Korsun Shievtchienkovskiy el estudio de staff soviético

La guerra en el este de Europa

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V.Manstein
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Mensaje por V.Manstein » Sab May 12, 2007 11:04 pm

jesus2 escribió:Escribo mi opinión al respecto.

1º) Interés => Desgana. Un germanófilo como Zetterling seguramente sólo es capaz de encontrar motivación en la contrastación y análisis de la parte alemana de la historia. Aunque el señor Zetterling tuviera a su disposición documentos soviéticos para criticar la parte soviética de la misma, no lo habría hecho por no considerarlo gratificante para sí mismo.

2º) Interés => Interés. Personalmente me sorprende que un auténtico historiador como Zetterling use su tiempo para escribir una crítica que va totalmente dirigida al señor Glantz. Creo que esta es la clave del asunto.

Como ya se ha comentado en este mismo hilo, el pasatiempo preferido de algunos individuos, muy versados ciertamente sobre estos temas, es el desprestigiar al señor Glantz. Parece que a algunos personajes no les entra en la cabeza que a un coronel de las fuerzas armadas USA sea, aparentemente, prosoviético en vez de progermano.

Supongo que cuando Glantz-Orenstein hacen referencia a la sinceridad del trabajo soviético, lo hacen en referencia a la parte soviética del mismo.


Saludos al foro.
Querido Jesús, he dicho y mantengo que dado el caríz poco edificante de la intervenciones que he leído en este topic me retiro del mismo. Lo mantengo. Sin embargo, por el aprecio que tengo hacia tu persona te diré que todo lo que dices arriba sobre Niklas Zetterling es absolutamente falso. En cuanto a su "desinterés" por el lado soviético del asunto simplemente te puedo decir que le escribas un mail y le preguntes por Karl-Heinz Frieser del Militärgeschichtliches Forschungsamt, un investigador que probablemente haya buceado en los archivos soviéticos más que el mismio coronel Glantz y de quién Zetterling es deudo. Sobre la crítica sobre Glantz, de la que por lo que veo nadie tiene verdadero conocimiento, simplemente buceen en la dicumentación disponible en la red, que la hay. Estás las críticas de Chris, Clemens, el mismo Zetterling, las réplicas verdaderamente decepcionantes de Glantz y comentarios de todo tipo al respecto. Mi posición está basada en la lectura objetiva de todo ello y la comparación con lo publicado por el coronel, que he leido en su totalidad.

Y con esto, me despido de todos ustedes. auf Wiedersehen.
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José Luis
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Mensaje por José Luis » Dom May 13, 2007 9:54 am

¡Buenos días a todos!

Me parece muy acertada y ponderada la opinión de Jesús, y comparto su soterrada queja sobre la aparente "ingratitud" de quienes no son capaces de reconocer la inmensa aportación del ex coronel a la literatura militar sobre el Frente Oriental de la IIGM.

Como se ha puesto, de alguna manera, en tela de juicio la honestidad intelectual y metodología de Glantz en su obra, me parece de rigor dar un breve retazo biográfico del autor.

David M Glantz, coronel retirado del US Army, estudió en la Port Chester High School de Nueva York y se graduó en Historia en el Virginia Military Institute en 1963 y en Historia Europea en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill en 1965, entrando a continuación en el servicio activo en el ejército.

En 1965-67 estuvo asignado a la 24ª División de Infantería en Alemania como oficial de estado mayor y comandante de batería en el 3º Batallón del 11º Regimiento de Artillería. En 1967 se graduó en el Curso de Artillería Avanzada para Oficiales del Ejército en Fort Sill, Oklahoma. Participó en la guerra de Vietnam y en 1969 fue seleccionado para servir en la facultad de historia de la Academia Militar de West Point, donde enseñó (1969-1973) Historia Europea, siendo ascendido a mayor.

Atendió al curso de 1973-74 del US Army’s Command and General Staff College de Fort Leavenworth, Kansas, y fue seleccionado para un programa de educación por el Army’s Foreign Area Officer. Atendió posteriormente al Defense Language Institute de Monterrey, California y al US Army Russian Institute de Garmisch, Alemania, donde aprendió el ruso y viajó largamente por la Unión Soviética y Europa Oriental. Tras graduarse en el Russian Institute en 1977, fue asignado como Chief of Estimates en la Oficina del Us Army Europe del Jefe Suplente de Estado Mayor de Inteligencia, donde se responsabilizó de la valoración de las capacidades e intenciones de las fuerzas militares soviéticas en Europa. En 1979 fue ascendido a teniente coronel.

A su regreso a los Estados Unidos en 1979, Glantz colaboró en la fundación del US Army’s Combat Studies Institute (CSI) en Fort Leavenworth, Kansas, donde fue director suplente del instituto y presidente del Institute’s Teaching Committee de 1979 a 1983. Durante esta etapa el coronel Glantz comenzó su investigación sobre la historia y operaciones militares soviéticas (Manchuria, agosto de 1945; operaciones aerotransportadas soviéticas).

En 1983 Glantz fue asignado como Director de Operaciones Soviéticas en el US Army War College, Carlisle Barracks, donde fue ascendido a coronel en 1985. En esta etapa organizó el Simposio anual del Arte de la Guerra, tres conferencias semanales que analizaron en detalle las operaciones alemanas y soviéticas en el Frente Oriental durante la IIGM. Con la ayuda de muchos veteranos de guerra alemanes y soviéticos publicó los estudios de esas operaciones. Glantz también publicó por entonces trabajos sobre el Ejército Rojo: operaciones militares, inteligencia militar y operaciones de engaño en tiempo de guerra, y los fundamentos de la táctica y el arte operacional soviéticos.

En 1986 regresó a Fort Leavenworth, donde ayudó a fundar el Army’s Soviet Army Studies Office (SASO), una organización dedicada a estudiar a los soviéticos a partir de una amplia fuente de materiales en lengua rusa. Con el tiempo la oficina fue clave para abrir los contactos de cooperación entre el US Army y las organizaciones de investigación militar soviéticas. Como instrumento de esa cooperación, en 1987 el coronel Glantz fundó el periódico trimestral, con base en Londres, Journal of Soviet Military Studies, que agrupó a un amplio gabinete editorial internacional. En 1991 Glantz convirtió el SASO en la Foreign Military Studies Office (FMSO), que extendió su trabajo a las naciones de la Europa Central y Oriental. Como director de la FMSO, Glantz y su equipo de expertos viajaron ampliamente por Europa Oriental y la Unión Soviética. Tras la caída de esta última, su organización sirvió de instrumento de cooperación con las emergentes democracias de la Europa Central y Oriental, estableciendo estrechas cooperaciones con organizaciones e individuos de la Federación Rusa, Polonia, República Checa y Hungría.

En 1993, Glantz convirtió su periódico en el Journal of Slavic Military Studies, ampliando su trabajo e interés a todos los estados de la Europa Central y Oriental y a la antigua Unión Soviética, al tiempo que la FMSO fue clave para el establecimiento de contactos entre el US Army y los ejércitos de los estados anteriormente citados. Por invitación rusa, Glantz se convirtió en miembro de la Academia de Ciencias Naturales de la Federación Rusa.

Tras más de treinta años de servicio, Glantz se retiró del US Army en enero de 1993, dedicándose a su periódico y a la investigación y publicación de sus obras, entre otras actividades.

Este retazo biográfico es un resumen que he hecho utilizando la información disponible en:
http://www.consimworld.com/newsroom/arc ... 1.bio.html

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Mensaje por jesus2 » Dom May 13, 2007 3:12 pm

Buenas.
V.Manstein escribió:Querido Jesús, he dicho y mantengo que dado el caríz poco edificante de la intervenciones que he leído en este topic me retiro del mismo. Lo mantengo. Sin embargo, por el aprecio que tengo hacia tu persona te diré que todo lo que dices arriba sobre Niklas Zetterling es absolutamente falso.
Y es un detalle que te agradezco... más o menos. :-D

No quiero polemizar. Pero me gustaría que me escribieras por qué es absolutamente falso algo que he escrito.

Como parece ser que este mensaje no a tener réplica, no me extenderé como tenía pensado hacerlo.

Simplemente, para aclarar esta frase:
Yo escribió:Como ya se ha comentado en este mismo hilo, el pasatiempo preferido de algunos individuos, muy versados ciertamente sobre estos temas, es el desprestigiar al señor Glantz.
Con esta frase no quería hacer creer que Zetterling se dedicara a criticar todo lo que llevara la firma de Glantz. Quería recalcar que algunas personas, entre ellas el propio Zetterling, de vez en cuando, "casualmente", se dedican a criticar a Glantz.

Bajo mi punto de vista, estos ataques son más "subterráneos", y posiblemente tengan su origen en la creación de "redes sociales" y de los "juegos" de poder y presión.

Y sobre la metodología de Zetterling, también se podría escribir algo.

Estadística. O la ciencia encargada de convertir en una verdad matemática una mentira absoluta.

El que haya estudiado, mucho o poco, Estadística, sabrá, con certeza matemática ( o mejor dicho: sin ella ) a lo que me refiero.

Saludos al foro.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )

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Grossman
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Korsun Shievtchienkovskiy el estudio de staff soviético

Mensaje por Grossman » Sab Nov 14, 2009 12:35 am

¡Hola!
Grossman escribió:
José Luis escribió:
Grossman escribió: Esta es mayoritariamente de origen alemán, y falta un estudio serio y amplio con fuentes primarias soviéticas para contrastarlas; eso y el uso propagandístico que ambos bandos hicieron del desenlace hace que no puedan ser aceptados como definitivos los datos numéricos sobre alemanes que se salvaron y bajas y pérdidas materiales en cada lado.
viewtopic.php?f=5&t=4397
No estoy seguro, José Luis, si al linkear al topic del estudio del EM soviético sobre Korsun es porque lo consideras una respuesta válida a la necesidad expuesta o si es para reflejar el estado de la cuestión.

A ese respecto quiero subrayar que tanto las cifras de escapados que detalla Schwerpunkt, como las que he dado yo en el post inicial sobre Korsun, que salen de Nash y Zetterling, son claramente cuestionables, y que Glantz, por ejemplo, no les da crédito y considera más probable una cifra de 55.000 bajas alemanas y 18.000 prisioneros y que los escapados serían solo algunas unidades (1).

A los intereses propagandísticos alemanes interesaba decir que en la bolsa había pocos soldados y que la mayoría escaparon y a los soviéticos lo contrario, claro. Por eso, hasta que no haya un estudio a fondo del tipo que Glantz está realizando con Stalingrado (que era lo que tenía en la cabeza cuando pedía un estudio serio y amplio) parece más prudente no respaldarse demasiado en los números y resignarse a no conocer por ahora el verdadero desenlace que tuvo esta operación.
José Luis escribió: No, no. No lo reflejé como respuesta válida (ese estudio contiene bastantes errores al exponer cifras alemanas, ya sea de bajas ya de formaciones o unidades), sino como bibliografía existente de fuentes soviéticas. Por lo demás, imagino que, en la cuenta alemana, el libro de Zetterling (The Korsun Pocket) será bastante fiable (no lo he leído). El libro del EMG soviético es imprescindible para la cuenta soviética (pero razonablemente prescindible para la alemana). Así que hay que, como casi siempre, leer de ambas fuentes para tener un panorama razonablemente objetivo del asunto.
He traído de otro hilo, donde justamente ahora tratamos esta operación (viewtopic.php?f=5&t=10748&start=15), esta cita para continuar aquí la discusión.

El propio Glantz explica en su libro sobre las operaciones soviéticas de engaño en la SGM que la maskirovka falló parcialmente, al detectar la inteligencia alemana el movimiento -que quería ser oculto- del 5ºETG hacia el norte (1), por lo que movió en esa dirección dos divisiones panzer dos días antes del comienzo de la ofensiva. En el estudio del EM soviético que tratamos en este hilo, sin embargo, afirma que fue un éxito y que hasta el segundo día los alemanes no conocieron ni la localización de sus unidades ni la dirección del ataque principal.

El estudio afirma también que la operación de destruir al enemigo cercado fue completada y que todo su equipo fue capturado o destruido. Es decir, es ambiguo respecto si escapó algún soldado: lo primero apunta a que no y lo segundo, por omisión, a que sí.

Frases como “Esta operación vuelve a demostrar el alto nivel de pericia de nuestros generales y oficiales y la superioridad de la destreza militar de Stalin frente al proceder militar estereotipado del estado mayor general alemán” (p.32) atufan a propaganda incluso para un sovietófilo.

Aunque es indiscutible el aprovechamiento que tiene la obra, a lo largo de su lectura salta a la vista del simple aficionado que tiene sus limitaciones, que son las que este espera que el experto –Glantz- señale, advirtiendo donde flojea el texto y qué partes son más aprovechable. Y aunque uno se resiste a cuestionar a sus ídolos, no he podido evitar, al leer en la introducción de Glantz a “Through the Maelstrom” de Gorbachevsky que también este describe el Ejército Rojo “with refreshing candor” (3), una sombra de escepticismo.

Me gustaría leer las réplicas de Glantz a las críticas pero no las he encontrado ni he conseguido ver nada en los links del post inicial de V.Manstein (¿alguien podría refrescar esos links, incluyendo las réplicas?).

Aprovecho la alusión para lamentar la larga ausencia del interesante compañero –y de asombroso parecido psicológico con su real :wink: - V.Manstein de este foro.

Y sigo. Para mi el problema no reside especialmente en la posible germanofilia de Zetterling. En ese aspecto es de destacar el título del libro -“The Korsun Pocket”- y su explicación de que le parece más apropiado que llamarlo de “Cherkassy”, como hacen las fuentes alemanas, en base a la autoridad que da a los soviéticos para designar la ofensiva el haberla iniciado y el haberla ganado.

El título de Nash, por contra, “Hell’s Gate. The Battle of the Cherkassy Pocket …” si que advierte de su predilección, traicionándole además algunas expresiones que se le escapan de vez en cuando por el texto en las que designa como “afortunada” la suerte alemana, y viceversa (4). Luego están las numerosas fotos y los testimonios de “Hell’s Gate”, casi exclusivamente alemanes y particularmente de las “SS”, y sus entrevistas y fotos con excombatientes, exclusivamente de ese bando. Por contrapartida, Nash advierte en la introducción de “No Stalingrad On The Dnieper” (p.5-6) del sesgo de una historiografía basada en fuentes predominantemente alemanas, y denuncia el tópico de justificar sus derrotas por el clima, por Hitler o por la superioridad numérica y material soviética, sin conceder nunca méritos a su destreza militar. Y respecto a esta operación, aclara que en el clímax de la batalla la relación de fuerzas de soviéticos y alemanes era igual.

Sin embargo ambos autores dan por buenas las cifras de las fuentes alemanas sobre número de soldados atrapados y el número de los que se salvaron, y ahí es donde radica el quid de la cuestión. Está claro que la ofensiva la ganaron los soviéticos pero ha quedado pendiente “tasar” esa victoria: muchos atrapados y pocos escapados: tasación alta, y viceversa. Pero resulta que esos datos los tenían solo los alemanes, con lo que se convertían (convierten) en los tasadores de la victoria soviética. Con la enorme uso propagandístico que se hizo del desenlace, ¿puede darse crédito entonces a estas fuentes?

Si Zetterling se manifiesta repetidamente a lo largo del texto su incredulidad sobre números soviéticos, ¿no debería decir algo también sobre las fuentes alemanas? ¿No ha sospechado que pudieran estar sesgadas? Si no lo ha hecho se hace acreedor del calificativo, más que de “candor”, de candidez. Y en el caso de que sí lo haya hecho, debería, después de haber criticado las otras fuentes, explicarlo.

Nash, cuyo “Hell’s Gate” en su núcleo es idéntico a “No Stalingrad on the Dnieper”, no entra en valoraciones detalladas pero simplemente da por buenas las cifras de las fuentes alemanas.

En conclusión, si las cifras de soldados alemanes encerrados se tomó de fuentes alemanas, si el resultado de la operación tuvo una utilización propagandística a gran escala, si aunque los soviéticos hinchaban o deshinchaban las cifras según conviniera también lo hacían los alemanes, si ni Nash ni Zetterling aclaran si investigaron el sesgo propagandístico de sus fuentes ... ¿qué crédito tienen sus cifras? ¿en base a qué los números alemanes son más auténticos que los soviéticos?

Saludos a todos
Grossman

Fuentes:
(1) GLANTZ DM “Soviet Military Deception in the Second World War”. Frank Cass (1989) p.317-22
(2) GLANTZ DM “The Battle for the Ukraine. The Red Army’s Korsun’-Shevchenkovskii Offensive, 1944”. Routledge (2003) p.11-13
(3) GORBACHEVSKY B “Through the Maelstrom” University Press of Kansas (2008) p.X
(4) “Fortunatley, most Soviet air attacks were conceived haphazardly executed, and not coordinated with ground operations” p.112. “Unfortunately, Breith, sticking to the original plan, had continued his attack in a northerly direction” p.120 en NASH DE “No Stalingrad On The Dnieper: The Korsun-Shevchenkovsky Operation January To February 1944” Tesis presentada en la Faculty of the U.S. Army Command and General Staff College, 1980. En: http://www.dtic.mil/cgi-bin/GetTRDoc?AD ... tTRDoc.pdf
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
Espérame y yo volveré para que la muerte rabie
No comprenderán jamás los que jamás han esperado, cómo tú del fuego me salvaste
Es que sencillamente me esperaste como nunca nadie me esperó
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Korsun Shievtchienkovskiy el estudio de staff soviético

Mensaje por José Luis » Sab Nov 14, 2009 10:11 am

¡Hola a todos!

Estimado Grossman, este hilo es bastante antiguo (más de dos años desde que Jesús colgó su último mensaje) y dos de sus protagonistas, mis amigos Manstein y Jesús, están retirados de la actividad de los foros por razones profesionales y personales. Por tanto, un nuevo desarrollo de este hilo ha de tener en cuenta estas notables ausencias.

En cuanto al libro Battle for the Ukraine: The Korsun-Shevchenkovskii Operation, editado por Glantz y Orenstein en 2003, debe tenerse en cuenta que la razón histórica fundamental de Glantz para la publicación de éste y otros libros de la serie fue dar a conocer al público de habla inglesa los trabajos que en su día realizó el Estado Mayor General del Ejército Rojo sobre operaciones militares de la guerra. Ese trabajo del EMG del ER, cuyo título es Colección de Materiales para el Estudio de la Experiencia de Guerra, comprende 36 volúmenes que contienen análisis detallados de las operaciones de guerra. De este material editó Glantz igualmente otros libros: The Battle for Kursk, 1943: The Soviet General Staff Study (1999), Belorussia 1944: The Soviet General Staff Study (2001), y The Battle for Lvov: July 1944. The Soviet General Staff Study (2002), los que yo he leído.

Yo llevo más de 30 años leyendo sobre la IIGM, y a lo largo de ese tiempo he sentido una sincera gratitud por el trabajo esclarecedor de muchos historiadores a medida que leí sus obras. Sin embargo, con ninguno de ellos he adquirido una deuda de gratitud tan grande como con David Glantz, y así se lo he expresado directamente en varias ocasiones en que he tenido la oportunidad de cartearme con él, deseándole que la vida le dé fuerzas para seguir investigando y escribiendo sobre esa inmensa jungla que fue la guerra en el frente oriental. Para mí, la gratitud es lo primero: sin la obra de Glantz tendríamos una visión prácticamente ciega de la perspectiva soviética de esa guerra, sólo despejada un poco por los trabajos de Erickson y Earl Ziemke, fundamentalmente. Y es que la historiografía sobre la guerra germano-soviética estuvo dominada durante muchísimos años desde que acabó la guerra, y aún hoy, por una visión occidental totalmente influenciada por las fuentes secundarias alemanas (especialmente las memorias de oficiales superiores alemanes y los trabajos que muchos oficiales alemanes realizaron para los americanos en Europa en los años inmediatamente posteriores al fin de la guerra) y por la ineludible presión política que la Guerra Fría expandió por todos los ámbitos de investigación histórica (universidades incluidas). De esta forma, todavía falta mucho hoy en día para tener una cuenta histórica del Frente Oriental similar a la que poseemos sobre el Frente Occidental o la guerra en el Desierto Occidental, por citar dos ejemplos. En este sentido, la historia del Frente Oriental lleva un retraso de más de 25 años con respecto a la historia del Frente Occidental, con todo lo que ello conlleva: reinterpretaciones de la historiografía existente en base a la nueva disponibilidad de fuentes primarias soviéticas y de los países de Europa centro-oriental (especialmente Polonia, Rumania y Hungría) y crítica-contracrítica (nueva historiografía) de las mismas.

Pero los trabajos del EMG del ER editados por Glantz y Orenstein no entran en esa categoría de "reinterpretación de la historiografía existente", sino que son un nuevo material de consulta de fuente soviética inexistente en idioma inglés hasta el momento de su publicación. Su mayor valor (recuérdese que estoy expresando mis criterios) radica en su exposición del pensamiento, objetivos, planificación y ejecución de las operaciones del Ejército Rojo durante una parte de la guerra (1943 y 1944 para los títulos que he reseñado). Criticar esos libros por las inexactitudes, omisiones, exageraciones o fraseología política o propagandística de la cuenta del EMG del ER cuando se refiere a su enemigo (los nazis, la Wehrmacht, Hitler) es una labor que no debe extender a categoría lo que sólo constituye una pequeña parte del relato general, so pena de que por la anécdota se pierda la perspectiva general de la obra y se menoscabe su gran valor (la propia cuenta soviética).

Y ello es especialmente aplicable a la cuestión de las bajas. Hay discusiones tan absurdas por pretender establecer el número exacto de bajas de una operación o batalla que muchas veces se pierde la perspectiva general de esa operación o batalla. Y lo mismo ocurre con si tal o cual unidad participó o no en esa operación o batalla. Estos matices (salvo que las diferencias sean notables) tienen muy poca importancia para el discurso histórico y entran más en la microhistoria militar o contabilidad o estadística militares. Es el caso de los dos trabajos principales que yo he leído de Niklas Zetterling (el de Kursk y el de Normandía), obras muy interesantes y de gran utilidad para la historia estadística, pero muy flojas para el verdadero discurso histórico militar, donde la exactitud de los números (personal, armamento, formaciones, unidades, subunidades, bajas, etc.) es irrelevante, siempre que se mantenga una cuenta aproximada de los mismos, para el auténtico objetivo de una historia militar, que consiste en la exposición, explicación e interpretación de una operación, batalla, campaña o guerra desde los diferentes niveles de la guerra (estratégico, operacional y táctico), y teniendo en cuenta las fricciones de la guerra y las circunstancias político-económicas que la acompañan. Una historia militar basada exclusiva o fundamentalmente en números y estadísticas, caso Zetterling, es poco más que un trabajo de inventario.

De la misma forma, sólo que a un nivel comparativamente mucho menor, sucede con las historias militares del Frente Oriental que pasan por alto el aspecto crucial de la política de exterminio nazi en su guerra contra la URSS, y aquí Glantz está incluido. Existe el grave error de creer que una historia militar del Frente Oriental puede escribirse sin exponer y explicar esa política de aniquilación, como si ello no fuera con la campaña militar. Resulta, en cambio, que es totalmente inútil querer historiar dicha guerra sin explicar esa política criminal nazi (y la política posterior soviética), pues las operaciones militares estuvieron afectadas, directa o indirectamente, la mayoría de las veces por las políticas de los dos líderes que gobernaron esa guerra.

Para recapitular, retomando el tema objeto de este hilo. A mi juicio, no se trata de valorar el libro por sus errores o sesgos cometidos cuando se toca la parte alemana, que son anécdota, sino por la oportunidad que nos brinda para conocer cómo pensaron, planificaron y ejecutaron esa operación los soviéticos, que es categoría. Y como con toda obra y todo tema, el estudioso ha de completar esa lectura con otras que tenga disponibles, pues sólo así se llega a construir un criterio.

Finalmente, las cifras de Zetterling sobre las bajas alemanas de esta operación se basan en fuentes primarias alemanas (por lo que recuerdo de su artículo, y que me imagino serán mucho más patentes en su The Korsun Pocket), es decir, diarios y partes de estado y situación de las unidades y formaciones de combate alemanas. Son, pues, cifras autorizadas y difícilmente cuestionables, pues las fuentes autorizadas para las bajas son siempre los documentos oficiales del bando en cuestión (otra cosa, es que esos documentos oficiales estén accesibles al investigador, o que la historia oficial del bando en cuestión haga una cuenta parcial de los mismos, como ocurrió durante mucho tiempo con la bibliografía soviética, de la que no escapa este estudio del EMG. Habrá que celebrar, cuando por fin llegue la ocasión, si llega alguna vez, la publicación en inglés de la última edición -de los noventa, que yo esté enterado- de la multivolumen historia de la Gran Guerra Patriótica).

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Mensaje por Chuikov » Dom Nov 15, 2009 11:46 pm

Hola a todos,

José Luis, veo tu análisis del estado de la historiografía en el Ostfront muy en la línea del interesante prefacio a Thunder in the East a cargo de Hew Strachan. Muy interesante, por cierto.
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Mensaje por José Luis » Lun Nov 16, 2009 12:27 pm

¡Hola a todos!
Chuikov escribió: José Luis, veo tu análisis del estado de la historiografía en el Ostfront muy en la línea del interesante prefacio a Thunder in the East a cargo de Hew Strachan. Muy interesante, por cierto.
Pues la verdad lo tenía olvidado, Chuikov. Ahora, al releerlo, hay ciertas cosas interesantes que me gustaría subrayar, si se me permite esta digresión.

Por ejemplo, su referencia a la History of the Second World War de Liddell-Hart de 1970. Strachan la reseña porque Hart coloca el centro de gravaded de su historia en África, el Mediterráneo y el Frente Occidental. Con razón subraya que Hart dedicó más atención a la campaña de África del Norte en 1941, donde los alemanes habían empleado tres divisiones, que a la campaña rusa, donde habían multiplicado esa cantidad por 75.

Strachan también dice que la visión occidental del Frente Oriental estuvo marcada por la influencia alemana y, en especial, por las memorias de los generales alemanes. Esto se hizo patente en Hart, que entrevistó a muchos de ellos después de la guerra, y, aunque Strachan no lo menciona, ayudó a Manstein en su defensa y en asuntos familiares, y a Guderian en la publicación de su libro de memorias en inglés (en ambos casos a cambio de ciertas concesiones, aunque con Manstein no las consiguió). Y lo mismo hizo con la viuda de Rommel y su hijo Manfred, consiguiendo ciertas concesiones para su edición inglesa de The Rommel Papers, aunque no en la alemana de Fritz Bayerlein.

Pero la obra de Hart no sólo está desfasada por su menoscabo del Frente Oriental y su visión exageradamente influenciada por los generales alemanes, como cita Strachan, sino también por la ausencia de valoración de un elemento decisivo cuyos archivos oficiales no se desclasificaron hasta la década de 1970 (ya muerto Hart): el papel decisivo de Ultra. Finalmente, Hart ignoró en su historia de la guerra en África del Norte las fuentes primarias y secundarias italianas (como casi toda la historiografía anglosajona entonces, y aún hoy, existente). Por lo que su historia es una incompleta.

También señala Strachan el mito (que todavía hoy persiste entre quienes niegan las evidencias) de una Wehrmacht que combatió honorablemente en el Frente Oriental. Una imagen muy adecuada para el tiempo de la Guerra Fría. Señala Strachan que esta imagen se desmontó con la publicación de la multivolumen Das deutsche Reich und der zweite Weltkrieg (que se publica en inglés con el título Germany in the Second World War), a cargo del Militärgeschichtliche Forschungsamt (MGFA) del Bundeswehr, en especial por la colaboración de Jürgen Förster. Y sobre todo por la muestra de los crímenes de la Wehrmacht (la llamada Wehrmachtsausstellung) a cargo del Hamburger Institut für Sozialforschung (que tuvo dos exhibiciones, la original de 1995-1999 y la revisada de 2001-2004).

Sin embargo, Strachan se olvida de citar que, al margen de las pruebas físicas (fotografías) mostradas en esas exhibiciones, las evidencias inculpatorias de la Wehrmacht en los crímenes del Frente Oriental ("crímenes de guerra" y "crímenes contra la humanidad") ya estaban disponibles al investigador en los documentos y diarios oficiales de la Wehrmacht y SS, todos ellos repasados en profundidad durante los juicios de Nuremberg. Por ello, si no se quiso desmontar ya en la historiografía de la década de 1950 ese persistente mito de la Wehrmacht, fue debido exclusivamente, a mi juicio, a razones políticas (Guerra Fría) y prejuicios ideológicos. Tuvo que venir una nueva generación de historiadores a finales de la década de 1970 y principios de la de 1980 para comenzar a desvelar lo que se había ocultado, encabezada por Manfred Messerschmidt (él mismo director del MGFA) y seguida por Förster, Wette, Bartov, etc.

En cuanto al Frente Oriental, Evan Mawdsley y Roger R. Reese son las dos últimas y agradables sorpresas que he descubierto en los últimos tiempos.

Saludos cordiales
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