guerra y más tarde jugó un papel central en la emisión de las regulaciones de infantería de 1938.

Después de los ejercicios, Touchon presentó un informe en el que afirmaba que el tanque estaría “condenado al fracaso” contra un enemigo con campos de minas y artillería sustancial. Concedía que los tanques serían útiles contra un enemigo debilitado o desorganizado. La unidades mecanizadas, argüía, carecían de la capacidad de tomar posiciones enemigas fuertemente defendidas, debido a la carencia de armas de apoyo, especialmente artillería. “Según el general Weygand, este negativo informe de los ejercicios de septiembre de 1932 frenó virtualmente el movimiento hacia las fuerzas de tanques independientes” [Robert A. Doughty, Seeds of Disaster: The Development of French Army Doctrine 1919-1939 (Hamden, Conn.: Archon, 1985), pp. 145 y 211]

El punto interesante sobre estas conclusiones es que Touchon tenía razón en lo específico, pero falló en reconocer lo sensible que serían los resultados del ejercicio a cambios en el escenario de los juegos. Una de las principales conclusiones de Lutz era que los tanques necesitaban una combinación de masificación, velocidad y sorpresa para superar a los defensores, inundando en su paso las defensas antitanque y presionando hacia delante antes de que la artillería pudiera reaccionar. Al diseñar un escenario estrecho del estilo de la IGM en el que no había espacio para la sorpresa, Touchon colocó a los tanques para el fracaso. Los tanques atacando a defensores preparados apoyados por artillería y campos de minas sufrirían realmente grandes pérdidas. Pero eso no suponía que los tanques tuvieran que trabajar en todo momento en estrecha cooperación con la infantería y artillería, y ciertamente no suponía que los tanques no pudieran avanzar por delante de la artillería e infantería una vez que se hubiera abierto una brecha en el frente. Las fuerzas de explotación motorizadas ni siquiera se mencionaron en el informe de Touchon. Se asumió que el resultado de un escenario era representativo de un número de casos mucho más grande.

Los ejercicios franceses no fueron genuinas simulaciones a dos bandas. Los cañones antitanque, las minas y la artillería estaban preparadas y esperando el ataque de los tanques. El escenario consecuentemente no dejaba espacio alguno para la sorpresa, pánico o shock de los defensores, o para la explotación de las disposiciones deficientes del enemigo. Los tanques simplemente representaron un ataque prefabricado sobre posiciones fortificadas]

Continuaré en otro momento con el relato de Carter.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

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