Del Dniéper a los Cárpatos, 1944

La guerra en el este de Europa

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jesus2
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Mensaje por jesus2 » Jue Ago 05, 2010 12:33 am

Eriol escribió: Pues no se al resto pero a mi me encanta leer a nivel tactico las batallas.O sea que por mi darle cuerda.
El problema es precisamente ese, que tácticamente me puedo aburrir a mí mismo. Además de los libros ya citados, olvidé el de Patrick Agte sobre los Tiger de la Leibstandarte y Michael Wittmann (más LAH), mas dos historias divisionarias de la 13 Panzer, otra de la 14, otra sobre la 24 Panzer (aunque al final no participara en esta operación), otra sobre la 2 Fallschrimjäger-Division, a la espera de que Jason Pipes, el creador de Feldgrau.com me mande entre otras la de la 11 Panzer, mas otros libros que tratan de manera directa o indirecta sobre esta batalla (el Panzer Aces II y su capítulo dedicado a Kurt Knispel, por ejemplo)...

Y más que podría tener. Por ejemplo, la historia de la 16 Panzer me la ganó en una puja en eBay un forista de Feldgrau por un segundo (joerrrrrrr, cómo pica eso), o un libro de mapas publicado por veteranos de la Wiking sobre la bolsa de Korsun (Der kessel von Tscherkassy) que su dueño no quería que saliese de USA.

Por no citar los que podría haber comprado. Como tengo unos 200 sin leer, me ahorré el gasto.

En fin, a lo nuestro. Empezaré con el 506 destacamento de carros pesados, y me quito una unidad de encima rápido. Del Tigers in combat I de Wolfgang Schneider, pág. 270:

1/2/44

Tras haber recibido 12 Tiger nuevos los dos días anteriores (a 6 por día) el 506 destacamento de carros pesados del Heer (Schwere-Panzer-Abteilung 506) marcha 100 km. en carretera hasta llegar a un área al oeste de Tscherkassy. Participará en el ataque del III Panzerkorps hacia la bolsa. 10 Tiger operacionales de un total de 22.

4/2/44

Inicio de la operación Wanda. Junto a la 16 Panzer el batallón toma Kutschkowa. El barro impide realizar más progresos.

6/2/44

El batallón destruye 16 T-34 en unos 10 minutos.

7/2/44

8 Tiger sin gasolina se apuntan la destrucción de 20 carros. Debido a escaseces de suministro se detiene el ataque. Los Tiger permanecen en Tatjanowka.

8/2/44

Cada Tiger recibe la miserable cantidad de 140 litros de gasolina; para llenar 1/4 del depósito. Las escaseces de gasolina no impiden que continue el ataque; el batallón destruye 13 carros y varios puntos fuertes soviéticos.

9/2/44

La aviación soviética ataca al batallón en Towylowka. No hay pérdidas. El batallón recibe otros 5 Tiger, elevando la cifra total a 27 (no todos operativos). El batallón es trasladado a Winograd para apoyar a la 17 Panzer.

11/2/44

Continúa el ataque. Se ataca Tolstyja y Bossowka. La Luftwaffe lanza canastas de combustible en la zona. El batallón es asignado al schweres Panzer-Regiment-Bäke

12/2/44

Movimiento hacia Frankowka. Otro reavituallamiento aerotransportado; en esta ocasión se lanza munición para los cañones de los Tiger. Sin embargo, los obuses tienen que ser limpiados de, cómo no, barro. Se pierde un tiempo precioso en el proceso.

13/2/44

Con apoyo aéreo se ataca Daschikowka y Tschessnowka.

14/2/44

Avance dirección Lissjanka. Se contacta con la 1 Panzer.

17/2/44

El batallón ataca para contactar con las tropas cercadas en el área de Lissjanka y en todo el área del Gniloi Tikisch. En la retirada se vuelan 3 Tiger irrecuperables que no merece la pena ser remolcados. El batallón posee 24 Tiger en total, incluídos los no operativos.

19/2/44

En los últimos coletazos de la operación de ruptura, el batallón es asignado a la 17 Panzer.

El 1 de marzo el batallón entrega todos sus Tiger al 507 batallón; va a ser reconstruído con nuevos Tiger. Pero esta es otra historia.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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Mensaje por jesus2 » Vie Ago 06, 2010 2:22 am

Turno para la 13./SS-Panzer-Regiment , uséase, los Tiger de la Leibstandarte en el área de Korsun. información sacada de las pág. 92-93 de Tigers in combat II de Wolfgang Schneider.

1/2/44.

La compañía es trasladada a la estación de ferrocarril de Monastyrischtsche y desde allí 6 Tiger, todos los que tiene la compañía*, son transportados por ferrocarril a Krasnyi. El famosísimo Obersturmführer Wittmann se marcha al Cuartel General del Führer para recibir las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero. Desde el 7/1 al 30/1 ha destruído 61 carros enemigos para un total acumulado de 117. El mando de la compañía recae mientras tanto en el Obersturmführer Wendorff.

5/2/44.

La compañía llega a Krasnyi. 3 Tiger operacionales forman parte del Kampfgruppe Kuhlmann.

6/2/44

2 Tiger y 7 Panther avanzan en dirección Tinowka. Varios carros soviéticos caen en el camino.

7/2/44

Entre Tinowka y Wotylewka 4 carros alemanes de la LAH casi sin gasolina son rodeados. Son atacados, consiguiendo rechazar el ataque y destruyendo varios carros en el combate.

8/2/44

Varios Pz IV llegan remolcando un camión cisterna cargado de gasolina al atardecer.

9/2/44

Los soviéticos atacan al norte de Tatjanowka. El ataque es rechazado, y dos carros soviéticos destruídos.

10/2/44

Se le promete a la compañía el envío de 5 Tiger nuevos. Sin embargo estos no llegan hasta marzo, en el área de Tarnopol.

12/2/44

Al Obersturmführer Wendorff, comandante de la compañía hasta la vuelta de Wittmann, se le concede la Cruz de Caballero.

14/2/44

La compañía pesada es asignada a elementos de la 34 infanterie division. Sin embargo es poco lo que recibe la div.; sólo hay un Tiger operacional. Los demás son remolcados, y por si fuera poco dos son irrecuperables, y tienen que ser abandonados tras ser destruídos por sus tripulaciones. El total de la compañía es de 4.

15/2/44

Tras su experiencia con los soldados de la 34, la compañía vuelve a su división. Se pasa el día en posiciones defensivas en torno a Tatjanowka.

16/2/44

La compañía es trasladada a Frankowka para participar en la operación final de perforación de la bolsa. 1 Tiger operacional, tres son remolcados. Uno al final tiene que ser volado. Total de la compañía: 3.

17/2/44

La compañía ha conseguido arreglárselas para tener a sus 3 Tiger operativos. Durante la noche son trasladados al área de Okttabr, consiguiendo destruir varios carros y cañones anticarro soviéticos. Se contacta con los primeros soldados evadidos del área de Tscherkassy.

19/2/44

El Tiger del Unterscharführer Kleber tiene que ser volado tras una avería cerca de Rosskosechewka.

20/2/44

Los carros soviéticos atacan con insistencia entre Oktjabr y Lyssjanka varias veces a lo largo del día. Los ataques son rechazados, perdiendo los soviéticos varias unidades en el proceso.

Poco después la compañía es sacada de la primera línea y trasladada junto al resto de la LAH al área Proscurov-Tarnopol. En el proceso se queda sin Tiger, pues todos son enviados a talleres de reparaciones. Los 5 Tiger prometidos son integrados en la div. el 29 de febrero, para al día siguiente (1 de marzo) disolverse la 13./SS-Panzer-Regiment 1. Los Tiger de la LAH y la Das Reich van a formar el núcleo de un nuevo destacamento de carros pesados de las SS: el 101 SS, más tarde 501 SS. Sin embargo estos 5 Tiger, y alguno más, permanecerían con la LAH hasta los combates de Kamenets-Podolsk.

Mañana más. Un saludo.
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Mensaje por Eriol » Vie Ago 06, 2010 3:40 am

Hola!!
jesus2 escribió: 8/2/44
Varios Pz IV llegan remolcando un camión cisterna cargado de gasolina al atardecer.
Que curioso ¿no?Lo harian por que el camion cisterna estaria averiado por que si no no me explico por que no fue por sus propios medios con los Pz como escolta.

Saludos
Una vision; un propósito;un sueño...Siempre.

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Mensaje por jesus2 » Sab Ago 07, 2010 1:44 am

Eriol escribió:Hola!!
jesus2 escribió: 8/2/44
Varios Pz IV llegan remolcando un camión cisterna cargado de gasolina al atardecer.
Que curioso ¿no?Lo harian por que el camion cisterna estaria averiado por que si no no me explico por que no fue por sus propios medios con los Pz como escolta.

Saludos
Estuve a punto de escribirlo de otra manera, pero así aparecía y así preferí escribirlo. Supongo que el problema era el mismo de siempre: un camión cisterna es escoltado por un par de carros hasta que el barro lo deja atascado en el terreno y al tratar de sacarlo, se avería, teniendo que ser remolcado.

Cosas así ocurrieron muchas veces.

Un saludo.
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Mensaje por jesus2 » Sab Ago 07, 2010 1:46 am

Veamos qué dicen las pág. 130-131 del Tiger in Combat I de Wolfgang Schneider sobre el 503 destacamento de carros pesados.

01/02/44.

Tras los combates en la bolsa de Balananowka el Panzer-regiment Bäke, con el 503 destacamento de carros pesados formando parte del mismo, es adscrito al III Panzerkorps. El batallón dispone de 66 Tiger, 13 operacionales. Podrían ser más si un Panther de la Adolf Hitler no hubiera destruído uno el 27/01/44. (Upppps. Ellos no querían).

02/02/44.

El batallón es transportado por ferrocarril desde Monastyrischtsche y Christinowka hacia Potasch.

04/02/44.

El regimiento pesado de Bäke ataca en dirección de la bolsa de Cherkassy. Se encuentra al mando del Capitán Scherf, con 18 Tiger operacionales. El ataque en dirección Medwin alcanza Kutschowka.

05/02/44.

El pelotón de Fendesack captura la localidad de Wotylewka. Se destruyen varios carros enemigos en el proceso.

06/02/44.

3 Tiger forman una pantalla defensiva en la recién conquistada localidad de Wotylewka. El resto continúa el ataque en dirección a la bolsa. Se destruyen varios carros enemigos, pero los propios Tiger andan escasos de munición.

07/02/44.

Ataque hacia el norte en dirección al Gniloi-Tikisch. Cerca de Bojarka el barro aprisiona a los Tiger, deteniendo totalmente el ataque. Los tres Tiger "apantallados" en Wotylewka destruyen varios SU-152.

08/02/44.

Los Tiger de Wotylewka siguen cobrándose víctimas: otros 5 carros soviéticos son destruídos. Mientras el grueso del batallón ataca en dirección a Pawlowka; se trata de un contraataque que la falta de gasolina detiene momentáneamente. Tras el consiguiente reaprovisionamiento, al atardecer, cae la localidad.

09/02/44.

Las condiciones del terreno mejoran al helarse un poco el suelo. El regimiento de Bäke es reunido en Schubennyjstaw.

11/02/44.

Se reanuda el ataque usando la ruta más corta posible: desde Winograd hacia el este en dirección Bushanka-Lissjanka. El puente en Bushanka sobre el Gniloi-Tikisch vuela ante las narices de los miembros del regimiento de Bäke, los Tiger son reorientados hacia Frankowka. Allí pasan al otro lado.

12/2/44

Al norte de Frankowka Bäke y sus fuerzas avistan un área de reunión enemiga. Los Tiger atacan de frente, los Panther por un flanco, el derecho. Al coste de 4 Tiger y 4 Panther, 70 carros y 40 cañones anticarro son destruídos. Al anochecer, el regimiento de Bäke establece una posición defensiva en erizo 1.5 km. al sur de Tschessnowka. La escasez de suministros impide explotar al máximo este gran éxito. Y el ponerse en erizo indica la debilidad de los flancos y la inseguridad de las retaguardias. Nº total de Tiger del batallón: 62, no todos operativos.

13/2/44

Bäke ataca en dirección a la carretera Medwin-Lissjanka. 5 T-34 destruídos. Bäke y sus fuerzas (13 Tiger, 12 Panther) tienen que esperar a la derecha de la carretera a que la 1 Panzer alcanze su zona de actuación: no ha llegado a tiempo a Lissjanka. Desde Chishinzy atacan 15 T-34, casi todos son destruídos. Por fin, JU-52 lanzan los ansiados suministros al atardecer. No es mucho, pero la situación de la gasolina mejora.

14/2/44

Los Tiger tienen una misión: capturar la carretera Chishinzy-Dshurshenzy. 7 carros son destruídos. Esta última localidad sufre un ataque nocturno, el cual es rechazado tras la pérdida de 5 T-34. Sin embargo, Bäke se ha visto obligado a cancelar el planeado ataque a Komarowka.

15/2/44

Los soviéticos atacan con mucha fuerza la localidad de Medwin y el flanco derecho de la colina 239.0. Se trata de un movimiento en pinza de tal potencia, profundidad y peligrosidad que Bäke se ve obligado a volver a sus posiciones del día 13. Los Tiger atacan esta amenaza, destruyendo 15 de 16 carros enemigos y aplastando un ataque de infantería mecanizada. Sin embargo 1 Tiger es totalmente destruído, otros 3 son dañados. El batallón posee en total 61 Tiger.

16/2/44

Carros de la 16 Panzer relevan a los Tiger, los cuales atacan el flanco izquierdo de la colina 239.0. 9 Tiger consiguen destruir el mismo nº de T-34. Pero el Tiger del Oberfeldwebel Fendesack es destruído. Retirada a una posición entre la carretera que pasa por Dshurshenzy y la colina 239.0 (la carretera no pasa por esta colina). Otros 4 T-34 caen en el proceso. A las 23.00 las fuerzas emboscadas inician su perforación. El destacamento posee 60 Tiger.

17/2/44

Para apoyar la ruptura el regimiento de Bäke (8 Tiger, 6 Panther) realiza un limitado ataque desde las inmediaciones de la colina 239.0 en dirección a la parte norte de Potschapinzy. Bäke avanza a lo largo de la carretera. 3 T-34 y 2 cañones anticarro son destruídos. Posteriormente, una posición de pantalla se esteblece cerca de la colina 239.0

18/2/44

Los Tiger se pasan todo el día de acá para allá cubriendo la retirada de las unidades que salen de la bolsa, lanzando pequeños contraataques, anulando ataques enemigos... 3 Tiger (el 100, 121 y 123) caen en un campo de minas mientras avanzan en un pueblo ocupado por el enemigo, teniendo que ser volado. El Tiger del Oberfeldwebel van der Heiden no corre mejor suerte: su motor se ha "muerto". La munición es distribuída entre los restantes Tiger operativos (claro signo de cómo seguían las cosas con el tema de los suministros). Cuando llega la orden de retirada a una nueva posición a las 24.00, dicho Tiger es volado. El batallón dispone de 56 Tiger.

19/2/44

Los Tiger, junto con las fuerzas de Bäke, se retiran a Frankowka. Cerca de esta localidad destruyen 3 T-34. Además contactan con elementos del Panzer-Aufklärungs-Abteilung 16, de la 16 Panzer. 2 tiger reparados aumentan el total de operativos.

20/2/44

Al oeste de Franwokwa un ataque enemigo es rechazado por los Tiger y los Panther: 18 T-34 destruídos. Un nuevo Tiger reparado trae consigo otro nuevo "elemento": el nuevo comandante del destacamento, Hauptmann Fromme. Por último, marcha nocturna a Rubanny-Most. De ahí, en dias posteriores, a Uman. La unidad de Bäke va a ser disuelta tras haber cumplido, y de qué manera, con su misión.
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Mensaje por jesus2 » Mar Ago 17, 2010 1:28 am

Sigamos con este tema. Escribamos algo sobre otra de las unidades de Bäke: el II./Panzer-Regiment 23, armado con Panther. Información extraída de To the Caucasus and the Austrian Alps, de Dr. Ernst Rebentisch (historia divisionaria de la 23 Panzer).

El II/Panzer-Regiment 23 era el batallón de Panther de la 23 Panzer. Sin embargo, no me queda muy claro si por orden de von Manstein o Hube (fuentes contradictorias), dicho batallón va a abandonar a su división, que se encuentra en torno a la curva del Dnieper (Krivoi Rog, Zaporozhie...) para formar parte del regimiento de Bäke.

Tras los combates en el área de Oratoff-Balanalowka, el Schweres Panzer-Regiment Bäke abandona el área de actuación del XXXXVI Panzerkorps para operar en el del III Panzerkorps. Tras hacerse cargo de la penetración iniciada en Zhitomir-Berdichev, es hora de hacer lo propio con la de Korsun. El 4/2/44 el batallón se encuentra asignado a la 17 Panzer y dispone de 9 Panther operacionales.

A las 6.00 del 4/2, Bäke inicia su avance en dirección norte. Los Tiger del 503 y los Panther del II/23 van en cabeza. Tras superar una fuerte resistencia soviética en forma de infantería y cañones anticarro, Pawlowka cae. Una sección de Panther tiene que retroceder para recoger a la infantería, que se ha quedado rezagada. A dos km. de Pawlowka la sección se encontró nuevamente con fuerzas enemigas. Dos cañones de asalto y 4 cañones anticarro caen el la lucha, así como un Panther. Al final carros e infantería llegan a Pawlowka. Recuento del día: 2 cañones de asalto, 11 cañones anticarro, 4 cañones de artillería, 2 rifles anticarro, 2 ametralladoras pesadas y 4 camiones.

5/2/44.

El batallón se pasa el día consolidando las ganancias del día anterior y este mismo día. A las 19.00, nueva misión: establecer contacto con los elementos avanzados de la 16 Panzer en Wotylewka y proteger su avituallamiento, conseguido a las 1.00 del 6.

7/2/44.

La 17 Panzer se encuentra de cara con un ataque soviético de carros e infantería. La lucha dura todo el día, rugiendo desde Repki hasta Wotylewka. Al atardecer los alemanes prevalecen.

8/2/44.

El II./PR 23 dispone de 18 Panther operacionales, entre ellos 15 que acaban de salir de los talleres de reparación. Mientras los Panther atacan Repki, los Tiger del 503, pivotando a la izquierda, cortan la línea de retirada de las fuerzas atacadas. Tras luchar contra los carros soviéticos, cae Repki. Se destruye 1 T-34, 3 cañones de asalto y un camión. Por contra, los soviéticos destruyen un Panther.

9/2/44

Se consolidan las ganancias en torno a Repki. Un cañón de asalto y un camión remolcando un cañón anticarro son destruídos por la 4/PR 23.

10/2/44

El regimiento de Bäke tiene la orden de alcanzar Rubany por Winograd. Al atardecer, llegan suministros, y ya no es necesario "consolidar" las ganancias.

11/2/44

A las 7.00, tras una barrera de artillería a cargo de la 18 Artillerie-Division y la 1 Werfer-Brigade, el regimiento de Bäke avanza en dirección a Bushanka-Frankowka. Está subordinado a la 16 Panzer y dispone, además del II/PR 23 del 2 Panzer-Regiment (16 Panzer). Tras 3 horas avanzando en un frente de 2-3 km. de anchura las fuerzas de Bäke se acercan a Frankowka. El enemigo, sorprendido, huye, y la infantería se deja atrás algunos cañones anticarro. Los Panther aprovechan la ocasión y, tras perseguir a las fuerzas en retirada, logran crear una pequeña cabeza de puente al otro lado del Gniloi-Tikitsch. Se capturan 12 órganos de Stalin y varias piezas de artillería de diversos calibres y funciones. 10 T-23 lanzan un contraataque, rechazado tras la destrucción de 6 carros. El resto huyen. Mientras, los soviéticos llevan a primera línea más cañones anticarro que atacan a las fuerzas de Bäke por su flanco izquierdo, los cuales son destruídos. Incluso el Leutnant Menger, ayudante del comandante del II/PR 23, en una misión de reconocimiento al norte destruye un avión que había aterrizado hace poco. Sin embargo, la escasez de los suministros impiden sacar más provecho a este día ya de por sí bastante provechoso.

12/2/44

A las 7:00 las fuerzas de Bäke, con 3 Tiger y 4 Panther atacan las alturas al este de Daschukowka. Los soviéticos intenta interferir en el mando y control de los carros alemanes mediante la intrusión de las comunicaciones entre los carros. El ataque alemán acaba siendo rechazado tras un fuerte intercambio de fuego con carros y cañones de asalto. Los 4 Panther son destruídos, los soviéticos pierden 2 T-34, 2 cañones de asalto y cañones anticarro.

13/2/44

Los Panther del II/PR 23 son asignados al 2 Panzer-Regiment de la 16 Panzer, que recordemos forma parte de las fuerzas de Bäke, el cual dispone además de 10 Tiger. Mientras Bäke ataca por la derecha, la 16 Panzer lo hace por la izquierda. Numerosos carros y cañones anticarro son destruídos, y Daschukowka cae. A continuación Bäke ataca hacia el este y se alcanza el cruce de carreteras de Lissjanka. Con esta maniobra Bäke es capaz de causar, además de sufrir, problemas en el suministro enemigo. 3 Panther bajo el mando del Hauptmann Grüner (2 Panzer-Regiment) avanzan en dirección a Chishinzy, localidad protegida por gran cantidad de carros y cañones anticarro. La localidad cae tras un ataque nocturno, y el Panzer-Aufklärungs-Abteilung 16 de las fuerzas de Bäke penetra en el pueblo. El II/PR 23 pierde todos sus Panther operacionales en este combate. De todos modos, también ha hecho mucho daño: 7 carros y cañones de asalto, 6 cañones anticarro y 4 camiones han caído víctima del batallón este día.

14/2/44

Llegan a primera línea (Chishinzy) 2 Panther reparados. Sin embargo, las fuerzas soviéticas son demasiado potentes alrededor de la localidad, y el regimiento de Bäke no consigue avanzar. Bäke se ve obligado a ponerse en erizo al atardecer en torno a dicha localidad.

15/2/44

La fuerzas de Bäke retroceden a Tschesslowka. 2 Panther dañados tienen que ser destruídos ante la falta de medios de recuperación. El 2 Panzer-Regiment y 3 Panther del II/PR 23 apantallan Tschesslowka. Mientras, los otros 2 Panther, formando parte de las fuerzas de Bäke, atacan desde Lissjanka en dirección noreste para romper el cerco. En Tschesslowka se destruye un T-34.


18/2/44

En el área de Frankowka hay varios carros dañados. Son usados como artillería, y ante la imposibilidad de llevarlos a retaguardia, son volados. Al atardecer infantería y carros bloquean la carretera al este de Frankowka. Los soldados de la 16 Panzer la vuelven a abrir. Un Panther del II/PR 23 al oeste de Frankowka destruye 4 T-34, el resto se dan a la fuga. Más tarde llegan cañones de asalto alemanes para mejorar las defensas y proteger la ruta de suministros y retirada alemana. La artillería soviética dispara durante todo el día sobre la localidad, pero nada puede parar la salida de las tropas cercadas.

20/2/44

Los últimos elementos de las tropas cercadas han pasado por Frankowka, es hora de que el Kampfgruppe Bäke se retire. 3 Panther del II/PR 23 remolcan 2 carros dañados, esta es la única de ejercer un cierto servicio de recuperación de carros. Abandonan Frankowka, pero de repente a 3 km. de la localidad son atacados por unos 20 carros soviéticos. El Leutnant Erb, al mando de la pequeña fuerza, intercambia disparos con los atacantes. Su fuerza de 3 Panther destruye 13 de sus rivales. La infantería soviética de acompañamiento también tiene bastantes bajas, al coste de 0 pérdidas alemanas. Sin embargo, la carretera está cortada y son la retaguardia (aislada) de las fuerzas de Bäke. Y para empeorar las cosas, un Panther se avería. Como resultado los Panther remolcados, mas el averiado, tienen que ser destruídos, sus tripulaciones abrirse camino a pie hacia las líneas propias y esta pequeña fuerza abrirse camino hacia Rubannyj Most.

Y por último, en siguientes post, es hora de escribir con algo más de profundidad sobre el 503 Destacamento de carros pesados. De esta manera habrá abundante información sobre el Regimiento Pesado de Bäke.

Un saludo.
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Mensaje por jesus2 » Vie Ago 20, 2010 12:58 am

Y para acabar con este tema al menos de mi parte, y sin escribir más sobre el 503 destacamentos de carros pesados, pues no es necesario repetir más o menos lo mismo de distinta manera, hay que hacer mención a las cifras oficiales que según un informe del III Panzerkorps al 1 Panzeramee fechado el 18 de febrero del 44 sufrieron las tropas soviéticas del 4 al 18: 606 carros de combate y cañones de asalto, 336 cañones anticarro, 71 cañones (incluídos 16 lanzacohetes) y 1.346 prisioneros.

Estas cifras contrastan con las del comunicado oficial de la Wehrmacht del 20/2, que para el mismo periodo de tiempo anota 728 carros y cañones de asalto, 800 cañones de todo tipo capturados y varios miles de prisioneros. Dicho comunicado nombra también al VIII FliegerKorps del Generalleutnant Seidemann: al precio de 32 aviones de transporte 58 aviones enemigos fueron derribados debido a la acción de los cazas y los cañones antiaéreos. El cuerpo aéreo también se anota el transporte de 2.400 heridos a retaguardia.

Un saludo.
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Mensaje por Schwerpunkt » Vie Ago 20, 2010 10:40 am

jesus2 escribió:Y para acabar con este tema al menos de mi parte, y sin escribir más sobre el 503 destacamentos de carros pesados, pues no es necesario repetir más o menos lo mismo de distinta manera, hay que hacer mención a las cifras oficiales que según un informe del III Panzerkorps al 1 Panzeramee fechado el 18 de febrero del 44 sufrieron las tropas soviéticas del 4 al 18: 606 carros de combate y cañones de asalto, 336 cañones anticarro, 71 cañones (incluídos 16 lanzacohetes) y 1.346 prisioneros.
Hay que tomar con prevención las cifras presentadas por ambos contendientes aunque en líneas generales y con muchas excepciones las de los alemanes fueran más cercanas a la realidad. Las cifras de carros perdidos por el 1º Frente Ucraniano que listé en este mismo topic compiladas por Niklas Zetterling son:

1-10 febrero 1944: 243 carros, 95 cañones de asalto
11-20 febrero 1944: 193 carros, 38 cañones de asalto

TOTAL: 436 carros, 133 cañones de asalto

Como de costumbre es complicado verificar la veracidad de las cifras. Los alemanes cercados y las tropas que acudían en su socorro lidiaban con efectivos de dos frentes soviéticos (el 1º Frente Ucraniano de Vatutin y el 2º Frente Ucraniano de Konev) aunque evidentemente sólo partes de los mismos estaban involucrados en el cerco. Las cifras listadas por Zetterling hacen referencia al 1º Frente Ucraniano completo que tenía un frente extensísimo: desde el flanco izquierdo de la bolsa de Korsun hasta más allá del río Pripyat en Bielorrusia. A tenor del período citado e incluso sin incluir las bajas de carros del 2º Frente Ucraniano me parecen unas bajas exageradas. No obstante las cifras globales prueban que hubo unos terribles combates y que los soviéticos sufrieron unas grandes bajas de blindados para una operación exitosa.

jesus2
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Del Dniéper a los Cárpatos, 1944

Mensaje por jesus2 » Mar Ago 24, 2010 11:44 pm

Schwerpunkt escribió:Como de costumbre es complicado verificar la veracidad de las cifras.
Incluso con frecuencia el basarse en los documentos oficiales no aclara las cosas. Por eso escribí las dos fuentes distintas con sus respectivas cifras, para que se viera la diferencia. Es curioso ver cómo si se va subiendo en la cadena de mando también ascienden las cifras. De todos modos, las cifras del III Panzerkorps están más acorde con las investigaciones de Zetterling.

Queda pendiente de mi parte el publicar algún mapa y una foto que ya dejé pendiente en su momento. Cuando me sea posible las cuelgo.

Un saludo.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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Grossman
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Mensaje por Grossman » Dom Sep 12, 2010 11:42 am

¡Hola!

Mientras jesus2 prepara los mapas y fotos pendientes, continuamos en el sector para conocer los testimonios de algunos que estuvieron allí.

Saludos

:sgm5:

5.1 Testimonio: Georg Grossjohann con la 198ª División de Infantería

Cuando en enero el 1r Frente Ucraniano lanzó su ofensiva, Georg Grossjohann era Capitán del 2º Batallón del 308º Regimiento de Granaderos de la 198ª División de Infantería. El 308ª Regimiento de Granaderos se hallaba al noroeste de Votylevka en un frente defendido con pocos hombres, sin reservas y sin defensas antitanque.
A última hora de la tarde visité los soldados de la 6ª Compañía que estaba agachados en trincheras que habían excavado apresuradamente en campo abierto. Su jefe, el Teniente Ottowitz, un joven oficial con los modales amables de austriaco bien educado, informó de gran actividad enemiga inmediatamente tras la puesta de sol.

Escuchamos juntos el típico ruido de las cadenas de tanque y voces aisladas que venían del otro lado. Se hallaban sorprendentemente cerca. A medianoche volví al puesto de mando. Tras no haber podido quitarme la ropa desde hacía semanas, decidí quitarme al menos mis botas, mi chaqueta y mis pantalones, y quedé dormido enseguida.

A las 4.00 en punto de la mañana una tremenda descarga de artillería cayó sobre Votylevka, y no solo en nuestra área sino en un sector de más de 30km de ancho. Los rusos debían estar empleando cientas de baterías para la preparación artillera previa a su ataque. Proyectiles de todos los calibres estallaron en nuestras posiciones y oleadas de cohetes de 122mm añadieron su particular cacofonía aullante antes de estrellarse en el suelo a nuestro alrededor. El enemigo se centró en especial en la zona limítrofe de nuestra división y la vecina norte, la 88ª División de Infantería. Se trataba de un ataque a gran escala.

Disponíamos de solo unos segundos para coger nuestras armas y ropa y saltar a una honda y estrecha zanja que por precaución habíamos excavado detrás de la cabaña y cubierto de vigas de madera, tierra y una gruesa capa de paja. Unos minutos después nuestra cabaña estaba ya despedazada. Ahora no podíamos hacer otra cosa que permanecer echados en nuestras trincheras y esperar. Antes de saltar al agujero mi teniente, Armbruster, había cogido una botella de coñac. La fue pasando de unos a otros y pronto quedó vacía. Su contenido sirvió para amortiguar el fuerte shock que se repitió una y otra vez.

A las 6.00 de la mañana en punto, exactamente ocho minutos más tarde, la devastadora barrera de artillería cesó de golpe … ¡todo quedó sumido en un silencio de muerte!

Sabedores de que, siguiendo el procedimiento táctico correcto, los soldados del Ejército Rojo comenzarían su ataque inmediatamente tras silenciarse la artillería, salimos fuera y vimos que, con muy pocas excepciones, Votylevka había quedado arrasada hasta los cimientos. Los pocos árboles que permanecían en pié se habían convertido en esqueletos desnudos. Solo los restos de un par de chimeneas se mantenían derechas en medio en un paisaje lunar de grandes cráteres grisáceo y negro. Cuando por fortuna más tarde alcanzamos mi batallón, que junto con el 1er Batallón del regimiento defendía el perímetro, supimos que no había sufrido daños sustanciales. Pero mi 6ª Compañía, desplegada en las afueras de la población, había sido completamente rebasada y según testimonios de algunos soldados que habían conseguido escapar, el joven jefe de la compañía y sus enlaces habían caído prisioneros. Los landser sobrevivientes de la 6ª Compañía explicaron también que la infantería y tanques rusos en gran número habían logrado la ruptura entre Votylevka y la 34ª División de Infantería al sureste.

Desde los suburbios de la población se oía actividad combativa de menor intensidad. Al parecer, después de todos los fuegos artificiales dejados caer, los rusos consideraban que tomar esa posición era un desperdicio de tiempo y recursos. Vino el médico del regimiento desde el puesto de mando que se hallaba unos cinco kilómetros más atrás para establecer comunicación. El Dr. Storchdorph parecía relajado y exhibía una mueca amable. Estuvo haciéndonos preguntas y nos contó que Repki había sido alcanzada con un intenso fuego artillero ruso, con el mismo resultado que habíamos visto nosotros.

Tras informarle que no teníamos aun una visión clara de la situación, dio media vuelta con su Kübelwagen y volvió al puesto de mando del regimiento para informar. El Dr. Storchdorph era un caso típico, según mi experiencia. Durante toda la guerra no di con ningún médico o sacerdote que no fueran ejemplares en el desempeño de sus obligaciones. El capellán católico de nuestra división también tomaba parte, naturalmente desarmado, en arriesgados asaltos. Nuestros médicos con frecuencia eran sorprendentemente buenos en tareas tácticas y el de nuestra unidad no era una excepción. Sin preparación especial alguna hubieses sido capaz de dirigir un batallón e incluso un regimiento. Estas cualidades no solo eran de gran ayuda para el control y mando de las unidades sino que, lógicamente, con ellas se hacía merecedor de nuestro respeto.

Marchamos después en dirección al enemigo, al puesto de mando del 1r Batallón, del Capitán Majer. Allí quedamos completamente perplejos, a la vez que contentos: la cabaña que lo albergaba había quedado completamente indemne en medio del paisaje lunar. Entramos y estaban el capitán, sus oficiales y los enlaces, algo pálidos pero recompuestos, celebrando una reunión de mandos. A diferencia de nosotros, estos perezosos no se habían molestado en cavar trincheras pero sobrevivieron al fuego artillero. Se habían arrojado al suelo de la cabaña, cubriéndose con mantas de lana que ahora estaban amontonadas. Tampoco ellos tenían una visión clara de la situación en las afueras del pueblo. Después se supo que la artillería no había causado mucho daño donde se hallaban, pero que había destruido todos los vehículos y caballos que se hallaban en la población. Graser lo describió así:
  • “Algunos batallones y compañías de la división aguantaron en los puntos fuertes y al final de la mañana, tras un intenso combate, lograron repeler el ataque de la infantería enemiga. Sin embargo los tanques enemigos, protegidos por la niebla, consiguieron en su primera aproximación penetrar la débil línea de frente entre las poblaciones hasta las posiciones de artillería. Votylevka fue retenida mediante duros combates de los batallones primero y segundo del 308ª Regimiento. El staff del 308º Regimiento, junto con las baterías 7ª, 8ª y 10ª del 235º Regimiento de Artillería repelieron el ataque a Repki.”
He de decir que probablemente los rusos hubieran tomado Votylevka antes de la tarde de habérselo propuesto seriamente. Pero con buen criterio decidieron que era preferible evitar asaltar un objetivo que de todas modos iba a caer sin lucha en el transcurso de la operación.

Como resultado de su ataque en masa los rusos lograron cercar nuestros cuerpos de ejército XI y XLII en Cherkassy. La 88ª División de Infantería, hasta entonces nuestro vecino de la derecha, fue empujado hacia el norte, y la nuestra, la 198ª, hacia el sur y sureste. En medio quedó una enorme brecha. Para hacer frente a la nueva situación dimos un giro de 180 grados, de forma que el frente quedó de nuevo apuntando al este. Ahora transcurría entre Risio y Vinograd, cn el 308º Regimiento Grenadier defendiendo el flanco derecho de la división. Este deslizamiento en dirección sur tuvo lugar durante la noche del 26 al 27 de enero bajo una tenaz resistencia rusa.

Hubo que esperar hasta el 11 de febrero para comenzar el costoso ataque a través del anillo. Nuestro 308º Regimiento Grenadier estaba apoyado por varios tanques del III Panzer Korps. Tras una barrera de 15 minutos por parte de unidades artilleras y de Nebelwerfer, así como repetidas incursiones contra posiciones enemigas en las proximidades de Shubeny Stav por parte de un escuadrón de Stukas, comenzamos a avanzar. Alcanzamos Shubeny Stav y llegamos a los aledaños de Yablonovka. Allí, debido a la situación crítica en Vinograd, relevamos a uno de nuestros regimientos hermanos, el 326ª Grenadier que ya había penetrado en el área y recibió orden de empujar hacia Vinograd.

La noche del 11 al 12 de febrero nuestro regimeinto recibió órdenes de atacar desde Yablonovka hacia Tichonovka porque por la tarde los enemigos habían destruido el convoy de suministros de una de nuestras divisiones panzer. Mis colegas del batallón y yo coincidimos en que, por el estado completamente exhausto de nuestros hombres no se podía cumplir esa misión. Esta, además, debía llevarse a cabo de noche y a través de un barro que llegaba hasta las rodillas. Nuestras estimaciones no fueron consideradas por los mandos del regimiento y de la división, que insistieron en la ejecución inapelable de la orden. Nos informaron que tendríamos el soporte de una importante fuerza acorazada.

Para nosotros el ataque a Tichonovka fue una repetición exacta del ataque nocturno a Luka. Llevamos los tanques por el profundo barro y una oscuridad asfixiante con faros con filtros verdes. Entonces todo empezó. Subiendo la colina anterior a Tichonovka, los Panther lanzaron una lluvia de fuego ametrallador dentro de la población, incendiando varios edificios con las trazadoras. Los incendios iluminaron el objetivo para los largos cañones de 75mm de los Panther que sembraron el terror entre los atónitos defensores. Una vez que nosotros, la infantería, entramos en la población, los rusos apenas opusieron resistencia. No sufrimos prácticamente bajas y tomamos numerosos prisionero antes del amanecer.

Este ataque no se hubiese podido llevar a cabo de día. El III Panzer Korps había avanzado unos 30 Km y se hallaba a sólo 30 Km de la bolsa en la linea de frente Lisianka-Oktiabr-Khizhintsy pero se había quedado sin fuerzas.

Por tanto, la noche del 16 al 17 de febrero las fuerzas encerradas recibieron la orden de romper el cerco y salir. Esto se consiguió finalmente a costa de dolorosas pérdidas de muchos hombres y todo el equipo pesado.
GROSSJOHANN G “Five Years, Four Fronts”. The Aberjona Press (1999) p.70-7
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
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Mensaje por Grossman » Mar Sep 14, 2010 9:23 pm

5.2 Testimonio: Notas anónimas desde el kessel
1 de febrero
Se han abandonado las posiciones del Dniéper. Se combate en un terreno de barro hondo y agua.

3 de febrero
El enemigo ataca al sur y suroeste con intensidad creciente y empuja a nuestras unidades con fuerza hacia el norte para separarnos más del exterior.

Del 4 al 6 de febrero
La rollbahn de Gorodishche a Korsun, al sureste, está atascada de colonos. Miles de vehículos de todo tipo se hallan en fila de a tres y patinan a lo largo de 20km de una pista de barro y cráteres, brindando a la aviación enemiga unos objetivos inmejorables. Las máquinas rusas zumban como avispas rabiosas y descienden en picado cada diez minutos para atacar a los colonos atrapados en el barro. Por todas partes arden camiones. En el suelo, innumerables veces levantado, el barro se ha hecho tan profundo que imposibilita del todo el paso. Por ese motivo la única vía hábil para el tráfico del resto de colonos, abastecimiento y servicio de retaguardia es la vía de ferrocarril Gorodishche-Korsun. Por la noche estas rutas están marcadas para la aviación enemiga por los cientos de vehículos en llamas.

7 de febrero
A pesar de todo en el kessel reina el orden y la disciplina. Cualquier movimiento obedece a una planificación y se lleva a cabo con serenidad. En la retaguardia y en los flancos se combate, hasta el minuto, hasta que llega el relevo. Las brechas abiertas son cerradas.

8 de febrero
El enemigo intenta desde todos los lados estrechar el kessel.

9 de febrero
Nuestras retiradas son considerables. Las divisiones encerradas ceden un amplio territorio al sureste, este, norte y noreste. El kessel se ha estrechado ya de forma notable.

10 de febrero
El rescate parece cada vez más dudoso. Las fuerzas de la tropa encerrada se acercan a su fin. Casi no hay munición y la comida no se sirve con regularidad. Los hombres están agotados y desde hace varios días completamente mojados. Solo un par de días separan el optimismo total del derrotismo.

Noche del 10 al 11 de febrero
La noche transcurre de nuevo con numerosos combates en medio de la invisibilidad, la lluvia y un barro profundo y muy pegajoso.

11 de febrero
A las 11:00 horas aparecieron dos oficiales rusos, muy correctos, que traían un mensaje del alto mando soviético para los mandos de las tropas encerradas. El mensaje era un ultimátum. ¡O lo tomas o lo dejas! Si no lo aceptábamos, a partir de las 13:00 horas comenzarían medidas de destrucción. Un Zugkraftwagen llevó por las vías de tren a los oficiales rusos de nuevo a sus líneas. Por la tarde el enemigo atacó desde todos los lados. ¡Hay que salir del kessel!, ¿cuándo llegará la orden de salir?

12 de febrero
Tras 14 días los rusos no han tenido éxito a pesar de todos sus esfuerzos, y ahora quieren acabar el trabajo rápidamente. Tras haber rechazado la oferta de rendición comienza el ataque en todos los sectores. Y de nuevo fuerte lluvia, barro, humedad y fosas y agujeros llenos de agua. El kessel se ha hecho ya muy pequeño y ahora hay que ganar, como sea, espacio al sur y suroeste, en la dirección de la ruptura. Se está exigiendo a la tropa lo imposible. Continuamente el enemigo penetra aquí y allá, y la tropa ha de contraatacar y cerrar las brechas. Los hornos de Korsun cuecen las últimos panes de salvado. Junto con los paquetes de chocolate concentrado arrojados en paracaídas son los únicos alimentos que se repartirán a partir del 13 de febrero.

13 de febrero
El lago tras la presa de Korsun tiene varios kilómetros de largo. La tropa que ha de evacuar Korsun ha de cruzar ese lago por un puente de madera que tiene casi un kilómetro, que los zapadores construyeron a la altura de la presa. A pesar de lo grande de la cadena de personas y vehículos, todo transcurre sin mayores dificultades. Ha vuelto a hacer frío y el barro se ha endurecido. Por todas partes se intenta poner a flote de nuevo los vehículos motorizados atrapados en él. O apartarlos al borde del camino para no obstaculizar la carretera y permitir el paso de los carros panje que, tirados por pequeños caballos o bueyes, pasan con ligeraza.

14 de febrero
Las noticias sobre la operación de rescate son en conjunto inexactas. Al norte del kessel se retrocede de forma preocupante y al suroeste apenas se avanza. Los rusos, que pisan los talones a nuestra retaguardia, han entrado en Korsn al amanecer. La posición de Novo Buda, al sur, debe ser conservada a toda costa: constituye la esquina izquierda de nuestra área de escape. Si el enemigo la reconquista y avanza seis kilómetros lograría aislar Shenderovka. Los hombres, en sus calados y negros abrigos de invierno sucios de barro están agotados. Apenas hay nada para comer y para beber solo agua sucia del suelo. Para calentarse y secarse cuentan solo con los miserables fuegos de paja de maíz. Cunde la desmoralización. El tiempo cambia. La lluvia ha cesado, sopla el viento, el frío que entra corta.

15 de febrero
Shenderovka, el portal de salida, ha sido finalmente tomado tras dos días y dos noches de combate. Por el otro lado, los rusos han avanzado a nuestra espalda mucho más allá de Korsun. Lo peor es el asunto de la comida. No tenemos nada, absolutamente nada. En Korsun se repartieron las últimas existencias. Los hombres llevan tres días sin dormir y tiemblan de frío. No han recibido ninguna comida ni caliente ni fría y viven a costa solo de lo que llevan encima. Un koljós convertido en puesto sanitario ha sido alcanzado por “Órganos de Stalin”. Docenas de cadáveres de heridos forman un amasijo sanguinolento. Desde hace ya varios días y noches, más de 1.200 heridos que la tropa ha llevado consigo yacen en carros panje requisados a la población, sobre paja. Después de que la lluvia de las últimas semanas los haya calado hasta la piel, ahora están expuestos al frío gélido y yacen medio congelados bajo las lunas cubiertas de nieve. Apenas se oyen ya sus lamentos y gemidos. Muchos han desistido de pedir nada. Cuando alguno se muere el conductor ordena a los hiwi que depositen el cadáver en el suelo y otro herido ocupa su lugar. No hay medicamentos, tampoco vendas. Los médicos hacen lo que está en sus manos, pero mucho no pueden ayudar. Lo hacen para tranquilizar sus conciencias. Al norte el enemigo empuja más y se encuentra a solo tres kilómetros de Shenderovka.
BUCHNER A “Ostfront 1944”. Dörfler (1991) p.20-22
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Mensaje por Grossman » Jue Sep 16, 2010 7:33 pm

5.3 Testimonio: el oficial de noticias del 42º Armeekorps
(1ª parte)
16 de febrero. Shenderovka

¡Salimos! A medianoche se abrirá el portal de Shenderovka. No se espera que llegue el rescate. Todas las fuerzas acorazadas han quedado atrapadas en el profundo barro y no consiguen acercarse. Sus vanguardias lograron aproximarse hasta diez kilómetros a la esquina suroeste del kessel. Se ha comunicado: “Su capacidad de acción ha sido anulada por las condiciones climáticas y del suministro”. Por ello el cerco enemigo debe ser combatido desde dentro. Así que debe reunirse por sus propios medios con la fuerza de rescate atascada. Esta es la orden.

La contraseña es “Freiheit!” [=libertad]. La magia de esta palabra es suficiente para convertir la sensación de alarma e incertidumbre en confianza y esperanza. ¡Salimos! Todas las sensaciones apuntan a la libertad, todo pesimismo se ha esfumado.

¡Salimos! Oigo estas palabras también de la boca del Jefe de Estado Mayor. ¡Qué distante y frías suenan allí! El Jefe de Estado Mayor lee de nuevo la orden. Nos explican que el enemigo está tratando de estrechar el kessel mediante ataques concéntricos por lo que esta uniformidad en su ataque nos permitirá sacar partido de un golpe rápido y por sorpresa y conseguir el éxito fácilmente.

El plan de evacuación es sencillo y fácil. Tres fuertes puntas de lanza con armas ligera comienzan el ataque. El grueso, con armas pesadas, seguirá, en todo momento preparados para el combate. La retaguardia cubriría la espalda y se pondría a salvo a tiempo.

El éxito está asegurado. Shenderovka muestra una cara amable a pesar del paisaje invernal nuboso, donde el frío no ha logrado solidificar el barro y las ciénagas. El viento gélido muerde en la cara. Sin pausa hombres y vehículos fluyen por la población de norte a sur, donde salen a las zonas de ensamblaje. Por la noche todo debe estar preparado. Comienza una sinfonía de órdenes. Flota la duda de si todo va a estar a punto en el plazo estipulado. Hay tramos de carretera cortados, las distancias son muy largas, los caminos están en un estado horrible y los vehículos tienen una sola vía disponible, por el medio de la población.

El enemigo no nos da pausa con su fuego artillero de estorbo, muy vivo a todas horas. La noche anterior se logró repeler, con un gran esfuerzo, un ataque de tanques. En las zonas de ensamblaje la presión enemiga nos empuja hacia atrás. Seis tanques rusos arden. Nuestra fuerza de ataque ha de desplazarse más hacia el oeste. También hay acción a nuestras espaldas, 1.000 rusos, con apoyo de tanques, penetran y han de enviarse fuerzas atrás. Finalmente el ataque es parcialmente detenido.

Conozco el sector sur de la población. Casi en el cruce de calles un cañón enemigo abandonado apunta al cielo. Detrás, una batería propia, emplazada en medio de las miserables cabañas, abre fuego. Junto a la siguiente casa, en la maleza, hay una casamata enemiga abandonada. Jirones metálicos, cartuchos en la embarrada cinta de ametralladora, cable telegráfico, el cañón de una ametralladora Maxim, debajo medio afuste. Soldados soviéticos muertos. A la derecha otra casamata con munición y alimentos. En el mismo estado que la anterior. Aquí más muertos tras ser alcanzados por un impacto directo. Una barricada tambaleante. Mucho cable telegráfico, munición y granadas de mano. Después una nueva casamata, trincheras. En una casa sobre un promontorio, hendiduras para observación y disparo. Ametralladoras pesadas destruidas.

Me voy dando cuenta del método enemigo. Con un batallón de ametralladoras se había apoderado de la parte este y bajo un liderazgo inteligente tomado posiciones ocultas con la finalidad de quedar detrás de nuestras tropas al pasar. Nuestra artillería había eliminado la amenaza.

Los aparatos enemigos zumban por el aire y sus ataques contra la población siempre tienen éxito, favorecidos por la densidad reinante. Sus cañonazos resuenan como latigazos sobre el suelo. Después arrojan un par de bombas sobre nuestras baterías antiaéreas. Otra andanada de sus cañones y los burdos aviones de alas gris-negras desaparecen tras los cercanos promontorios para ojos, oídos y armas. Solo quedan llamas, griterío, casas destrozadas y vehículos ardiendo.

Shenderovka arde. Columnas de denso humo en medio del que se ven algunas llamaradas, se arremolinan hacia arriba.

Todos los carros y camiones deben ser destruidos mientras no sirvan al transporte de munición y heridos, o a otro uso para la evasión. Ningún escrito, ningún arma debe caer en manos enemigas. Resulta difícil y al principio se cumple la orden con indecisión, pero a la segunda y tercera vez ya sin pensárselo.

Lo de soltar lastre para la evasión debe cumplirse por parte de hasta el último hombre. Nadie ha de quedar excluido. Yo también he de sufrirlo. Todas las posesiones personales deben arrojarse a las llamas. Ya perdí en otra ocasión todas mis pertenencias. Con esa experiencia me visto con dos pares de calcetines, dos calzoncillos, dos camisas, mi mejor uniforme y mis mejores botas. El resto, con los pequeños objetos cotidianos y mis libros desaparece para siempre. Fuera se está reuniendo unidades de alarma y pequeños grupos de combate a partir de oficinistas, conductores, enlaces y personal de intendencia. Se oye correr y voces. Los embates de la artillería enemiga se alejan. Faltan aun cinco horas para el comienzo de la evasión. Reviso mi subfusil con los seis cargadores.

17 de febrero

Dos horas antes de medianoche me encuentro en el puesto de mando del cuerpo, constituido ahora por dos Kübelwagen. En uno está sentado el Jefe de Estado Mayor con dos altavoces. Ambos han caído en una cuneta. Alrededor hay cañas. 500 metros al sur se divisan las primeras cañas de barro de Chilki. La punta de lanza derecha del ataque partirá de allí.

A nuestras espaldas Shenderovka arde por varios sitios. Es posible que persista allí el horrible atasco. Al ponernos en marcha he perdido el contacto con mis hombres. Era imposible avanzar con rapidez por las calles atascadas con los colonos.

En la salida oeste de Shenderovka la calle transcurre hundida hasta un corto puente. Es el único puente. A lo largo de todo el día se había empleado para la preparación de las puntas de lanza del ataque. A todas luces el enemigo conoce esa “exclusa” que es objeto de un bombardeo insistente, incluso con calibres gruesos. En consecuencia cunde el caos, la inquietud y empeora el atasco y la desconsideración y empujones de los más fuertes. Después las cosas se tranquilizan.

Tras haber estado continuamente preguntando, al final consigo una conexión, pero nadie sabe nada. Parecía que todo estuviese transcurriendo como se había planeado, con excepción del atasco de Shenderovka donde el mando no podía influir sobre la masa humana allí comprimida.

Decenas de miles de personas nos hallamos apretados en un círculo de unos 7 Km de ancho, con mucho equipo pesado y numerosos vehículos. Este amontonamiento dificulta el mando. Los cables telefónicos están cortados. Aunque las estaciones se han subido a carros panje no es posible emplear todas las radios. Los oficiales de enlace no pueden moverse tampoco por el atasco. Por ello queda solo nuestra voluntad fanática, la fuerza que da la decidida esperanza de alcanzar la libertad y un cumplimiento absolutamente fiel del plan de evasión. De lo contrario correríamos peligro y no podríamos parar los siguientes golpes del enemigo. Quizá estos pensamientos sean compartidos por el General y el Jefe de Estado Mayor, al lado de otras preocupaciones. La expresión de sus rostros no consigue ocultar su inquietud interior.

Falta una hora para la medianoche. La evasión a cualquier precio va a comenzar. Ya no hay comunicación con las divisiones ni con el cuerpo de ejército vecino. Se percibe algo de ruido de combates. La artillería enemiga dispara irregularmente fuego de estorbo.

Pasada una hora sigue sin haber aun un cuadro claro de la situación. No hay comunicación. Se percibe fuego de infantería de baja intensidad desde la dirección de las vanguardias y un fuego artillero más vivo sobre las zonas de preparación. En el flanco derecho hay un tiroteo. Salvo eso, nada más. ¿Qué está ocurriendo delante? Una y otra vez la misma pregunta.

En un camino entre árboles los vehículos se han puesto en marcha. Desde ese momento todo fluye hacia delante con un ritmo constante. Eso significa que el ataque ha generado espacio. El Jefe de Estado Mayor me llama. La orden: tomar contacto inmediatamente con el cuerpo vecino y comunicar la situación. El cuerpo probablemente está en Chilki.

Las 3.00 horas. Me limito a lo mínimo: mi MPi, bolsa de mapas, prismáticos, y me llevo a un wachmeister, un hombre ágil. Resbalando y a trompicones nos metemos entre los colonos en medio del destrozado pueblo. No comprendo de dónde vienen tantos vehículos. Una gran cantidad han sido destruidos y el resto debía haberse inutilizado. Los carros panje llevan sobre todo munición. Muchos están vacíos. Sobre algunos yacen heridos. En contra de las órdenes, por camaradería, la tropa se los lleva consigo. Con dolor de corazón hemos tenido que dejar atrás a 1.000 de los más graves y encomendarnos a las leyes de la guerra. Con ellos se han quedado médicos y personal sanitario. Para el mando del Cuerpo la elección fue la peor hora de su vida. Se ha hecho todo lo posible para mantenerlos con vida. Con una esperanza fatigada nos hemos despedido de ellos.

No conseguimos saber cuál es el estado combativo del Cuerpo. Nuestras preguntas no hallan respuestas satisfactorias. De la parte este del pueblo se oye actividad artillera. La calle principal sigue atascada. En medio del jaleo se distingue un fuerte vociferar. Pero todo se mueve, empujado desde atrás. En medio cañones apuntando a las 12. Un teniente retrocede a contracorriente y pregunta por la 1ª Batería. Todos los cañones deben ser inmediatamente volados. No logro comprender sus motivos. Yo tampoco sé donde se halla la batería que busca. Me explicó que había visto pasar de largo a caballo a varios oficiales del Estado Mayor del Cuerpo.

Vuelvo a entrar en algunas casas abarrotadas donde me contestan de mala manera. Cuando salgo me detengo brevemente para escrutar la oscuridad mortecina. Una atmósfera desapacible lo domina todo. Justo antes de la salida sur a Chilki hay una esquina y delante, sobre su caballo, la figura poderosa del Jefe del Cuerpo. Doy mi informe. La línea de combate del XI Cuerpo se ha adelantado 2 kilómetros. No hay claridad sobre la situación del ataque. Un poco después llega el General Lieb a pie, acompañado de su ayudante. Se le ve tranquilo pero fatigado. Su vieja y grave herida de la cabeza parece que le duele. Da una indicación a un vehículo de colonos.

En un promontorio el camino se ensancha. La corriente de gente y caballos que abandona el pueblo se divide. De pronto disparos desde la derecha pasan sobre nuestras cabezas. Gritos: “¡vienen los rusos!”. Avanzan por una estrecha hondonada. No pueden ser muchos. De todos modos se emplaza una MG. Detrás siguen unos cuantos “soviets” más. Comienza un duelo de disparos. Nuestro General Stemmermann se halla allí, derecho, y dispara con el subfusil. La columna de colonos se ha dispersado en un abrir y cerrar de ojos. La mayoría se lanza en dirección contraria. Los menos se quedan y disparan. Los soviéticos han perdido el valor. Al poco se reducen los disparos. Un “Küblewagen” que pasa cerca es detenido y el general y sus ayudantes se suben. Es la última vez que lo veo.

Mi wachmeister ha desaparecido. Los colonos han vuelto a agruparse y reanudado la marcha. Vienen más desde Chilki y la caravana se hace más densa. En el camino vemos numerosas huellas de los combates. Carros tiroteados, también un PaK ruso. Y muertos, alemanes y rusos.

Las 6.30 horas. El día se ha aclarado pero la visibilidad es baja. Neblina en el horizonte. De todos modos no podría mirarse lejos porque el paisaje se compone únicamente de promontorios y hondonadas y la mirada no alcanza más allá de la siguiente elevación. Los mapas no reflejan que el terreno sea tan recortado, y sobre todo no muestra el fondo cenagoso de cada barranco y depresión, donde ni las heladas hacen mella.

Truenos de artillería a este y oeste y después también disparos de fusil desde la derecha. Desciendo por una larga pendiente. En el fondo un gran cenagal que ha atrapado un gran grupo de vehículos. Un tractor, un vehículo de comunicaciones, tres camiones, una docena de carros panje y un cañón. Un camión arde levantando una humareda negra y espesa. He de pasar sobre restos de caballos y caigo. A trompicones me dirijo a la izquierda. Puedo distinguir con claridad el fogonazo de un PaK enemigo. Se halla enfrente de mi posición, a unos 1.000 metros siguiendo una hondonada hacia el oeste. Dispara hacia lo alto.

Con la claridad los rusos ahora se agrupan. Se han sobrepuesto a la sorpresa y observan qué sucede. Cada minuto aumenta la cadencia de los impactos de los PaK y la artillería ligera. La metralla cruza el aire con silbidos. También ráfagas de ametralladora. Ahora noto en el suelo detonaciones a la derecha e izquierda. Negras columnas de humo que se ensanchan a medida que se elevan. La amenaza está por todos lados. La columna que hasta entonces marchaba de forma compacta se ha convertido en un hormiguero. A ningún aviador podría pasarle por alto los miles de puntos dispersos que se dirigen hacia el sur. “¡Evasión a cualquier precio!”. Desde atrás no cesa el flujo de gente y vehículos. No existe la necesaria calma para buscar los espacios menos castigados por la artillería. Cunde el correr hacia el hombre que se encuentra delante. Es una imagen terrible como todo ha caído en el caos.
BUCHNER A “Ostfront 1944”. Dörfler (1991) p.45-54
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
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Del Dniéper a los Cárpatos, 1944

Mensaje por Grossman » Vie Sep 17, 2010 1:18 pm

5.3 Testimonio: el oficial de noticias del 42º Armeekorps
(2ª parte)
El punto de ensamblaje de nuestra unidad debe de estar muy cerca, ¿porqué no lo hemos alcanzado aún? ¡Hay que avanzar más deprisa! El poder de la masa crece inexorablemente y alcanza una violencia irrefrenable. Se pierde el mando. No hay posibilidades de guiar esta estampida que entra directo en el fuego enemigo. Las unidades de a pie o a caballo , con carros panje, camiones y otros vehículos que han logrado llegar se mezclan, bajo el fuego enemigo, en un promontorio desarbolado. Se funden en los barrancos y vuelven a subir con fuerza para salir al encuentro de tanques y tropas propias. No hay pausa.

También yo subo con rapidez la pendiente. Unas cuantas veces me tiro a tierra para tomar aliento. Cerca de mí un relámpago en medio de un grupo. Miembros humanos cruzan el aire. Llego a otro promontorio. Arriba un carro abandonado y un caballo destripado. Un blanco directo. Al herido solo lo puedo consolar diciéndole que llegan carros para llevárselo. Él mismo se ha vendado la rodilla.

Durante un breve momento cae nieve y sopla un viento frío. Un caza soviético se acerca en vuelo bajo, rugiendo. Es lo que faltaba en este terreno sin sitio para cubrirse. Pero sus cañones no disparan; el piloto no se atreve porque no puede distinguir enemigos de amigos. En la cima cae fuego de artillería que proviene del oeste. Tras los primeros impactos viro a la izquierda. Mi brújula señala al oeste. Al poco rato todo fluye en la misma dirección. ¿De qué sirven los fusiles y subfusiles si el fuego de la artillería pesada enemiga nos empuja por las largas laderas y no hay infantería enfrente? El suelo está cubierto de una capa de nieve que llega hasta las rodillas. A menudo manchada de sangre.

En el fondo de otro barranco cenagoso están clavados dos vehículos, uno al lado de otro. Llega un tractor a toda prisa y como si el conductor fuera ciego entra en la peor parte del lodo. Algunos carros panje pasan con esfuerzo pero con éxito el barranco.

Por como es el fuego enemigo calculo que hemos de estar delante de una línea de barrera. Más allá, a la izquierda, hay un bosque. La artillería rusa dispara allí. Intento girar al oeste pero el fuego enemigo de ametralladora me obliga a retroceder. En la cima del siguiente montículo hay un cañón nuestro pero no dispara. Al lado del bosque cae fuego de granadas. Me muevo en paralelo al mismo a media altura de la pendiente. Una granada crepita cerca. La gran cantidad de nieve me fatiga enormemente. Debo levantar los pies a cada paso. El bosque acaba en un barranco donde se hallan atascados unos cuantos vehículos.

Una parte del bosque asciende por una pronunciada pendiente. Delante se han detenido algunos vehículos tras haber subido unos cuantos metros. Llevan heridos. Asciendo con dificultad entre los troncos. Quiero ahorrar fuerzas y seguir inexorablemente la dirección que marca la brújula. Algunas granadas explotan entre las ramas. Pienso que puede ser fuego indiscriminado. Cuando viro a la derecha me encuentro con fuego de infantería. Queda descartado abordarlos porque no viene nadie conmigo. Debo volver al bosque. Disparos de tanques cerca. La breve detonación doble de su cañón es inconfundible.

De pronto se aclara el bosque. Veo casas delante mío. Un pueblo (Potschapinzy). Dos rusos se aproximan corriendo por la calle principal.

Todos vuelven al bosque. Dos landser resueltos gritan "¡hurra!". Otros los acompañanan en el grito. El griterío continúa y se hace cada vez más fuerte. Para mi sorpresa, debe haber mucha más gente nuestra en el bosque. Los rusos desaparecen de nuevo.

En el cruce una masa de caballos ensangrentados se revuelve entre restos de carros. Algunos heridos se apoyan en una pequeña escalera de una casa de ladrillos. Seguro que ha sido un disparo de tanque. Ahora entre las casas, sobre los huertos y a lo largo de una hondonada, por una calle entre dos estanques. Subo por una larga pendiente a la derecha. La zona es batida ininterrumpidamente por fuego de ametralladoras. En medio, disparos de cañones. Después granadas. Fuego enemigo desde tres direcciones. Un barullo salvaje.

Diana en medio de un grupo de hombres a mi derecha. El humo se disipa rápidamente. Algunos hombres se lamentan y gimotean. El carro panje que los seguía recibe un impacto directo y se eleva un metro. Gritos. Los rusos delante nuestro se entierran. La presión del estallido de una granada a mi lado me roba el aire. Trozos de tierra golpean mi espalda. Sediento, lamo la nieve. Es horrible yacer sin cobertura bajo una cortina de fuego ametrallador. Me obligo a levantarme. Muchos siguen, tambaleantes. Parece que ya les dé igual si van a ser abatidos.

Hay una zona del pueblo que está un poco más tranquila. De pronto un tanque soviético que no dispara pero pasa por encima de todo lo que encuentra delante. Repto a través de un huerto de frutales hasta un terreno arado helado hasta alcanzar el bosque. Hay armas abandonadas por doquier, las dejaron ahí hombres a los que no quedaban ya fuerzas. Algunos landser aprovechan para completar su armamento. Ahora todos se han convertido en infantería.

Me tomo el tiempo necesario para orientarme mejor con el mapa y la brújula. Nos hemos desviado muy lejos, al sureste. El plan es, por consiguiente, marchar directamente en dirección oeste cuando alcancemos la próxima hondonada. Tenemos esta ya a la vista cuando aparecen jinetes. Más de 100. ¿Caballería rusa? Es posible, ¿hay que ocultarse? Primero acercarse un poco. Tampoco con los prismáticos consigo identificar a los jinetes. Se alejan oblícuamente. Suenan algunos disparos. Algunos jinetes se dirigen hacia nosotros. Son artilleros montados alemanes.

En la amplia hondonada se reúne la tropa que se había dispersado. De nuestra posición de ensamblaje no hay señales. Pero Lisianka no puede estar a más de cinco kilómetros. Esta población seguro que estará en manos alemanas.

La visibilidad empeora cada vez más. Delante nuestro se perciben disparos aislados de fusil. Después comienza un tiroteo intenso hasta que de pronto nos damos cuenta de que estamos disparándonos entre nosotros. Siguen juntándosenos soldados dispersos. La columna de hombres se hace más densa y más fuerte.

Tras unos arbustos nos encontramos con un lodo gris, blando y profundo hasta las rodillas. En él se mueve una masa apelotonada de hombres Yo calculo que varios miles. En medio explotan proyectiles de tanques y granadas de mano. A la derecha tabletea una ametralladora. La masa se ha estancado delante de un río. Tiene unos 20 metros de ancho con una corriente fuerte. En parte lleva hielo (el Gniloi Tikich).

Todos quieren pasar al otro lado para ponerse a salvo del fuego enemigo. Las primeras filas se tiran al agua como una manada. Muchos se ahogan. En la orilla opuesta, los que han conseguido llegar suben la pendiente. La imagen es incitante. Cadáveres de caballos giran pesadamente en la corriente. Un par de carros introducidos en el río desaparecen en la profundidad. Ningún vado. En una de las zonas algunos landser tratan de arrastrarse sobre la delgada capa de hielo. Veo que el hielo cede y las placas pasan encima de ellos. Algunos se quitan la ropa e intentan inútilmente, también las armas, arrojarlas a la otra orilla, y se tiran después al agua. El que alcanza la otra orilla sigue caminando. El fuego enemigo se intensifica. Ahora también disparos de fusiles desde la izquierda. Heridos que gritan y suplican ser llevados. Organizar un vado es imposible con el tumulto.

Intento salir de esta masa. Un impacto cercano lanza hombres y tablones por el aire. Los tanques enemigos no pueden estar lejos. Las cañas y la hierba me impide verlos. He decidido atravesar el río a nado. El subfusil colgado al cuello y la cartera de mapas cruzada a la espalda. Diviso al otro lado una zona con matorrales que me permitirán encaramarme. Calculo lo que me arrastrará la corriente hasta allí y me dirijo corriente arriba. Por todo el peso que llevo entro al agua despacio. Tras unas cuantas brazadas me hallo al otro lado. Detrás de mí oigo un gorgoteo. Algunos me han seguido pero no saben nadar. A uno lo consigo izar y poner a salvo. Al otro lado atravieso un delgado cinturón de árboles una pendiente despejada donde cae fuego de ametralladora. Alguno es alcanzado aquí. Debo enterrar mi corazón porque yo solo no puedo ayudar a los heridos. El consuelo es tan vacío ...

El viento con nieve sopla con fuerza sobre mi espalda. Un landser se ha derrumbado por agotamiento y yace con ojos vidriosos. Su antebrazo izquierdo alzado desciende lentamente. Al viento arrastra, como si fuera papel, las capas de camuflaje abandonados para poder cruzar el río. El agua helada chapotea en las botas. Tengo mucho frío. ¡Solo caminar y sobre todo no detenerse!

El ruido del combate ha quedado lejos. Por fin aparecen casas, Lisianka. Solo un tramo junto al río y después un par de charcos de lodo. Dos landser delante mio ayudan a un camarada mayor que, lívido y amarillo, se tambalea por el agotamiento. Sobre una pequeña sepultura el primer soldado de la tropa de rescate presta ayuda.

Después entramos en el poblado. Muchos se alegran pero no hay júbilo. Solo dicen: "lo hemos conseguido", y piensan en los camaradas de los que no conocen su suerte.

Tiritando llego al puesto de mando. De mi estado mayor no hay noticias. Después dejo que me envuelva el calor de una estufa.

Lentamente nos reunimos. Hasta el área de ensamblaje definitivo de los combatientes de Cherkassy falta aún una fatigosa marcha a través de tormenta, frío y mucha nieve. Pasan largas caravanas de colonos. Muchos hombres han conseguido pasar. Pero muchos faltan ...
* * *
Con este testimonio dantesco, y salvo que alguien quiera aportar algo más, abandonamos ya por fin este sector, y nos trasladamos al norte, cerca de los pantanos de Pripyat, donde el ala derecha del 1rFU aprovechó la debilidad del flanco izquierdo del HS para ganar territorio y amenazar la espalda y la ruta de suministros del grupo de ejércitos alemán. Lo veremos en el próximo post: la Ofensiva de Rovno-Lutsk (27 enero – 11 febrero 1944).

Un saludo a todo el mundo
Grossman
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
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Del Dniéper a los Cárpatos, 1944

Mensaje por jesus2 » Mié Sep 22, 2010 11:43 pm

Lo prometido es deuda en este hilo también. Asi pues, es hora de cumplir mis compromisos.

Primero, la foto prometida. Curiosa foto, claramente de propaganda. Tanta sonrisa es sospechosa.

Imagen

Esta segunda imagen es un mapa más táctico de los que han sido publicados en este hilo. Se trata de los movimientos de la 1 Panzer.

Imagen

A continuación dos mapas más sobre el regimiento de Bäke. En el primero se muestra su área de actuación del 11 al 18 de febrero, además del despliegue de las restantes divisiones implicadas.

Imagen

Por último, un mapa que muestra el ataque del dia 12 en el que se destruyeron unos 70 carros de combate y unos 50 cañones anticarro. Como se puede ver, los Tiger fijan el fuego enemigo frontalmente mientras a la derecha los Panther del II/23 Panzerregiment (y el 2 Panzerregiment de la 16 Panzer) atacan por el flanco, haciendo lo propio, lo cual suele caer en el olvido, la 16 Panzer por la izquierda.

Los carros soviéticos abandonan la protección del frente defensivo anticarro para lanzar un contraataque. Mientras los Tiger en el centro y la 16 Panzer a la izquierda llaman la atención y fijan el frente, los Panther por el flanco derecho flanquean la posición defensiva soviética, derrotan a una fuerza blindada que trataba de hacer lo mismo y por último ataca de flanco la posición defensiva principal desde posiciones más ventajosas. La historia de siempre, en realidad: fijación del frente y ataque de flanco sobre la posición defensiva principal.

Imagen

Un saludo.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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Del Dniéper a los Cárpatos, 1944

Mensaje por jesus2 » Mié Sep 22, 2010 11:58 pm

Por cierto, olvidé escribirlo. La foto aparece en la página 212 de Waffen-SS Encyclopedia de Marc Rikmenspoel y los mapas en The history of German Tiger Tank Battalion 503, de varios autores.

Un saludo al foro.
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