Karl Dönitz

Todos los personajes de la Segunda Guerra Mundial

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Erich Hartmann
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Karl Dönitz

Mensaje por Erich Hartmann » Lun Nov 21, 2005 8:51 pm

Karl Dönitz

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Gran Almirante, Comandante en jefe de la Marina de Guerra y, con posterioridad, designado sucesor de Hitler, Karl Dönitz nació el 16 de septiembre de 1891 en Grünau, por entonces una pequeña población al sudoeste de Berlín. Hijo de un próspero ingeniero, comenzó su carrera en la Marina Imperial en Kiel-Wyk en abril de 1910. La instrucción naval básica la realizó en el crucero-escuela "Herta" hasta marzo de 1911. Entre abril de 1911 y septiembre de 1912 realizó un curso especial en la Escuela de Marina.

Su primera época como oficial la pasó a bordo del Crucero ligero "Breslau-Medilli". Este barco operó conjuntamente con la flota turca durante los primeros años de la Gran Guerra en aguas del Mediterráneo y el Mar Negro. Más tarde, fue transferido al arma aeronaval llegando a ser observador de vuelo y líder de un escuadrón de hidroaviones en San Stefano y los Dardanelos. En mayo de 1916 contrajo matrimonio con Ingeborg Weber, hija del General Weber, del que nacieron tres hijos: Úrsula (1917), Klaus (1920) y Peter (1923) (ambos hijos sirvieron con los submarinos y fallecieron en acción ante el enemigo durante la II Guerra Mundial en 1943 y 1944 respectivamente).

Poco después de su boda, en octubre, inició su carrera en el arma submarina. Tras algunos meses de instrucción, fue destinado como oficial de vigilancia en el submarino U-39 y a principios de 1918 se le confió el mando del submarino UC-25. En octubre de ese 1918 fue hecho prisionero por los británicos en aguas de Malta. Durante el último año de la guerra, su actuación le valió una excelente reputación como especialista en guerra submarina.

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Dönitz durante su servicio en la "U-Bootewaffe"

En julio de 1919, fue puesto en libertad y se unió a la pequeña fuerza naval germana. En marzo de 1920 asumió el mando del Torpedero T 157. Dos años más tarde se convirtió en Inspector de torpedos, minas y artillería de la Marina de Guerra. Entre 1923-1927 trabajó como ordenanza para la Oficina de la Marina en Berlín. En 1927 fue nombrado oficial de navegación del buque del Almirante Wilfred von Loewenfeld, comandante en jefe de las fuerzas navales en el mar Báltico, y en 1928 comandante en jefe de la 4ª Flotilla de Torpederos. Durante algún tiempo (1930), ejerció las funciones de primer oficial de Estado Mayor de las fuerzas navales del mar del Norte, en Wilhelshaven.

Su siguiente destino en septiembre de 1934 fue el mando del crucero "Emden", donde futuros excelentes oficiales recibieron su formación naval básica en un año de crucero alrededor del mundo. Cuando éste regresó a casa, al puerto de Wilhelmshaven en julio de 1935, el Almirante Erich Raeder le ordenó que comenzara a construir una flota de submarinos, cuando el Führer decidió abandonar las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles. En enero de 1936 fue elevado a la categoría de Comandante en jefe de la Flota Submarina del III Reich, posición que mantuvo hasta el final de la contienda.

Un convencido nacionalsocialista y un admirador de Hitler, fue promovido a Vicealmirante y condecorado con la Cruz de Caballero en 1940 en recompensa por sus victorias sobre el "Courageous" y el "Royal Oak" al comienzo de la II Guerra Mundial. Durante estos combates desarrolló con enorme éxito las nuevas tácticas submarinas. Todas las grandes proezas de sus submarinos, las batallas contra los convoyes aliados fueron dirigidas por él, manteniendo siempre un estrecho contacto con los comandantes y sus tripulaciones.

Los éxitos espectaculares conseguidos por sus submarinos en el Atlántico, hacen que Hitler le nombre Gran Almirante y, como sucesor del Gran Almirante Raeder, comandante en jefe de la Marina de Guerra el 30 de enero de 1943. Dönitz fue condecorado con las Hojas de Roble y el 30 de enero de 1944, su lealtad al Nacionalsocialismo fue reconocida con la imposición de la codiciada insignia de oro del partido.

Como jefe del Arma Submarina, Dönitz jugó un importante papel en la II Guerra Mundial, destacando como un hábil táctico en la dirección de la batalla del Atlántico contra los convoyes de suministro aliados. La Flota de Submarinos posiblemente pudo decidir más que ninguna otra arma la suerte de la guerra a favor del lado nazi, hundiendo más de 50 millones de toneladas de buques aliados y amenazando con destruir completamente las rutas de suministro británicas. Fue él quien exploró el concepto de "Jauría de lobos", con sus submarinos esperando a los convoyes aliados en grupos.

En el último deseo de Hitler, Dönitz fue nombrado Presidente del Reich y Comandante en jefe de la Wehrmacht. El Gran Almirante instaló un gobierno interino del Reich en Flensburg (ciudad fronteriza con Dinamarca en el Schleswig-Holstein), intentando negociar un armisticio con los Aliados en el Oeste. El 1º de mayo de 1945 habló en la radio para la nación, en la que fue su primera tarea para salvar a Alemania de la destrucción del avance del enemigo bolchevique. Sólo para este fin seguía la lucha. En realidad, Dönitz conocía que la resistencia de los efectivos alemanes estaba agotada y sus ofertas de finalizar la guerra en el Oeste mientras continuaban luchando contra los rusos fueron rechazadas. El 8 de mayo de 1945 anunciaba públicamente por la radio alemana la rendición incondicional de la Wehrmacht.

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Su gobierno fue disuelto por los aliados el 23 de mayo de 1945, cuando fue arrestado, junto a Jodl y von Friedeburg, por los británicos. Citado ante el Tribunal de Nürmberg, fue condenado a 10 años de prisión por crímenes contra la paz (preparación de una guerra de agresión) y crímenes de guerra (violación de los convenios de la Haya y Ginebra). En octubre de 1956 fue liberado de la prisión de berlinesa de Spandau.

Imagen

Dönitz a su salida de Spandau

Después de su liberación vivió hasta su muerte en la pequeña población de Aumühle, cerca de Hamburgo. Allí escribió sus Memorias, publicadas en 1968, y trabajó honestamente en la confección de la Historia militar de los submarinos alemanes. Dönitz falleció el 24 de diciembre de 1980 y a su funeral, celebrado el 6 de enero de 1981, asistieron cientos de camaradas de este ilustre marino y patriota alemán.



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Mensaje por Erich Hartmann » Lun Nov 21, 2005 8:53 pm

Rangos:

:arrow: - Cadete: 1.4.1910
:arrow: - Alférez de Fragata: 27.9.1913
:arrow: - Alférez de Navío: 22.3.1916
:arrow: - Teniente de Navío: 1.1.1921
:arrow: - Capitán de Corbeta: 1.11.1928
:arrow: - Capitán de Fragata: 1.10.1933
:arrow: - Capitán de Navío: 1.10.1935
:arrow: - Contralmirante: 1.10.1939
:arrow: - Vicealmirante: 1.9.1940
:arrow: - Almirante: 14.3.1942
:arrow: - Gran Almirante: 30.1.1943

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Mensaje por Erich Hartmann » Lun Nov 21, 2005 8:53 pm

Condecoraciones:

- 1914 Cruz de Hierro de 2ª clase: 7.11.1914
- 1914 Cruz de Hierro de 1ª clase: 5.5.1916
- 1939 Cruz de Hierro de 2ª clase (broche): 18.9.1939
- 1939 Cruz de Hierro de 1ª clase (broche): 20.12.1939
- Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro: 21.4.1940
- Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble: 6.4.1943
- Insignia de Oro del Partido Nazi: 30.1.1944
- 1918 Insignia del Arma Submarina
- 1939 Insignia del Arma Submarina con brillantes: 27.2.1940
- Cruz de Honor para Combatientes 1914-1918
- Condecoración al Servicio en la Wehrmacht

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Internesto
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Mensaje por Internesto » Mar Nov 22, 2005 2:55 am

Aporto mi pequeño granito de arena para completar este trabajo tan currado:


LIBROS ESCRITOS POR KARL DÖNITZ
--------------------------------------------

- Diez años y 20 días

Titulo Original: “Zehn Jahre und Zwanzing Tage” Hamburgo 1958

Ediciones en castellano:

Editorial: Luis de Caralt editor (Barcelona) 1965 Colección La Vida Vivida

Editorial: La Esfera de los Libros (Madrid) 2005

- Mi azarosa vida

Título original: " " Berlín 1968

Ediciones en castellano:

Editorial: Luis de Caralt editor (Barcelona) 1970. Colección La Vida Vivida

Alexandre_Folk
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Mensaje por Alexandre_Folk » Vie Sep 29, 2006 2:55 am

Hola caballeros,
Aquí son más condecoraciones el Gran Almirante Dönitz recibió en su carrera militar :

Luna de hierro (Estrella de Galipoli) Turquia : 07/11/1914
Medalla del Mérito plateada con sable Turquia : 07/11/1914
Cruz de Frederico Gran Ducado Anhalt : 17/01/1916
Orden Medschidié 4ª Clase con sable Turquia : 13/03/1917
Orden del Mérito 3ª Clase com decoración de la guerra Austria : 24/12/1917
Cruz del Comandante Orden del Mérito Militar Hungria : 20/08/1938
Cruz del COmandante Orden Militar de Savoia Italia 20/04/1940
Gran Cruz del Mérito Marina de España : 10/06/1940
Orden Marcos el valiente 3ª y 2ª Clase Rumania: 12/04/1943
Decoración japonesa del Sol Naciente 1ª Clase: 11/09/1943
Gran Cruz del Orden de Libertad con espadas Finlandia : 11/04/1944

Excusas para algún error de español 8)

Saludos

Alexandre

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Jan7
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Mensaje por Jan7 » Vie Sep 29, 2006 5:16 am

Hace unos días, revisando mi saca de “Favoritos submarinos”, volví a visitar estas páginas http://www.karl-doenitz.com/,
dedicadas a perpetuar la memoria del Gran Almirante Karl Dönitz.
Recoge su biografía, los U-Boots en exposición, el monumento a los U-boots y sus tripulaciones, las fotos de la conmemoración del año 2005, contacto con los autores, y diferentes enlaces a varios sitios en Internet relacionados con los U-Boots alemanes.

Os traduzco su presentación:

Este sitio está dedicado a la memoria del Gran Almirante Karl Dönitz. No somos profesionales y está motivado únicamente por asuntos históricos y no está creado para promover ningún aspecto de la guerra. Este sitio provee también información de los U-Boot alemanes que está a disposición del público, así como información del monumento a los U-Boots alemanes en Moltenort, Alemania.

ACTUALIZACIÓN – 27 Junio de 2006 –
Se requieren donaciones para la tumba de Karl Dönitz
He recibido un e-mail hoy de Guy Goodboe, el representante para América del Norte del Archivo U-boot. Un
extracto de este e-mail detalla las responsabilidades del Archivo U-boot sobre la tumba.

“...El máximo responsable del Archivo U-Boot ha decidido hacerse cargo del mantenimiento de la tumba familiar… Afortunadamente, el Archivo está recogiendo fondos hasta la fecha y—como lo menciona en su sitio—el gran crucifijo de madera en la cabecera de la tumba está actualmente siendo restaurado...
“ … Las Donaciones por Donitz mediante cheque, giro postal, o dinero en efectivo, incluidos Euros. Los cheques y los giros postales deben hacerse al “Archivo U-Boot” y enviados a:
Capt Guy Goodboe
North American Representative
U-Boot Archive
P.O. Box 395
Ben Lomond, CA 95005-0395
twnotter7@aol.com

Por favor, os pido encarecidamente a todos vosotros que ayudéis en esta justa y digna causa. He visitado la tumba de Karl Dönitz y su familia y me he dado cuenta de la cantidad de recursos que se necesitan para mantener el monumento a este icono de la Historia.
Gracias a todos los que lo habéis hecho ya contribuyendo, incluyendo Sharkhunters International, Tim Mulligan, Guy Goodboe. Asímismo, le damos las gracias a Horst Bredow por la iniciativa.


Aquí tenéis las fotos actuales del lugar.

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Entrada principal al cementerio

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El tablón de anuncios del cementerio

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Tumba de la Familia Dönitz

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Lápida de Karl Dönitz

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Estela de cabecera del Gran Almirante Dönitz

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Lápida de su esposa, Ingeborg

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Lápidas de Klaus & Peter Donitz – los hijos perdidos en la SGM-

Imagen
El futuro alojamiento del gran crucifijo de madera
73 y buenos DX de Jan7

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Jan7
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Mensaje por Jan7 » Mié Ago 29, 2007 4:47 pm

Hace unos días, revisando mi saca de “Favoritos submarinos”, volví a visitar estas páginas http://www.karl-doenitz.com/ que os presentaba en mi anterior post. Ha cambiado ligeramente de aspecto, y han añadido una fotografía del gran crucifijo que ha sido repuesto en su lugar, una vez restaurado. Aquí tenéis la muestra:
Imagen
73 y buenos DX de Jan7

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Lister
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Mensaje por Lister » Lun Jul 14, 2008 12:08 am

Buenas , un saludo

Añado una biografia que encontre de este ilustre personaje

Dönitz, Karl

Gran Almirante, Comandante en jefe de la Marina de Guerra y, con posterioridad, designado sucesor de Hitler, Karl Dönitz nació el 16 de septiembre de 1891 en Grünau, por entonces una pequeña población al sudoeste de Berlín. Hijo de un próspero ingeniero, comenzó su carrera en la Marina Imperial en Kiel-Wyk en abril de 1910. La instrucción naval básica la realizó en el crucero-escuela "Herta" hasta marzo de 1911. Entre abril de 1911 y septiembre de 1912 realizó un curso especial en la Escuela de Marina.

Su primera época como oficial la pasó a bordo del Crucero ligero "Breslau-Medilli". Este barco operó conjuntamente con la flota turca durante los primeros años de la Gran Guerra en aguas del Mediterráneo y el Mar Negro. Más tarde, fue transferido al arma aeronaval llegando a ser observador de vuelo y líder de un escuadrón de hidroaviones en San Stefano y los Dardanelos. En mayo de 1916 contrajo matrimonio con Ingeborg Weber, hija del General Weber, del que nacieron tres hijos: Úrsula (1917), Klaus (1920) y Peter (1923) (ambos hijos sirvieron con los submarinos y fallecieron en acción ante el enemigo durante la II Guerra Mundial en 1943 y 1944 respectivamente).

Poco después de su boda, en octubre, inició su carrera en el arma submarina. Tras algunos meses de instrucción, fue destinado como oficial de vigilancia en el submarino U-39 y a principios de 1918 se le confió el mando del submarino UC-25. En octubre de ese 1918 fue hecho prisionero por los británicos en aguas de Malta. Durante el último año de la guerra, su actuación le valió una excelente reputación como especialista en guerra submarina.

En julio de 1919, fue puesto en libertad y se unió a la pequeña fuerza naval germana. En marzo de 1920 asumió el mando del Torpedero T 157. Dos años más tarde se convirtió en Inspector de torpedos, minas y artillería de la Marina de Guerra. Entre 1923-1927 trabajó como ordenanza para la Oficina de la Marina en Berlín. En 1927 fue nombrado oficial de navegación del buque del Almirante Wilfred von Loewenfeld, comandante en jefe de las fuerzas navales en el mar Báltico, y en 1928 comandante en jefe de la 4ª Flotilla de Torpederos. Durante algún tiempo (1930), ejerció las funciones de primer oficial de Estado Mayor de las fuerzas navales del mar del Norte, en Wilhelshaven.

Su siguiente destino en septiembre de 1934 fue el mando del crucero "Emden", donde futuros excelentes oficiales recibieron su formación naval básica en un año de crucero alrededor del mundo. Cuando éste regresó a casa, al puerto de Wilhelmshaven en julio de 1935, el Almirante Erich Raeder le ordenó que comenzara a construir una flota de submarinos, cuando el Führer decidió abandonar las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles. En enero de 1936 fue elevado a la categoría de Comandante en jefe de la Flota Submarina del III Reich, posición que mantuvo hasta el final de la contienda.

Un convencido nacionalsocialista y un admirador de Hitler, fue promovido a Vicealmirante y condecorado con la Cruz de Caballero en 1940 en recompensa por sus victorias sobre el "Courageous" y el "Royal Oak" al comienzo de la II Guerra Mundial. Durante estos combates desarrolló con enorme éxito las nuevas tácticas submarinas. Todas las grandes proezas de sus submarinos, las batallas contra los convoyes aliados fueron dirigidas por él, manteniendo siempre un estrecho contacto con los comandantes y sus tripulaciones.

Los éxitos espectaculares conseguidos por sus submarinos en el Atlántico, hacen que Hitler le nombre Gran Almirante y, como sucesor del Gran Almirante Raeder, comandante en jefe de la Marina de Guerra el 30 de enero de 1943. Dönitz fue condecorado con las Hojas de Roble y el 30 de enero de 1944, su lealtad al Nacionalsocialismo fue reconocida con la imposición de la codiciada insignia de oro del partido.

Como jefe del Arma Submarina, Dönitz jugó un importante papel en la II Guerra Mundial, destacando como un hábil táctico en la dirección de la batalla del Atlántico contra los convoyes de suministro aliados. La Flota de Submarinos posiblemente pudo decidir más que ninguna otra arma la suerte de la guerra a favor del lado nazi, hundiendo más de 50 millones de toneladas de buques aliados y amenazando con destruir completamente las rutas de suministro británicas. Fue él quien exploró el concepto de "Jauría de lobos", con sus submarinos esperando a los convoyes aliados en grupos.

En el último deseo de Hitler, Dönitz fue nombrado Presidente del Reich y Comandante en jefe de la Wehrmacht. El Gran Almirante instaló un gobierno interino del Reich en Flensburg (ciudad fronteriza con Dinamarca en el Schleswig-Holstein), intentando negociar un armisticio con los Aliados en el Oeste. El 1º de mayo de 1945 habló en la radio para la nación, en la que fue su primera tarea para salvar a Alemania de la destrucción del avance del enemigo bolchevique. Sólo para este fin seguía la lucha. En realidad, Dönitz conocía que la resistencia de los efectivos alemanes estaba agotada y sus ofertas de finalizar la guerra en el Oeste mientras continuaban luchando contra los rusos fueron rechazadas. El 8 de mayo de 1945 anunciaba públicamente por la radio alemana la rendición incondicional de la Wehrmacht.

Su gobierno fue disuelto por los aliados el 23 de mayo de 1945, cuando fue arrestado, junto a Jodl y von Friedeburg, por los británicos. Citado ante el Tribunal de Nürmberg, fue condenado a 10 años de prisión por crímenes contra la paz (preparación de una guerra de agresión) y crímenes de guerra (violación de los convenios de la Haya y Ginebra). En octubre de 1956 fue liberado de la prisión de berlinesa de Spandau.

Después de su liberación vivió hasta su muerte en la pequeña población de Aumühle, cerca de Hamburgo. Allí escribió sus Memorias, publicadas en 1968, y trabajó honestamente en la confección de la Historia militar de los submarinos alemanes. Dönitz falleció el 24 de diciembre de 1980 y a su funeral, celebrado el 6 de enero de 1981, asistieron cientos de camaradas de este ilustre marino y patriota alemán.


fuente:http://2gm.tusitio.es/




Decir que murio sin saber que los aliados descifraron enigma( Creo , corriganme si me equivoco) , y eso si , fue el militar mas humano y menos salvaje de la contienda , todo un caballero , exceptuando las ideologias y el momento , con todos mis respetos

Aquella mañana desayune con mi hermano, una semana despues lo mate en el frente.

"Cita de un soldado en la Guerra Civil española"

japa
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Mensaje por japa » Lun Jul 14, 2008 1:18 am

Cuando testificó en Nuremberg, Doenitz afirmó que las fuerzas a su mando no desarrollaron ninguna actividad ilegal antes de la guerra. Si hay que medir su sinceridad con esa declaración, debemos considerar que o bien su concepto de "legalidad" era muy amplio, o lo era su capacidad de mentir.

En el año 36 y aprovechando la Guerra Civil española Doenitz planificó la operación "Ursula" (así bautizada por su hija) que consistía, sin más, en enviar sus submarinos a aguas españolas para que se adiestraran atacando buques republicanos. No hubo hundimientos por el fallo de la mayoría de los torpedos alemanes (un problema que no se resolvió hasta entrada la guerra) hasta el día 12 de diciembre, cuando el U-34, al mando de H. Grosse, descubrió al submarino español C3 navegando en superficie y le torpedeó, enviándolo al fondo junto a 37 de sus tripulantes.

España y Alemania no estaban en guerra, y el C3 no se apercibió en ningún momento de la presencia del U34, con lo que nadie puede aducir la excusa de que los nazis se estaban defendiendo de una agresión injustificada. Fue un cobarde asesinato, y punto. 37 españoles fueron asesinados para que los cachorros de la Kriegsmarine practicaran.

Doenitz, un personaje que siempre adujo tras la guerra su estricta neutralidad política y su honor militar, ordenó ese crimen sin la menor vacilación, y en consecuencia debe ser considerado como un ASESINO, con todas las letras. Por supuesto el "valeroso" capitán Grosse fue condecorado. Nos queda el consuelo de que esa rata fue hundida por los ingleses en 1940. Sin embargo el principal responsable, el almirane, jamás pagó por ello. El gobierno de Franco, por supuesto, hizo mutis sobre el tema. Todo habría quedado en el olvido si los documentos al respecto de "Ursula" no hubieran salido a la luz. La localización de los restos del C3 en el 97 permitió comprobar lo sucedido

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Mensaje por José Luis » Lun Jul 14, 2008 9:32 am

¡Hola a todos!
Lister escribió: Decir que murio sin saber que los aliados descifraron enigma( Creo , corriganme si me equivoco) , y eso si , fue el militar mas humano y menos salvaje de la contienda , todo un caballero , exceptuando las ideologias y el momento , con todos mis respetos
Ciertamente, con respecto a Enigma. Murió siendo víctima de su soberbia.

En cuanto a lo de ser "el militar más humano y menos salvaje de la contienda", "todo un caballero", bien, ésta es una opinión que no comparto. Si su papel en la guerra se hubiera reducido a organizar y liderar la guerra submarina..........Sus afirmaciones de posguerra, en su biografía, de haber sido un militar apolítico suenan a naranjas de la China y bebés de París. Fue ni más ni menos el sucesor de Hitler en el Tercer Reich. Y ejerció como tal. ¡Bagatelas!

Dejadme que os copie un pasaje de Norman J. W. Goda (El oscuro mundo de Spandau. Crítica, 2008, pp. 258-259):

[Schmid dedicó sus comentarios más feroces a Dönitz, cuyas palabras revelaban una admiración por Hitler mayor si cabe. El 12 de marzo de 1944, el Día de los Héroes, cuando, según Schmid, incluso los cabos eran conscientes de lo que sucedía en los campos de exterminio, Dönitz preguntó a sus oficiales navales: "¿Qué sería hoy de nuestra Heimat si el Führer no nos hubiera unido bajo la bandera del nacionalsocialismo?". La respuesta, dijo, sería que Alemania se habría venido abajo, contaminada por el "veneno de Judentum" y habría quedado a merced de sus enemigos. El 21 de julio de 1944, el día después del atentado fallido contra Hitler, Dönitz volvió a dejar clara su postura en un discurso ante sus subordinados: "Estamos imbuidos de una furia sagrada y de un valor sin límites" por causa del "ataque criminal" que quiso arrebatar la vida a "nuestro amado Führer" y, así, "no abandonó a nuestra Madre Patria alemana en su lucha profética". La trama, proseguía, era obra de un grupo deleznable de generales idiotas, pero "la Marina sigue fiel a su juramento, y su lealtad hacia el Führer ha quedado demostrada. Pase lo que pase, estamos preparados para la batalla....No tendremos piedad con todo aquel que se revele como un traidor. ¡Larga vida a nuestro Führer, Adolf Hitler!".

(...) En un discurso pronunciado el 7 de abril de 1945, manifestó su acuerdo con el ahorcamiento de los desertores. En otro, del 1 de mayo de ese mismo año, después del suicidio de Hitler, declaró que el Führer, que había sabido ver antes que nadie que el gran enemigo era el bolchevismo, le había encargado la misión de seguir adelante con la lucha y que no sólo continuaría enfrentándose a los soviéticos, sino también a los Estados Unidos y a Gran Bretaña, defensores a su vez del bolchevismo mundial].

Cuando Albert Speer leyó las memorias de Dönitz (Diez años y veinte días, un ejemplar que le pasaron los centinelas de Spandau), escribió: "Cuanto más leo estas memorias más incomprensible me resulta entender por qué Dönitz se dedica sistemáticamente a maquillar su relación personal con Hitler. ¿Por qué no dice nada de su relación cordial con Hitler?....Ni una palabra. Incluso en los asuntos más triviales, Dönitz se empeña en negar la realidad". (Goda, Op. Cit., 276).

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)

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Mensaje por Akeno » Mar Jul 15, 2008 4:00 pm

A tenor de vuestras últimas intervenciones, se podría decir que Dönitz era más bien un lobo con piel de cordero.

Saludos!

luise
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Mensaje por luise » Mar Jul 15, 2008 10:04 pm

Un SAludo desde Tulua - Colombia.

Algunas vez comente lo dificil que es por aca conseguir libros sobre la SGM. Pues bien, alguno sabe donde me puedo bajar el libro de Doenitz "Diez años y 20 días"

Gracias

Shaka_77
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Karl Dönitz

Mensaje por Shaka_77 » Jue Ene 08, 2009 1:21 am

Yo no se si Doenitz fue un lobo en piel de cordero...
No estoy a favor de la obediencia debida ni mucho menos, pero hay que tener en cuenta que para muchisimos militares alemanes, Hitler les dio la posibilidad de "creer".
Tampoco nos olvidemos de que los primeros años de la guerra, (sin nombrar los años anteriores a esta tambien) fueron de un gran porvenir.
No me parece descabellado que un militar rinda homenaje o condene un atentado contra su presidente o fuhrer, por cuanto si asi lo hiciese iria contra los principios de cualquier militar que en teoria tienen que ser apoliticos.
Tampoco creo que a Doenitz se lo pueda juzgar por lo del submarino español en la guerra civil. La participacion alemana fue un preludio de lo que fue la norteamericana en Corea y Vietnam, y en muchisimos lugares mas en menor escala.
Tampoco creo que fuese un santo. Tal vez sea todo lo que dicen que fue, tal vez no.
Por lo pronto, si no se le pueden conmutar crimenes contra la humanidad, no creo que su actividad haya diferido en mucho con la de cualquier militar de ambos bandos.
Slds

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Karl Dönitz

Mensaje por cv-6 » Jue Ene 08, 2009 4:37 pm

Tampoco creo que a Doenitz se lo pueda juzgar por lo del submarino español en la guerra civil. La participacion alemana fue un preludio de lo que fue la norteamericana en Corea y Vietnam
Las cosas no dejan de ser malas porque haya otros que las haga peores.
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Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él (Louis Pasteur)

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Entrevista a Dönitz. ¿Arrepentido?

Mensaje por Uraeus » Mar Ene 20, 2009 11:25 pm

Con esto queda claro que, efectivamente, Dönitz fue uno de los nazis más convencidos y mantuvo sus ideas hasta su muerte.
[Por Javier Nicolás] Mi sorpresa fue mayúscula viendo al mismo Almirante abriendo la puerta. Esperaba encontrarme con alguna enfermera o señora de compañía, pues tenía noticias del delicado estado de salud del antiguo Comandante de la flota de submarinos alemanes, posteriormente de la Kriegsmarine y Jefe de Estado como sucesor de Hitler en 1945.


Señor Dönitz, me gustaría conocer su opinión, hoy, sobre Hitler.

-Como militar, creo que Hitler fue un genial estratega. Poseía una sorprendente formación castrense que se debía en parte a su participación en la IGM, pero sobre todo, a su decidida voluntad de convertirse de forma autodidacta en un perfecto soldado, lo que consiguió con innumerables horas de lectura y estudio del pasado.
Todo lo que Hitler se proponía lo ponía en marcha con férrea voluntad y un gran sentido de cumplimiento del deber y servicio a la comunidad.
Él mismo puso en práctica una nueva ética del trabajo basándose en la idea de que cada cual dentro de la comunidad debe ser consideado según su propia valía personal, su carácter y fuerza de voluntad, y no, como ocurre en las democracias, en el poder del dinero y las influencias. Y lo que es más importante, consiguió contagiar este espíritu tanto al Ejército, como al pueblo y al partido nacionalsocialista.
En lo concerniente a cuestiones puramente militares, o incluso de tácticas de guerra en el mar, era sorprendente su profundo conocimiento del tema. Debo decir que yo mismo me vi muy a menudo superado por su dominio de cuestiones de armamento submarino y nuevas formas de guerra marítima.

Gran Almirante, ¿cree usted, como se ha dicho repetidas veces, que Hitler fue el culpable exclusivo de la guerra?

-No. Creo que la guerra empezó ya en 1919 con la imposición del infame Tratado de Versalles. Póngase usted en la situación de cualquier alemán en esos años de crisis e inflación, en los que Alemania quedó reducida, tanto geográfica, como económica y moralmente a la más ínfima expresión y de la forma más humillante. Y ahora dígame, ¿no pensaría que es una injusticia? Pues bien, creo que Hitler y su movimiento fueron un hecho, algo que tuvo la necesidad de crecer y desarrollarse en esta situación desesperante para nuestra patria.
En mi familia, de tradición prusiana, siempre habíamos admirado las gloriosas hazañas de nuestro pueblo a lo largo de la Historia y en aquel momento llorábamos de desesperación y de rabia por lo que estaba pasando.
Hitler fue uno más de los que se dieron cuenta del verdadero problema. Y con su genialidad innata llevó a los demás a rebelarse contra este sistema infamante. Una vez llegado al poder en 1933, Hitler no pretendió nunca la guerra con Occidente -las repetidas proposiciones de paz a Inglaterra durante la contienda son una prueba evidente-, sino que como ya expresaba en su MK, la gran guerra ideológica debía dirigirse contra Oriente, es decir, contra el comunismo.
Las grandes adhesiones populares de los Sudetes, el Sarre o Austria son ejemplos que hablan por sí solos. Hitler no quiso la guerra, esta fue provocada por las potencias occidentales. Yo mismo me quedé muy sorprendido cuando Francia e Inglaterra declararon la guerra a Alemania en 1939.

¿A qué causas atribuiría usted la derrota alemana en 1945?

-Fueron muchos factores. La guerra fue un forcejeo contínuo entre la capacidad y espíritu de lucha del Ejército alemán y las cantidades ingentes de material de guerra aliado, su combustible y su dinero. Stalingrado supuso, más que una derrota definitiva sobre la Wehrmacht, una fuerza moral para las tropas aliadas, ya cansadas de batallar sin un éxito concreto y definitivo. A partir de 1943, la guerra empezó a decantarse del lado aliado, de forma lenta pero cada vez más insuperable por nuestros esfuerzos. De todas formas, siempre hubo una nueva oportunidad para las nuevas armas nacionalsocialistas, y un nuevo hálito de victoria.
El proceso fue lento y afectó a todos los frentes. Nuestra fuerza naval se veía privada de barcos y submarinos y la Luftwaffe no lo pasaba mejor. Sobre todo, se hizo notar de forma acuciante la falta de combustible para poner en marcha los carros de combate y aviones que se producían en los años finales en cantidades que triplicaban las del inicio de la guerra. Con la entrada de América en la guerra, Alemania debió cargar con un enemigo de potencial industrial y económico gigantesco que se haría, con sus envíos de material bélico a la URRS, y los bombardeos terroristas sobre Europa, casi insoportable.

¿Qué misión concreta tuvo durante los últimos meses de guerra?

-Casi al final reinaba un caos terrible. En enero de 1945, estando yo encargado de toda la zona norte de Alemania, me ocupé principalmente de asegurar, mediante el transporte por barco, la evacuación de la población del este de Europa, ante el incontenible avance de las tropas rusas. Me propuse, ante todo, salvar el mayor número de población, pues sabíamos cómo eran tratados los prisioneros que caían en manos de los rusos. Di orden de acelerar al máximo la operación de escape y pusimos a disposición de la misma todos los buques y cualquier tipo de embarcación que flotara. De este modo, conseguí que mucha gente pudiese llegar a la parte occidental de Europa.

¿De qué modo recibió usted la orden de sucesión como Jefe de Estado en Alemania?

-Bueno, en aquellos días de abril de 1945, reinaba por todas partes el nerviosismo y la incertidumbre. Yo había hablado días antes con Himmler, que se mostraba muy cauteloso. Asímismo me enteré también de que el Führer había quitado su sucesión a Göring, y que el próximo candidato era, pues, el jefe supremo de las SS, Heinrich Himmler. Sin embargo, cuando la tarde del 30 abril de 1945 –día en que murió Hitler, aunque yo no me enteré hasta más tarde- me entregaron una comunicación por radiograma en la que se me nombraba sucesor de Hitler, mi sorpresa fue total. Me quedé realmente asombrado, ya que nunca se me ocurrió que pudiera escogerme como su sucesor, más aún cuando tenía a su lado a los más fieles seguidores: Bormann, Goebbels, Himmler… Más tarde pensé que la elección se basó en que Hitler quiso que su sucesor fuera un militar en aquel momento, dado que la solución más importante era entonces de índole militar. Pese a todo, el Canciller nombrado por Hitler como sucesor fue el Dr. Goebbels.
Más tarde, como explico en mis memorias, Speer me dijo en 1946 que él fue causante directo de mi elección, ya que se hallaba presente cuando Hitler hizo el testamento, y Speer mencionó mi nombre como sucesor.
Lo primero que hice como Jefe de la Nación, fue un balance de fuerzas que nos quedaban, y a la vista de los hechos –sobre todo la falta de víveres y combustible y la arrolladora fuerza aliada- decidí que sólo nos quedaba la capitulación. Pero yo quería para Alemania una capitulación honrosa, no una repetición de Versalles. Sin embargo, el comportamiento del enemigo no fue, salvo algunas excepciones, nada noble. El burdo proceso de Nuremberg fue una prueba –otra- del trato ignominioso que el vencedor dio al vencido. Nadie quiso acordarse del trato que Alemania dispensó a Francia en 1940.

Para terminar, Sr. Dönitz, ¿Cree todavía en la vigencia del Nacionalsocialismo?

-En buena parte sí. La situación actual de Alemania y Europa se parece a la de los años 20 y 30, pero con una diferencia fundamental: antes existía amor a la patria y al ideal, hoy día sólo existe el amor por las cosas materiales. Por eso, creo que sí serían útiles muchas de las ideas del Nacionalsocialismo, aunque el poder enemigo es mucho mayor y haría muy difícil ponerlas en práctica.

El Gran almirante se sentía cansado y no quise proseguir con esta charla amistosa. A los 89 años se busca ante todo la tranquilidad.

Verano de 1980.
Fuente Revista Cedade, nº91.

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