Sobre el Fuhrer

[Kasparov]

Salta a la vista.
Viendo el éxito de mis dos últimos temas y gracias al material desclasificado de los Archivos Nacionales de los EU que acabo de leer y estudiar me dispongo a hacer, aquí, en el tema "Sobre el Fuhrer", un extenso informe sobre Adolfo Hitler.
Hablaré de todo tipo de temas, relacionados con Hitler, obvio.
La información, básicamente vendrá de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), dirigida en su momento por el Coronel William Donovan y gracias a la colaboración del Dc. Ernst Franz Sedgwick Hanfstaengl
(Miembro del Partido Nazi desde 1921 y hombre de confianza de Hitler, a parte de ser, jefe de la sección de propaganda del Partido, anterior a Goebbels)
El documento real que data del 3 de diciembre de 1942 consta de 1.721 páginas.
Yo haré una síntesi.
Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hice.

Sin más dilación

[Kasparov]

Familia

Según la Sra. Brigid Hitler (madre de Patrick Hitler), la madre de Hitler, Klara Poelz, tenía sangre checa.
El padre de Hitler tenía 23 años más que Klara Poelz y con tenía 52 nació Adolfo Hitler, 1889.
Todo apunta a que era un matrimonio infeliz y que el padre era un sádico.
Estos hechos llegaron al conocimiento del Dr. Sedwick a través de la Sra. Brigid Hitler, la ex mujer de Alois Hitler II, hermanastro de Adolfo Hitler.
Brigid Hitler llamó al Dr. Sedwick el 10 de agosto de 1937 a su residencia de Londres, y le dijo que su ex marido, Alois, había descrito a su padre como una persona violenta y que tenía un fuerte deseo siempre de golpear al perro, a sus hijos y en ocasiones a su mujer, Klara.

Por un lado tenemos al “padre odiado” y por el otro a la “madre oprimida”. Hay una hipótesis que dice que cuando el padre pegaba a su mujer, Hitler acababa de llegar a la pubertad y que delante de estas violentas situaciones Hitler desenvolviera complejos narcisistas y edípicos.
No existe la menor duda de que la madre de Hitler , con fijaciones histéricas, ocupa la posición central de toda la génesis erótica de Hitler
La madre de Hitler influenció demasiado en él. Desde que tenía 14 años, cuando murió su padre, hasta su muerte, cuando Hitler estaba a punto de cumplir 18 años.
Estos cincos años de diferencia son ignorados en Mein Kampf, seguramente por buenas razones.
Aun así, la muerte de su madre es como “la mayor pérdida que he padecido nunca”, declara Hitler al Dr. Sedwick, en el año 1923.

Brigid Hitler es la esposa de Alois Hitler II, que es 7 años más grande que su hermanastro Adolfo Hitler. Divorciada de su marido, vivió en los EU, con su hijo, Patrick Hitler, autor del libro, Odio a mi tío.

Brigid Hitler



Patrick Hitler



Klara Poelzl



Alois Hitler II


Fuente: Imágenes extraídas de mis archivos

Continúa...

Próximo capítulo, Educación

[ignasi]

Salta a la vista.
Viendo el éxito de mis dos últimos temas y gracias al material desclasificado de los Archivos Nacionales de los EU que acabo de leer y estudiar me dispongo a hacer, aquí, en el tema "Sobre el Fuhrer", un extenso informe sobre Adolfo Hitler.
Hablaré de todo tipo de temas, relacionados con Hitler, obvio.
La información, básicamente vendrá de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), dirigida en su momento por el Coronel William Donovan y gracias a la colaboración del Dc. Ernst Franz Sedgwick Hanfstaengl
(Miembro del Partido Nazi desde 1921 y hombre de confianza de Hitler, a parte de ser, jefe de la sección de propaganda del Partido, anterior a Goebbels)
El documento real que data del 3 de diciembre de 1942 consta de 1.721 páginas.
Yo haré una síntesi.
Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hice.

Querido amigo,

Creo que has olvidado decir que dicho informe es un suplemento distribuido con el número 57 de la revista Sàpiens (suplemento que estoy leyendo con suma atención)

Un saludo,

Ignasi

[Kasparov]

Sí, ya lo menciones en otro tema que anda por aquí.
Qué te parece el informe?

P.D: El informe de la revista sapiens es del material desclasificado de la OSS.

Saludos y gracias por comentar

[Kasparov]

Por cierto, ya que te lo estas leyendo con suma atención, ayudame con el tema. Al menos aportando algun dato relevante o si crees que debo de poner algo más porque dentro de la síntesi de esas 1.721 yo hago un resumen.

Saludos amigo Ignasi

[TMV]

Salta a la vista.
Viendo el éxito de mis dos últimos temas y gracias al material desclasificado de los Archivos Nacionales de los EU que acabo de leer y estudiar me dispongo a hacer, aquí, en el tema "Sobre el Fuhrer", un extenso informe sobre Adolfo Hitler.
Hablaré de todo tipo de temas, relacionados con Hitler, obvio.
La información, básicamente vendrá de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), dirigida en su momento por el Coronel William Donovan y gracias a la colaboración del Dc. Ernst Franz Sedgwick Hanfstaengl
(Miembro del Partido Nazi desde 1921 y hombre de confianza de Hitler, a parte de ser, jefe de la sección de propaganda del Partido, anterior a Goebbels)
El documento real que data del 3 de diciembre de 1942 consta de 1.721 páginas.
Yo haré una síntesi.
Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hice.

Querido amigo,

Creo que has olvidado decir que dicho informe es un suplemento distribuido con el número 57 de la revista Sàpiens (suplemento que estoy leyendo con suma atención)

Un saludo,

Ignasi

Igual que yo. Hace dos noches me lo "zampé" de una tirada, no podía dejarlo.

Realmente es muy interesante pero habrá que esperar al próximo número en el que nos desclasificarán a Ernst Hanfstaengl.

Un saludo

[TMV]

Kasparov escribió:

Fuente: Imágenes extraídas de mis archivos

Es de obligado cumplimiento citar las fuentes de donde se extraen los temas y/o fotografías, a no ser que sean de autoría própia.

Como las fotos de la familia Hitler no las realizó Vd., haga el favor de poner su procedencia.

Un saludo

[TMV]

En otro orden de cosas, la primera fotografía que ha presentado, ¿realmente corresponde a Brigid Hitler?.

Un saludo

[ignasi]

Bueno, para aquellos que no hablan catalán y no pueden leer la revista "Sapiens", pues aquí viene el 2º capítulo del informe:

Educación

Hitler siempre ha menospreciado la educación, y de hecho él recibió muy poca. Siente tanta aversión hacia el “modelo académico” que en 1932, cuando se le sugirió que debería tener un título del gobierno de Draunschweig para ser un ciudadano alemán, él se negó. No encontró nada divertido cuando en el Hotel Kaiserhof el Dr. Sedgwick le dijo bromeando: “Bien, al fin y al cabo, serás catedrático”. Finalmente, decidió ir contra estos esquemas y obtuvo la ciudadanía siendo nombrado consejero de Gobierno en Brunswick en febrero de 1932.
No habla ningún idioma excepto el alemán y nunca no escucha ninguna emisora de onda corta de otro país, excepto las emisiones en alemán des de París o Moscú.

Escritura
Escribe muy pocas cartas personalmente. Solo escribe a mano y nunca usa la máquina de escribir. Eso sí, escribe notas para las ofrendas florales en las ocasiones conmemorativas.
Nunca lleva encima ningún lápiz, bolígrafo o papel y nunca toma notas él mismo, sólo hace dibujos y garabatos. Estos dibujos o esbozos son normalmente de banderas, símbolos del partido, escenarios y retratos de personas y de casas. Estos garabatos suelen ser desproporcionados y son recogidos ávidamente por el fotógrafo oficial Heinrich Hoffman, que tiene proyectado editarlos en un futuro, posiblemente después de la muerte de Hitler.
Hitler no consulta nunca el calendario ni la agenda. Schaub y Brückner son quienes llevan su agenda personal. Hitler a menudo decía: “No tengo vida privada, ni tan siquiera correspondencia privada. Todo es leído antes de llegar a mis manos. Es el precio que debo pagar”.

Lectura
En Mein Kampf es muy evidente que Hitler solo lee para confirmar sus ideas. Lee solo lo que le es “valioso”. Como las personas que en una conversación únicamente se escuchan a sí mismas, incluso en las palabras de su interlocutor. Del mismo modo, la mayoría de lectores solo se leen a sí mismos en los libros. Como decía Goethe, el poder de entrar en el mundo del autor es concedido a muy pocas personas. Este hecho explica, en parte, porqué los libros más profundos y brillantes tienen tan poca influencia en la masa de lectores.
Hitler es el ejemplo a gran escala de este fenómeno. Dotado desde la infancia de un poder extraordinario para la palabra, en sus lecturas solo le atraen los ejemplos excepcionales de retórica y epigrama histórico, César, Enrique VIII, Gustavo Adolfo, Federico el Grande, Jesucristo, Mahoma, Moisés, Lucero, Cromwell, Napoleón, Kutuzov, Blücher, Richard Wagner y Bismarck.
Pese a ello, todas estas vidas sobre las que había leído con tanto interés, conducían solo a la vertiente ideológica, propagandística y militarista. El mundo de Hitler es el de la acción, y no el de la contemplación. Es por ello que prefiere al dramático y revolucionario Schiller al olímpico y contemplativo Goethe. Las biografías sin aquel toque de rebelión y protesta titánica contra el mundo existente le aburren. Las considera saturadas, cosa de burgueses. Por ejemplo, cuando Hitler lee la vida de Napoleón sólo se interesa por las partes de la biografía que tienen acción, como si fuese un guión de película, nunca en la parte contemplativa.
Siempre busca la frase dramática, el epigrama perfecto que pueda modificar a su medida. En el uso de estas frases hace gala de un fantástico sentido de la cadencia, la eufonía, la asonancia y la aliteración.
Para él tiene más valor una buena frase o un eslogan político que montones de palabras o teoría a secas. Un eslogan da a la multitud irreflexiva no sólo el material para una idea, sino que también la complaciente ilusión de que piensan por sí mismos.
Hay tanto espacio en un cerebro, tanta pared libre, por decirlo así, que si lo amueblas con tus eslóganes, a la oposición ya no le queda espacio para poder colgar ni un solo cuadro, ya que el apartamento del cerebro ya está lleno de muebles.
Los personajes de la historia moderna que han interesado más a Hitler des de su infancia son Oliver Cromwell, Federico el Grande, Napoleón y Blücher.

Concentración
Hitler escuchará atentamente todo aquello que quiera oír, pero si el asunto no es de su gusto, se quedará mirando una revista y prestará tan poca atención como le sea posible. A menudo lee informes del partido y se concentra en la lectura porqué le interesa. Evita tanto como puede leer informes y hacer trabajo de despacho, a menudo rayando en la negligencia. Su séquito está sumido en un estado de desesperación continua a causa de esta dejadez hacia lo que es trabajo de despacho. Él, no obstante, no se toma seriamente las protestas de su personal. Hitler dice sobre esto: “Los problemas no se solucionan angustiándose. Cuando llegue el momento, el problema se resolverá de un modo u otro”
Ruido: Hitler es extraordinariamente insensible al ruido. Cuando lee el periódico, las conversaciones bulliciosas no le distraen, todo lo contrario, porqué le gusta ser capaz de oír lo que se dice. El murmullo constante de muchas voces es para él un sustituto de salir al mundo para ver por sí mismo que sucede.
Silencio: Hitler tiene una gran capacidad para el silencio. En el tren o en el coche de Berlín a Munich puede decir sólo un par de palabras en todo el trayecto. Debe pensar y hacer planes.

Conversación
Durante las comidas es capaz de conversar normalmente, pero después de una o dos horas empieza a monologar. Estos monólogos forman parte de un repertorio fijo. Tienen unos acabados perfectos, como una grabación de fonógrafo. Sus preferidos son: “Cuando estuve en Viena”, “Cuando fui soldado”, “Cuando estuve en prisión”, “Cuando era el líder en los inicios del Partido”, entre otros.
Frecuentemente toca el tema de Richard Wagner y la ópera. Nadie le interrumpe en estas rapsodias repetidas. Él continua hablando hasta que los invitados no pueden más y deben retirarse porqué les cuesta mantener los ojos abiertos.
Los invitados, que mayoritariamente son mujeres, le escuchan extasiados. Al final de la velada no hay un asiento seco entre la audiencia.
Hitler no cita nunca a sus colaboradores cuando no están presentes. No tolera los cotilleros, excepto en casa de Goebbels, ya a altas horas de la noche, o en casa de Heinrich Hoffman, en Munich.
Debate: Durante la discusión, Hitler tiene una lucidez increíble. Es conciso y sabe presentar su opinión como una ametralladora. La cadencia de sus frases tiene una forma irresistible; tiene un gran poder penetrante. Ningún otro orador ha causado mayor impresión al Dr. Sedgwick.

[ignasi]

3 - Psique

Aspecto personal
Es muy meticuloso hacia lo referente a su apariencia y nunca se saca la chaqueta en público, pese a que tenga mucho calor. No permite que nadie lo vea en la bañera ni desnudo. Siempre es muy convencional en su vestuario y se deja aconsejar por su sastre. Siempre usa la ropa que le prepara Schaub sin manías. Nunca utiliza perfumes ni colonias. En diversas ocasiones el Dr. Sedgwick había traído sales de lavanda de la marca Yardley, que Hitler usaba al encontrarse agotado después de hacer un discurso muy largo o durante los viajes en avión para no sentir el olor del combustible. Hitler siempre criticaba al Dr. Sedgwick porqué usaba perfumes y se mofaba de él. Tampoco aprobaba que el Dr. Sedgwick diese sales de lavanda a Ángela Hitler-Raubal, su hermana y madre de Geli Raudal, la sobrina de Hitler que se suicidó.
En 1923 el Dr. Sedgwick, a quien no le gustaba nada el bigotito de Hitler, intentó convencerle que era muy feo argumentando que debería cubrirle todo el labio superior. El Dr. Sedgwick dijo: “Mire los retratos de Holbein y Van Dyck, ¡los antiguos maestros nunca hubieran pensado a llevar una moda tan fea!”. Y Hitler contestó: “No se angustie por mi bigote. ¡Si ahora no está de moda, pronto se pondrá de moda porqué yo lo llevo!”.

Pulcritud
Es muy estricto en la higiene personal y le gusta bañarse. Se afeita él mismo todos los días. Un día a la semana el barbero le repasa el bigote, y se corta el pelo regularmente. Quien se ocupa de organizar estas cuestiones es Kannenberg. Normalmente se contrata a un barbero local, antiguo miembro del Partido.

Resistencia física
Hitler es bastante robusto y tiene bastante resistencia física. En 1932 él y su personal habían trabajado a menudo las 24 horas del día durante semanas. Él parecía soportarlo mejor que sus empleados y era él quien marcaba el ritmo. Después de un día largo y duro de trabajo y habiéndose saltado una o dos comidas, siempre insistía que sus chóferes y su personal debían comer primero y que, finalmente, comería él. Si alguna camarera entusiasta le servía primero a él la comida, Hitler en persona la llevaba a sus chóferes.

Ejercicio
Hitler se muestra totalmente desinteresado hacia ningún tipo de deporte, ya sea de interior o de exterior. No hace ningún ejercicio salvo andar, y lo hace con una frecuencia irregular. Frecuentemente anda arriba y abajo por la habitación a ritmo de marcha, siguiendo una tonada que silba él mismo. Nunca anda de punta a punta de la habitación, sino que siguiendo la diagonal, un hábito que seguramente adquirió en la prisión de Landsberg.
Durante el encarcelamiento, Hess organizaba juegos y ejercicios para los prisioneros, pero Hitler no participaba nunca alegando que sería humillante para él y “malo para la disciplina general”. Por ejemplo, Hitler dijo: “Un Führer no puede rebajarse a una informalidad como esta. Debo mantenerme siempre a distancia de mi séquito”.
A pesar de tener unos conocimientos considerables sobre el funcionamiento de un coche o de un avión, no ha aprendido a conducir. Le gusta ir con automóvil como modo de mantener la privacidad, tomar el aire… y dormir. Cuando hace mal tiempo no sale. Pero si tiene un compromiso no se deja influir por el tiempo. En todos los desfiles usa un coche descubierto aún haga mal tiempo, y exige lo mismo a su séquito. En palabras de Hitler: “No somos burgueses, somos soldados”.

Vista
Convivir con Hitler, especialmente de noche, es un suplicio para la gente con los ojos sensibles. El Dr. Sedgwick a veces sufría distracciones a primera hora de la mañana a causa de la luz brillante que Hitler quería tener siempre a su alrededor. El Dr. Sedgwick llegó a la conclusión de que los ojos de Hitler tendrían alguna anomalía que podría haber sido causada por una intoxicación de gas durante el otoño de 1918, que casi le dejó ciego. Este factor se manifiesta claramente en sus gustos artísticos y en el modo en que juzga las pinturas. Solo le gustan los colores muy brillantes. Hasta 1937 no usó gafas de ningún tipo, ni ningún tipo de protección contra los reflejos solares, ni tan siquiera en la nieve. Últimamente el Dr. Sedgwick ha descubierto que a partir de una serie de dolores de cabeza producidos por la vista, Hitler ha tenido que seguir el consejo de sus médicos y ha empezado a usar gafas para leer. Probablemente Hitler se resistió tanto como pudo, en parte por vanidad, en parte porqué a causa de su aversión por el “modelo académico” el hecho de llevar gafas ha sido para él una pesadilla.

Voz
Su voz tiene una sonoridad y un timbre metálicos típicos austriacos. En general habla con un tono suave pero es muy capaz de alzar la voz si la ocasión lo requiere, aunque tan solo haya dos personas presentes. El tópico que Hitler grita no es cierto y se exagera. Al contrario, en público raramente usa un tono de voz demasiado alto para hablar. Durante el horario de oficina es distinto, entonces cualquier cosa le puede llevar a hacer grandes escenas y a perder los nervios.
Le preparan bebidas especiales para antes y después de los discursos, para suavizar la voz, y probablemente ahora usa un spray para la garganta antes de hablar.
Hablar es realmente su modo de hacer ejercicio y después de un discurso acaba bañado en sudor. Probablemente Hitler solo se siente feliz y satisfecho cuando ha hablado hasta el punto de desmayarse de cansancio.

Sueño
Hitler duerme mal desde el encarcelamiento en Landsberg. Toma un somnífero todas las noches. Siempre va a dormir tan tarde como puede, y cuando los últimos amigos se marchan y lo dejan agotado a las dos o tres de la madrugada, o incluso más tarde, parece que le dé miedo quedarse solo.
A veces no puede dormirse hasta el alba. Pese a ello, normalmente duerme hasta las diez, hora en que recibe a sus dos secretarios, Lammers y Funk. Además, no le gusta tener calefacción en el dormitorio y en invierno tiene una estufa holandesa de baldosas (Kachelofen)

Reacciones
Es una mezcla entre un zorro y un lobo. Siempre juega a hacer el zorro tanto como puede, e incluso, a veces, hace de cordero. Pero al final el lobo siempre está preparado para salir. Es interesante que des del principio del 1920 hasta el 1933 el nombre secreto que utilizaba para los mensajes telefónicos y las conversaciones con sus amigos era “Lobo”. Fran Winnifred Wagner aún le llama así.
Es sorprendentemente valiente. En 1923 algunas etapas del partido se decidieron con peleas callejeras, en las que siempre se mostró valiente. Después de la estancia en la prisión de Landsberg sufrió un peligro de asesinato creciente. No busca el peligro particularmente, pero si decide que hay que hacer alguna cosa, piensa fríamente en las precauciones que deben tomarse y así encara el asunto sin miedo.
Es un valor plenamente consciente. Mantiene la calma y la serenidad incluso en situaciones de emergencia y sabe exactamente cual es el mejor modo para hacer jaque mate a sus enemigos. También afronta el dolor físico con un coraje ejemplar. Le da mucho más miedo el agua; no sabe nadar.

Continuará...

[ignasi]

4 - Comidas

Se abstiene casi siempre de comer carne. En raras ocasiones come un poco de pollo con arroz o salmón ahumado como aperitivo. En 1932 el Dr. Sedgwick tuvo la ocasión de observar su dieta muy de cerca: Hitler se levanta alrededor de las 9:30 de la mañana, y desayunaba una manzana, leche caliente o café suave con panecillos, mantequilla y mermelada.
Este desayuno iba seguido de las dosis de medicamentos que le administraba su ayudante de cámara, Julios Schaub, que había sido aprendiz de farmacia. Schaub, entonces al igual que hoy, se encarga del botiquín de Hitler, que consiste en dos tipos de fármacos: píldoras somníferas de noche y píldoras digestivas con las que comienza el día y que toma después de cada ágape. El almuerzo supuestamente es a la una. Pese a ello, casi invariablemente, Hitler se retrasa una hora y media o dos horas, con lo que su mayordomo, Kannenberg, se desespera. Hitler nunca tiene un apetito normal en Berlín, pero mejora visiblemente en Berchtesgaden.
Otto Dietrich, que sufre que una digestión delicada, a menudo dejaba su despacho sobre la una, corría hacia el Kaiserhof y volvía en media hora después de haber comido. Entonces esperaba que Hitler llegase. En Berlín cualquier excusa servía a Hitler para posponer el almuerzo. Normalmente comía un poco de sopa, generalmente sopa de guisantes o sopa de tomate con parmesano, seguido de un plato especial de tortilla con puntas de espárragos o setas, espinacas o coliflor, y una ensalada verde.
En Berchtesgaden comía platos bávaros, como las cepas amarillas con albóndigas de patata (Steinpilze mit Knödel).
Para los postres prefería las pastas austriacas, los creps o dulces.
A las cinco bebe café o te con ron de mediana graduación con BaumKuchen.Torte, Linzer Torte, pastel de nueces, pastel de chocolate o tostadas. Además, le encanta deshacer el chocolate bueno en el café.
Por la noche, la hora de la cena es a las ocho, pero es extraño que él yaya antes de las nueve. La cena es parecida al almuerzo, normalmente come un plato de verdura (gemueseplatte)

Bebida
Dejo de beber vino y cerveza después del encarcelamiento en Landsberg. Si está resfriado, a veces bebe te caliente con ron. En julio de 1934, el Dr. Sedgwick le llevó ron de Jamaica. Hitler le dijo que se lo bebería, pero solo cuando se hubiera resfriado. El joven doctor también le salvó la vida a Brückner durante el verano de 1933, después de que tuviera un accidente automovilístico en Beschestgaden. Entonces Hitler decidió tener un médico privado siempre cerca por si alguna vez tenía que hacer una operación in situ. En palabras de Hitler: “Disponer de un buen médico en el lugar del accidente es tan importante como un cuerpo de guardias”.

Tabaco
Cuando era soldado Hitler fumaba y bebía cerveza. Pero, a partir de 1922, e incluso antes, ya no fumó ni un solo cigarrillo. Según decía, el motivo era “incrementar su capacidad como orador y su eficiencia general”. Si no debe hacer ningún parlamento, tolera que se fume a su alrededor, e incluso tiene cigarrillos para ofrecer a sus amigos. Pero no se permite fumar durante sus discursos. Esta prohibición también valía para las grandes reuniones al aire libre que el partido organizaba en Nuremberg. De todos modos, en estos actos, fumar se consideraba de mala educación y, por ello, nunca estaba permitido. En su interior Hitler está de acuerdo con los puristas y los abstemios. En esto le apoyaban Hess y el programa de vida espartana. A Hitler le irritaban profundamente los hábitos epicúreos y los habanos opulentos de Röhm.
Cuando la gente le pregunta por su estilo de vida ascético, Hitler responde: “Si un día descubro que una cosa no es buena para mi, entonces dejo de comerla. Como se que la carne, la cerveza y la nicotina perjudican y dañan mi constitución, entonces me abstengo. Una decisión así se toma una vez y para siempre jamás. ¿Esto les parece tan extraordinario?"

Continuará

[ignasi]

5 - Seguridad Personal

Hitler y Himmler decidieron que el mejor método era que la policía se alternase: unos mirando el desfile y otros mirando a la multitud. El desfile debe ser conducido en el modo descrito a Hitler por el Dr. Sedgwick, como la que usa la policía secreta de los Estados Unidos para la protección de Woodrow Wilson. El sistema consiste en poner motocicletas a derecha e izquierda del coche principal, y dos coches de la policía siguiendo el coche de la personalidad. Los coches de la SS de Hitler tienen órdenes estrictas de acelerar y pasar por encima de cualquiera que les salga al paso.
Hitler siempre se sienta en el asiento delantero al lado del conductor. Esta posición le da la protección de los cristales antibalas de delante, del chofer por un lado y de los miembros del séquito armado detrás suyo en el coche. Hitler está en contra de poner hombres armados a bordo de los coches porqué piensa que queda demasiado cauteloso de cara a la multitud y también porqué desvirtúa el tono de triunfo y regocijo que su aparición debería suscitar.
Hitler opina que un despliegue demasiado basto de medidas de precaución indica una gran falta de seguridad y transmite a la multitud una debilidad y un sentimiento de culpa que da una impresión nefasta. A Himmler le reprochó en una ocasión esta exageración en su seguridad personal diciendo que daba la imagen de ser “un tirano que sale de viaje”
Cuando Hitler se encuentra en su residencia de Berchtesgaden pasea por el campo en fila india, con cinco o seis guardias armados vestidos de paisano delante y otros tantos detrás.
A ambos lados de esta caravana, patrullas armadas cubren los flancos a una distancia de unos 100 pasos. Estos paseos siempre se hacen por la tarde, nunca por la mañana.
El hecho es que desde 1933, incluso antes, la vigilancia de su persona ha sido un problema tan importante que es prácticamente un prisionero, y él lo sabe. Esto tiene como resultado un deseo de escapar de su cautiverio ya sea para visitar amigos, trasladar cuadros o ir en coche.
En una ocasión Hitler dijo al Dr. Sedgwick: “Bien pensado, estoy en la misma posición que el Papa, que por motivos similares se encuentra confinado en el Vaticano. Por ello todo el perímetro de la Wilhelmstrasse más pronto o más tarde se incluirá en el área de la Reichkanzlei (la cancillería del Reich) y se incluirá una columnata alrededor para pasar los días que haga mal tiempo. Esto también sería bueno para mi sucesor y los sucesores de mi sucesor”. Dijo esto el durante el verano de 1934 en la cancillería, dirigiéndose especialmente a Göring, que se encontraba a su derecha.

[ignasi]

6 - Tiempo libre

Todas sus diversiones domésticas eran planeadas por Herr Artur Kannenberg. En 1934, Kannenberg se vio incapaz de continuar soportando las burlas interminables de Brückner y los otros miembros del séquito de Hitler y, finalmente, pidió a Sedgwick que le encontrase un empleo en los Estados Unidos.
Kannenberg es un berlinés gordo y divertido que sabe cantar y tocar el piano. Es el encargado de las cocinas y, junto con su mujer, cocinan y prueban todo cuanto Hitler come.

Música
La música que menos gusta a Hitler es, mayormente, música clásica; en particular las composiciones de Bach, Händel, Haydn, Mozart, Beethoven y Brahms, que escuchaba con muy poca atención.
En cambio, le gusta mucho la música cíngara, las rapsodias y las czarda, también la música de Listz y la musicalidad soñadora de Gried. Le encantaban Wagner, Verdi y algunas piezas de Chopin y Richard Strauss.
La música que no le levanta del asiento por su atractivo sensual, lo deja totalmente seco. Aproximadamente un 85% de las preferencias musicales de Hitler son la música que se programa normalmente en los cafés vieneses. E indudable que Hitler tiene una parte de vagabundo que le aleja de Liszt. Los cambios de la depresión al triunfo son lo que hace que le guste la música magiar como la de Rákóczy.
Hitler empezó a apreciar la música vienesa como la de Lehár o de Johan Strauss después de llegar al poder, no antes.
Tristán e Isolda es como una droga para él. Si Hitler se encuentra en una situación desagradable le gusta que interpreten para él Die Meisteringer von Nürnberg (“Los maestros cantores de Nuremberg”). En ocasiones recita pasajes enteros del texto de Lohengrin. El Dr. Sedgwick se sorprendía a veces de ver que se lo sabía todo de memoria, seguramente se trataba de un recuerdo de los primeros tiempos en Viena.
También usa un gramófono para sus óperas preferidas. Siente predilección por las óperas de Verdi, que además conoce muy bien.
En 1923 adoraba los himnos del futbol americano y las canciones de los colleges universitarios. El Sieg Heil usado en los mítines políticos es una copia directa de la técnica de las cheer leader del fútbol americano. La m´`usica al estilo de los collage americanos la usaba para excitar a las masas alemanas que animaban los parlamentos políticos difíciles de digerir a secas.
La técnica de Hitler de llegar tarde a todos los mítines fue diseñada para dar tiempo a la multitud de exaltarse con la música marcial y de que se conozcan entre ellos.
Raramente asistía a conciertos, pero iba a menudo a la opera. No le gustaba sentarse con más gente; él debe tener su palco privado.
Para él, la música es más una ocasión para descansar y no pensar que no un placer. Tiene una triple función: aislarlo del mundo, relajarlo y espolearlo para la acción.
En los momentos difíciles, Goebbels recurre frecuentemente a dopar a Hitler con discursos de todas las épocas pronunciados por el mismo Hitler. Esto no falla nunca para ponerle de buen humor.

Baile
Hitler no baila nunca. Considera que es indigno de un hombre de estado, pero le gusta ver como los otros bailan un rato. Este hecho está ligado a su deseo íntimo de tener aventuras eróticas a través de intermediarios. El carácter medio mundano de las mujeres en cuestión no hacía que su interés por ellas disminuyese.

Teatro
Hitler va al teatro en contadas ocasiones.

Cabaret
Le gusta el cabaret.

Circo
Le encanta el circo. La excitación de ver a los artistas arriesgando sus vidas por un sueldo miserable le produce un gran placer. Le gustan especialmente los números de cuerda floja y los artistas de trapecio. En 1925, después de estar encarcelado en Landsberg, fue a comer a casa del Dr. Sedgwick y cuando avisaron al doctor de la llamada, el doctor dijo a la Sra. Sedgwick: “Ahora tendremos que volver a empezar de nuevo, ¡pero esta vez puedes estar segura que no caeré de la cuerda floja!”
Durante el verano de 1933 fue repetidas veces al circo, y al día siguiente envió flores y bombones por valor de muchos marcos a las chicas que habían protagonizado proezas arriesgadas delante suyo. Recordaba los nombres de todos los artistas y cuando alguno de ellos sufría un accidente se preocupaba por su recuperación o por sus familiares en caso de defunción. En una ocasión, después de leer una nota en el periódico, envió una nota de condolencia a la familia de una trapecista que había muerto durante su actuación (n. b.: La atracción por lo que no es burgués, “el ambiente cíngaro de los artistas de circo”)
No muestra gran interés por los números con fieras, si no es que hay una mujer en peligro.

[ignasi]

7 - Religión

Hitler cree en el método de la Iglesia Católica, que sabe como construir un mundo mental mediante la repetición constante y periódica durante todo el año litúrgico de ciertos pasajes de las Sagradas Escrituras. Ello provoca que estos capítulos se condensen en forma de eslóganes en los cerebros de los oyentes.

El cerebro del buen católico está tan lleno de eslóganes que reacciona de manera prácticamente automática a cualquier experiencia.

El anticristianismo totalitario de Hitler se debía a la influencia de Hess y Rosenberg durante su estancia en prisión. Durante 10 años después de ser puesto en libertad, Hitler no mostró ningún signo externo de este sentimiento hasta su encuentro con Rosenberg en 1934 como inspector supremos de la educación política y espiritual de la juventud alemana. Aquel día Hitler se sacó la máscara que había llevado hasta entonces y decidió abandonar el simbolismo cristiano de Richard Wagner (cf. Parsifal) y el "conservadurismo estético cristiano" de H.S.Chamberlain.

[Kasparov]

Gracias Ignasi por seguir mi obra. Es una lástima que no pudiera acabarlo pero el trabajo es el trabajo, lo siento.
Por cierto Ignasi te ayudaré en lo que queda.

Estimado compañero TMV, pondría la mano en el fuego en que la primera foto corresponde a Brigid Hitler.
Respecto al tema de las fuentes. Hace tanto tiempo que tengo dichas fotos que, sinceramente, no me acuerdo de donde las saqué.

Saludos y gracias.