¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por zanucks » Lun Sep 20, 2010 8:03 am

Aunque el paro era alto y las condiciones sociales eran precarias, muchas veces resulta insuficiente el argumento de las crisis económicas o el ambiente político para explicar cómo el pueblo alemán secundó la guerra. ¿Cómo explicaríais vosotros la ascensión del nazismo (con todas sus ideas), desde los bares y las calles alemanas hasta clase alta y dirigente?

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José Luis
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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por José Luis » Lun Sep 20, 2010 6:24 pm

¡Hola a todos!

Aquí hay dos preguntas, aunque el planteamiento de las premisas en la primera de ellas (paro, malestar social, crisis económica y política) me lleva a pensar que lo que se quiso preguntar ahí no fue cómo “el pueblo alemán secundó la guerra” (algo que -de ser cierto, que no lo fue- ocurrió a finales del verano de 1939), sino cómo el pueblo alemán apoyó a Hitler en su “ascenso al poder”. De esta forma, si he interpretado bien lo anterior, cabe responder a una única pregunta, planteada “así” por su autor:
zanucks escribió:
¿Cómo explicaríais vosotros la ascensión del nazismo (con todas sus ideas), desde los bares y las calles alemanas hasta clase alta y dirigente?
Es decir, ¿cómo nos explicamos hoy la ascensión del NSDAP al poder en la Alemania de 1933? La pregunta, que es una de las llamadas preguntas del millón, conlleva en sí el problema de la visión retrospectiva. Hoy casi todo el mundo sabe lo que fue, en general, el nazismo, y los terribles crímenes y genocidios que cometió, en particular. Pero en 1933 ó 1934 había muy pocas lumbreras, dentro y fuera de Alemania, que pudieran predecir racionalmente (al margen de profetas) la tragedia inmensa que el nazismo iba a causar en Alemania y Europa varios años más tarde. Así que sería conveniente tener en cuenta lo que sucedió hasta 1933-34 intentando no mezclar lo que sucedió después, especialmente a partir de 1939.

En mi opinión, la respuesta inicial a esa pregunta debería explicar por qué el NSDAP dejó de ser un partido político marginal en el ámbito estatal (32 escaños en las elecciones al Reichstag en mayo de 1924, 14 escaños en las de diciembre del mismo año, y 12 en las de mayo de 1928) para convertirse en la segunda fuerza con más escaños obtenidos (107 escaños, sólo por detrás de los 143 del SPD) en las elecciones al Reichstag de septiembre de 1930.

En segundo lugar, la respuesta debería explicar por qué el NSDAP se convirtió en la fuerza política más votada en las elecciones al Reichstag de julio de 1932 (230 escaños, seguida por el SPD con 133) y por qué, sin embargo, el presidente de la República de Weimar no encargó a Hitler la tarea de intentar formar gobierno (más allá de las razones con base al procedimiento constitucional).

La respuesta, en tercer lugar, debería tratar de explicar por qué en enero de 1933 -a diferencia de lo sucedido en julio de 1932 y noviembre de 1932 (donde el NSDAP, a pesar de su bajada, siguió siendo la fuerza política más votada con 196 escaños)- Hindenburg nombró a Hitler Canciller del Reich.

Finalmente, debería explicarse por qué el NSDAP, en unas elecciones precedidas por una campaña electoral no-democrática y suprimidas las libertades civiles, no fue capaz de obtener la mayoría absoluta en marzo de 1933 (288 escaños sobre un total de 647).

Yo sólo voy a intentar responder a la primera de estas preguntas, es decir, cómo el NSDAP pasó de ser un partido insignificante a nivel parlamentario en 1928 a la segunda fuerza política más votada en 1930. No es que vaya a decir nada nuevo, pero citaré los tres factores que posibilitaron esta asombrosa transformación y tan bien ha expuesto Ebarhard Kolb en su The Weimar Republic.

El primero tuvo que ver con la propia transformación del NSDAP tras su refundación por Hitler en febrero de 1925. Digamos que este factor no explica el vuelco electoral de 1930, pero sin los cambios producidos de 1925 en adelante, el NSDAP no estaría en condiciones de aprovechar las especiales circunstancias que le brindaron los años 1929 y 1930. Estos cambios, en síntesis, fueron el reconocimiento de Hitler de que había que abandonar la fuerza como medio de hacerse con el poder, es decir, la aceptación de la legalidad y las elecciones para optar al poder; el establecimiento de su autoridad incuestionable dentro del partido; su liderazgo carismático y sus habilidades en la oratoria y la propaganda; y, de forma muy importante, el crecimiento (apertura) del partido y los cambios (y crecimiento igualmente) en su organización. Ahora bien, con este bagaje solamente, el NSDAP no tendría prácticamente ninguna posibilidad de abandonar su insignificancia estatal, como mostraron los resultados de las elecciones al Reichstag de 1928. Se necesitaba algo excepcional para que tuviera lugar esa ruptura.

Eberhard Kolb escribió que para que un partido dividido atraiga a las masas tras un periodo de tiempo relativamente corto y se convierta en una potencia en la escena electoral, es requisito esencial la existencia de una situación explosiva en los asuntos internos y sociales del país:

E incuestionablemente, desde principios de 1930 en adelante, Alemania estuvo en un estado de aguda crisis política, social, económica y psicológica. El Partido Nazi, que hasta entonces había estado en una posición completamente aislada, fue capaz de aprovecharse de la crisis para lanzar un ataque frontal sobre los fundamentos sociales y políticos del estado porque poseía una sólida aunque elástica estructura organizativa que hizo posible convertir un partido de cuadros en un auténtico movimiento, un refugio para todos los que se oponían al sistema democrático y todos los fanáticos y todos los que estaban amargados o desilusionados. Fue de esta guisa como se presentó el NSDAP a finales de 1929 y principios de 1930. (Kolb, 101).

Y unas páginas más adelante, escribe:

Más pronto de lo que nadie podía haber esperado, en 1928 las circunstancias políticas y económicas se combinaron con la atmósfera pública para crear una situación especialmente favorable a la agitación y acción nacionalsocialista. En dos áreas completamente diferentes, 1929 proporcionó al NSDAP oportunidades para romper su aislamiento y provocar una brecha en la estructura aparentemente estabilizada de la República. La primera de ellas fue el plebiscito sobre el Plan Young; la segunda, la depresión económica mundial. (Kolb, 108).

Kolb explica que a pesar de que suponía grandes ventajas económicas (y territoriales) para Alemania, el Plan Young se convirtió en la controversia política central en 1929, tanto en los asuntos internos como externos de Alemania. La oposición hizo del plan su principal objetivo para desacreditar a la RdW mediante la movilización de toda forma de resentimiento nacionalista. Y con el propósito de montar una campaña de propaganda de la mayor escala, los nacionalistas pidieron un referéndum en base al artículo 73 de la constitución de Weimar.

Los nacionalsocialistas de Hitler se unieron al Comité del Reich para un Referéndum Alemán contra el Plan Young que habían formado el DNVP de Hugenberg y la Stahlhelm de Seldte. De esta forma, y por vez primera desde 1923, Hitler fue capaz de jugar un papel activo en una cuestión clave de la política alemana, mientras que los “inescrupulosos métodos de propaganda de los nazis y su agresiva brutalidad” se hicieron respetables, por mor de esa alianza, entre los círculos burgueses y ganaron legitimidad. A pesar de que la campaña y el plebiscito fueron un fracaso rotundo (se logró conseguir el mínimo número de firmas requerido por la constitución y sólo un 13,8 por ciento del electorado votó a favor de las propuestas del Comité el 22 de diciembre de 1929), el NSDAP consiguió no pocas ventajas de ese evento. Los fondos recibidos del Comité del Reich le permitieron llevar a cabo una campaña de propaganda propia a gran escala, recibiendo además una publicidad gratuita del imperio periodístico de Hugenberg. En el congreso de Nuremberg de 1929, el NSDAP fue capaz de, con la ayuda financiera del Comité del Reich, congregar a 200.000 seguidores, mientras que Hitler pudo saludar a 20.000 hombres de la SA desfilando en uniforme.

Todas esas ventajas se hicieron notar sustancialmente ya en las elecciones municipales de 1929, especialmente en Turingia, donde, gracias a su coalición con partidos burgueses, los nazis consiguieron su primera participación en el gobierno de un Land.

La depresión económica causada por la bancarrota bursátil neoyorkina de octubre de 1929 afectó profundamente a una Alemania que dependía sustancialmente del crédito americano. El crecimiento del desempleo fue el factor más visible, pasando de una cifra de 1,3 millones de desempleados en septiembre de 1929 a más de 3 millones un año después. La depresión mundial con sus efectos económicos y psicológicos sumió a Alemania en una grave crisis política. Esta situación fue diferente a la de otros países que aunque sufrieron los efectos de la depresión casi de forma tan trágica como Alemania, resistieron mejor esos efectos gracias a una mayor estabilidad en su orden político y social.

El NSDAP se aprovechó de todas estas dificultades para movilizar, apelando a todos los sentimientos nacionalistas, a toda la masa de afectados por la depresión económica y desencantados u oponentes al sistema democrático de Weimar. Así, en las elecciones del Reichstag de septiembre de 1930 incrementó los 800.000 votos de las elecciones anteriores (1928) a un total de 6,4 millones.

La literatura sobre la República de Weimar y en especial su decadencia y auge del NSDAP es muy abundante, con obras realmente notables. La obra citada de Kolb es un análisis realmente lúcido, expuesto con un estilo sencillo y comprensible no pocas veces ausente en obras académicas. Pese a que su publicación original alemana tuvo lugar hace ya 26 años, se ha revisado, reimpreso y traducido al inglés (1988) en numerosas ocasiones, y es hoy un clásico indiscutible. Es una lectura que yo recomendaría sin problema alguno para introducirse en ese periodo tan apasionante de la historia de Alemania que fue la República de Weimar (1919-1933).

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Mensaje por zanucks » Lun Sep 20, 2010 8:07 pm

Jose Luis, agradezco muchísimo esta respuesta. Entendiste exactamente a qué me estaba refiriendo. Muchas gracias.

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auchinleck
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Mensaje por auchinleck » Mar Sep 21, 2010 9:01 am

Editado por el moderador.
El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no, la guerra establecerá un final para la humanidad.
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Mensaje por José Luis » Mar Sep 21, 2010 9:11 am

¡Hola a toldos!

Vamos a cambiar el título de este hilo para que el actual ("Preguntas") no justifique -como en el caso del compañero auchinleck- preguntas ajenas al tema aquí planteado. De paso, aprovecho para recordar a todos los compañeros de foro que antes de realizar una pregunta (o abrir un nuevo tema en otro subforo), comprueben en el foro (vía buscador) si ya tiene respuesta.

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Barbarossa
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Mensaje por Barbarossa » Mar Sep 21, 2010 10:12 am

Sin obviar la evidencia de que la crisis económica alemana fue un elemento fundamental para explicar el apoyo mayoritario del electorado alemán al NSDAP en 1932, en mi opinión existe otro factor que, probablemente, tuvo igual o, incluso, mayor influencia en ese hecho. Y ese factor fue, sin duda, el rechazo frontal que la República de Weimar generó en capas muy amplias de la sociedad alemana.

En la Europa entreguerras no existió ninguna democracia tan desprestigiada entre sus propios ciudadanos como la República de Weimar. Hay que tener en cuenta que tanto el nacimiento como la posterior evolución de la República fueron verdaderamente traumáticos.

La República se proclama en 1918 cuando Alemania acaba de perder la guerra y el Kaiser ha abandonado el poder. Pese a que la monarquía era un sistema de gobierno que gozaba de gran predicamento en la sociedad alemana, sin embargo, la izquierda y, muy especialmente, el SPD actuaron con una gran habilidad para conseguir establecer una República que, probablemente, no era deseada por los alemanes. De este modo y, al menos entre las clases conservadoras, la República nació con un pecado original del que difícilmente podía salir indemne.

Por si ello no fuera suficiente, los primeros tiempos de Weimar discurrieron en medio de un gran baño de sangre fruto de la revolución alentada por los comunistas y reprimida con extraordinaria dureza por el gobierno socialista.

Sofocada la revolución, es claro que la República iniciaba su andadura con el absoluto desapego tanto por parte de la derecha, como por parte de grandes capas de la izquierda, de modo que, con esos mimbres y junto con la crisis económica de los años veinte, era inevitable que fuesen los partidos anti-sistema (el NSDAP y el KPD) los más favorecidos por el desencanto alemán.

En su combate contra el régimen republicano, el NSDAP contaba, además, con una ventaja evidente sobre los comunistas: el nacionalismo alemán, que Hitler supo explotar hábilmente, y que, a ojos de la mayor parte de los alemanes, era infinitamente más atractivo que las apelaciones pro-rusas o internacionalistas del KPD.

En definitiva y aun sin ser la única razón, el sistema de Weimar se derrumbó porque, como explica el siempre sagaz Sebastian Haffner, "Alemania era una República sin republicanos".

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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por C21 » Mié Sep 22, 2010 9:59 am

Quisiera añadir, a los datos ya aportados que comparto plenamente algunas ideas que inciden en la llegada de los nazis al poder.
El Tratado de Versalles y el revanchismo es hábilmente explotado por los nazis, un tratado de paz menos humillante para los alemanes hubiera evitado el discurso agresivo nacionalsocialista de revancha y no hay que olvidar que ese mensaje caló en parte del electorado desencantado con los políticos de Weimar. Un tratado de paz más justo es una de las ideas que los aliados al final de la segunda guerra mundial, toman para evitar que veinte años despues de acabada la guerra haya un IV Reich que aglutine a los desencantados o humillados, por parte de los alemanes de la RFA -e incluso de la RDA- la paz impuesta por las potencias vencedoras, duele pero no es tan dura como la del final de la primera guerra mundial.
Otro apunte es que el nazismo es usado como línea de contención ante una posible toma del poder por parte de la izquierda revolucionaria a semejanza de la revolución rusa, y por tanto dentro de Alemania será apoyado por una alta burguesía, además en el exterior es aceptado como mal menor ante el peligro rojo (por parte de las elites dirigentes conservadoras en especial británicas y estadounidenses). Los partidos crecen a base de donaciones y ahí reciben un dinero mientras que los otros partidos rivales no.

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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por fermat » Jue Sep 23, 2010 2:12 am

José Luis escribió:No es que vaya a decir nada nuevo, pero citaré los tres factores que posibilitaron esta asombrosa transformación y tan bien ha expuesto Ebarhard Kolb en su The Weimar Republic. El primero tuvo que ver con la propia transformación del NSDAP tras su refundación por Hitler en febrero de 1925.
El primer factor está claro (la transformación del NSDAP). Sin embargo los otras dos no están tan claramente indicados. Se puede deducir que uno de ellos es la "situación explosiva" causada por la crisis de 1929; pero no soy capaz de encontrar cual fue el otro.

Por otro lado me gustaría añadir lo que podría ser el cuarto factor del despegue electoral del NSDAP. Ese factor sería el
cambio de estrategia operado por el Partdo Nazi después del fracaso en las elecciones de 1928. Antes de esa fecha la estrategia nazi para alcanzar el poder se plasmaba en lo que se conocía como "Plan Urbano" y que básicamente consistía en tratar de atraerse a los trabajadores industriales de las grandes ciudades. Este plan, impulsado sobre todo por Gregor Strasser y hasta cierto punto por Goebbels (nazis del norte principalmente), nunca gozó de un respaldo unánime dentro del partido, y el propio Hitler se encargó de no darle todo el apoyo necesario con su oposición a la creación de sindicatos nazis. El "Plan Urbano" planteaba la conquista del poder no mediante una victoria electoral, sino mediante la paralización de la vida económica y social de Alemania (llevando a cabo huelgas, campañas de desobediencia civil, etc) y mediante la conquista de las calles con la SA. De ese modo, esperaban los nazis, las autoridades no tendrían más remedio que entregarles el poder (un poco al estilo de lo que sucedió en Alemania en 1918 o en Italia tras la Marcha sobre Roma).
Hitler empezó a desmarcarse del Plan Urbano en el Congreso de 1927, y tras el revés electoral de 1928 lo aparcó definitivamente en la conferencia de líderes del Partido que tuvo lugar en Agosto de 1928.
Dentro del fracaso que supusieron las elecciones de 1928, el partido observó que había obtenido unos resultados bastante buenos en las zonas rurales de Schleswig-Holstein y de la Alta Franconia (en algunos casos próximos al 20%). Con esto y con la decisión de abandonar el Plan Urbano e ir a una estrategia 100% electoral, se planteó la necesidad de apelar a las clases medias a fin de conseguir los votos necesarios. Surgió así lo que se llamó el Plan Rural-Nacionalista, el cual combinaba el acercamiento al sector rural de la población alemana, y a las clases medias con un mensaje basado en el nacionalismo y el anti-bolchevismo. En ese contexto, y con el Partido fuertemente endeudado y necesitado de ayudas económicas, cualquier vestigio de una línea política anticapitalista hubo de desaparecer (es en esa época cuando el Partido hizo su famosa "aclaración" sobre el Punto 17 del Programa del Partido, explicando que las expropiaciones mencionadas en dicho punto solo se referían a las propiedades judías).

Cuando se produjo el crack de la bolsa en 1929, y la crisis económica asoló Alemania; el Partido Nazi estaba mandando un mensaje que se dirigía sobre todo a esas clases medias que como consecuencia de la depresión se empobrecían de día en día, que estaban por tanto receptivas a las promesas de Hitler, que temían al bolchevismo; y que estaban dispuestas a volcarse en favor de los nazis a la primera ocasión que tuvieran.
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José Luis
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Mensaje por José Luis » Vie Sep 24, 2010 9:46 am

¡Hola a todos!
fermat escribió:
José Luis escribió:No es que vaya a decir nada nuevo, pero citaré los tres factores que posibilitaron esta asombrosa transformación y tan bien ha expuesto Ebarhard Kolb en su The Weimar Republic. El primero tuvo que ver con la propia transformación del NSDAP tras su refundación por Hitler en febrero de 1925.
El primer factor está claro (la transformación del NSDAP). Sin embargo los otras dos no están tan claramente indicados. Se puede deducir que uno de ellos es la "situación explosiva" causada por la crisis de 1929; pero no soy capaz de encontrar cual fue el otro.
Estimado fermat, creí haber señalado claramente :?: los otros dos factores cuando cité:

Más pronto de lo que nadie podía haber esperado, en 1928 las circunstancias políticas y económicas se combinaron con la atmósfera pública para crear una situación especialmente favorable a la agitación y acción nacionalsocialista. En dos áreas completamente diferentes, 1929 proporcionó al NSDAP oportunidades para romper su aislamiento y provocar una brecha en la estructura aparentemente estabilizada de la República. La primera de ellas fue el plebiscito sobre el Plan Young; la segunda, la depresión económica mundial. (Kolb, 108).

El Plan Young (el debate político que provocó o que provocaron las fuerzas políticas anti-democráticas) propició al NSDAP una lanzadera financiera y publicitaria gratuita que difícilmente podría haber conseguido por sí mismo. La crisis económica y social provocada por el crack bursátil de 1929 fue el tercer factor.

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Mensaje por fermat » Sab Sep 25, 2010 8:57 pm

José Luis escribió:Estimado fermat, creí haber señalado claramente los otros dos factores cuando cité:Más pronto de lo que nadie podía haber esperado, en 1928 las circunstancias políticas y económicas se combinaron con la atmósfera pública para crear una situación especialmente favorable a la agitación y acción nacionalsocialista. En dos áreas completamente diferentes, 1929 proporcionó al NSDAP oportunidades para romper su aislamiento y provocar una brecha en la estructura aparentemente estabilizada de la República. La primera de ellas fue el plebiscito sobre el Plan Young; la segunda, la depresión económica mundial. (Kolb, 108).
Estimado José Luis, gracias por la aclaración. Como dije en mi anterior mensaje se podía deducir fácilmente que uno de los factores fue la crisis económica; pero el otro se me escapó. Quizás fuera porque no me parece que el plebiscito sobre el Plan Young se pueda comparar en importancia para la llegada de los nazis al poder con los otros dos: los cambios organizativos y de estrategia del Partido Nazi y la crisis económica.
Es verdad que la campaña contra el Plan Young le permitió a Hitler "darse a conocer" cuando aún era un líder semidesconocido en Alemania, y le permitió también adquirir un cierto aura de respetabilidad que le vendría muy bien para captar el electorado de clase media. Pero en términos prácticos cuando la campaña contra el Plan Young terminó (y terminó en sonoro fracaso) en diciembre de 1929; el Partido Nazi, en las elecciones locales que hubo en el mismo mes de diciembre, tan solo obtuvo alrededor del 5% de los votos, con la excepción de Thuringia donde sobrepasó ligeramente el 10%.
Mirados con más atención esos resultados no eran para "tirar cohetes". Así, por ejemplo:
- En Lübeck obtuvo el 8,08% frente al 7,35% que había obtenido en 1924.
- En Thuringia obtuvo el 11,29%, pero ya en 1924 había obtenido el 9,26%.

Es decir que allí donde obtuvo sus mejores resultados, fue porque ya partía de mejores posiciones.
El verdadero despegue del NSDAP se produce entre 1930 y 1932; para entonces la campaña contra el Plan Young estaba más que olvidada; y sin embargo la crisis económica asolaba Alemania, empujaba a los alemanes a la desesperación, y allí estaba el organizado Partido Nazi, con una estrategia bien pensada dispuesto a recoger los frutos que se le brindaban.
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Mensaje por José Luis » Dom Sep 26, 2010 10:11 am

¡Hola a todos!
fermat escribió: Quizás fuera porque no me parece que el plebiscito sobre el Plan Young se pueda comparar en importancia para la llegada de los nazis al poder con los otros dos: los cambios organizativos y de estrategia del Partido Nazi y la crisis económica.
Efectivamente, fermat. Pero yo no estaba hablando de los tres factores que determinaron la llegada de los nazis al poder, sino de los tres factores principales que explican el salto electoral espectacular que el NSDAP obtuvo en las legislativas de 1930 en comparación con las de 1928. En concreto, después de exponer las respuestas que deberían darse a la pregunta del hilo, dije:
José Luis escribió: Yo sólo voy a intentar responder a la primera de estas preguntas, es decir, cómo el NSDAP pasó de ser un partido insignificante a nivel parlamentario en 1928 a la segunda fuerza política más votada en 1930. No es que vaya a decir nada nuevo, pero citaré los tres factores que posibilitaron esta asombrosa transformación y tan bien ha expuesto Ebarhard Kolb en su The Weimar Republic.
En otro orden de cosas, todavía no me pronuncié sobre las otras preguntas que yo planteé a título de respuestas que debían darse a la pregunta del hilo. Pero si tuviera que señalar el factor fundamental que desde 1930 en adelante posibilitó a Hitler ser nombrado finalmente Canciller del Reich el 30 de enero de 1933, diría que fue, a mi juicio, la socava del régimen democrático y parlamentario de la RdW iniciada por las élites socio-económico-político-militares tradicionales en torno a la figura del presidente Hindenburg. Dicho en palabras de Kolb, el factor fundamental fue la desintegración del sistema político de la República. Con su habitual lucidez intelectual, escribió:

Esta desintegración es el principal punto a tener en cuenta al dilucidar las causas y condiciones de la conquista del poder del estado por el Partido Nazi. Además, debe subrayarse que la desintegración que se puso en marcha en 1930 no estaba en absoluto predestinada. Al contrario, se puso en juego conscientemente en 1929-30, antes del colapso de la "gran coalición" [Gabinete Müller] y el gran avance del NSDAP como un movimiento de masas, y fue perseguida enérgicamente desde 1930 en adelante. El expreso objetivo de sus autores fue privar del poder al Parlamento y excluir a los socialdemócratas de la política, así como transformar la democracia parlamentaria en un estado autoritario gobernado por la derecha política. Este proceso fue, ante todo, la obra de Hindenburg con su séquito personal y los líderes del Reichswehr bajo el general von Schleicher, y fue gustosamente apoyado, sin embargo, por elementos burgueses desde la derecha a una gran parte del centro, y por poderosos grupos de interés que representaban a la industria y la agricultura. El imperio periodístico del líder del DNVP, Hugenberg, chorreó propaganda anti-republicana y anti-democrática. Los ideólogos de la "revolución conservadora" proporcionaron una importante ayuda en el campo periodístico, combinando vehementes ataques sobre el liberalismo, la democracia y el sistema parlamentario con la demanda de un líder fuerte y un estado autoritario. (Kolb, 116)

Luego, cita Kolb a Karl Dietrich Bracher y su obra pionera Die Auflösung der Weimarer Republik (1955) para hacer un importante matiz a las fases (“pérdida del poder” [Brüning], “vacío de poder” [Papen y Schleicher] y toma del poder por los nazis] que ese autor estableció en la desintegración del sistema político durante los gabinetes presidenciales. Matiza Kolb que es apropiado hablar de “pérdida” o “vacío” del poder si uno tiene en mente la rápida destrucción del sistema democrático y parlamentario. Pero subraya que, por otra parte, los instrumentos del poder del estado -el Reichswehr, la policía y la burocracia- estuvieron muy intactos durante el periodo presidencial, mientras que los poderes propios del presidente, especialmente el poder de emitir decretos de emergencia, se vieron cada vez más ampliados. Y en ese sentido no hubo ningún “vacío de poder” real. En cambio, lo que ocurrió durante esos años fue un cambio de poder desde el Parlamento y los partidos hacia la autoridad siempre-creciente del presidente y de elementos extra-parlamentarios, especialmente el Reichswehr y la burocracia.

Kolb dice que tampoco se debe olvidar que entre los factores que hicieron posible este desarrollo, estaba el hecho de que el Reichstag (el parlamento) ya no era capaz de conseguir una mayoría parlamentaria. Dado que las facciones políticas en el parlamento se estaban bloqueando y paralizando entre sí, el presidente fue capaz de “interpretar ampliamente y utilizar rigurosamente” sus poderes constitucionales de largo alcance (el nombramiento y destitución del Canciller del Reich, el derecho a disolver el Reichstag, la aprobación de decretos de emergencia según el Artículo 48). Al coincidir estos dos factores -primero, un parlamento, cuya composición no estaba determinada en última instancia por los votos del electorado, y segundo, la decidida intención del presidente y su séquito de crear un régimen presidencial- el poder del estado, desde 1930 en adelante, comenzó a concentrarse como nunca antes en las manos del presidente y del gabinete que dependía de su confianza.

Cuando el Reichstag y los partidos políticos quedaron fuera de la toma de decisiones de la política, el verdadero centro del poder se redujo a un pequeño círculo de hombres que poseían influencia sobre un avejentado Hindenburg, un pequeño grupo que sabía cómo mostrarle y forzarle a tomar sus ideas y propuestas. Y este grupo “estaba dominado por emociones, concepciones e intereses anti-liberales y anti-democráticas”. De esta forma, concluye Kolb, “como resultado de una intriga insensata en enero de 1933, fue finalmente posible para Hitler ser nombrado Canciller, aunque por esas fechas estaba lejos de ser inevitable que lo fuera”.

Esta es la descripción que, en términos generales, hace Kolb de los orígenes y resultado de la desintegración del sistema político durante la fase final de la RdW. Luego pasa a describir el proceso en más detalle, estableciendo tres etapas: (1) la formación del primer gabinete presidencial, precedente de enorme importancia; (2) el desarrollo del régimen presidencial bajo Brüning y (3) los gabinetes Papen y Schleicher, que ya no fueron “tolerados” por el Reichstag. Para el detalle remito al libro citado de Kolb, p. 117 y ss.

Ahora, y ya dejando a Kolb, quiero rematar que, en mi opinión, en esa socava del sistema parlamentario y democrático iniciada por las élites tradicionales citadas para el establecimiento de un estado autoritario, sus autores reconocieron a Hitler y su partido como un instrumento necesario y útil para tal fin, llegando a la errada (fatalmente errada) conclusión de que podrían manejarlo previamente en sus manos para finalmente eliminarlo, junto con la República, y establecer definitivamente su ansiado estado autoritario, de naturaleza ya monárquica, ya militar.

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Mensaje por fermat » Mar Sep 28, 2010 9:19 am

José Luis escribió: Al coincidir estos dos factores -primero, un parlamento, cuya composición no estaba determinada en última instancia por los votos del electorado
Me temo que esto es un error por parte de Kolb. Durante toda la Republica de Weimar la composición del Reichtag estuvo determinada por los votos del electorado, en base al sistema electoral entonces en vigor. Ni el Predidente ni ninguna otra institución o autoridad del Estado tenía la potestad de nombrar diputados al Reichtag, solo las urnas decidían la composición. Lo que tal vez quería decir Kolb es que el gobierno no estaba determinado por los votos del electorado. En efecto, a partir del gobierno de Brüning el Reichtag fue incapaz de construir una mayoría susceptible de apoyar un gobierno estable, lo que permitío a Hindenburg nombrar Cancilleres a su antojo y facitarles la labor de gobierno haciendo uso del artículo 48 de la Constitución. De ese modo los gobiernos de Papen o Schleicher pudieron gobernar al margen del Reichtag, pero no hubieran podido nunca gobernar contra el Reichtag, si éste no hubiera estado tan radicalmente dividido y, en consecuencia, hubiera podido formar una mayoría estable.
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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por José Luis » Mar Sep 28, 2010 3:03 pm

¡Hola a todos!

Me imagino que Kolb se refiere a las coaliciones o alianzas puntuales de los grupos parlamentarios, no por supuesto a los diputados del Reichstag. De todas formas, por si yo no he captado bien el significado de su frase, aquí sigue en su original:

first, a parliament, the makeup of which was not in the end determined by the votes of the electorate.

Al venir el término "makeup" (que yo he optado por traducir como "composición") seguido de "in the end", es por ello que creo que Kolb se refiere a alianzas o coaliciones puntuales finalmente establecidas en el parlamento (y no a la composición inicial del parlamento que, obviamente, viene determinada por los votos del electorado), especialmente en el factor decisivo de conseguir alianza para "tolerar" o "no tolerar" al gobierno de turno.

Es conveniente recordar que, de acuerdo con la constitución de la RdW, el presidente nombraba y destituía al canciller, podía disolver el parlamento en cualquier momento y tenía a su disposición el Artículo 48, según el cual podía aprobar decretos de emergencia (es decir, podía promulgar leyes al margen del parlamento, si bien estaba obligado a presentarlas inmediatamente al parlamento y, si así lo demandaba éste, estaba obligado a derogarlas).

Ahora bien, lo que caracterizó a los gabinetes presidenciales de 1930 en adelante, en ese sentido, fue la posición que el parlamento tomó ante ellos: o los toleró (como en el caso de Brüning) o no los toleró (como en los casos de Papen y Schleicher) por una mayoría parlamentaria. A Brüning, el NSDAP-DNVP-KPD intentaron continuamente (en las ocasiones en que el parlamento se pudo reunir) pasarle mociones de no-confianza y mociones para derogar los decretos de emergencia, pero siempre fueron rechazadas por el voto contrario del SPD, que impidió conseguir la mayoría parlamentaria para que esas mociones fuesen efectivas.

La única alternativa que tenía un gabinete presidencial que no fuese tolerado por una mayoría parlamentaria era evitar la reunión del parlamento ni tan siquiera en una sola sesión para evitar así la presentación de una moción de no-confianza o de derogación de decretos de emergencia.

A tal fin, quisiera extenderme un poco con un artículo (originalmente discurso) de Kolb (1), quien dice que, durante esa época, había una controversia dentro del campo del derecho constitucional en cuanto a si un voto mayoritario de no-confianza al gobierno obligaba formalmente al presidente a destituir al canciller. Sin embargo, no había duda alguna sobre los otros dos mandatos constitucionales relacionados: primero, que el presidente tenía que presentar los decretos de emergencia al parlamento y revocarlos a petición del mismo, y, segundo, que una disolución del parlamento tenía que ir seguida de nuevas elecciones dentro de 60 días contados a partir de la disolución (Artículo 25).

La única alternativa que tenía el presidente, si decidía apoyar a un gabinete no tolerado por la mayoría parlamentaria, era evitar que el parlamento fuese convocado, y para ello debía disolverlo, y tras esto, diferir el plazo constitucional (60 días) para convocar nuevas elecciones, lo que suponía una brecha constitucional. Por otra parte, era políticamente insostenible disolver el parlamento y convocar elecciones (consitucionalmente) continuamente hasta conseguir el resultado deseado. Por esta razón, sostiene Kolb, la retención del presidente de un gabinete no-tolerado por el parlamento conducía invariablemente a una ruptura de la constitución y a la declaración de un estado de emergencia, culminando en una dictadura provisional que descansaría en la autoridad del presidente y del Reichswehr.

Cuando Hindenburg nombró canciller a Papen, cuyo gabinete no tenía perspectiva alguna de ser tolerado por la mayoría parlamentaria, lo primero que hizo fue pedirle al presidente la disolución del parlamento (un parlamento cuyo periodo legislativo normal cesaba en septiembre de 1934), tras lo cual se convocaron elecciones para el 31 de julio de 1932, de cuyo resultado ya hemos hablado. El NSDAP fue la fuerza política más votada, aunque no logró la mayoría absoluta. Hindenburg se negó (13 de agosto de 1932) a complacer la demanda de Hitler de ser nombrado canciller, decidiendo a favor de un Papen políticamente aislado que sólo podía mantenerse en el poder negando cualquier posibilidad al parlamento de pasarle una moción de no-confianza.

¿Qué se podía hacer ante esta situación? Kolb dice que a partir de mediados de agosto de 1932 se inició un plan para salvar el régimen presidencial buscando un estado de emergencia. El candidato a rescatar era en realidad el régimen presidencial, no la democracia parlamentaria de la RdW. Se debe ser claro sobre esto:

Lo que Hindenburg, Papen y los otros paladines del régimen presidencial querían era un retorno al estado autoritario pre-constitucional. Según los planes de Papen y los de su ministro del interior, von Gayl, una nueva ley electoral y una cámara alta nombrada por el presidente harían que el Reichstag y los partidos políticos no pudieran jugar ya un papel importante en este "nuevo estado".

La única oportunidad que tenían Papen y su camarilla para conseguir sus planes era una crisis extrema en la que las fuerzas de izquierdas y derechas se obstruyeran totalmente entre sí, y sólo mientras viviese Hindenburg. Si el gabinete de Papen, de acuerdo con Hindenburg y su entorno, hizo todo lo posible después de mediados de agosto de 1932 para evitar que tuviera lugar una sesión regular del Reichstag, lo hizo, según Kolb, por un doble motivo, táctico y estratégico:

El Reichstag se vería incapaz de pasar un voto de no-confianza contra el gabinete Papen y, sin el Reichstag, las sustanciales reformas constitucionales que habían sido planeadas podían ser introducidas. La eliminación provisional del Reichstag significaba que el Reichstag sería disuelto y que no serían convocadas nuevas elecciones dentro del periodo de 60 días estipulado por la constitución. Esta ruptura de la constitución daría como resultado la declaración de un estado de emergencia. Una consecuencia importante de la proclamación de un estado de emergencia, especialmente en el contexto actual, era que el aparato del estado no sería entregado al movimiento nazi. Los planes secretos para un estado de emergencia bajo Papen y Schleicher estaban dirigidos también contra la reclamación del partido de Hitler del poder total.

A riesgo de extenderme demasiado -y si es así, mis disculpas por adelantado-, me parece interesante seguir exponiendo la información de Kolb. El mismo día en que el recién elegido Reichstag se estaba constituyendo en Berlín, 30 de agosto de 1932, Papen, Gayl y Schleicher (canciller, ministro de interior y ministro de defensa, respectivamente) se reunieron con Hindenburg en Neudeck para discutir la situación política. En esta reunión, Hindenburg autorizó a Papen a disolver el Reichstag sin fijar nuevas elecciones.

Sin embargo, en los días siguientes, Papen no hizo uso de esa autorización, y en la primera sesión de trabajo del Reichstag el 12 de septiembre, Göring (presidente del Reichstag) consiguió “someter al gabinete Papen a la derrota más humillante en los anales de la historia parlamentaria alemana”. Como Papen no tenía con él el decreto de disolución, Göring fue capaz de orquestar hábilmente una moción de no-confianza que fue aceptada por el Reichstag con 512 votos a favor (contra 42 en contra). Tras la disolución del Reichstag hubo varios días en que no estuvo claro si habría nuevas elecciones y cuándo. Sólo después de controvertidas discusiones, pudo la mayoría de ministros decidir la convocatoria de nuevas elecciones para el 6 de noviembre. El resultado de estas elecciones no alteró fundamentalmente el equilibrio de fuerzas políticas, rindiendo una situación similar a la de julio. El nuevo Reichstag tenía que convocarse como muy tarde a principios de diciembre, y el reto para el gabinete presidencial consistía nuevamente en cómo evitar que el parlamento le pasara una moción de no-confianza.

Hindenburg estaba dispuesto, una vez más, a mantener a Papen a expensas de disolver el Reichstag sin convocar nuevas elecciones, rompiendo la constitución. Pero en esta ocasión no contó con el apoyo del liderazgo del Reichswehr bajo Schleicher, que no estaba dispuesto a afrontar una revuelta popular masiva contra el impopular gabinete Papen. Hindenburg, muy a su pesar, tuvo que destituir a Papen e “intentar resolver la crisis sin declarar un estado de emergencia”. El 3 de diciembre nombró canciller a Schleicher, que fue capaz de superar las primeras sesiones del Reichstag (del 6 al 9 de diciembre) y suspender nuevas sesiones hasta enero de 1933, “momento en que tendría que llegar la inevitable hora de la verdad”.

Tras su fracaso de diciembre para atraerse la facción de Strasser en el NSDAP y ganarse a los sindicatos con su programa de rehabilitación económica, Schleicher intentó conseguir el estado de emergencia. ¿Cómo? Si se disolvía el Reichstag sin convocar nuevas elecciones, el liderazgo del ejército esperaba una huelga política a gran escala, por lo que las medidas planeadas consistían en cortar de raíz cualquier huelga general. Se prepararon borradores de decretos de emergencia para cubrir virtualmente toda forma de resistencia militante esperada. Debía haber una prohibición absoluta de huelgas en todas las empresas esenciales (definiéndose “esenciales” en términos muy amplios) y, entre otras muchas más medidas largas de exponer aquí, se planificó utilizar un nuevo método para dispersar a las multitudes sin un baño de sangre: los gases lacrimógenos. Así las cosas, “en enero de 1933 el canciller Schleicher podía asumir que las autoridades civiles y los responsables militares estaban completamente preparadas para un estado de emergencia”.

Sin embargo, los planes de Schleicher para un estado de emergencia fallaron por el veto de Hindenburg, que rechazó conceder a Schleicher los poderes presidenciales que antes había dado gustosamente a Papen. No sólo se negó a disolver el Reichstag sin convocar nuevas elecciones, como pedía Schleicher, sino que ni siquiera accedió a disolver el Reichstag seguido de la convocatoria de elecciones dentro del periodo establecido por la constitución.

(1)Eberhard Kolb, “Was Hitler's Seizure of Power on January 30, 1933, Inevitable?”, German Historical Institute, Occasional Paper No. 18 (1997), pp. 9-23.

Saludos cordiales
JL
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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por fermat » Jue Oct 07, 2010 3:40 am

José Luis escribió:Me imagino que Kolb se refiere a las coaliciones o alianzas puntuales de los grupos parlamentarios, no por supuesto a los diputados del Reichstag. De todas formas, por si yo no he captado bien el significado de su frase, aquí sigue en su original: first, a parliament, the makeup of which was not in the end determined by the votes of the electorate.Al venir el término "makeup" (que yo he optado por traducir como "composición") seguido de "in the end", es por ello que creo que Kolb se refiere a alianzas o coaliciones puntuales finalmente establecidas en el parlamento (y no a la composición inicial del parlamento que, obviamente, viene determinada por los votos del electorado), especialmente en el factor decisivo de conseguir alianza para "tolerar" o "no tolerar" al gobierno de turno.
Coincido con tu traducción, y por tanto sigo sin entender a que se puede referir Kolb. No me parece que se refiera a pactos o alianzas post-electorales, ya que éstas nunca vienen determinadas por los votos del electorado, sino por las estrategias que decidan adoptar los líderes de cada partido, y por lo que cada partido sea capaz de negociar y de obtener a cambio. Lo único que el electorado puede hacer es, en sucesivas elecciones, castigar o apoyar una política de alianzas previa, quitando o dando sus votos al partido en cuestión. Pero en lo que se refiere a la política de alianzas una ver formado el Parlamento, los líderes políticos son soberanos y, como mucho, podrán escuchar o seguir las opiniones de los órganos de decisión de su partido.
José Luis escribió:La única alternativa que tenía el presidente, si decidía apoyar a un gabinete no tolerado por la mayoría parlamentaria, era evitar que el parlamento fuese convocado, y para ello debía disolverlo, y tras esto, diferir el plazo constitucional (60 días) para convocar nuevas elecciones, lo que suponía una brecha constitucional. Por otra parte, era políticamente insostenible disolver el parlamento y convocar elecciones (consitucionalmente) continuamente hasta conseguir el resultado deseado. Por esta razón, sostiene Kolb, la retención del presidente de un gabinete no-tolerado por el parlamento conducía invariablemente a una ruptura de la constitución y a la declaración de un estado de emergencia, culminando en una dictadura provisional que descansaría en la autoridad del presidente y del Reichswehr.
Esta es una cuestión muy difusa. En primer lugar habría que preguntarse hasta que punto es constitucional disolver un parlamento que aún no se ha constituido, y que razones se pueden argumentar para hacerlo. Desde un punto de vista puramente formal; una mayoría de diputados podría, en esa primera sesión, decidir apoyar al Canciller propuesto por el Presidente. En segundo lugar disolver el parlamento continuamente y convocar elecciones no solo era políticamente insostenible, sino que era también anticonstitucional. El artículo 25 lo dice claramente:

"The Reich president has the right to dissolve the Reichstag, but only once for the same reason".

Además no conviene olvidar otro de las disposiciones de la Constitución de Weimar. El artículo 43 dice lo siguiente:

The term of office of the Reich President lasts seven years. Reelection is permitted. The Reich President can be deposed by plebiscite, which has to be suggested by the Reichstag. This Reichstag decision requires a majority of two thirds of the votes. Such a decision bars the Reich President from continued exercise of his office. A rejection of the deposition is regarded as a reelection and results in the dissolution of the Reichstag. The Reich President can not be persecuted in a penal matter without the approval of Reichstag.

Es decir que en caso de un enfrentamiento directo entre presidente y Reichtag, también éste último podía forzar la destitución del primero.

Por tanto coincido con Kolb en que si el presidente decidía imponer un gobierno no tolerado por el Reichstag, no tenía más remedio que romper con la Constitución y proclamar una dictadura.
José Luis escribió:La única oportunidad que tenían Papen y su camarilla para conseguir sus planes era una crisis extrema en la que las fuerzas de izquierdas y derechas se obstruyeran totalmente entre sí, y sólo mientras viviese Hindenburg.
Ciertamente esto hubiera sido lo mejor para Papen y su camarilla. Pero mucho me temo que pronto se dieron cuenta de que eso no iba a pasar, y que por contra existía el riesgo de que tanto nazis como izquierdistas se alzasen, de forma independiente pero simultánea, contra un intento de proclamar una dictadura de corte "reaccionario", y carente de apoyo popular (recordemos que por aquel entonces tuvo lugar la famosa huelga de transportes e Berlín en la que nazis y comunistas unieron sus fuerzas contra el gobierno). Probablemente Papen pensó que necesitaba atraer hacia su "causa" a algún grupo político que le proporcionase un cierto apoyo popular; de modo que su ruptura con la Constitución le resultase más digerible a la ciudadanía y redujese la más que previsible oposición popular. Puesto que sería impensable ver a Papen pactar con el SPD o el KPD, lo que quedaba era el NSDAP. El error de Papen fue pensar que una vez con Hitler en la Cancillería, él (Papen) sería capaz de gobernar en la sombra gracias a su puesto de Vicecanciller y a su vínculo personal con el Presidente; relegando a Hitler a una función casi decorativa. Y lo que ya no se entiende de ningún modo es que después de darle la Cancillería a Hitler, le permitiesen disolver el Reichstag y convocar nuevas elecciones. ¿Acaso no fueron capaces de ver que esas elecciones, con Hitler en el poder, darían lugar a un Reichstag mucho más nazi y no a un Reichstag mucho más conservador?

Quizás las prisas tuvieron algo que ver en todo esto, porque como se ha dicho todo pasaba por contar con el apoyo de Hindenburg; el cual estaba garantizado mientras éste viviera. Por aquel entonces Hindenburg era un octogenario con una salud bastante quebrantada, y en caso de que le sobreviniera una muerte repentina, antes de consiguiesen llevar a cabo su proyecto de estado autoritario, todo el "castillo de naipes" que habían edificado esos señores se derrumbaría, y ellos seguramente quedarían sepultados bajo los escombros.
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¿Cómo se explica la llegada de Hitler al poder?

Mensaje por mont » Vie Oct 08, 2010 12:16 am

Hola , para mi tal como entiendo que planteas la pregunta coincido en que resulta insuficiente explicar la llegada de hitler al poder desde una visión económica , o histórica , creo que preguntando " el como " la economía o la historia por mucho que se empeñen y escarben no pueden más que narrar hilando datos y factores, y eso no es explicar , para explicarlo tendríamos que recurrir a preguntar " el porque " y actualmente no he tenido oportunidad de conocer doctrina social que responda con carácter cientifico.

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