¡Hola a todos!
tigre escribió:
En 1906, Schmidt se unió al 3er Regimiento de Infantería Kurhessiano de Wittich en Kassel, donde fue ascendido a teniente en 1908. La Primera Guerra Mundial la experimentó como miembro del arma de comunicaciones en diversos puestos de tropa y estado mayor en ambos frentes, oriental y occidental.
Me gustaría añadir que Rudolf se había graduado en sus estudios de enseñanza secundaria antes de ingresar como
Fahnenjunker en el
Infanterie-Regiment “von Wittich” (
3. Kurhessisches) en septiembre de 1906. Es decir, había conseguido el
Abitur (que viene a ser la titulación de secundaria que te da acceso a estudios universitarios), un título que era obligatorio para un
Fahnenjunker que no procediera de escuelas militares. Pese a pertenecer al arma de infantería, por esa época (y años después bajo el Reichswehr de von Seeckt) el ejército guillermino fomentaba el interés y la ampliación del conocimiento de los jóvenes oficiales en otras áreas más allá de la de su propia arma. Rudolf fue comisionado como teniente de infantería en 1908 y en su afán por expandir sus conocimientos se decantó por la tecnología, lo que finalmente le permitió mandar un batallón de comunicaciones (
Telegraphen-Bataillon 4) en 1911-1912, siendo transferido en 1913 al
Telegraphen-Bataillon 5 de Berlín. Esta senda de Rudolf en el campo de las comunicaciones (y más tarde cifrado) marcaría la suerte de su destino, como explicaré más adelante.
tigre escribió:
Sus posteriores empleos delinearon su carrera como oficial de estado mayor en ascenso
Como oficial de Estado Mayor General. Como ya expliqué en otros hilos del foro, no era lo mismo ser oficial de estado mayor que ser oficial de Estado Mayor General. Los primeros no habían superado los cursos de EMG, decantándose por servir como oficiales de estado mayor de tropas. Los segundos sí había superado esos cursos y podían, dependiendo de sus capacidades y de sus superiores, servir como oficiales de EMG de formaciones de combate o dentro del Alto Mando del Ejército (OKH).
Bien, me imagino que el compañero Tigre seguirá resumiendo la carrera de Rudolf Schmidt siguiendo al capitán del
Bundeswehr Chris Helmecke (investigador en el campo de la “Historia Militar hasta 1945” en el
Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften del
Bundeswehr en Potsdam) y su artículo “Generaloberst Rudolf Schmidt. Denken und Handeln im Vernichtungskrieg”,
Militärgeschichte · Zeitschrift für historische Bildung · Ausgabe 1/2017. Por mi parte quiero comentar tres asuntos en la vida de Rudolf Smichdt.
El primero está relacionado con el generalato alemán y su participación en la guerra de exterminio nazi en la Unión Soviética. Es el fondo del artículo citado de Helmecke, que viene a demostrar, tomando a Rudolf como ejemplo, cómo era posible “pensar y actuar” de manera radicalmente diferente a la forma común en que lo hizo la mayor parte de los generales que participaron en esa guerra criminal. En efecto, el
Generaloberst Rudolf Schmidt no secundó las órdenes criminales de Hitler, intentando atenerse, con diferentes suertes, en todo momento a las leyes y costumbres de la guerra terrestre y al derecho internacional. Fue especialmente inteligente y práctico en la lucha antipartisana y, consecuentemente, en el trato a las poblaciones locales que cayeron bajo su administración. Quizás por ello, los soviéticos “sólo” lo condenaron a ocho años de prisión cuando lo hicieron prisionero en Weimar en 1947.
El segundo asunto está directamente relacionado con la Operación Ciudadela y el libro de Roman Töppel,
Kursk 1943: Die größte Schlacht des Zweiten Weltkriegs (Verlag Ferdinand Schöning, 2017). Está prevista la publicación de este libro en español, corriendo la traducción a cargo de nuestro compañero de foro Chuikov, quien, por cierto, hizo una reseña del mismo en
viewtopic.php?f=87&t=20415&p=395327&hil ... el#p395327 Bien, Töppel parece convincente en las pruebas que presenta para asignar al
Generaloberst Rudolf Schmidt la autoría final de la planificación de la Operación Ciudadela, la ofensiva alemana de verano de 1943.
El tercer asunto está relacionado con el hermano de Rudolf, Hans-Thilo, un asunto que marcó el destino final de ambos, si bien con diferentes suertes. Thilo, dos años más joven que su hermano, había luchado en la IGM, pero a diferencia de Rudolf, no fue elegido por el Reichswehr después de la guerra y se dedicó a los negocios. Cuando acabó arruinado, o poco menos, su hermano Rudolf le consiguió un empleo en el Ministerio de Defensa del Reich, departamento de cifrado, bajo la República de Weimar. Aquí Thilo se convirtió en un auténtico traidor a su patria, pues vendió secretos, y especialmente relacionados con
Enigma, a potencias extranjeras, en particular Francia, convirtiéndose en un espía para el servicio de contrainteligencia francés. Muchos atribuyen el descifrado final polaco de
Enigma a los secretos que Thilo vendió a los franceses (véase para todo este asunto el libro de Paul Paillole,
The Spy in Hitler's Inner Circle: Hans-Thilo Schmidt and the Intelligence Network That Decoded Enigma. Casemate Publishers, 2016. Originalmente en francés como
Notre espion chez Hitler, 1985). Digo que Thilo fue un auténtico traidor porque comenzó a vender esos secretos en 1931, tiempo antes de que los nazis llegaran al poder, y lo hizo por dinero. Al final, Thilo fue traicionado por su enlace francés, un tal Lemoine, y arrestado en marzo de 1943, muriendo seis meses más tarde, oficialmente por suicidio. Rudolf fue relevado de su mando (entonces el
2. Panzerarmee) en abril de 1943, pues la Gestapo se hizo con las cartas que había escrito a su hermano Thilo, donde criticaba gravemente a Hitler y lo acusaba de los reveses militares del frente. El cómo evitó Rudolf ser llevado a un consejo de guerra es en el fondo un cierto misterio. Al parecer se apañó con el
Generaloberstabsrichter Rudolf Lehmann, juez de la Wehrmacht, con el
Generalstabsrichter Karl Sack, juez jefe del departamento de justicia de la Wehrmacht, y con el
Generalleutnant Rudolf Schmundt, jefe del departamento de personal del ejército, para conseguir evadir el consejo de guerra. Sack lo ingresó en una institución mental tras “hallar” que estaba enajenado cuando escribió sus cartas a Thilo. Con ello fue expulsado de la Wehrmacht en septiembre de 1943, evitando la guillotina o el paredón. Pero lo curioso del caso es que Rudolf no cesó en sus intentos de ser rehabilitado en la Wehrmacht, incluso logrando la mediación de Himmler, aunque siempre con el rechazo final de Hitler.
Saludos cordiales
JL