TigerII_IS-2 escribió:Segun tu el orgullo y la arrogancia es un requisito indespensable para tener una moral alta en la batalla, y es posible que tengas razon...
Pero el orgullo y la arrogancia te hace minimizar tus defectos, no te hace ver bien tus debilidades, no te hace plenamente consciente de tus limitaciones, te hacer creer algo que no eres, etc..... la arrogancia y el realismo son contradiccitorios.
Se puede ser arrogante y realista de la misma forma que se puede ser humilde y poco realista. Son adjetivos que definen caracteristicas distintas de un caracter. Tu puedes mantener una actitud altanera y arrogante y ser perfectamente consciente de tus limitaciones. Es la actitud británica que vemos en Un Puente Lejano cuando le piden al Teniente Coronel Frost que se rinda y el Mayor Harry Carlyle le contesta diciendo que estarían encantados de aceptar la rendición de los alemanes. Escucha cualquier himno militar y veras destilar arrogancia en muchos de ellos:
Nadie en el Tercio sabía
quien era aquel legionario
tan audaz y temerario
que a la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo, el corazón.
Más si alguno quien era le preguntaba
con dolor y rudeza le contestaba:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera
defendiendo su Bandera
el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquella carta decía:
"...si algún día Dios te llama
para mi un puesto reclama
que buscarte pronto iré".
Y en el último beso que le enviaba
su postrer despedida le consagraba.
Por ir a tu lado a verte
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi ¡Bandera!