Entrevista al soldado Georg Buchwald

La guerra en el este de Europa

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Akeno
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Entrevista al soldado Georg Buchwald

Mensaje por Akeno » Lun Ago 11, 2008 5:44 pm

Reproduzco aquí la entrevista que John Vader (escritor australiano) realizó a Georg Buchwald, que combatió como simple soldado en el frente oriental hasta que fue herido en 1943.

¿Cuándo fue la primera vez a Rusia?

En seguida, desde el principio. Veinticuatro horas antes de partir nos dijeron que, puesto que habíamos combatido en Francia, Hitler en persona nos había elegido para que fuéramos los primeros en entrar en lucha en Kaunas (Kovno), para conquistar un aeródromo y capturar, si era posible, los aviones intactos. Avanzamos y, abriéndonos camino combatiendo, seguimos adelante; pero, de pronto, mientras avanzábamos, alguien comenzó a dispararnos por la espalda. Siempre ocurría así no podría decir cuántos hombres perdimos.

Sé que comenzamos la acción a las 0330 de la madrugada, pero no me acuerdo de la fecha. No hacíamos otra cosa que avanzar, sin descanso. Tomamos Kaunas y llegamos a un pueblo cercano, donde se nos sometió al fuego más masivo que yo recuerdo. Nos rodearon con artillería y con todo lo que pudiera disparar. Perdimos a todos los oficiales y a los sargentos, de modo que el mando pasó a manos de algunos cabos. Mi oficial resultó herido. Yo tuvoe suerte. Salí sin un arañazo y volví a Kaunas.

¿Era elevada la moral de ustedes?

Sí. Al comienzo no teníamos por qué preocuparnos. Nos habíamos batido bien en Francia y ahora, después de los primeros encuentros con los rusos, nos convencimos de que no nos darían mucho trabajo... tan mal equipados estaban. Pero después cambiaron las cosas. Por lo general, nosotros, los Panzerjäger, precediamos a la infantería; y, especialmente, si se sabía que en la zona se hallaban carros de combate soviéticos a la infantería se la retenía detrás, haciéndola avanzar tan sólo una vez nos habíamos adelantado para neutralizar a los carros enemigos.

¿Hubo combates muy encarnizados en aquel período cerca de Smolensk?

Sí, precisamente donde yo fui herido. En aquella unidad Panzerjäger, que formaba parte de la 353º división, éramos 158, y al acabar la batalla quedábamos tan sólo siete.

¿Qué estaba ocurriendo antes de que le hirieran?

Estabamos completamente cercados por los rusos. Nuestro comandante, un capitán, no nos había advertido de lo crítica que era la situación. Ya no teníamos ni víveres, ni municiones, ni carburante, y tan sólo un cañón de 100 mm que durante la noche debíamos trasladar de una parte a otra para hacer creer a los rusos que teníamos muchos más. Creo que en aquellos momentos sólo quedábamos unos 50 ó 60 hombres.

Por fin el capitán nos reunió y nos dijo: "Ya sabéis lo que está sucediendo; es inútil que trate de taparos los ojos. Estamos completamente aislados y ahora cada cual debe arreglárselas por sí mismo". Entonces nos metimos en los bosques; si los enemigos hubieran sido americanos o ingleses, yo habría ido hacia ellos y les hubiera dicho: "Vamos, para mí la guerra ha acabado", y los demás hubieran hecho lo mismo, pues ya no quedábamos más. Al final, treinta y ocho lograron alejarse en un camión.

Cómo juzga al ruso, como combatiente?

No desearía a mi peor enemigo que tuviera que combatir contra un ruso. Es el soldado más terrible de todos aquellos contra los que he combatido.

¿Quizá porque es un buen soldado y un hábil combatiente?

No. Porque es un salvaje. Un borracho. Una vez tuvimos que permanecer agazapados en la trinchera durante una semana mientras los rusos continuaban atacando. Ellos se habían atrincherado a lo largo de un río, en la nieve. Cuando se nos echaban encima lo hacían gritando: "Hurra!" "Hurra!". Nosotros estábamos siempre dispuestos a hacerles frente y a abatirlos con nuestras armas. Cuando por fin ocupamos sus líneas, encontramos en sus trincheras botellas de vodka por todas partes.

¿Cree usted que bebían porque tenían miedo?

Bien, le diré una cosa: lo que ocurría es que a la sazón no tenían suficientes armas. Los que se lanzaban al combate desordenadamente, en las dos o tres primeras oleadas, hacían mucho ruido para aturdirnos; pero las armas las tenían los que venían detrás. Y tampoco era necesario que pasase mucho tiempo para que agotasen sus municiones.

¿Cree usted que los que eran lanzados al combate en primer lugar -los soldados borrachos y desarmados- formaban parte de compañías de castigo?

Tal vez. Es posible. Su equipo no era completo, pero disponían de la adecuada indumentaria invernal, indumentaria mucho más apropiada que la que teníamos nosotros en los dos primeros años.

¿Creían ustedes lo que se decía respecto de las atrocidades cometidas por los soviéticos?

Sí, y teníamos la certeza de que no sobreviríamos si caíamos en sus manos. Pudimos ver los cadáveres, terriblemente mutilados, de algunos de nuestros camaradas caídos en poder de los rusos mientras yacían heridos en un puesto de socorro; son cosas demasiado terribles para contar.

¿Les lanzaban los rusos octavillas de propaganda?

Sí. Sabían quienes éramos y conocían el número de nuestra unidad. Nos llamaban la división "matanza e incencio" y decían que no cogerían a ninguno de nosotros vivo.

¿Por qué les llamaban así? ¿Tuvo usted ocasión de presenciar atrocidades cometidas por los alemanes?

No; nosotros tratábamos a los prisioneros soviéticos como a nuestros propios hombres, y en los pueblos conquistados los rusos nos acogían con cordialidad y parecían felices al poder levantar de nuevo en sus casas los altares tradicionales.

¿Es cierto que a algunos prisioneros se los empleba como blanco?

No. Jamás he oído nada semejante. Incluso los soldados enemigos que se entregaban a nosotros recibían raciones iguales que las nuestras.

Eran las SS las que daban mala fama a los alemanes. En cierta ocasión, cuando abandonamos un pueblo donde habíamos conseguido crear una atmósfera de amistad con los habitantes, llegaron las SS y fusilaron a algunos judías y a otras personas.

¿Estaban mal consideradas las SS entre las otras tropas alemanas?

Sí; a veces nos peleábamos con ellos en los bares donde tenían la costumbre de alardear y de disparar a las botellas. Mucho más tarde, en Bruselas, cuando ocurría que unidades SS se trasladaban de un lugar a otro, no se les permitía ni siquiera alejarse de la estación. En Rusia llegaban siempre cuando nosotros ya los habíamos solucionado todo, se establecían en el lugar y seleccionaban a la gente que tenía que ser castigada o condenada; esto es lo que hacían. Conozco un lugar en el que se trató muy bien a los soldados alemanes; incluso los rusos les habían ofrecido cigarrillos y vodka. En cambio, dos días después de nuestra partida, supimos que las SS habían fusilado a un montón de gente con la excusa de que se trataba de judíos. El soldado alemán era un persona completamente distinta de las SS. Éstas llegaban siempre al final, para "rastrillar"; yo jamás las vi combatir.

¿Cómo se portaban ustedes con las muchachas rusas?

Bien, como hacíamos con todo el elemento civil, pero no teníamos mucho tiempo para establecer relaciones con ellas. No nos deteníamos lo suficiente en las ciudades o en los pueblos... En Rusia, al principio, siempre estábamos en movimiento para avanzar y al final, siempre en movimiento para retroceder.

¿Cómo eran las condiciones de vida?

Comíamos especialmente sopa. El pan ruso -cuando conseguíamos encontrarlo- resultaba incomestible. No teníamos ni bebidas alcohólicas ni cigarrillos. Algunos se acostumbraron a fumar el musgo seco que crecía en las gritetas de los muros de las casas. El agua que se obtenía fundiendo la nieve daba un gusto pésimo al té o al café. Desde luego, las municiones tenían siempre prioridad sobre los víveres y la indumentaria. La gasolina era tan escasa que para transportar el correo yo me servía de un caballo.

¿No estaban ustedes equipados con ropa invernal adecuada?

No. No teníamos indumentaria invernal de ningún tipo; siempre la esperábamos pero no llegaba nunca. Cuando acababa el combate, nos deslizábamos por la tierra de nadie para apoderarnos de las prendas de vestir de los rusos muertos. En el transcurso del invierno de 1942-42 perdimos el 35% de nuestros hombres a consecuencia de casos graves de congelación.

¿Contaba su unidad con cañones de 88 mm?

No; nosotros teníamos únicamente el cañón contracarro de 37 mm que montaba una boca de fuego especial para neutralizar a los carros de combate pesados; lo mal es que este calón de 37 mm sólo era eficaz a 50 metros.

¿Cómo era la calidad de los refuerzos?

Muy deficiente. Una vez me quedé asombrado al ver que nos habían mandado un suboficial que fue herido tiempo atrás y había perdido un ojo, permaneciendo apartado del servicio durante doce meses; cuando oscurecía, para que pudiera realizar su inspección, era necesario que alguien le guiase de una a otra posición.

¿Cómo era el armamento y el equipo de los rusos?

Iba mejorando continuamente. El carro de combate T-34 tenía una coraza muy fuerte; pero tengo la impresión de que los rusos empleaban estos carros antes de que estuvieran verdaderamente terminados, puesto que no tenían a bordo ninguna instalación de radio. Se decía que podían alcanzar los 65 km por hora, incluso fuera de la carretera. En los primeros tiempos de la campaña, el armamento y el equipo de las tropas soviéticas consistía en restos de la PGM. En cambio, más tarde, dispusieron de lo que nosotros llamábamos el "órgano de Stalin": se trataba de un lanzacohetes múltiple montado en un camión. Estos ingenios llegaban a primera línea, disparaban y desaparecían. Mientras nosotros estábamos cada vez peor de víveres, de armamento y de equipo, los rusos los tenían cada vez mejores y en mayor cantidad.

¿Gozó de algún permiso?

Sí, una fez fui a casa con permiso, como puede ver en mi cartilla. Necesité tres días para llegar a mi casa, tres días que, como tiempo para el viaje, se añadieron al mes que se me concedió; eso fue en julio de 1942.

Quien volvía del frente oriental con permiso gozaba de privilegios especiales: podía vestir traje de paisano y se le concedía chocolate y víveres extras en cantidad, etc. Antes de irnos de permiso, como teníamos muy mal aspecto, nos trasladaban a un campo especial para alimentarnos durante dos semanas de manera adecuada, tras lo cual nuestro aspecto mejoraba un poco. Luego, nadie deseaba volver para montar la guardia en Rusia, donde, con 50º bajo cero, apenas lográbamos mantenernos en pie y nos tenían que relevar cada media hora.

¿Hubo desertores soviéticos que se entregaron a ustedes?

Sí. Una vez pasaron a nuestras filas doce rusos, diciendo que no querían volver con los suyos, sino quedarse con nosotros. Aunque los manteníamos en retaguardia, lejos de primera línea, trabajando como intérpretes y en las cocinas, nos fueron muy útiles, ya que conocían muy bien el territorio.

¿Hubo desertores entre los alemanes?

No. Que yo sepa no hubo ni un solo caso de deserción. En cambio, más tarde eran tantos los rusos que querían venir con nosotros que teníamos qeu decirles: "Nos nos servirías de nada; debemos continuar retirándonos y los víveres que tenemos no son suficientes ni siquiera para nosotros". Pero ellos tenían miedo que si se quedaban los fusilasen.

¿Cree usted que Alemania debía invadir la Unión Soviética?

No. Me convencí de que habíamos perdido la guerra en cuanto a empezamos a retirarnos del Volga. Andábamos ya escasos de víveres, escasos de municiones, escasos de carburante... todas las unidades motorizadas iban a la búsqueda de carburante. Se tenían que abandonar muchos carros de combate y camiones porque no había combustible para hacernos funcionar. Esto ya empezó a ocurrir ante Moscú en diciembre de 1941.

¿Así que pronto tuvo usted la impresión de que hubiera sido mejor no lanzarse contra Rusia?

Personalmente, sí. Y muchos otros pensaban como yo. Pero nadie se atrevía a decir una palabra sobre este asunto; se corría el riesgo de ser fusilado. Uno tenía que pensar mucho las cosas y bien atnes de hablar. En Gran Bretaña el único peligro que corría el que no quería combatir era el de ser enviado a trabajar a una granja; pero en Alemania a quien se negaba a luchar se le fusilaba.

¿Cómo era la propaganda en su patria, en Colonia?

Terrible. Cuando estaba en mi asa nunca escuchaba la radio alemana, sino siempre la BBC. Mi mujer me decía continuamente qeu acabarían encerrándome, pero yo no me preocupaba. Sabía que tenía que volver a Rusia, donde habían matado a tantos amigos (con quienes había combatido en Francia) y de donde probablemente jamás volvería. Después de haber visto caer muertos por todas partes a tantos de mis amigos, era natural que yo tuviera esa sensación. Cuando me hirieron en la pierna, algunos amigos me dijeron: "Daría miles de marcos por una herida como esta". En efecto, sólo se trataba de una pierna herida, y la mayor parte de las heridas solían producirse en lugares peores. La moral era ya muy baja y casi todos los soldados estábamos seguros de no salir vivos de allí.

FUENTE: ASI FUE LA SGM. Editorial Noguer S.A. 1972

Saludos cordiales!

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tigre
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Entrevista al soldado Georg Buchwald.

Mensaje por tigre » Lun Ago 11, 2008 10:02 pm

Gracias por compartirlo Akeno :wink: . Un saludo. Tigre 8).
Irse a pique, antes que arriar el pabellón. Alte G. Brown.

Bagramyan
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Mensaje por Bagramyan » Mar Ago 12, 2008 3:53 pm

Gran documento, con pelos y señales.
Saludos :?
Sed mejores que ayer y peores que mañana

Shaka_77
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Entrevista al soldado Georg Buchwald

Mensaje por Shaka_77 » Mar Ene 13, 2009 9:19 pm

Hola Tigre

tenes idea de la fecha de esta entrevista?

slds

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tigre
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Entrevista al soldado Georg Buchwald

Mensaje por tigre » Mié Ene 14, 2009 12:21 am

Hola Shaka :-D, un gusto saludarte............
Hola Tigre

tenes idea de la fecha de esta entrevista?


Traslado la pregunta a Akeno (a lo Poncio Pilatos.. :lol:). Saludos a ambos. Raúl M 8).
Irse a pique, antes que arriar el pabellón. Alte G. Brown.

Maus
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Entrevista al soldado Georg Buchwald

Mensaje por Maus » Mié Ene 14, 2009 11:48 am

Queria saber si el auor de este post me da permiso para publicar esta entrevista en el boletin interno de nuestra unidad de reconstruccion historica.

Gracias

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Naranjito
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Entrevista al soldado Georg Buchwald

Mensaje por Naranjito » Mié Ene 14, 2009 11:55 am

Muy buena entrevista,gracias por compartirla con nosotros.
Saludos.
A10.
Para atras ni para cojer carrerilla....

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José Luis
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Mensaje por José Luis » Mié Ene 14, 2009 2:02 pm

¡Hola a todos!
Maus escribió:Queria saber si el auor de este post me da permiso para publicar esta entrevista en el boletin interno de nuestra unidad de reconstruccion historica.

Gracias
Akeno está retirado de los foros, pero no creo que exista inconveniente alguno en lo que pides, siempre y cuando referencies este enlace y su autor.

Saludos cordiales
José Luis
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Entrevista al soldado Georg Buchwald

Mensaje por Maus » Vie Ene 23, 2009 6:06 pm

Asi sera, muchas gracias.

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