John Shirley Wood

Todos los personajes de la Segunda Guerra Mundial

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John Shirley Wood

Mensaje por José Luis » Mar May 02, 2006 4:02 am

¡Hola a todos!

Esto no es un breve biográfico del mayor general John Shirley Wood, sino tan sólo una aproximación a la personalidad de un oficial militar realmente extraordinario.

El brigadier general John Wood se hizo cargo de la 4ª División Acorazada del US Army cuando se jubiló Henry Welles Baird a los 61 años en la primavera de 1942. El brigadier general Baird había sido el primer comandante de la división, desde su activación el 15 de abril de 1941 en Pine Camp, Nueva York. Wood tomaría el mando hasta que Patton lo relevó el 3 de diciembre de 1944 por la razón oficial de fatiga de combate. Pero a esto volveremos al final.

John Wood es un buen ejemplo para comprobar cómo el Destino entreteje nuestro futuro entre bastidores. Había ingresado a los 16 años, en 1903-4, en la Universidad de Arkansas, convirtiéndose en capitán del equipo de fútbol durante su tercer y cuarto año en 1907. Tras graduarse en química, aceptó un puesto de profesor en su universidad. Entonces, un viejo colega que había ingresado en West Point trató de convencer a Wood de que siguiera sus pasos. Éste, ávido de volver a jugar al fútbol, decidió hacer caso a su amigo y superó con facilidad el examen de ingreso en West Point en 1908. Pero durante el examen físico se le descubrió una miopía que debía poner fin a su intento de hacerse una carrera militar, o quizás habría que decir con más realidad de jugar al fútbol. Pero el Destino enseñó sus cartas; el jefe del hospital era el coronel Gandy, un auténtico forofo del programa de fútbol de West Point. Cuando preguntó a Wood si había jugado alguna vez al fútbol, se quedó boquiabierto al enterarse de que el químico había sido quarterback en el equipo de la Universidad de Arkansas, y precisamente un quarterback era lo que andaba buscando desesperadamente el coronel Gandy. La miopía de Wood desapareció de su expediente médico.

Sin tomarse muchas molestias en West Point, Wood acabó el duodécimo de su clase, puesto que sin duda hubiera elevado hasta el tope de no encontrar el programa académico insustancial y aburrido. Durante su estancia en West Point compartió el campus, en uno u otro momento, con Eisenhower, Bradley, Devers, Spaatz, Simpson y, como no, Patton. Este último jugaría un papel fundamental en el futuro militar de Wood. Tras graduarse en 1912, sirvió como oficial de armamento y material en la 3ª División en Europa durante la Gran Guerra, y tras un breve período de estudio en el colegio de estado mayor de Langres (donde también departió con Patton) fue reasignado como oficial de estado mayor de la 90ª División. Regresó a Estados Unidos empleado como G-4 (Asistente Jefe de Estado Mayor) de la 18ª División, entrenando entonces en San Antonio, y el armisticio llegó cuando él y la división todavía estaban entrenando en Texas.

Durante el tiempo de entreguerras asistió a un curso en Fort Leavenworth, donde nuevamente coincidió con Patton. Durante esos años también asistió a la Academia Militar Culver y a la Universidad de Wisconsin. En 1936 desechó un destino en el Colegio de Guerra del Ejército a favor del mando del 80º Regimiento de Artillería de Campaña (Motorizado). Cuando comenzó la guerra europea, Wood servía como jefe de estado mayor del Tercer Ejército. En abril de 1941 fue ascendido a coronel y destinado al mando de la artillería de la 2ª División Acorazada, que estaba entonces bajo el mando de su amigo Patton. Poco tiempo después, en junio se convirtió en el jefe de estado mayor del único cuerpo acorazado del ejército.

Bien, dos son los sucesos que deseo referir sobre la personalidad y el destino final de Wood, pues el primero hará que se entienda mucho mejor el segundo, que pondría fin a su carrera como comandante de campo. El primero tuvo lugar durante las maniobras de la 4ª División Acorazada en Tennessee, que tuvieron lugar bajo la dirección del comandante en jefe del Segundo Ejército, el teniente general Ben Lear. Durante esos ejercicios Wood empleó tácticas poco ortodoxas pero muy eficaces que a su superior le parecieron irreales, pues, según él, jamás las podría poner en práctica en una batalla real. Wood ignoró el parecer de su comandante y, mientras éste se encontraba ausente en Washington, siguió durante las maniobras poniendo en práctica sus métodos, totalmente eficaces. Cuando Lear regresó y se enteró del empeño de Wood, reunió a éste y a todos los oficiales de la 4ª DA y lo criticó abiertamente. Extendió esa crítica a los hombres de la división en conjunto asegurando que habían utilizado un “juicio deficiente”, y tildó finalmente a la división de “chusma indisciplinada”. Entonces Wood saltó e interrumpió a su superior para defender a sus hombres y espetarle a Lear que no tenía idea del apropiado empleo del blindaje, y que todavía sabía menos de “la calidad de la gente de su división”. Lear ordenó a Wood que abandonara la sala; Wood se negó. Tuvo que intervenir Bruce Clarke, el jefe de estado mayor de la división de Wood en esos momentos, quien conminó a su jefe a dejar la sala. Cuando Wood se iba, Lear se fue tras él, continuando la discusión fuera de la sala de reunión. Entre tanto testigo, la noticia del “choque” corrió como un reguero de pólvora entre todos los hombres de la 4ª DA.

Wood se convirtió en un auténtico héroe para los hombres de la 4ª División Acorazada (muchos llorarían más tarde al enterarse de su relevo), y una auténtica pesadilla para algunos de sus superiores. Su superioridad intelectual, su franqueza inusual y su estrecho contacto con los hombres de su formación iban, sin embargo, a ser la causa de su caída.

Segundo suceso. El 3 de diciembre de 1944 el mayor general Wood fue relevado del mando de su división por el comandante en jefe del Tercer Ejército, George Patton, su mejor amigo. Ambos se expresaron en iguales términos durante el tiempo de su amistad, y cuando Patton murió, Wood dijo que era su mejor amigo y que lo quería como un hermano. La razón oficial del relevo de Wood fue de enfermedad, fatiga de combate, algo que él negó repetidamente y que mantuvo hasta el día de su muerte. Sin embargo, tanto Eisenhower como Patton le confirmaron que sólo lo iban a enviar a Estados Unidos para un reposo de 60 días, tiempo tras el cual sería reintegrado al mando de su división. Pero Wood nunca regresaría, cosa que Ike y Patton sabían. ¿Cuál fue la verdadera razón de su relevo?

Don M. Fox lo explica en su Patton’s Vanguard, The United States Army Fourth Armored Division (McFarland & Company, Incorporated Publishers 2003). Wood fue acusado por Manton Sprague Eddy, comandante en jefe del XII Cuerpo del 3º Ejército de Patton, de que no estaba poniendo toda la carne en el asador en la campaña de Lorraine. Al parecer, Eddy había ordenado a la 4ª DA un contraataque el 18 de noviembre de 1944 para aliviar a la 44ª División de Infantería (si no recuerdo mal), pero el ataque no se produjo hasta el día siguiente. Parece ser que Eddy cargó contra un coronel de Wood, el que debía llevar a cabo el contraataque, y entonces prendió la chispa del general Wood, que se enfrentó directamente con su superior.

Fox comenta que ante el riesgo de que Wood fuera acusado de insubordinación y su carrera militar frustrada, Patton inventó lo de la fatiga para buscar un subterfugio por el cual limpiar el feo asunto de su amigo. Así que él mismo firmó la orden de su relevo por fatiga de combate sin que Wood tuviera la más mínima idea del juego de Patton. Patton, al mismo tiempo, se encargó de que Wood conservara su rango y de que no dejase jamás durante la guerra los Estados Unidos.

En este ejemplo de verdadera amistad, Fox comenta que Patton era la antítesis de Wood; el primero había nacido para la guerra, y fuera de ella no encontraba prácticamente ninguna razón de ser. Su carrera militar y el ascenso en la cadena de mando lo era todo para él. Wood consideraba la guerra de otra forma, y “su vida en el campo de batalla se construyó sobre la base de sufrir las mismas privaciones impuestas sobre sus hombres. Patton se puso a sí mismo en riego por momentos, pero nunca estuvo tan cerca del nivel que John Wood mantuvo por sufrir de buen grado las penurias del día a día del soldado común. Su deseo de comprender y compartir las experiencias de sus hombres fue el aspecto fundamental de su filosofía del liderazgo…….Mientras que Patton estaba deprimido ante la perspectiva de no tener una guerra que luchar, la elección de John Wood después de la guerra ofrece un crudo contraste. Se unió al Comité Intergubernamental para Refugiados como director de operaciones de campo sirviendo en Alemania y Austria. Cuando esta organización se fusionó con la Organización de Refugiados Internacionales, se convirtió en jefe de la misión en Austria, donde sirvió hasta 1951. Luego se trasladó para un puesto similar durante dos años en la Agencia de Reconstrucción Coreana de Naciones Unidas. Las tendencias de posguerra de ambos hombres no podían haber sido más opuestas.”.

Hay muchas más cosas sobre esta extraña y complicada historia del relevo de “Tiger Jack” –el apodo por el que mejor conocían los alemanes a Wood-, pero nadie las cuenta mejor que el autor del libro que he referenciado.

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Mensaje por José Luis » Sab May 10, 2008 3:29 pm

¡Hola a todos!

Dos años han pasado desde que escribí este topic y me asombra que nadie haya comentado nada sobre este extraordinario comandante estadounidense. Estoy hablando de 'P.' Wood (Professor Wood, como le conocían en el U.S. Army por sus clases en West Point), a mi juicio el mejor comandante divisional de blindados del U.S. Army.

La 4ª División Acorazada era, a juicio de Patton, la mejor división acorazada del ejército estadounidense. Sólo dos divisiones consiguieron ser honradas con la Presidential Distinguished Unit Citation (PDUC) durante la IIGM. Y la 4ª DA de Wood fue una de ellas. Cualquier unidad y formación podían recibir la PDUC. Podía recibirla hasta una simple sección. ¿Por qué, entonces, habiendo recibido tal distinción la 4ª DA, no recibió ninguna de sus unidades tal galardón?

Simplemente, porque el mayor general John Shirley Wood lo había prohibido. Defendía que ninguna unidad por debajo del nivel de división debía ser reconocida. Sólo debía ser reconocida la 4ª División Acorazada, y con ella todos y cada uno de los hombres de la división.

Cosa diferente era el reconocimiento de las acciones individuales de los hombres de la división. Su lista es asombrosa:

Medal of Honor (3)
Distinguished Service Cross (34)
Silver Star (802)
Bronze Star (3.031)
Air Medal (88)
Soldier Medals (11)
Croix de Guerre (92)
Purple Heart (6.000)

La cifra de 34 cruces al servicio distinguido (DSCs) no estuvo al alcance de ninguna otra división acorazada. La 2ª División Acorazada le seguía con 21 DSCs.

Durante sus diez meses de combates en Europa, la 4ª DA consiguió estos prodigiosos números:

 Prisioneros capturados (90.364)
 Enemigos muertos (13.641)
 Enemigos heridos (30.000, estimados)
 Tanques enemigos destruidos (847)
 Vehículos destruidos (3.688)
 Cañones antitanque y de artillería destruidos (603)
 Vehículos hipomóviles destruidos (1.192)
 Locomotoras destruidas (103)
 Aviones enemigos derribados (128)

Por deseo expreso de Wood, la 4ª DA no tenía apodo oficial, a diferencia del resto de divisiones estadounidenses. “La 4ª DA no necesita y no necesitará un apodo. Será conocida por sus solas hazañas”, así se expresó Wood, quien manifestó que el título de “Cuarta División Acorazada” era nombre suficiente (Name enough), y desde entonces “Name Enough” se convirtió en el apodo no-oficial más popular de la división.

El 3 de diciembre de 1944 fue el día más triste para los hombres de la 4ª DA. “No se lo van a creer. No lo van a creer. El general Wood acaba de ser relevado del mando de la división”. Así anunció un defraudado Holmes Dager (Brigadier General) la increíble noticia a los mayores Irzyk y Alanis. Ambos se dejaron caer abatidos en sendas sillas. Dager les comunicó lo que le habían dicho a él. Al parecer Wood estaba cansado, enfermo y necesitaba descanso. Pero Dager dijo que esa no podía ser la verdadera razón, tenía que haber algo más.

La noticia se extendió rápidamente como un torbellino por la división. Todos sus hombres estaban conmocionados y desilusionados. Tal vez el teniente DeWitt Smith Jr., líder de sección, representó el sentir de todos los hombres de la 4ª DA cuando, más tarde, llevó sus sentimientos al papel:

Lloré. No fui el único. [Wood era un] gran hombre, extrovertido y con agallas…..con una tremenda sensibilidad hacia los seres humanos, con un gran amor hacia sus hombres, y una gran fe en su división. Era valiente; tenía un gran coraje moral; era directo; era afectuoso y compasivo; podía combatir en blindaje mejor que cualquier hombre en Europa; tenía la habilidad de infundir una gran moral y espíritu mediante el convencimiento y el liderazgo personal; y por todo esto lo amábamos. Fue el soldado más excelente que jamás he conocido, y nunca lo olvidaré”.

Fuente: Don M. Fox, op. cit.

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alberto seminario
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Re: John Shirley Wood

Mensaje por alberto seminario » Lun Jun 06, 2011 6:26 pm

siempre pense que el general patton fue unos de los mejores en blindados,seria muy interesante saber mas del general john wood en su forma d pensar como militar

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fuente http://image2.findagrave.com/photos250/ ... 682273.jpg

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Re: John Shirley Wood

Mensaje por José Luis » Mié Mar 25, 2015 11:15 pm

¡Hola a todos!
alberto seminario escribió: siempre pense que el general patton fue unos de los mejores en blindados,seria muy interesante saber mas del general john wood en su forma d pensar como militar
Lamento mucho no haber respondido antes a este comentario, pero por alguna razón que ignoro se me pasó inadvertido durante todos estos años. Y seguiría igual de no ser porque, leyendo unas cuestiones relacionadas con Patton y Wood, busqué este hilo para refrescar mi memoria, y veo ahora ese comentario ignorado.

Bien, es cierto que muchos americanos consideran a Patton uno de los comandantes más capacitados del U. S. Army durante la IIGM y la máxima autoridad en el conocimiento y dirección de formaciones de combate acorazadas. Incluso el lánguido mariscal de campo von Rundstedt, después de la guerra cuando se le preguntó qué comandante americano le había impresionado más, respondió sin dudar que Patton era el mejor de los americanos. Yo, sin embargo, no comparto esas opiniones o, como mínimo, las llenaría de matices.

En primer lugar, Patton fue nombrado en noviembre de 1942 comandante de la Western Task Force en África del Norte, y su única "hazaña" fue derrotar a las fuerzas francesas de Vichy en Marruecos. Patton se quedó como administrador militar de Casablanca, corroído por el resentimiento y la envidia hasta que fue nombrado comandante provisional del II Cuerpo a principios de marzo de 1943. Hago notar que el II Cuerpo, al mando de Fredendall, había sido vapuleado por Rommel en Kasserine, y que Eisenhower cambió a este desgraciado general por Patton para rehabilitar la deteriorada imagen de esta formación de combate. Pero de haber estado Patton en vez de Fredendall en Kasserine (y antes en Sidi Bou Zid), las cosas no habrían cambiado especialmente y se hubiera llevado el mismo varapalo que Fredendall. A partir de aquí, Patton ya estuvo al mando de formaciones de combate a nivel operacional (ejércitos), y, por tanto, su desempeño debe compararse con otros comandantes, aliados o del Eje, al mando de ejércitos. Con ello quiero decir que no mandó una división en guerra, y que durante el tiempo que mandó el II Cuerpo fracasó en Gabes. Simplemente, ningún general americano iba a cambiar estas primeras amargas experiencias del II Cuerpo americano en sus primeras batallas con las bregadas y duchas tropas de Rommel.

En segundo lugar, cualquier comandante alemán de la vieja guardia (cualquiera de los que mandaron un ejército durante la Operación Barbarroja, por ejemplo) hubiera conseguido muchos más éxitos y más decisivos de haber estado ellos, en vez de Patton, al mando del poderosísmo Tercer Ejército y gozar de la supremacía aérea que disfrutó Patton. Simplemente lo habrían conseguido porque habrían sabido explotar las capacidades de sus tropas sin necesidad de recurrir al terror personal, al insulto e incluso a las bofetadas de Patton. Aun así, hubo quien como von Manteuffel le dio unas cuantas lecciones al engreído de Patton.

En tercer lugar, están mis subjetividades. Me resulta altamente difícil valorar las capacidades de un hombre tremendamente envidioso y ruin como fue Patton, por no hablar de su declarado antisemitismo. En otro ejército hubiese sido licenciado, cuando no llevado ante un consejo de guerra, por sus impertinencias e incomposturas ante sus superiores y subordinados. No le importó sacrificar a sus hombres cuando estaban en juego su ego o sus vanidades personales. Creo, para rematar, que se ha forjado una leyenda sobre Patton que, en buena medida, descansa en un análisis muy benévolo de su desempeño en la guerra. Quizás fue el comandante que necesitaba Eisenhower y los americanos en Europa, así como Zhukov fue el comandante que necesitaba Stalin para combatir a los alemanes. Sólo que Zhukov, siendo en carácter muy parecido a Patton, era un comandante mucho más capacitado. En mi opinión, por supuesto. Nunca entenderé cómo Wood pudo ser amigo de Patton (que lo fue de verdad hasta el final).

Saludos cordiales
JL
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Re: John Shirley Wood

Mensaje por José Luis » Dom Mar 29, 2015 4:35 pm

¡Hola a todos!

El brigadier general Albin F. Irzyk publicó en 1990, ya retirado del ejército, un artículo titulado The Mystery of "Tiger Jack" en la revista Armor, January-February 1990, Vol. XCIX No 1, pp. 25-32. Unos años después publicaría su libro He Rode Up Front for Patton (Pentland Press, 1996), libro que yo no he tenido la oportunidad de leer.

Cuando la invasión de Normandía, el mayor Irzyk era el S-3 (denominación del oficial de Operaciones por debajo del nivel de División) del 8º Batallón de Tanques de la 4ª División Acorazada, y poco antes de la ofensiva alemana de Las Ardenas fue nombrado comandante de ese batallón que dirigió hasta el final de la guerra con el grado de teniente coronel y 28 años de edad (y la Cruz al Servicio Distinguido, la Medalla al Servicio Distinguido, dos Estrellas de Plata, cuatro de Bronce y dos Corazones Púrpura). Me gustaría traducir los siguientes pasajes de su artículo.

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Esta es la extraordinaria historia de un notable general que figuradamente mandó su división en combate mientras estaba sentado en un despacho de Fort Knox, Kentucky, casi a unos 4.800 km lejos de la acción.

Su división era la Cuarta División Acorazada.

Era el mayor general John Shirley Wood, apodado "Tiger Jack" y "P" Wood. Tomó la "P" en West Point, donde había pasado horas sin fin dando clases particulares a sus compañeros cadetes. Su hábito de caminar nerviosamente se reflejó en su otro apodo, uno que los alemanes consideraron suficientemente preciso para usarlo habitualmente.

De su división el general Patton declaró: "Los logros de esta división nunca han sido igualados. Y con esta declaración no quiero decir en esta guerra, quiero decir en la historia de la guerra. Nunca ha habido una organización de combate tan magnífica como la 4ª División Acorazada".

Los prisioneros de guerra americanos liberados informaron: "La 4ª División Acorazada es temida y odiada por las tropas de línea del frente alemán debido a su alta eficiencia de combate". Los propios infantes americanos decían: "Es la mejor condenada división acorazada en el Teatro de Guerra Europeo".

Liddell Hart, eminente historiador, escritor militar y crítico británico dijo que Wood era "El Rommel de las fuerzas acorazadas americanas...uno de los más dinámicos comandantes de blindaje en la IIGM y el primero en los Ejércitos Aliados en demostrar en Europa la esencia del arte y el ritmo de manejar una fuerza móvil".

El teniente general Willis D. Crittenberger dijo "Sobrepasaba con mucho en sus capacidades de liderazgo a cualquier hombre que yo haya conocido jamás".

Y el general Jacob L. Devers simplemente declaró: "Hoy lo seguirían hasta el infierno".

Sin embargo, este hombre, comandante de esa división, que había logrado éxitos extraordinarios y sin precedentes en el empleo del blindaje, que estaba en la cima de su éxito, en la mismísima cima de su fama en Europa, fue relevado de su mando y enviado a casa, después de poco más de cuatro meses en combate.

(...) Comencé mi contacto con el hombre y su división en agosto de 1942. Como oficial de caballería en probablemente el último regimiento a caballo, había dejado recientemente mis monturas...Poco después de mi llegada {a Pine Camp, New York] una de las primeras cosas que pregunté fue: "¿Cómo es nuestro comandante de división?". La respuesta: "Es un tipo débil". "¿Por qué dicen eso?", pregunté. "Bien", llegó la respuesta, "Recientemente pasó revista a la división y tras ello realizó un discurso y terminó diciendo 'Dios os bendiga'".

¿Debilidad? Ese hombre iba a pronunciar esas palabras en sus comentarios a sus tropas cantidad de veces, de forma tan emotiva que algunas veces derramó lágrimas ante su auditorio.

[Pese a que al principio no fue así] Se le reconoció muy pronto como afectuoso y atento. Se paraba dondequiera que observara grupos de sus tropas. Les hablaba y mostraba interés. "¿Cuando escribió a casa por última vez?". Si la respuesta no era satisfactoria, diría "Haga algo por mí cuando esté en los barracones esta noche. Por favor, escriba a casa, dígales que está bien, dígales lo que está haciendo".

(...) No mucho después de que su división se hubiese establecido [en Camp Bowie, Texas], se montó un gran revuelo desde la cercana comunidad civil. Estábamos en el seco cinturón de Texas y Wood había autorizado la venta de cerveza en la cantina. Los líderes de la comunidad gritaron de angustia, los predicadores alzaron sus puños en sus púlpitos, y las cartas de protesta inundaron a los congresistas y otros influyentes funcionarios. Wood se mantuvo firme, declaró que sus soldados tendrían cerveza si la querían, y la cerveza permaneció en Camp Bowie mientras la 4ª estuvo allí.

Por esta época todo hombre de la división estaba comenzando a sentir que el general Wood era un amigo personal. Los hombres sabían que su comandante estaba genuina y sinceramente interesado por ellos, que se identificaba con ellos, y que se involucraba emotivamente en sus vidas. Sabían que se refería a ellos como "mi gente". Siempre que viajaba en su jeep en presencia de sus tropas, permanecía saludando constantemente. Las tropas estaban maravilladas: "Me saludó antes de que yo lo saludara"...

Confiaba en sus hombres. Ellos apreciaban esta confianza. Obviamente creía en el credo de Ralph Waldo Emerson, "Confía en los hombres y te serán leales; trátalos con grandeza y se mostrarán como tales".

(...) Desde Avranches, se ordenó a su división dirigirse al suroeste para capturar los puertos atlánticos de Lorient, Vannes y St. Nazaire. Mientras sus unidades se movían en esa dirección, [Wood] protestó por tal empleo ante sus superiores mucho, alto y vehementemente. Les recordó, en términos no inciertos, que el enemigo estaba al este, que la guerra no se iba a ganar yendo hacia el oeste. Pero los planes habían sido concebidos antes de la invasión y, debido a la inflexibilidad estratégica, estaban siendo obstinadamente ejecutados. Al alto mando no le gustó que Wood les recordara que estaban ganando la guerra de forma equivocada. Cuando reorientaron su pensamiento, Wood ya había alcanzado las inmediaciones de los puertos atlánticos y había perdido mucho tiempo valioso. En el proceso ganó pocos amigos e indudablemente provocó resentimiento, pues debió ser irritante para sus superiores saber que tenía razón.

(...) la característica de su división fueron los movimientos de flanco rápidos, penetración profunda, ímpetu constante y violenta ejecución de fuego y maniobra...

(...) En esta época comenzó a recibir recomendaciones para la Presidential Unit Citation para secciones, compañías y batallones que se habían distinguido durante las semanas de combate. No quiso aprovar ninguna y declaró que no distinguiría a ninguna unidad dentro de su división. Dijo que si tal recompensa era concedida, esperaría a que toda la división la recibiera como una unidad. De nuevo, mostró gran presciencia y fé en su división, pues más tarde la 4ª División Acorazada se convirtió en la única división de tanques y la segunda división entera en ser galardonada por orden del Presidente. Hubo todavía un bonus añadido e inesperado. El gobierno francés citó dos veces a toda la división con la Fourrragère [un galardón militar francés que distingue a una unidad militar en su conjunto].

(...) Y entonces, sin avisar, la 4ª División Acorazada recibió un golpe casi mortal. Por primera vez desde que había entrado en combate se vio anonadada, sacudida, desmoralizada; retrocedió, fue gravemente herida. Como el viento antes de un tornado, las voces llegaron al instante a todo hombre de la división que su amado comandante general había sido relevado y enviado a casa. Todos quedaron conmocionados, incrédulos. Esto no podía suceder, no era cierto, no era posible.

Cuando las noticias se desvanecieron finalmente y volvió cualquier semblanza de compostura, la primera palabra universalmente pronunciada fue, "¿Por qué?", la misma pregunta que persiste hasta hoy...La "razón real" pronto nos llegó. El general Wood, nos dijeron, fue relevado porque estaba cansado y enfermo, y estaba siendo enviado a casa para descansar.

¡Bobadas!, todos acordamos. Sabíamos que estaba tan cansado como nosotros, pero no más. Si estaba enfermo, nosotros también.

Así que la especulaciones sobre la “verdadera historia” se intensificaron y en algunas fuentes continúan hasta hoy. El propio Wood, especulando años más tarde, rechazó el veredicto médico y declaró, “Supongo que nunca sabré toda la historia...”.

Dentro de la división, también rechazamos la versión médica y continuamos especulando.

¿Fue relevado por:

* En su deseo de continuar atacando había cruzado la divisoria entre los ejércitos 3º y 7º y había operado, durante cierto tiempo, en el sector del Séptimo Ejército?

* Fue abiertamente crítico con el uso del blindaje y su división en particular?

* Apeló ante el general Eddy, su comandante de cuerpo, por un poco de descanso para sus exhaustos hombres y vehículos, y por tiempo para reorganizarse?

* Hubo un grave choque de personalidades entre Wood y Eddy, dos comandantes muy fuertes y dominantes, exacerbado sin duda por las tres razones arriba expuestas?

(…) El general Wood, de forma típica, cruzó ciertamente la divisoria. Escribió más tarde “esas líneas significan poco para mí, y fui adonde era oportuno”. Sin embargo, en este caso recibió permiso para cruzar la divisoria con el XV Cuerpo del Séptimo Ejército para doblar las posiciones del enemigo frente al XII Cuerpo. No sólo ayudó a su propia situación, sino que le hizo un gran favor al XV Cuerpo al destruir el saliente que un contraataque alemán a cargo de la División Panzer Lehr había originado en el flanco del XV Cuerpo. Así que esta excursión seguramente no le costó el mando.

Más ciertamente, se quejó del mal uso de su blindaje. Inicial y brevemente, la división había sido replegada pendiente de una situación de explotación, pero las divisiones de infantería del cuerpo se habían empantanado, y pronto se comprometió el blindaje para “reparar el revés”.

(…) Todo esto exasperó ciertamente al general Wood, que vio su división mermada por tácticas deficientes. Ciertamente, las críticas de Wood no sentaron bien a sus superiores, algunos de los cuales sin duda estaban todavía escocidos de ser avergonzados por Wood, que había estado tan acertado con lo de Bretaña.

El general Wood creía profundamente en el incesante esfuerzo para evitar a los hombres que tenía el honor de dirigir innecesarias dificultades y pérdidas inútiles, y tenía la voluntad y el deseo de compartir sus dificultades y hacer frente a los mismos peligros. Intentó hacer lo máximo al menor coste posible de sangre de sus hombres. Le irritaban las estupideces y errores que causaban bajas innecesarias. Su división había presionado en el ataque, día tras día, durante muchas semanas, desde las primeras luces hasta el anochecer, cogiendo combustible y munición durante la noche. Los vehículos, que recibieron mantenimiento todos los días durante el entrenamiento, llevaban semanas sin recibirlo.

El combate continuado bajo condiciones casi imposibles para el blindaje había reducido gravemente su complemento blindado y causado grandes pérdidas entre el personal experimentado, especialmente oficiales. Los hombres estaban agotados. Hombres y vehículos habían superado virtualmente el límite de la resistencia. Ciertamente, el general Wood intercedió por sus hombres. Quería un periodo de descanso para sus tropas y vehículos, y una oportunidad para reorganizarse. Aquí queda una tremenda ironía. La “pausa” por la que el general Wood luchó tan duramente, con un gran sacrificio personal, fue concedida justo cinco días después de que fuese relevado de su mando...

Y aparentemente hay todavía otra gran ironía que parece haber escapado a los historiadores y no ha sido reconocida ni apreciada. Si no hubiera sido por la “pausa” que permitió a la 4ª División Acorazada descansar, reacondicionar y reorganizarse, le hubiera sido imposible hacer la histórica marcha forzada de 240 km hacia los alrededores de Bastogne, y luego, en cinco días de duro combate, conseguir penetrar hacia la 101ª Aerotransportada en esa ciudad asediada.

Era inevitable que Wood y Eddy tuvieran que enfrentarse. Sin duda, Eddy quería mantener el empuje (sin duda presionado por Patton) y no podía sino irritarse por la petición de Wood en nombre de sus tropas. Probablemente interpretó esto como un signo de blandura de Wood, a causa de la presión de la campaña. Para Eddy, la insistencia de Wood también debió exacerbar sus nervios.

No ayudó que Wood no fuese un subordinado fácil. Era un hombre muy inteligente y perspicaz que “no sufría de buena gana a los tontos, sin importar cual fuera su condición”. Tenía poca tolerancia o respeto para los hombres de poco cerebro y poca competencia. Tenía dificultad para mostrar lealtad a aquellos que estaban por encima de él cuyas capacidades creía que eran inferiores a las suyas propias. Nunca fue un hombre “sí”, y en ocasiones expresó disenso de forma tan vigorosa que pudo haber parecido insubordinado...[Cuando estalló la tormenta entre ambos, Wood y Eddy] Patton debió haber decidido que uno u otro tenía que irse, y decidió por Wood.

(…) El mayor general Hugh J. Gaffey, el jefe de estado mayor de Patton, sucedió al mayor general Wood...Gaffey mandó durante tres meses y medio, y fue seguido por el mayor general William M. Hoge, que mandó por un breve periodo hasta el final de la guerra. Apenas contaron. Para los hombres de la 4ª, ellos seguían siendo mandados por Wood...

En el otoño de 1945 en una reunión en Fort Knox...el general Gaffey...admitió: “Tuve poca influencia en la división y sus actuaciones porque vosotros continuasteis bajo la influencia y el ímpetu del general Wood”.

En otra ocasión el general Hoge dijo: “Wood era muy reverenciado y amado por los oficiales y hombres de su división...Todavía me maravilla la profundidad de liderazgo cuando asumí el mando”.

Durante muchos años, la sección de la asociación de Nueva York celebró el Día de Activación con una peregrinación a West Point. El momento más destacado de ese fin de semana cada año fue el solemne y conmovedor servicio memorial llevado a cabo ante la tumba del general Wood.

La asociación de la división se reunió en convención durante 40 años sucesivos. El tópico de conversación favorito y más frecuente fue el general Wood.

(…) Han pasado ahora más de 40 años desde la IIGM. Sin embargo, para mí, el mayor general John S. Wood permanece como un héroe auténtico y genuino...Lo considero el soldado más excelente y el líder más grande que yo haya conocido jamás...
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Y esto es todo, que no es poco. Pero quiero añadir un par de comentarios. Durante mi vida he leído un montó de memorias de soldados y oficiales que combatieron en la IIGM, soviéticos, alemanes, americanos, británicos, franceses, etc. El general Wood es el único comandante del que jamás escuché una sola crítica vertida por los hombres, suboficiales y oficiales de su división. Nunca encontré tanta devoción, admiración, respeto y amor por un comandante como en el caso de Wood. Ni siquiera Rommel, probablemente el comandante alemán más querido por sus tropas, escapó a algunas críticas de sus oficiales. Y en todas esas lecturas, que yo recuerde ahora, sólo me escaparon algunas lágrimas en cuatro ocasiones: cuando un Rommel desencantado, en una hermosa y triste noche del desierto, le confesó a von Luck que la guerra estaba irremediablemente perdida; cuando leí la historia de las últimas horas de aquella muchacha tan valiente y adorable que fue Sophie Scholl; cuando aquellos bravos de la Folgore al mando del general Frattini se rindieron ante unos admirados británicos; y cuando los hombres de la “Name Enough” se enteraron del relevo de su comandante Wood.

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Re: John Shirley Wood

Mensaje por cosaco » Lun Mar 30, 2015 8:09 pm

Estimado José Luis, en otro Topic, tu has evidenciado que no le tenías mucha estima a Patton, no obstante en este tema, has evidenciado que Patton se comportó como un verdadero amigo de su camarada John S. Wood, tendiéndole la mano, cuando perfectamente y para no enemistarse o tener problema con sus jefes, podría haber echo la vista gorda o dejar que le degradasen o destituyesen, sin embargo buscó un subterfugio para poder ayudarlo y así lo hizo.

Qué opinión te merece la actitud de Patton, y de qué forma esto se vincula a la opinión general que tienes de él.
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Re: John Shirley Wood

Mensaje por José Luis » Lun Mar 30, 2015 10:11 pm

¡Hola a todos!
cosaco escribió: Qué opinión te merece la actitud de Patton, y de qué forma esto se vincula a la opinión general que tienes de él.
Estimado cosaco:

Creo que Patton actuó, desde su punto de vista, de la mejor manera con quien él consideraba ser su mejor amigo, pues al relevar de su mando a Wood por la "razón oficial" de fatiga y enfermedad evitó la degradación de "Tiger Jack" y el final de su carrera, siempre y cuando la verdadera razón fuera un acto de insubordinación de Wood ante Eddy, lo cual parece ser la razón más probable de su relevo. ¿Por qué no le contó a Wood la verdadera razón? ¿Quién lo sabe? Patton no lo dijo en sus memorias, y su muerte prematura hará de esto un misterio. Patton le dijo a Wood, su mejor amigo, que lo enviaba a casa para tomar un descanso de 6 semanas y que luego regresaría para retomar el mando de su división. Cuando esto no se cumplió, Wood nunca le echó la culpa a Patton, y menos tras su muerte. Jamás se le ocurríría y, probablemente, jamás debió pensarlo. Wood siempre culpó a Marshall y Eisenhower. Lamentablemente, y que yo sepa, ni Marshall ni Ike, ni siquiera Bradley, mencionaron este asunto en sus memorias. Quizá Patton no le habló con claridad porque sabía del carácter de Wood, aunque yo creo que debió decírselo. Sea como fuere, supongo que la franqueza y vehemencia de Wood en sus críticas hacia el alto mando, irónicamente siempre acertadas, no le granjearon el favor de los jerifaltes.

¿Cómo afecta el comportamiento de Patton a la opinión que tengo de él como persona y como militar? No afecta de ninguna manera. Hacer todo lo que uno puede por su mejor amigo no es ninguna virtud, sino lo que se espera de una amistad auténtica. Y Patton actuó como un amigo de verdad. Que Patton no me agrade no tiene su origen en su personalidad exclusivamente, sino en la combinación de esa personalidad y el retrato que de él ha armado la propaganda y la historia.

Saludos cordiales
JL
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