El 12 de julio de 1943, al sur de Kursk, cerca de la pequeña localidad rusa de Projorovska, se libro en los campos de maíz y girasol la más grande batalla de tanques de todos los tiempos. Envueltos de nubes de polvo y humo, 1500 colosos de acero se destrozaron en una lucha a corta distancia. Al ponerse el sol sobre el humeante escenario del combate, había fracasado el último intento de Hitler de tomar la iniciativa en Rusia con la perdida de tan crucial batalla. Las colinas de Projorovska, sembradas de carros destruidos, señalaban un cambio de signo en la campaña del este.
Naturalmente, todo ello no lo sabía Rudolf Roessler, el modesto emigrante alemán, que por entonces se hallaba a casi 1000 kilómetros de distancia, conversando con sus amigos como cada día, en un café de Lucerna.
En el cementerio de la pequeña localidad suiza de Kriena, a unos 5 kilómetros de Lucerna existe, poco menos que olvidada, la tumba de un hombre Rudolf Roessler, que hasta el presente sigue siendo uno de los grandes enigmas de la segunda guerra mundial.
Rudolf Roessler vino al mundo en Kaufheuren en 1897, En 1915 se alisto como voluntario, combatió en el frente occidental y
al terminar la guerra trabajo como redactor del Ausburger Allemaine.
En 1928 se traslado a Berlín, donde ingreso como secretario general de la Unión Escénica Popular, entidad que tenía por objeto la difusión por el arte escénico.
Cinco años más tarde Roessler establece amistad con Xavier Schnieper, hijo de un consejero municipal de Lucerna, Schneiper había estudiado en Alemanía y aconsejo a Roessler --- cuyos sentimientos antinazis compartían--- que se trasladase a Suiza.
Roessler emigró a este país en 1934 haciéndose cargo de la editorial Vita Nova de Lucerna, en uno de cuyos distritos, ocupo una hermosa mansión junto a su esposa Olga.
En la primavera de 1939, cuando ya se insinuaba la inminencia del conflicto, el Estado Mayor suizo, organizó un servicio de información.
Se nombró jefe del mismo al general Roger Mason, poco después ascendido a teniente general. Al principio el organismo, denominado NS1, se ocupo casi exclusivamente de recoger información de Alemania; bajo el nombre de oficina Rigi, se instaló en el hotel Schweizer Hof de Lucerna. Al frente de la misma se puso al comandante Max Waibel, que durante sus estudios en la Academia Militar de Berlín hizo buenas amistades que luego habría de utilizar. Además de la oficina antes mencionada, se funda otra también en Lucerna denominada Pilatus, entidad semi oficial, al cuidado del comandante de la Reserva Hans Hauseman, propietario de un importante comercio de material fotográfico, y excelente patriota. Durante la guerra, su cuartel general, situado en la villa Stutz, comprendía una red de más de ochenta agentes, que mandaban información de casi todas las más importantes capitales de Europa.. En total, llegaron na villa Stutz más de 25 000 comunicaciones. El doctor Xavier Schneiper, que ingresó en el servicio de información en la primavera de 1939, servía de enlace entre el amigo Roessler y la oficina Pilatus.
A través de la misma, a partir de julio de 1939, Roessler envió regularmente una copiosa información sobre la situación político---militar de Alemania, los planes de Hitler y la fecha de la invasión de Polonia.
También la oficina Rigi, el departamento NS1 de Lucerna, con el doctor Max Waibel, aprovecho los valiosos servicios de Roessler. El comandante doctor Berhardt Mayr von Bakdegg, colaborador de Waibel, estaba en frecuente contacto con el editor Roessler.
El servicio secreto suizo recogía información del ABwehr, del Intelligence Service, del Deuxiéme Bureau e incluso de la organización secreto del gobierno polaco en el exilio a través de cuyo agregado militar en Suiza, J Sedlacek ( Tio Tom ), obteníía las últimas informaciones del agente 54, Paul Thummel, directamente desde Praga.
A partir del verano de 1939, trabajo para la editorial Vita Nova, el periodista doctor Christian Svhneider natural de Wiesbaden.
El doctor Schneider vivía en Ginebra desde 1927 y trabajaba como intérprete en la Oficina Internacional de Trabajo. Allí había entablado relación con la taquimecanógrafa comunista Rachel Dubendorfer, divorciada de Caspary, nacida Hoppner, ella procedía de Plock, localidad cercana a Varsovia . Roessler y Schneider simpatizaron desde el primer momento, y el primero obtuvo importantes informaciones acerca acerca de las más recientes novedades concernientes a la situación política y militar de Alemania.
Poco después de estallar la guerra dichas noticias resultaban cada vez más interesantes y Schneider no pudo resistir la tentación de comunicárselo a su amiga Dubendorfer, de quien se suponía que trabajaba para el servicio secreto ruso.
Una vez que Rachel Dubendorfer y su compañero Paul Boetcher, antiguo comunista de Leipzig --- en 1923 había sido ministro de hacienda en el gobierno rojo de Sajonia y desde 1936 vivía ilegalmente en Suiza---, tuvieron nen sus manos los informes de Roessler, propusieron una más asidua colaboración en el verano de 1941: tanto Schneider como Roessler se mostraron de acuerdo. Entonces se les asignaron los correspondientes nombres ficticios Roessler seria conocido como Lucie Schneider como Taylor y Rachel Dubendorfer se dio a conocer como Sussy.
continuara