Una victoria nazi...sin Stalingrado

¿Qué pasaría si…?

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sants
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Una victoria nazi...sin Stalingrado

Mensaje por sants » Vie Jun 08, 2007 11:21 pm

Bien, si Hitler no hubiera invadido Rusia, ¿qué habría pasado?

Antes de seguir con esta historia alternativa, historia ficción, una puntualización por mi parte. Personalmente, creo que la campaña de Rusia era inevitable. Entraba de lleno en los planes de Hitler, no sólo desde su concepción ideológica de la búsqueda del lebensraum, el espacio vital, que la nueva Alemania necesitaba, sino ya incluso desde el mismo momento de la firma del pacto nazi-soviético o Pacto de No Agresión de agosto de 1939. La campaña rusa fue planificada por Hitler y su estado mayor con meses de antelación, ya incluso habiendo caído los países del Benelux y Francia, y habiendo iniciado la Batalla de Inglaterra.

Meterse en Rusia tal vez no fue el error de Hitler. Pero jugar con varios escenarios de guerra a partir de 1943, sí fue un gran error. Los rusos actuaron a la defensiva incluso poco después de Stalingrado, pero una vez se abrió, parcialmente, el segundo frente aliado en Italia actuaron al contraataque, pues los alemanes no pudieron actuar a la vez con eficacia en dos frentes a la vez.

Todo ello nos lleva a la pregunta que nos ha pasado por la cabeza a muchos de nosotros: ¿habría ganado Alemania la II Guerra mundial si no se hubiera metido en Rusia? Pues probablemente sí, y es tal vez lo que otra persona que no fuera Hitler habría hecho. Pero, repito, la conquista de Rusia era para Hitler un paso ineludible para la creación de la Alemania de los Mil Años. La necesidad de un espacio vital, descrita en el Mein Kampf era perentoria, tal vez no a corto plazo, pero sí a medio término.
Las conquistas alemanas de los años 1940-1941 (y ahora estoy especulando) se podrían enmarcar desde un punto de vista defensivo: un cordón en la Europa occidental y central que salvaguardara las fronteras alemanas en esta zona frente a Gran Bretaña, que quedaría aislada en caso de no ser conquistada (como así fue). Los planes secretos de Hitler eran varios, y los rumores llevan a magnificar en exceso sus intenciones. Recuerdo haber leído (no sé si en la biografía Hitler-Stalin, vidas paralelas, de Alan Bullock, o en el Hitler (1936-1945), de Ian Kershaw) que los planes más megalómanos de Hitler llegaban a una conquista de toda Rusia (!), contactar las tropas alemanas con Japón y desde allí iniciar una conquista de EEUU, para poder así culminar la conquista del mundo (!!!). Me suena a fantasía de algún apasionado de la ciencia-ficción, a la par que un objetivo tan irrealizable como imposible.

Meterse en Rusia en 1941 sin haber solucionado el escenario occidental fue el error de Hitler. Porque dejó casi a la mano de Dios (en este caso de Rommel) el norte de África, donde los triunfos de Montgomery a lo largo de 1942 expulsaron a los alemanes de esta zona, preparando el terreno para el desembarco en Sicilia y la conquista aliada de Italia.

Un estratega de mayor valía se habría dedicado a destruir el poderío británico como fuera, desde luego no habría declarado la guerra a EEUU, permitiendo que los británicos encontraran su tabla de salvación en la intervención estadounidense en Europa. Eisenhower, enviado a Europa, preparó ya desde 1943 el objetivo deseado por todos, en especial por los rusos: la obertura de un segundo frente en las costas de Francia. La RAF británica pagó con creces la Batalla de Inglaterra, pero siguió al frente de la salvaguarda de las Islas Británicas, y pronto reaccionó iniciando los bombardeos de las ciudades alemanas. Göring aquí fracasó por completo, si bien Hitler no lo destituyó y lo mantuvo al frente de la aviación alemana, negándose a reconocer ningún error.

Invadir Rusia en 1942, tal vez, con una Gran Bretaña aislada por completo, sin meterse en la boca del lobo declarando la guerra a EEUU, manteniendo controlado el escenario de la Europa central e intentando mantener el papel en el norte de África,... hubiera dado quizás más alas a una posible victoria final alemana. Igual de complicado, pues estoy dando por supuesto que se habrían dado las circunstancias en el mejor de los casos, con todo a favor de Alemania, algo que nunca sucedió. Siempre hubo escenarios bélicos que se resistieron a la Wehrmacht, siempre hubo algo que falló.

Imaginemos, por un momento, que tras la caída de Francia, Hitler decide el todo por el todo y se arriesga a una campaña global contra Gran Bretaña. Una campaña que incluyera ataques aéreos, incursiones marítimas y los preparativos de un desembarco naval... que es en cierto modo lo que Hitler intentó. Primero, barridos aéreos sobre las costas británicas y Londres. Imaginemos que la Luftwaffe no falla, que sus aviones abaten la mayor parte de los cazas de la RAF y se hacen dueños de los aires... como al principio sucedió, pero vayamos más allá, e imaginemos que los ingleses no sólo pierden la supremacía aérea sino que incluso pierden la mayor parte de sus aviones, pongamos un 80% en diversos raids. Estoy imaginando mucho, pues ello necesita de mucha pericia por parte de los aviadores alemanes, unas líneas de ataque seguras, suministros constantes de municiones y mucho azar, que nunca falta en casos como estos. En estas circunstancias, Gran Bretaña queda aislada por mar y aire. Ha de luchar sola...

¿Sola? ¿Y las ayudas bajo mano de los EEUU? Recordemos que EEUU a lo largo de 1940 destinó mucha ayuda en dinero, armamento y alimentos, a pesar de su neutralidad, a Gran Bretaña. Pero aun teniendo estas ayudas, Gran Bretaña estaba virtualmente SOLA, desde junio de 1940 a la declaración de guerra alemana a EEUU el 11 de diciembre de 1941. Y eso debió aprovechar Hitler... y no lo hizo.

Debió, en una estrategia centrada y directa, preparar un desembarco en Inglaterra, aunque solo hubiera sido una bravata. Los ataques aéreos, contundentes y constantes habrían allanado el camino. Atacar, atacar y atacar. Sin descanso. Hasta que los ingleses claudicaran... algo realmente inimaginable, teniendo abierto el escenario bélico del Norte de África, pero aquí estaba Rommel picando sin cesar. Pero supongamos por un momento que Rommel hubiera tenido el mismo apoyo en África que el que tuvo Göring en la Batalla de Inglaterra, y de esta manera las cosas se producen de un modo diferente, y la retirada alemana de El-Alamein tal vez se habría convertido en un victorioso avance, una toma de Alejandría, El Cairo y el Canal de Suez y una expulsión de los británicos del norte de África. Estamos hablando de un esfuerzo bélico sin descanso, con unas industrias de municiones, aviones, tanques, aviones, etc., que no descansasen nunca; con unas líneas de comunicación en el Mediterráneo seguras, lo cual implica también destruir las flotas británicas de Malta y Gibraltar, por ejemplo, y no intervenir en berenjenales como Grecia y Yugoslavia.

Estamos hablando de una estrategia global contra Gran Bretaña que necesariamente implica olvidarse de una invasión de Rusia... cosa fácil, mientras siga vigente el Pacto de No Agresión con los rusos, algo que por el momento Stalin no está dispuesto a romper. Estamos hablando de mantener Europa bajo control (controlando también las bravatas de Mussolini), y dedicar todo el esfuerzo bélico a un objetivo único: destruir a Gran Bretaña u obligarla a firmar la paz.

Imaginemos pues que durante ese tiempo en que Gran Bretaña estuvo sola, de junio del 40 a diciembre del 41, Alemania golpeara sin cesar a Gran Bretaña. Imaginémoslo, por encima del sentido común y de lo contradictorio del planteamiento. Nada de campaña rusa, nada de los tropiezos de Grecia y Yugoslavia. En unas circunstancias tales, incluso no sería descabellado pensar que Hitler consigue el apoyo de Franco, prometiéndole quién sabe qué, lo que permite que un ejército alemán cruza los Pirineos y se dirige a Gibraltar, asediada por tierra, mar y aire. A esto se le suma una operación contra la base británica de Malta, que es tomada y sirve de enlace para transportar tropas y armas al ejército africano de Rommel. Imaginemos una presencia alemana en el Mediterráneo Oriental, acosando mediante submarinos y buques de guerra la flota británica, arrinconándola en Chipre, pongamos.

Imaginemos en África la toma de El Cairo por Rommel en el verano de 1941 por ejemplo, y el control del Canal de Suez, rompiendo las comunicaciones del Imperio Británico del Oeste con el Imperio Británico del Este (la India, Australia, Nueva Zelanda, etc., acosadas por una ofensiva japonesa, como así fue en el caso de Singapur y Malasia). Imaginemos pues una Gran Bretaña acosada por todos lados, virtualmente sola, a pesar de la ayuda económica y armamentística de los EEUU. ¿Qué habría pasado? Tal vez no hubiera hecho falta un Pearl Harbor para que EEUU entrara en el conflicto mundial: un convoy estadounidense hundido, una provocación alemana, etc., quien sabe si no habría sido Roosevelt quien declarara la guerra a Alemania en diciembre de 1941... y no al revés. Porque los estadounidenses habrían entrado en la guerra, seguro, aunque no sé bajo qué pretexto. Lo cual me lleva a concluir de nuevo con la inutilidad de los esfuerzos alemanes... o no.

Una paz forzada... y pactos de no-agresión.

Imaginemos, sigamos imaginando. Antes de que EEUU entrara de motu propio en el conflicto; Gran Bretaña, acosada, sola, decide entablar negociaciones de paz, y que Churchill (a pesar de su tozudez y del sentido común de la perspectiva histórica) decide negociar, obligado por una opinión pública. Imaginemos que Hess, en nombre de Hitler, y Churchill, a espaldas de los EEUU, negocian, como mínimo un armisticio.

¿Bajo qué términos? ¿Con qué contrapartidas? ¿Qué sacan los alemanes, qué conservan los británicos? Se pueden mencionar mil cosas. Imaginemos en este momento que Hitler se muestra prudente y exige simplemente el abandono de los británicos de cualquier tipo de intervención en la Europa continental, que se reduzcan a ser lo que son, un imperio marítimo y colonial, que se olviden de Europa. Pierden las plazas y bases del Mediterráneo. Pierden el Norte de África, se les da ciertas garantías de paso por el Canal de Suez, pero pierden su control (ahora nominalmente en manos de un Egipto soberano, en la práctica bajo dominio alemán).
Nada, que los británicos se ciñan a sus posesiones de la Commonwealth en América, Asia, Oceanía y el África sub-sahariana, y que dejen Europa en manos de Alemania.

¿Es factible? ¿Qué dirían los EEUU? Recordemos que allí no las tenía todas Roosevelt acerca del apoyo de su pueblo en una intervención en un conflicto mundial. Imaginemos que Roosevelt decide entablar ciertas negociaciones con Alemania... no tenemos por qué darle a los yanquis en este momento ese cliché anti-nazi que el cine y la literatura dieron a partir de 1941. Existía un partido nazi norteamericano, un lobby aislacionista poderoso que clamaba en contra de toda intervención estadounidense en un conflicto que, decían, no tenía nada que ver con EEUU. Imaginemos que Hitler y Roosevelt firman un pacto de no-agresión similar al que alemanes y rusos firmaron en 1939, pero con una seguridad por ambas partes de que no se romperá, pues ni Alemania estaría dispuesta a una guerra con EEUU, ni éstos (emperrados en un aislacionismo revigorizado) estarían interesados en meterse en un conflicto en la lejana y vieja Europa.

Imaginemos tras todo esto la Navidad de 1941: Alemania ha derrotado Gran Bretaña, obligándola a firmar una paz, no humillante pero sí forzada. EEUU no interviene en el conflicto europeo; otra cosa es que hubiera una guerra contra Japón, pues ambos se disputaban el control del Pacífico (y las Filipinas, por ejemplo). Pero tal vez una guerra en Asia sería otro cantar, tal vez con nulas relaciones con el conflicto europeo...

¿Y ahora qué? ¿La campaña rusa? Quién sabe si en el nuevo 1942 la invasión alemana de Rusia habría tenido más éxito. Tampoco los rusos se habrían quedado de brazos durante este período y tal vez no les hubiera pillado por sorpresa una invasión que, ante el panorama de una Europa ya bajo dominio alemán, era el paso siguiente (y lógico) a realizar. Pero esto ya es seguir especulando a un nivel superior...
Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños.

maximus

Mensaje por maximus » Jue Jun 14, 2007 6:04 pm

Por lo que sabemos hoy, el plan de Hitler era precisamente que GB se abstuviera de intervenir en el continente europeo, limitándose a su Imperio de tierras exóticas. Las condiciones de armisticio que habrían sido admitidas por los británicos fueron discutidas en los angustiosos días de Dunkerque. Incluso Churchill admitía que si el ejército británico caía en poder de los alemanes, no habría más remedio que pedir un armisticio. Ponía la única objeción de que ni siquiera en esas circunstancias se aceptaría un armisticio que implicara la entrega de la flota británica.

Es muy probable que la conquista del Mediterráneo (o tan sólo Gibraltar) hubiera sido suficiente en esos días para forzar a los británicos a solicitar un armisticio. El camino que tomó Hitler (la guerra aérea) fue el más difícil de todos, porque en la campaña de Francia los alemanes ya tenían elementos de juicio para saber que la RAF era un duro enemigo.

En cuanto a que se pospusiera la invasión de Rusia al año 1942, hoy sabemos que Stalin no tenía intenciones de atacar a los alemanes, pero, naturalmente, eso Hitler no podía saberlo, y sí sabía que los soviéticos se estaban armando y reconstruyendo el ejército cuyos mandos habían quedado muy tocados por las purgas de Stalin contra los generales. Que se apresurase a atacar a los soviéticos tenía sentido en base a lo poco que sabía de sus intenciones.



Tanto en el caso británico como en el soviético, el error de los alemanes fue su propio complejo de superioridad. Pensaban que naturalmente que la Luftwaffe derrotaría a la RAF y que naturalmente bastaría una campaña de verano para conquistar la URSS.




Y en cuanto a que EEUU hubiera entrado en la guerra bajo cualquier circunstancia, eso no parece muy probable. Había una fuerte resistencia en la opinión pública norteamericana, como reflejan las votaciones del Congreso durante 1941 con respecto a la ayuda militar enviada a los británicos, cuando muchos parlamentarios norteamericanos se oponían a ese tipo de peligrosas políticas.

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