Operación Tifón: datos sobre la batalla aérea

La guerra en el este de Europa

Moderadores: José Luis, Audie Murphy

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Operación Tifón: datos sobre la batalla aérea

Mensaje por José Luis » Vie Jul 15, 2005 4:00 pm

¡Hola a trodos!

El 30 de septiembre de 1941, la Luftwaffe afirmaba haber destruido un total de 14.500 aviones soviéticos, de los cuales unos 5.000 habían sido derribados en combate aéreo. Entre el 22 de junio y el 27 de septiembre, 1.603 aviones alemanes fueron destruidos y 1.028 dañados. Durante los tres primeros meses de Barbarroja, las pérdidas de la Luftwaffe fueron superiores a las de la Batalla de Inglaterra, donde sufrió 1.385 bajas por combate desde julio a octubre de 1940. Un número de unidades alemanas fue retirado de la acción debido a sus severas pérdidas, entre las que se encontraban las dos Zerstörergruppen de ZG 26 y los Bf110 de SKG 210. Estas unidades habían logrado resultados impresionantes: ZG 26 afirmó haber destruido unos 1.000 aviones soviéticos en el aire y en el suelo, más 300 vehículos y 250 tanques; y SKG 210 estaba acreditada con la destrucción de 519 aviones soviéticos, 1.700 vehículos y 83 tanques. Pero sus propias pérdidas dejaron a esos Gruppen sin capacidad de combate después de tres meses de acción. La pérdida de unidades Bf 110 sería perjudicial para las misiones de apoyo cercano de la Luftwaffe.

Aunque la Luftflotte 2 había sido reforzada por Stab II. y III/JG 3, más un fresco Jagdgruppe (I./JG 52) traído de Europa occidental, los reemplazos no cubrieron la acumulación de pérdidas. Al comienzo de la operación Tifón la fortaleza de Luftflotte 2 había caído de 1.200 aviones en junio de 1941 a 549, de los cuales no más de 158 eran bombarderos.

En esta ofensiva alemana los comandantes soviéticos pidieron todo el apoyo aéreo disponible. El aire era el único terreno en el cual los soviéticos podían compararse numéricamente a los alemanes. Cinco días antes de la ofensiva, el comandante del Frente Occidental, Ivan Konev, había pedido desesperadamente refuerzos a la Stavka, pues todo lo que le quedaba de los VVS en este sector después de la participación de su fuerza aérea en la batalla de Yelnya eran 373 aviones. Fue apoyado por cinco DBA Divizii y varios regimientos de aviación del Distrito Militar de Moscú, pertenecientes al 6 IAK/PVO y a los grupos de reserva aérea especial GKO. Por ese tiempo el GKO había formado media docena de grupos de reserva aérea, cada uno consistente entre 4 a 6 regimientos de aviación, directamente subordinados a la Stavka. De esta forma, el 1 de octubre el número de aviones de combate del VVS que se oponía al Grupo de Ejércitos del Centro había llegado hasta 863 (578 bombarderos y 285 cazas), de los cuales 301 bombarderos y 201 cazas estaban operativos.

Durante esos desesperados días, el VVS proporcionó a su enemigo una serie de desagradables sorpresas, incluyendo lo que vendría a convertirse en una referencia del Frente Oriental, las incursiones aéreas nocturnas: los alemanes copiarían esta técnica más tarde formando los Nachtschlachtgruppen, “museos volantes” equipados con aviones obsoletos como el Fw58, el Ar66, He45 y He46.

En este frente aparecieron en gran cantidad los bombarderos rusos Pe-2, Pe-3 y el Il-2 Shturmovik.

El unteroffizier Walter Tödt del I./JG 52 describe la capacidad del
Il-2 para resistir incluso el fuego de un cañón pesado: “During a return flight from the front area, Leutnant [Karl] Rung and I came across a lone Il-2. We attacked and the Ivan dived in the direction of Moscow. He was too low to permit us to attack him from below, where we could have hit his Achilles heel, the radiator. We fired from both sides, aiming at the tailfin, which flew apart. But the Il-2 kept flying! Suddenly, light antiaircraft fire was thrown up against us, and we had to disengage at tree-top level. These birds were a most difficult target. When you attacked them from behind, the shells simply bounced off their springy plywood fuselage. And the pilot was seated in an armored tub!”

El 7 de octubre (cuando empezó a caer la nieve), el VVS del 5º Ejército soviético, a cargo de la defensa de Mozhaysk en la carretera de Moscú al este de Vyazma, fue reforzado con el 41 IAP y el 172 IAP, equipados con Mig-3s, LaGG-3s y Yak-1s.

Entre el 2 y el 10 de octubre el 10.L/JG 52 notificó 58 victorias aéreas y 7 pérdidas. Entre las pérdidas del 10 de octubre estaba uno de los pilotos soviéticos más audaces, el capitán Konstantin Titenkov del 11 IAP/6 IAK. Entre el 11 y el 18 de octubre los soviéticos lanzaron una ofensiva aérea que puso fuera de combate al II. y III./JG 52. Poco después el II./JG 3 fue transferido al sector de Crimea. El capitán Georgiy Zimin, uno de los seis pilotos caza del 42 IAP, describe así el ataque del 11 de octubre:


Six MiG-3s of 42 IAP took off on a mission to escort twelve Il-2s. The Shturmoviks were tasked with a strike on the airfield near the city of Orel.
The fighters had to escort them, and if opportunity should arise, to participate in the strike. The cover en route was organized as follows: One fighter sec-tion led by Kapitan Morozov formed a close escort group to the Shturmoviks, while the section led by the group leader, the author of these lines, formed an assault group and flew in front of and higher than the Shturmoviks, in order to detect the main concentration of the enemy aircraft and direct the Shturmoviks by diving in this direction.
I saw the main concentration on the airfield— more than 200 bombers, standing wing to wing— and signalled “attention” and then started diving.
The Shturmoviks reformed in right echelon and formed a circle turning to the left, heading toward the mass of the enemy aircraft, and started to at-tack them one by one, aiming individually. Dur-ing the first pass, the Shturmoviks dropped their bombs, during the second they fired rockets while diving, and during a third pass they attempted to destroy the remaining planes with cannon fire, pulling out of the dive at extremely low altitude. As the main group of our aircraft approached the airfield, four Me 109s were scrambled. Our escort fighters attacked and destroyed them dur-ing takeoff. At this moment, I noticed five Ju 52s approaching the airfield from the south at an alti-tude of 200 meters. We bounced them and were able to shoot down all five
.”

El 12 de octubre de 1941 aparecieron los primeros P-40 Tomahawk americanos, destinados al 126 IAP en la zona de combate de Moscú. Pero junto con el Hurricane británico, el Tomahawk estaba lejos de ser un excelente caza. Aunque superior al Hurricane y más o menos equivalente al Bf 109E, demostró ser inferior al Bf 109F. No menos debido a los frustrantes problemas técnicos y logísticos, la transición de equipo del 126 IAP desde el Mig-3 al Tomahawk acabó provocando una bajada de moral en las tripulaciones soviéticas.

Fuente: "BLACK CROSS / RED STAR" Air War Over the Eastern Front, Vol. I, Operation Barbarossa, 1941 by Christer Bergström and Andrey Mikhailov.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Angel
Usuario
Usuario
Mensajes: 25
Registrado: Dom Jul 31, 2005 1:00 pm
Contactar:

Mensaje por Angel » Jue Ago 11, 2005 5:10 pm

Saludos

La importancia del tema en el conflicto tratado queda reflejada en el hecho de que el primer golpe de la guerra fuera asestado por la aviación alemana la madrugada del 22 de junio, dejando casi sin protección aérea a las tropas de tierra rusas.

Según el diseñador ruso Yákolev, (Vicecomisario del Pueblo de la industria de aviación), "nos amargaba que nuestra aviación contase aún con muy pocos nuevos aparatos: el proceso de su producción en serie sólo comenzaba a desplegarse. En 1940 se fabricaron sólo 64 cazas Yak-1 y 20 MiG-3. El bombardero de picado Pe-2 existía únicamente en dos ejemplares. En el primer semestre de 1941 se fabricaron 1.946 cazas MiG-3, Yak-1 y LaGG-3, 458 bombarderos Pe-2 y 249 aviones de asalto Il-2. Por el momento la mayoría de aviones de combate de las Fuerzas Aéreas era de las marcas viejas. Pero teníamos muchos aparatos así y eso nos tranquilizaba un poco." (Alexandr Yákolev. El sentido de mi vida. Memorias de un constuctor de aviones. Moscú; págs. 172, 173).

Aunque en un inicio el Buró de Información Soviético quizo reducir la magnitud de la catástrofe reportando la pérdida de 374 aviones entre el 22 al 24 de junio, más tarde se preciso que "Al mediodía del primer día de la guerra habíamos perdido 1.200 aviones: 300 derribados en combates aéreos y 900 destruidos en los aeródromos" (Ibid; pág. 179).

Saludos

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Jue Ago 11, 2005 6:06 pm

¡Hola, Ángel!

¿De qué año son las memorias de Yákolev que referencias? Porque yo creo que sus estimaciones de pérdidas son muy conservadoras.

La Luftwaffe en las primeras semanas de Barbarroja eliminó la capacidad combativa que tenía la VVS; no volvió a recuperarla hasta los días de la batalla de Moscú.

Para la primera serie de ataques aéreos contra la URSS en Barbarroja, la Luftwaffe utilizó 1.280 aviones de combate (Bundesarchiv—Militararchiv Freiburg, Federal Republic of Germany, "Der Luftwaffenaufmarsh 1941 gegen Russland," de Gen, Qu. 6 Abteilung). En el primer día de campaña, en aproximadamente 18 horas de combate, destruyó más de 2.000 aviones soviéticos [Cajus Bekker, The Luftwaffe War Diaries (New York, 1975), p. 317], con una pérdida propia de 35 aviones, de los cuales 15 lo fueron por circunstancias (detonación prematura de las bombas) ajenas al combate [Bundesarchiv, "Auszug aus den Lageberichten," OBd.L. (Ic)]. Según el mayor (oficial de estado mayor de operaciones aéreas de la USAF) Lonnie O. Ratley III “A Lesson of History: The Luftwaffe and Barbarossa” (Air University Review, marzo-abril 1983), en términos numéricos de aviones enemigos destruidos contra el número de aviones propios perdidos, el ataque inicial de la Luftwaffe contra Rusia es la operación más exitosa en la historia de la guerra aérea.

La primera operación previa fue llevada a cabo por treinta bombarderos con bombas de fragmentación SD-2 y SD-10 contra los aeródromos soviéticos clave, tres aparatos para cada aeródromo. Según Walter J. Boyne “Clash of Wings” eran 10 Ju-88A del KG3, 10 Dornier Do 17Z del KG2 y 10 Heinkel He111 del KG53.

La primera oleada del ataque alemán estaba compuesta por 637 bombarderos y 231 cazas. Los resultados de esta primera oleada fueron de 222 aviones soviéticos (cifra conservadora) destruidos en combate aéreo, y 890 destruidos en el suelo (Lageberichten). Las pérdidas alemanas fueron: 2 Me109, 1 Me110, 1 Ju87, 8 Ju88 y 6 He111. Las pérdidas alemanas deben examinarse con la consideración de que un buen número de ellas se debió al malfuncionamiento de las bombas de fragmentación SD-2 y SD-b.

En menos de dos meses la Luftwaffe acabó con el 80% de los aviones de la VVS, pero no acabó -porque no podía- con su industria. Ésta fue la clave estratégica de la campaña aérea de Barbarroja. Por otra parte, la Luftwaffe al comienzo de Barbarroja sólo desplegó el 60% de su fuerza operativa.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Angel
Usuario
Usuario
Mensajes: 25
Registrado: Dom Jul 31, 2005 1:00 pm
Contactar:

Mensaje por Angel » Vie Ago 12, 2005 7:41 pm

Hola José Luis

La traduccción al español del ruso por Angel Pozo Sandoval de las citadas memorias de Yákovlev no consignan la fecha de edición. Fue publicada por la Editorial Progreso a 535 páginas. Sin embargo no es anterior a 1968, pues hace referencia a sucesos de dicho año. Además, Stalin había "sugerido" no publicar memorias dentro de los primeros años posteriores a la finalización del conflicto.

Coincido contigo en que las cifras de pérdidas son conservadoras. Creo que se basó en fuentes oficiales consignadas en obras como la "Historia de la Gran Guerra Patria", obra que cita.

Atribuyo, sin embargo, mayor confiabilidad a los datos que ofrece en materia de diseño y producción de su aviación, que era lo suyo. Aquí unos datos que tal vez puedan interesar para el debate:


"En 1941, la industria aeronáutica de la URSS produjo 15.735 aparatos. En el difícil año de 1942, cuando se evacuaban sus empresas, se fabricaron 25.436 aviones; en 1943, 34.900; en 1944, 40.300 y en el primer semestre de 1945, 20.900.

(...)
Ya en la primavera de 1942, todas las fábricas evacuadas de las zonas centrales de la Unión Soviética a los Urales y Siberia empezaron a producir equipo aeronáutico —aviones, motores y sus piezas— y a incrementar con rapidez el ritmo. En 1943 y 1944, la mayoría de estas fábricas producían en los nuevos enclavamientos varias veces más que en los anteriores.

En el transcurso de la guerra más grandiosa, la industria aeronáutica soviética logró superar considerablemente el potencial de la industria similar alemana, aunque, como se sabe, Alemania disponía, además de sus propios recursos, de los de sus aliados y de los países europeos subyugados. En 1944, las empresas alemanas fabricaron 27.600 cazas, bombarderos y aviones de asalto, mientras que nuestras fábricas dieron al frente en el mismo año 33.200 aviones de estos tipos. En 1944, la producción de aviones en la URSS aumentó en el 280%, en comparación con el período anterior a la guerra.

En los primeros meses de 1945, la industria aeronáutica fabricó material para los combates finales. La fábrica de aviones N° 153, situada en Siberia, que durante la guerra dio 15.000 cazas, en enero-marzo de 1945 entregó al frente más de 1.500 cazas modernizados Yak-9.

(...)
Los éxitos de la retaguardia soviética permitieron robustecer en gran medida las Fuerzas Aéreas. A comienzos de 1944, las Fuerzas Aéreas soviéticas disponían de 8.818 aviones de combate, contra 3.073 de los alemanes. En el número de aviones superábamos al enemigo en el 170%. A medida que pasaba el tiempo iba creciendo nuestra superioridad. A principios de junio de 1944, Alemania tenía en el frente sólo 2.796 aviones, contra 11.787 nuestros. A comienzos de enero de 1945. la aviación soviética disponía de 15.815 aparatos de combate.
He aportado una decena de cifras, cada una de las cuales encierra la emocionante historia de cómo se forjó en la retaguardia y se conquistó en el frente nuestra victoria.

Los historiadores militares y memoristas extranjeros escriben detalladamente en sus trabajos las operaciones de la aviación en el Frente Occidental. Pero tanto a nuestros ex adversarios como a los aliados no les gusta escribir (de las grandiosas batallas aéreas en el Frente soviético-germano donde encontraron su fin 62.000 aviones fascistas, o sea, dos tercios de la aviación hitleriana. Por lo que se refiere a los ex dirigentes de la flota aérea hitleriana, es comprensible: tales recuerdos no pueden ser agradables. Pero cuando ciertos historiadores militares norteamericanos e ingleses silencian el significado de las Fuerzas Aéreas soviéticas en la derrota de la Luftwaffe y si mencionan nuestros aviones lo hacen sólo de pasada tildándolos de "rudimentarios" y "cortados a hachazos", eso es ya deshonestidad.

Cierto, nuestros aviones de combate eran incomparablemente más sencillos por el diseño y la tecnología que los norteamericanos o los alemanes, y esa fue su ventaja.
Nuestros aviones estaban adaptados para la producción en las durísimas condiciones específicas del primer período de la guerra: evacuación, gran déficit de aluminio, aparatos y toda una serie de materiales indispensables en la producción masiva de aviones, motores y equipos. En el Este asimilaban fácilmente su producción obreros no calificados, mujeres y adolescentes en su mayoría.
No obstante, nuestros aviones respondían por entero a las rigurosas condiciones de la batalla aérea en el Frente soviético-germano con la flota aérea de la Alemania hitleriana, que era la más fuerte del mundo.
La superioridad cualitativa del material producido por las fábricas de aviación junto con el creciente número de aparatos aseguró el completo dominio de la aviación soviética en el aire." (págs. 366, 367)

Saludos

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Sab Ago 13, 2005 3:21 am

Muchas gracias por tu deferencia y por compartir tus datos, Ángel.

Más allá de la comprensible mecánica política totalitarista, jamás entendí por qué la historiografía soviética de desprestigió a sí misma, cuando tenían a su favor el gran triunfo que, ética aparte, les dio su organización político-económica-industrial de lo que ellos llamaron la gran guerra patriótica. No tenían necesidad, en general, de convertir la historiografía soviética en absurda propaganda.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

alejandro_
Miembro
Miembro
Mensajes: 497
Registrado: Mié Jul 13, 2005 3:48 am
Contactar:

Mensaje por alejandro_ » Sab Ago 13, 2005 5:56 am

Segun las referencias que tengo las memorias de Yakovlev son "sospechosas" como poco. Pero no solo destacan por la ocultacion de cifras o problemas sino que tambien son continuos los ataques al otro gran diseñador de aviones rusos: Lachovkin. Yakovlev uso todas sus influencias para suprimir la produccion de los modelos LaGG y monopolizar asi la produccion de cazas.

Saludos.

Angel
Usuario
Usuario
Mensajes: 25
Registrado: Dom Jul 31, 2005 1:00 pm
Contactar:

Mensaje por Angel » Sab Ago 13, 2005 5:53 pm

Saludos, José Luis y Alejandro

Aprovecho José Luis para agradecerte por tu gentileza, sobre todo por que viene de una persona tan conocedora y de tan destacada participación en estos y otros foros sobre la II Guerra Mundial. Precisamente, es que tratando de superar cualquier perjuicio es que participo haciendo referencia a autores rusos con plena conciencia de la poca credibilidad que, por razones obvias, encontrarían en éste y otros centros de discusión similares.

En cuanto a lo manifestado por Alejandro, creo que sería cosa de documentarlo. Por ejemplo, en plena guerra, y estando el as ruso Pokryshkin (quien se anotara más de cincuentinueve victorias y fuera declarado 3 veces héroe de la Unión Soviética) en Moscú de permiso, se le encomendó la misión de visitar las fábricas de aviación a conocer los nuevos cazas, lo cual relata:

“En el aeródromo me recibió el general Fedrovi, conocido piloto probador en el país. Me enseñó un Yak-3 nuevecito, que acababa de pasar las pruebas. Tras de examinarlo, me subí a la cabina y puse el motor en marcha. El avión tomó altura con rapidez. Hice algunas figuras de acrobacia de alta escuela y noté en seguida sus ventajas sobre los cazas que había tenido ocasión de pilotar antes. Pero me saltaron también a la vista algunos defectos del diseño.

Comuniqué mis impresiones a Fedrovi.
— Estoy de acuerdo con usted —me dijo—. Ustedes, los del frente, ven mejor las virtudes y los defectos de los aviones. Vuele mañana otra vez y lo presentaré al ingeniero aeronáutico.
— ¿A Yákovlev?
— Sí.

De camino al hotel fui pensando en lo que diría al famoso constructor de cazas soviéticos. Efectivamente, yo tenía que comprobar otra vez mis deducciones, si bien muchas las tenía ya por indiscutibles. El Yak-3 debía tener tres cañones, pero debido a dificultades del proyecto, los aparatos fabricados en serie tendrían uno solo. Eso disminuía sus posibilidades combativas. La distribución de los indicadores en la cabina era también algo incómoda para el piloto.

(...)
Después de realizar unos cuantos vuelos más, Fedrovi acabó por llevarme a ver al ingeniero aeronáutico Alexandr Yákovlev, que estaba sentado delante de una chimenea francesa encendida, atizando las ascuas con una badila. Fedrovi le habló de mí, de mis vuelos y de las observaciones que había hecho. El ingeniero aeronáutico escuchaba sin dejar de remover las ascuas de la chimenea. Llegó a parecerme que no le interesaban mis razonamientos sobre el aparato.
La conversación no cuajó.

(...)
De cara a la noche, alguien llamó a la puerta. Di el adelante. Entró un general. Me tendió la mano y mencionó su apellido, presentándose: Lávochkin.
— He decidido molestarle -comenzó a hablar tomando asiento—. Estoy construyendo un avión que será más potente que el La-5. Le estaré muy agradecido si le echa un vistazo con ojos de piloto fogueado.
Semión Lávochkin me interrogó largo y tendido sobre los combates aéreos, los aviadores que él conocía por la prensa y me habló de sus planes de ingeniería. Al despedirse, me invitó a visitar la fábrica, donde se estaba preparando para las pruebas un La-7.
En el taller donde entré a la mañana siguiente, ya se sabía que recibirían la visita de un piloto del frente. Miré las caras cansadas, pero enérgicas, y los brazos robustos de la gente y sentí deseos de estar entre ellos lo más posible. Allí todo daba testimonio del porfiado trabajo creador de la gente, de su afán de proporcionar a los aviadores un arma de lo más moderna y segura para derrotar definitivamente al enemigo.
— ¿Qué instaláis en el nuevo aparato, cañones o ametralladoras? —inquirí, deteniéndome junto a la explanada de montaje del armamento.
— ¿Para qué vamos a poner ametralladoras?... — Mira tú mismo lo que hacemos —propuso.
¡Efectivamente, el caza era magnífico! No pude menos de recordar los I-15, I-16 y Migs con que habíamos combatido durante los primeros días de la guerra y a los valientes que incluso en aquellos aparatos afrontaban con intrepidez el fuego de los cañones de los Messerschmitts blindados.

(...)
Lamentablemente, Lávochkin no pudo presentar un avión nuevo listo y probado del todo para que volará en él. Pero prometió enviarme aviso al frente, tan pronto como saliesen los primeros La-7; para que nos lleváramos varios y los probásemos en el frente.” (Alexandr Pokryshkin. Mi guerra aérea. Editorial Progreso. Moscú. 1975; págs. 353-356)

Sin embargo, contrariamente a lo descrito por el aviador, Yákovlev en sus memorias sostiene: “Conocí a Alexandr Pokryshkin ya después de la guerra. Los trabajadores de una ciudad siberiana propusieron su candidatura y la mía para diputados al Soviet Supremo de la URSS. Los dos interveníamos en actos electorales, pero en distintas fechas y, aunque sentía grandes deseos de encontrarme con él, no se ofreció la ocasión de que nos viésemos en Siberia. Nos conocimos en el Kremlin, en una sesión del Soviet Supremo. Alexandr Pokryshkin era ya general con tres estrellas en el pecho, tres veces Héroe de la Unión Soviética. Es un hombretón de anchas espaldas, mediana estatura y rostro franco y bondadoso, típicamente ruso.
Aunque antes no nos conocíamos personalmente, encontramos, como viejos compañeros de la profesión, muchos temas para conversar y recordar.” Alexandr Yákovlev. (“El sentido de mi vida. Memorias de un constructor de aviones. Editorial Progreso. Traducido del ruso por Angel Pozo Sandoval. Moscú; págs. 295, 296)

Saludos

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Sab Ago 13, 2005 6:14 pm

¡Buenos días a todos!

Buen post, Ángel. E Interesante.

No debe menospreciarse la historiografía soviética, al igual que no debe tomarse como artículo de fe la historiografía occidental.

La historiografía soviética debe aprovecharse porque es muy útil y, en muchos casos, fundamental. Lo único razonable y conveniente es contrastar los datos de nuestro interés con todas las fuentes a nuestro alcance, y luego sacar nuestras propias conclusiones.

La carga propagandística de la historiografía soviética, coherente con el régimen político que la gobernó, no debe ser un descalificativo, sino una reserva.

Por supuesto, en mi opinión.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

alejandro_
Miembro
Miembro
Mensajes: 497
Registrado: Mié Jul 13, 2005 3:48 am
Contactar:

Mensaje por alejandro_ » Sab Ago 13, 2005 11:44 pm

Hola Angel, excelente post.

El as ruso Pokryshkin era una persona de dificil caracter, tuvo muchos problemas con sus superiores y si recuerdo bien fue expulsado del PCUS. Como se ve muy bien en el texto Pokryshkin tenia mejores relaciones con Lachovkin que con Yakovlev, no deja de ser interesante que encontrase la distribución de los indicadores extraña ya que en los Lachovkin era muy similar.

Lachovkin era un personaje muy respetado por los pilotos, muy humilde, se dice que siempre tenia las manos llenas de grasa y aceite. Yakovlev era mas un ejecutivo moderno, que intentaba hacer valer sus influencias para producir sus aviones, como ocurrio con los Yak-1/7.

Saludos.

Angel
Usuario
Usuario
Mensajes: 25
Registrado: Dom Jul 31, 2005 1:00 pm
Contactar:

Mensaje por Angel » Dom Ago 14, 2005 12:49 pm

Hola a todos

Totalmente de acuerdo con lo expresado por José Luis, en lo que respecta a la historiografía tanto soviética como occidental. Sin objetividad no se podría llegar a conclusiones válidas. Pienso que lo que sucede es que cada uno en cierta forma se identifica con las fuentes a las que tiene acceso; a veces haciendo a un lado la necesaria reflexión, lo que nos lleva muchas a caer en subjetividades. Al fin de cuentas, lo importante es que compartamos información y puntos de vista las veces que la oportunidad y nuestro propio interés lo permitan.

Lo que señalas Alejandro respecto a las relaciones entre el aviador y el constructor Lávochkin parece ser cierto. También concuerda con lo que narra Pokryshkin, en cuanto a su carácter y personalidad. No cumplía muchas veces las órdenes, y daba rienda suelta a su iniciativa, pese a las consecuencias. Especialmente sus conflictos eran con su superior, comandante de la Guardia Kráiev, a quien discutía la forma en que dirigía las acciones, para él errada. Cuando la ofensiva alemana en dirección a Stalingrado y el Caúcaso, y los rusos retrocedían una y otra vez, a su regimiento se le dio descanso. No pasó mucho tiempo para verse envuelto en un serio altercado con tres jefes de graduación superior de otro regimiento que, algo bebidos, les habían dirigido a él y dos más de sus compañeros algunas groserías. Les contestó bruscamente y fue a parar al calabozo por insubordinado. Esto fue aprovechado por Kráiev y su adjunto el capitán Vorontsov, que hace mucho lo tenía entre ojos.

Al volver al regimiento oyó que lo habían destituido del mando de su escuadrilla y borrado del regimiento, y que lo habían expulsado del partido. Eso no sería lo peor, pues se le informó que le habían abierto expediente en el tribunal militar de Bakú. Privado de todo, pensó en dirigirse por su cuenta al frente, lo que hubiera sido un verdadero suicidio. De no haber sido por la llegada de un comisario que lo conocía y que escribió referencias suyas a la Plana Mayor, tal vez no hubiera salido de esa. Con el tiempo, fue nombrado jefe de su regimiento y luego de su división y tuvo ocasión de aplicar en lo que resto de la guerra las nuevas tácticas que había reflexionado a orillas del Caspio. Su lema era: ¡Altura-velocidad-maniobra-fuego!; lo que más tarde daría lugar a la eficaz formación en “estantería” en las patrullas a su mando, y que ameritaría su condecoración; y, entre otras razones, posteriormente su nombramiento como Mariscal de Aviación.

Lo más incomprensible de todo es que estos conflictos entre oficiales rusos se daban incluso en momentos de la mayor dificultad para ellos, dados los reveses en el frente:

“El mar de fondo de la guerra nos iba haciendo retroceder más y más al Este. Nos vimos en una de las direcciones principales de la ofensiva del ejército fascista. Nos batíamos, perdiendo aviones y personal y sin recibir un aeroplano nuevo.

(...)
Despegábamos a menudo de un aeródromo y aterrizábamos en otro. Nos replegábamos hacia el sur. Las tropas enemigas, tras de romper nuestra defensa junto a Járkov, avanzaban hacia Stalingrado y el Kubán.
Los alemanes tenían por esa zona más de mil aviones, entre ellos muchos cazas nuevos Me-109f y Me-110.

Nuestro aeródromo estuvo poco antes junto a una fábrica. Nos trasladábamos a otro nuevo. En los lugares de estacionamiento se habían reunido muchos aparatos, pero la mayoría estaban averiados.
En el aire zumbaban continuamente los Junkers y los Messerschmitts. Hacían sus incursiones en grandes formaciones.
La población civil se apresuraba al sur, a las ciudades y pueblos cosacos del Kubán. Todos confiaban en que al otro lado del Don los nuestros reunirían fuerzas y asestarían un golpe al enemigo. Poco antes tuvieron la misma esperanza en el Dniéster y en el Dniéper.
Nosotros tampoco podíamos detenernos mucho tiempo allí. Los alemanes ya se habían aproximado a Rostov. Nuestro regimiento tenía que trasladarse a uno de los pueblos cosacos, y las escuadrillas de Migs y Yaks, cuyos motores estaban ya en las últimas horas de duración, seguirían el vuelo más allá, hacia Stávropol.

(...)
El Kubán era pasto de las llamas. Los hitlerianos habían lanzado sobre su territorio, cruzado por los caminos a Grozny, Maikop, Bakú y Sochi, una inmensidad de tropas y material de guerra. A cada tanque soviético, ellos oponían nueve, y a cada avión nuestro, diez.
Los fascistas nos pisaban los talones. Nosotros cambiábamos a menudo de aeródromo.
Este día nos trasladábamos más al sur aún, desde donde se veían ya los montes del Cáucaso.

(...)
...Proseguían los duros combates. Realizábamos vuelos de asalto a las tropas enemigas en las zonas de Salsk, Tijorétskaya y de los cruces del río Manych. Por los caminos al este de Salsk se cernían desde el amanecer hasta la noche oscuras nubes de polvo gris levantado por los tanques y los camiones alemanes que avanzaban hacia el Volga. A lo lejos se columbraban las montañas de la cordillera del Cáucaso. ¿Adónde retirarse más? ¡Ya no quedaba territorio para retroceder!

(...)
Al cabo de un año, veníamos a retroceder hacia la orilla de otro mar nuestro. Era duro y amargo reconocerlo. Pero lo principal era que seguíamos sin comprender muchas cosas. ¿Por qué nuestras tropas continuaban la retirada hacia el este? ¿Por qué seguíamos combatiendo en aparatos destartalados? ¿Cuándo acudirían en ayuda nuestra regimientos frescos, dotados de aparatos nuevos? (Alexandr Pokryshkin. Mi guerra aérea. Editorial Progreso. Moscú. 1975; págs. 200-213).

Saludos

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Dom Ago 14, 2005 8:05 pm

¡Hola a todos!

A lo aportado por nuestro estimado Ángel, añado más literatura soviética sobre la fuerza aérea soviética y su desempeño durante los primeros días de la guerra. Espero que saquéis las conclusiones pertinentes sobre lo que venimos hablando en unos primeros extractos del artículo siguiente.

The Employment of the Soviet Air Forces in the Initial Period of the Great Patriotic War”, teniente general de aviación V. Gorbachev, publicado en el Voyenno-Istoricheskiy Zhurnal de Moscú, no. 11, noviembre de 1983, pp. 25-33.

[(…) A finales de la década de 1930 y comienzos de 1940, aparecieron nuevos cazas como el Mig-3, Lagg-3 y Yak-1, los bombarderos Pe-2 y los aviones de ataque al suelo Il-2, que no sólo eran iguales sino que en un número de factores superaban a la aviación enemiga del mismo tipo. Sin embargo, su producción en serie sólo comenzó en la segunda mitad de 1940.

(…) La mayor parte de las formaciones de aviación estaba desplegada en el oeste de la nación (alrededor de un 80%). Las fuerzas aéreas de los distritos militares fronterizos (distritos independientes del Báltico, Occidental y Kiev, y los de Leningrado y Odessa) al comienzo de la guerra poseían el 59% de los cazas, 31% de los bombarderos, 4.5% de los aviones de ataque al suelo y sobre un 5% de aviones de reconocimiento (1). La flota aérea tenía 1.540 aviones de los nuevos modelos (2). La fuerza de ataque de la aviación frontal (táctica) fue reforzada por el cuerpo de aviación de bombarderos de largo alcance del Alto Mando.

Al preparar el ataque contra la Unión Soviética, el liderazgo nazi concentró fuertes fuerzas aéreas a lo largo de nuestras fronteras, incluyendo cuatro de las cinco flotas aéreas de Alemania. El número total de aviones, incluyendo las fuerzas aéreas de los aliados alemanes, era de 4.980 aviones (3). El enemigo también tenía ventaja en número de aviones operativos y nuevos modelos de aviones, así como en experiencia de conducir operaciones de combate.

(…) El plan de guerra contra la Unión Soviética preveía que la tarea de la Luftwaffe consistiría, si fuese posible, en paralizar y eliminar la presencia de la aviación rusa así como el apoyo a las operaciones del ejército en sectores cruciales (4). (…) Para ganar la supremacía aérea, el liderazgo nazi asignó más del 50% de sus grupos aéreos concentrados contra la URSS.

La Gran Guerra Patriótica comenzó con una invasión del espacio aéreo soviético de más de 1.000 bombarderos. Al amanecer del 22 de junio de 1941, la aviación nazi llevó a cabo un ataque masivo contra 66 aeródromos en los cuatro distritos militares fronterizos (Báltico, Occidental, Kiev y Odessa). Las pérdidas de la Fuerza Aérea Soviética en el primer día de la guerra fueron alrededor de 1.200 aviones, incluyendo 800 destruidos en los aeródromos (5). El factor sorpresa ocasionó el éxito inicial nazi.

Independientemente de esto, los pilotos soviéticos combatieron con coraje. Entablaron combate audazmente con fuerzas enemigas superiores y el 22 de junio derribaron más de 200 aviones enemigos (6). Muchos pilotos de caza, cuando agotaron toda su munición, ejecutaron audazmente un ramming (estrellarse contra avión enemigo). El primer día de la guerra fueron derribados aviones nazis por rammings de los pilotos Butelin, Danilov, Ivanov, Kokorev, Mokliak, Ryabtsev, Gudimov, Panfilov y Protasov.

(…) Además de las batallas aéreas, la aviación soviética comenzó cada vez con más frecuencia a atacar los aeródromos enemigos. Así, el 25 de junio el Alto Mando organizó una operación aérea para destruir la aviación enemiga en los aeródromos de Finlandia y Noruega septentrional, a resultas de la cual antes del 30 de junio habían sido destruidos cerca de 130 aviones enemigos en los aeródromos y en el aire. Durante la noche del 3 al 4 de julio, se atacaron varios aeródromos en la zona del Frente Occidental, y el 8 de julio el mando soviético organizó un ataque masivo contra aeródromos enemigos en todo el frente germano-soviético desde el Báltico al Mar Negro. Participaron todas las fuerzas aéreas de los cinco frentes y las formaciones de bombarderos de largo alcance. En total, se atacaron 40 aeródromos enemigos. Los pilotos del Frente Occidental incendiaron y dañaron 54 aviones nazis (8). Al día siguiente, nuestra aviación atacó otros cinco aeródromos.

Bajo instrucciones del Cuartel General, el 26 de junio comenzaron operaciones de combate de la aviación de bombarderos de largo alcance contra las instalaciones petrolíferas sobre territorio rumano. A partir del 3 de julio se comprometieron en las operaciones las fuerzas aéreas de la Flota del Mar Negro. Independientemente de la limitada escala de estas operaciones, jugaron un papel definitivo para combatir al enemigo aéreo.

En los primeros tres días de la guerra los bombarderos de largo alcance atacaron instalaciones industriales militares en la retaguardia enemiga, incluyendo plantas de aviación en Varsovia y Konigsberg.

En los primeros 18 días de la guerra, los pilotos soviéticos realizaron más de 47.000 salidas (9). Las fuerzas aéreas de los frentes emplearon el 37.1% de sus salidas en combatir a la aviación enemiga (10). Nuestros pilotos derribaron 752 aviones enemigos en batallas aéreas y destruyeron 348 en los aeródromos (11). Sin embargo, nuestras propias pérdidas también fueron altas. (…) El 10 de julio de 1941 el enemigo tenía unos 5.000 aviones, mientras que nuestra aviación frontal tenía solamente 2.516, de los cuales 638 estaban en orden de vuelo (12). Durante un gran tiempo la supremacía aérea cambio hacia el enemigo. Pero fue incapaz de conseguir el principal factor, esto es, derrotar a nuestra aviación. Más tarde los historiadores militares alemanes se vieron obligados a admitir que “los rusos fueron capaces de encontrar tiempo y fuerza para ofrecer una resistencia decisiva” (13).

El apoyo aéreo de tropas fue la segunda misión en la cual las Fuerzas Aéreas Soviéticas emplearon el 47% de todas las salidas de combate (14). El rápido avance de los grupos de ataque enemigos en los sectores estratégicos Noroccidental, Occidental y Suroccidental obligó a los comandantes de los frentes a utilizar las fuerzas de la aviación básica para combatir a las columnas mecanizadas nazis y apoyar a nuestras tropas. Al esforzarse en reducir el alcance del avance enemigo y provocarle pérdidas tangibles en equipo blindado, los ataques se ejecutaron contra columnas de tanques en carreteras y cruces del Dvina occidental, Neman, Berezina, Drut, Prut, Dnestr y otros ríos, no solamente por los bombarderos frontales sino también por cazas y aviación naval en los sectores marítimos.

Sin embargo, debido a las grandes pérdidas en la flota aérea durante los primeros días de la guerra, el poder combativo de la aviación frontal estaba significativamente debilitado. Por esta razón el Cuartel General recurrió al cuerpo de bombarderos de largo alcance para combatir a las columnas de tanques y mecanizadas enemigas.

(…) El reconocimiento aéreo empleó entre el 10 y el 13% de todas las salidas aéreas.

(…) Así, desde el comienzo las operaciones de combate de las Fuerzas Aéreas Soviéticas se caracterizaron por la gran intensidad y diversidad de las misiones realizadas. Si embargo, independientemente de su gran actividad, nuestra aviación fue incapaz de asegurar la cobertura de las fuerzas terrestres y apoyar efectivamente sus operaciones de combate. Las fuerzas aéreas no se concentraron con suficiente contundencia en los principales sectores y había una carencia de experiencia en la organización del control aéreo sobre el campo de batalla. Uno de los serios factores que dificultaron su uso masificado fue la dispersión de una parte sustancial de las fuerzas de cazas y bombarderos entre los ejércitos de todas las armas. Las divisiones aéreas mixtas que habían sido organizadas en vísperas de la guerra, se demostraron más tarde no ser eficaces.

La deficiente organización de la cooperación táctica entre la aviación y las fuerzas de tierra también tuvo un impacto negativo en el éxito de las operaciones. (…) Para evitar el bombardeo de nuestras propias tropas (por falta de equipos de radio suficientes), se les dieron objetivos muy distantes de la vanguardia a nuestras unidades y formaciones aéreas, y las tropas no siempre fueron capaces de utilizar los resultados de las operaciones de nuestra aviación]

NOTAS:

(1) "Sovetskiye Voyenno-Vozdushnyye Sily v Velikoy Otechestvennoy voyne 1941-1945 gg", Voyenizdat, 1968, p.13
(2) "Istoriya vtoroy mirovoy voyni 1939-1945", Vol. 4, Voyenizdat, 1975, p. 25
(3) "Aviatsiya y kosmonavtika SSSR", Voyenizdat, 1968, pp. 84-85
(4) "Nyurnbergskiy protsess. Sborniv materialov", Vol. 1, Moscow, 1954, p. 367
(5) "Sovetskiye Voyenno....", p. 29
(6) Ibid, p.30
(7) Ibid, p. 32
(8) Ibid, p. 40
(9) Ibid, p. 39
(10) "Aviatsiya...", p. 93
(11) "Sovetskiye....", p. 40
(12) "Aviatsiya...", p. 98
(13) "Mirovaya voyna 1939-1945", Translated from the German, Izd-vo inostrannoy literatury, 1957, p. 472
(14) "Sovetskiye...", p. 39

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Angel
Usuario
Usuario
Mensajes: 25
Registrado: Dom Jul 31, 2005 1:00 pm
Contactar:

Mensaje por Angel » Lun Ago 15, 2005 7:59 pm

Hola, saludos

Desde luego, José Luis, con lo expuesto en los precedentes post, creo que de mi parte puedo tentar adelantar algunas conclusiones preliminares:

1. El mando Alemán, aplicando la guerra relámpago, planificó la destrucción de las fuerzas rusas, jugando un importante papel Luftwaffe en la eliminación de la capacidad combativa que tenía la aviación enemiga, ganando la supremacía aérea y dejando casi sin protección aérea a las tropas de tierra rusas. Para ello asignó aproximadamente el 60% de su fuerza operativa.

2. En términos numéricos de aviones enemigos destruidos contra el número de aviones propios perdidos, el ataque inicial de la Luftwaffe contra Rusia es la operación más exitosa en la historia de la guerra aérea.

3. La Luftwaffe acabó aproximadamente con el 80% de los aviones de la aviación soviética, pero no acabó con su industria aeronaútica. Lo que finalmente fue la clave estratégica de la campaña aérea en el frente germano-soviético.

4. La aviación rusa no se encontraba preparada ni debidamente organizada o desplazada en la zona de frontera. No se concentraron con suficiente contundencia en los principales sectores y había una carencia de experiencia en la organización del control aéreo sobre el campo de batalla. Su uso masificado no fue posible debido a la dispersión de una parte sustancial de las fuerzas de cazas y bombarderos entre los ejércitos de todas las armas. A lo que se aunaba la deficiente organización de la cooperación táctica entre la aviación y las fuerzas de tierra.

5. Los rusos disponían de muy pocos nuevos aparatos, cuyo proceso de producción en serie sólo comenzaba a desplegarse; en medio de conflictos entre los diseñadores rusos. La mayoría de aviones de combate de las Fuerzas Aéreas era de las marcas viejas, aunque contaban con muchos aparatos de ese tipo.

6. Sin embargo las fuerzas aéreas soviéticas proporcionaron a su enemigo una serie de desagradables sorpresas. Sus pilotos, con iniciativa y pese a la inicial desventaja tecnológica y a las fuerzas enemigas superiores, pudieron oponer una resistencia decisiva, ocasionándoles pérdidas que dejaron a la Luftwaffe sin capacidad de combate después de tres meses de acción.

6. Al fracasar la guerra relámpago y pasarse a una guerra de desgaste, la industria aeronáutica soviética logró superar considerablemente el potencial de la industria similar alemana, tanto en diseño como en tecnología, basada en su sencillez adaptada para su producción masiva. Lo que finalmente les aseguró el dominio del aire

7. Los planificadores de la operación Barabarrosa, sobrevaloraron las posibilidades de la blitzrieg en las enormes extensiones del frente oriental. Y subestimó la organización político-económica-industrial de su enemigo.


Con cargo a reconsider lo expresado, y sólo para ilustrar, la diferencia entre un ejército innovador y fogueado como el alemán y la impotencia y desorganización, rayana en la negligencia de los rusos en el inminente conflicto; así como la trascendencia de la aviación en aquellos sucesos, acompaño una breve exposición atribuida a Cherniajovski:

"A últimos de mayo del 41, al mando de la 28ª División de tanques, Cherniajovski, y a su jefe de Estado Mayor los llamaron para participar en los ejercicios de los Estados Mayores. Según Sharípov en un trabajo con prefacio de Chikov, y basado en los documentos operativos sobre las acciones de la 28ª División de carros de combate, del 60º Ejercito del 3er Frente de Bielorrusia, al concedérsele la palabra a Cherniajovski. Y preguntado: “¿podría usted, en el papel de jefe de Ejército, comunicamos sus consideraciones acerca del empleo del Cuerpo mecanizado en la operación ofensiva de un Frente?
— Puedo, camarada general.
— Informe.
— Es sabido —comenzó Iván Danílovich— que en Alemania ya se ha aplicado con éxito nuestra teoría militar, elaborada y comprobada en las maniobras y ejercicios experimentales. Esta teoría prevé la cooperación de las tropas mecanizadas y de tanques con las grandes unidades de infantería, artillería y aviación. Con la particularidad de que se planifica un elevado ritmo de ofensiva. El éxito operativo se transforma en estratégico con la introducción en la ruptura de una potente agrupación de tanques y lanzando a retaguardia del enemigo un desembarco aéreo. De aquí que el fraccionamiento del Cuerpo mecanizado y la reesubordinación de las divisiones de tanques a los cuerpos de infantería, como han propuesto algunos camaradas, me parece inconveniente.
Escuchaban a Cherniajovski con atención reconcentrada. En la sala reinaba el silencio más absoluto. Iván Danílovich continuó:
— En el Oeste, el ejército alemán realizó, prácticamente, el verano pasado nuestros postulados teórico-militares, lanzando sus grupos acorazados sobre Sedán y luego contra Cambrai, también logró el éxito estratégico, perforando previamente la franja defensiva franco-belga. En esa batalla, los alemanes chocaron con los tanques de los ingleses y de los franceses. Estos fueron derrotados porque no supieron emplear los carros en masa, tenían una débil dirección de las grandes unidades blindadas y no estaban debidamente protegidos desde el aire.

Las tesis teórico-militares, de las que habló Cherniajovski fueron elaboradas y comprobadas durante los supuestos tácticos y las maniobras de las tropas en los años 1935—1936, bajo la dirección de los mariscales de la Unión Soviética M. Tujachevski y A. Egórov, el Jefe de Ejército de Primer Rango I. Yakir y otros talentosos jefes militares. Sin embargo, estas tesis no fueron suficientemente plasmadas a la sazón en la Unión Soviética. En el año 1938 fueron disueltos los cuerpos mecanizados y sólo en 1940 comenzamos a crear de nuevo estas grandes unidades mecanizadas.
— Es natural que se imponga la pregunta –siguió diciendo Cherniajovski— de por qué nuestra teoría militar, ahora verificada en los campos de batalla del Oeste, no la podemos utilizar nosotros mismos, sometiéndola, por supuesto, a un análisis crítico, no olvidándonos de prestar atención a los problemas de la dirección y a cómo asegurar la entrada en la batalla del Cuerpo mecanizado...
En su informe, el joven jefe de división promovio una serie de ideas originales, no sólo acerca de la utilización en el combate del Cuerpo mecanizado, sino que también tocó otros problemas. Cherniajovski hizo hincapié especial en que las insuficiencias en el sistema de dirección de las tropas podían tener consecuencias nefastas. Estimaba que el mal principal era el gran alejamiento de los puntos de dirección de las tropas y que el alcance de las radios de las unidades mecanizadas medias y grandes era menor que el campo de acción de éstas. Llamó la atención también a lo difícil que era introducir a la batalla el Cuerpo mecanizado sin suficientes medios de protección antiaéreos y de aviación. Iván Danílovich criticó asimismo la apreciación simplista del enemigo. Argumentó la posibilidad de que el probable adversario pudiera hacerse temporalmente con el dominio en el aire.

(...) A las doce del día el oficial de enlace del Cuerpo entregó a Cherniajovski la orden, que confirmaba el radiograma, recibido en la División a las ocho de la mañana. Se pudo saber que el general N. Shestopálov, jefe del Cuerpo, esperando indicaciones del E.M del Ejército, retardó la orden sobre el paso a la contraofensiva. Caras nos costaron estas horas perdidas... Entonces nadie sabía aún lo mucho que significaba cada minuto en aquel día, cuando por primera vez en la historia militar el enemigo había asestado un golpe anticipado en direcciones escogidas de antemano con tales masas concentradas de aviación y tanques. Para el mediodía la aviación alemana había conseguido inutilizar una parte considerable de nuestros aviones y carros de combate en la frontera occidental y hacerse con el dominio en el aire.

(...) Durante el 22 de junio, tres veces cambiaron la misión a la División de Cherniajovski. Dos veces se desplegó para el contraataque y otras tantas se anuló la orden. El 12° Cuerpo mecanizado, formado por dos divisiones de tanques y una de infantería motorizada, mantenía un frente de sesenta kilómetros; el dominio del enemigo en el aire impedía concentrar las fuerzas del Cuerpo para asestar un contragolpe masivo de tanques. (Sharípov, A. Cherniajovski. Relato sobre el estratega. Editorial progreso. Moscú.1978; págs. 103-116).

Saludos

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Lun Ago 15, 2005 9:16 pm

Estimado Ángel,

Una excelente síntesis la que has hecho en tu último post. Quiero subrayar, sin embargo, los siguientes matices:

1) La misión inicial de la Luftwaffe en Barbarroja era destruir la fuerza aérea soviética y su organización terrestre. Una vez logrado esto, debía concentrarse en proporcionar apoyo aéreo a las formaciones atacantes del Heer. Estas dos misiones pueden definirse respectivamente como la primera misión y la principal misión de la Luftwaffe.

2) Dentro de la primera misión se establecieron las siguientes prioridades:

• Destrucción de la aviación moderna y la organización de tierra de la fuerza aérea rusa.
• Destrucción de los centros de producción de aviones y motores de aviación.
• Destrucción de aviones con motores modernos.
• Destrucción de otros aviones

El bombardeo de la industria de la aviación rusa no era posible al comienzo de Barbarroja porque la Luftwaffe no tenía bombarderos con suficiente alcance y carga para alcanzar las fábricas rusas. Los ataques tan exitosos de los primeros días contra la fuerza aérea rusa no constituían un fin en sí mismo. La fuerza aérea soviética tenía que ser eliminada para que el ejército alemán pudiera moverse libre de la interferencia aérea rusa y para que la Luftwaffe pudiera concentrarse en el apoyo de las operaciones de las formaciones del Heer. Pero además, debido al dominio del concepto Blitzkrieg en la mentalidad de los planificadores alemanes de Barbarroja (un concepto fundamental que a veces se ignora, y sin el cual no es posible comprender en su justa medida la relación causa-efecto de la campaña y su posterior desarrollo), el bombardeo estratégico contra los centros de producción de la industria aérea rusa no era un objetivo prioritario de la Luftwaffe precisamente por la “sencilla” razón de que se esperaba una guerra corta, una campaña relámpago al estilo de la de Francia, sólo que un poco más larga. Así que el concepto principal de la operación era la destrucción del Ejército Rojo en la zona occidental de la Unión Soviética. Los objetivos estratégicos no tenían influencia en el resultado de una Blitzkrieg o campaña relámpago de corta duración. Este pensamiento decisivo dominó por completo la planificación operacional de Barbarroja, y esa perspectiva (que sólo después se demostró completamente errada) es la que debemos tener a la hora de enjuiciar la campaña de Barbarroja. Lo contrario es jugar a nuestro favor con el privilegio de la retrospectiva histórica.

No quiero extenderme más sobre este asunto pues se haría muy largo, pero recomiendo al respecto la lectura de “A Lesson of History: The Luftwaffe and Barbarossa” del mayor Lonnie O. Ratley III, publicado en el Air University Review, Marzo-Abril 1983.

Y con la misma perspectiva hay que examinar el pensamiento militar soviético. Cuando después de la guerra (o inmediatamente después del estrepitoso fracaso militar soviético del verano de 1941) se examina la evolución de la doctrina militar soviética desde finales de la década de 1910 hasta las purgas militares de Stalin de finales de la década de 1930, los estudios y publicaciones, los juegos de guerra inmediatamente anteriores a la invasión alemana, cuando se hace todo eso no hay que ver exclusivamente lo acertados que estaban los precursores, creadores y defensores del arte operacional soviético y su doctrina compilada en el PU-36, sino también -y fundamental para comprender lo que pasó- que los líderes soviéticos (políticos y militares) con Stalin a la cabeza rechazaron esa doctrina militar y sólo comenzaron a recuperarla cuando comprobaron con infinita amargura las horrorosas consecuencias de su error.

Recapitulando, los hechos hay que verlos y enjuiciarlos en el momento en que sucedieron, no desde nuestra privilegiada perspectiva o la de aquellos que, aun en el tiempo de los hechos, juzgaron a posteriori de los mismos.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Angel
Usuario
Usuario
Mensajes: 25
Registrado: Dom Jul 31, 2005 1:00 pm
Contactar:

Mensaje por Angel » Mar Ago 16, 2005 4:44 pm

Hola

Me parecen muy acertadas las precisiones que formulas. Por fortuna coincido con ellas, y creo que no estoy lejos de tu punto de vista en torno a la Blitzkrieg, pues mientras fundamentadamente explicas que:

"Los objetivos estratégicos no tenían influencia en el resultado de una Blitzkrieg o campaña relámpago de corta duración. Este pensamiento decisivo dominó por completo la planificación operacional de Barbarroja, y esa perspectiva (que sólo después se demostró completamente errada) es la que debemos tener a la hora de enjuiciar la campaña de Barbarroja".

Yo señalaba en breve síntesis que: “Los planificadores de la operación Barabarrosa, sobrevaloraron las posibilidades de la blitzrieg en las enormes extensiones del frente oriental. Y subestimó la organización político-económica-industrial de su enemigo (esta última frase prácticamente la tome de uno de tus post)”.

Con ello quería decir, que la guerra rápida que tantos éxitos les había deparado a Alemania en Occidente y que le permitiría sojuzgar casi toda Europa, era en las condiciones de la extensa frontera con Rusia, insuficiente para alcanzar una victoria decisiva; si bien sirvió para ganar la batalla de las fronteras causando enormes bajas a su enemigo. Lo que siguió en cierta forma repitiendo a medida que se adentraban en las estepas rusas (Kiev, Viazma, por citar). Sin embargo, ni siquiera estas grandes victorias de las fuerzas alemanas, derivaron en la derrota del ejército ruso o de su aviación; fracasando el último intento de tomar Moscú, u Operación Tifón. ¿Por qué?

Creo, que la explicación va más allá de las limitaciones de la Blitzkrieg, o de los errores o obstáculos presentados en su desarrollo, cualquiera que estos fuesen (bajas, modificación de los planes iniciales, alejamiento de las líneas de aprovisionamiento, agotamiento, el general invierno, etc.), o que la Luftwaffe no haya podido destruir la industria de aviación soviética, o en general su industria militar, lo que en realidad estaba fuera de sus posibilidades, aún contando con aviación estratégica de largo alcance (creo que la guerra demostró que la utilización de dicho tipo de aviación en la destrucción de la industria bélica, en general fracasó, pues Alemania seguía incrementando la producción de armamentos pese al constante bombardeo de la aviación aliada).

Por otra parte, aunque en realidad no preferiría calificar como de errores, las decisiones de los mandos militares en sus decisiones (normalmente no me creo con derecho a juzgar a los personajes de la historia), creo que cuando señalo que: “la impotencia y desorganización, rayana en la negligencia de los rusos”, es poco menos que decir “horrorosas consecuencias de su error”; y al que acertadamente te refieres sobre el arte operacional soviético, imputándoselo sobre todo a Stalin en cuanto a "que los líderes soviéticos (políticos y militares) con Stalin a la cabeza rechazaron esa doctrina militar". Apreciación con la que coincido. A propósito; he aquí la explicación que se atribuye a Stalin sobre el por qué derrotaron a Alemania:

“En el verano de 1949, dialogaban en un balcón descubierto de su villa en Moscú, de diversos temas. En el transcurso de la conversación, J. Stalin preguntó, de pronto:
— ¿Cómo piensa el joven Jefe del EMG, por qué derrotamos a la Alemania fascista y la obligamos a capitular?
Yo venía preparado a informar sobre la DAA, mis pensamientos giraban en torno a esta cuestión. Aparte de que no tenía por completo claro en qué dirección transcurría el diálogo antes de nuestra llegada. Por esto, poniéndome en pie, tardé un tanto en contestar. J. Stalin se levantó también y, dando fumadas a la cachimba, se acercó a mí y dijo: "Le escuchamos".

Reponiéndome de la sorpresa pensé que lo mejor sería exponer a Stalin su propio discurso a los electores, pronunciado en vísperas de las elecciones al Soviet Supremo de la URSS el 9 de febrero de 1946. Recordaba perfectamente también otras intervenciones de los miembros del Buró Político, que todos habíamos estudiado con gran atención en el EMG.
Sintiendo que los presentes me miraban formulé la tesis de que la guerra había mostrado la vitalidad del régimen social y estatal de la URSS y su gran firmeza. Nuestro régimen social era sólido, precisamente, porque era un régimen auténticamente popular, salido de las entrañas del pueblo y que disfrutaba de su poderoso apoyo... Nadie me interrumpió, pero, tengo que reconocer que no me sentía muy tranquilo: parecía que sólo exponía verdades hace mucho sabidas y que sólo ocupaba tiempo. Mas todos permanecían serios, por lo visto, pensando también en la pregunta que se me había hecho. Ya con más seguridad hablé de la cohesión del pueblo en torno al Partido Comunista, sobre sus dirigentes, de que la base social soviética había vigorizado los lazos de amistad entre los pueblos de la multinacional Unión Soviética. Mencioné la base industrial, creada en los años de los quinquenios, la economía koljosiana, dije que el socialismo había creado las posibilidades materiales necesarias para dar la réplica al fuerte enemigo. Concluí hablando del ejército, de la elevada maestría de los jefes militares y estrategas soviéticos.

Habiéndome escuchado pacientemente hasta el final, J. Stalin hizo observar:
— Todo lo dicho por Usted es justo e importante, pero no agota todo el volumen de la pregunta. ¿Cuáles fueron los mayores efectivos de nuestro ejército durante la guerra?

- Algo más de once millones de hombres.
- ¿Yqué porcentaje es éste, respecto al número de población?

Calculando rápido de memoria los habitantes que había en vísperas de la guerra, 194 millones, respondí: cerca del 6%.
— Justo. Pero, de todas maneras, esto no es todo. Hay que tener también en cuenta nuestras pérdidas en las fuerzas armadas, porque los muertos y los que murieron a consecuencia de las heridas también entraban en la composición del ejército...
Calculamos también esto.
— Ahora —siguió diciendo Stalin—, calculemos cómo le marchaban las cosas a Hitler, que con las bajas tuvo un ejército de más de los 13 millones de hombres con una población de 80 millones de habitantes.
Calculamos y resultó que el porcentaje pasaba del 16%.
— Un porcentaje tan elevado de movilización o significa desconocer las leyes objetivas de conducción de la guerra o es aventurerismo. Más pronto lo último —concluyó Stalin—. La experiencia de la historia, las leyes generales de hacer la guerra enseñan que ningún Estado soporta una tensión tan grande: no habrá quién trabaje en las fábricas, quién cultive el trigo, quién asegure al pueblo y suministre al ejército todo lo necesario. El generalato hitleriano, educado en los dogmas de Klausewitz y Moltke, no pudo o no quiso comprender esto. Esto tuvo por resultado que los hitlerianos arruinaron a su país. A pesar de que en Alemania trabajaban centenares de miles de personas, traídas de otros países...
Los gobernantes alemanes arrastraron dos veces a Alemania a la guerra y ambas veces fueron derrotados —siguió diciendo Stalin, mientras paseaba por el balcón—. El relajamiento de la vitalidad del país en la primera y segunda guerras mundiales fue una de las causas de su fracaso... ¿Cuál, por cierto, fue el porcentaje de la población llamada a filas por el Kaiser alemán en la primera guerra mundial, no lo recuerda?
Todos guardaron silencio. Stalin entró en la habitación y al cabo de unos minutos salió con un libro. Lo hojeó,, encontró el lugar necesario y dijo:
— Vean, el diecinueve y medio por ciento de la población, que en 1918 era de 67.800.000 habitantes.
Cerró el libro y, de nuevo, dirigiéndose a mí, dijo, aproximadamente lo siguiente:
—Lo segundo dicho por Usted, es un poco unilateral, me refiero a nuestros magníficos cuadros dirigentes. Hay que decir que no sólo los teníamos en el frente, sino también en la retaguardia. No debemos olvidar que las posibilidades objetivas constituyen solamente las premisas de la victoria. Tienen mucha importancia, pero de por sí no pueden asegurar la derrota del enemigo si no se las pone en acción y si no se utilizan organizadamente. El papel de organizador y dirigente le pertenece al Partido, sólo a él. La guerra es una prueba muy dura. Promueve a los fuertes, audaces y talentosos. La persona con talento se destaca en la guerra en el transcurso de unos meses, para lo que en tiempos de paz se precisan años. En los primeros meses de la guerra surgieron en nuestras filas magníficos jefes militares que en el hornillo de la contienda adquirieron experiencia y se convirtieron en auténticos estrategas.
Y comenzó a enumerar de memoria los nombres de los que mandaron frentes, ejércitos y a los caudillos guerrilleros.
— Pues, ¿y en la retaguardia? ¿Acaso habrían podido hacer otros dirigentes lo que hicieron los bolcheviques? ¡Sacar ante las narices del enemigo fábricas enteras, trasladarlas a lugares despoblados en el Volga, tras los Urales, a Siberia y en las condiciones increíblemente difíciles poner en poco tiempo la producción en pie y dar todo lo necesario al frente! Promovimos nuestros propios generales y mariscales en el petróleo, en la metalurgia y en el transporte, en la construcción de maquinaria y en la economía agropecuaria. Finalmente, también la ciencia tiene sus estrategas. Que no podemos por menos de mencionar...
Pausadamente, sin vacilar, comenzó a citar los nombres de los científicos, personalidades de la industria y del agro. Luego, haciendo un corto silencio, agregó:
— Para Hitler trabajaron centenares de miles de personas traídas a Alemania y convertidas, de hecho, en esclavos. Y con todo y eso no pudo abastecer en abundancia a su ejército. Nuestro pueblo, en cambio, hizo lo imposible, realizó una grandiosa proeza. Tal fue el balance del trabajo de los comunistas en la edificación del Estado soviético y en la educación del nuevo individuo... iAhí tienen ustedes una causa más de nuestra victoria!.. (S. Shtemenko. El Estado Mayor General Soviético durante la Guerra. Libro Segundo. Editorial Progreso. Moscú. 1985; págs. 497-499)

Saludos, gracias por la lectura recomendada

Avatar de Usuario
José Luis
Administrador
Administrador
Mensajes: 9912
Registrado: Sab Jun 11, 2005 3:06 am
Ubicación: España

Mensaje por José Luis » Mar Ago 16, 2005 5:15 pm

Estimado Ángel,

Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de una conversación del tenor de este topic, y he de decirte que me han encantado los extractos de obras que has puesto.

En cuanto a lo de la blitzkrieg no lo decía tanto por explicar la causa de la derrota alemana en Rusia (que también se explica), sino para no perder de perspectiva el punto conceptual de partida del liderazgo alemán. Mucha gente se extraña (y aun escandaliza) de que Hitler y sus principales asesores militares pudieran llegar a creer firmemente que derrotarían a Rusia en una campaña relámpago. Sin embargo, ese pensamiento no era descaballado si amputamos la coletilla "en una campaña relámpago".

Nos alejaríamos mucho más del tema del topic de lo que ya lo hemos hecho si desarrolláramos este tema.

El punto central es que Hitler adoptó -desde su invasión de Polonia- una estrategia de guerra corta, que le salió parcialmente bien en las campañas polaca y del Oeste. Digo parcialmente porque la permanencia de Gran Bretaña en la guerra tras la derrota de Francia fue la bofetada más grande que recibió la estrategia de Hitler. Ya no tenía posibilidad de combatir una guerra corta.

Entonces, en vez de replantearse completamente la guerra en su nivel estratégico (todavía estaba a tiempo en el verano de 1940), decidió continuar con su estrategia de guerra corta y aventurarlo todo a una sola carta contra Rusia. En noviembre de 1941 la blitzkrieg había fracasado rotundamente y la guerra corta era ya una ilusión insana. Pero Hitler siguió sin replantear el nivel estratégico de la guerra. Los resultados finales ya no ofrecían dudas a un especialista capaz de análisis fríos e independientes en el otoño de 1941, del tipo de Todt o Roland.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

Responder

Volver a “Frente oriental”

TEST