Natalia Peshkova

La guerra en el este de Europa

Moderadores: José Luis, Audie Murphy

Responder
Avatar de Usuario
Francis Currey
Administrador
Administrador
Mensajes: 3176
Registrado: Vie Jun 10, 2005 8:50 am
Ubicación: España
Contactar:

Natalia Peshkova

Mensaje por Francis Currey » Dom Abr 06, 2008 12:37 pm

Natalia Peshkova

Esta joven rusa relata sus experiencias en el frente, con todo lujo de detalles, en la siguiente entrevista.

¿Usted tenía la sensación de que la guerra llegaría en breve?

Cuando se tienen 17 años se piensa más en el amor que en la política. Aunque me deje engañar por nuestra propaganda. No, mi generación no tenía ningún temor de que la guerra se iniciaría en cualquier momento.

¿Cuándo comienza su participación en la guerra?

El seis de julio de 1941, me Acababa de graduar en la escuela. Tuvimos nuestro tradicional ceremonia de graduación y paseamos por la Plaza Roja. La guerra comenzó al día siguiente. Yo me considere como una especie de Juana de Arco, por lo que de inmediato corrí a la oficina regional de la KOMSOMOL (Liga de Jóvenes Comunistas) para alistarme, la comisión me envió con un grupo de médicos. Este grupo se encontraba precisamente en nuestra escuela. Allí aprendimos a poner vendajes y férulas, a preparar las inyecciones, etc. Incluso aprendimos a rastrear sobre un terreno plano en el suelo del auditorio de la escuela.

Pronto se formaron las unidades de milicias (DNO) en Moscú. Me enviaron a una de estas milicias como sanitaria. Muchos de mi escuela, unos cursos más jóvenes, también fueron allí. Mis compañeros de sexo masculino fueron enviados a las unidades regulares. Mi deber era llevar a los heridos del campo de batalla a zona segura y proporcionarles atención médica primaria. A finales de julio, aprendimos algo sobre las artes militares, pero, como ustedes comprenderán, casi todo era teórico.

¿Cómo fueron armados?

Tuvimos tres ametralladoras que recibimos a los pocos días, no podían disparar todos. Las armas dejaron de funcionar cuando llegaron el agua o la arena. Estábamos muy mal equipadas. Las unidades del ejército regular diferían mucho. Sus armas eran mejores. Ellos estaban mejor entrenados para la guerra. Lo mismo ocurría con nuestra ropa: incluso los oficiales estaban mal vestidos por no hablar de las pesadas botas kirza.. Nos moríamos de hambre. Cuando nos quedamos cerca de Moscú, nuestra ración diaria durante tres meses consistió en harina de guisantes (arvejas harina que se almacenaban en forma de ladrillos y que se utilizaban para hacer sopa o puré)
Y un trozo de salchicha de caballo.

¿Se acuerda de su primera batalla?

Nos habíamos quedado en la región de Smolensk, cerca de un pueblo, no recuerdo su nombre, y pero si que se nos permitió dormir en las casas. El 03 de octubre recibí la orden de evacuar. Muchos murieron y otros fueron desaparecidos en acción. Y después de un largo tiempo, hasta finales de noviembre, estuvimos cercados, perdidos, sin tener la más mínima idea de dónde estaban nuestras tropas y donde los alemanes. No había comida. Bueno, hemos excavado hasta en el hielo para mordiquar patatas heladas. Y una vez que nos sucedió que un camión salto en pedazos, en el había sacos de galletas que pronto quedaron empapadas de la gasolina Ninochka Etman, comió las galletas
Teníamos dos carros. A veces se me permitió viajar en uno de ellos. Una vez me dormí en uno, estaban tirados por dos caballos, tan hambrientos como nosotros.

¿Recuerda la primera vez que se vio a un alemán?

Fue cerca de la aldea en la región de Smolensk. Él era un piloto. Él saltó de su paracaídas , cuando su avión fue alcanzado. Cuando lo vieron aterrizar todos corrían hacía a él. Se dio cuenta de que sería capturado y se disparó a sí mismo en la cabeza. Hubo un asistente médico de la ciudad de Velikie Luki con nosotros que trato de salvarlo Esa fue la primera vez que vi un Uniforme alemán. Parecía que era para marchar en los desfiles.

Salimos de cerco en Tula. No teníamos pan, pero recibimos varias latas enormes de mermelada. Comimos esta mermelada y bebimos todo el agua, que pudimos tragar, luego fuí enviada como médico a una unidad de infantería. Al principio yo trabajé como sanitaria. Entonces todas las chicas de la unidad fueron enviadas a un departamento médico de nuestro regimiento. Mi deber era acompañar a los soldados heridos de la línea del frente al hospital de campaña. Una vez acompañado algunos soldados heridos en un camión a nuestro hospital, que se encontraba en una casa, un cirujano me pidió que le ayudara en una operación de emergencia. Unos momentos después, una bomba hizo blanco en la casa. Tuve una grave lesión en la cabeza. El cirujano, dos ayudantes y dos asistentes de hospital murieron en el acto, yo permanecí inconsciente durante días. Tan pronto como me repuse regresé al regimiento.

¿ Qué enfermedades se sufrían en el frente?

Hubo tifus durante los duros combates de Kursk. Hasta entonces, la mayoría de la gente se encontraba relativamente sana. Eso fue bastante extraño, porque no había un programa especial de saneamiento. Los piojos eran la tónica general. En las pausas entre las batallas todos limpiábamos nuestra ropa con el calor del fuego. En la ribera del río Ugra, nuestros soldados fueron vacunados contra la difteria y el tétanos. Me pase por las trincheras vacunado a todos los soldados, uno por uno.

Fui herida por segunda vez durante la batalla de Kursk. Luego enviada a Tula. En el momento en el que la 3 Guardia de tanques del Ejército se estaba reagrupando en Tula. No sé por qué pero me nombraron jefe de la Joven Liga Comunista de unidad, en una brigada de tanques. Tuve que enseñar el patriotismo y explicar la política de nuestra nación a los jóvenes soldados. Después de eso (1943) yo era un médico más, un oficial del ejército regular. Pues recibí el rango de teniente.
Fui herida por tercera vez. Bueno, en esta ocasión no fue demasiado grave. Paramos en un pueblo y los alemanes nos sorprendieron. Dispararon contra mí una pistola de señales y una parte de la bala quedó alojada en mi cuello. ¿Acerca del heroísmo? Estoy pensando sobre nuestro jefe de batallón. Una vez al mes, tenía que visitar cada dependencia para rellenar los formularios por lo que los soldados podían enviar dinero a sus familiares. Por supuesto, nadie tocó el dinero, que podíamos enviar a casa. Ese hombre, era un terrible cobarde, siempre temblaba de miedo. Pero se mantuvo fiel a sí mismo rellenando esos papeles. ¿No es heroísmo?

:arrow:

Fuente: entrevista concedida a Artem Drabkin
http://www.iremember.ru/others/peshkova/peshkova.htm
[/b]

Responder

Volver a “Frente oriental”

TEST