Aire: Alemania

El impacto de la Gran Guerra en el pensamiento militar. Cambios y evolución en las doctrinas militares. Regulaciones de campaña.

Moderadores: José Luis, Francis Currey

Responder
Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9903
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Aire: Alemania

Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2005 1:05 am

¡Hola a todos!

De todas las naciones del continente europeo después de la IGM, Alemania realizó el más completo y exhaustivo estudio de la fuerza aérea y, mediante el análisis, consiguió transformar la teoría de la fuerza aérea en una doctrina de guerra altamente efectiva al estallar la IIGM” (James S. Corum, “Airpower Thought in Continental Europe between the Wars”).

Los alemanes habían sido los primeros en llevar a cabo una campaña sistemática de bombardeo estratégico durante la IGM (mediante el uso de dirigibles -zeppelines- en 1915). En 1916 el servicio aéreo había propuesto convertirse en una rama independiente de las fuerzas armadas, igual a la marina y al ejército [Dr. Klemp, ed., “Die Luftstreitkräfte des Deutschen Reiches” (Potsdam: Bundesarchiv Militärarchiv, W-10/50845, ca. 1931), 17–32], propuesta que, a pesar de ser apoyada enérgicamente por el Estado Mayor General, zozobró ante la rotunda oposición de la marina. Sin embargo, se establecieron ciertos principios generales. Por ejemplo, todos los asuntos de aviación, desde el desarrollo y producción de aviones hasta la artillería antiaérea y la defensa civil fueron centralizados y colocados bajo el control del servicio aéreo [John Morrow, The Great War in the Air (Washington, D.C.: Smithsonian Institution Press, 1993), 158–60], que a finales de 1916 adquirió su propio Estado Mayor General. Al cierre de la campaña en 1918, el servicio aéreo era la única fuerza militar alemana capaz de ofrecer una resistencia eficaz frente a los aliados (Ibid, 309-10).

A pesar de la prohibición del Tratado de Versalles para que Alemania contara con una fuerza aérea independiente (Von Seeckt había insistido en que se le permitiera [Matthew Cooper, The German Air Force, 1922–1945: An Anatomy of Failure (London: Jones, 1981), 379], en el pensamiento militar alemán ya se había llegado a un consenso para que cuando Alemania se liberara de las ataduras de Versalles y comenzara su rearme, las fuerzas armadas contaran entonces con una fuerza aérea independiente. Esta actitud facilitó la creación de una teoría de la fuerza aérea mucho antes de que dicha fuerza aérea se estableciera propiamente.

A principios de 1919, unos 130 oficiales del Estado Mayor General, comandantes de unidades aéreas y expertos técnicos comenzaron a analizar todos los aspectos del comportamiento aéreo alemán durante la guerra pasada. Al mando de este estudio estaba el teniente coronel Helmut Wilberg, que fue el jefe del secreto Estado Mayor del Aire del ejército desde 1919 hasta 1927 [James Corum, “The Old Eagle as Phoenix: The Luftstreitkräfte Creates an Operational Air War Doctrine, 1919–1920,” Air Power History,Spring 1992, 13–21].

El minucioso examen de la fuerza aérea en 1919-1920 constituyó la base de una crítica efectiva de la forma en que Alemania había utilizado la fuerza aérea durante la guerra y la forma en que debería usarla en el futuro. El primer principio extraído de ese estudio crítico fue que el mayor error cometido por Alemania durante la IGM había sido combatir con una estrategia aérea defensiva. Durante la mayor parte de la guerra los alemanes habían combatido una guerra aérea defensiva, esperando que los pilotos aliados cruzaran sus líneas para combatirlos después. Aunque estas tácticas fueron relativamente exitosas y arrojaron un ratio de victorias de aproximadamente tres a uno sobre los pilotos aliados, sin embargo los aliados ganaron la iniciativa manteniendo luego la superioridad aérea sobre las áreas bélicas [De enero a septiembre de 1918, cuando los aliados tenían superioridad numérica en el aire, la Luftstreitkräfte derribó 3.732 aviones aliados por una pérdida de 1.099: Richard Suchenwirth, The Development of the German
Air Force, 1919 –1939
, USAF Historical Study 160 (New York: Arno Press, 1968), 2].

En 1920 los aviadores alemanes establecieron el principio de que la fuerza aérea era intrínsecamente ofensiva y su primera misión en la guerra era buscar y ganar la superioridad aérea. Las fuerzas aéreas lograrían la superioridad aérea atacando principalmente la fuerza aérea enemiga sobre el terreno, en sus bases aéreas. La Regulación del Ejército 487, “Liderazgo y Batalla de Armas Combinadas” (1921) expresaba la nueva doctrina con rotundidad: “Desde el principio (de la guerra) nuestras fuerzas lucharán por la supremacía aérea….La batalla por la superioridad aérea es una batalla ofensiva. Ha de buscarse la aviación del enemigo y atacarse en la vanguardia de sus propias fuerzas. Ha de ponerse al oponente a la defensiva, y romper su fuerza y agresividad mediante la destrucción de numerosos aviones” [Heeresdienstvorschrift 487, Führung und Gefecht der Verbundenen Waffen, Teil 1, September 1921, pars. 77 and 314].

Aunque ese estudio de posguerra reconocía el apoyo de la aviación al ejército, así como reconocimiento y ubicación artillera, como una importante misión, la principal misión de una fuerza aérea era el bombardeo de objetivos enemigos, para lo cual era necesario previamente ganar la superioridad aérea. El uso de bombarderos pesados y ligeros era crucial en la ejecución de la misión de bombardeo; el principal papel de la fuerza aérea era, por tanto, proporcionar el bombardeo (“interdiction”) en apoyo del ejército, pero la teoría de la fuerza aérea alemana de posguerra dejaba espacio suficiente para el desarrollo de la aviación estratégica para misiones de bombardeo a nivel estratégico.

Junto con Helmuth Wilberg y su estado mayor (capitán Kurt Student, mayor Hugo Sperrle y mayor Helmut Felmy, entre otros), el teórico más significativo de la fuerza aérea alemana en la posguerra fue el coronel general von Seeckt, jefe del estado mayor del ejército (1919-1920) y comandante en jefe del ejército (1920-1926), cuya carrera y significado ya he bosquejado en el topic de la doctrina de tierra del ejército alemán. Frente al énfasis de posguerra de los ejércitos aliados en la potencia de fuego, von Seeckt apostó y desarrolló su ejército bajo la base fundamental de la excelencia de la maniobra. Y la fuerza aérea jugaba un papel crucial en la teoría del comandante alemán: “La guerra comenzará con un ataque simultáneo de las flotas aéreas, la mejor preparada de las armas y el más rápido de los medios para atacar al enemigo. Su objetivo no es, sin embargo, las grandes ciudades o centros industriales, sino la fuerza enemiga, y sólo después de su eliminación se puede dirigir esta arma ofensiva contra otros objetivos…Se ha de enfatizar en que todos los grandes centros de movilización de tropas son objetivos fáciles y valiosos. El trastorno de la movilización de personal y material es una misión fundamental en la ofensiva aérea” [Hans von Seeckt, Gedanken eines Soldaten (Berlin: Verlag für Kulturpolitik, 1929), 93–95].


Seeckt se encargó de que el ejército mantuviera 180 oficiales pilotos que proporcionarían el armazón de un Estado Mayor Aéreo. Inició un programa de pruebas secretas, entrenamiento y desarrollo de la fuerza aérea en la Unión Soviética [Según James Corum, el mejor trabajo sobre el programa aéreo alemán en Rusia es el de Manfred
Zeidler, Reichswehr und Rote Armee, 1920 –1933 (Munich: R. OldenbourgVerlag, 1993)]. Las regulaciones operacionales alemanas desarrolladas bajo von Seeckt entre 1921 y 1923 contienen un amplio tratamiento de la fuerza aérea tanto a nivel táctico como estratégico. Los escritos y conferencias de los líderes aéreos como Mitchell y Trenchard fueron traducidos rápidamente y distribuidos entre los militares alemanes [James Corum, The Roots of Blitzkrieg (Lawrence, Kans.: University Press of Kansas, 1992), 157–59]. Es curioso observar que Douhet no recibió la misma atención que sus homólogos estadounidense y británico entre los teóricos aéreos alemanes durante la década de 1920.

Wilberg dirigió el Estado Mayor Aéreo para desarrollar los conceptos de la guerra aérea estratégica ya desde 1924. Ese año, el secreto EMA del Reichswehr realizó un juego de guerra aéreo que incluía un plan para una campaña de bombardeo estratégico contra Francia. Los alemanes estudiaron la industria de armamentos francesa, hicieron una lista de las fábricas más importantes e instalaciones de apoyo del ejército y fuerza aérea franceses, y asignaron las prioridades de objetivos. Estimaron que la destrucción de 20/30 fábricas vitales podía dañar gravemente la producción de armamentos francesa [Bundesarchiv/Militärarchiv Freiburg, file RH 2/2244, Luftschutzübung1924].


Los estudios de posguerra y los juegos de guerra aérea del Estado Mayor General culminaron con una doctrina aérea exhaustiva, expresada como Directrices para la Guerra Aérea Operacional [Truppenamt (L), Richtlinien für die Führung des operativen Luftkrieges, May 1926], que describía la fuerza aérea del futuro como dos fuerzas, esencialmente. Una daría apoyo aéreo al ejército, incluyendo reconocimiento, ubicación artillera y apoyo aéreo cercano. Otra, compuesta de bombarderos, proporcionaría misiones de bombardeo estratégico de largo alcance, tal como se había previsto en los juegos de guerra de 1924. Por primera vez, la doctrina alemana consideraba la destrucción de la voluntad enemiga como una importante misión de la fuerza aérea, a pesar de que el EMA alemán de los años veinte tenía muy pocos entusiastas de la teoría de Douhet.

Continuará
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9903
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2005 7:38 pm

Los aviadores alemanes no olvidaron los problemas técnicos de su campaña de bombardeo estratégico contra Inglaterra en 1917-1918. Como las pérdidas en tripulaciones y aviones estuvieron muy por encima de los resultados obtenidos, en mayo de 1918 los alemanes suspendieron la campaña [Raymond Fredette, The Sky on Fire: The First Battle of Britain, 1917 –1918 and the Birth of the Royal Air Force (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1966), 196]. Además de reconocer las dificultades de una campaña estratégica, los mismos alemanes habían montado una defensa muy eficaz contra los bombarderos estratégicos aliados [David Divine, The Broken Wing: A Study in the British Exercise of Air Power (London: Hutchinson, 1966), 142–43] . A diferencia de Douhet, los alemanes concedieron gran importancia a la defensa, y en sus escritos de posguerra subrayaron la necesidad de una escolta de cazas para los bombarderos.

El teórico civil más conocido desde mediados de 1920 a mediados de 1930 fue Hans Ritter, antiguo aviador y capitán del EMG, autor de numerosos libros y artículos sobre la fuerza aérea que fueron traducidos al inglés. Subrayó la importancia del bombardeo estratégico, el bombardeo de largo alcance de la aviación naval, el apoyo aéreo cercano, la defensa civil y antiaérea, como los aspectos más importantes de la fuerza aérea.

A finales de 1920 y principios de 1930 –bajo los jefes del EMA Hugo Sperrle, Helmuth Felmy y Wilhelm Wimmer- el bombardeo estratégico alcanzó su máxima expresión en la teoría de la fuerza aérea alemana. Con la llegada de los nazis al poder y el reame garantizado, los aviadores alemanes estaban preparados para hacer del bombardeo estratégico una parte central de la doctrina de la renacida fuerza aérea. Aunque no era piloto cuando se convirtió en el primer jefe de estado mayor de la Luftwaffe, el teniente coronel Walter Wever (aprovecho para recordar que al gran Erich Manstein también se le ofreció un alto mando en la Luftwaffe) estaba bien informado sobre la fuerza aérea y era un claro defensor de la guerra aérea estratégica. Precisamente uno de los primeros proyectos de la nueva fuerza aérea fue la creación de un prototipo –bombarderos pesados de largo alcance- que recibió fuerte apoyo del EMA. Pero un “muro tecnológico” (en palabras de Corum) afectó la percepción alemana de la guerra aérea estratégica. El prototipo de los bombarderos cuatrimotor producido a mediados de los treinta fue decepcionante. La tecnología motriz alemana estaba a años de distancia del desarrollo de motores capaces de proporcionar el alcance y rendimiento necesarios. Esta limitación tecnológica y las enormes dificultades y costes de construir una gran fuerza aérea hicieron que los alemanes consideraran una prioridad secundaria el desarrollo del proyecto de bombarderos pesados [Edward Homze, Arming the Luftwaffe (Lincoln, Nebr.: University of Nebraska Press, 1976), 122–24]. El resultado final fue que a finales de 1930 los alemanes habían desarrollado una fuerza de apoyo táctico y bombardeo (interdiction), lejos de una fuerza estratégica de largo alcance.

La primera doctrina aérea alemana fue elaborada en 1934 bajo la dirección de Walter Wever, con Helmuth Wilberg a la cabeza del comité ejecutorio. La Regulación 16 de la Luftwaffe (Conducción de la Guerra Aérea, 1935) era una doctrina mucho más armoniosa que la regulación de 1926. Todavía consideraba prioritaria la misión de bombardeo estratégico, aunque recelaba cautamente de la capacidad de los bombarderos estratégicos para dañar la moral civil. De hecho, la doctrina de 1935 estaba en contra del bombardeo de las ciudades para atacar a la población civil, porque era inmoral y porque muy probablemente conseguiría el efecto contrario del que se pretendía (caída moral).

Walter Wever fue un puntal en el desarrollo doctrinal de la fuerza aérea alemana y, tras su trágica muerte en accidente aéreo en 1936, en Alemania se le recuerda como el gran defensor del bombardeo estratégico, aunque también fue el verdadero impulsor del desarrollo del apoyo aéreo cercano, en especial el entrenamiento de los equipos de enlace para cooperar con el ejército en el apoyo aéreo, algo trascendental en 1930 [Oberbefehlshaber der Luftwaffe, “Bemerkungen des Oberbefehlshaber der Luftwaffe zur Ausbildung und zu den Übungen im Jahre 1935” January 1936, US National Archives, German Records, T-177, roll 1]. También supervisó la creación de una fuerza de paracaidistas que pronto se convertiría en la más grande y eficaz fuerza aerotransportada del mundo. Se utilizó por vez primera en las maniobras de 1937 y 1938, y luego ya en la campaña del Oeste de 1940 conseguiría su excelente reputación al ejecutar con éxito sus misiones tras las líneas enemigas [Un buen detalle de esas operaciones en:“Handstreich aus der Luft: Fallschirminfanterie nimmt Brücken ubre X-Fluss” Der Adler, Heft 2 (1939): 10-1].

Si el pensamiento dominante en el EMA alemán era contrario a las teorías del bombardeo indiscriminado de Douhet (y como hemos visto la doctrina de 1935 prohibía esas acciones aéreas), no ocurría lo mismo entre una buena parte de los ideólogos nazis. El general Ludendorff, asesor de los asuntos militares para los nazis, fue un firme partidario en sus escritos del bombardeo moral de las poblaciones civiles [Erich von Ludendorff, The Coming War (London: Faber & Faber, 1931); y Der totale Krieg (Munich: Ludendorff’s Verlag, 1935)]. Afortunadamente, la ideología nazi tuvo poco impacto sobre los teóricos de la fuerza aérea alemana, primero porque Ludendorff era impopular entre el EMG y porque el veterano de la IGM había perdido mucho prestigio tras su pobre actuación en 1918, y después porque algunas de las pretensiones nazis estaban fuera de las capacidades tecnológicas de la fuerza aérea. Así pues, aunque la Luftwaffe fue considerada el arma del Partido Nazi –lo que le garantizó grandes presupuestos y apoyo sistemático del gobierno-, esta nueva fuerza aérea estuvo dominada por militares de carrera profesionales.

La participación de la Luftwaffe (Legión Cóndor) en la Guerra Civil de España tuvo un impacto considerable en la perfección y desarrollo de sus técnicas y tácticas, aunque esa experiencia no cambió sustancialmente la doctrina de la fuerza aérea alemana. Se perfeccionaron los métodos del apoyo aéreo cercano, que en esa guerra fue la misión principal de las unidades de la LC. El bombardeo en picado, en desarrollo desde finales de 1920, fue efectivo, pero el bombardeo de población civil, ejecutado por ambas partes, fue ineficaz, tal como habían previsto los alemanes. Así, en la víspera de la IIGM, los alemanes habían logrado traducir con éxito la teoría de la fuerza aérea en una doctrina y tácticas efectivas para el uso de una flota aérea táctica bien organizada y efectiva que podía ejecutar misiones tácticas y estratégicas. Su fuerza de bombarderos pesados era capaz de llevar a cabo una gran variedad de misiones, desde el bombardeo de largo alcance y el apoyo aéreo cercano hasta el uso operacional de paracaidistas. Sin embargo, tan pronto como comenzó la guerra salieron a relucir algunos serios errores de la teoría y doctrina de la fuerza aérea alemana.

En primer lugar, el entusiasmo por la técnica del bombardeo en picado hizo retroceder varios años el desarrollo de la tecnología de bombarderos alemanes. El general Ernst Udet, responsable del desarrollo técnico de la Luftwaffe desde 1936, fue también el responsable de que en el futuro todos los bombarderos alemanes fueran diseñados como bombarderos en picado. Esta inflexible postura de Udet provocó el rediseño del Ju-88 y la consiguiente demora de su producción [Richard Suchenwirth, Command and Leadership in the German Air Force, USAF Historical Study 174 (Maxwell AFB, Ala.: USAF Historical Division, 1969), 225 y 245–46] . En segundo lugar, la Luftwaffe y la Kriegsmarine no consiguieron crear una doctrina aérea naval efectiva durante el período de entreguerras. Cuando comenzó la guerra, el arma aérea naval carecía de un avión moderno capaz de realizar ataques marítimos de largo alcance, lo que se iba a demostrar una de las grandes carencias en la Batalla de Inglaterra.

En palabras de James Corum: [Se puede caracterizar la teoría de la fuerza aérea de entreguerras alemana como una doctrina exhaustiva, práctica y bien adaptada a la estrategia y tecnología alemanas. Los fracasos más grandes en traducir la teoría de la fuerza aérea en una doctrina para una fuerza aérea efectiva surgieron de un liderazgo impuesto por el sistema nazi. La pérdida del general Wever en 1936 fue un golpe del cual la Luftwaffe nunca se recuperó completamente. Wever tenía suficiente prestigio dentro de las fuerzas armadas para cambiar con éxito las ideas de Göring y Udet. Sin embargo, con la pérdida de Wever, los siguientes comandantes de la Luftwaffe, aunque bien informados, carecían de la autoridad necesaria para evitar errores como el nombramiento de Udet como jefe de la Oficina de Desarrollo Técnico. La ocupación de Hans Jeschonneck, un joven oficial inteligente pero lleno de carencias nombrado jefe de EM de la Luftwaffe en 1939, fue desastrosa para la teoría y doctrina aérea alemana a medida que transcurría la guerra. Encaprichado con los conceptos del bombardeo en picado, Jeschonneck ignoró otras misiones vitales de la fuerza aérea y sólo concedió una prioridad mínima a programas importantes como la construcción de aviación de transporte y el programa del bombardero estratégico]. [James S. Corum, “Aipower Thought in Continental Europe between the Wars” en The Paths of Heaven: The Evolution of Airpower Theory (School of Advanced Airpower Studies, Ed., Col Phillip S. Meilinger, Air University Press, Maxwell Air Force Base, Alabama, 1997) p. 175].

El tema de la doctrina aérea de entreguerras alemana da para mucho más que lo que llevo escrito. Queda abierto, pues, para la intervención de quien lo desee.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Avatar de Usuario
Gaetano La Spina
Miembro
Miembro
Mensajes: 279
Registrado: Sab Dic 02, 2006 11:02 pm
Ubicación: CARACAS VENEZUELA

Mensaje por Gaetano La Spina » Jue Abr 05, 2007 11:33 pm

El prototipo de los bombarderos cuatrimotor producido a mediados de los treinta fue decepcionante. La tecnología motriz alemana estaba a años de distancia del desarrollo de motores capaces de proporcionar el alcance y rendimiento necesarios.
Ciertamente los alemanes estaban atrasados en el desarrollo de motores para aviones (recordemos que el stuka y el Bf 109 volaron por vez primera con motores británicos Rolls Royce Kestrel.)

Pero el Ju 89 no podía ser tan malo, incluso estableció records de carga/altura, uno de ellos de 5000 Kg a la altura de 9165 metros (más de 3000 mts por encima del Stirling británico con una carga similar)[Luftwaffe. Tercer Reich. p-212]

De manera que no creo fuese un problema exclusivo de la Luftwaffe a mediados de los treinta. También afectaba a los británicos por igual. Quizás los norteamericanos tenían para la época mejores motores para sus bombarderos, con los radiales Cyclone y otros. Caso del B-17

saludos!
"Y él (Zeus), de su cabeza, dió a luz a Atenea de ojos glaucos, terrible, belicosa, conductora de ejércitos, invencible y augusta; a quién le encantan los tumultos, guerras y batallas" Hesíodo "Teogonía"

Responder

Volver a “Doctrina militar”

TEST